Mi novio me ama pero es alcohólico 

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Hoy comenzamos la tercera temporada de 1, 2, 3 X NOSOTRAS, de esta columna que nació como un espacio para escucharnos entre MUJERES sobre temas que nos importan. Esta ocasión son ustedes las que nos contarán sus historias, aquellas que creen que deben ser escuchadas por las demás para inspirarnos, ayudarnos o simplemente para desahogarnos. 

Esta no sólo es una columna, es una comunidad que comienza y que pretende ser un lugar seguro para todas NOSOTRAS. Durante siglos nos dijeron que debíamos competir y ser enemigas, pero llegó el momento de demostrar lo contrario: que una mujer es la mejor amiga de otra mujer. 

Sin más preámbulo hoy les contaré, de la manera más respetuosa, la historia de Alba, quien ha decidido que la llamemos así por motivos de seguridad. 

Cuando me mandó el primer mail para contactarme fue breve pero directa, me dijo que quería compartir su historia de amor y dolor más fuerte que ha vivido. 

Actualmente tiene 42 años, trabaja para una empresa del gobierno en el área administrativa, y hoy puede hablar de su última relación de pareja sin que le duela el corazón, en la que se enamoró de un hombre enfermo de alcoholismo. 

Ella conoció a su ex novio, Peter, en una feria de su barrio, ambos originarios de una de las colonias más populares del oriente de la CDMX. 

“Fue amor a primera vista”, dice. Ella iba con sus primos y él con sus amigos, bailaron en el evento musical con el que terminaba la feria, mientras brindaban con un cartón de cervezas que compraron entre todos. 

Se quiso quedar pero sus primos querían irse porque al día siguiente era lunes laboral, así que le dejó su número de celular a Peter para que se vieran después.

Él tardó un par de semanas en contactarla y cuando lo hizo, se disculpó y le dijo que había agarrado la fiesta varios días después; esto para nada fue una red flag para Alba en ese momento. 

Comenzaron a conocerse y Peter sumó a Alba a sus planes, que básicamente eran andar en fiestas patronales bailando y bebiendo, ya que a él le daban unos pesos los mayordomos (organizadores/patrocinadores) de las ferias por hacer trabajitos de mandadero y a eso se dedicaba.

Alba sí bebía socialmente, pero se dio cuenta que desde que salía con Peter había incrementado su consumo de alcohol y que básicamente sus citas eran terminar borrachos bailando en una fiesta.

Foto: rebcenter-moscow / Pixabay

Pero se sentía tan feliz con él, porque pese a que siempre lo veía bebiendo, realmente nunca lo vio cayéndose, ni siendo mala copa o creando conflictos, todo lo contrario, era divertido, bailarín y sociable. 

Un día mientras bailaban, Peter le propuso ser novios, ella aceptó sin dudarlo. Luego de eso, ella lo invitó a cenar a su casa para presentarle a su mamá, con quien vivía junto con sus 8 gatos; a su papá nunca lo conoció, en cuanto se enteró que su mamá estaba embarazada se fue por los cigarros y no volvió. 

Ese día fue la primera vez que Alba no vio a Peter beber un trago de alcohol. La cena fue agradable y tuvo la aceptación de la suegra, pues le pareció un chico simpático y como ella veía a su hija contenta, les auguró una gran relación. 

Luego Peter invitó a Alba a su casa. Él vivía en casa de su abuelita con toda su familia: mamá, hermanos, cuñados, tíos, primos y sobrinos, todos juntos pero no revueltos.

El papá de Peter había fallecido, sabía que era albañil y había tenido un accidente en una obra. 

Cuando saludó a la mamá de su novio, ella le dijo a Alba que desde que su “muchacho” era su novio casi ya no tomaba, por eso estaba agradecida y aprobaba la relación. 

Alba se preocupó porque sentía que su novio bebía mucho, pero si entonces no estaba tomando tanto, como le decía su suegra, qué era lo que aún no conocía de él, se preguntó. 

Ella cuenta que a partir de ese momento las cosas comenzaron a revelarse, una a una, como si Peter hubiera ganado confianza total para dejarse ver tal cual era ante su novia. 

Así que de la relación divertida pasaron a un noviazgo con peleas, gritos y llantos, pues Peter comenzó a plantarla, a celarla, a estar menos presente y todo tenía una razón, se la pasaba bebiendo todo el tiempo. 

Sin embargo, para este momento del noviazgo, Alba ya lo amaba mucho, así que ni por un momento consideró terminar con él. 

El punto de no retorno fue una madrugada que su suegra le llamó para informarle que habían llevado a Peter al hospital pues se había puesto muy mal. Ella corrió a alcanzarlos. 

Él llevaba cuatro días bebiendo sin descanso con uno de sus tíos, algo que ya había hecho antes; sin embargo, su cuerpo le estaba cobrando factura esta vez. Al entrar al baño comenzó a vomitar sangre y a temblar, tenía fiebre muy alta, luego empezó a gritar por un dolor abdominal. 

Se le había reventado una úlcera gástrica y tenían que operarlo pero había llegado al hospital muy intoxicado de alcohol, lo cual complicaba todo. Peter tenía 27 años en ese momento; sin embargo, su cuerpo ya comenzaba a mostrar el deterioro causado por su alcoholismo. 

Estuvo en estado crítico, Alba y su suegra estuvieron rezando, pero también tuvieron tiempo a solas para platicar y la señora le contó que su esposo había muerto electrocutado en una obra, pues estaba tan alcoholizado que en un descuido al instalar la corriente eléctrica, se quedó pegado a los cables.

Ella no quería que se repitiera la historia con su hijo, que era el más adicto al alcohol de los 4 y también el más joven. 

También le contó que su hijo solía regresar a casa golpeado porque se caía y que en muchas ocasiones ellos mismos tenían que salir a recogerlo de las calles porque se quedaba tirado de borracho.

Mientras Peter estuvo en el hospital fue cuidado por su mamá y por Alba, quien lo bañaba, le daba de comer y lo acompañaba porque quería verlo recuperado. 

Foto: rebcenter-moscow / Pixabay

Pero muy poco tiempo después Peter volvió a darles otro susto, desapareció sin dejar rastro. Llamaron a Locatel, lo buscaron en todos los hospitales de la CDMX y en los SEMEFO. 

Cada día que pasaba la angustia aumentaba, Alba dice que fue la época en que ha estado más delgada en su vida, perdió más de 10 kilos de pura angustia, una tras otra. 

Y después de un par de meses, tuvieron noticias, Peter se encontraba en un hospital de Acapulco, estuvo en coma por una congestión alcohólica.

Una noche de farra con desconocidos que topó en una fiesta, se les ocurrió ir al mar a ver el amanecer, pero en el viaje se sintió mal hasta perder el conocimiento, sus acompañantes lo abandonaron en la entrada de un hospital y como no llevaba identificaciones ni celular, porque lo había empeñado esa tarde junto con su chamarra para comprar más alcohol, es que los médicos no pudieron saber quién era ni llamar a sus familiares. 

Semanas después despertó y es cuando pudo dar el teléfono de su casa para avisarle a su mamá, quien posteriormente llamó a Alba. 

Peter tenía mucha suerte porque vivía para contarlo, pero Alba estaba consumiéndose con él, el alcoholismo de su novio no sólo le había robado 10 kilos, sino la paz, padecía ansiedad, depresión, insomnio y ataques de pánico. 

Se dio cuenta que esa no era la vida que quería y que Peter no iba a hacer nada por curarse, que su amor no lo iba a rescatar como ella esperaba. 

Así que desde su amor propio decidió terminar la relación. Fue complicado soltar por completo a Peter porque no dejaba de buscarla y ella enamorada no tenía fuerzas para seguir el contacto cero; igualmente su ex suegra la trataba de convencer de volver con su hijo para que él mejorará. 

Foto: rebcenter-moscow / Pixabay

Un tiempo se sintió culpable porque su ex suegra le decía que Peter se salía todos los días a beber y regresaba cada noche, sin falta, pero porque lo llevaban los amigos, algún familiar o un vecino. Estaba consumiendo más alcohol que nunca por su separación, le contaba. 

Alba se unió a un grupo de familiares de adictos al alcohol y a las drogas, lo que la ayudó a entender mejor su situación, a soltar la culpa y a seguir firme con su decisión de no retomar el noviazgo. 

Volvió a ver a Peter el día que murió la mamá de Alba, él llegó al funeral con un arreglo de flores, pues se enteró por medio de Facebook. Ella dice que estaba irreconocible, muy delgado, ya no tenía varios dientes y estaba casi calvo. 

Él quiso seguir viéndola e incluso le mostró que se había tatuado su nombre con letras gigantes en su pecho, pero ella no permitió que su vulnerabilidad la regresara a esa relación destructiva. 

Tras 8 años de terminar la relación y en una edad más adulta, Alba se enteró que Peter ya vivía en las calles y que ya no sólo era adicto al alcohol, sino también a las drogas. 

Su mamá lo había corrido porque les robó en varias ocasiones y porque una vez lo encontraron abusando de su sobrino de 5 años. 

Su corazón se rompió aún más pero a partir de ese día decidió cambiar su número de teléfono de casa y celular; además abrió nuevas redes sociales para cuidar más su privacidad. Igualmente dejó de ir al mercado, a la iglesia, a los lugares de reunión común de su barrio, para evitar encontrar a la familia de su ex novio

Han pasado más de 11 años desde que terminó esa relación y hoy Alba dice sentirse en paz nuevamente, feliz con la vida que ha construido y enfocada en su trabajo y en sus gatitos y perritos, actualmente tiene 6 y 3, respectivamente. 

No ha vuelto a tener novio desde entonces, solamente ha salido con algunos galanes pero al menor detalle que no le gusta, deja de verlos; aprendió a ponerse como prioridad. 

Foto: Camila Cordeiro / Unsplash

Está feliz soltera y solamente desea cumplir su mayor sueño: tener un refugio para mascotas maltratadas y, posteriormente, reubicarlas con familias amorosas. 

La historia de Alba es fuertísima y nos recuerda la importancia de amarnos mucho más a NOSOTRAS mismas que a nuestras parejas. No estamos en este mundo para salvar a nuestras parejas, no es algo que nos corresponda.

Gracias Alba por ser la primera en escribirme para compartirnos tu historia que me ha inspirado, gracias por abrirnos tu corazón y poner en la mesa un tema tan estigmatizado, eres un ejemplo de todo lo que está bien y estoy segura que vas a ver materializado tu sueño. 

Y gracias también por darnos la lección que entre más oportunidades le demos a alguien, más se acostumbra a fallarnos. 

¿Cómo saber si sufro violencia en mi noviazgo?

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La persona que te ama no debe lastimarte; sin embargo, la violencia de género por parte de la pareja es más común de lo que podamos imaginar. De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre violencia en el Noviazgo (ENVIN) dada a conocer por la OMS, 3 de cada 10 mujeres adolescentes denuncian que sufren violencia en el noviazgo.

En el caso de México, el 76% de las adolescentes entre 15 y 17 años ha sufrido violencia psicológica, el 17% sexual y el 15% física. 

El mes de la concienciación sobre la violencia en el noviazgo se conmemora todos los años en febrero; precisamente se instauró un día para hacerlo debido a las crudas cifras reportadas a nivel mundial.

  • Aproximadamente, 1 de cada 12 mujeres es víctima de violencia física en el noviazgo. 
  • Aproximadamente, 1 de cada 12 mujeres es víctima de violencia sexual en el noviazgo.

Datos dados por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos. 

Foto: Vika_Glitter / Pixabay

Nunca es tarde para romper el círculo de la violencia pero primero se debe identificar. El gobierno de México explica la violencia en el noviazgo por medio de un círculo vicioso que comprende las siguientes etapas: fase de tensión, acto violento, arrepentimiento y luna de miel.

Ilustración del Gobierno de México / https://www.gob.mx/

El círculo de la violencia en el noviazgo

1. La fase de la tensión 

  • Tu pareja se enoja contigo
  • Te ignora
  • Te insulta
  • Te humilla
  • Te hace la ley del hielo
  • Te hace sentir culpable
  • Se ofende contigo
  • Se aleja 

2. La fase del acto violento

  • Te golpea o se golpea
  • Te jalonea
  • Te agrede físicamente
  • Te agrede sexualmente 

Foto: Alexas_Fotos / Pixabay

3. La fase del arrepentimiento:  

  • Se arrepiente 
  • Te pide perdón de varias maneras
  • Te promete que no se repetirá lo que sucedió
  • Se compromete a ser una mejor persona y pareja
  • Se vuelve servicial 
  • Te llena de detalles o regalos 

4. La fase de la luna de miel: 

  • Se reconcilian 
  • Lo perdonas
  • Le crees
  • Le das otra oportunidad
  • Crees que cambiará y no se repetirá la violencia 

Foto: Marco Bianchetti / Unsplash

Este ciclo termina y vuelve a comenzar y así como hay acciones que te ayudan a identificar las fases, también las emociones, pues al inicio experimentarás culpa y tristeza, después miedo, posteriormente nostalgia y comprensión y finalmente, alegría y adrenalina. 

Que tus emociones sean tan inestables solamente irá desgastándote mental y físicamente y entre más círculos vivas en tu noviazgo, más difícil te resultará romper ese patrón tóxico. 

Tipos de violencia en el noviazgo: 

  • Emocional: insultar, aislar a la pareja de sus amigos y familiares, mentirle o engañarla, amenazar, ignorar sus sentimientos, humillar en público, celar, controlar, revisar el celular o el mail, controlar la forma de vestir, prohibir cosas, humillar en público. 
  • Física: golpear, sacudir, tirar cosas, empujar, morder, lastimar. 
  • Sexual: forzar a tener relaciones sexuales, obligar a tener relaciones sexuales sin protección, obligar a hacer actos sexuales que no se quieren realizar. 

Una víctima nunca es culpable de lo que le pasa; sin embargo, no es fácil aceptar serlo pero no estás sola, sanarte será un proceso que debes realizar en compañía de expertos en la salud psicológica. 

Rompe el círculo, atrévete a vivir libre porque el amor nunca lastima. No justifiques a tu pareja, si te quiere, no te violentará. 

Existen varias instituciones y fundaciones enfocadas en ayudar a las víctimas de violencia de género en el noviazgo, en México puedes comunicarte a la Secretaría de las mujeres al 555512-2836 en horario de lunes a viernes de 9:00 a 18:00 horas. 

Existe un violentómetro para medir el nivel de violencia de género, AQUÍ puedes consultarlo.

¿Cuánto dura la etapa de ‘luna de miel’ en una relación?

Al estar en los comienzos de un noviazgo, sabes que separarte de tu pareja se vuelve un tormento. Ya sabes, nos referimos a ese momento en el que no quieren separarse para nada y los demás los acusan de andar insoportables. Cosa por la cual tal vez te preguntes cuánto dura la etapa de luna de miel en una relación. O si la emoción de ver a tu pareja seguirá siendo la misma conforme pase el tiempo.

Es bastante común romantizar la etapa de luna de miel en una relación y a menudo pasamos por alto lo que viene después. Pues cada día de esta etapa está lleno de descubrimientos y emociones a medida que pasas más tiempo con tu pareja y dentro de su vida.

Además, cada vez que están juntos sientes que tu corazón se acelera y aparece una tristeza cuando no están cerca. La página de internet Health Cleveland Clinic menciona que la etapa de luna de miel es cuando típicamente en los primeros días de una relación la risa, lujuria y atracción son más altas.

Aunque lo anterior puede durar semanas, meses o, en algunos casos, años, la etapa de luna de miel no dura para siempre.

Exactamente, ¿cuánto dura la fase de luna de miel?

De acuerdo con la información expuesta por el sitio web Bustle, de un estudio de la Universidad de Nueva York, los investigadores descubrieron que la fase de luna de miel puede durar hasta 30 meses.

Tienes que estar consciente de que esta etapa solo es eso, una fase que pasará, pero eso no hace que lo que venga sea malo o que tu relación se va a terminar. Más bien, como menciona MindBodyGreen, si te convences de que las cosas deberían sentirse siempre como en la etapa de luna de miel, cuando este amor descontrolado disminuya comenzarás a entrar en pánico sin razón.

El psiquiatra Daniel Lieberman comentó para MindBodyGreen, que “muchas personas cometen el error de confundir el final del amor apasionado con el final de la relación”. Por lo cual llegan a pensar que necesitan hacer algo para revivir su relación o, incluso, encontrar a alguien más.

Lo que corresponde a la “rueda de correr hedónica”, cuando alguien persigue constantemente ese amor ardiente y apasionado una y otra vez. Sin embargo, el psiquiatra señala que esa no es la receta para la felicidad.

Mientras que el consejero certificado Jonathan Bennett, fundador de Double Trust Dating, expreso para Bustle:

“Aunque suene negativo, el final de la fase de luna de miel puede ser positivo”. Pues con ello “les permite a ambos verse abierta y honestamente y decidir si la relación vale la pena continuar”.

Foto: Pexels. cottonbro studio.

Por su parte la psicóloga Chivonna Childs menciona para Health Cleveland Clinic que al pasar la fase de la luna de miel puedes comenzar a notar detalles que te molesten de tu pareja. No obstante, estos no aparecieron de la nada. Childs comenta que posiblemente ya estaban y no te diste cuenta por la emoción al inicio del noviazgo.

Al igual que Bennett, la psicóloga Childs te invita a preguntarte lo siguiente para que contemples o no seguir en la relación.

  • ¿Es alguien con quien puedo pasar el tiempo?
  • ¿Aún disfruto estar en la relación con esa persona?
  • ¿Es esta una persona con la que todavía puedo reírme?

Cómo saber que vives un amor vampiro

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¿Te sientes cansada de estar con tu pareja?, ¿sientes que tú eres la que da el 100 para que la relación funcione?, ¿te da miedo expresar cómo te sientes por miedo a que la relación termine? Lamento decirte que estás en una relación abusiva porque te enamoraste de un vampiro emocional

El amor vampiro fue bautizado así por la psicología ya que es un vínculo que drena, que chupa la energía y que deja lastimada a una de las personas que conforman la pareja.

Judith Orloff, reconocida psiquiatra de la clínica de la Facultad de Psiquiatría de la Universidad de California de Los Ángeles (UCLA), describe la conducta de los vampiros emocionales como “personas infelices que necesitan hacer un drenaje de la energía de su víctima”, que en este caso es su pareja. Agrega que ellos solamente piensan en su bienestar a costa de la felicidad del otro. 

Foto: Pixabay

Para identificarlos, la doctora en psiquiatría da una serie de conductas características… hablemos de algunas:

  • Son personas muy encantadoras al inicio, eso lo hacen para engancharte.  
  • Los vampiros emocionales son muy negativos, aunque no haya peros en una situación, son expertos en inventarlos. Sus conversaciones están llenas de quejas y si tú tratas de hacerles ver el lado positivo, se ofenderán y te culparán porque no los entiendes. 
  • Para ellos nunca nada es suficiente, aunque lo tuvieran todo, siempre sentirán que algo les falta, que el mundo no los comprende, que la vida no les sonríe. 
  • Son manipuladores y encontrarán la forma de hacerte sentir mal por todo lo que haces o no haces para conseguir que actúes como ellos desean. 
  • Tienen baja autoestima pero saben disfrazarlo. En realidad todo el tiempo se dicen amarse, se dicen ser buenas personas, y lo tienen que estar repitiendo para convencerse a ellos mismos y a los demás.

  • No tendrás diálogo ni conciliaciones con ellos porque no saben escuchar y su papel siempre será el de víctima. En cada discusión buscarán que tú les pidas perdón, aunque no hayas hecho nada. Son expertos en voltearte las cosas. ¡Qué peligro!
  • Con sus palabras te harán sentir culpable, al grado que te cuestionarás si realmente estás siendo poco comprensiva con ellos, por eso drenan tu energía.
  • Aprovechan cualquier oportunidad para remarcar tus errores, los actuales o los pasados. Pero ellos no pueden admitir los suyos porque en su mente,  siempre son los vulnerables. 

Lo peor de tener un amor vampiro es que las emociones se contagian, así que si te relacionas con gente negativa, vibrarás en esa sintonía. 

¿Cómo actuar ante un vampiro emocional?

Afortunadamente tú eres la estaca de plata, es decir, tú eres el antídoto para alejarlos. 

Habla con tu pareja, dile cómo te sientes y pon límites, si no te escucha o no hace nada por cambiar, sal corriendo, no pierdas más tu tiempo y ni tu energía. 

Si la persona no cambia su conducta y tú sientes que no puedes dejarla, lo mejor es que busques ayuda, ya que por algo estás aferrándote a esa relación tóxica que te está consumiendo emocionalmente y, puede ser, que hasta físicamente. 

Una pareja es para caminar de la mano, juntos al mismo paso, no para que la arrastres o la cargues. 

Foto: Fuu J by Unsplash

Si no eres tú quien vive un amor vampiro, pero es una amiga o amigo, lo mejor que puedes hacer para apoyarlo es escucharlo y ser paciente para explicarle por qué está sumergido en una relación abusiva.

Háblale sobre los panoramas llenos de paz que le esperan si deja atrás a su vampiro que le está comiendo la vida y la felicidad. Todo siempre con respeto y amor, sin juzgar ni presionar. 

Recuerda que no se puede tener una relación saludable con una persona que no se da cuenta que necesita lastimar para sentir que ama. Como en las películas de terror, lo mejor es salir corriendo de los vampiros.

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