A un mes de que inicien los Juegos Olímpicos de París 2024, el Conjunto Nacional de Gimnasia Rítmica sigue cosechando triunfos. Este 8 y 9 de junio, las atletas ganaron una medalla de oro y otra de plata en el Campeonato Panamericano Guatemala 2024.
La mayoría de sus integrantes apenas ronda los 20 años de edad, pero ya están haciendo historia: son el primer equipo de esta disciplina que representará a México en unos Juegos Olímpicos.
Esa clasificación a París 2024, en los Juegos Panamericanos de Santiago, sucedió menos de un mes después de haber “tocado fondo”, como lo describe la entrenadora del equipo, Blajaith Aguilar. Tras haber viajado a un campamento de entrenamiento, se quedaron varadas en Israel en el inicio del conflicto bélico con Hamás. Pasaron fuertes momentos de incertidumbre y miedo antes de que un avión de la Fuerza Aérea Mexicana las repatriara.
NOSOTRAS tuvimos la oportunidad de platicar con la entrenadora y su equipo, sobre su vida a tan poco tiempo de las Olimpiadas y el camino que las ha traído hasta aquí.
Son una familia
Adirem Tejeda, Kimberly Salazar, Sofía Flores, Dalia Alcocer, Julia Gutiérrez, Karen Villanueva y Karla Díaz, son la élite de la gimnasia rítmica en México. Pero no solamente comparten metas deportivas en común, sino la mayor parte de su tiempo: desde los entrenamientos, que duran de ocho a 10 horas, hasta sus ratos de ocio.
“La verdad es que nos llevamos muy bien, tenemos una dinámica muy bonita”, dice Dalia Alcocer. “Cuando viajamos casi no cambia, todo el tiempo estamos juntas”.
Esa dinámica es fácilmente perceptible cuando las ves fuera de competencia. Como todo grupo de amigas tienen sus chistes locales y, casi inconscientemente, permanecen físicamente cerca. Cuando les preguntamos qué les gusta hacer en su tiempo libre, entre risas responden que disfrutan salir con sus compañeras. “No socializamos”, bromean.
Blajaith Aguilar, la entrenadora, comparte ese sentir. “Hay momentos en que hemos llorado juntas, reído juntas, hemos tenido que apoyarnos como equipo. Tenemos una gran relación, sobre todo una muy buena comunicación, aunque claro que siempre podemos mejorarla”.
Aunque se trata de atletas “muy comprometidas y disciplinadas”, Blajaith admite que trabajar con chicas tan jóvenes requiere un enfoque diferente. “Hay días en que ellas quieren tirar la toalla, hay días en que yo también quiero tirar la toalla, es normal. Pero creo que la disciplina, el amor por el deporte y nuestra meta la tenemos muy clara, y por eso día a día seguimos trabajando”, cuenta.
Para lidiar con todas las emociones que un entrenamiento exhaustivo y las competencias provocan, cuentan con atención psicológica por parte de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte. Además, por supuesto, la entrenadora se convierte en una indispensable figura de autoridad para las gimnastas.
“Sí te conviertes como en una especie de mamá. Claro que intentas tener como esa raya, para mí es bien importante el respeto”, explica la coach. “Yo respeto muchísimo a mis atletas y las valoro muchísimo, creo que espero lo mismo hacia mí, ese respeto como entrenadora. Hay días complicados pero saben ellas que pueden contar conmigo, saben ellas que, pase lo que pase, las puedo ayudar”.
Un parteaguas en la gimnasia rítmica
El equipo está por viajar a Italia para otra competencia y luego irán a Egipto, para terminar de entrenar justo antes de las Olimpiadas.
“Estamos muy motivadas, muy emocionadas, cada competencia nos sirve para ver en qué aspectos hay que mejorar y apretar”, dice Sofía Flores sobre la preparación que en los últimos meses han hecho. “Las competencias hacen que el tiempo pase muy rápido, cada vez tenemos más cerca los Juegos Olímpicos”.
Llevar una agenda tan apretada y un régimen riguroso podría parecer un sacrificio, pero todas las atletas son contundentes en que no lo ven así.
“Al final fue decisión propia para estar donde queremos estar y para lograr lo que hemos logrado”, explica Dalia Alcocer. “Dejar a nuestras familias, porque la mayoría somos foráneas, y no los vemos todos los días, los vemos cada dos meses, entonces también es un poco duro”.
Blajaith Aguilar coincide con sus atletas. “Han sido muchos [sacrificios], pero no me gusta llamarlo sacrificio. Son decisiones de vida, difíciles pero que uno toma. Dejar a mi familia, venirme a vivir a Ciudad de México, perseguir el sueño como a ciegas… Al principio, cuando me vine, tuve que vender mi casa, dejar a mi esposo, dejar a mi familia, dejar la estabilidad que yo tenía por un sueño que no sabía si se iba a cumplir o no. Creo que ha sido una de las decisiones más complicadas que he tenido”.
La entrenadora trabaja con el Conjunto Nacional de Gimnasia Rítmica desde 2016, esta es la segunda generación de atletas que entrena ahí (con excepción de Adirem Tejeda, que también estuvo en el equipo anterior). En todo momento Blajaith demuestra la emoción que siente al ver los frutos de su esfuerzo, que se traducen en que su equipo se está convirtiendo en un parteaguas.
“Hemos avanzado muchísimo como deporte y como disciplina en sí. Tener todos esos resultados tan buenos que se han dado a lo largo de estos últimos años, primero nos abre las puertas a más difusión, a más apoyos, y creo que es algo que nos ayuda muchísimo a seguir dando grandes resultados”, dice.
Blajaith sabe que tenía un reto enorme, pero ha convertido al equipo mexicano en un rival a vencer, como ella misma lo define. Para esto, su rol ha requerido “mucha paciencia, mucho compromiso, mucha pasión también. “Es un deporte de mucha mecanización, a largo plazo”.
Sin embargo, la satisfacción de este deporte también se vive día con día. La atleta Julia Gutiérrez, quien a sus 16 años es la integrante más joven, expresa que su momento favorito al entrenar es “cuando hacemos una rutina completa”; con eso cual concuerdan Adirem Tejeda y Karla Díaz.
“Se siente mucha satisfacción, se siente cómo vas progresando y avanzando. Cuando algo que estaba costando mucho por fin sale, eso también es motivante”, dice Karla.
El deporte para las mujeres en México
En la última década, Blajaith Aguilar ha notado una evolución en las oportunidades que el ámbito deportivo ofrece para las mujeres; eso deja claro cuando le preguntamos si desde su perspectiva encuentra una brecha de género.
“Yo creo que como sociedad vamos cambiando bastante y hemos evolucionado muchísimo. Tal vez si esa pregunta me la hubieras hecho hace 10 años te diría que sí, ahorita yo creo que en todos los aspectos se ha abierto mucho más la oportunidad para las mujeres. Acabamos de elegir a nuestra primera presidenta, creo que ahora ha venido esta parte del empoderamiento de la mujer”, expresa la coach.
Al hacerle la misma pregunta a las atletas, son sumamente elocuentes. “Yo creo que nosotras somos muy afortunadas porque, aparte de que es un deporte de puras mujeres, hemos tenido mucho apoyo y sororidad en el deporte”, dice Sofía Flores. “Pero sabemos que no es algo que pasa en todas las disciplinas, por eso también considero que somos un equipo fuerte”.
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