Ser una mujer empoderada puede significar varias cosas pero creo que todas van a coincidir en “ser una mujer libre”.
El concepto de empoderamiento femenino surgió en 1995 durante la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer en Beijing para definir “el aumento de la participación de las mujeres en los procesos de toma de decisiones en todos los ámbitos de su vida y de su sociedad”.
Le pregunté a mujeres que me rodean, que admiro y que me inspiran, lo que a ellas las hace sentirse empoderadas y esto fue lo que me respondieron.
Soy Jessica y soy una mujer empoderada
“Me siento empoderada cuando me siento libre de decir, hacer, pensar, sentir, decidir, opinar, dar y exigir. Siempre con responsabilidad, pero al final libre y esto aplica tanto en mi vida personal como en mis negocios”, Jessica de la Cruz.
A Jessica la conocí en la universidad y es una de las mujeres que más quiero y admiro. Es una reina Midas de los negocios, sus ideas son brillantes por eso sus proyectos los convierte en un éxito. No quería trabajar por los sueños de los demás, así que se aventuró a emprender para vivir de los suyos. Hoy es una mujer que genera empleos.
Soy Leslie y soy una mujer empoderada
“Me siento empoderada cuando reconozco que soy capaz de alcanzar mis sueños más profundos, pero también cuando me permito ser frágil, cuando soy paciente conmigo misma y aprendo a lidiar con mis inseguridades.
“Me empodera amar y permitir que me amen, saberme poderosa y, al mismo tiempo, no le temo a reconocer mis miedos y mis tristezas. Me empodera saber que puedo fallar pero nunca voy a dejar de intentar”, Leslie Santana.
A Leslie la conocí por el ámbito laboral y con ella formé el mejor equipo de trabajo que he tenido hasta ahora. Admiro su pasión por el periodismo y su energía para hacer que las cosas sucedan. Es parte de mi tribu y cada que la veo me da mil años de vida.
Soy Xóchitl y soy una mujer empoderada
“¿Qué me hace sentir una mujer empoderada? El poder decidir sobre mí, sobre mi vida, el tener independencia económica, el hacerme responsable de mi salud física y mental, y así tener las suficientes herramientas para tomar mejores decisiones, no solo en lo profesional, sino en lo emocional.
“También el intentar con cada una de estas decisiones romper los paradigmas socialmente impuestos sobre temas relacionados con las mujeres, a pesar de lo difícil que es en un país con un machismo arraigado hasta el inconsciente.
“El buscar otras formas de organización social, como tener una red de apoyo, además de mi familia, a la cual poder acudir si lo necesito, y con la cual puedo compartirme y ser contenida, sin sentirme juzgada.
El decidir que el éxito es tener una vida tranquila, estable y con más momentos de felicidad”, Xóchitl Díaz.
Xo es mi amiga desde la adolescencia y la admiro por su libertad, su fortaleza, su rebeldía y porque es la mujer más feminista que conozco desde antes de que en México se socializara este concepto. Desde que la conozco ha hecho lo que ha querido.
Soy Selene y soy una mujer empoderada
“Creo firmemente que el lenguaje crea y transforma, (no en vano soy periodista). Que la vida son decisiones y que nuestras pasiones nos hacen únicas. Mientras te reconozcas y estés dispuesta a abrazar tus debilidades y fortalezas, tienes mayor oportunidad de hacer realidad la vida que tienes proyectada.
“Puede sonar trillado, pero siempre hay alguien observando. A veces yo misma, orgullosa o crítica; mi niña interior u otra mujer que se refleja en mis pasos. No hay que perder la ocasión de hacer que tu voz se escuche.
“Sin duda las mujeres de mi familia son cruciales en mi vida, pero también mis amigas y mis compañeras de profesión. En ellas tengo un oasis de confianza, conocimientos, retroalimentación, aprendizaje y escucha continúa. Y es un honor hacer camino hombro a hombro en la vida”, Selene Alonzo.
Selene es mi colega, el mundo periodístico nos presentó y la he visto crecer, superarse, retarse y lograr sus metas. Quiero seguirla viendo empoderarse y siendo un ejemplo y estandarte para las demás.
Soy P y soy una mujer empoderada
“La independencia financiera es la clave. Saber que puedo tomar decisiones, comprar lo que quiera y pagar mis deudas gracias a mi esfuerzo y trabajo me da mucha alegría y paz”, P. Rodríguez.
Aunque estudiamos en la misma universidad, la vida nos volvió a presentar tiempo después. Ella me inspira porque pese a que la vida le ha cambiado la jugada por completo en varias ocasiones, encuentra la manera de siempre ganar el juego; además que es la mejor definición de mujer financieramente independiente.
Soy Eugenia y soy una mujer empoderada
“No sé si es empoderada… pero lo que me hace sentir poderosa son los grupos sororos con los que he tejido redes de amor y apoyo. Me siento acompañada y sostenida cuando me rodeo de mujeres fuertes y sensibles, guerreras y cuidadoras, ellas me hacen sentir que pertenezco a algo más grande que yo misma, eso me da capacidad y aliento para seguir adelante en cualquier circunstancia.
“Sin duda las amigas salvan vidas y yo he salvado y ellas me han salvado. Juntas somos superheroínas”, Eugenia Correa.
Eugenia fue mi jefa, una de las mujeres que creyó en mí y en mi trabajo y a la que le aprendí un montón de cosas. Admiro su profesionalismo, su inteligencia y su cultura, pero también su fortaleza para sacar adelante a sus hijos. Está criando a grandes hombres en los que tus hijas podrán confiar.
Soy Laura y soy una mujer empoderada
“¿Qué me hace sentir empoderada? Creo que lo resumiría en un verbo: decidir. Tener la capacidad y libertad de hacerlo. Decidir sobre lo que quiero o no en mi vida: desde lo más relevante hasta lo más cotidiano. Decidir si eres personaje, narradora, lectora o toda la jodida historia. Pensar-sentir-tomar mi decisión y aceptarla (y a veces también cambiarla).
“Considero que somos parte de una generación de mujeres que tienen una capacidad de decisión en muchas áreas, lo cual sería imposible sin la pelea que han dado miles de mujeres a lo largo de la historia. Valoro esa lucha y trato de honrarla”, Laura Islas.
Trabajé con Laura varios años y me enseñó cosas que me servirán toda mi vida profesional. A pesar de que no estábamos en el mismo equipo, siempre la sentí una aliada y una mujer admirable e inspiradora, de esas que quieres y necesitas en tu tribu.
Soy Silvia y soy una mujer empoderada
“Soy Silvia, tengo 38 años, soy médico especialista en Anestesiología con una maestría en Administración de Hospitales y Salud Pública. Mi amiga (autora de esta columna) me preguntó ‘¿qué me hace sentir una mujer empoderada?’
“La realidad es que nunca me lo había cuestionado, considero que he sido una mujer afortunada al vivir en esta época dado que mi ‘voz’ siempre ha sido escuchada, recuerdo que desde mi infancia mis opiniones eran tomadas en cuenta, no sólo por mi familia, sino por las demás personas con las que conviví como amigos o maestros.
“Al inicio me presenté con títulos como normalmente lo haría en congresos, ponencias o clases; pero ahora sólo quiero decir que soy Silvia y me siento una mujer empoderada por el simple hecho de ser una persona que reconoce su valor, que se hace escuchar y que ha cumplido todos los objetivos que se ha propuesto; aunque sigo trabajando por más, hasta ahora me siento satisfecha conmigo misma”, Silvia Ramírez.
A Silvia la conocí en la preparatoria, era una alumna brillante y desde entonces sabía lo que quería hacer en la vida, sus decisiones siempre han sido firmes y es la persona más coherente con sus decisiones. Es una de mis mejores amigas.
Soy Vanessa y soy una mujer empoderada
Yo me siento una mujer empoderada al ser independiente, al tomar cada decisión, al vivir en libertad y al lograr tener puestos laborales importantes que antes eran dominados por hombres.
Y a ti, ¿qué te hace sentir una mujer empoderada? Quiero leerlas porque al responder harán una reflexión hermosa sobre todo lo que han logrado.