80% de mexicanas con un tumor lo descubren en etapa avanzada

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El miedo a ser diagnosticadas retrasa la detección oportuna de diversos tipos de tumores en las mujeres. En nuestro país, casi siempre llegan al especialista en etapas avanzadas.

El temor a recibir un diagnóstico de cáncer

La palabra “cáncer” puede estremecer al más valiente. De ahí que algunos opten por apostar al “me siento bien” antes de someterse a estudios diagnósticos que lleguen a revelar su presencia y, en dado caso, permitan su tratamiento oportuno. No por nada, hasta 80% de las mexicanas con algún tipo de tumor descubren su condición en estadios avanzados, de acuerdo con la doctora Ariadna Martínez Rivas, directora médica de la Fundación Luis Pasteur (FLP).

Aunado al temor a ser diagnosticadas, señaló, la paciente no sabe a dónde acudir y “en nuestro país es muy tardado el servicio: para recibir tu primera consulta, después la segunda, el diagnóstico… Es un problema de salud pública, a pesar de que disponemos de estudios para la detección oportuna”.

Foto: Pexels. Thirdman

En su experiencia, enfatizó, las pacientes no se quieren atender y adoptan una postura negativa. “Luego viene el factor económico, aunque en la FLP hacemos un estudio socioeconómico y, de ser el caso, absorbemos los gastos. También influye que la mayoría de las pacientes vienen solas o, cuando reciben el diagnóstico, los esposos las dejan; o son madres solteras que carecen del apoyo de alguien”, indicó.

Para la ginecóloga-colposcopista, las mujeres pierden de vista que poseen un organismo complejo, creado, si así lo desean, para gestar a un ser humano. De ahí que deben destinar unos minutos de su vida para someterse a un chequeo ginecológico que incluye mastografía, ultrasonido mamario, ultrasonido pélvico, Papanicolau y colposcopía.

“Son pocos minutos de nuestra vida para salvarla”

“Esos estudios son los básicos. En algunos casos, su aplicación dependerá de la edad de la paciente y de los antecedentes familiares, como ocurre con la mastografía. Sin embargo, muchas no saben que cada año deben hacerse un ultrasonido ginecológico a partir de la segunda década de vida, para detectar a tiempo el cáncer de ovario, por ejemplo, el cual es muy agresivo y de rápida progresión.

“En el Papanicolau y colposcopía te tardas 10 minutos máximo, y en la mastografía, unos 20. Son pocos minutos de nuestra vida para salvarla. Y si el temor radica en ser auscultada por un médico, hay sitios como la FLP donde el 100% de la plantilla son mujeres empáticas y capacitadas para que la paciente se sienta apapachada y con confianza”, mencionó la doctora Martínez Rivas.

Foto: Unsplash. Angiola Harry

Los tipos de cáncer más frecuentes

Datos de Globocan, perteneciente a la Organización Mundial de la Salud (OMS), reportaron en 2020 105 mil 963 nuevos casos de cáncer en mujeres a nivel nacional (aproximadamente 26 mil pacientes más que los hombres). Los de mama y cuello uterino fueron los más comunes y los más mortales; de ahí que también sean los que mayor atención mediática reciben.

Sin embargo, precisó la doctora Ariadna Martínez, el de ovario, el gástrico, de colon y de páncreas son otros que han ido ganando terreno entre el género femenino al estar relacionados con el estilo de vida, la alimentación, el estrés y la genética. Otro que también va al alza es el de endometrio (la capa interna del útero), “ese cáncer se puede deber al virus del papiloma tipo 18 y antes era más frecuente en mujeres después de la menopausia. Hoy tenemos pacientes de 25-30 años porque están iniciando muy temprano su vida sexual”.

Por unos cuidados más justos

Por iniciativa de la Unión Internacional para el Control del cáncer, cada 4 de febrero se conmemora el Día Internacional contra el cáncer. Desde el año pasado y hasta 2024, el lema es “Por unos cuidados más justos”, para promover el acceso global a la atención de esta enfermedad. Por desgracia, es una meta que aún luce lejana.

“Se dice que el cáncer en México es de desigualdad. Aquí la mortandad es más alta en la pobreza. Por ejemplo, en cáncer cervicouterino y mamario, la pobreza va a repercutir en más del 60% para que se cure la paciente. En países europeos es más frecuente el cáncer de mama en mujeres con recursos económicos, pero la mortandad es mucho más baja que la que tenemos en México debido al diagnóstico tardío”, apuntó la directora médica de la Fundación Luis Pasteur.

En ese sentido, celebró que hoy existan estudios genéticos para localizar unos marcadores genéticos llamados BRCA1 y BRCA2. Si una mujer posee antecedentes de tumores de mama, ovario o colon, y ese marcador sale elevado, “enfrenta un 50% o más de probabilidad de padecer cáncer en el futuro. Ya hay muchos estudios para discernir qué hacer con la paciente, lo que no hay es el recurso”.

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Foto: Unsplash. National Cancer Institute

Estudios básicos que debes hacerte

Mientras este tipo de estudios siguen perfeccionándose y alcanzando a una mayor parte de la población, la ginecóloga-colposcopista recomienda tener en el radar los siguientes estudios básicos, en especial porque, de acuerdo con datos del Censo de Población y Vivienda 2020, 33 de cada 100 hogares en la República reportan a una mujer como su jefa de familia, la cual debe cuidarse a sí misma antes de velar por los demás:

  • Papanicolau y colposcopía: la norma dice que, a partir de los 25 años, se debe hacer de manera anual. En el sector salud, si en dos años consecutivos salió normal, te citarán cada tres años.
  • Mastografía: a partir de los 40 años, de manera anual. El sector salud establece que, si hilvanas dos estudios negativos, lo puedes repetir cada dos años. No obstante, “en la FLP hemos observado que una paciente con cáncer de mama que se hizo una mastografía puede presentar cambios importantes al año siguiente”.

    Si eres menor de 40 años con antecedentes directos de cáncer de mama -ya sea en mamá, hermana, abuela o tía-, a partir de los 35 años te puedes hacer la mastografía con prescripción médica.
  • Ultrasonido mamario: para menores de 40 sin antecedentes directos.
  • Ultrasonido transvaginal: a partir de los 40, cada año.

TEXTO: MARÍA DEL CARMEN HERNÁNDEZ

Así ha cambiado tratamiento para el cáncer de mama, según Yale

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Un diagnóstico positivo a cáncer de mama es mucho más común de lo que pueda llegar a creerse. En 2020 fueron detectados 2.3 millones de casos nuevos en el mundo, y 685 mil personas, en su mayoría mujeres, murieron a causa del padecimiento, de acuerdo con datos recopilados por la Organización Mundial de la Salud.

Estas cifras hablan sobre la tasa de mortalidad del cáncer de mama, el cual, según indica la Revista Médica de Chile, casi siempre es tratable. Para ello es fundamental la detección temprana y el seguimiento correspondiente.

En primeras instancias, se consideraba a la quimioterapia como el único tratamiento posible para el cáncer de mama. No obstante, conforme ha pasado el tiempo y los avances médicos siguen su curso, se han probado otros métodos menos invasivos.

Así ha cambiado el tratamiento en años recientes

Que sea detectada cualquier anomalía que pudiera sugerir la existencia de cáncer en el organismo es una noticia complicada de digerir. Es normal sentirse preocupadas y con miedo ante la falta de certeza que un panorama así brinda.

El lado optimista, si se le puede llamar así, es que el cáncer de mama es uno de los tipos que pueden tratarse, y curarse, con un tratamiento adecuado y oportuno.

Un artículo de la OMS sugiere que a partir de 1980 la supervivencia de pacientes con cáncer de mama se incrementó, gracias a factores como la implementación de programas de detección temprana y diferentes tipos de tratamientos para combatir la enfermedad.

A menudo, quienes reciben un diagnóstico positivo a cáncer relacionan la enfermedad con tratamientos agresivos, creando la idea de que este es el camino a seguir para lograr recuperarse. Lo que no siempre es así, y por lo que deben tomarse en cuenta factores que consideren la etapa del cáncer y el tipo.

La importancia de conocer el tipo y estado del cáncer

Que se analice cuál es la etapa de la enfermedad es de suma importancia para encontrar el tratamiento más adecuado. Asimismo, detectar el tipo de cáncer, pues es la clave para seguir el tratamiento adecuado, afirma Eric Winer, director del Centro de Cáncer de Yale.

Es así como se ha ido evolucionando en el tema de qué tratamientos deben seguirse, personalizando el protocolo para aplicarse en cada caso. Esto no quiere decir que la quimioterapia no funcione, sino que su efectividad depende también de otros factores.

La enfermedad se subdivide en cuatro etapas.

I: El tumor es pequeño y no se ha expandido a otras partes del organismo.

II y III: Su tamaño es más grande y existe el riesgo de que se propague, o ya se haya propagado, a los ganglios linfáticos.

IV: El cáncer creció descontroladamente o hizo metástasis a otras partes del cuerpo.

Por otra parte, los tipos de cáncer son clasificados según los receptores de estrógeno y progesterona en las células cancerosas.

Cáncer de mama
Para encontrar el tratamiento adecuado de cáncer de mama es importante detectar de qué tipo se trata y en qué etapa se encuentra. Foto: Pexels

No siempre se recurre a quimioterapia, dice Yale

En una de sus publicaciones Yale Medicine explica que en casos puntuales, donde se consideran las condiciones de las pacientes y las características del cáncer, no recurrir a quimioterapia es la mejor de las opciones.

La quimioterapia, según el Instituto Nacional del Cáncer, es un tipo de tratamiento que destruye células cancerosas, detiene o hace más lento su crecimiento con ayuda de diversos fármacos.

En conjunto con la cirugía, este es uno de los métodos más funcionales para tratar el cáncer de mama, y el que se ha seguido durante los últimos años. Sin embargo, es también una alternativa agresiva para el organismo, pues causa efectos secundarios de importancia.

Algunos de ellos son la pérdida de cabello, fatiga, náuseas, desgaste físico y emocional, entre otros, los cuales pueden permanecer incluso tiempo después de haber finalizado el tratamiento. También se han registrado efectos a largo plazo, como neuropatías o problemas cardíacos, que aunque son raros, implican un riesgo.

Aquí es donde radica la importancia de que se los tratamientos sean personalizados para cada paciente, etapa y tipo de cáncer de mama. En su investigación, Yale Medicine aclara que si un paciente puede seguir un plan menos agresivo, éste suele ser el camino indicado, procurando que la calidad de vida no disminuya en medida de lo posible.

Qué otros tratamientos hay para el cáncer de mama

La American Cancer Society sugiere que algunos tratamientos disponibles para el cáncer de mama como una alternativa a la quimioterapia, son la cirugía y radioterapia. Estos se enfocan en una sección específica del tumor o del cuerpo.

De igual manera hay opciones con medicamentos, tales como la inmunoterapia y la terapia de medicamentos dirigidos, llamados también “sistémicos”, debido a que tienen un alcance total del organismo entero.

Para definir qué pacientes son candidatas a cualquiera de estos tratamientos, la ACS reitera la importancia de que el cuerpo médico especialista a cargo tenga claridad sobre qué tipo de cáncer es y qué tan avanzado está. Así como establecer qué es lo que se pretende con esta metodología y si es viable realizarlo de inicio a fin.

Todas estas opciones deben ser respaldadas por un especialista. Recuerda asistir a tus chequeos periódicos y actuar de inmediato si algo extraño llegara a detectarse.

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En ocasiones, no recurrir a quimioterapia para combatir el cáncer de mama puede ser una alternativa viable. Foto: Pexels

¿Se puede reducir riesgo de tener cáncer de mama en un futuro?

Reducir riesgo de cáncer de mama

El cáncer de mama es una enfermedad en la cual las células de la mama se multiplican sin control, explican los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos. En México, esta enfermedad representa una de las principales causas de muerte en mujeres; en 2019, por cada 100 mil mujeres de 20 años o más, se reportaron 35.24 casos nuevos de cáncer de mama.

A nivel nacional, la tasa de mortalidad por cáncer de mama es de 17.19 defunciones por cada 100 mil mujeres, según la página oficial del Gobierno de México.

¿Qué factores influyen para desarrollarlo?

Existen varios factores relacionados por la ciencia, pero la investigación continúa evolucionando. Según un artículo del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, algunos de los factores de riesgo para que se desarrolle el cáncer de mama son los siguientes.

  • Antecedentes personales de cáncer de mama o enfermedad mamaria benigna (no cancerosa).
  • Riesgo hereditario de cáncer de mama.
  • Tejido mamario denso.
  • Antecedentes reproductivos que resultan en una mayor exposición a los estrógenos.
  • Tomar terapia hormonal para los síntomas de la menopausia.
  • Radioterapia en el seno o el tórax.
  • Obesidad.
  • Consumo de alcohol.

La Organización Panamericana de la Salud explica que el cáncer de mama es probablemente causado por una combinación de factores hormonales (fisiológicos y terapéuticos), genéticos y fisiológicos no hormonales (como la edad), además de factores del estilo de vida y el medio ambiente.

¿Se puede reducir el riesgo de cáncer de mama?

Un artículo de la Clínica Mayo dice que, si bien hay factores de riesgo que no puedes cambiar, como la genética, existen investigaciones que muestran que los cambios en el estilo de vida pueden disminuir el riesgo de cáncer mamario.

Estas son algunas cosas que pueden reducir el riesgo de tener cáncer de mama en un futuro, de acuerdo con la Clínica Mayo, la Organización Panamericana de la Salud y el Servicio Nacional de Salud de Reino Unido.

1. Limitar consumo de alcohol

Cuánto más alcohol se consume, mayor puede ser el riesgo de desarrollar cáncer mamario. La recomendación general, según investigaciones sobre el efecto del alcohol en el riesgo de cáncer mamario, es limitarse a no más de una bebida al día, ya que incluso las cantidades pequeñas aumentan el riesgo.

2. Mantener un peso saludable

Reducir la cantidad de calorías que se consumen a diario y aumentar lentamente la cantidad de actividad física. Pregúntale a tu médico acerca de las estrategias saludables para lograrlo, no es recomendable iniciar una dieta por ti misma sin asesoría de un profesional.

El Servicio Nacional de Salud de Reino Unido revela que el ejercicio regular y una dieta sana y equilibrada, puede ayudar a prevenir muchas afecciones de salud, incluidas las enfermedades cardíacas, la diabetes y muchas formas de cáncer.

Los estudios han analizado el vínculo entre el cáncer de mama y la dieta que cada persona sigue; aunque no hay conclusiones definitivas, existen beneficios para las mujeres que mantienen un peso saludable, hacen ejercicio regularmente, tienen un bajo consumo de grasas saturadas y no consumen alcohol.

Si estás pasando por la menopausia, es muy importante mantenerte en tu peso. Esto se debe a que el sobrepeso hace que tu cuerpo produzca más estrógeno, lo que puede aumentar el riesgo en algunos tipos de cáncer de mama.

Reducir riesgo de cáncer de mama
Foto: Unsplash. Dan Gold

3. Hacer ejercicio

Se ha sugerido que el ejercicio regular puede reducir el riesgo de desarrollar cáncer de mama en casi un tercio.

La mayoría de los adultos debería apuntar a lograr unos 150 minutos a la semana de actividad aeróbica moderada o 75 minutos semanales de actividad más vigorosa, además de entrenamiento relacionado con la fuerza al menos dos veces por semana.

4. Amamantar

Todavía no se sabe de manera definitiva por qué, dice el Servicio Nacional de Salud de Reino Unido, pero podría deberse a que las mujeres no ovulan con tanta regularidad mientras amamantan y los niveles de estrógeno se mantienen estables.

Reducir riesgo de cáncer de mama
Foto: Pexels. Wendy Wei

¿Qué más puedo hacer para prevenir?

Una vez al mes realiza una autoexploración y, si notas algo fuera de lo normal, no dudes en reservar una consulta con tu médico. Asimismo, pregúntale al médico cuándo deberías comenzar a hacerte mastografías y otros exámenes de detección según tus antecedentes personales.

Dan pruebas genéticas gratis para detectar riesgo de cáncer

Prueba genética de cáncer

Como muestra de apoyo al mes de octubre, que es el Mes de la Sensibilización sobre el Cáncer de Mama, el Instituto Nacional de Medicina Genómica (Inmegen) ofrece dar 100 consultas gratis para hacer la prueba genética de cáncer, que tiene como función la detección temprana de riesgos, con el fin de prevenir y como parte de la Estrategia de Vigilancia Anticipada.

Aquí te contamos en que consisten la prueba genética de cáncer y cómo puedes ser partícipe de una de las 100 pruebas gratis que darán.

Prueba genética de detección temprana

El cáncer se desarrolla ya sea por factores ambientales, genéticos o ambos.

En el caso de factores genéticos se refiere a un patrón de herencia de cáncer en una familia; es decir, en una familia hay por lo menos tres generaciones donde había miembros con cáncer y, además, se observa que algunos miembros pertenecen a una misma generación.

El Inmegen desarrolló el programa Estrategia de Vigilancia Anticipada (eVA) que tiene como finalidad hacer la detección temprana del cáncer mediante una prueba genética, la cual permite ver si hay una variante genética que aumente el riesgo de desarrollar cáncer.

La prueba consiste en extraer el ADN de una persona y se le realizan pruebas moleculares para identificar si la persona tiene predisposición a desarrollar cáncer, en este caso de mama y ovario.

Qué necesitas para hacerte la prueba génetica

Para saber si necesitas hacerte la prueba, el Inmegen estipula estos 5 indicadores.

  1. Múltiples antecedentes. Tiene que haber varias personas en tu familia que hayan sido afectadas por el cáncer de piel, próstata, mama y ovarios.
  2. Cáncer a edad temprana. Hay miembros de tu familia que tuvieron cáncer antes de los 45 años.
  3. Cáncer de mama en varones. Algún varón de tu familia fue diagnosticado con cáncer de mama.
  4. Cánceres primarios bilaterales. Bilateral se refiere a que haya el mismo tipo de cáncer en ambos lados del cuerpo, es decir, en los mismos órganos que vienen en par.
  5. Predisposición étnica. Pertenecer a un grupo humano que tenga históricamente esta variante genética.

¿En qué consiste la prueba?

Lo primero que piden es llenar un formulario para ver cuáles son los factores ambientales y genéticos de la persona. Es indispensable que conozcas el historial médico de tu familia, de esa manera es más fácil saber quiénes tienen más probabilidades de tener cáncer hereditario.

Después, si es probable que tengas cáncer hereditario, se te dará una asesoría, para a continuación extraer la muestra de ADN y realizar la prueba genética.

¿Si la prueba sale positiva significa que tengo cáncer?

El Inmegen aclara que la prueba genética no diagnostica ningún tipo de cáncer, sino que en tu ADN hay una variante que aumenta las posibilidades de que desarrolles un tipo de cáncer.

Una vez que se sabe que es muy probable que desarrolles cáncer se recomienda modificar algunos hábitos y hacer medidas preventivas para poder reducir estas probabilidades.

Para que logres evitar el desarrollo de cáncer, ahí mismo te darán asesoría para ver qué cosas hay que modificar y hasta puedes decidir hacer la prueba a más miembros de tu familia.

Prueba genética de cáncer
El resultado positivo NO significa que tengas cáncer. Foto: MART PRODUCTION

Prueba genética gratis

Para ser una de las cien personas a las que se les hará gratis la prueba genética para la detección temprana del cáncer que ofrece el Inmegen solo tienes que llenar un formulario en la página que aquí te dejamos.

Por el momento las pruebas genéticas son solo para mujeres y para detectar si es posible que desarrollen cáncer de mama o de ovario.

Si en tu familia ha habido varias generaciones con cáncer aprovecha y regístrate para obtener una prueba genética gratis que ofrece el Inmegen.

Así es cómo el cáncer puede afectar la sexualidad de una persona

Cáncer puede afectar la sexualidad

El cáncer es una enfermedad genética en la que diversas células del cuerpo se multiplican y ocasionan cambios en los genes encargados de su funcionamiento. La definición del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos indica que se trata de un padecimiento en el que dichas células se multiplican y diseminan en el cuerpo.

Hasta 2020, la International Agency for Research on Cancer contabilizó un estimado de 18.1 millones de diagnósticos positivos a esta enfermedad en el mundo, cifra que pudo haber fluctuado si se toma en cuenta el contexto de la pandemia por COVID-19 que atravesó el mundo.

Existen cerca de 100 tipos de cáncer contabilizados, de acuerdo con datos recopilados por el Hospital Clinic de Barcelona. Para cada uno de ellos, se requiere de un tratamiento específico valorado por un experto, siendo los procedimientos de quimioterapia y radiación los más recurrentes.

Hay otros casos, en los que además de estos tratamientos, el paciente debe ser intervenido quirúrgicamente para realizar una extirpación, total o parcial, de la parte del cuerpo en donde la enfermedad se alojó. Esta es una medida recurrente en el cáncer de mama, el tipo con mayor cantidad de pacientes diagnosticados, mismo que afecta en su mayoría a mujeres mayores de 30 años con antecedentes de familiares directos que sufran o hayan atravesado el padecimiento.

Todos estos procedimientos implican un desgaste físico y emocional para el paciente y sus allegados, pudiendo influir también en la calidad de sus relaciones laborales, personales y de pareja. Entre los estragos de esta magnitud que el cáncer ocasiona en quienes lo padecen, se encuentran afectaciones en la vida sexual derivadas en parte del estado anímico por el pronóstico.

El cáncer puede afectar la sexualidad de los pacientes

Cuando una persona recibe un diagnóstico positivo de cáncer, son muchos los pensamientos que rondan por su mente. Preocupaciones económicas, preguntas sin respuestas certeras y miedo son algunos de ellos.

Sin embargo, otro aspecto al que no se le suele dar tanta importancia, es al hecho de cómo los pacientes vivirán este proceso en lo personal, específicamente en la vida sexual y cómo ésta puede verse influida por la enfermedad.

El sexo, indica el Instituto de Políticas Públicas en Salud de la Universidad de San Sebastian, es una necesidad humana con relevancia en la intimidad de una pareja al reforzar el vínculo existente en la relación. Además, las relaciones sexuales aportan beneficios directamente en la salud, puesto que se liberan hormonas que tienen que ver con el alivio, la relajación y la felicidad.

Para las personas con cáncer, esto no es muy distinto. Y si bien podrían alterarse algunos aspectos de la vida sexual, no existen razones para que dejen este aspecto totalmente de lado ya que, por el contrario, un artículo publicado por la American Cancer Society afirma que la intimidad y la sexualidad podrían ayudar a los pacientes a sobrellevar los sentimientos de angustia y hacer más llevaderos los tratamientos.

Pese a ello, es un hecho que el deseo sexual puede ser interferido por el tratamiento; asimismo, factores del estado emocional y la autopercepción también implican afectaciones en la vida íntima.

Cáncer y su relación con la sexualidad

Lidiar con un diagnóstico de cáncer no es un proceso sencillo en lo absoluto, ya que además del tratamiento médico impuesto por el especialista, los pacientes requieren de acompañamiento físico y emocional para lidiar con la enfermedad satisfactoriamente.

Además, es común que se desarrollen problemas sexuales como efecto secundario a nivel físico y psicológico. No hay un parámetro para estimar las posibilidades de que estas situaciones se presenten ni el impacto que tendrán, puesto que cada persona y organismo tienen una respuesta distinta.

Cáncer puede afectar la sexualidad
Foto: iStock

Radiación y quimioterapia

Dichos problemas se derivan, en ocasiones, por ciertos tipos de tratamientos, como la radiación y quimioterapia, los cuales provocan náuseas, fatiga, dolor, problemas intestinales o cambios en la apariencia del cuerpo, sugiere American Cancer Society.

Tampoco es posible definir cuánto tiempo estarán presentes los síntomas que interfieren en la vida sexual de los pacientes, considerando que algunos pueden durar un par de meses, mientras que otros podrían presentarse durante toda la vida, ya sea de forma recurrente o intermitente.

Una investigación de la International Federation of Gynecology and Obstetrics explica que la quimioterapia funciona “matando” las células que se dividen de manera rápida y son responsables de que persista el cáncer. No obstante, también existe la posibilidad de que este procedimiento cause afectación en órganos reproductores como los ovarios.

La manera en que se relaciona con la vida sexual se debe a que éstos son los encargados de producir estrógeno, alterando el ciclo menstrual. Fue así como se llegó a la observación del fenómeno llamado “menopausia química”, que hace referencia a periodos temporales o permanentes sin la presencia de la menstruación a una edad temprana.

En el caso de la radioterapia, la International Federation of Gynecology and Obstetrics advierte que el riesgo de que el daño en los ovarios sea irreversible es mayor. Otro efecto de este tratamiento es que la radiación llega a ocasionar cicatrices en los órganos sexuales, propiciando relaciones íntimas dolorosas.

Estado anímico, otro factor a considerar

Tanto la enfermedad como los tratamientos tienen estragos en la apariencia física, ya sea por la intensidad o por el método; así como las intervenciones quirúrgicas. Es así como se crea una dinámica en la que los pacientes se sienten ajenos a su cuerpo, lo que trae como consecuencia que se nieguen, consciente o inconscientemente, a mantener relaciones sexuales.

Aquí radica la importancia del acompañamiento psicológico profesional y de contar con una red de apoyo para las crisis. También es de vital importancia no sentir ni ejercer presión en los pacientes que muestren señales de estar padeciendo problemas con su sexualidad.

Finalmente, una publicación de Yale Medicine aborda la importancia de que el cuerpo médico preste atención a estos temas, haciendo hincapié en la relevancia de que los pacientes continúen con su vida normal a la par de un tratamiento exitoso. Y no se le deje de lado a las demás necesidades que tienen por sí mismos.

¿Cómo demostrar o expresar tu apoyo a una persona con cáncer?

Apoyo a una persona con cáncer

El cáncer es una enfermedad que puede afectar a personas de todas las edades, estilos de vida y contextos, las cuales necesitan el apoyo de sus seres queridos en todo momento, desde el diagnóstico y durante su tratamiento. Sin embargo, en muchas ocasiones no sabemos la forma correcta de demostrar apoyo a una persona con cáncer.

Tal vez lo primero que viene a la mente, no solo con el cáncer, sino con diversas enfermedades, son frases comunes como “échale ganas”, aun si sabemos perfectamente que no expresan del todo nuestro sentir y, aunque tengan una buena intención, a veces no cumplen con el objetivo de expresar apoyo.

La psicoterapeuta especialista en perspectiva de género y derechos humanos Yadira Esparza Nieto nos respondió unas preguntas sobre la forma en que podemos demostrar apoyo a una persona con cáncer.

¿Cómo demostrar nuestro apoyo a una persona con cáncer?

Lo primero es acompañar a la persona con empatía y respeto.

Si estamos en el momento en que le dan la noticia es hacer una contención (contener a la persona). Es decir, abrazarla, estar ahí, si llora o si entra en una crisis solo acompañarla, escuchar a la persona y, si lo permite, hablar sobre lo que siente y piensa; sobre todo hacerle saber que estamos ahí para ella.

Como tal no hay una formula que funcione para todas las personas que tienen ese diagnostico. Pero lo principal es el acompañamiento genuino desde el amor y el respeto.

¿Qué cosas podemos decir?

Muchas veces cuando pasamos por una situación complicada lo único que queremos es que nos acompañen, que nos hablen de otras cosas, que nos distraigan o que nos escuchen.

Se debe hacer sentir a la persona entendida, apoyada y no juzgarla.

Cómo demostrar apoyo a una persona con cáncer
Las muestras de afecto les recuerda a la persona que no está sola. Foto: Pexels. Thirdman

¿Qué cosas es mejor no decir?

Es recomendable no dar por hecho que sabemos lo que la persona con cáncer necesita, tenemos que preguntarle a la persona qué necesita y qué podemos darle.

No decir directamente qué debe hacer la persona, cómo solucionarlo o dar consejos sobre remedios caseros, a menos que lo pida esa persona.

No hay que aferrarse a que sabemos lo que es correcto. Cuando nos aferramos a que tenemos las respuestas para ayudar a un persona y no escuchamos, lo más probable es que dejen de confiarnos su sentir y su pensar.

¿Por qué se ve mal decirle a una persona con cáncer que “le eche ganas”?

Porque la frase es muy hueca, a pesar de ser bienintencionada.

Es hueca en el sentido que se podría tomar como minimizar la situación de la persona. Es importante ponerse en el lugar de la persona y tratar de entender todo el proceso por el cual está pasando.

Muchas personas no tienen los discursos o la habilidad de mostrar empatía y lo más fácil es un “échale ganas”.

¿Se ve mal mostrar una actitud positiva?

No se trata de si se ve mal o bien, sino de más bien ir en sintonía con el paciente, de escucharle con mucha atención e incluso preguntarle si podemos dar nuestra opinión.

¿Es mejor decir o no decir nada?

Lo más importante ante este diagnostico es que mientras más información tengamos sobre los tratamientos y el impacto que puede llegar a tener emocionalmente sabremos mejor cómo actuar y cuándo decir algo que ayude a la persona a sentirse mejor.

Es importante porque se ha descubierto en estudios que el estado emocional y mental del paciente interviene en gran medida en el éxito o en el fracaso de un tratamiento.

Si un familiar es diagnosticado con cáncer…

Lo mejor que puede hacer la familia es apoyar al paciente y asimilar que la enfermedad será parte de su nueva rutina diaria.

Involucra cosas como la dieta, los cuidados, el acompañamiento a recibir las quimioterapias. Además reorganizar tiempos y actividades para acompañar al paciente a las consultas, es una forma de mostrar el apoyo, sobre todo teniendo buena actitud.

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