Por qué ser ‘brutalmente honesta’ no es algo tan bueno

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La honestidad es clave para cualquier relación que formemos, desde presentarnos como realmente somos hasta comunicar lo que sentimos. Sin embargo, una persona brutalmente honesta puede causar más daño que bien si no toma en cuenta los sentimientos de otras personas.

El egoísmo se refugia en la “honestidad brutal”, pues ser cruel o juzgar a los demás no es sano y mucho menos nutre los vínculos afectivos. Hay una línea muy delgada entre honestidad sana y honestidad tóxica, te explicamos por qué.

Ser brutalmente honesta vs. sanamente honesta

Es difícil confrontar problemas directamente sin ser cruel, la honestidad siempre es buena, sobre todo cuando ocultar la verdad causa daño. Por ejemplo, si alguien hace comentarios pasivo-agresivos, frecuentemente decidimos seguir la corriente para no causar conflicto en el ambiente. No obstante, ser honesta ayudará a poner un alto a estas microagresiones.

Por otro lado, comunicar nuestros sentimientos usando la honestidad ayuda a resolver conflictos eficientemente y sin perjudicar innecesariamente a otros. En ocasiones, entre amigas pedimos consejos ante ocurrencias del día a día, claramente no siempre estamos actuando correctamente y necesitamos una mente más objetiva que nos haga ver nuestros errores, de esta forma podemos crecer como personas.  

La “honestidad brutal” es un concepto que ha dado origen a actitudes agresivas con intenciones hirientes, carentes de compasión y empatía, de acuerdo con el sitio Well and Good. Además, puede ser una forma de manipulación y abuso emocional que afecta la autoestima de las otras personas.

Psychology Today afirma que este tipo de violencia esta ligada con la negligencia emocional vivida durante la infancia. Muchas personas que crecieron en una familia donde las palabras estaban cargadas de crueldad, asumen esto como una forma de comunicación normal. Debido a la falta de cuidado emocional, crecen sin plantearse el efecto de sus palabras en las emociones de las personas.

En cambio, podemos promover la “honestidad sana” evitando enjuiciar o poner nuestras necesidades y deseos por encima de los de otros. Si te preocupa herir a amigas o familia en el nombre de la honestidad, lo mejor que puedes hacer es replantearte dos veces lo que vas a decir, así como considerar los sentimientos de la persona frente a ti. También es fundamental el respeto en nuestras relaciones, teniendo en cuenta los límites de las personas a nuestro alrededor.

Algunas expresiones comunes entre las personas brutalmente honestas son:

  • “Sin ofender, pero…”
  • “No quiero ser grosera pero alguien tiene que decirlo”.
  • “Para qué pides mi opinión si te vas a enojar”.

Detectar estas actitudes puede ayudarte a evitar herir o, a poner alto a las personas y/o relaciones que te provoquen sentimientos negativos.

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Cuidado con el ‘sharenting’, cuando expones a tus hijos en redes sociales

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Todas conocemos al menos una persona que acostumbra compartir detalles de la vida de sus hijos en redes sociales. Ya sea anécdotas chistosas, fotos de sus logros o quejas de cosas relacionadas con las escuelas. Pero este tipo de publicaciones aparentemente inofensivas pueden llegar a formar parte de un comportamiento muy peligroso llamado ‘sharenting’.

Esta tendencia no solo puede afectar la salud mental de una persona, sino ponerla en grave riesgo.

Qué es el ‘sharenting’

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Este término es una combinación de las palabras ‘sharing’ (“compartir”) y ‘parenting’ (crianza). De acuerdo con Cleveland Clinic, se refiere al acto de compartir en exceso, mediante redes sociales, información, fotografías y actualizaciones sobre la vida de un hijo.

No es un término médico, pero eso no significa que sea trivial. Aunque en la mayoría de los casos los padres hacen publicaciones con una buena intención, no se están dando cuenta de los riesgos de compartir mucha información en internet.

Los padres suelen hacer esto tanto con niños pequeños como con adolescentes. Por ejemplo, la psicóloga Susan Albers dijo para Cleveland Clinic que ella conoció el término por la cantidad de adolescentes que se quejan de la información que sus padres comparten sobre ellos.

El ‘sharenting’ es una tendencia que se aceleró durante la pandemia, porque la mayoría de la gente conectaba mediante redes sociales en esa época, explica la doctora Albers. Tampoco ayuda que muchos creadores de contenido centran su trabajo en la familia.

Cuáles son los riesgos del ‘sharenting’

Imagínate que, en la actualidad, muchísimos bebés ya tienen una presencia digital en cuanto nacen. Piensa en cuántas personas pueden compartir el anuncio de un nacimiento en redes, junto con el nombre del bebé, su fecha de nacimiento y el área donde está el hospital. Este es solo un ejemplo de cómo se puede compartir información sensible en un acto bienintencionado.

El ’sharenting’ también funciona “en muchas áreas grises respecto a la privacidad, autonomía, protección y derecho al consentimiento informado de un niño”, dice Albers.

A continuación, enlistamos algunos de los posibles riesgos, tanto los que se relacionan con la salud mental como los peligros del mundo exterior.

1. Interrumpir la creación de una identidad

La presencia constante en redes sociales de una persona desde pequeña, puede generar una presión extra por competir por esa representación idealizada que los padres le estuvieron poniendo ante el mundo.

2. Puede provocar heridas que perduran

Las publicaciones que exponen las imperfecciones y conductas “extrañas” de los hijos, o que los ponen como objeto de bromas, pueden ser humillantes y afectar su autopercepción. También puede dañar su reputación a corto plazo en el lugar donde se desenvuelven e incluso puede hacerlos objeto de bullying.

3. Expone información sensible

Dar información suficiente para conocer el nombre de tus hijos, dónde se encuentran y qué actividades realizan, puede ponerlos en riesgo.

De igual manera, compartir muchas fotografías sin filtros de privacidad puede llevar a perder el control de esas imágenes, de manera que cualquier persona pueda usarlas para cualquier propósito.

Uno de los principales riesgos de esto es el robo de identidad, como advierte la revista Journal of Pediatrics. Basta con tener datos como el nombre completo y fecha de nacimiento para tener acceso a más información sensible.

Es importante tener en cuenta que, en cuanto una imagen se sube a redes sociales, no hay manera de saber cuántas personas pueden acceder a ella. Una foto puede permanecer en internet aunque el post original se borre y, con una persona que la comparta a alguien más, se vuelve más difícil rastrear quien la ve.

Cómo proteger la privacidad de tus hijos en redes sociales

Compartir momentos de tu familia con otros seres queridos o querer crear un archivo personal no es malo en sí, pero es importante preguntarse cuántas publicaciones y de qué tipo representan un exceso. Según la compañía de seguridad informática Kaspersky, estos son algunos consejos que puedes seguir para evitar el ‘sharenting’.

  • Revisa la configuración de seguridad, para que solo familiares y amigos cercanos puedan ver tus posts. Asegúrate de que las publicaciones no se puedan compartir.
  • No permitas que la red social en cuestión registre localización o haga referencias a lugares y fechas exactos.
  • No incluyas información que permita identificar o rastrear a tus hijos: nombres, fechas de nacimiento, escuela o lugares que frecuentan.
  • No publiques información o imágenes que pudieran resultar vergonzosas o humillantes para tus hijos.
  • Tapa el rostro de tus hijos, ya sea con stickers, emojis o herramientas para difuminar.

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‘Kinkeeping’, el trabajo ‘invisible’ que recae en las mujeres

‘Kinkeeping’, el trabajo ‘invisible’ que recae en las mujeres

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En las familias existen diversos roles que comúnmente podemos identificar. Casi todas tenemos una “tía chistosa” o un “primo rebelde”, por ejemplo. Pero hay un rol que forma parte indispensable de la familia y pocas veces mencionamos: el ‘kinkeeping’.

Este término en inglés se utiliza para nombrar un rol que tradicionalmente recae en las mujeres. Consiste en ser el “pegamento” que mantiene a la familia unida.

Qué es el ‘kinkeeping’

Este rol se refiere a las personas que se encargan de todo lo que tiene que ver con la comunicación en la familia: desde las reuniones y actividades, hasta el apoyo emocional y mantenerse en contacto, como explica el portal Stylist.

Es un término que surgió en la década de los 60 y suele relacionarse principalmente con las mujeres debido a roles de género tradicionales.

Aunque es una serie de tareas que suelen ignorarse y para las cuales no suele haber nombre, tiene una importante carga emocional y requiere tiempo y energía de quien ejecuta esas tareas (la ‘kinkeeper’). El problema no es que esas tareas sean pesadas en conjunto, sino que recaen en una sola persona y tradicionalmente es mujer.

Pensemos en un ejemplo muy claro en que se manifiesta el ‘kinkeeping’: las fiestas decembrinas. Probablemente, mientras crecías veías a tu mama, abuelita y tías organizar todo para las posadas, cena y brindis de Año Nuevo. Desde cocinar y servir, hasta recibir a los invitados y organizar la piñata o la entrega de regalos.

De acuerdo con el diario británico Metro, en 1996 se realizó por primera vez un estudio dedicado al ‘kinkeeping’ y reveló que 85% de las personas que tenían este papel eran mujeres; principalmente se trataba de mamas, tías y abuelas entre las edades de 40 y 59 años.

Qué hacer para repartir el trabajo

La labor de ‘kinkeeping’ es invaluable y no debería perderse, pero tampoco debería ser responsabilidad de una sola persona. Si quieres cambiar esa realidad en tu familia, existen cosas que puedes hacer, de acuerdo con Psychology Today.

1. Repartir tareas

Hay que tener la noción de que todas las personas en la familia son ‘kinkeepers’, no solamente la abuela, la mamá o la hermana mayor. Todos los miembros deben tener tareas por cumplir para mantener a la familia unida, pues es algo de lo que todos se benefician.

También los niños pueden participar con actividades y responsabilidades de acuerdo a su edad.

2. Cultiven la tolerancia

No a todas las personas nos gusta hacer lo mismo. Mantener a la familia unida no siempre significa hacer fiestas o cosas formales. Puede tratarse también de una noche de videojuegos, ir al cine o un paseo. Todos deberían sentirse incluidos.

3. Acepten que es estresante

A pesar de su gran importancia y beneficios, el ‘kinkeeping’ puede ser muy pesado. No debería haber vergüenza en tomarse un tiempo fuera y dejar que alguien más tome la responsabilidad.

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Cómo empezar a hablar de dinero con tus hijos

hablar de dinero con mis hijos

Hablar de dinero con tus hijos puede parecer complicado y muchas veces tratamos de evitarlo, ya que no queremos crear preocupaciones para ellos a corta edad. Sin embargo, es fundamental para su educación financiera y su futura independencia económica.

Aquí te doy algunos consejos sobre cómo comenzar esta importante conversación y como evolucionar su enseñanza.

Cómo empezar a hablar de dinero con tus hijos

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1. Empieza temprano y sé consistente

Desde que son chiquitos, introduce a tus hijos al concepto del dinero. Puedes empezar explicando cómo se utiliza para comprar cosas y cómo se genera. A medida que crezcan, puedes ir adaptando las conversaciones a su nivel de comprensión y seguir reforzando estos conceptos regularmente.

2. Usa situaciones cotidianas como ejemplos

Las compras en el supermercado, pagar cuentas y presupuestar para actividades familiares como viajes o paseos de fin de semana son excelentes oportunidades para enseñar sobre el dinero.

Por ejemplo, puedes mostrarles cómo comparar precios o explicar por qué eliges ciertas marcas sobre otras para ahorrar.

3. Involúcralos en la planificación financiera familiar

Permíteles ver cómo se maneja el presupuesto familiar. Muéstrales cómo se dividen los ingresos entre gastos necesarios, ahorro y entretenimiento. Esto no solo les enseñará a ser conscientes de los costos, sino también la importancia de planificar y ahorrar para ciertas metas, como su educación.

4. Dale un domingo o mesada

Dar una mesada regular puede ser una herramienta poderosa. Esto les permite a los niños aprender a manejar su propio dinero, tomar decisiones de gasto y entender las consecuencias de sus elecciones.

Es útil que ellos mismos experimenten la importancia de ahorrar para cosas que desean (aunque no siempre tomen las mejores decisiones, equivocarse los ayudará a aprender).

5. Enseña el valor del ahorro

Explícales a tus hijos por qué es importante ahorrar. Puedes abrir una cuenta de ahorros para ellos o usar una alcancía. Ayúdalos a establecer metas de ahorro y seguir su progreso para que estén motivados y aprendan el beneficio de esperar para lograr esa meta.

6. Habla sobre la diferencia entre necesidades y deseos

Ayuda a tus hijos a distinguir entre lo que necesitan y lo que quieren. Esta es una habilidad muy importante para la gestión financiera. Puedes hacerlo preguntándoles si realmente necesitan una compra que quieran hacer o si es solo un capricho.

7. Sé un modelo a seguir

Al final, lo más importante es dar un buen ejemplo. Los niños aprenden observando. Sé un buen ejemplo al manejar tus propias finanzas de manera responsable. Muestra buenos hábitos de gasto y ahorro. Al ver como manejas tú las finanzas familiares, tus hijos aprenderán a ser responsables con su dinero.

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¿Cómo practicar la crianza empática? 10 claves para mamás

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No se nace sabiendo ser madre, y es cuando llegan los hijos que se descubre que es un proceso de aprendizaje continuo, pues cada etapa tiene sus propios desafíos y cuando parece que ya se tiene todo “bajo control”, surge algo nuevo. También hay diferentes maneras de abordar este proceso de aprendizaje, como lo es la crianza empática.

Tampoco es una tarea fácil, “requiere de mucha paciencia, sobre todo si queremos hacer las cosas diferentes”, como señala Unicef en su “Guía para la crianza de niñas, niños y adolescentes desde el amor y el buen trato”.

Si la meta es ejercer una maternidad consciente y positiva, es necesario cultivar relaciones basadas en el amor, el respeto y la comprensión pero, ¿cómo hacerlo?

Estas 10 pautas te darán una orientación efectiva en el camino de formar hijos felices y preparados para enfrentar los retos de la vida.

10 claves para una crianza empática

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1. Trabaja en tus heridas

Todos en la infancia, consciente o inconscientemente, recibimos una o varias heridas emocionales, señala el psicoterapeuta Roberto Rocha en “Sanando las heridas de la infancia”.

Esto impacta en cómo nos relacionamos y nuestros mecanismos de defensa, por lo que reconocerlas y trabajarlas es vital para una crianza consciente. Identifica patrones de comportamiento y toma medidas para transformarlos, desde leer sobre el tema hasta buscar acompañamiento terapéutico.

2. Prioriza tu autocuidado

Ser mamá es vivir bajo presión y esto muchas veces se traduce en descuidar el bienestar propio, como explica la psicóloga Tania Trueba.

“El mito de la supermamá es una expectativa irreal pero muy común que coloca una carga desproporcionada en las mujeres”, por lo que es importante perder el miedo de pedir ayuda en el día a día, aceptar la imperfección y cuidar de la salud física y mental.

Date tiempos para actividades de autocuidado físico, mental y emocional, como leer un libro o ir por un café con una amiga, hacer ejercicio o tomar algún curso, entre otras actividades, pues “no puedes cuidar de tus hijos adecuadamente si no te cuidas a ti misma”, indica la experta.

3. Promueve hábitos saludables

Las rutinas proporcionan a los hijos un “sentido de orden y previsibilidad, que es esencial para el crecimiento cognitivo, emocional y social. A través de rutinas consistentes los niños aprenden habilidades valiosas como la organización, la priorización y la resolución de problemas”, de acuerdo con la psicóloga infantil Miriam Vega.

Establecer horarios para la alimentación, el sueño y la higiene crea un ambiente predecible, estable, que promueve el bienestar de toda la familia, ya que facilita la organización del tiempo y con esto se crean espacios destinados a las madres para el autocuidado y el equilibrio familiar.

4. Aprende sobre las etapas del desarrollo

Cada niño es único, y también lo es la experiencia de cada madre. Sin embargo, los expertos tienen parámetros claros del desarrollo físico y mental desde el nacimiento, y conocerlos es una gran herramienta para darnos perspectiva y más paciencia al momento de abordar distintas situaciones.

También es un factor clave para fortalecer el vínculo entre padres e hijos y facilitar una crianza empática.

Sigue expertos en redes sociales con credenciales comprobables en el tema, lee libros, escucha un podcast o ve videos para incrementar tu conocimiento y aplicarlo en tu día a día.

5. Valida sus emociones

Validar las emociones “es hacerle sentir al otro que no está mal sentir cualquier emoción. No nos vamos a pelear con las emociones”, asegura Paulina Sánchez, psicóloga infantil, mejor conocida como Psicóloga Pau en redes sociales.

Por eso, cuando se usan frases como “no te sientas así”, “no te enojes”, “no llores”, se transmite que “sentir está mal y le quitamos la oportunidad de que aprenda a identificar qué es lo que está sintiendo en el momento”, indica Sánchez.

Permitirle expresar sus sentimientos sin juicio le ayuda a desarrollar una sana autoestima y le enseña a manejar sus emociones de manera constructiva.

6. Evita las comparaciones

Reconoce y acepta que cada niño tiene su propio ritmo de desarrollo y sus propias habilidades. Por eso, evita comparar a tu hijo con otros o poner exigencias poco realistas, ya que esto puede generar presión innecesaria y ansiedad.

Mejor permítele cometer errores, explorar sin temor, fomentando así su resiliencia y autoaceptación. Adicionalmente, celebra sus logros individuales y evita la codependencia emocional, al recordarle que tu amor no está condicionado a sus logros y que su felicidad es su responsabilidad principal.

“Es necesario reorientar las expectativas: no se trata de que la niña sea ingeniera o médico. Se trata de que sea feliz y debemos estar atentas a cuáles son sus capacidades y qué le hace disfrutar”, comenta Armando Bastida, fundador de “Criando con sentido común”.

7. Sé coherente en tus acciones

“La coherencia es un factor clave de la crianza positiva, y por eso es importante que a los actos sigan las consecuencias”, indica Unicef en sus guías de crianza positiva.

Es que los niños aprenden observando nuestras acciones más que nuestras palabras, por lo que es importante que nuestros comportamientos reflejen los valores que deseamos transmitir.

Por ejemplo, si no se quiere que los hijos levanten la voz, los padres no pueden comunicarse con gritos y malas palabras, o esperar que nos cuenten todo con confianza si como padres no nos comunicamos con ellos. También implica ser fiel a los compromisos, tener medidas de disciplinas realistas y cumplirlas.

8. Fomenta la autonomía

La terapeuta Virginia Satir explica en su libro “Nuevas relaciones familiares en el núcleo familiar” que “es necesario que los padres se unan al niño en el descubrimiento de su personalidad”.

Parte de esto es permitir que los pequeños tomen decisiones y asuman responsabilidades de acuerdo con su edad y capacidad, lo que promueve su autoestima y confianza en sí mismos, ya que la autonomía les brinda la oportunidad de aprender y crecer a su propio ritmo, fortaleciendo su capacidad de enfrentar los desafíos de la vida.

9. Sé abierta y acepta la imperfección

Toda madre quiere hacer todo lo mejor posible y evitar equivocarse, muchas veces queriendo controlar cada detalle, pero hay que reconocer que la perfección es inalcanzable tanto para padres como hijos, y habrá similitudes y diferencias en cada uno.

Sin embargo, esto también da la oportunidad de cultivar una atmósfera de aceptación y amor incondicional en el hogar, pues podemos enfocarnos en crecer juntos y dar a los niños un sentido de seguridad y pertenencia que perdurará a lo largo de sus vidas.

10. Cultiva la gratitud

Enseñar a los hijos a apreciar los aspectos positivos de la vida es fundamental para un buen desarrollo. Y no se trata de ocultar aquello no tan agradable o fomentar una visión poco realista de la vida y sus desafíos, pero diversas investigaciones confirman los beneficios de esta práctica, como un estudio publicado en el Journal of School Psychology, el cual concluyó que los niños agradecidos tienden a ser más felices, más optimistas, tienen un mejor apoyo social y se encuentran más satisfechos en el colegio, con su familia, amigos y consigo mismos.

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Educar en tiempos de pantallas y redes sociales

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Todos ya tenemos muy claro que educar personitas, ser Mamás y Papás es una chamba ENORME, pero la más gratificante, sin duda.

Todo el mundo habla del gran reto que es educar en tiempos de pantallas y redes sociales. Sin duda, esto es nuevo para todos. En mi época, por ejemplo, existía Hi5 cuando me fui a estudiar un año a Canadá y mis Papás no sabían que yo estaba abriendo mi primera cuenta en redes sociales; fue divertido subir mi primera foto de perfil, agregar a mis amigas y amigos, poner mi edad, el colegio donde estudiaba y algunas fotos de mi vida.

Ni por un segundo, mis Papás tuvieron ese miedo o angustia de que fuera a hablar con desconocidos por Hi5. Apenas tenía tiempo de meterme a mi inbox, pues estábamos llenas de clases, planes y diferentes actividades. Amábamos convivir entre mexicanas y conocer a los guapos de “prepa” en el recreo, chismear en las tardes, desvelarnos a escondidas de nuestra cuidadora y escaparnos a un cuarto para estar todas juntas. Era mucho más interesante la vida real que buscar contacto con gente que estaba en México y mucho menos buscar desconocidos.

Me gusta mucho acordarme de esa etapa de mi vida para escoger el caminito correcto con mis hijos. Obviamente de vuelta en México tenía muchísimo más tiempo libre: me la pasaba pegada a mi celular en las noches, chateando por Messenger, tenía hasta computadora en mi cuarto (que la usaba un 90% para perder tiempo y 10% para las tareas). Pero, por otro lado, no había Snapchat ni Instagram, mientras que Facebook era igual de aburrido que Hi5. Subía mis fotos cuando me acordaba, a destiempo; no estabas pendiente de la vida de nadie ni sabías qué habían desayunado. Y eso, sin duda, ha cambiado.

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Educar en tiempos de redes

Hoy, dedicándome a ser creadora de contenido, es parte de mi trabajo compartir mi día a día, lo que voy viviendo en cada etapa y, aunque me encanta hacerlo y amo mi trabajo, esto podría jugarme en contra en el minuto que les diga a mis hijos que “no suban eso”. ¿Verdad? Lo tengo muy claro, pero creo que he aprendido a ser muy cuidadosa, profesional y compartir ÚNICAMENTE LO QUE ME DA PAZ.

Regresando al punto de educar en tiempos de pantallas y redes sociales, al menos en la etapa en la que todavía podemos tener el control sobre lo que hacen, lo que tienen, a dónde van y con quién, creo ciegamente en que debemos inculcarles una vida de saber estar PRESENTES. Una vida con muchísimo deporte, actividades donde tengan contacto con la naturaleza, la bici, el cochecito rápido, las resbaladillas en el parque, sacar a pasear al perro, jugar con otros niños, “ABURRIRSE” como dicen ellos e ingeniárselas entre hermanos. Se vuelven muy creativos y de ESO SE TRATA, de impulsar ese estilo de vida que los hará agarrarle amor y gusto a hacer cosas mucho más interesantes que vivir a través de una pantalla.

Siento que es un mayor reto para mí, dedicándome a lo que me dedico. Por eso, creo que podré dar grandes consejos del tema viviéndolo tan a fondo y tan de cerca. Recuerden que mis hijos apenas tienen 4 y 6 años; desde que nacieron, leí sobre la importancia que tiene la etapa de los 0 a los 7 años de edad para muchos temas de su futuro, desarrollo, cerebro, hábitos y más.

En mi casa hasta ahora no hay Nintendo, PlayStation, iPads ni nada de eso. Lo decidí de esa forma por todo lo que he leído e investigado sobre el tema. Desde chiquitos ven alguna película a la hora de cenar, en fin de semana y vacaciones la pueden ver completa, y entre semana lo hacen durante 20 o 40 minutos. A veces ni tiempo les da porque tenemos partidos de “fut”, fiestas infantiles, clase de tenis, comidas familiares, con amigos, play dates y más. Entonces, no es que yo viva en una burbuja y quiera esconderlos del mundo real, PARA NADA.

Mi trabajo es cuidarlos

Todo eso va a llegar, sin duda alguna, pero lo que SÍ ESTÁ EN MÍ es retrasarlo lo más que pueda, argumentando que soy su Mamá, mi trabajo es cuidarlos y hacer lo mejor para ellos. Aplica también en lo que comen, lo que llevan de lunch y las películas que pueden ver, entre muchas otras cosas.

Nadie me cree cuando les cuento que todos en casa despertamos con un shot de caldo de hueso en ayunas, ni que toman jugo verde, ni que les gusta el pescado, el kéfir o los probióticos en gelatina. Pero no soy Mamá que prohíbe y obliga, les explico las cosas.

Pueden comer tres dulces en las fiestas, tres, sin berrinches. Desde que aprendieron a hablar lo saben. Ahora se sientan, los escogen, analizan bien cuál les conviene más, me regresan la bolsita con el resto de los dulces de la piñata. Tenemos una caja en la despensa de todos esos dulces acumulados para cuando hay play date en la casa.

Mi súper tip de las fiestas infantiles es: nos comemos el pastel en la camioneta, así es fácil que acepten irnos a la hora correcta para que lleguen a bañarse y a hacer la tarea. Todo mucho más tranquilo que con un rush de azúcar de haberse comido 10 dulces, más todo el estímulo de las fiestas. Y, en lugar de que se queden dormidos en el coche embarrados de paleta, chocolate, pastel y gomitas, van felices comiéndose su rebanada de pastel, platicando de la fiesta y de sus amigos. Nos ha funcionado padrísimo.

OBVIAMENTE, si es el cumpleaños de su mejor amigo, se quieren quedar hasta el final y se duermen en la camioneta, ESTÁ BIEN, los limpias con toallitas húmedas y no es el fin del mundo. Que brinquen, que se ensucien, que disfruten. De igual manera, si un día estás sola en casa o te sientes mal, no hay nadie que te ayude o todos están colapsando (porque hay muchos de esos días también), ponerles una película es tu mejor opción para poner orden en casa. Pero no es la rutina ni lo común en esta casa, porque los conozco y sé lo que es mejor para ellos. Aman llegar, bañarse y cenar. Su rutina tan marcada les da mucha seguridad de lo que sigue, no traen esa ansiedad infinita que veo muchas veces en niños, y se podrían autorregular mucho más fácil con una simple estructura.

Cada Mamá es un mundo

Van a casas donde hay pantallas, videojuegos y los juegan con supervisión, y les encanta, obviamente, pero también disfrutan muchísimo los planes en casa. Creo que no debemos olvidar que son niños y la prisa por sentirse grandes nace con nosotros, todos queríamos ser grandes. Pero ya la vida pasa muy rápido como para adelantarles etapas tan importantes y que NO REGRESARÁN. Así que eduquemos con pantallas de acuerdo a la edad que tengan, pueden ser nuestras aliadas, cuidando tanto lo que ven como lo que comen, lo que escuchan como a lo que juegan. De esta forma, sentiremos todas mucha paz.

Cada Mamá es un mundo, cada hijo y cada familia también, todas lo estamos haciendo increíble y lo mejor que podemos. Mientras tanto, seguiré compartiendo mi experiencia y mis tips que verdaderamente agradezco haber seguido durante estos años y que me vuelven mejor Mamá. Lo veo en ellos, son esponjitas, no olvidemos eso y cuidémoslos como se merecen.

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¿Qué es un seguro de vida y para qué sirve?

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Muchas veces nos da tristeza o miedo hablar de esto, pero es importante que sepamos los beneficios que tiene para nosotras un seguro de vida.

Un seguro de vida es una herramienta financiera diseñada para proporcionar seguridad y protección económica a los beneficiarios designados en caso de fallecimiento de la persona que se aseguró. Su principal propósito es ofrecer tranquilidad y respaldo financiero en momentos difíciles, asegurando que las personas queridas puedan enfrentar los desafíos económicos que puedan surgir tras la pérdida de un ser querido.

Para qué sirve un seguro de vida

Este tipo de seguro funciona de manera simple pero efectiva. La persona que saca el seguro hace pagos regulares a la aseguradora y, a cambio, la aseguradora se compromete a pagar una suma total a los beneficiarios designados en caso de que el asegurado fallezca durante el periodo cubierto por la póliza.

El principal uso del seguro de vida es brindar apoyo financiero a los seres queridos del asegurado después de su fallecimiento. Este respaldo financiero puede ayudar a cubrir una variedad de necesidades, como gastos funerarios, deudas pendientes, hipotecas, educación de los hijos o simplemente para mantener el nivel de vida al que la familia está acostumbrada.

Pero el seguro de vida también puede servir como una forma de ahorro ya que, si durante el plazo que contratamos ese seguro de vida no nos pasa nada, tendremos la opción de tomar las aportaciones que hicimos al mismo plan. Entonces el seguro de vida también puede servir con un ahorro forzoso al cual tendremos acceso eventualmente para hacer alguna meta a largo plazo.

Existen varios tipos de seguros de vida, cada uno adaptado a diferentes necesidades y circunstancias. Los dos tipos principales son el seguro de vida a plazo fijo y el seguro de vida permanente. El primero proporciona cobertura por un periodo específico, mientras que el segundo ofrece cobertura durante toda la vida del asegurado, siempre y cuando se paguen las primas correspondientes.

Funciones adicionales

Además de ser una red de seguridad financiera, el seguro de vida también puede cumplir otras funciones importantes. Puede utilizarse como una herramienta de planificación patrimonial, permitiendo transferir activos a los beneficiarios de manera eficiente desde el punto de vista fiscal. Asimismo, algunas pólizas de seguro de vida acumulan valor en efectivo, lo que significa que el asegurado puede retirar o pedir prestado contra ese valor durante su vida.

Al contratar un seguro de vida, se está invirtiendo en la seguridad y el bienestar de los seres queridos, proporcionando un legado financiero que trasciende a lo largo del tiempo.

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El árbol genealógico también se poda. Bye familia tóxica

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“La familia es primero”, “debes perdonarl@ porque es tu mamá/papá/espos@”, “no importa lo que te haya hecho, es tu sangre”… Cuántas veces hemos escuchado esto y lo peor, por cuánto tiempo lo hemos creído. Hay veces que la familia lastima, violenta o separa y ningún lazo o vínculo justifica hacerlo.

Siempre serás TÚ primero. La familia claro que es importante, pero en ella se debe encontrar paz, confianza, confort y apoyo, si no es así también se vale podar el árbol genealógico sin remordimientos. 

Lamentablemente las cifras hablan por sí solas: se calcula en todo el mundo que 736 millones de mujeres han sido víctima de violencia familiar al menos una vez en su vida, es decir: 1 de cada 3, datos dados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2021. 

En la familia están los agresores, en la propia “casa”. Este mismo año, 45,000 mujeres y niñas fueron asesinadas por sus parejas u otros familiares; es decir, más de 5 mujeres son asesinadas cada hora por alguien de su propia familia, según la ONU MUJERES. 

Foto: Shane Rounce / Unsplash

Es por eso que NO, NO se puede justificar la violencia con la sangre o los genes. Una persona que realmente te quiere -comparta tu ADN o no- te cuida, te respeta y te suma. 

Pero precisamente porque se piensa que a la familia se le debe perdonar todo es que se han permitido muchos abusos y muchos de ellos han terminado en asesinatos.

No elegimos la familia que nos toca, pero sí podemos alejarnos de los parientes tóxicos y dejarlos atrás para crear nuestra propia familia con algunos integrantes con los que sí compartimos la sangre y con otros cuyo lazo es por el corazón y que a veces ese vínculo es hasta más fuerte que la línea genética. 

Foto: StockSnap / Pixabay

Pero no solamente por violencia, también es válido dejar de frecuentar a los familiares con los que una vez se conectó, pero que la evolución de la vida los llevó a ya no sentirse cómodos juntos. 

Como pasa con las ex parejas o los ex amig@s, los familiares también pueden dejarse atrás, recordarlos en los capítulos de la vida en los que fueron importantes, pero que ya no forman parte de nuestras nuevas versiones. 

Para conservar a un pariente en tu vida, debe hacerte sentir como en casa: seguro, cálido, feliz, en confianza y en amor absoluto. 

No dejes que la culpa no te deje podar a los familiares que ya no te suman o que te perjudican. Verás que cuando decidas cerrar las filas de tu vida hasta la energía comenzará a fluir mejor. 

Foto: Tyler Nix / Unsplash

Todo lo que estorba te drena vida, no lo permitas y rompe con esos lazos tóxicos porque además si otros familiares o hij@s te ven perdonando lo que sea en nombre de la familia, se repetirá el patrón destructivo. 

La familia no es en la que naces, es la que tú decides que es hogar. 

Para una época agridulce, tu círculo de confianza

círculo de confianza

Ya estamos en noviembre. Se acercan las fechas de reunirnos con la familia y los amigos; de disfrutar de los abrazos, los bazares y las cenas; y también de pagar los aguinaldos. También pensar en el regalo para tu familia política, Santa Claus y muchos más. Pero dentro de todas esas distracciones, de las esferas, las luces y la linda música de fondo, empieza una época agridulce, esa en la que más extrañamos a quienes ya no están o aquello que no pudo ser: desde tu ex, tu perrito que murió, la mejor amiga que mandaste a volar, tus abuelos, mamá o papá, o tu bebé que no llega y que tanto anhelas tener.

‘Circle of trust’

¿Te digo algo? Absolutamente todos estamos pasando por un duelo, todos. Lo que pasa es que no vas por la vida compartiendo lo que te lastima tanto. No te quieres convertir en esa mujer, amiga o mamá que va por la vida contando sus tragedias, ¿verdad? Yo soy igual. Pero te quiero decir algo: necesitas tener un ‘CIRCLE OF TRUST’, ese círculo de amigas o familia que, sin importar si lo forman tú y una persona más o tú y 10 más, puedas marcarles a la hora que necesites, para lo que necesites y que tengas la certeza de que AHÍ ESTARÁN, ‘NO MATTER WHAT’.

Ahora, si creciste como yo, en una dinámica familiar complicada donde no te hablaban con la verdad, te va a costar muchísimo más trabajo confiar y eso no significa que puedas escudarte en tu pasado para siempre. ¡Agarra al toro por los cuernos! Ten a esas personas que amas cerquita y HABLA, SUELTA Y SANA. Si no lo haces, se empieza a formar una bola de nieve emocional muy gruesa y a corto plazo tendrás, sin duda, síntomas de enfermedad, como cuerpo cortado, la energía por los suelos, migrañas, problemas digestivos, ansiedad o insomnio.

Todas necesitamos ese círculo que se alegre y se le apachurre el corazón al festejar tus logros o para llorar hasta que sientas que no hay más lágrimas dentro de ti. ¿Es fácil encontrar a ese tipo de personas? No, no lo es, pero ahí están: disfrazadas de vecinas, de mamás del salón de tus hijos, de socias, de primas, de compañeras de trabajo o de clases, de amigas del kinder… ahí están.

Debes trabajar en tu círculo de confianza

No te aferres a tu mismo grupito de siempre si cada vez que se reúnen es lo mismo y sientes que estás en otro canal. Sal de tu zona de confort, invierte tu tiempo con quien te rías, con quien te sume, con quien aprendas, con quien bailes y grites, con quienes sepan guardar secretos y llorar abrazadas sin parar y sin juzgar.

¿Tienes eso? Enfócate en eso, pero para recibir hay que saber dar. Haz que ese sea tu primer propósito del próximo año: tu ‘circle of trust’. Eso sí, bien escogido, donde tú también seas capaz de dejar todo por correr cuando te necesitan y tener con las demás todos los detalles que amarías que tuvieran contigo, porque te nace no por obligación, porque eliges a esa gente y te emociona recibirlas. Tener detalles con esas personas y sentirte en casa y en familia cuando estás con ellas. Eso es increíble.

Lo que realmente importa

Y aunque noviembre es un mes agridulce y diciembre un poquito más, todo será más sencillo si contamos con este círculo de amigas. Además, si tenemos nuestras prioridades muy claras y el corazón lleno de gratitud por todos los que sí estamos, los que podemos brindar, acompañarnos, celebrar y estar, el extrañar a quienes nos ven desde allá arriba se vuelve un poquito más ligerito. A mí me gusta pensar que nos están viendo y que quiero que se sientan absolutamente orgullosos de quién soy y cómo elijo vivir mi vida. Me encanta honrarlos los 365 días del año y no solo en el Día de Muertos, que a través de mis hijos pueda revivir sus historias, contarles sobre ellos, sus travesuras, viajes, anécdotas y más.

Cuando los extraño, hay una frase que me acompaña en todo momento: “nada muere hasta que se deja de pensar en ello”. Y del otro lado de la moneda, cuando hay situaciones familiares negativas y complicadas, pienso en “ten cuidado con lo que riegas porque crece”, y hay veces, muchas veces, que lo mejor es estar lejos de lo que hace daño y no seguir con patrones que, generación tras generación, se han ido repitiendo en casa. Solo tú conoces tu historia, solo tú sabes qué es lo que te quita tu paz por completo y lo que quieres para ti y para tus hijos. Recuerda que no estás sola. Abraza ese sentimiento agridulce, y ¡manos a la obra!

Qué hacer cuando tienes una relación tóxica con tu mamá

En los últimos años, se han visibilizado cientos de comportamientos tóxicos en relaciones de pareja, trabajo y amistad, lo cual es muy importante. Pero poco se habla de cuando tienes una relación tóxica con tu mamá. Porque sí, entre familiares también hay lazos que dañan nuestra salud mental y afectan nuestra manera de comunicar lo que sentimos.

Desde pequeñas nos enseñan que “honrar a tu padre y a tu madre” es un precepto básico de la vida y también es una noción general que ellos son quienes más te van a proteger en el mundo. Tal vez por eso puede ser tan fácil minimizar y justificar acciones que nos hacen daño por parte de los progenitores. Mientras que en la última década se ha normalizado alejarse de personas que nos han hecho daño, ya sea amigas, parejas o miembros de la familia, todavía se habla poco sobre cómo lidiar con una relación tóxica con nuestros padres. Y, específicamente, cuando la relación entre madre e hija no es sana.

Te presentamos este tema con el punto de vista de una psicóloga de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) y te decimos qué puedes hacer para mejorar tu relación con tu mamá, si consideras que necesita trabajarse.

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¿Qué es y por qué se da una relación tóxica?

La psicóloga Ileana Guerra Martínez explica que una relación tóxica inicia cuando una persona busca establecer una jerarquía y tener el control de ese vínculo. Una persona tóxica prohíbe cosas, es egoísta y no tiene inteligencia emocional. No deja que la otra persona crezca ni se desarrolle de manera individual. En pocas palabras, no permite el crecimiento ni bienestar del otro, y en vez de eso es posible que humille y agreda.

Lo anterior puede darse en distintas dinámicas de relación, sin embargo, Ileana advierte que las relaciones entre madres e hijas pueden ser complicadas. Esto es debido a que la crianza de una madre casi siempre se basa en la que tuvo en su infancia, con la diferencia de que buscará darle a su hija lo que su madre no pudo o no quiso darle.

“Puede cometer errores en muchos ámbitos, pero procurará darle lo que su mamá no pudo darle; es decir, evitará las carencias que sufrió durante su niñez. Si una mujer no trabaja sus heridas con su madre, las pasan a sus hijas y se hace un círculo vicioso”, explica la psicóloga de la UABC.

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Esto puede complicarse si la mamá tiene algún trastorno o padecimiento psicológico. “Hay mamás narcisistas que buscan chantajear, manipular, controlar y hostigar… También se presentan comportamientos tóxicos cuando la crianza es autoritaria. Lo mejor es no ser negligentes ni permisivas, sino llegar a un punto medio”.

Esto recalca la importancia de poner atención en nuestra salud mental tanto como lo hacemos con la salud física. Todas las personas somos distintas, con áreas de oportunidad, problemas por resolver y condiciones únicas.

¿Qué puedes hacer cuando tienes una relación tóxica con tu mamá?

Es importante mencionar que, a veces, también la hija puede ser la persona tóxica en la relación. Al preguntarle a la psicóloga cómo podemos cambiar si nosotras tenemos estas actitudes tóxicas o si nosotras iniciamos los conflictos, ella respondió lo siguiente.

“Primero, tienes que querer cambiar, reconocer y aceptar que estás teniendo actos agresivos, violentos o incorrectos. Debes entender que tus acciones están lastimando y admitir que lo estás haciendo. Y, finalmente, decirte a ti misma: ‘ya no quiero esto’. Después, debes ir a terapia en busca de orientación de una profesional”, recomendó.

Una conducta que se presenta de manera frecuente entre madres e hijas son los comentarios tóxicos e hirientes. “Lidiar con estos comentarios es muy complicado, porque a veces no se trata de lo que se dice o cómo se dice, sino quién lo dice”, explica Ileana Guerra. Estos comentarios suelen lastimar mucho más que si los hiciera otra persona, debido a que históricamente, ‘una madre es el ser que más te va a amar y a proteger’”.

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“Para enfrentar estos comentarios, lo que se debe hacer es entender y comprender a nuestra madre, sin llegar a justificar sus acciones. Lo más probable es que ella también haya pasado por situaciones similares y aún tiene estas heridas. Trabajar desde la compresión, no tomar el comentario de forma personal y buscar el crecimiento individual”.

Esto último se refiere a que cada una debe buscar crecer por sí sola, por lo que no recomienda avanzar a la par de ella. “Si tú ya expresaste que sus comentarios te duelen y ella no cambia este comportamiento, debes entender que tu mamá está teniendo problemas, no tú. Siempre trabaja en ti misma”. La psicóloga reitera que la familia no es obligatoria, solo son lazos de sangre, pero a fin de cuentas, son como otros seres humanos.

“Es válido querer sacar de nuestras vidas a nuestros padres, hermanos, o a quien tú quieras. Si esa persona te resta, te daña; no te cuida ni te valora, no es necesario ni obligatorio aguantar a alguien así, aunque sea tu mamá”. Sin embargo, Ileana insiste en trabajar esa relación, porque te va a servir en tu crecimiento personal y de cierta forma, te ayudará a perdonar y comprenderte a ti misma.

Ileana Guerra dice que si tienes la posibilidad de separarte de tu mamá si su relación es tóxica, házlo. “Si quieres estar enojada con ella, está bien estarlo un mes, un año o lo que te dure el enojo. Pero, cuando te sientas lista, ve a terapia, porque tendrás que trabajar esas heridas con la ayuda de una profesional. Te ayudará a mejorar y no pienses que es por ella, sino para ti misma. Hablarlo con alguien te hará sentir mucha paz”.

El distanciamiento puede ayudar a ambas a reflexionar y a cambiar estas actitudes tóxicas. El proceso puede ser doloroso, pero evitará que haya rencor entre las dos. Recuerda nunca permitir que sean tóxicos contigo y acepta cuando tú lo eres.

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¿Vas a viajar en avión con niños? No cometas estos errores

viajar en avión con niños

No hay nada como un viaje familiar, ese momento en el que después de meses de trabajo, el cochinito está listo para romperse, las maletas llenas y la cámara lista para inmortalizar cada momento.

Sin embargo, cuando vamos con niños los viajes, además de estar llenos de risas, una que otra preocupación y uno que otro regaño, el trayecto puede ser un tanto incómodo si no planeamos de manera adecuada.

Si en tu familia hay pequeños y están próximos a tener unas vacaciones juntos, te contamos algunos errores que no deben cometer al viajar en avión con niños.

¿Vas a viajar en avión con niños? No cometas estos errores

Foto: Pexels. Oleksandr P

1. No reservar asientos juntos

Esto puede ser más que obvio ya que los niños, incluso cuando no se está viajando, requieren de supervisión constante. Que alguien cercano se pueda sentar con el niño en cuestión es de suma importancia, pues permite solucionar algún problema de comportamiento (como que se ponga a patear el asiento solo porque se siente aburrido), permite asegurarse de seguir las reglas de seguridad y es mucho más cómodo.

Asegúrate de hacer check-in en cuanto sea posible, antes de estar en el aeropuerto. Esto te permitirá escoger tu asiento, aunque algunas aerolíneas también cobran por ese privilegio.

Otro tip: siempre es mejor que los niños viajen en medio o junto a la ventana; como explica el portal Parents, en un asiento de pasillo las manos y los pies pequeños pueden sufrir golpes cuando la gente pasa, o el café y el agua calientes pueden estar a su alcance cuando pasa el carrito de alimentos y bebidas.

2. No llevar cosas para entretenerlos

Es cierto que los niños pueden desesperarse fácilmente y comenzar a hacer travesuras, pero para reducir la posibilidad de que esto ocurra hay que contar con opciones como las siguientes.

  • Libros para colorear.
  • Dispositivos electrónicos con juegos o contenido previamente descargado, ya que en el avión muy probablemente no tendrás acceso a internet; no olvides el cargador y unos audífonos para evitar molestar a los demás pasajeros con el ruido.
  • Lleva algo de comer, de preferencia alimentos que no manchen ni sean demasiado azucarados.

3. Escoger vuelos con escalas muy pegadas

Foto: Pexels. Oleksandr P

Los vuelos con escalas frecuentemente requieren practicidad, organización y que te muevas rápido: esperar tu turno para bajar del avión, a veces recoger equipaje documentado, tal vez moverte de terminal y volver a pasar filtros de seguridad. Hacer todo esto mientras viajas con niños toma más tiempo.

Si tienes una escala de tres o cuatro horas tal vez no haya mucho problema con las prisas, pero si tienes escala de una hora probablemente te cueste más trabajo lograrlo.

Sin embargo, tampoco exageres con los tiempos de espera. Si los vuelos con escala son cansados para los adultos, imagínate para los niños.

Como tip adicional, el portal BetterHealth recomienda que el niño lleve ropa fácil de distinguir para sus familiares y que use zapatos fáciles de desabrochar en los filtros de seguridad.

Cosas que sí debes hacer

Planifica tu lista de equipaje con anticipación (escribe con tiempo una lista de equipaje completa) y cuando empaques, asegúrate que los artículos que deben retirarse en los filtros sean fáciles de encontrar.

No olvides los suéteres o chamarras, ya que el ambiente puede ser frío cuando viajas en avión.

También opta por ser paciente, porque un viaje en avión puede ser especialmente estresante más así que tranquila, se comprensiva y modera tu tono de voz y lenguaje corporal, pero sobre todo disfruta del viaje y atesoren el momento familiar.

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¿Es bueno o malo usar aretes desde bebé?

¿Es bueno usar aretes desde bebé?

Muchas personas lo ven como algo malo e innecesario, mientras otras lo ven como algo adorable o tradicional. Y sí, se pueden ver muy bonitos los pendientes en bebés y creciendo nos permite con más facilidad usar joyería muy bonita. Pero antes de decidir si quieres perforar las orejas de tu bebé, lee con Nosotras si es bueno usar aretes desde bebé.

Muchas veces esta práctica se lleva a cabo poco después de que los bebés nazcan y otras personas esperan a que sean un poco más grandes. A veces, por cultura, suele perforar las orejas de las pequeñas bebés para hacer diferencias por género. Pero, ¿es bueno para los bebés?

¿Es bueno o malo usar aretes desde bebé?

Hemos visto fotos o familiares que tienen perforaciones en las orejas desde chiquitas. Incluso varias de nosotras hemos tenido aretes desde que somos pequeñas, tan pequeñas, que no nos acordamos desde cuándo nos hicieron las perforaciones.

La Academia Americana de Pediatras (AAP) dice que la perforación de orejas es segura en cualquier edad, mientras sea hecha con equipo estéril y por un profesional con autorización del pediatra. Es decir, NO se debe hacer en casa y siempre es mejor contar con el punto de vista médico para descartar que cualquier condición de salud lo impida.

Según el portal WebMD, realmente no existe una recomendación específica para cuándo y cómo debemos perforar las orejas de las bebés. Lo más recomendable es consultar con tu pediatra pero, como dice el medio, se recomienda que una persona tenga al menos tres meses para usar aretes desde bebé.

Fotos: Pexels. Mitch Oram

Esta edad se recomienda ya que es lo que se debe esperar para que la bebé reciba la vacuna contra el tétanos y así sea posible disminuir la probabilidad de infecciones en la perforación. En contraste, AAP no define un tiempo que sea bueno para usar aretes desde bebés. Al contrario, recomienda que es mejor esperar a que la niña crezca y pueda cuidar las perforaciones por sí misma. También hay que cuidar que sea en una edad donde no haya probabilidad de que toque con manos sucias la perforación.

También, según el sitio WebMD, entre los posibles riesgos de una perforación están las alergias, sangrados o formación de cicatrización queloide, que es una cicatrización anormal por una lesión.

Recomendaciones para perforar las orejas

Si el pediatra lo aprueba y has tomado la decisión, toma en cuenta las siguientes recomendaciones.

  • Utilizar aretes diseñados para bebés. Según el sitio JeweledLullaby, éstos deben ser de material hipoalergénico, pequeños, ligeros y de preferencia atornillados para evitar un accidente o que representen un riesgo.
  • Mantener los aretes nuevos puestos durante al menos 6 semanas.
  • Lavar el sitio con regurlaridad.
  • No perforar el cartílago de la oreja, es mejor el lóbulo para evitar infecciones
  • Evitar joyas que cuelguen. Pueden atorarse en la ropa o el bebé puede jalarlos.

Los signos que te pueden señalar que algo está saliendo mal con la perforación son: pus, dolor, enrojecimiento o hinchazón.

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Un nuevo miedo desbloqueado: el divorcio

miedo

Aunque sabemos que el miedo no sirve de nada, paraliza y nos hace daño, también me gusta pensar que hay miedos buenos y son los que nos despiertan cuando necesitamos hacerlo. Sucede por lo mucho que tendríamos que perder si no abrimos bien el corazón y los ojos.

Y es que en este mundo que gira tan de prisa, donde es más fácil navegar con bandera de empoderadas que de vulnerables, solemos dejar lo que más nos importa al último.

Miedo al divorcio

Foto: Unsplash. Kelly Sikkema

Todo esto lo dice alguien que de recién casada se dedicó a armarla de pedo sin parar, lo dice alguien que ha querido divorciarse tres veces y, en serio, lo dice alguien que le ha empacado maletas a su esposo. Justo por eso me atrevo a contarlo, porque esa etapa de mi vida tenía mucho, pero mucho que ver con mi historia.

Siendo hijas de papás divorciados, hoy puedo platicarlo desde un lugar absolutamente distinto. Recuerdo ese segundo donde nos dieron la noticia y se desmoronó mi mundo entero, no me gustó que se divorciaran, me dolió el alma y me enojé por mucho tiempo. No me tocaba a mí juzgarlos como pareja, ni escoger un bando por así decirlo, pero estaba muy chiquita y quería a mis papás juntos como los de mis amigas, quería no tener que ir de casa en casa ni tener tiempo limitado con mi Papá, sobre todo.

Hoy te puedo decir que nunca había aceptado que me da miedo divorciarme, me da miedo estar sin mi esposo porque de verdad estar con él es como llegar a casa, a la casa que yo soñaba llegar y no tenía porque era tiempo con mamá o con papá.

Muchos años después entendí que mi mamá no era feliz con mi papá, que él intentaba todos los días cortarle más y más las alas, que eso no era vida; tampoco hubiera sido para nada justo ni correcto que ella se quedara solo por ahorrarnos ese duelo y/o rompernos esa expectativa de familia que teníamos y queríamos mis hermanos y yo.

Los siete años de matrimonio

Entonces me empoderé desde chavita, desde mi primer novio hasta el día que me casé fui esa mujer y novia empoderada que decía a los cuatro vientos: “Yo puedo sola sin tema y, si quieres llegarle, llégale”.

Tuve de verdad amores divinos, otros tropezones y siempre traía, como dice mi Psicóloga, el ‘car seat’ en la cajuela porque moría por ser Mamá desde que tengo memoria. Pero nunca me senté a aceptar, con este esposo que tengo, con esta familia que hemos construido y con todo lo que hemos superado, que me da miedo no solo el divorcio sino perderlo hoy, en cinco, en 10 o en 20 años.

Tengo que confesarles que jamás había sentido esto ni estamos pasando por una mala racha (que hay muchas de ésas en el matrimonio), pero estoy a días de cumplir siete años de casada y dicen que es el momento de mayor crisis; varias conocidas duraron exactamente eso casadas, siete años.

¿Qué me estará pasando? ¿Será que este mundo tan aterrador también te hace valorar tener a alguien que te haga sentir en casa con solo abrazarlo? Pensé que se me había quitado lo cursi y está regresando con todo.

No vivir desde el sacrificio

Me encantaría leerlas y saber su experiencia sobre esa famosa crisis de los siete años pero, antes de cerrar mi compu, dejar un mensaje muy importante. NO VIVAS NADA DESDE EL SACRIFICIO. No te quedes en un lugar donde no eres vista, reconocida, amada y valorada “por tus hijos” porque entonces eso les estás enseñando que es el amor, el matrimonio y que de eso trata la vida.

Y no, señoras y señores, la vida es otra maldita cosa. Al final superé el divorcio de mis Papás como millones de niños y niñas en el mundo, al final mi mamá me puso el ejemplo de luchar por su sueño, mi Papá encontró el amor una y mil veces de nuevo y vivió al máximo como nos enseñó a hacerlo. Honro a mis Papás, les agradezco y continúo dando lo mejor de mí todos los días por mis hijos.

Por esta familia que tanto soñé, elijo transformar ese miedo en ‘wake up call’ para procurarnos más, abrazarnos más fuerte y, dentro de las agendas tan apretadas, no dejar de tener esos ratitos para sentirnos libres y jugar a novios. Para seguir eligiéndonos todos los días.

Cuál es el mejor momento para dejar de amamantar

Cuál es el mejor momento para dejar de amamantar

La leche materna es el alimento ideal para un bebé recién nacido. Un artículo del Instituto Mexicano del Seguro Social explica que la cantidad y calidad de la leche materna es suficiente, por lo que no es necesario darles agua, té o jugos antes de los seis meses.

Aunque con el tiempo se vayan introduciendo alimentos sólidos, la leche materna sigue siendo importante después de los seis meses. Pero, ¿sabes cuál es el mejor momento para dejar de amamantar? Aquí te lo decimos.

La Organización Mundial de la Salud explica que se deben introducir gradualmente alimentos apropiados después de los 6 meses y continuar con la leche materna durante 2 años o más. Este alimento es el más importante para el desarrollo de tu bebé, ya que la leche materna contiene vitaminas, minerales, inmunoglobulinas y células que ayudan a su sistema inmunológico.

Foto: Pexels. Mónica Turlui

La leche materna es esencial, pero tu bebé debe empezar a consumir alimentos sólidos poco a poco. El portal Better Health enlista algunos momentos en los que puedes darle de comer papillas o trocitos de fruta a tu bebé.

  • Cuando empiece a mostrar interés mientras otros están comiendo.
  • Empieza a hacer gestos que parecen decir “también aliméntame”.
  • Si deja de expulsar cualquier alimento que se lleve a la boca (esto indica que ya está desapareciendo el reflejo de sacar la lengua).
  • Cuando es capaz de mantener la cabeza erguida y sentarse sin apoyo.

Cuál es el mejor momento para dejar de amamantar

Diversos portales coinciden en que debes tomarte tu tiempo para empezar con el destete. Dependerá de cada bebé elegir cuándo dejar la leche materna. Pero, entre más alimentos comience a probar, poco a poco reducirán las tomas de pecho que tiene al día.

Foto: Pexels. Karolina Grabowska

Es de vital importancia alimentar a tu bebé únicamente con leche materna los primeros 6 meses de vida; posterior a esto, el destete tiene que ser gradual y paulatino. Recuerda que cada madre decide cuándo dejar de darle leche a su bebé; lo más común es darle hasta los 2 años de vida, aproximadamente, pero depende de ti y tu bebé.

Siempre puedes alternar ambas formas de alimentación, esto ayudará a que tu bebé se desacostumbre a tomar leche con el paso de las semanas. El sitio Better Health explica que lo mejor es destetarlo de forma gradual. Por ejemplo, si tu bebé hace 5 tomas al día y ya consume alimentos sólidos, puedes quitarle una toma en la primer semana de destete, dos en la siguiente y de esa manera no cortarás su consumo de leche de un día para otro.

Por otro lado, el Servicio Nacional de Salud de Reino Unido (NHS) explica que esta manera también te ayudará a prevenir problemas como senos demasiado llenos, duros, hinchados y la mastitis (inflamación que a veces puede dejar una infección).

Es normal sentirte triste al momento de destetar, ya que este es uno de los mayores vínculos emocionales que tendrás con tu bebé. Este sentimiento se irá con el paso de algunos días pero, si persiste o si está representando un problema en tu vida diaria, es mejor buscar ayuda.

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Bienvenidas a Sin letras chiquitas

sin letras chiquitas

Naces, creces, te reproduces y de pronto te agregan a CHATS DE MAMÁS. Sí, suena divertido, interesante, sobre todo si fuiste la primera de tus amigas en ser Mamá y al fin estarás en el mismo canal que muchísimas mamás, pero hay una variante de los chats que es LA ESCOLAR.

¡Hijas de su madre! Y me incluyo porque se contagia, se te pega eso de estar preguntando cosas, poner “que se mejore” cada vez que alguna comparte que su hijo estornudó, seguido de 25 mensajes de “que se mejore” más.

Pero me generan una ansiedad tremenda: que si el ‘money pool’, la cuota del regalo del maestro, los entrenamientos de fut, apuntarte en listas para hacer actividades con tus hijos, llevarles el lunch calientito a la salida para los que se quedan al ‘after school’ porque nos dijeron que la clave del éxito está en el deporte, y seguramente influye mucho por la disciplina, hábito y demás. Pero cuando se te juntan las actividades de tus hijos y no puedes ir a todo te conviertes en una especie extraña, respiras más rápido, piensas en tus mil pendientes a una velocidad que te marea, sientes como si te caminaran piojos por la cabeza y te dan unas ganas inmensas de gritar “YAAAA NOOOO PUEDOOOO MÁAAAS”.

Y después se te pasa, te organizas, lo resuelves y vuelves a escribir algo en el chat.

He visto muchísimos memes en estos días sobre el regreso a clases, el típico video de Tom Cruise cantando en el coche a todo pulmón “And I´m freeeeee, free falling”, compartido por miles de mamás donde ponen “Yo después de llevarlos por fin a la escuela”. Y por supuesto que es chistoso, me muero de risa, porque la maternidad SIN DUDA es la chamba más difícil que existe, más gratificante también, obviamente. Pero wow, lo súper poderosas que somos las Mamás, porque no solo es llévalo, tráelo, cocínale, ten su uniforme planchado y listo, hay que contenerlos, escucharlos, abrazarlos fuerte e interesarnos por su día aunque no cambie mucho la narrativa de un día a otro.

La mejor parte es cuando llega tu esposo de trabajar y te dice “¿Vemos una peli? O, ¿por qué estás tan cansada” Ahí si te puedes convertir en “Voldemort” en cuestión de segundos pero tampoco tienes energía para esa transformación, entonces te das cuenta de que ese consejo que te daba tu abuelita de “escoger tus batallas” es mucho más serio de lo que pensabas.

Esto es Sin letras chiquitas

Malabarearnos entre trabajo, casa, maternidad, esposo y aparte comer sano, hacer ejercicio, arreglarte y no convertirte en “Doña Florinda” suena fácil, la verdad es que con el paso del tiempo es mucho menos complicado. Peeeero hay fácil unos 10 días del mes que me encantaría tener vacaciones y que esos castigos cuando éramos chavitas de “te vas a tu cuarto y no sales en toda la tarde” serían, tan cual, un regalo divino en estos momentos de adaptarnos a la nueva rutina, al regreso a clases y todo lo que conlleva.

Es un tema agridulce porque agradeces con todo tu ser verlos sanos, fuertes, creciendo, emocionados, haciendo amigos, cargando su mochila que parece más grande que ellos y por otro lado te cuesta soltar, aceptar que ya no son unos bebitos aunque sientas que nacieron antier. Vamos a vivir este proceso juntas, por eso lancé Mamá sin letras chiquitas y en mi Instagram les platico todo.

Soy Mel De Haene y estoy amando escribir esta primera columna para ustedes. Estaremos tocando temas que como mujeres, esposas y mamás me llaman mucho la atención y me encantará leer sus comentarios, bienvenidas.

Por qué los bebés no deben consumir miel

Por qué los bebés no deben consumir miel

Cuando los bebés empiezan a comer sólidos nos empiezan a bombardear “consejos” (y no del pediatra) de darles cada vez más tipos de alimento o “darle sabor a su comida” endulzándola. Pero, ¡cuidado! Esta es la razón por qué los bebés no deben consumir miel.

Sabemos que la miel tiene beneficios que pueden incluirla en una dieta saludable para adultos. Sin embargo, para los bebés tiene otro tipo de repercusiones que pueden poner en riesgo su salud.

Recuerda consultar con el pediatra sobre los cambios en la alimentación de tu bebé, para que todo sea con base en las necesidades de su organismo y de manera segura.

Por qué los bebés no deben consumir miel

La miel tiene muchos beneficios a la salud: además de ser un edulcorante perfecto para sustituir el azucar de caña, sirve como antiinflamatorio, antioxidante y antibacteriano. Comúnmente la usamos para la tos, quemaduras y como un sustituto natural para el azúcar .

La miel podría ser un gran complemento para nuestra dieta pero ¡cuidado! No es apta para todas las edades.

Los que no deben consumir miel son los bebés pues, como menciona el sitio PopSugar, la miel puede contener esporas de una bacteria conocida como Clostridium botulinum; puede causar una rara condición conocida como botulismo infantil en niños menores de 12 meses, cuyos sistemas digestivo e inmunológico aún están en desarrollo.

Foto: Pexels. Freestocks.org

Qué es el botulismo infantil

El botulismo en bebés es una enfermedad potencialmente mortal, en la que bacterias que se reproducen dentro del sistema digestivo, tras haberse ingerido en alimentos naturales o enlatados. Una de las razones de por qué los bebés no deben consumir miel es que la miel es un transporte de esta bacteria y un foco de infección para los menores.

No es recomendable exponer a los niños menores de un año a la miel. Después del año, dice PopSugar, es probable que el niño haya tenido suficiente exposición ambiental a las bacterias como para que ya no tenga un riesgo tan alto de enfermarse por la miel; aun así, lo mejor es consultarlo con un especialista.

El sitio web Parents recomienda que NO es bueno acercarles a productos pasteurizados con miel, alimentos con miel como ingrediente o educolorante como pasteles al menos hasta después de su primer año de vida.

Síntomas del botulismo infantil

Esta enfermedad tiene entre sus síntomas el estreñimiento, letargo, dificultad para alimentarse, dificultad para respirar, llanto débil, movimientos erráticos debido a la debilidad y disminución de las expresiones faciales del infante.

Recuerda que los bebés no deben consumir miel y en cuanto veas estos síntomas en el bebé, debes acudir con un médico para su correcto diagnóstico.

Y tú, ¿conocías esta enfermedad?

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Alimentos que no deberías poner en el lunch de tus hijos

Alimentos que no deberías poner en el lunch de tus hijos

Los recreos son la oportunidad perfecta para que los niños y niñas convivan entre sí y se tomen un descanso entre sus clases. Aparte de jugar, correr y platicar, los infantes deben desayunar y, aunque les prepares su lonchera con mucho amor, en algunas ocasiones, por practicidad les mandas productos que no son muy saludables que digamos. Por lo que te enseñamos qué alimentos no deberías poner en el lunch de tus hijos.

De acuerdo con un artículo publicado por el Instituto Mexicano del Seguro Social, los padres y madres de familia deberían evitar incluir alimentos procesados en las loncheras de sus hijos. Ya que esto puede provocarles somnolencia, bajo rendimiento escolar, malos hábitos alimenticios y aumenta el riesgo de tener obesidad infantil.

Foto: Unsplash. Note Thanun

Obesidad infantil en México

México ocupa el desalentador primer lugar en obesidad infantil. Un artículo del Gobierno de México insiste en que este padecimiento es un grave problema en la salud pública del país. Además, describe a esta enfermedad como crónica y se puede identificar cuando un infante tiene un sobrepeso mayor al 20% del idóneo.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, las dietas deficientes provocan malnutrición en la primera infancia. “El 44% de los niños de 6 a 23 meses de edad no consume frutas ni verduras y el 59% no consume huevos, leche, pescado ni carne. Únicamente 2 de cada 10 niños a nivel escolar (de 5 a 11 años) consume verduras y leguminosas”, exponen en el artículo.

Por esta razón, es de vital importancia que la alimentación sea la adecuada de acuerdo a su edad. Te recomendamos evitar los siguientes alimentos y reemplazarlos por opciones más nutritivas, naturales y hasta económicas.

Alimentos que no deberías poner en el lunch de tus hijos

Foto: Pexels. Engin Akyurt
  • En general, toda la comida altamente procesada como pizza, hamburguesas, papas fritas, donas, hot dogs, pasteles o helados. Estos alimentos incrementan el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, sobrepeso y diabetes.
  • Los postres lácteos tampoco son una opción recomendable ya que contienen altos niveles en grasa y azúcar. Evita los dulces, chocolates, barritas, galletas y cereales artificiales, todos estos productos generan adicción a la azúcar y generan cierta dependencia hacia sus componentes.
Foto: Pexels. Leigh Patrick
  • Evita todas las bebidas azucaradas, con edulcorantes y agua carbonatada. Así como las bebidas energéticas, bebidas deportivas y jugos o tés helados artificiales.
  • Las carnes procesadas y los embutidos como salami, jamón, salchichas, chorizo, mortadelas y todos sus derivados. Estos productos no aportan nutrientes ni fibra, calcio o vitaminas al cuerpo, por lo que no son necesarios para complementar una dieta balanceada.

En cambio, puedes optar por frutas frescas de temporada, ensaladas de verduras, yogur natural, aguas de sabor naturales con poca azúcar, sándwiches de pollo, galletas integrales y alimentos que aporten grasas saludables como el aguacate, las nueces o el pescado.

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5 tips para poner límites de dinero con tu familia

poner límites de dinero con tu familia

Saber cómo establecer límites es algo esencial prácticamente en cualquier relación que tengamos: de pareja, de amistad, de trabajo o con la familia. Es una manera de cuidar tu bienestar y salud mental. Aquí entran muchos ámbitos como, por ejemplo, poner límites de dinero con tu familia.

Dicen las creencias populares que las cuestiones de dinero y la familia no deberían mezclarse. Ya sea que tú lo creas o no, es innegable que por temas de finanzas personales pueden surgir situaciones incómodas con tíos, primos o el familiar que se te ocurra: un préstamo que tardó en devolverse, convertirte en una especie de aval familiar o sentir que solo te buscan por interés, son algunos ejemplos.

Saber poner límites de dinero con tu familia es algo que se puede trabajar poco a poco, pero vale la pena ponerle un esfuerzo. Por eso hoy te damos 5 tips para poner límites de dinero con tu familia.

¿Por qué y para qué poner límites financieros?

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Aja Evans, consejera de salud mental y terapeuta financiera con licencia en la ciudad de Nueva York, dijo para el portal NerdWallet que “los límites de dinero son aquellos que estableces para proteger cómo te sientes y preservar tus finanzas”. En otras palabras, es una forma de establecer expectativas (corto, mediano o largo plazo) sobre tu dinero y el cómo éste afecta tus relaciones con los demás.

Seamos sinceras, todas tenemos a ese familiar que suele pedir prestado y por pena terminamos aceptando ayudar aunque no siempre nuestras finanzas están como para eso.

La asesora de finanzas personales Lynnette Khalfani-Cox, para el portal Real Simple, explica que “tienes que establecer límites firmes, determinar el tipo de ayuda que brindarás y bajo qué circunstancias”.

No es que no prestes dinero jamás aunque un ser querido realmente lo necesite o que no dispares la cena de vez en cuando; solo es hacerlo de forma inteligente, moderada y responsable, de ahí la importancia de saberse poner límites. Pues, de acuerdo con el portal NerdWallet, el establecimiento de límites es una habilidad de empoderamiento.

Sabemos que es difícil, mas no imposible. Toma en cuenta que mantenerte firme puede ayudarte a alcanzar tus propias metas financieras (para un viaje, un carro, actualización profesional, en fin, lo que quieras); por otro lado, saber establecer límites te ayuda a evitar malentendidos con la gente que quieres.

Tips para poner límites de dinero con tu familia

Esconderte y evadir las llamadas de tus familiares no entra en la lista de tips y mucho menos es válido dejar de ir a las reuniones o fiestas; para evitar eso, te dejamos estos 5 tips para poner límites de dinero con tu familia.

1. Establece tus metas y empieza poniéndote límites

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De acuerdo con NerdWallet es muy importante este punto ya que, una vez teniendo claras nuestras aspiraciones y objetivos, podremos marcar un límite. Estamos hablando de metas a corto, mediano y largo plazo.

“Puedes crear una lista de cosas que deseas lograr en el transcurso del año, ya sea más cuidado personal o más viajes”, dice Michael G. Thomas Jr., profesor con un doctorado en planificación financiera en la Universidad de Georgia.

¿Con qué fin? Muy sencillo, una vez que tengas tus metas y establecido tu presupuesto te será más fácil decir no y te mantendrá enfocada en la meta. Aquí te contamos cómo hacer un presupuesto personal.

2. Comparte un poco de tus planes

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No se trata de decirle a todos los planes que tienes o que debas comunicar todo lo que quieres hacer con tu dinero.

Pero, de acuerdo con el portal LifeHacker, si deseas evitar participar en las actividades financieras de alguien (un viaje, una fiesta o una comida), es bueno plantear tu razón para no formar parte (si estás ahorrando para un carro, la colegiatura, alguna deuda, etc.). No estás mintiendo, sino dando una respuesta perfectamente válida.

3. Recuerda que los límites son sanos aunque se molesten los demás

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Al final del día el dinero es tuyo y, si prestas o no, si te lo gastas en comida o en ropa, es tu decisión; incluso si no lo gastas y estás ahorrando por si surge una emergencia, es tu dinero.

Decir “no” resulta incómodo hasta para una, pero debemos aprender a decirlo; saber decir que no es un efecto secundario de poner límites.

“Cada vez que tratas de establecer límites saludables, molesta a la gente”, dice Christine Manley, psicóloga clínica.

Así que olvídate de pensar en las personas a las que podrías ofender. Siempre y cuando te manejes respetuosamente, no te sientas mal por poner límites o negarte a algo. Tener una meta financiera puede ayudarte a justificar tu decisión, pero aunque no la tengas puedes decir que no.

4. El dinero debe considerar las festividades

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Poner límites no significa cerrarte y aislarte de todos para no gastar pero, en caso de ser la que siempre paga o termina dando el regalo más “caro”, entonces toma acción.

Cuando se acerque una festividad o un cumpleaños, pon sobre la mesa el tema de los gastos o los regalos; incluso proponer algo como un intercambio con límite estricto de precio puede ayudarte.

También es buena idea platicar sobre tus límites financieros en una plática casual, cuando no haya presiones en tu familia ni discusiones o se acerque una fecha especial.

Mientras la culpa puede ser un sentimiento que en el momento es difícil, los problemas financieros por haber dado más allá de tus posibilidades y quedar con deudas puede ser peor.

5. Cuando decidas socorrer a alguien, pregunta si de verdad lo necesita

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Siempre y cuando no repercuta en tu presupuesto, ayuda a un familiar cuando de verdad lo necesite. Lynnette Khalfani-Cox explica que “no puedes pensar que eres la salvadora financiera de otra persona o que ocurrirá el peor de los casos si no intervienes”.

Todas pasamos por momentos muy difíciles y hay que saber a quién prestarle y a quién no, porque si no estás segura de que alguien tenga la educación financiera para actuar en su mejor interés, es mejor tratar de hablar con esa persona para ver si está dispuesta a pagar.

Independientemente de que te pongas a pensar en cuándo te devolverán el préstamo, también se vale confiar en tu intuición y analizar detenidamente la situación de la persona que te pide dinero. ¿La persona está en una situación imprevista, está atravesando un momento difícil, o se está enfrentando a las consecuencias previsibles de sus actos?

No olvides que estos límites no siempre serán respetados, y cuando eso pase puedes hacer lo siguiente, de acuerdo con NerdWallet.

  • Ofrece apoyo no monetario. Piensa en formas en las que puedas ayudar a otros sin darles dinero directamente.
  • Sé firme en tus límites y reitera tus razones para tenerlos.
  • Describe las consecuencias de no respetar tus límites, lo que podría significar acercarse menos o incluso terminar ciertas relaciones.

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Por qué NO debes obligar a tus hijos a saludar de abrazo y beso

Por qué NO debes obligar a tus hijos a saludar de abrazo y beso

Seguramente al menos una vez cuando eras niña te obligaron a saludar afectuosamente a miembros de tu familia, sin importar qué tanto conocías a la persona en cuestión. Para muchos padres era una manera de enseñar reglas de cortesía, respeto y educación. Sin embargo, es posible que este tipo de reglas terminen haciendo mayor mal que bien.

Aunque sea alguien de confianza, decir un “ven y saluda” dirigido a nuestros hijos nos pone en una posición difícil: entre cuidar la autonomía del pequeño o ganarte un conflicto. Nosotras te decimos por qué NO debes obligar a tus hijos a saludar de abrazo y beso.

Seguro has pasado por esta situación, por no querer parecer grosera o que tu crianza de alguna manera quede en entredicho; es posible que hayas normalizado hacer que tu hijo o hija muestren afecto a alguna persona, sin darte cuenta de que esto puede darle el mensaje incorrecto a las infancias.

Por qué NO debes obligar a tus hijos a saludar de abrazo y beso

Foto: iStock

Es importante que tus hijos sean capaces de decidir lo que pasa en su cuerpo, incluso con personas “de confianza”. No significa que la otra persona necesariamente represente una amenaza, pero el niño o niña debe tener la decisión de querer abrazar o no a alguien más.

Mucha gente cercana a tus hijos no verá su cercanía como “algo malo” pero puedes estar enviándole a tu hijo un mensaje incorrecto de que él/ella no tiene control sobre su propio cuerpo o que la comodidad de otra persona está por encima de la suya. Debes educar sobre el consentimiento desde edad temprana.

De acuerdo con Verywell Family, obligar a tus hijos a saludar de abrazo y beso puede hacer que lo relacionen con otras instrucciones a las que acceden por no recibir una consecuencia negativa. Por ejemplo, la frase “recoge tus juguetes” puede implicar que, si no obedecen, puede haber una consecuencia negativa. Lo mismo puede pasar con “dar abrazos y besos” pues si ellos no lo quieren hacer, aceptarán hacerlo con cualquier persona con tal de no tener un castigo.

Esto último pone en un gran peligro a tus hijos, pues si ellos tienen esta idea del castigo por no obedecer una muestra de afecto con contacto físico, quedan expuestos ante las malas intenciones de una persona cuando tú no estés presente (por ejemplo, en la escuela).

Que únicamente haga esto con los abuelos, tíos o primos y no con extraños no los exenta de estar en peligro, pues la mayoría de los abusos ocurren con personas conocidas.

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¿Qué hacer para no obligar a tus hijos?

Es indispensable enseñarles a los niños y niñas los principios de autonomía y consentimiento en todo momento y con todas las personas. HuffPost menciona que “se trata de enseñar a los niños a respetar sus instintos, a esperar que las personas respeten sus límites y digan ‘no’ cuando alguien los hace sentir físicamente inseguros”.

1. Evitemos el “si no lo haces es porque no me quieres”

El cariño no se mide con muestras físicas de afecto y menos de un menor. Tu trabajo y responsabilidad son tus hijos, no las emociones de los adultos. Prefiere su seguridad y decisiones apoyándolos y escuchándolos cuando no quieran acercarse a una persona, evitando que le echen la culpa al niño por NO obligar a tus hijos a saludar de abrazo y beso.

2. Cambia el momento

Es mejor tener frases que evadan el saludo como “¿No quieres saludar ahora? Lo haremos después” o un “¿Qué otra cosa puedes hacer? Dar la mano, chocar los cinco…” Dejando en claro que estás respaldando la decisión de tu menor y mostrar alternativas.

3. Preparar a tu hijo

Que los niños no saluden de la manera convencional no los hace más “groseros” o “maleducados”; puedes hablar con ellos antes del encuentro sobre con qué personas estarán, si quieren o en qué momentos quieren mostrar su afecto.

Igual, puedes aplicar el consentimiento aquí, preguntándole directamente al niño si quiere o no saludar de abrazo y beso a una persona, y no obligar a que haga lo contrario a su respuesta

4. Deje en claro que los besos y abrazos no se dan a cambio de algo

“Ya te compré un regalo, ya me vas a dar un abrazo”. “No te daré un dulce si no me das un beso”. ¿Has oído estas frases? El sitio Verywell Family recomienda enseñar a un hijo que “estás a cargo de tu cuerpo y de quién lo toca”. Por lo que hablar con los niños de no permitir algún chantaje a cambio de contacto físico los puede salvar de caer en manos de algún depredador.

Saludar y despedirse es una norma social aprendida por la cultura. Sin embargo, podemos enseñar a los niños a hacerlo de la manera en la que se sientan seguros y cómodos. Puede que sea una batalla, pero igual se puede preparar a la familia o conocidos sobre las decisiones de tus hijos y el por qué NO debes obligar a tus hijos a saludar de abrazo y beso. Con el paso del tiempo, aceptarán que los saludos de manos son más que suficientes.

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