Llegamos al final de la segunda temporada de 1, 2, 3 X NOSOTRAS

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Hace 2 años, hace 104 columnas comenzó este espacio al que decidí llamar: 1, 2, 3 X NOSOTRAS y cuyo objetivo es hablar entre mujeres sobre amor, desamor, sexo, autocuidado, empoderamiento y demás temas que nos importan, algunos de ellos polémicos porque todavía son tabúes. 

Semana a semana les he contado mis historias, las suyas y las de algunas mujeres a las que les arrebataron la voz y así es como este espacio ha ido tomando forma y se ha convertido en una tarde de café con amigas, en una denuncia de violencia de género o en una anécdota memorable. 

No puedo más que agradecerte a ti por leer cada columna, por mandarme tu historia, por darme la confianza de ponerte de ejemplo para ser inspiración para las demás. Gracias por ser y hacer juntas 1, 2, 3 X NOSOTRAS.

Este proyecto es uno de mis sueños cumplidos, una de las mayores satisfacciones de mi carrera periodística, pero también una gran responsabilidad de crear un espacio de difusión para poner en la mesa temas de los que debemos hablar sin reserva ni censura.

De mujer a mujer podemos ser inspiradas y también ser inspiración y espero que con las historias que encuentres en este espacio te identifiques y te sientas comprendida. 

Foto: respostascomvoce / Pixabay

De las más de 100 columnas publicadas en 1, 2, 3 X NOSOTRAS, la más leída ha sido la titulada: “Así fue salir con alguien que tenía eyaculación precoz”, la primera anécdota personal que les compartí y con la que se identificaron varias de ustedes porque me llenaron el DM de mensajes.

Y resumiendo el top 10 de las más exitosas le siguen los temas: 

2. “Las mujeres también tenemos ganas de sexo”

3. “Cómo sé que ya tuve un orgasmo”

4. “Lo que me enseñó el hombre que me rompió el corazón”

5. “Lo que debes saber antes de comprar tu primer vibrador”

6. “Sexo en el primer date, obvio sí”

7. “Mitos del sexo que nos hicieron creer por ser mujeres”

8. “Verdades incómodas al terminar una relación de pareja”

9. “Cómo fue salir con un exhibicionista”

10. “LCDLF: Si la violencia de género se toma a broma, el país no dejará de ser feminicida”

Como pueden darse cuenta, los temas que más les han interesado son los sexuales y, ¿saben por qué? Porque son los que siguen siendo estigma en nuestra sociedad y en nuestro género. Sin embargo, el que sean de mayor curiosidad significa que estamos dando un gran paso para romper esos tabúes. 

La sexualidad en nuestra vida es fundamental, tan importante como otras necesidades o placeres fisiológicos y tener la libertad de poder escribir sobre ello y ustedes de leerlo nos hace también mujeres históricas. 

Foto: Ella Arie / Unsplash

Para la tercera temporada de 1, 2, 3 X NOSOTRAS me gustaría recibir sus historias sobre sexualidad que quieran compartir con las demás. 

Sigamos rompiendo la censura que el machismo nos impuso hablando de estos temas que nos importan hasta que dejen de ser estigmatizados, 1, 2, 3 X mí y por todas mis amigas que queremos equidad, reconocimiento y libertad de género. 

Pueden mandarme sus anécdotas a mi mail: vanessaperez@eluniversal.com.mx o por DM de IG @pinkyttu 

Si quieren anonimato, me lo indican. Las espero y nos leemos el próximo viernes de 1, 2, 3 X NOSOTRAS.

Qué es el feminismo y porqué no es la cancelación de los hombres

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Hace unos días en una reunión con mujeres colegas tocamos el tema sobre cómo algunas personas o grupos han desvirtuado el feminismo, alejándolo de su origen y de su objetivo, por eso es que hoy quiero recordar qué es, cuándo y para qué surgió.

Y también considero prudente aclarar lo que NO es; el feminismo no es una cancelación de las mujeres a los hombres. No es un femininazismo y, por lo tanto, las mujeres NO somos feminazis.

Cuándo surgió el feminismo

El feminismo se inició formalmente hasta finales del siglo XVIII. La escritora y filósofa francesa Olympe de Gouges (su seudónimo era Marie Gouze) es considerada la principal precursora ya que en 1971 publicó la “Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana”.

En su escrito se pronunció en contra de la desigualdad de los derechos civiles de las mujeres que los hombres sí tenían. Lamentablemente fue condenada a morir en la guillotina por su activismo.

Un año después de la publicación de ese primer “manifiesto feminista”, la escritora y filósofa inglesa Mary Wollstonecraft (mamá de Mary Shelley, autora de “Frankenstein”) publicó el artículo llamado “Vindicación de los derechos de la mujer”.

Foto: Giacomo Ferroni / Unsplash

En este texto afirmaba que la diferencia entre los derechos de los hombres y las mujeres no era algo natural sino cultural, un sesgo creado por el mismo hombre, y pedía la igualdad entre ambos sexos. Es por ello que es considerada la madre del feminismo.

Pero como movimiento colectivo, el feminismo inició en Nueva York en 1848, demandando la igualdad de género, la no discriminación y el reclamo al derecho del voto.

Este movimiento comenzó a expandirse a otras ciudades y luego a otros países. En México este movimiento ha tomado fuerza la última década ante un despertar necesario y desesperado por el aumento de violencia de género y de feminicidios.

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Foto: Unsplash

Qué es el feminismo

Es una toma de conciencia de las mujeres ante la desigualdad de derechos civiles, políticos, educativos, económicos, patrimoniales y sexuales.

La Real Academia Española lo define como el principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre.

“El feminismo es la lucha por la equidad de género y por el reconocimiento de las mujeres como personas físicas y sujetos de derecho… además, este movimiento también lucha por la eliminación de la violencia contra la mujer”, define la ONU Mujeres.

Así que decir que este movimiento busca cancelar al género masculino, que es una guerra de las mujeres contra los hombres o que es la búsqueda de que el género femenino domine, son totales desvirtuaciones del movimiento.

Aunque actualmente se han establecido distintos tipos de feminismo (radical, liberal, interseccional, cultural, socialista, posmoderno o comunitario), su objetivo es lograr una igualdad, una equidad de género.

Foto: Vanessa Pérez

Somos mujeres exigiendo la igualdad que merecemos por ser personas. No es buscar beneficios, ni tampoco una lucha de poder de género, es la justicia por tener lo mismo porque los derechos no deberían tener género.

Por ello ser feminista se puede ver así:

  • Soy feminista y no quiero tener hijos.
  • Soy feminista y sí quiero tener hijos.
  • Soy feminista y no quiero casarme.
  • Soy feminista y sí quiero casarme.
  • Soy feminista y estoy en contra del aborto.
  • Soy feminista y estoy a favor del aborto.
  • Soy feminista y no quiero ser ama de casa.
  • Soy feminista y quiero ser ama de casa.
  • Soy feminista y no creo en la religión.
  • Soy feminista y creo en la religión.

El feminismo también es respetar la elección de cada mujer sobre su vida.

El día más poderoso para NOSOTRAS, mujeres

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“Esas morras sí me representan”, “La revolución será feminista”, “Somos malas, podemos ser peores”, “Se mata a las mujeres en la cara de la gente” y “Vivas nos queremos” fueron las consignas más gritadas en la marcha del 8M en la CDMX que unió a generaciones para exigir una vida digna y segura para nuestro género. 

Desde aquella mega marcha feminista que fue histórica, que se realizó en marzo del 2019, yo he sido parte del movimiento y este año también estuve allí alzando la voz acompañada de tres amigas, una de ellas marchó por primera vez. Porque todas nos volvemos feministas con nuestra propia historia, AQUÍ te cuento la mía.

Este año no pudimos unirnos al contingente de mujeres periodistas porque yo salí más tarde del trabajo, pero en punto de las 3 de la tarde partimos de la Esquina de la Información (ubicada a unos metros del Monumento a la Revolución) hacia el Zócalo, una de mis amigas venía acompañada de sus hijas y una amiguita de ellas. Así es que nuestro pequeño contingente feminista de 7 mujeres estaba conformado por 3 generaciones: x, millennials y centennials. 

Y no importa sí éramos 7 conocidas, en realidad al unirnos a la marcha fuimos cientas, fuimos todas. Incluso he pensado que si algún día tengo que ir sola a la marcha, en realidad no me sentiría así, ya que al unirte eres parte de esa sororidad. Ojalá que eso durara cada día del año y deberíamos trabajar todas porque así sea. 

Son muchas emociones que se viven en esta marcha feminista, pero sin duda, lo mejor es la energía tan poderosa que creamos todas juntas; aunque también hay rabia y dolor y ese es el momento para expresarlo y hacerle saber al mundo lo que sentimos.

Caminamos a paso lento por la cantidad de mujeres que éramos, íbamos cantando, gritando y aplaudiendo, rodeadas de abuelitas, pero también de niñas y bebés o de perritos que acompañaron a sus humanas. Familias enteras fueron parte de la ola morada.

Los sonidos de la marcha representaron para mí todas esas emociones que se generan en el día más poderoso para NOSOTRAS, hubo música que transmitió alegría, gritos que emanaron esperanza, silencio que nos recordó el dolor y el duelo por las mujeres que nos arrebataron, pero también hubo ruidos estruendosos producidos por los mazos que algunas llevaron y azotaron sobre las mamparas de metal que colocaron para tapar los edificios, que representaron la rabia, la furia y el hartazgo. 

A un lado del antimonumento feminista, que se encuentra frente al Palacio de Bellas Artes, estaba Don José Luis portando la manta con la foto de su hija Esmeralda Castillo Rincón, quien desapareció en mayo de 2009 en Ciudad Juárez, aventando diamantina y gritando que falta su niña. Y, como cada año, verlo allí me partió el corazón e hizo que mis lágrimas se desbordaran.

Al igual que cuando abrimos paso para que siguiera el contingente de las mamás de las mujeres víctimas de feminicidio, en ese momento todas nos callamos por unos segundos para después comenzar a gritarles: “¡no están solas!”; la piel se me puso de gallina y el corazón sintió rabia y tristeza. 

No fui la única que lloró en este momento tan emotivo, fuimos varias incluidas mis amigas. Pero luego los gritos continuaron más fuertes para sacar toda la furia y exigir en cada segundo un cambio real, histórico y necesario para NOSOTRAS las mujeres

Cuando marcho siempre tengo en la mente a mis sobrinas, a mis niñas que quiero que nadie toque, por eso exijo que crezcan seguras, felices y con las mismas condiciones que un hombre y deseo que ellas no tengan que vivir un episodio de violencia de género como nuestras generaciones. 

Fueron años de callar, pero se acabó, ya no nos pararán de ninguna manera, ya no estamos dispuestas a no luchar, a no pelear, a no exigir lo que merecemos porque hoy seguimos viviendo desigualdad de género en todos los rubros, en todos. 

El 8M es el día en que nos arrancamos la mordaza, en el que nos volvemos una misma y en el que nos empoderamos. Gracias mujer por despertar y unirte a esta lucha que no es más que la exigencia de tus derechos. Tu voz es mi voz y la de TODAS las que somos, las que fuimos y las que seremos. 

El movimiento feminista está vivo y cada día hay que recordarlo. 

Mujeres

  • Merecemos ser libres.
  • Merecemos estar seguras.
  • Merecemos ser poderosas.
  • Merecemos ser reconocidas.
  • Merecemos hacer historia. 

Durante la marcha una chica llevaba un cartel que decía: “Nos quitaste historia… aquí te va una NUEVA”; seamos parte de esta nueva historia feminista

Yo también me volví feminista con mi propia historia

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Definiciones sobre feminismo hay varias, la RAE lo define como una doctrina, el diccionario de Larousse dicta que es una tendencia, algunos colectivos lo destacan como un movimiento; pero la que más me gusta es la de la UNAM, que determina que es “una corriente de pensamiento que reúne un conjunto de movimientos e ideologías, tanto políticas como culturales y económicas que busca lograr la equidad de género y la transformación de las relaciones de poder entre ambos sexos”.

Yo soy feminista y deseo, a diario, que me respeten no sólo por ser mujer, sino porque soy un ser humano, porque validen mi persona, mi voz y mi trabajo igual que el de un hombre. Yo también quiero sentirme segura todo el tiempo y tener la certeza que volveré a casa segura.

(Foto: Vanessa Pérez)

 

Y como tú, yo también me volví feminista con mi propia historia…

Estaba por cumplir 15 años, pero mi cuerpo parecía de una mujer de 20, mis curvas eran prominentes, lo cual no debería ser motivo de preocupación ni en esa etapa de la vida ni en ninguna otra.

A esa edad solía usar tops de colores llamativos, combinados con jeans a la cadera acampanados o faldas tableadas y calcetas largas. Un outfit tan noventero que no todas se atrevían a usar por miedo a que las agredieran, justo como me pasó a mí.

Estaba de camino a la casa de una amiga para hacer la tarea, quien vivía en uno de los barrios de Xochimilco, al sur de la CDMX, era una tarde concurrida y calurosa de sábado. De repente, un señor, que no pasaba los 40, fingió que se tropezó y con toda la palma de su mano apretó uno de mis senos para “sostenerse”.

¡Me congelé! Era la primera vez que un hombre me tocaba con intenciones sexuales, en ese momento no lo entendía, pero estaba viviendo mi primera agresión de género. A mis 14 años, caminando a plena luz del día casi enfrente de las oficinas de la delegación de la Alcaldía.

¿Y saben qué hice? Llorar, sí, llorar de coraje, de miedo, de confusión. Me preguntaba: ¿qué había hecho mal para que me pasara eso? Porque lamentablemente eso nos ha hecho creer el patriarcado, que NOSOTRAS somos las culpables.

Seguramente te sientes identificada con mi historia, qué pena que todas tengamos algo que contar, que hayamos vivido violencia de género al menos una vez en nuestras vidas.

(Foto: Vanessa Pérez)

 

Me entenderás que después de ese episodio, me quedé callada, no pude contarles a mis papás o a mis amigas. Sentía una pena inmunda que no debería sentir nadie. Después de ese episodio amargo, comencé a cubrirme más porque pensé que era yo la que “los provocaba” con mi forma de vestir… cuántas veces escuchamos eso casi como mantra. 

Al día siguiente, noté que tenía los dedos marcados del cobarde en forma de moretones, esas marcas se me quitaron en una semana, pero las secuelas de su agresión siguen conmigo hasta el día de hoy y ya pasaron 20 años.

Foto: Vanessa Pérez

Esta es la causa por la que hoy soy feminista, por la que lucho y no me dejo sobajar por ningún hombre, por la que, cada día, aprendo a darme valor a mí y a las demás mujeres, por la que decidí romper con los micromachismos que estaban en mi vida, pero de eso les hablaré en otra columna.

Porque ni tú, ni yo, ni ninguna mujer deberíamos vivir esto. El camino sigue lleno de piedras, pero estamos juntas en esto y así es menos dura la lucha, sabiendo que no tenemos que competir ni agredirnos entre NOSOTRAS, porque suficiente tenemos con aguantar toda la mezquindad del patriarcado.

(Foto: Vanessa Pérez)

 

Yo sí quiero que avancemos de la mano, que nos tengamos la una a la otra, que hagamos nuestra trinchera de puros corazones que laten unidos por una misma misión: por ser mujeres libres y respetadas.

No es sencillo terminar con esos fantasmas del machismo que seguimos cargando como sociedad, pero hacer el cambio es imperante en estos tiempos.

  • En México hoy día se cometen entre 10.5 y 11 feminicidios diarios, según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
  • El año 2021 es en el que más feminicidios se cometieron en nuestro país, fueron 1,006, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), pero este año esas cifras pueden superarse.
  • El 86% del territorio mexicano está bajo alerta por violencia de género y desaparición de mujeres y niñas.

 

 

 

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