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Una de las peores cosas que nos puede pasar es ver a un ser querido sufriendo: ya sea por algo, alguien o por una enfermedad. De esto último, hay enfermedades que se vuelven evidentes rápidamente o que provocan una respuesta casi inmediata de la persona afectada, quien sin duda pedirá ayuda. Sin embargo, también hay muchísimos problemas de salud silenciosos que tienen consecuencias graves.
Los trastornos de conducta alimentaria (TCA), como la anorexia y la bulimia, afectan de manera silenciosa y pueden permanecer ocultos por años, afectando a nivel físico y mental, poniendo en riesgo la vida de las personas.
Quédate con Nosotras para ver las señales de que un ser querido tiene un trastorno alimenticio y actuar de manera pronta.
Señales de que un ser querido tiene un trastorno alimenticio
Las personas con un trastorno alimenticio sí pueden recuperarse con un tratamiento especializado. Si crees que un ser querido podría tener un TCA, es importante hablar con esa persona y buscar ayuda profesional, pues resulta crucial para la recuperación de su salud.
A continuación enlistamos algunas señales de alerta.
Cuando una persona parece cambiar drásticamente su forma de relacionarse con la comida: habla frecuentemente de ésta, de su peso o las calorías consumidas.
Si a tu ser querido de pronto dejaron de gustarle comidas que antes ingería con regularidad.
Cuando la persona de pronto prefiere aislarse para comer por su cuenta.
Continuamente expresa insatisfacción por su cuerpo, de manera abierta o con comportamientos como usar prendas holgadas. No es que usar prendas holgadas esté mal, pero si alguien comenzó a hacerlo de manera drástica y repentina, puede ser una señal.
La persona parece ansiosa a la hora de comer.
Recurre al baño constantes veces, incluso acabando de ingerir alimento.
Ejercicio excesivo: lo que lleva a una diferencia contrastante y rápida de peso.
Autolesiones, pensamientos o comportamientos suicidas.
Afectaciones a la salud
Las señales no solo se manifiestan en el comportamiento o en los patrones a la hora de comer, sino puede reflejarse rápidamente en la salud física.
Anemia.
Sensación constante de tener frío.
Irregularidades en el periodo menstrual.
Mareos.
Fatiga.
Falta de concentración.
Esta situación ataca principalmente a jóvenes, sin embargo, es un problema de salud presente en cualquier edad. En todo caso, es probable que la persona niegue su situación por miedo, vergüenza u otras emociones.
Igualmente, pueden negarlo por creer que no tienen un problema o que ellos lo resolverán. Sin embargo, las probabilidades de recuperación en una persona con trastorno alimenticio aumentan si se detecta con tiempo.
Si algunas de estas señales de que un ser querido tiene un trastorno alimenticio coinciden con actitudes de alguien que conoces o incluso contigo misma, no dudes en tomar acción y evitar daños al cuerpo, salud y vida.
¿Qué hacer si un ser querido o tú tienen un TCA?
De primer momento, esto es lo que pueden hacer.
Informarse del tema mediante instituciones oficiales de salud o medios de comunicación reconocidos. Esto NO sustituye la ayuda profesional.
Contarle a una persona cercana, crear un círculo de confianza y red de apoyo.
Acercarse con un médico especialista y/o psicólogo.
Contactarse con centros de ayuda especializados. Tanto instituciones como el IMSS y el ISSSTE (mediante el Centro de Dietética y Nutrición), como hospitales privados (entre ellos Ángeles y Médica Sur) pueden dar ayuda especializada.
Recordar que cada individuo tiene un tratamiento especializado por persona, trastorno e historial.
Ahora ya sabes qué hacer en estos casos, recuerda que no estás sola.
¿Te ha pasado que solamente decir “te amo” muchas veces no alcanza a cubrir todo lo que sentimos por una persona? Por fortuna, existen muchas formas más de expresar y recibir cariño, no todo se queda en esas dos palabras.
Al relacionarnos con una persona, debemos tener presente que estamos frente a alguien con una personalidad y preferencias que son completamente distintas a las nuestras y lo que funciona para nosotros para sentirnos amadas, no siempre es útil para la otra parte; por esa razón en la actualidad se habla de lenguajes del amor.
Actualmente se ha puesto de moda este término y seguro lo has visto hasta como meme; pero, ¿qué significa? Quédate con Nosotras, veremos qué son los lenguajes del amor y cómo diferenciar o actuar con cada uno.
Qué son los lenguajes del amor
La teoría está basada en un libro que se llama “Los 5 lenguajes del amor”, de Gary Chapman, consejero matrimonial y escritor. Básicamente, se refiere a cómo damos y recibimos amor.
Para Chapman reconocer cuál el lenguaje del amor de cada integrante de la relación son los primeros pasos para fortalecer nuestras relaciones, acompañado de la comunicación abierta para hablar constantemente del tema, en sus coincidencias y necesidades.
Los lenguajes del amor pueden ser muy distintos entre sí, pero uno no es más válido que el otro. Es importante el uso de la comunicación para encontrar un equilibrio dentro de una relación.
Tomando en cuenta el libro que dio origen al término, así es como se definen. ¿Cuál es el que se parece más a ti?
1. Actos de servicio
Para las personas que consideran que las acciones hablan más que mil palabras, puede ser este lenguaje del amor. Consiste en realizar actos pequeñas o grandes que ayuden a facilitar la vida de sus parejas, buscando su comodidad.
Ejemplo de ello podría ser limpiar la casa, hacer la comida, poner gasolina al auto de la otra persona o recordarle sus pendientes si es alguien especialmente olvidadizo. Hay infinidad de maneras en que puede expresarse.
2. Regalos
Aquellos que quieran hacer sentir considerados a sus pares con significados tangibles de amor.
No importa qué tan caro sea el objeto ni se trata de hacer una demostración de lo que puedes comprar o conseguir; es solo demostrar el empeño en pensar en esa persona, que puede partir desde una carta de papel.
La idea es obsequiar algo, sentir satisfacción al ver cómo reacciona la otra persona.
3. Contacto físico
Personas que valoran la sensación de comodidad al estar junto a su pareja en la intimidad física y lo toman como conector emocional.
Pueden ser mimos, besarse o tomarse de la mano. Seguramente conoces a una persona que ama el contacto físico y esa es la manera en que se relaciona con la gente que quiere, no importa cuántas veces haya que demostrarlo.
4. Palabras de afirmación
A través de palabras, quienes tienen este lenguaje del amor muestran el valor que tienen hacia la otra persona.
El amor es confirmado con cumplidos, agradecimientos y apoyo; muchos incluyen mensajes de texto o interacción en redes sociales
5. Tiempo de calidad
Personas que les encanta la escucha activa, el contacto visual y la presencia total; se trata de características prioritarias en la relación, haciendo espacios en agenda para pasar tiempo sin distracciones.
Esto es aplicable cuando comparten una comida o aprender una actividad juntos como danza, pintura, música, etc.
Ventajas
Las personas se sienten consideradas dentro de la relación al ver el esfuerzo de su contraparte para cuidarlas y amarlas, siendo una herramienta que alimenta las relaciones con comunicación abierta y sana.
Los lenguajes del amor no solo están presentes en una relación de pareja, sino puedes notarlos también en amistades y familiares.
Cómo conocer tu lenguaje del amor
A pesar de que en el sitio oficial de los lenguajes del amor existe un quiz para reconocer tu preferencia, y que igualmente hay links en Internet que te pueden dar la respuesta, lo mejor es hacer una introspección de cómo nosotras expresamos afecto y cómo respondemos cuando alguien nos expresa lo que sienten, tomando en cuenta las definiciones que te describimos arriba.
¿Cuál es tu lenguaje del amor? ¡Nos leemos en redes!
Querer impresionar en tu trabajo te puede llevar a no decir lo que sientes y muchas veces a cargarte con tareas de más por no querer causar molestias. Estas situaciones pueden desencadenar en problemas para ti y tu trabajo. Nosotras te contamos cómo decir “no” en tu trabajo sin ser grosera ni tener problemas.
A pesar de que ser dispuesta y proactiva en los trabajos es vital para convertirte en un buen elemento de tu ambiente laboral, igualmente se debe poner límites de manera respetuosa. Tomar trabajo de más solo porque te da pena o no sabes negarte, ni ayuda a tus compañeros ni mucho menos a ti.
Cómo decir “no” en tu trabajo sin ser grosera ni tener problemas
Cuando solemos decir “sí” a cualquier solicitud, nos comprometemos a situaciones que pueden resultar difíciles y desafiantes, con las que no siempre podemos lidiar e incluso a veces afectan tu salud.
Ya sea que te soliciten un trabajo extra o fuera de tu área, laborar horas extra o durante vacaciones te pidan cumplir en un tiempo limitado no realista, o simplemente no te sientes cómoda haciendo algo, debes saber cómo hacer valer tu “no”.
1. Sé directa sin ser grosera
Si dejamos un libre “tal vez” o un “no lo sé” nos puede llevar a que sobreentienda que eso que te requieren será hecho, pero en otro momento.
Pero ojo, cuando un compañero te pide algo no se trata de hacer sentir a la otra persona mal de pedir tu ayuda. Sé amable pero firme.
Reconoce la solicitud y muestra gratitud por ser considerada.
Checa tu lenguaje no verbal, la manera en que dices las cosas es cómo eres en realidad. Opta por actitudes neutras: sin preocupación, desgana o molestia.
2. Muestra alternativas
Delegar las prioridades te dejará ver si puedes involucrarte de alguna manera en la tarea solicitada ya sea en gran o pequeña medida, lo cual también es válido.
Ya sea con un “no, no puedo ahorita pero el viernes te apoyo”; “no, en otro trabajo con gusto te ayudo”; “no puedo hacer todo el proyecto pero puedo hacer una parte”.
3. Explica el rechazo para no tener problemas
Suavizar la respuesta con honestidad y de manera breve puede ayudar al empleador a conocer sus limitantes.
4. Practica decirlo
Aunque suene a un acto no muy normal, pronunciar en voz alta la palabra “no” sola, con amigos de confianza o familiares hará que reconozcas internamente la palabra y la dejes de considerar una palabra ruda.
5. Mantén tu posición sobre decir “no” en tu trabajo
Así sabrán que tu persona y tus limitantes son válidas y no buscarán persuadirte. No aceptes un “ándale” o un “no seas así” si lo que te están pidiendo no está en tus posibilidades o simplemente no quieres.
Saber cómo decir “no” en tu trabajo es una habilidad que te defenderá en tu área de trabajo, protegiéndote de la carga excesiva dando pie al estrés laboral.
De esta manera, te permitirá desarrollar tus trabajos de manera plena y eficaz sin que se entrometan en tu tiempo personal, valores y forma de obrar.
¿A ti te cuesta decir que no? ¿Qué opinas? ¡Te leemos en redes sociales!
En la era digital, las tecnologías de la información y comunicación (TIC) facilitan muchas actividades diarias, entre ellas las relaciones laborales e interpersonales. Los celulares son herramientas fundamentales para las personas, sea para entretener, informar o mantener relaciones alrededor del mundo sin importar el espacio y tiempo. A través de mensajes y llamadas, permiten que los procesos comunicativos se agilicen. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la comunicación cara a cara es fundamental para mantener relaciones saludables.
Aquí entra el ‘fexting’. Es el acto que realizamos al discutir con nuestra pareja a través de mensajes de texto; viene de la combinación de las palabras ‘fighting’ y ‘texting’. Hay muchas razones para ello, entre las principales son que podrías estar evitando un conflicto presencial y prefieres “escudarte” a través de la pantalla; en otras ocasiones, escribir primero un mensaje permite que te calmes y tengas tiempo de pensar las cosas que vas a decir.
Sea cual sea el motivo, según expertos, su práctica constante no resulta benéfica para nuestra relación en pareja. Los conflictos son necesarios para reforzarla y no hay nada de malo con ello. Si bien un mensaje de texto puede resultar inofensivo, su uso continuo para resolver problemas puede dañar la relación con tu pareja. Descubre las razones.
‘Fexting’: cómo el envío de mensajes puede perjudicar tu relación
1. Malinterpretación
Es uno de los principales motivos de por qué el ‘fexting’ puede comprometer tu relación. No es necesario tener una discusión con nuestra pareja para que los mensajes se interpreten de manera diferente. Los malentendidos pueden ocurrir en textos y situaciones aparentemente benignas. Desde el trabajo o la vida cotidiana, compartir mensajes a veces resulta ofensivo debido a que, al interactuar en línea, es más difícil ser empático y comprender las consecuencias de nuestras acciones o palabras.
El ‘face to face’ conecta a las personas íntimamente; podemos ver su lenguaje corporal, expresiones faciales y otras señales no verbales que nos indican el estado de ánimo del acompañante.
2. La conversación no es aceptada de manera efectiva o mutua por ambas partes
De acuerdo con el portal Well + Good, el conflicto a través de mensaje puede dar como resultado el resentimiento por alguna de las partes. La pareja no se siente comprendida, escuchada y valorada a raíz de una discusión por mensaje cuando no existe una comunicación afectiva y constructiva, por lo cual se minimiza y niega la discusión.
Recomendaciones para lidiar con el ‘fexting’
El doctor Brad Schwall, presidente y director ejecutivo del Centro de Asesoramiento Integrador y Psicología, asegura que los mensajes de texto son para verificar o comunicar ciertos detalles que no tienen tanta relevancia, como enviar un mensaje rápido para informarle a una persona que estás pensando en ella, hacer o confirmar una cita, etc. No obstante, para construir comunicaciones afectivas y positivas, se recomienda una comunicación en persona.
Si no es posible realizarlo, podemos expresar nuestro sentir a través del mensaje de texto, pero si observas que la discusión se vuelve agresiva, deténla y sugiere realizar una llamada telefónica o una videollamada. Recuerda escuchar atentamente a los demás y tratar de comprender cómo se sienten.
“¡Ay! No seas bipolar”. ¿Alguna vez has escuchado esta frase o alguna parecida? Entonces has sido testigo de cómo se perpetúan algunos mitos sobre el trastorno bipolar, una enfermedad sobre la cual hace falta conciencia y que merece tratarse con respeto.
En ocasiones, la “bipolaridad” se asocia a una connotación peyorativa; pero, ¿realmente conocemos lo que significa e implica? Poco se habla sobre el trastorno bipolar y eso ocasiona que se creen ideas y estereotipos erróneos sobre la enfermedad. Nosotras te ayudamos a develar los mitos que giran en torno a ella.
¿Qué es?
De acuerdo con el Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos (NIMH, por sus siglas en inglés) y la Clínica Mayo, el trastorno bipolar es una enfermedad mental que afecta los mecanismos que regulan el estado de ánimo, la energía, los niveles de actividad y la concentración de una persona. Lo cual puede dificultar sus actividades diarias.
Se caracteriza por cambios que van desde altos emocionales (manía o hipomanía) y bajos emocionales (depresión). Es decir, un estado de euforia, energía alta e irritabilidad o bien, tristeza, desesperanza y bajo interés y energía, respectivamente.
Estas características suelen ser reducidas a mitos sobre el trastorno bipolar que únicamente causan daño.
Mitos sobre el trastorno bipolar
De acuerdo con los portales Healthline y Banner Health, estos son algunos mitos que giran en torno a la enfermedad.
1. Todas las personas con el trastorno son iguales
Dicho trastorno no tiene nada que ver con la personalidad. Según la Clínica Mayo, hay 4 tipos básicos de padecimiento y cada experiencia será diferente.
Trastorno bipolar I. Las personas que lo sufren han tenido uno o más episodios maniacos o depresivos mayores. En ciertos casos, puede provocar psicosis y requerir hospitalización.
Trastorno bipolar II. Las personas que lo sufren han tenido uno o más episodios depresivos o hipomaniacos (menos extremos que los maniacos), pero nunca han tenido uno maniaco. Es importante aclarar que esto no quiere decir que el trastorno bipolar II sea menos grave que el I.
Trastorno ciclotímico. Consiste en muchos periodos con síntomas hipomaniacos y depresivos que no son tan intensos para calificar como episodios depresivos mayores o maniacos.
Otros tipos. Estos comprenden síntomas que no entran en las categorías anteriores. Por ejemplo, los trastornos relacionados a ciertos medicamentos, drogas o bebidas alcohólicas, o derivados de ciertas afecciones médicas.
No hay dos personas con trastorno bipolar iguales.
2. Son solo cambios de humor
Los cambios extremos en el trastorno bipolar son muy distintos a los cambios de humor que presentamos cotidianamente. Dichas alteraciones pueden ocurrir frecuentemente o en raras ocasiones, así como los síntomas pueden presentarse de intensidad moderada y, en otros casos, de manera intensa. Es por ello que estas variaciones presentan consecuencias significativas en la persona en su energía y actividades diarias.
3. La manía es productiva
Se asocia a la manía como que una persona siempre está de buen humor y llena de proyectos o actividades. En ciertos casos, al principio la persona puede sentirse bien; no obstante, sin tratamiento una persona puede tener comportamientos irracionales y ver alterado su juicio o actividades cotidianas.
4. Las personas con este trastorno son maniacas o depresivas
Aquellos que padecen esta enfermedad pueden experimentar variaciones en su estado de ánimo que pueden durar semanas o meses; incluso, periodos más equilibrados, llamado eutimia.
A pesar de esto, también pueden presentar ciclos mixtos en donde presentan síntomas maniacos o depresivos.
5. Los medicamentos son el único tratamiento
Las medicinas ayudan a tratar los episodios maniacos o depresivos. Si bien es indispensable tomarlas con ayuda de un profesional, existen métodos para tratar la enfermedad que también pueden resultar de ayuda durante el tratamiento psiquiátrico, como la terapia psicológica, cognitiva conductual, interpersonal, higiene del sueño, etc.
La Alianza Nacional sobre Enfermedades Mentales (NAMI, por sus siglas en inglés), recomienda la combinación de terapia y medicación como el método más efectivo. Aunque el trastorno bipolar es una afeccion de por vida, se puede mejorar el estilo de vida con un plan de tratamiento adecuado.
6. Es una enfermedad poco común
En 2019, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estimó que alrededor de 45 millones de personas en todo el mundo la padecían.
Tal vez alguna vez hayas escuchado o te dijeron que aguantarte las ganas de llorar es malo. Ya sea durante una película, escuchando música, durante un buen baño, sola o acompañada, de coraje, de tristeza o hasta de alegría, una lloradita no está de más.
Recordemos que algunos filósofos consideraban que hacerlo funcionaba como un purgante que nos purificaba el alma.
Por eso y, sin importar el que dirán, cuando tengas ganas, llora. Hoy Nosotras te decimos por qué no deberías aguantarte las ganas de llorar.
Por qué no deberías aguantarte las ganas de llorar
Cuando nos aguantamos las ganas de llorar lo que hacemos, según un artículo de Harvard Health Publishing, es un afrontamiento represivo que estudios han relacionado con lo siguiente.
Un sistema inmunitario menos resistente.
Enfermedades cardiovasculares.
Hipertensión.
Afecciones de salud mental como el estrés, la ansiedad y la depresión.
El llanto, según el portal de Health Digest, es un comportamiento que te tranquiliza a ti misma pues, de acuerdo con un estudio de 2014 publicado en Frontiers in Psychology, si no lloras podrías permanecer en un estado de estrés.
Tus lágrimas contienen la hormona corticotropina, que es un analgésico natural y ayuda a regular los niveles de estrés según Headspace, por lo que si las retienes te afectará de la siguiente forma:
Tu toma de decisiones.
Tu concentración.
Puede llevarte a tener poca energía.
El llanto es esencialmente una válvula de escape que libera a tu cuerpo del exceso de estrés y tensión, explica Nicole Van Groningen, internista en el centro médico Cedars-Sinaí, para el portal Shape.
Nuestro cerebro envía señales a tus glándulas suprarrenales para que liberen hormonas del estrés, como la adrenalina y el cortisol. Lo que hace que aumente el ritmo cardíaco y la presión arterial, por lo que contener el llanto solo hará que sientas opresión en el pecho y tengas una respiración agitada.
Los beneficios de llorar para la salud
De acuerdo con el portal de Harvard Health Publishing, llorar puede resultar bastante benéfico porque permite liberar el estrés y el dolor emocional.
También aumenta el comportamiento de apego, fomentando la cercanía, la empatía y el apoyo de amigos y familiares.
El portal Health Digest dice que después de llorar te sientes mejor porque estás liberando esas hormonas del estrés y permitiendo que tu mente y tu cuerpo regresen a un estado relajado.
Llorar es muy bueno para tu salud, más de lo que crees y, a veces, está bien no estar bien. Date un minuto para respirar y dejarlo salir.
Según expertos, soñar con personas cercanas y algunas no tanto (como tu expareja), es más común de lo que pensamos. Tal vez te hayas quedado inquieta al no saber por qué sueñas con tu ex, pero no necesariamente se debe a que sigues enamorada de esa persona ni tampoco es algo muy raro.
Los sueños con tu ex ocurren frecuentemente tras procesos de separación, pero, si pasa el tiempo y sigues soñando con él, es posible que te sientas triste, sorprendida o confundida. ¡No te preocupes! Nosotras te contamos las razones por las cuales esto sucede.
Qué son los sueños
Sin lugar a dudas, el proceso onírico es uno de los aspectos más fascinantes e intrigantes para los científicos, ya que según un artículo de Medical News Today, los sueños son una experiencia humana y consisten en las historias que las personas creamos mientras dormimos.
Coloquialmente, se visualiza como abrir la puerta a un mundo desconocido, pero, ¿esto es verdad? Pues sí. Investigadores de la Universidad de Wisconsin, en su artículo “El sueño y el cerebro: de la fenomenología a la neurofisiología“, mencionan que a pesar que el cerebro está desconectado del entorno, todavía puede generar experiencias conscientes a través de los sueños.
Si bien hay diversos estudios sobre el tema que han mejorado su comprensión, no se ha determinado a profundidad las actividades neuronales que ocasionan dicho comportamiento. Algunas de las posibles razones de por qué soñamos, son que los sueños están vinculados a las emociones, interpretan señales del cerebro cuando dormimos al reflejar intereses y personalidad, y aseguran la información que recopilamos durante el día.
¿Qué significa el soñar con tu ex?
Ya sea que hayas terminado con tu ex en buenos términos o, por el contrario, haya sido una ruptura dolorosa, los expertos mencionan que soñar con tu expareja no necesariamente significa que necesitas resolver problemas internos o que quieres regresar con ella. De acuedo con el portal Sleep Foundation, estas son 5 posibles razones por las que podrías estar soñando con tu ex.
1. Sentimientos no resueltos
Aunque no parezca, puede que todavía haya cabos sueltos por atar en tu proceso de ruptura. Los sentimientos no tienen por qué ser de índole romántico, se pueden reflejar en ira, tristeza, celos o frustración. Pueden indicar que todavía no sueltas por completo la relación.
2. Trauma pasado
La investigación del Laboratorio de Sueño y Neuroimagen de UC Berkeley recopiló evidencia de cómo las emociones pueden afectar los sueños. Una posible causa para soñar con un ex puede deberse a un trauma pasado de su relación.
3. Recientemente viste a tu ex
En ocasiones, nos reencontramos con una expareja sin planearlo ni desearlo, o bien, volvemos a saber sobre esa persona a través de redes sociales, lo cual puede presentar o desencadenar recuerdos.
Puede suceder como cuando encuentras una amiga que no habías visto desde hacía tiempo, o como cuando se presentan en tus sueños las personas con quienes trabajas.
4. Preocupaciones de relaciones similares
Posiblemente cuando estés conociendo a alguien o iniciando una nueva relación, tu subconsciente la compara con tu relación anterior. Te preocupa volver a ser lastimada o que se repitan patrones que te han costado superar. Lo anterior, podría causar que el protagonista de tus sueños sea tu ex.
5. Tu ex simboliza algo más
Tu expareja puede representar algo o alguien más en tu vida que te está causando intranquilidad. Lo mejor es que te evalúes e intérpretes qué sentimientos y emociones surgen a raíz del sueño y qué recuerdos puedes estar asociando. Por ejemplo, si son sentimientos de estrés o ansiedad, considera qué elementos de tu día a día los causa.
A través del tiempo, se ha enfatizado el valor del orgasmo como la meta más importante durante el acto sexual. Ahora sabemos que, si bien todo mundo ama tenerlos, tener orgasmos no es un objetivo único ni una obligación; se trata de disfrutar la sexualidad, ya sea sola o con alguien más.
No experimentar un orgasmo es más frecuente de lo que pensamos. De acuerdo con el Instituto Mexicano de Sexología (INMESEX), solo el 43% de las mexicanas ha experimentado un orgasmo. En la actualidad todavía es muy común, no solo en nuestro país, que las mujeres finjan un orgasmo por diferentes razones. Sabemos que NO es bueno fingir, por el bien de nuestro propio placer, pero, ¿entonces por qué sigue pasando?
¿Qué es el orgasmo?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el orgasmo es un pico sensorial, variable y transitorio de intenso placer, que inicia con contracciones involuntarias y rítmicas de los músculos de la pelvis, así como de otras partes del cuerpo. Se visualiza como la culminación del acto sexual, y se caracteriza por un clímax que produce un estado mental de satisfacción intensa.
Todo cuerpo es diferente y no todas las mujeres consiguen experimentarlo (lo cual solo es un problema si ellas lo consideran así), otras tantas nunca lo han tenido.
¿Por qué las mujeres fingimos orgasmos? Son muchas las razones y todas ellas influyen de diversas maneras en el comportamiento y desarrollo sexual.
¿Por qué las mujeres fingimos orgasmos?
Resulta imposible citar todas las posibles respuestas porque todas las personas somos diferentes, con historias de vida únicas y necesidades diversas. Sin embargo, sí existen algunas razones comunes que podemos señalar.
Para el artículo “La escala del orgasmo fingido para mujeres: propiedades psicométricas”, realizado por un equipo de investigadores de la Universidad de Temple y Kenyon College, entrevistaron a mujeres universitarias con la finalidad de conocer los motivos de por qué fingían el orgasmo durante el sexo oral y las relaciones sexuales; se arrojaron los siguientes resultados.
Engaño altruista. Se trata de mentir para hacer que tu pareja se sienta mejor. La motivación del engaño altruista se basa en la preocupación por los sentimientos de tu pareja al hacerlo sentir feliz y exitoso, para estimular su ego y proteger al compañero de la sensación de culpa, decepción, fracaso o vergüenza. Sin embargo, esto nos pone en segundo lugar y hace a un lado la importancia de nuestro propio placer.
Miedo e inseguridad. De acuerdo con investigadores de la Universidad Eötvös Loránd de Hungría, la principal causa de fingir orgasmos en las mujeres se debe a la inseguridad o miedo de ser percibidas como disfuncionales o anormales al no alcanzar el orgasmo. Esto está asociado a fuertes sentimientos negativos y problemas de autoestima por considerar que hay algo malo en ellas.
Excitación elevada. Esta razón se centra más en el propio placer que en el de la pareja. Las mujeres fingen el orgasmo ya que al hacerlo, aumenta su propia excitación.
Aplazamiento sexual. Consiste en fingir el orgasmo para terminar con el sexo. En ocasiones, cuando la experiencia sexual no está siendo placentera, la mujer finge para terminarla.
No es malo no tener un orgasmo
La sexualidad implica conocer tu cuerpo y tu placer para así poderlo compartir con nuestra pareja satisfactoriamente. Si no estamos en paz con nuestra sexualidad, difícilmente tendremos experiencias sexuales agradables, solas o en compañía. Debemos comunicar lo que sentimos sin vergüenza o culpa y establecer una comunicación asertiva. Esto beneficiará y reforzará la relación con tu cuerpo y placer, así como con tu pareja, al crear un vínculo de complicidad y sinceridad.
¿Cuánto tiempo pasas en las redes sociales? La mayoría de las personas revisan continuamente sus teléfonos y otros dispositivos en busca de notificaciones y dedican tiempo a navegar por las redes sociales. Como todas sabemos, estas actividades a veces pueden ser difíciles de detener.
Nosotras te decimos los beneficios que tiene descansar de las redes sociales y, en particular, limitar tu tiempo a 30 minutos en redes sociales al día.
Tomarse un ‘break’ de las redes sociales
Las redes sociales, como tantas otras cosas en la vida, se disfrutan mejor con moderación. Ese es el principal hallazgo de un equipo de la Universidad Estatal de Iowa, que se centró en los adultos jóvenes y su salud mental. Cuando un grupo de estudiantes universitarios limitaron su uso de las redes sociales a solo 30 minutos diarios, los participantes obtuvieron puntajes significativamente más bajos para la ansiedad, la depresión, la soledad y el miedo a perderse algo (conocido como FOMO), de acuerdo con un artículo de Study Finds.
Millones de personas usan las redes sociales a diario, pero en los últimos años ha aumentado la preocupación por el impacto psicológico de estas plataformas, especialmente entre los adultos jóvenes y los adolescentes.
30 minutos en redes sociales al día, ¿lo ideal?
En resumen, una creciente colección de investigaciones recientes apunta hacia una tendencia innegable: los jóvenes usan más las redes sociales y su salud mental está sufriendo. Entonces, los investigadores de la Universidad de Iowa armaron un experimento de dos semanas que abarcó a 230 estudiantes universitarios. La mitad de los participantes tuvo que limitar su uso de las redes sociales a 30 minutos al día. Este grupo incluso recibió recordatorios automáticos todos los días para reducir su consumo, lo que ayudó a que tuvieran una puntuación baja para la ansiedad, la depresión, la soledad y el miedo a perderse al final del estudio en comparación con el grupo de control.
El grupo experimental también obtuvo una puntuación más alta en “afecto positivo”, descrito por los autores del estudio como “la tendencia a experimentar emociones positivas descritas con palabras como “emocionado” y “orgulloso”. En otras palabras, una perspectiva más brillante de la vida.
El equipo de investigación señaló que los beneficios psicológicos obtenidos al limitar el uso de las redes sociales incluso se extendieron a los participantes que a veces excedieron por poco el límite de tiempo de 30 minutos.
Beneficios de tomar descanso en redes sociales
Tal vez sea difícil limitarte a un horario estricto de redes sociales al día, pero vale la pena hacer el esfuerzo por pasar ahí menos tiempo. Aquí enlistamos algunas posibles ventajas que pueden conducir a un mayor bienestar.
1. Dormir mejor
De acuerdo con un artículo de Medical News Today, un estudio de 2020 descubrió que el miedo a perderse algo, conocido como FOMO, impulsa el uso nocturno de las redes sociales, lo que provoca trastornos del sueño y dificultades para dormir.
Un estudio de 2021 que involucró a 132 personas encontró que limitar el uso de las redes sociales durante una semana mejoró el bienestar al prevenir problemas de sueño. Sin embargo, los autores señalaron que los adolescentes que ya estaban muy comprometidos con las redes sociales pudieron haber optado por no participar en el estudio porque no estaban dispuestos a reducir su uso.
Otro estudio de 2021 encontró que limitar el acceso a internet de los adolescentes antes de acostarse prevenía los problemas de sueño, pero esto era más efectivo para aquellos que estaban menos comprometidos con las redes sociales.
2. Reduce el estrés
Un estudio de 2018 encontró que abstenerse del uso de las redes sociales durante aproximadamente una semana redujo el estrés tanto en los usuarios habituales como en los excesivos de las redes sociales. Los efectos fueron más pronunciados en los usuarios excesivos de las redes sociales.
3. Previene la depresión y la ansiedad
Los autores de un estudio de 2019 señalan que los comportamientos comunes en las redes sociales, como revisar constantemente los mensajes, son factores de riesgo para la ansiedad, la depresión y la angustia psicológica. Sin embargo, también destacan que existen limitaciones en la investigación y que se necesitan más estudios.
Leer más:
Señales de que necesitas un descanso de las redes sociales
Todas las personas llegamos a experimentar estrés en el trabajo, no importa cuál sea nuestro puesto. Esto no es justificación para un jefe que te grita ni es algo que debemos normalizar. Sin embargo, desafortunadamente, todavía es algo que sucede de manera cotidiana en muchísimos lugares de trabajo y con lo cual tal vez debas estar preparada para lidiar.
Por lo que hoy te contamos algunas cosas que puedes hacer para lidiar con un jefe que te grita.
¿Cómo lidiar con un jefe que te grita?
Cuando eso pasa, entendemos lo difícil que es saber cómo reaccionar, lo que debes decir y hacer, porque ante todo es una autoridad y es natural no querer tener problemas en el trabajo.
En ese momento puede que los sentimientos de impotencia, pena, rabia y hasta tristeza estén a flor de piel.
Por lo que pensar en qué hacer a veces resulta complejo por lo delicada de la situación. No obstante Nosotras te dejamos algunas recomendaciones para que puedas lidiar con un jefe te grita.
1. Una agresión nunca estará bien; NO la normalices
Antes de reaccionar, debes tener presente siempre esto. Independientemente de la razón y aunque hayas cometido un error, el portal The Power Moves menciona que nunca estará bien que alguien te falte al respeto y mucho menos que te haga sentir que no eres digna, los errores nos pasan a todas las personas.
Si los gritos son frecuentes o se vuelven una agresión directa hacia tu persona, lo que debes hacer es reportarlo inmediatamente, a una figura de autoridad superior o al área de Recursos Humanos.
2. Mantente serena y tranquila
Alzar la voz y sembrar miedo, explica el portal The Power Moves, es reflejo de un liderazgo pobre. Por lo que recomienda dejar que termine de gritar esa figura de autoridad para así poder reaccionar adecuadamente.
Por lo regular, según el blog de LinkedIn, cuando una figura de autoridad está gritando, normalmente es porque ha llegado a su punto de quiebre. Se siente atrapada por el problema con el que está lidiando y puede haberse vuelto irracional al enfrentarlo.
Ante eso, mantén siempre la calma, pero habla. Informa a tu superior si él o ella está equivocado. El sitio The Power Moves recomienda tener una postura derecha con los hombros hacia atrás, nunca bajando la mirada.
Evita en todo momento retar o dar a entender que estás retando a la autoridad, también evita hablar de manera vengativa. Mantén la objetividad y explícate, indica el portal de LinkedIn.
3. Que la prudencia sea tu aliada
Ahora sí, tras haber escuchado con atención el regaño, ahora mantenerte firme e indicar que no estás de acuerdo con el regaño o con la manera en que la otra persona se dirige a ti, exigiendo una disculpa.
Independientemente de lo que esté sucediendo, explica el portal de LinkedIn, ya sea por tu culpa o algo ajeno a ti, trata de proporcionar una solución.
A pesar de reaccionar de diferentes maneras, la forma en la que podemos lidiar con un jefe que nos grita es tratar de hablar con la persona con calma, explicándole cómo te hicieron sentir los gritos y esperar la respuesta.
4. No grites de vuelta
Por más enfadadas que estemos en ese momento, una cosa que no es aconsejable hacer es gritarle. La especialista en recursos humanos Tracie Sponenberg dice para el portal Refinery29 que no te involucres, no devuelvas el grito y no te rebajes a su nivel. No pierdas el control como el jefe que te grita. Gritar en ese momento puede traerte más problemas que soluciones.
En caso de que las emociones te impidan tener una conversación en ese momento, lo mejor que puedes hacer es retirarte de la situación e informar a la otra persona que continuará la conversación en otro momento, cuando esté dispuesta a hablar contigo de forma más respetuosa y apropiada.
Incluso puedes pedir una reunión en privado e interrumpir la que está sucediendo; la idea es que puedan hablar tranquilamente después y tengas la oportunidad de establacer tus límites.
Sea cual sea la decisión que tomes, siempre recuerda procurar tu integridad como persona y en caso de que sea frecuente, considera reportar.
Recuerda, en caso de querer reportar, las organizaciones suelen tener algún tipo de código de conducta o políticas laborales respetuosas.
5. Sé directa y concisa
Si te preguntan algo, responde de manera directa y serena, no titubees. Si se trató de un error tuyo no pongas excusas, acepta el error, pero eso no significa que debas aprobar, justificar o normalizar la manera en la que te están hablando. Simplemente acepta el error, pide disculpas y explica cómo vas a solucionarlo.
Eso sí, no dejes que el incidente simplemente se olvide. Si alguien te gritó, aunque el asunto se solucione asegúrate de hablarlo posteriormente, dejar claros tus límites y garantizar, en medida de lo posible, que esto no volverá a pasar.
A muchas nos resulta desagradable que las personas truenen la boca al masticar. Pero, si al escucharlo además de parecerte molesto viene a ti un enojo o intolerancia intensificado, podría ser un síntoma de misofonía.
La misofonía es una respuesta exacerbada de enojo y ansiedad hacia sonidos específicos. Tal y como explica la BBC, se trata de un trastorno psiquiátrico que suele desarrollarse entre la infancia y la adolescencia. Básicamente, es una respuesta desproporcionada del sistema nervioso a ciertos sonidos cotidianos.
La conexión del sistema auditivo y el nervioso hacen que los sonidos corporales ajenos como la masticación, la respiración o los estornudos, por ejemplo, sean intolerables y desencadenen enfado o pánico en quienes tienen esta condición.
¿Cómo saber si tienes misofonía?
Hay días en los que estamos de malas y cualquier cosa nos puede molestar. Sin embargo, si detectas que todo va bien hasta que escuchas la ruidosa respiración de tu compañero y ésta empieza a producirte irritación, pánico e incluso ira, puede ser un síntoma de la misofonía.
La misofonía se desarrolla comúnmente durante la adolescencia pero puede variar según la persona. De acuerdo con Heart It, surge inicialmete con un detonante, como el masticar de las personas, y va progresando, haciendo la emoción más grave y sumando los sonidos que causan incomodidad.
Aunque estas pueden ser algunas señales, es importante que no te autodiagnostiques. En su lugar, acude con un especialista para que pueda hacerte las pruebas correspondientes y tengas mayor certeza de tu condición.
Reacciones y consecuencias de la misofonía
Según la BBC, el cuadro médico de una persona con misofonía es parecido al de aquellas con Transtorno Obsesivo Compulsivo (TOC).
Su odio a los sonidos se acreceenta cuando vienen de seres queridos y sus reacciones van desde huidas hasta los pensamientos violentos.
Otras personas optan por el aislamiento, ya que, según un artículo del portal Verywell Mind estos sonidos les provocan un estrés agudo insoportable.
Las consecuencias de las reacciones se dividen en dos.
Físicas. Pueden llegar a sufrir de aumento de presión arterial, temperaturas altas e incremento de los latidos del corazón.
Psicosociales. Harvard Health asegura que el aislamiento y la violencia que provoca la afección “interfiere con las actividades diarias normales”. Comúnmente esto tiene como consecuencia la avería de su socialización, lo cual desencadena abandono de relaciones y empleo.
Diferencia con tinnitus e hiperacusia, intolerancia a los sonidos
Comúnmente se relaciona a la misofonía con otras afecciones como tinnitus e hiperacusia, sin embargo hay que tener claras las diferencias.
Tinnitus es el término que se utiliza para definir sonidos internos, cuando escuchas un zumbido en los oídos. No tiene ninguna relación directa con la misofonía.
Por otro lado, de acuerdo con Top Doctors, la hiperacusia hace referencia a la enfermedad que hace que los sonidos causen dolor auditivo y ansiedad en aquellas que la padecen.
La diferencia radica en que la misofonía es un trastorno mental, mientras que la hiperacusia es un síntoma físico causado por malformaciones o lesiones en el oído que hacen que se hipersensibilice.
¿Cómo se trata?
Los científicos aún no encuentran un origen preciso ni mucho menos un tratamiento para la misofonía.
Sin embargo, la BBC comparte que algunas de las personas que la padecen han encontrado diversas maneras de lidiar con ella, como las siguientes.
La misofonía puede afectar enormemente las vidas de quienes la sufren y sus allegados. La investigación sobre este trastorno es un poco escasa por lo que divulgar sobre el tema resulta importante para que este se ponga en el foco y se priorice en la agenda médica/científica.
Cuando andamos con el ánimo bajo o después de un mal día, a veces recurrimos a encerrarnos en nuestro cuarto, ponernos los audífonos y empezar a escuchar música triste. Esto no suena como la mejor opción. Pero, ¿sabías que escuchar música triste puede ser algo bueno para nuestra salud mental?
¿Quieres saber más? Nosotras te contamos al respecto.
¿Por qué la gente ama la música triste?
De acuerdo con un artículo del portal Health, un estudio reciente encontró que escuchar música triste puede tener un impacto positivo en el estado de ánimo de una persona, basado en un sentido renovado de conexión.
“Varias características de una canción, incluido el ‘mood’, la elección del instrumento y la dinámica, pueden provocar emociones negativas o positivas en los oyentes”, dijo Tara Venkatesan, científica cognitiva de la Universidad de Oxford y soprano de ópera.
Un estudio publicado en el Journal of Aesthetic Education, del cual Venkatesan formó parte, sugiere que si bien escuchar música triste ciertamente puede hacer que las personas se sientan peor, hacerlo también puede afectar positivamente el estado de ánimo de una persona y permitirle sentirse conectada.
“Nuestro punto principal es que el valor de la música triste radica en su capacidad para crear una sensación de conexión, independientemente de si realmente provoca tristeza en el oyente. Y es esa sensación de conexión, no necesariamente la experiencia de la tristeza en sí, lo que hace que escuchar música triste sea realmente genial”, comentó Venkatesan.
¿Cómo funciona la música triste en nuestro cuerpo?
De acuerdo con información de Everyday Health, otra investigación sugiere que las personas recurren a la música para ayudar a sobrellevar las emociones difíciles.
Un estudio descubrió que las personas eran más propensas a seleccionar canciones de enojo después de una interacción social frustrante y también eran más propensas a elegir canciones tristes después de una mala ruptura.
“A menudo, las canciones tristes tienen ritmos más lentos y tonos más bajos que otros tipos de música”, dijo Carolina Estevez, psicóloga licenciada en Infinite Recovery con sede en Austin, para Everyday Health.
Estevez añadió que este tipo de sonido puede ayudar a reducir la presión arterial y la frecuencia cardíaca, aliviar la tensión muscular y reducir los niveles de cortisol.
Para un estudio publicado en junio de 2020 en la revista Emotion, investigadores hicieron que personas que habían sido diagnosticadas previamente con depresión escucharan diferentes tipos de música clásica y descubrieron que los participantes preferían abrumadoramente la música triste a los sonidos más optimistas porque la encontraban relajante.
Los investigadores concluyeron que las melodías menos alegres calmaban a las personas con depresión porque coincidían mejor con sus niveles de energía.
Una revisión de evidencia publicada en noviembre de 2017 en Cochrane analizó datos de nueve estudios previos que incluyeron a más de 400 personas con depresión y encontró que agregar musicoterapia a otro tratamiento para la depresión (como medicamentos y terapia de conversación) ayudó a las personas a controlar los síntomas depresivos y mejorar el funcionamiento cuando se trataba de cosas como el trabajo, las relaciones y otras actividades.
La música triste permite expresar los sentimientos
“Escuchar canciones tristes les permite a las personas expresar sus sentimientos de una manera saludable. Cuando las emociones se acumulan en el interior sin vías de expresión, pueden crear una gran confusión interna”, comentó Estevez.
La especialista también comentó que escuchar música triste, ya sea solitaria o no, también puede recordarnos que no estamos solas en nuestras emociones.
“Escuchar estas canciones nos ayuda a darnos cuenta de que otros comparten nuestros pensamientos y sentimientos. Además, escuchar letras con las que resonamos puede ser reconfortante porque articulan las emociones para las que antes no teníamos palabras”, mencionó Carolina.
Música y salud mental
“La música puede ser una forma de practicar, simplemente sentarse con un sentimiento que a veces es más difícil de soportar y que en realidad es emocionalmente muy útil. Lo llamamos una exposición emocional que, de hecho, se usa en algunos protocolos de terapia muy bien investigados para ayudarnos a sentir ciertas emociones”, dijo Shannon Bennett, directora clínica del sitio del New York-Presbyterian´s Center for Youth Mental Health.
Finalmente, Venkatesan agregó que otros estudios sugieren que escuchar canciones tristes nos permite conectarnos con nosotras mismas y reflexionar sobre nuestras propias experiencias emocionales, lo que puede ayudar a regular el estado de ánimo.
¿Conoces la frase “mejor sola que mal acompañada”? Pues hay algunas veces en las que se tiene que aplicar sí o sí. Aunque usualmente llegamos a asociar las ‘red flags’ con relaciones de pareja, también las puedes encontrar en tus relaciones de amistad. Así es, también hay ‘red flags’ en una amistad.
Las relaciones humanas son complicadas y no siempre todo será perfecto. Pero, si sientes un peso encima, no puedes ser tú misma o ya no te sientes cómoda es mejor pensar dos veces si la amistad es recíproca y sana; si no es así, hay que buscar una solución o mejor decir “bye, bye”.
‘Red flags’ en una amistad
En cualquier relación cuando las cosas no van bien lo notas, pero hay veces que puedes buscar excusas o justificaciones para la otra persona, ya sea porque llevan años de conocerse, es tu “mejor” amiga o porque simplemente tienes algún tipo de afecto hacia esa persona. Pero a veces tenemos que aprender a afrontar los problemas para hallarles solución o, si no la hay, terminar una relación tóxica.
“Buscamos esencialmente las mismas cosas en nuestras relaciones (platónicas y románticas): ser respetados, poder sentirnos física y emocionalmente seguros, sentirnos escuchados”, dice la terapeuta matrimonial y familiar Karla Zambrano-Morrison para el portal Well + Good.
A continuación te mostramos algunas ‘red flags’ que puedes identificar cuando son “paper friends”, para así poder buscar una solución o mejor desearle lo mejor y seguir, porque no vale la pena que tu salud mental y emocional estén en juego.
1. La amistad no es equilibrada
Seguramente has tenido esa amiga o amigo que solo te habla cuando necesita algo, aparece cuando nadie está de su lado y necesita desahogar sus problemas, contarte lo que le está sucediendo o para pedirte algún favor; sin embargo, cuando son tiempos de alegría y diversión, salen con otro “amigos” y ni siquiera te mandan algún mensaje para felicitarte en tu cumpleaños, así como lo dice el blog Poosh.
2. Te menosprecian
Y así como salido de un drama adolescente, lo que dices “está mal” y si te enojas o dices algo “es demasiado innecesario o eres muy sensible”. Este tipo de persona te mantendrá adivinando cómo reaccionar ante lo que te dice, si seguir con la conversación u ofenderte, así como lo menciona HealthShots.
Como te decíamos al principio, si no te sientes cómoda o no te permiten ser tú misma porque terminarás atacada o cuestionada, no es ahí.
3. Envidia
Todos los logros que tienes son un enojo o un “felicidades” falso. “Las amistades sanas son de apoyo por naturaleza. Queremos personas que no solo estén dispuestas, sino ansiosas por celebrar las grandes y pequeñas victorias en nuestras vidas”, dijo la sociologa Cherrelle N. Shorter para el portal PsychCentral.
Algunas de la ‘red flags’ consisten en comenzar a compararse, decir o tratar de superar lo que tu has logrado, no querer celebrar contigo, además de tardarse en felicitarte, minimizar tus logros o hacer comentarios innecesarios y despectivos.
4. No respeta tus límites
Si te encuentras mal y tu amiga hace algo que te molesta y le dices que pare porque no te sientes bien y lo vuelve hacer, solo con el fin de molestarte, es una de las señales que algo no anda bien en la relación.
De acuerdo con Well + Good, puedes aplicar la siguiente frase: “Me sentí muy faltada al respeto y, para continuar una amistad feliz y saludable, necesito mis límites. ¿Es algo que crees que puedes hacer para seguir adelante?”, si solamente se burla o se enoja por lo que le has pedido, es mejor que recapacites qué es mejor si seguir con la relación o decir adiós, porque con esa actitud no estés segura de que cambiará.
Todas las personas tenemos límites y es esencial establecerlos. ¡Nunca te traiciones para agradarle a los demás!
5. Te sientes exhausta después de ver a esta persona
Ver a tus amigas y amigos es algo que se debe disfrutar en una fiesta, comiendo, en momentos ‘random’ o simplemente con una buena charla. Pero si a tus amigos los ves y la sensación es de pesadez, cansancio y hasta terminas exhausta, algo no está vibrando bien; esto regularmente lo notas después de la reunión, así como lo comenta el blog Poosh.
6. Eres “tonta” o anticuada
De acuerdo con información de HealthShots, cualquier oportunidad que tienen es para agredirte o refutar lo que dices, además todo lo que dices son malas ideas, anticuadas o aburridas. Estas actitudes o comentarios, desde luego son ‘red flags’ que debes considerar y valorar en la amistad.
7. Falta de confianza
Quieres contarle algo, pero recuerdas que en ocasiones anteriores todo lo que le has dicho llegan a oídos de otras personas; sumado de que si le escuchas muchos comentarios negativos de otras personas, toma en cuenta que cuando esa persona esté sola puede hacer los mismos comentarios sobre ti, así como lo dice PsychCentral.
8. “Solo yo”
Basado en información de Poosh, tu amiga suele solo hablar de ella, sobre sus logros, visitas, viajes, relaciones, problemas y todo, así que debes estar dispuesta para escucharla. Pero cuando tú intentas comentarle algo sobre tu vida o un momento que quieres compartir es: “ajá y como te decía yo…”, “mmm… qué bien, pero oye ya viste que…”, “lo dejamos para después, ¿va?”.
¿Te han sucedido estas ‘red flags’? ¿Es una persona que quieres tener a largo plazo?
Discutir con tu pareja es algo que a todas nos pasa pero probablemente nadie disfruta. Aunque nos gustaría que eso no sucediera, los desacuerdos son una parte normal de la vida y forman parte de cualquier relación, no solo las románticas. Sin embargo, sí existen cosas que puedes hacer para lidiar con una discusión de manera asertiva y respetuosa.
¿Cuántas veces te has peleado con alguna pareja y terminan mal? De seguro tu respuesta fue “muchas veces”. Es normal que al terminar una pelea o discusión, tu enojo y frustración invada tu cuerpo. No obstante, un terapeuta ha revelado 5 cosas que debes tener en cuenta durante una discusión con tu pareja para que se resuelva más rápido.
¿Quieres saber cuáles son? Nosotras te contamos más al respecto.
5 cosas que debes tener en cuenta al discutir con tu pareja
Jeff Guenther, terapeuta de relaciones, se ha convertido en una sensación viral en la red social TikTok, debido a que ha compartido a menudo valiosos tips en los departamentos de amor y romance, como reveló el portal Daily Mail.
Jeff compartió un video con sus 2.6 millones de seguidores que detalla las cosas más importantes que debes tener en cuenta para que una discusión no provoque un problema más grande entre tú y tu pareja.
El terapeuta subtituló el clip “5 cosas importantes para recordar la próxima vez que te pelees con tu pareja”.
Antes de continuar con las cosas que dice el especialista, debemos recordar que una discusión debe manejarse con respeto. Nunca permitas que otra persona te trate con violencia de ningún tipo, y recuerda que la violencia también puede presentarse de manera silenciosa con comportamientos como el ‘gaslighting‘.
1. “Recuerda que son un equipo”
Guenther dijo lo siguiente: “Recuerda que son un equipo, no se trata solo de mí contra ti. Si te estás preparando para ganar la discusión, ya has perdido el punto”.
El especialista recomendó que tú y tu pareja recuerden dónde surgen las discusiones y trabajen para mejorar las cosas para ambos, que no se trate de ganar una pelea.
2. No se trata de conflicto, sino del deseo de crear paz
“Las discusiones surgen de un deseo de paz, no de hacer que tu pareja se sienta mal”, comentó Guenther.
El terapeuta continuó explicando que tú y tu pareja deben esforzarse por lograr la armonía. “Ambos buscan la armonía, así que en medio del conflicto esfuércense por comunicarse, comprender y crecer juntos en lugar de centrarse en el desacuerdo en sí”.
3. La vida no es “blanco y negro”
Para su tercer consejo, el especialista dijo que debes tener en cuenta que la vida no es “blanco y negro”.
“Está lleno de tonos de gris, las cosas tienen matices y capas. No hay una sola forma correcta de decir las cosas. Las dos experiencias emocionales son válidas y deben ser respetadas por igual”, explicó Guenther.
4. La flexibilidad es crucial
De acuerdo a lo que el terapeuta mencionó en su video, es que la flexibilidad es crucial para que las cosas funcionen entre dos personas.
Dijo que si tú y tu pareja no están dispuestos a comprometerse, entonces la relación nunca durará.
Por supuesto, no se trata tampoco de ceder completamente. Todas las personas tenemos límites hasta donde podemos ceder, y también pueden existir las diferencias irreconciliables; en este caso, hay que definir si esas diferencias son clave para terminar una relación.
5. Reconocer tus detonantes
Lo último que dijo el terapeuta que debes recordar es cómo reconocer tus factores desencadenantes.
Jeff dijo que, al saber si estás enojada o no, puedes responder mejor a tu pareja. Si conoces sus debilidades y las tuyas, puedes abordar la discusión con más amor del que tendrías si no fueras capaz de reconocerlas.
Todas tenemos cosas que nos ponen furiosas; hay que saber reconocer esos detonantes para responder mejor, ya sea que se trate de ti o tu pareja.
El paso a la vida adulta puede significar más libertad en muchos aspectos, así como tener una vida sexual activa y regular para muchas personas. Sin embargo, algunos estudios han revelado que los adultos jóvenes de 25 años y menos, los popularmente conocidos como la generación Z, tienen menos relaciones sexuales que generaciones anteriores.
Aunque desde hace un par de años se habla sobre esto, no se sabe exactamente cuál es la razón; de entrada, es posible que no se trate de una causa única.
Por ejemplo, podría estar relacionado con percepciones actuales de la salud mental, pero también por la influencia de tendencias sociales, perspectivas, redes sociales, tipos de apego, la pandemia de Covid-19 y hasta el estado emocional.
A continuación te contamos por qué dicen que la generación Z tiene menos sexo.
Por qué dicen que la generación Z tiene menos sexo que las anteriores
La vida adulta joven es una etapa para experimentar en todos los aspectos, pero “experimentar” puede significar muchas cosas y el pensamiento de las generaciones va cambiando, al igual que los gustos, perspectivas y fijaciones de acuerdo con la evolución del entorno en el que se vive.
La generación Z está conformada por personas nacidas a finales de la década de 1990 y principios de los 2000; recientemente, una serie de artículos e investigaciones señalan que esta generación tiene menos sexo que las anteriores.
Aunque la actividad sexual con el paso del tiempo se ha convertido en un tema con menos tabúes; según algunos estudios como lo dice el portal Psychology Today, la disminución de la actividad sexual es notoria durante las últimas décadas en general, sin embargo la tendencia disminuye aun más con los adultos menores de 25 años.
Como recopila la revisa Fortune, los Centros para Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) realizaron una encuesta a personas de la generación Z: el 30% en 2021 respondieron que habían tenido relaciones sexuales alguna vez en su vida, mientras que el 38% de personas respondió lo mismo en 2019 y más del 50% lo habían afirmado hace tres décadas.
Mientras tanto, la marca Lovehoney lanzó una encuesta el verano pasado compartida por el doctor Justin Lehmiller para Hypebae, la cual dice que uno de cada cuatro jóvenes de entre 18 y 24 años nunca ha tenido relaciones sexuales. “Los adultos jóvenes de hoy, específicamente los menores de 25 años, conocidos popularmente como la generación Z, son menos activos sexualmente que los adultos de 20, 30 y 40 años”.
¿Qué dice la generación Z?
Kyung Mi Lee, una estudiante de Yale publicó el artículo “Estableciéndose: romance en la era de la generación Z” a través de Yale Daily News en febrero de 2020; ahí surgía la pregunta de si esta generación seguía la tendencia millennial de retrasar el matrimonio. Como relata la BBC, dos años después ella misma contestó que “sí”, pero no retrasaban el matrimonio por las mismas razones que los millennials.
“En mi imaginación cultural, para los millennials ser reacios a las relaciones a largo plazo, significa que las personas tienen mucho sexo… Los millennials esperaban para sentar cabeza porque estaban ocupados aprovechando las vidas de solteros. Para la generación Z, las personas son reacias a las relaciones a largo plazo porque son más… introspectivas sobre el tipo de relaciones en las que quieren estar”, dice Lee de 24 años.
Fortune comenta que al hacerle una pregunta sobre “¿Qué significa el sexo?” a una persona de 17 años de tercer año en una escuela de Nueva Inglaterra, ella habló sobre cómo son las relaciones en su entorno, principalmente porque son a corto plazo, ya que se ve como “un riesgo” desde el punto de vista de salud emocional.
“Tengo la sensación de que muchas más personas están entre comillas teniendo sexo, pero no necesariamente entre un hombre y una mujer”, dijo la adolescente.
Mientras que Kay, un chico de 18 años que se identifica como queer y que asiste a una escuela pública de Michigan dijo lo siguiente: “Honestamente esa pregunta es un poco risible… no, nunca he tenido relaciones sexuales, pero he tenido otro tipo de sexo”.
¿Posibles factores?
Basado en información de la BBC, en un estudio que se realizó en India se encontró que el 66% de los jóvenes tratan de no tener sexo porque toman en cuenta “que no todas las relaciones son permanentes”, mientras que el 70% rechaza un relación romántica limitante.
Uno de los factores podría ser el contexto actual en el que se desarrolla esta generación; entrando en una transición adulta marcada por la pandemia de Covid-19, donde las relaciones de intercomunicación y desarrollo se vieron afectadas. Cambio climático e inestabilidad financiera son algunos de los factores por los que los jóvenes prefieren mantener una postura reservada, hasta que lo consideren adecuado.
También hay mayor acceso a la información y redes sociales, que les permite interactuar con mayor facilidad, pero también se vuelve una dependencia para decir “quiénes son” y con qué se identifican, además de que la mayoría quiere una relación que cumpla con sus necesidades.
¿Hay consecuencias?
Para quienes tienen hijos que apenas entran en la adultez esto puede sonar totalmente benéfico, porque se evitan embarazos no deseados, enfermedades de transmisión sexual y no cumplir metas establecidas; sin embargo, hay quienes opinan no es del todo benéfico.
Un artículo de Psychology Today establece que el sexo en pareja puede mejorar el bienestar psicológico porque brinda un impulso temporal de bienestar en el estado de ánimo; al no tener relaciones sexuales, podrían reportarse niveles más altos de estrés y ansiedad.
Esto no quiere decir que los jóvenes de la generación Z, hayan dejado de tener sexo o lo eviten; sin embargo, hay especialistas que creen que ellos se fijan en priorizar sus emociones y su estabilidad, sumado de ir de acuerdo con el contexto que se vive.
¿Te sientes incómoda cuando en vez de hacer tus obligaciones ya sea del hogar o del trabajo te das un momento para relajarte? Cuando te das ese rato para descansar viendo tu serie favorita o estar en tus redes sociales, terminas sintiendo que hiciste mal? Aunque no lo creas, no eres la única persona que se pregunta si es normal sentirte culpable cuando te tomas un descanso.
Sabemos que se siente feo: tu cerebro comienza a hacer una lista de todo lo que podrías estar haciendo en ese momento en lugar de relajarte, como adelantar los pendientes del trabajo, hacer un poco de ejercicio, hacer los deberes de la casa o aprender algo.
¿Por que no puedes simplemente relajarte y disfrutar el momento?
¿Es normal sentirte culpable cuando te tomas un descanso?
De acuerdo con una entrevista de National Public Radio con Amelia Aldao, terapeuta en la ciudad de Nueva York, si nos sentimos culpables cuando no estamos trabajando es debido a las voces internalizadas de nuestros padres, de nuestra familia o de otras figuras de autoridad. La culpa es obviamente una emoción muy, muy problemática. Pero como cualquier otra emoción, tiene sentido en el contexto adecuado.
Dado que tenemos expectativas tan altas sobre nuestra productividad, tendría sentido que nos sintiéramos culpables cuando no las cumplimos o cuando sentimos que no las cumplimos. Para eso está la culpa. Es una señal de que las cosas no van como creemos que deberían.
Entonces la forma de evitar la culpa tiene que ver con cambiar la forma en que enmarcas tu entorno, la forma en que restableces tus expectativas, la forma en que reestructuras tu vida, para que sea menos probable que la culpa aparezca en primer lugar.
Razones por las que aparece la culpa
1. El “trabajo duro” esta en nuestra cultura
Vivimos en una cultura que idealiza y promueve el trabajo duro. Nuestros padres pueden confirmar este hecho ya que, desde chiquitos y en décadas pasadas, se inculcaba la idea de que mientras más trabajas mejor te va a ir; no estamos negando que trabajar duro te puede llevar al éxito, pero ahora existen otras nociones como poner por encima la calidad que la cantidad.
Debido a esto, sentarse para relajarse puede sentirse extrañamente estancado o incómodo.
2. Tu personalidad esta ligada a la productividad
De acuerdo con el medio PsychCentral para la mayoría de nosotras el trabajo es una gran parte de nuestras vidas.
Muchas personas tienen más de un trabajo o múltiples proyectos. La productividad nos hace sentir realizadas y bien con nosotras mismas, y relajarse aunque sea un poco puede incluso hacernos sentir “flojas”.
3. No has pensado en los beneficios de descansar
Cuando estamos trabajando, podemos ver el cumplimiento de tareas específicas y que al final se puede conseguir un objetivo. Es posible que busquemos ese sentimiento constantemente. Por el contrario, la relajación puede sentirse como una pérdida de tiempo.
4. No puedes mantenerte organizada
Si nunca terminas una tarea y te saltas a otra, simplemente al sentarte para relajarte puedes tener esa sensación de que no lograste nada.
Puedes sentir que estas perdiendo tiempo y que en realidad no te has ganado un descanso.
El medio PsychCentral comparte que los breves descansos entre segmentos de aprendizaje de una nueva habilidad pueden fortalecer los recuerdos. Darle un descanso a tu cerebro es importante para que te concentres y permitas que tu cerebro se “restablezca” a sí mismo.
Tips para evitarlo
Quédate en el momento presente. Es difícil al principio pero, si de pronto te encuentras pensando en el pasado o futuro, cambia ese pensamiento y enfócate en el momento presente. Concéntrate en el trabajo para que cuando descanses solamente te enfoques en eso. Puedes comenzar a practicar el ‘mindfulness’.
Haz una lista de deberes. Mantenerte organizada e ir tachando cosas de tu lista día a día te hará sentir como que ya te “ganaste” el descanso. Por ejemplo, programa un rato de relax después de tachar 3 tareas.
Debes estar consciente de que tu lista nunca se terminará. Siempre vamos a tener pendientes y cosas que hacer, pero debes aprender a estar bien sabiendo eso.
Recuerda que la relajación tiene beneficios, como dejar que tu cerebro fortalezca nuevos aprendizajes y pueda concentrarse después.
A muchas de nosotras nos pasa lo siguiente, y seguro estarás de acuerdo en que es súper frustrante. Ya sea que te pongas a pensar en una cuestión del trabajo, una situación social o un deber en particular, comienzas a analizar el ambiente, cada mínimo detalle e incluso alternativas para cada posibilidad. Llega un momento en que analizarlo todo te lleva a un punto en que ya no te estás ayudando, sino solo te generas ansiedad o estrés. ¿Te ha pasado?
Puede convertirse en un círculo vicioso, que solo ocasionará que tengas pensamientos intrusivos y hasta comiences a postergar planes, por estar pensando demasiado sobre alguna cosa que podría no ser tan grave.
Hoy te compartimos algunos tips para ir dejando este hábito. Sin embargo, si lo consideras necesario y esto se encuentra afectando tu salud mental y bienestar, lo mejor es pedir ayuda profesional.
¿Piensas demasiado las cosas? Tips para dejar de hacerlo
Cuando piensas demasiado las cosas de manera prolongada y hasta el mínimo detalle, puede comenzar a involucrarse en tus actividades diarias, a costa de tu concentración y estabilidad mental en diferentes actividades que tienes en tu vida cotidiana.
De acuerdo con el portal Verywell Mind, algunas personas consideran que pensar demasiado las cosas puede ser útil, porque te ayuda a analizar un problema desde todas sus aristas; en realidad es todo lo contrario porque, de acuerdo con algunas investigaciones, estos círculos viciosos pueden estar asociados con depresión y ansiedad.
Es normal que pensemos mucho en ciertas situaciones, sobre todo cuando algo nos estresa, pero cuando ya se encuentra invadiendo tu estabilidad emocional es hora de identificar algunas de las señales, para que actúes rápido y pidas ayuda en caso de ser necesario.
No puedes relajarte.
No puedes pensar en otra cosa.
Constantemente preocupada o ansiosa.
Sentirte responsable de cosas que están fuera de tu control.
Mentalmente agotada.
Pensamientos negativos o intrusivos.
Reproducir continuamente un episodio o experiencia negativa en tu mente.
Pensar en los peores escenarios.
Dudar en tus decisiones.
A continuación te presentamos algunos tips para comenzar a combatir este problema.
1. Date cuenta cuando te encuentras atrapada en tu cabeza
De acuerdo con información de The Muse, cuando piensas demasiado puede convertirse en un hábito tan cotidiano, que puede que ni siquiera te des cuenta que lo estás haciendo. Lo primero que debes hacer es prestar atención en qué está tu atención en realidad.
Si te encuentras repitiendo un evento o experiencia repetidamente, sobre todo algo que no puedes controlar, y aun peor, si te preocupas o comienza a invadir tus emociones, date cuenta que esto no es productivo.
2. Reencuadre positivo
No quieres decir que si te encuentras en un problema de índole mayúscula te forces a pensar de manera optimista, eso caería en la llamada “positividad tóxica”; el reencuadre te permite reconocer los aspecto negativos, después te dará la apertura para comenzar a evaluar si existen otras soluciones de lo que te encuentras pensando, así como lo informa el portal CNBC Make It.
Puede ser muy útil desafiar tus pensamientos negativos, preguntarte si son realistas y hacer conciencia de que no son escenarios reales, solo son pensamientos. De esta manera, eventualmente puedes aprender a reemplazar pensamientos negativos con otros más útiles.
3. Muévete o haz ejercicio
Siempre se ha dicho que hacer ejercicio no solo beneficia tu cuerpo, sino también tu mente. La terapeuta Cynthia Siadat recomienda para el portal MindBodyGreen, que te muevas, hagas ejercicio o participes en “actividades que te involucren físicamente”, esto ayudará a que te despejes.
Para esto se menciona tres ejemplos de movimientos que puedes hacer: el físico, práctico y alegre.
Práctico: ponerse de pie, tomar aire, limpiar la casa o el espacio en el que te encuentres.
Físico: beber un vaso de agua, ir al gimnasio, hacer yoga.
Alegre: bailar, cantar, pintar, algo recreativo que te ponga de buenas.
Es importante trabajar de manera activa en distraerte para salir del ciclo de pensamientos repetitivos. Como explica el portal Verywell Mind, es posible que tu cerebro encuentre soluciones mientras estás ocupada con otra actividad, o incluso si te vas a descansar y dejas que tu mente se despeje.
Ocupa tu mente en otra cosa y no pongas tu esfuerzo en “dejar de pensar” en determinada situación, pues de esta manera solo obtienes el resultado contrario (¿qué pasa cuando te dicen “no pienses en un elefante rosa”?).
4. Medita
El portal Verywell Mind recomienda meditar, ya que puede ser una excelente herramienta que ayudará a que puedas redirigir tus pensamientos de una manera positiva. Mientras lo hagas, respira, el objetivo no es despejar la mente, sino enfocarla en algo para poder buscar solución desde el temple.
Mientras más medites, ayudará a que detengas los pensamientos excesivos; una investigación sugiere que es ideal que sean 10 minutos, ya que puede detener el flujo de lo que piensas e incluso los pensamientosintrusivos y negativos.
5. Enfócate en buscar soluciones
Cuando tienes un problema, pensar una y otra vez en las cosas que salieron mal antes o que provocaron la situación en la que ahora te encuentras, no te ayuda. Pero, si es algo sobre lo que tienes algún control, es posible cambiar tu enfoque y pensar en qué puedes hacer ahora, con los recursos que tienes.
6. Escribe tus pensamientos
Basado en información de NCBC, cuando nuestro cerebro se siente en peligro activa un sistema de alarma para protegernos; una de las cosas que recomienda es escribir los pensamientos y sentimientos en una hoja o cuaderno, después descansar o esperar al menos 24 horas antes de tomar una decisión precipitada.
7. Practica formas de atención para ti
Mindbodygreen dice que practicar formas de atención para ti es útil para despejar los pensamientos.
Ejercicios de respiración.
Relajación muscular.
Caminar.
Ve de shopping.
Ve una película o serie que te agrade.
Escucha música.
Baile.
Jardinería.
8. Ponte un “horario para preocuparte”
Si apenas estás comenzando a combatir tu hábito de sobrepensar las cosas, se trata de una buena táctica. Dedícale un rato de tu día, no más de 30 minutos, para pensar en las cosas que te están dando vueltas en la cabeza. Si es necesario, pon un cronómetro.
Puedes ir escribiendo a lo largo del día las cosas en las que “debes preocuparte”. Por otro lado, como dice MindBodyGreen, intenta que ese rato no sea justo antes de dormir.
Muchas veces usamos nuestro humor para burlarnos de nosotras mismas o reconocer nuestros defectos; es algo que las personas usan para parecer conscientes de sí mismas, atractivas y accesibles cuando conocen a otros o cuando están con un grupo de amigos.
Sin embargo, hay una delgada línea entre la humildad y el autodesprecio. Frases como “no fue nada” y “soy una idiota” son tan comunes que a menudo no nos damos cuenta de lo dañinas que pueden ser.
Nosotras te contamos más sobre cómo saber que menospreciarte para bromear con otros ya fue demasiado lejos.
¿Qué significa autodesprecio?
De acuerdo con un artículo de Verywell Mind, el autodesprecio es una forma de diálogo interno que refleja un estado cognitivo, como una baja autoestima o una autoestima negativa.
Los investigadores han descubierto que el autodesprecio puede surgir de un lugar de autoprotección para alguno de los siguientes propósitos.
Hacer ligera una situación pesada.
Hacer reír a otras personas.
Promover el sentido de la modestia.
Mostrarse agradable u obtener apoyo.
Desviar o intentar enmascarar otro problema.
Anticiparse a posibles comentarios negativos de otros.
El humor relacionado con el autodesprecio puede cruzar la línea y convertirse en autosabotaje y alimentar la baja autoestima. La tendencia a denigrarse o menospreciarse se ha relacionado con la depresión y la ansiedad. También puede poner tensión en tus relaciones al obligar a otras personas a sentirse constantemente como si tuvieran que manejar tu fragilidad, según Calmerry Blog.
¿Por qué nos hacemos menos? ¿Por qué es común menospreciarte para bromear?
Al interactuar con las personas, la presunción es, comprensiblemente, una de las últimas impresiones que deseas dejar atrás. Para evitar eso, hay una tendencia a ir en la otra dirección y minimizar tus atributos positivos o incluso insultarte a ti misma para parecer humilde.
Hablar de esta manera generalmente es para asegurarte de que no haya una suposición de ego que pueda ser desagradable o potencialmente amenazante. La gente también hace esto para parecer más agradable.
Los investigadores se han dado cuenta de que adoptamos el autodesprecio en un intento de parecer más modestos o de optimizar nuestras declaraciones para una reacción adecuada de la persona con quien estamos hablando. Para las personas influyentes y de alto nivel, esta forma de comunicación a menudo se disfraza hábilmente para parecer más realista y ganar apoyo, de acuerdo con Verywell Mind.
No necesitas hablar mal de ti para que la gente te aprecie
Caterina Kostoula, una ejecutiva y entrenadora en liderazgo, escribió una columna en la plataforma LinkedIn en donde expuso su punto de vista acerca del tema del autodesprecio y menospreciarte para bromear con otros.
Ella escribió que la razón de por qué las personas piensan que el autodesprecio les ayuda a que los demás crean que son más agradables, realmente no está bien comprobado a ciencia exacta.
“Incluso me topé con un estudio que encontró que a la gente le gustan más los que se promocionan a sí mismos que los que se rebajan a sí mismos. Y les gustan los que mejor dan una visión equilibrada de sí mismos”, comentó Caterina.
Asimismo, Caterina dijo que hay unas efectivas tácticas para que a las personas les agrades, sin tener la necesidad de autodespreciarte. Aquí hay algunas.
Muestra interés y recuerda los detalles de las personas.
Da cumplidos honestos.
Busca cosas en común.
Ofrece ayuda.
Signos de autodesprecio
Aquí hay algunos indicadores comunes de lenguaje y comportamiento autocríticos con los que vale la pena trabajar para combatir, según Verywell Mind. Si es necesario, puedes buscar ayuda profesional; recuerda que lo más importante es tu salud y bienestar.
1. No puedes aceptar un cumplido
Ya sea un comentario sobre lo bien que se ven tus zapatos o un elogio por lucir bien descansando un lunes por la mañana, el autodesprecio a menudo producirá respuestas que expliquen la edad de tus zapatos o superen lo “aterradora” que te ves debajo de todo tu maquillaje.
Para evitar parecer engreída, el autodesprecio a menudo provocará una rápida refutación de diferentes formas de adulación.
2. Te minimizas instintivamente
En ciertas situaciones, el autodesprecio se vuelve casi una segunda naturaleza. No importa si todos saben cuánto tiempo perdiste trabajando en una presentación o cuánto esfuerzo pudiste en editar tu primer video de TikTok. En el momento en que recibes algún elogio por ello, la reacción instintiva es restar importancia a tus esfuerzos.
3. Crees que promocionarte a ti misma te hará desagradable
Hay casos en los que eres completamente consciente de cuán impresionantes son tus habilidades y logros. Sin embargo reconocerlos, especialmente ante extraños o compañeros, te deja con el temor de que te consideren pomposa o insufrible.
Para evitar eso, sueles menospreciarte para bromear sobre la importancia de tu trabajo o minimizarlo para que parezca menos impactante.
“Las amistades femeninas no son un cuento de hadas. Son jodidamente difíciles, pero la realidad es que la mayoría de cosas buenas lo son”, afirma Claire Cohen en “¿Amigas para siempre?”, un libro en el que cuestiona la complejidad de estas relaciones.
Casi tan arraigado como la idea del “príncipe azul”, crecimos creyendo que las amistades deben ser perfectas para poderse nombrar verdaderas. En el caso específico de las mejores amigas, prevalece aún el pensamiento de que son personas que no tienen permitido equivocarse ni tener ningún tipo de comportamiento que dañe a su ‘bff’.
La realidad es que al idealizar la amistad entre dos mujeres como un vínculo en el que todo siempre es color rosa, indirectamente se le está condenando al fracaso. Y no porque no sea posible el “felices por toda la vida” con las amigas, sino porque se deja de lado la posibilidad de que incluso estas relaciones son imperfectas, puesto que están conformadas por seres reales, con todo lo bueno y lo malo que eso implica.
Claire Cohen es una periodista, escritora y activista británica que se cuestionó el significado detrás del tan sonado “para siempre” en un libro que aborda los principales mitos y realidades de este tipo de vínculos. Platicamos con ella sobre la amistad, amigas tóxicas, rupturas, realidades y otros temas que solemos dejar de lado cuando de incondicionales se trata.
Entrevista con Claire Cohen, ¿las amigas son para siempre?
¿Qué fue lo que te inspiró a escribir acerca de la amistad entre mujeres?
Realmente creo que fueron varias cosas las que me impulsaron a hablar de esto. Como periodista, anteriormente ya había tocado el tema del matrimonio, del divorcio, pero ahora quería hacer algo sobre las mejores amigas.
Comencé a reunir historias gracias a gente que me contactó a través de las redes sociales porque querían contarme sus vivencias. Luego yo misma pude reflexionar acerca de mis propias experiencias, de las interacciones que he tenido y cómo he vivido todo esto.
Se combinó también con la llegada de la pandemia, que fue algo que revolucionó a las amistades y nos hizo verlas desde otro enfoque. Pusimos en perspectiva quiénes eran las “amigas reales” según nuestras exigencias, y quiénes nos hacían sentir un poco desilusionadas por sus acciones.
Algo para lo que no solemos estar preparadas es el aceptar que nuestras amigas van a cambiar, tal como lo haremos nosotras. Suena muy bonito pensar que siempre estaremos en el mismo canal, que la vida nos llevará por los mismos caminos, lo que por supuesto no es así.
Las realidades van modificándose, ya sea por una mudanza, por un ascenso en el trabajo, por estas cosas que nos van a ir sucediendo y que pondrán a las amistades a girar. Así que un buen inicio es aceptar que esto inevitablemente pasará y que eso no es necesariamente un sinónimo de que esa amiga vaya a esfumarse. Basta con entender que habrá pausas y épocas en las que parecerá que ya no queda nada, con la confianza de que habrá un lugar al cual regresar.
¿Qué consideras lo más difícil de hacer nuevas amigas?
En primer lugar, el permitirnos crear nuevas amistades, creernos que, sin importar la edad somos capaces de hacer amigas. Cuando estuve reuniendo testimonios, me sorprendió la cantidad de mujeres que simplemente creían que ya no podían conocer a nadie más, hablando puntualmente de relaciones de amistad.
Mi libro “¿Amigas para siempre?” cuenta con la historia de una mujer que recientemente había renunciado a su trabajo porque se casó, lo que la llevó a sentirse sola. Un día conoció a una mujer que nunca antes había visto y con la que no tenía otros círculos en común, y en determinado momento le contó cómo se sentía, hablándole de la sensación de soledad que tenía. Resulta que esta mujer también estaba atravesando por un momento parecido, encontrando ahí un punto en común que se convirtió en una amistad que duró muchísimos años.
Por supuesto que no todas las personas responden de la misma manera, y no todas las interacciones terminarán en amistades infinitas, pero atreverse a ser vulnerables es una oportunidad de saber quién está dispuesto a entablar un vínculo amistoso, y quién no.
¿Cómo cambia hacer amigas conforme vamos creciendo?
Es muy diferente hacer amigas cuando somos niñas a cuando nos convertimos en adultas. Empezando por el potencial de nuevas amistades que vamos perdiendo conforme dejamos de ir a la escuela, digamos, en ese momento tenemos la idea de que hay conexiones potenciales en todas partes.
Al crecer, hay que buscar en los entornos en los que vamos desarrollándonos, lo que no siempre es sencillo. Resulta más fácil ser amiga de personas que viven cerca, de quienes ya conocemos por “tener algo en común”, aunque luego eso deja de funcionar porque las opciones simplemente van disminuyendo.
También llega un punto en el que queremos elegir mejor a quienes le damos nuestra amistad, analizando profundamente las relaciones que ya tenemos y las que podríamos construir de cero. Cuando somos jóvenes regularmente no le vemos problema a pertenecer a un grupo enorme de amigas, y muchas veces creo que pertenecíamos a ciertos lugares para “sobrevivir” en las diferentes etapas de la vida.
Una de las conversaciones más maravillosas que tuve mientras recopilaba historias, fue con una mujer de 90 años que me habló de lo triste que es ver a tus amigos morir, algo que genuinamente le rompía el corazón. Sin embargo, en medio de esa tristeza, surgió algo increíble cuando conoció a otras personas de los mismos círculos sociales con las que jamás había convivido, y ahí nacieron nuevas amistades, todas compartiendo la pena de ver morir a quienes quieren.
¿Consideras que como mujeres le damos mayores exigencias emocionales a nuestras amigas que a otro tipo de relaciones?
Definitivamente creo que es así y es algo muy interesante. En “¿Amigas para siempre?” contacté a un psicólogo de la Universidad de Oxford que me explicó cómo es que las mujeres tienen cierto nivel de intimidad emocional único con sus amigas.
Tenemos conexiones intensas y tipos de emociones que solo tienen lugar cuando dos mujeres son amigas. Es algo que realmente tenemos arraigado de forma biológica y supera incluso a las relaciones románticas de pareja. Con nuestras amigas buscamos ese lazo indestructible, aunque igualmente es demasiado esperar que una persona, en este caso una amiga, cumpla con todas las necesidades emocionales y de afecto que tenemos.
Ese es uno de los mayores mitos, el creer que una mejor amiga debe serlo todo, lo que no es posible, no hay manera de que alguien logre satisfacer todas esas carencias si le podemos llamar así. Cuando hablamos de relaciones románticas, sabemos que una pareja no es capaz de llenar todos estos aspectos, y lo mismo deberíamos hacer con las amigas. Tener claro que las necesitamos, que son importantes, pero que no son todo lo que nos hace falta para ser felices.
¿Qué opinas del mito de que no se puede tener más de una mejor amiga?
Muchas veces idealizamos tanto la amistad entre mujeres que creemos que solo es válido tener una mejor amiga, y que esa debe ser la misma de toda la vida, junto a todo lo que debería tener este vínculo que vemos en películas.
Claro que hay personas que logran tener a su mejor amiga desde que son niñas y las conservan por más de 50 años. Pienso que además de ser una total idealización, no es realista, por más que Hollywood y los libros nos cuenten las historias de amistades perfectas.
A mí me tomó años desprenderme de esta creencia, pasé mucho tiempo buscando cumplir con esa imposición. Y esta constante búsqueda puede llevarnos a descuidar las amistades que ya tenemos, dejando de valorarlas y cuidarlas lo suficiente tratando de encontrar esa perfección. Yo invito a las mujeres a ampliar su grupo de amistades, a permitirse conocer otras opciones, a explorar las diferentes posibilidades que se abren al relacionarse con alguien nuevo.
Claire Cohen, las amistades que terminan
Para Claire Cohen, ¿cuál es el mayor mito de las amistades entre mujeres?
Aparte del pensamiento de que solo se puede tener una mejor amiga, considero que otro mito es que no es necesario terminar una amistad, sino simplemente hay que irse. Hablé con un número grande de mujeres a quienes les pasó esto. Que un día su mejor amiga simplemente decidió abandonarlas, dejándoles un dolor que prevalece por años.
Entonces creo que debemos aprender a terminar una relación de este tipo, a ser consideradas y no simplemente dar por hecho que el desaparecer es una forma de cortar con alguien a quien llamamos amigas.
¿Hay alguna forma correcta para terminar una amistad?
No sé si hay una manera correcta de hacerlo, pero puedo hablar de la forma incorrecta. Esto que mencionaba, de dejar a tu mejor amiga en el limbo, sin decirle al menos por qué se está terminando la amistad, cortando de golpe la comunicación.
El término ‘ghosting’ se usa mucho ahora y aplica igualmente con las amistades. Hacerlo, en cualquier circunstancia, no me parece que sea correcto. Creo que lo mejor, y lo que les debemos a ellas y a nosotras mismas, es el ser honestas, no abandonarlas en medio de la incertidumbre.
Si somos nosotras quienes deciden terminar con el vínculo, hacer esto, tener una despedida, nos aleja de ponernos en una situación donde tiempo después lleguemos a sentir arrepentimiento por cómo hicimos las cosas. Hablé también con mujeres que optaron por cortar así a su mejor amiga y luego se arrepentían, no siempre del haberlo finalizado, sino de la manera en que lo hicieron.
Es verdad que resulta difícil el decirle a alguien “ya no puedo ser tu amiga, no quiero seguir con esta relación”, pero es mejor ser transparentes, dejar todo resuelto con amabilidad. Aquí el problema podría ser que las personas en general no tenemos un lenguaje para despedirnos de nuestras amistades, como sí lo tenemos para romper con parejas y relaciones románticas, aunque sea un quiebre igual de significativo y complicado de llevar. Hasta para hablar de lo que nos molesta sobre una amiga resulta complicado, no sabemos enfrentarlo.
¿Cómo describirías el duelo que se vive al “terminar” con tu mejor amiga?
Me gusta que hayas usado la palabra “duelo” porque creo que lo describe a la perfección. Se le suele adjudicar únicamente a la muerte, pero en definitiva aplica para el final de una relación, romántica y de amistad. En uno de los capítulos toqué este tema y de antemano sabía que sería algo complicado de escribir, porque incluso a mí me asustaba hablar del dolor que se siente al perder a tu mejor amiga.
Es una especie de tristeza que difícilmente desaparece y que preferimos ocultar debajo de la alfombra antes de hablar sobre nuestros sentimientos como lo haríamos si rompiéramos con una pareja. Le damos secrecía, sentimos vergüenza sin razón, entonces atravesamos un duelo en silencio.
Así no permitimos que el tiempo cure las heridas como confíamos en otras circunstancias, cuando nos damos chance de hablarlo, de llorarlo, para poder lidiar con este sentimiento y dejar que se vaya.
¿Crees que exista un proceso de sanación que deba vivirse antes de tener una nueva mejor amiga?
Como te decía, la gran diferencia entre las amistades entre mujeres y las relaciones románticas es que no contamos con un protocolo para cuando la primera llegue a su fin. Cuando cortamos una relación amorosa confíamos en que hay una red de apoyo que nos ayudará a sobrepasar este episodio; sabes que habrá alguien que te ofrezca una copa de vino, que te envíe un mensaje para saber cómo estás o te comparta memes para sacarte una sonrisa.
Estas acciones nos ayudan a avanzar y, conforme pasa el tiempo, vamos asimilando la idea de que quizá es momento de abrir el corazón para alguien más. Solo que cuando estás experimentando la separación de tu mejor amiga, ¿a quién le cuentas esas cosas que en primer lugar le habrías contado a ella?
Insisto, me encantaría que hubiera algo así como un manual establecido para sanar cuando dejas de ver a tu amistad más querida. Porque si nos quedamos en el limbo de no querer hablar sobre el hecho de que nos duele haberla perdido, será muy difícil avanzar y estaremos continuamente dudosas cada que se presente la oportunidad de hacer nuevas amigas.
Tal vez un proceso que pueda ayudar es escribir una despedida, decir en voz alta las cosas que no pudieron decirse, imaginando que las tenemos en frente y podemos decirles adiós. No tanto buscar explicaciones o respuestas, solo darnos ese cierre.
¿Cuáles son los aspectos indispensables para una buena amistad, con todo lo bueno y lo malo?
Honestidad y vulnerabilidad. Para mí, eso está por encima de todo lo demás, y es algo que todavía representa un problema para mí. Aún estoy en el camino de aprender la forma correcta de desenvolverme con mis amigas, porque para nada es algo fácil.
Hay que ser la versión real de una misma, no convertirnos en la amiga que creemos que debemos ser. Nadie quiere conocer a alguien que no sea auténtico, que se muestra como una caricatura todo el tiempo amigable. Eso es increíblemente poderoso y es crucial para forjar una amistad permanente.
Otra cosa es dedicarle tiempo a nuestras amistades, no darlas por hecho ni creer que un mensaje cada cierto tiempo es suficiente para mantener el vínculo, que darle like en redes sustituye interesarnos por ellas. Lo que verdaderamente importa es dejarles saber qué pasa en nuestras vidas, interesarnos por lo que está ocurriendo en las suyas. Algunos investigadores han mostrado que ese tipo de detalles son incluso más importantes que el tiempo que se ha compartido con alguien.
Por último, una cuestión que me atrevo a decir, no tenemos presente, que es el celebrar la amistad, festejar lo que hemos pasado con nuestra mejor amiga. Ellas nos hacen reír, nos ven llorar, nos acompañan, forman parte esencial de lo que somos, todo eso merece ser reconocido y homenajeado. Yo celebré 30 años de amistad con una amiga y espero que en 10, 20 años sigamos haciéndolo.