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Megan Fox se sinceró en una entrevista reciente y habló de la dismorfia corporal de la que sufre desde hace mucho tiempo. Fox modeló trajes de baño para la revista Sports Illustrated además de contarles un poco acerca de su condición.
La protagonista de “Transformers” se ha distinguido en el medio por ser una mujer con una sensualidad ideal. Pues a los ojos de la mayoría, ella goza de un cuerpo bien estilizado y un rostro hermoso.
Sin embargo la actriz ha confesado que, a pesar de los múltiples halagos a su físico, ella nunca se ha sentido bien con su cuerpo.
La dismorfia corporal
El Trastorno Dismórfico Corporal, según la Asociación de Trastornos de Ansiedad de América, se manifiesta en las personas como una percepción alterada hacia su físico.
Las personas que sufren TDC ven cada mínimo defecto, sea real o imaginario, y están pensando en ello todo el tiempo.
La dismorfia corporal provoca en quienes la padecen una gran angustia emocional que no les permite realizar sus actividades cotidianas y que incluso les conduce al aislamiento.
El padecimiento de Megan Fox
A pesar de los atributos que encuentran todos en ella, Megan declara no se ve a sí misma de esa forma, y que día con día lucha por amar su cuerpo.
La estrella de “Tortugas Ninja” dijo para la revista Sports Illustrated: “Nunca hubo un punto en mi vida en el que amé mi cuerpo, jamás”.
Desde que era joven, Fox sufrió de trastornos alimenticios. Ella asegura que su educación no tuvo nada que ver, aunque durante su adolescencia vivió varias experiencias difíciles como el divorcio de sus padres, el aislamiento con el que la castigaba su padrastro y el bullying que sufrió fueron determinantes para su condición.
Megan Fox afirmó que ella se encuentra en un viaje sin final para construir su amor propio. Desea que tanto hombres como mujeres respeten su cuerpo y su persona.
Es común que las famosas, al estar en el ojo público, quieran encajar y ser perfectas para la audiencia, lo cual en ocasiones les trae como consecuencia el desarrollos de trastornos.
En ocasiones solemos juzgar las batallas de las personas porque, a nuestra perspectiva, sus privilegios deberían ser razón suficiente para vivir plenas. Sin embargo, es importante dibujar un panorama completo y no invalidar los sentimientos de los demás solo porque nos afectan aspectos diferentes de la vida. La empatía es la clave para construir mejores escenarios para las personas que viven con trastornos.
Convertirse en madre puede provocar reacciones complejas debido a los cambios físicos, hormonales y emocionales que viven las mujeres en ese momento de su vida. Esto se convierte en una experiencia intensa y de alta vulnerabilidad que inclusive puede repercutir en su equilibrio psicológico y salud mental. Es momento de hablar sobre la depresión posparto.
“A veces genera un gran sentimiento de culpabilidad al hablar de los sentimientos, emociones o conductas consideradas ‘negativas’ o ‘inadecuadas’ que pueden presentarse en estos momentos de la vida de una mujer”, señala Alma Polo, académica del Departamento de Psicología de la Universidad Iberoamericana.
“Por ello, es necesario visibilizar y desestigmatizar los problemas como ansiedad y depresión, que son comunes entre las madres, desde el embarazo hasta el primer año del nacimiento del bebé”, subraya.
Por qué sucede la depresión posparto
De acuerdo con la Secretaría de Salud, una de cada 10 mujeres mexicanas que tiene un parto sufre depresión después del embarazo. Advierte que sin tratamiento, esta puede durar meses o años, y que las complicaciones potenciales de largo plazo son las mismas que en la depresión grave.
Alison Stuebe, subespecialista en medicina materno-fetal de la Escuela de Medicina de la Universidad de Carolina del Norte, escribe en un documento para el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) que es demasiado común que se presenten sentimientos de depresión y mucha ansiedad dos o tres días después de dar a luz.
“Es posible que llores sin motivo, tengas dificultades para dormir o dudes de tu capacidad para cuidar a tu bebé recién nacido. Esto se debe, sobre todo, al cambio en los niveles de progesterona”, explica.
Sin embargo, esto no solo se debe a cambios hormonales, sino que también intervienen aspectos como los periodos prolongados de cansancio o agotamiento, las dificultades con la lactancia y otras complicaciones posparto.
Un tema que necesitamos tocar
Érica Medina Serdán, psicóloga perinatal, dice que es necesario dejar de ver la maternidad de manera romantizada y enfocarse más en lo que es en realidad, mediante la información y la asesoría de expertos en salud mental.
“Es normal que a veces estés triste y otras, enojada. Saber eso te ayudará a que estés mucho más tranquila después. Si te exigen la pareja o la familia, te están criticando o te están juzgando por cómo te sientes, vas a sentir culpa o que eres una mala madre”, advierte.
La psicóloga apunta que la depresión posparto es un tema del que apenas se está empezando a hablar en México y el mundo, por lo que existe poca información al respecto.
Indica que la atención a la salud mental durante el embarazo, el parto y el posparto es todavía más importante para personas que ya tienen problemas como depresión o ansiedad elevada, por lo que se debe acudir al psicólogo y, en su caso, al psiquiatra.
Es normal sentirse terrible
Medina Serdán explica que otro problema que suelen vivir las mujeres después de dar a luz es pasar por un proceso de pérdidas. Esto es normal y solo es una etapa de cambio, pero puede generar sentimiento de melancolía.
“Estás triste porque ya no puedes tomar tu coche e irte de vacaciones a donde quieras, o porque, ahora tienes que cargar con tres maletas, biberones y pañales; porque hay personas a las que no puedas ver; y tampoco te es posible ejercitarte como antes”, enumera.
“También existe la tristeza posparto, también conocida como ‘baby blues’, la cual padece entre el 50% y 80% de las mujeres. Es algo transitorio, que dura de dos a tres semanas con síntomas leves. Muchos de ellos vienen de la parte hormonal. No necesita ni atención médica ni psicológica y solo requiere de mucho apoyo de parte los seres queridos”, aclara.
Saber que es normal pasar por cambios y pérdidas, y que la vida va a cambiar, ayuda a pasar mejor esos momentos, reitera. “Si te hablaran de estas cosas que son tan naturales y comunes en todas las mujeres durante la transición a la maternidad, entonces lo podrías identificar mejor”, opina.
“No hay que romantizar la maternidad. La madre puede estar también triste, enojada y no tener paciencia. Y, sobre todo, es sano que tenga oportunidad de algunas cosas, como pasar tiempo libre sin el bebé”, recomienda.
“En el presente están muy de moda los cursos de preparación para el parto, pero también debería haber un plan para el posparto o la crianza”, indica.
Los estigmas prevalecen
Hace unas semanas se presentó Peanut, una app que pretende formar una comunidad en línea que conecta a las mujeres durante etapas de la vida como la fertilidad, el embarazo, la maternidad o la menopausia, proporcionando un espacio seguro para mantener conversaciones sobre estos y otros temas.
En un estudio realizado entre las usuarias de esta aplicación se encontró que, a pesar de que 88.8% de las madres encuestadas aseguraron que, en caso de tener síntomas de depresión postparto, estarían dispuestas a acudir con un especialista para recibir un diagnóstico, pues la mayoría cree que aún es un padecimiento rodeado de tabúes.
Así, 96.3% asegura que falta información al respecto, y 88% piensa que las mujeres diagnosticadas siguen siendo estigmatizadas.
El estudio también reveló que 86.4% de las mamás mexicanas tiene falta de autoestima a raíz de los cambios físicos que se viven tras el parto, y que la soledad fue uno de los sentimientos que mayor presencia tiene durante las primeras semanas después de dar a luz, ya que estuvo presente en 30% de ellas, seguido de las ganas constantes de llorar (27.5%), de la ansiedad (18.8%), de la tristeza extrema (12.5%) y de tener dudas de si fue una decisión correcta haber tenido un bebé (11.2%).
Por último, Unicef recalca que, si alguno de los síntomas de la depresión posparto dura más de dos semanas o empeora en ese lapso, es necesario buscar apoyo. “Pese a que puede haber un estigma asociado con la búsqueda de ayuda, lo más importante es cuidarse a una misma y priorizar la salud propia y la del bebé”, advierte.
Síntomas de la depresión posparto
Sentirse triste o en baja forma.
Ser incapaz de sentirse bien con las cosas que normalmente se disfrutaban.
Cansancio o pérdida de energía.
Déficit de concentración o escasa capacidad de atención.
Baja autoestima y falta de confianza en una misma.
Alteraciones del sueño, incluso cuando el bebé está dormido.
La muerte de un hijo deja una huella imborrable. Quienes acompañan a su madre en este proceso, deben hacerlo cuidadosamente.
Perder a un ser querido siempre será una experiencia dolorosa, pero la muerte de un hijo o una hija produce un dolor mucho más profundo que podría alargarse por años. Muchas mamás lo definen como “estar muerta en vida”.
Lamentablemente no existe una fórmula para afrontar una situación como esta. De por medio, hay muchas emociones y sentimientos que solamente la persona involucrada puede entender y aprender a sobrellevar.
Familiares y amigos tampoco saben muy bien cómo reaccionar. Sin embargo, hay algunas recomendaciones que pueden seguir para brindarle apoyo a una madre que se encuentra en un momento de duelo.
El duelo de una madre tras la muerte de un hijo
Engendrar a un hijo, verlo crecer y acompañarlo en cada uno de los momentos más importantes de su vida puede ser, para muchas mujeres, la experiencia más enriquecedora que pueden vivir. Pero, ¿qué pasa cuando esa cotidianidad, las expectativas e ilusiones se ven interrumpidas por la muerte?
En múltiples disciplinas y creencias religiosas se considera que, en el orden natural de la vida, es normal que un hijo sea el que le dé sepultura a sus padres.
Lamentablemente, no siempre es así. Todos los días, hay papás y mamás que deben transitar por la desgarradora pérdida de un hijo.
Este duelo es más doloroso y prolongado, y comúnmente son las madres quienes más sufren esta partida. “La muerte de un hijo es muy traumática. No hay manera de consolar a la madre. Básicamente el padre está paralizado, pero ellas tienen una crisis indescriptible. Este es el más difícil de todos los duelos”, explica, en entrevista la psicoterapeuta Lilia Valdés de Pankowsky.
Y es que existen muchas razones por las que las mamás resienten más esta pérdida: por ejemplo, porque la relación entre ambos seres supone un amor incondicional. Igualmente permanece esa continua ilusión de verlo o verla crecer y cumplir todos sus sueños; pero, cuando esto desaparece a causa de la muerte, todo alrededor de la madre se derrumba.
En estas circunstancias, surgen tres tipos de reacciones, describe la especialista: “la primera es la negación, es decir, la madre no cree que su hijo o hija haya muerto; posteriormente viene la negociación, en donde la mujer aún cree que su hijo puede ser salvado o que alguien puede ayudarlo; y, finalmente, llega la aceptación, en la que se da cuenta que, desafortunadamente, es una realidad lo que está pasando”.
Aunque su muerte duele sin importar la edad, cuando se trata de un niño o una niña, el duelo es mucho más complicado. “Las mamás se enfrentan a la situación de que sus expectativas nunca se van a cumplir y les parece inexplicable, injusto, antinatural”, apunta.
¿Cómo apoyar a una madre que perdió a un hijo?
En muchas ocasiones, la familia y amigos no saben cómo empatizar con la persona que acaba de perder a un hijo, ya que es bastante difícil dimensionar el sufrimiento por el que está atravesando.
Al mismo tiempo, es común que la mujer no preste ninguna atención a las palabras de aliento o de ayuda que le están ofreciendo; “Hay un bloqueo. Le digan lo que le digan, ella no escucha ni mucho menos cree nada de eso. Piensa (y es verdad) que esa es una experiencia personal que ninguna de las personas que están tratando de consolarla ha conocido”, explica la doctora Valdés.
Ella recomienda: “lo ideal sería no decirle nada y, en vez de eso, es mejor darle un mensaje en un abrazo, tomarle la mano, hacerle saber que está acompañada, que los demás la entienden, a pesar de que no han vivido esa situación. Tratar de consolarla de otra manera, creo, resultaría muy incómodo e indeseable. No es conveniente decirle nada tratando de explicarle la razón por la que su hijo murió. Nadie puede saber por qué ocurrió eso”.
Es importante saber que todos los duelos son diferentes y cada persona lo sobrelleva de manera distinta. Así que es indispensable dejar que cada quien viva su propio proceso y que tome el tiempo que necesite para sanar.
Igualmente, hay que dejar que la madre acepte su dolor y lo exprese como ella necesite hacerlo: lo más común es el llanto y, de acuerdo con la doctora Valdés, es una de las mejores maneras de sobrellevar el dolor.
Por otra parte, el hecho de quedarse con las manos cruzadas puede producir una sensación desagradable entre los familiares y amigos. La especialista nos comparte una frase que podría darle un poco de aliento: “no estás sola, estoy contigo. En cualquier momento, dime en qué te puedo ayudar. Estoy aquí, cerca de ti”. Además, hay que estar al pendiente de su conducta para evitar que ella se aísle.
¿Qué sigue después del duelo?
No existe un tiempo límite para enfrentarlo. Puede durar meses o incluso años y, a pesar de que ya haya pasado la parte más difícil de haber perdido a alguien tan importante, el vacío tras la muerte de un hijo siempre estará presente.
“Por años, estas mamás van a seguir hablando de sus hijos, por lo que les corresponde, tanto al terapeuta, como a sus familiares y amigos, escucharla con mucho respeto y no inhibir su dolor ”, indica la psicoterapeuta.
Es vital darle tiempo y respetar su proceso. Después de unos meses se le puede sugerir que comience algunas actividades que vayan de acuerdo con sus intereses, que regrese también a sus actividades diarias o que tome talleres o cursos. “Esto ayuda mucho porque absorbe su atención y energía. Le permitirá de nuevo controlar algunos trastornos que aparecen después de la muerte de un hijo, como el del sueño o la alimentación”, subraya.
Es importante no invadir a esta mamá con frases que podrían resultar hirientes, como: “fue una decisión divina, acéptalo”; “tienes otros hijos, dedícate a ellos” o “Ánimo. Tienes que estar bien por tus hijos”. Por difícil de creer, estas otras palabras de consuelo que se llegan a escuchar en algún momento, más que ayudarla, podrían llevarla a aislarse. “Hay mamás que pueden manejar el aislamiento, pero hay otras que lo usan para elaborar ideas suicidas y hasta pueden llegar a sentirse culpables de estar viviendo cuando su hijo ya murió. Por eso, es importante tener las palabras adecuadas si se quiere ayudar a una madre en duelo”.
Para muchas personas, llegar tarde es una falta de respeto y responsabilidad, mientras que para otras, es un rasgo de su personalidad que simplemente no pueden evitar. Ambas partes son válidas, ya que cada quien es libre de gestionar su tiempo como mejor le resulte, independientemente de si se sabe por qué la gente es impuntual.
Así que si alguna vez te has preguntado por qué pareciera que por más que hagas todo con tiempo siempre eres la última en llegar, o cuál es la razón por la que cada vez que te citas con una amiga sabes de antemano que vendrá retrasada, debes saber que sí hay una razón científica detrás. Aquí te la contamos.
La explicación detrás de la impuntualidad
La explicación científica por la que alguien es impuntual podría provenir de la memoria y la manera en que los recuerdos son asociados con el tiempo. Un artículo de la revista Memoria y Cognición, explica que las personas pueden subestimar cuánto tiempo les tomará hacer una tarea, basándose en relatos anecdóticos.
Es decir, recuerdan haber hecho diversas situaciones o tareas en un tiempo menor al que realmente transcurrió, provocando que sus predicciones para planificar algo tenga un sesgo que resulta en la impuntualidad.
De modo que la siguiente vez que tengan que trasladarse a un punto específico, por ejemplo, es posible que el cálculo de lo que les tomará llegar sea lejano a la verdad. Lo anterior no significa que las personas impuntuales siempre lleguen tarde, es igualmente impuntualidad si se llega con mucho tiempo de anticipación.
Esta es solo una de las razones que explican la impuntualidad, y no tiene un motivo puntual, pues esta percepción llega a ser de tipo biológica, por personalidad y entorno.
En un artículo de Hugo Spires publicado por PubMed, se describe que un factor que influye para que el cerebro realice pronósticos más certeros se relaciona con la familiaridad que se tiene con las actividades o tareas a cumplir.
Así mientras se repita con mayor frecuencia, se modificarán las predicciones, aunque no necesariamente eso significa que serán exactas, ya que Spires menciona que el familiarizarse con algo representa también el “eliminar” los obstáculos que hay en el camino.
Por qué la gente es impuntual
Lo cierto es que no todas las personas impuntuales lo son por obra de su hipocampo, la parte del cerebro que, según el portal Neurofuncional, gestiona los recuerdos, aprendizajes y percepción de las cosas.
Los motivos detrás de la impuntualidad se ven alterados también por cuestiones un tanto más simples, como la personalidad y costumbres en las que se desenvuelve el individuo en cuestión.
La parte de la personalidad apunta al hecho de que alguien pueda simplemente calcular mal los tiempos sin tener la intención de realmente hacerlo, la mayoría de veces creyendo que van “a tiempo”.
Por otro lado, el tema cultural se refiere a que no todos los lugares, personas, situaciones, citas o contextos ven mal el llegar algunos minutos después, tomando en cuenta que se atraviesan factores que están fuera del alcance de cualquiera, como lo son accidentes o inclemencias del clima.
“Necesito irme, necesito irme, necesito irme”. ¿Eso es lo que retumba en tu cabeza cada vez que asistes a fiestas? O, ¿te has puesto a sufrir desde mucho antes de que empiece determinada fiesta por la idea de ir? Aunque este tipo de problemas suelen asociarse con diversos trastornos de ansiedad, todas podemos experimentarlos en algún momento.
El primer consejo que podemos darte es buscar ayuda profesional, pues recuerda que la salud mental es tan importante como la física; además, todas las personas somos distintas y un especialista puede ayudarte de la manera en que necesitas. Sin embargo, hay algunos consejos que se pueden dar de manera general para comenzar a lidiar con la ansiedad de ir a fiestas.
¿Te dan ansiedad las fiestas? Tips para combatirla
Muchas personas suelen sentirse incomodas en reuniones sociales o con grandes grupos de personas que las rodean, lo que siempre termina en escaparse de reuniones sociales.
Ellen Hendriksen, psicóloga clínica del Centro de Ansiedad y Trastornos Relacionados de la Universidad de Boston, explica para el portal de National Public Radio que, “la ansiedad social depende de la creencia errónea que tenemos de fallar”.
La psicóloga informa que esto se puede usar como un “comportamiento de seguridad” para evitar presenciar o ser partícipes de escenarios de fatalidad y mantener ocultos defectos.
Una investigación por el psicólogo clínico David Moscovitch informa que el Trastorno de Ansiedad Social encaja en cuatro categorías: preocupaciones sobre defectos por la apariencia física, defectos por las habilidades sociales, defecto de personalidad e incapacidad para ocultar el temor en público.
Aquí te damos unos tips que puedes aplicar, para combatir la ansiedad en las fiestas.
1. Prepárate con anticipación
Si te encuentras decidida para ir al festejo, debes prepararte. Un artículo del portal Verywell Mind recomienda que pases tiempo antes de ir a la fiesta relajándote: darte un baño con esencias que reposen el cuerpo, leer un buen libro o ver alguna serie que te haga sentir bien, hacer ejercicio, entre otras actividades que te ayuden a mantenerte con buen ánimo.
Además de poder optar por un outfit espectacular que te brinde seguridad; ese tipo de outfit que todas tenemos, con el cual sientes que puedes vencer cualquier obstáculo (¡y sí puedes!).
2. Tener planes de autocuidado y respaldo
Recordemos que el avance para afrontar la ansiedad en las fiestas es un paso a la vez. El portal Everyday comenta que vale la pena tener un plan de respaldo, por si las cosas se llegan a descontrolar.
Dice Ron Rapee, profesor del Centro de Salud Emocional de la Universidad de Macquarie, que en lugar de escapar del evento o beber bajo la mesa, busques a una amiga y te mantengas con ella el resto del tiempo, esto ayudará a controlar tus nervios, además de sentirte en confianza.
3. Preparar temas de conversación
Presentarte a alguna fiesta ya es un paso positivo que has dado y debes estar orgullosa de ello; sin embargo, ya estando ahí tienes que convivir. El de National Public Radio difunde el testimonio de una chica llamada Angie Ebba que padece de ansiedad social y recomienda que debes llevar temas preparados, incluso ella opta por hacer un guión.
Aborda historias divertidas, anécdotas, eventos culturales, música, películas, deportes, planes, vacaciones o cualquier tema banal que parezca agradable.
Esto no quiere decir que tengas que aprenderte de memoria, porque no queremos que en el evento te encuentres como un robot que ha memorizado todo; esto sirve para darte mayor seguridad y no te quedes pasmada por no saber qué decir.
4. Acércate a alguien que parezca compatible contigo
Si todavía no te encuentras lista para socializar con un gran número de personas, no te preocupes, lo más optimo es que busques a un nuevo amigo, que parezca lo más afín a ti.
El portal Bustle cita a la consejera de salud mental Jill Sylvester, quien recomienda que busques a una persona en la fiesta que parezca igual a ti, en términos de timidez, humor e interés. Puedes ir y presentarte o pedir que alguien te presente.
“Elige a una persona con quien hablar y apártate del grupo para que no te sientas abrumada, integrándose a la población más grande lentamente o nada, si no se siente bien”, informa la consejera para Bustle.
5. Realiza preguntas
Puede que sea más factible que realices preguntas, porque al cuestionar tus intervenciones serán menores y comenzarás a escuchar cómo la otra persona puede explayarse contándote sus aventuras; cuanto tengas más confianza puedes intervenir.
“Pregúntale cómo conoce al anfitrión y luego cómo va el fin de semana, qué hacen en la escuela o el trabajo, o cualquier cosa sobre el evento en sí. Luego, dedica tu tiempo a escuchar”, recomienda la terapeuta Rachel Dubrow para Bustle.
6. Encuentra qué hacer
Si en la fiesta hay juegos o es temática, ¡no te detengas! Participa, así como recomienda Verywell Mind; no significa convertirte en la ganadora o ser la mejor, se trata que te diviertas y retires los pensamientos negativos que te rodean.
Uno de los objetivos es que te sientas cómoda, conozcas nuevas personas y superes tus temores, de eso se trata, ¡sabemos que puedes!
7. Comida y bebidas
Cuando son fiestas siempre hay productos que comer y beber; uno de ellos es el alcohol. Si eres ansiosa pero crees que consumiendo bebidas embriagantes te darás seguridad y ayudará con la ansiedad de estar en público, estás completamente equivocada.
“El alcohol puede significar un desastre si tienes ansiedad, y no solo porque puedas ponerte impertinente. El alcohol puede convertirse en lo que llamamos un comportamiento de seguridad, algo que reduce artificialmente la ansiedad; a la larga, evita que puedas superar el problema”, informa la doctora Ali Mattu para Refinery29.
En cuanto la comida, es mejor que te moderes, porque muchas personas cuando se encuentran ansiosas comienzas a consumir demasiados alimentos, lo que resultará contraproducente y te puede provocar problemas de salud.
8. Selecciona el momento adecuado para salir
El portal Verywell Mind dice que, antes de asistir a la fiesta, delimita un tiempo considerable en el que te retirarás; puede que te sientas muy cómoda que hasta te pases del tiempo establecido pero, si no es así, siéntete satisfecha que has dado un nuevo paso y que la próxima ocasión darás otro.
Son algunas recomendaciones que puedes seguir si sientes ansiedad en las fiestas.
Las emociones intensas pueden generar diversas reacciones en el cuerpo humano, dando paso a la llamada “alergia emocional“, que se manifiesta con reacciones del sistema inmunitario en múltiples formas. Esta condición se origina a raíz de estímulos que varían en cada persona, como respuesta a sentimientos difíciles de gestionar.
¿Realmente existe? Conoce más sobre este tipo de alergia, su relación con las emociones y cuáles son sus síntomas principales.
Qué es la alergia emocional
Según la definición de Mayo Clinic, las alergias son reacciones del sistema inmunitario ante agentes extraños. El organismo se encarga de generar anticuerpos que localizan a estos componentes como dañinos y ponen en marcha un plan para mantenerlo a salvo.
Entre los síntomas que las alergias ocasionan se encuentra el goteo nasal, sarpullido, irritación, estornudos, inflamación de una zona del cuerpo, y en casos graves, ataques de asma, explica Medline Plus.
Los cinco tipos de alergias más conocidos son la estacional, la cutánea, la alimentaria, la de interior y la conjuntivitis alérgica, detalla el portal especializado La Alergia. A este grupo de padecimientos se suma una variante que ha ganado relevancia los últimos años, denominada alergia emocional.
La farmacéutica de Rino-Estebel, explica que un tipo de conjuntivitis está relacionada con el aspecto emocional, puesto que no se deriva de un patente alérgeno, sino que es la reacción del cuerpo a sentimientos fuertes y altos niveles de estrés.
También puede empeorar los síntomas de las personas con alergias conocidas, al disminuir la capacidad del cuerpo para defenderse de aquellos elementos que representan una amenaza para el sistema inmunitario.
Causas y síntomas de la “alergia por emociones”
Un artículo de Top Doctors sugiere que la relación entre las emociones y las alergias radica en la sensibilidad y temple de cada personalidad, debido a que esto influye directamente en las reacciones del cuerpo humano ante alteraciones sentimentales.
Los síntomas de la alergia emocional son muy parecidos a los de las demás variantes conocidas, cambiando en intensidad y duración. Estas reacciones por emociones se manifiestan comúnmente en forma de urticaria, enrojecimiento, ojos llorosos o escurrimiento nasal.
Por lo que es posible que en episodios estresantes, traumáticos o difíciles de digerir, el cuerpo envíe señales a modo de defensa. Para las alergias, usualmente se implementa un tratamiento médico que lo controle, ya que no son curables.
En el caso de la alergia emocional, la solución primera sería la correcta gestión de emociones. En caso de que los episodios sean demasiado recurrentes y las molestias se intensifiquen, lo ideal es buscar un diagnóstico médico.
Ahí se evaluarán los motivos detrás de estas manifestaciones, así como la posibilidad de canalizar al paciente con atención psiquiátrica que contribuya a manejar las reacciones emocionales, o de ser necesario, diagnosticará algún padecimiento que las desencadene, como ansiedad y depresión.
¿Alguna vez conociste a alguien con quien conectaras de forma instantánea? Una persona con la que la conversación fluye sin problema, con quien hasta el silencio se siente cómodo o que tal vez viste y sentiste que ya se conocían de algún lado.
Si contestaste que sí a algunas de estas cuestiones, entonces lo más probable es que hayas encontrado a un espíritu afín.
No estamos hablando precisamente de relaciones románticas, y el tema del alma gemela será tema de otra ocasión. Hoy te contamos, ¿qué son los espíritus afines?
¿Qué son los espíritus afines?
Bueno, a grandes rasgos podemos definir este concepto como una enorme conexión que tienen dos personas a través de sus valores e interés similares, de acuerdo con un artículo del portal Hello Giggles.
La doctora Carla Marie Manly, psicóloga clínica y autora de “Date Smart”, explicó al mismo medio que “aunque muchas personas describen a los espíritus afines como ‘de ideas afines’, un verdadero espíritu afín se siente familiar y similar energética, emocional y mentalmente”.
Por otro lado, el portal MindBodyGreen dice que son personas que comparten intereses, valores o cosmovisiones comunes.
La coach de relaciones especializada en trabajo energético Katherine Bihlmeier dice que “en palabras más espirituales, podríamos decir que resuenan en la misma frecuencia, y hay una energía coincidente entre ellas”.
EL psicólogo clínico Jaime Zuckerman agrega incluso que un espíritu afín ni siquiera necesita ser humano: a veces es una mascota con la que tienes una conexión instantánea. Como cuando decimos que una mascota “eligió” a su humano.
¿Cómo saber que has encontrado tu espíritu afín?
Si para estas alturas algunas personas se te vinieron a la mente y que podrían ser candidatas para ser tu espíritu afin, aquí van algunas señales que podrían guiarte.
Sientes que se conocen de toda la vida: un espíritu afín tendrá una energía muy conmovedora de “te conozco desde hace mucho tiempo”.
Tienes mucho en común: lo que significa que tienen enfoques similares de la vida. Ambas tendrán valores, modales y sentido del humor similares.
Te sientes completamente cómoda: nunca te sientes fuera de lugar ni cuestionas tu relación.
Siempre retomas donde lo dejaste: no importa el tiempo que pase, siempre podrán comenzar donde se quedaron.
Te sientes en paz.
Es alguien de quien puede aprendes sobre ti misma a través de ella.
Tiendes a ver las cosas de la misma manera que esa persona.
A veces puedes saber lo que están pensando o sintiendo.
Saberescuchar a tus amistades, pareja y familiares es una clave esencial para tener una buena relación con ellos. Además, escuchar con empatía e interés a los demás puede ayudar a que tus seres queridos tengan éxito en sus metas y, en general, a fortalecer vínculos.
En el ámbito laboral, ser una buena oyente es especialmente importante para los líderes. Estableces un rol como una persona empática, como alguien que mantiene una mente abierta y estás dispuesta a aprender de los demás.
Pero a veces escuchar se vuelve una tarea difícil; hay varias señales que nos hacen malas oyentes y no nos damos cuenta.
Señales de que eres mala escuchando a los demás
¿Estás segura de que sabes escuchar a los demás? Si tienes dudas, puedes comenzar a aclararlo con las siguientes señales de que eres mala escuchando. Nunca es demasiado tarde para establecer cambios que mejoren nuestra vida; incluso a veces se necesita ayuda profesional para lograrlo, pero eso también está bien.
1. Siempre interrumpes
La persona que interrumpe cuando estás hablando definitivamente no es la mejor oyente. Pero es posible que no te des cuenta de que algunas de las formas en que intentas mostrar cuán interesada estás en una conversación son en realidad formas de interrumpir.
James y Suzann Pawelski, coautores del libro “Happy together: using the science of positive psychology to build love that lasts”, le dijeron al medio Best Life lo siguiente. “Algunos de nosotros podemos tener buenas intenciones pensando que sabemos lo que la otra persona está a punto de decir y, en un esfuerzo por llevarla a la meta, completamos la oración por ella”.
Agregaron que incluso si somos precisas acerca de lo que la persona está a punto de decir, interrumpir casi siempre es percibido por los demás como grosero e intrusivo.
“Al final del día, no somos lectores de mentes. Debemos dejar que la otra persona termine, darle el respeto y el tiempo necesario para terminar de exponer sus ideas”, comentaron los autores.
2. No estás concentrada en la plática
Acorde a la información de la página de PsychCentral, las personas que no saben escuchar están prestando atención a otras cosas cuando su interlocutor habla; orgullosas de su capacidad para realizar múltiples tareas, continúan hojeando el periódico, levantando la sala de estar, enviando mensajes de texto o limpiando su escritorio mientras te dirigen la palabra.
Se vuelve tarea del interlocutor suponer que un “ajá” ocasional indica que en realidad están contigo. Esto no es cierto, al menos no del todo. Su mente está distraída.
De esta manera es muy fácil perderse partes importantes del mensaje.
3. Estás juzgando
Todas juzgamos las acciones y las palabras de los demás, y cuando alguien dice algo que crees que está mal o equivocado, es fácil descartar su opinión, explica un artículo de Fast Company.
“Estar en desacuerdo con lo que alguien está diciendo, en automático dificulta la tarea de escuchar. Si me estás juzgando y piensas que no soy una persona inteligente, ¿por qué escuchas? Eso puede interponerse en el camino”, comentó Fred Halstead, autor de “Leadership skills that inspire incredible results”.
4. Llevas la conversación hacia ti misma
Otra señal de que tal vez eres mala escuchando es si tiendes a cambiar cada tema de vuelta a ti misma. Y es posible que ni siquiera te des cuenta de que lo estás haciendo.
Por ejemplo, la persona con la que estás hablando te cuenta con entusiasmo sobre su viaje a Italia, por lo que mencionas tu visita allí hace cinco años. O tal vez tu amiga habla sobre tener que mudarse y tú le cuentas cómo tuviste que mudarte el año pasado. En cierto punto, deja de ser una cuestión de empatía y se convierte en ensimismamiento.
“Muchas personas no escuchan activamente lo que dice la otra persona, sino que esperan que la otra persona termine para poder intervenir y secuestrar la conversación”, señalaron los Pawelski a Best Life.
“Este es un comportamiento negativo que fácilmente puede causar problemas en las relaciones profesionales y personales porque parece egoísta. Cuando cambiamos de inmediato el foco de la conversación hacia nosotros mismos, indirectamente le estamos diciendo a la otra persona que no nos importa lo que pasa”, comentaron los autores.
5. Cambias de tema sin que la persona esté lista
Imagínate que están hablando de algo delicado y muy importante para ti, pero la persona a la que le estás contando no tiene el mismo interés, entonces dirige la conversación hacia algo que le interesa más o que la hace sentir más cómoda.
Esta es otra de las señales de que eres mala escuchando, de acuerdo con PsychCentral.
6. Apagas a la gente
Si tienes un desacuerdo con alguien, es fácil enfocarse en el desacuerdo en lugar de la esencia de la verdad que pueden compartir, según Fast Company.
Esto puede conducir a una discusión en lugar de una conversación. Otra ocasión en la que podrías alejar a alguien es si crees que ya sabes lo que la persona va a decir.
7. No haces preguntas
Una conversación es un intercambio de ideas e información, y realmente debería ir en dos direcciones. Eso significa que debes hacerle preguntas informadas a la persona con la que estás hablando para demostrar que estás interesada en lo que tiene que decir y que sí sabes escuchar bien.
Más allá de que la conversación se extingue, la falta de preguntas a veces da a entender que no te interesa la persona en cuestión.
Existe la creencia de que los sueños son manifestaciones del inconsciente, sobre anhelos, miedos o preocupaciones. Mientras que hay quienes los consideran como una especie de “mensaje” del futuro que se hace presente cuando dormimos y hasta premoniciones; soñar que te casas o con una boda es uno de los más recurrentes.
¿Cuál es el significado de esto? ¿Realmente es señal de mal augurio? Descúbrelo.
Cuál es el origen de los sueños
De acuerdo con un artículo de Medical News Today, los sueños son historias que ocurren en la mente al dormir. El portal explica que estudiarlos a fondo es complicado y que aún hay mucho sobre ellos que explorar. Esto permitirá comprender sus fases, interpretaciones y su relación con la actividad cerebral.
Las explicaciones generales sobre el significado que tiene soñar mencionan que son una representación de deseos que habitan en el inconsciente, enlistan la información procesada por el cerebro a lo largo del día e interpretan señales neurológicas al dormir.
Otra explicación de MNT apunta a que se trata de un espacio donde se reunen cuestiones “pendientes” que resultarían abrumadoras estando despiertas. Razón por la que abordarlas en sueños resulta menos invasivo.
Qué significa soñar que te casas o con bodas recurrentemente
Si estás próxima a casarte, es común este sueño puesto que tu atención está centrada en los detalles. Trata de relajarte para solo tener visiones agradables de esa fecha, procurando olvidar los nervios pues, pese a que son normales, solo te restarán energía.
Teniendo noción de qué es lo que hay detrás de los sueños científicamente hablando, probablemente aún conserves la duda de por qué sueñas con cosas que, desde tu perspectiva, no están relacionadas contigo. Si tomamos en cuenta la aclaración de que todavía hay mucho acerca de ellos que se debe analizar, es válido recurrir a otras explicaciones respaldadas en el ámbito energético y espiritual.
El mito que por excelencia se cuenta sobre soñar que te casas, cuando no hay planes de boda de por medio, lo adjudica a que se tiene el anhelo de enfrentar nuevos retos y renovar varias cuestiones de la vida personal, buscando el llamado “renacimiento”.
Para interpretar el significado, también se debe considerar el contexto propio. La joyería especializada Be Couple sugiere que en el caso de las personas solteras soñar con una boda, ya sea propia o como asistente, anuncia la llegada de felicidad y prosperidad en el ámbito personal.
Por otra parte, quienes ya tengan un matrimonio, puede ser una manifestación de que algo va mal en la vida de pareja y familiar, avisando de la posibilidad de conflictos.
Está también una traducción poco optimista, que habla de que soñar que te casas o con bodas es un augurio de muertes en el círculo más cercano, pérdidas importantes y crisis.
Lo cierto es que no hay modo de definir cuáles son los significados certeros y cuáles son los que únicamente se tratan de creencias populares. Es importante no sugestionarse tratando de encontrar la respuesta, ya que esto podría desencadenar en ciclos del sueño poco satisfactorios, insomnio o pesadillas.
Todas en algún momento hemos experimentado ese sentimiento de pensar que nos estamos perdiendo de algo; es como el típico, “no voy ese día a la escuela o al trabajo y resulta que ese día llegaron los marcianos a regalar dulces”.
Pero, fuera de lo gracioso que puede sonar esto o de que sea material para memes, la realidad es que ya existe un fenómeno que describe el miedo de perderse algo, especialmente exacerbado gracias a las redes sociales.
Se trata del llamado FOMO (las siglas vienen de la frase en inglés ‘fear of missing out’), que consiste en un conjunto de sentimientos de preocupación, aprensión y dudas constantes de sentir miedo a perderte de algo, de acuerdo con información del portal PsychCentral.
¿Qué es el FOMO?
De acuerdo con el portal USA Today, este es un acrónimo utilizado para referirse al miedo a perderse algo y que ha aumentado su popularidad en los últimos años.
Este término describe una ansiedad específica que surge cuando una persona percibe que se está perdiendo alguna interacción social importante y luego se pone en marcha para tratar de corregirla.
Esto puede significar verificar lo que otros están haciendo constantemente o comunicarse compulsivamente para mantener la conexión. Y que según un estudio de 2013 que retoma USA Today, un grupo de psicólogos definió el FOMO simplemente como “una aprehensión generalizada de que otros podrían estar teniendo experiencias gratificantes de las que uno está ausente”.
El miedo a perderse algo increíble o algo “mejor” para nuestras vidas se relaciona con conceptos como la envidia, dice Verywell Mind.
Un poco de historia
Para comprender un poco mejor este fenómeno, el sitio web Verywell Mind explica la historia de este curioso padecimiento, que si bien no es nada nuevo, solo se ha estudiado durante las últimas décadas.
Se podría decir que todo empieza con un artículo de investigación de 1996 del estratega de marketing Dan Herman, quien acuñó el término “miedo a perderse algo.
Gracias a las redes sociales, este sentimiento se ha acelerado de varias maneras, pues suele hacer que comparemos nuestra vida con los “aspectos más destacados” de la vida de los demás.
Por lo tanto, nuestro sentido de “normalidad” se distorsiona y nos hacer sentir que nuestra situación es mala en comparación de las demás. Lo que termina pareciendo que estamos en competencia para ver quien vive “mejor”, quién es “feliz”, qué persona tiene más cosas o es más “exitosa”.
Efectos que produce el FOMO
Aunque pareciera que “no es para tanto”, el FOMO realmente puede afectar tu salud mental y bienestar; ya que tal y como explica el portal PsychCentral, si te llegas a sobrecargar con evento y actividades para ignorar este sentimiento, puede llevarte a padecer lo siguiente.
Fatiga.
Dolor de cabeza.
Falta de motivación.
Problemas de rendimiento.
Agotamiento.
Puede afectar en tus hábitos alimenticios y del sueño.
Medidas para frenarlo
El portal Verywell Mind explica que el primer paso para combatirlo es comprender dónde radica el problema y después de eso podemos comenzar con pequeñas acciones como las siguientes.
Cambia tu enfoque. En lugar de concentrarte en lo que te falta, trata de notar lo que tienes; puedes desde agregar más personas positivas a su feed, depurar tu lista de contactos, ocultar aquellas cuentas donde solo ves lo que otros presumen o los contactos que no te apoyan.
Prueba una desintoxicación digital. Esto significa tomar un descanso de los dispositivos digitales; si no te es posible hacerlo del todo entonces limítate a no usar aplicaciones que te hacen sentir mal contigo misma o con tu vida. También puedes iniciar la desintoxicación de poquito en poquito, ampliando los periodos de tiempo en que no checas redes sociales.
Mantén un diario. Ya sea en línea o en papel, pero recuerda que no debes buscar con ello la validación de los demás.
Busca conexiones reales. Hacer planes, salidas o reuniones con los amigos ayuda a despejarse un rato de las redes.
Centrarse en la gratitud. Participar en actividades que te recuerdan las cosas que tienes, como escribir un diario de gratitud o simplemente decirles a los demás lo que aprecias de ellos, puede levantarte el ánimo y el de las personas que te rodean
Si las redes sociales constantemente te provocan miedo de perderte algo, recuerda que también puedes consultar con un especialista y buscar ayuda para preservar tu salud mental.
Algunas variantes
Como todo fenómeno social existen variables de lo que es FOMO y que están relacionados con el mismo.
De acuerdo con el portal Verywell Mind, aquí van un par de ejemplos.
FOBO (Miedo a perderse mejores opciones). se refiere al temor de perderse alternativas potencialmente mejores.
MOMO (Mystery of Missing Out). Esto se refiere a temer que te estás perdiendo algo pero no saber exactamente qué te estás perdiendo.
En las películas, más de una vez hemos visto a personajes que aseguran sentir felicidad con un artículo de su guardarropa. Tal como “Carrie Bradshaw” con sus decenas de pares de zapatos de diseñador, o “Rebecca Bloomwood” con los vestidos que compraba compulsivamente. Por ficticio que esto parezca, en realidad es un fenómeno que sí existe, conocido como ‘dopamine dressing‘.
Así que no, no estás alucinando si sientes que tu ánimo mejora cuando te vistes con ciertas cosas. Descubre cómo funciona la “dopamina del vestido”.
‘Dopamine dressing’, cuando la ropa te da felicidad
Esta teoría habla de la posibilidad de que se genere una especie de vínculo con un accesorio, prenda, calzado o artículo, mismo que al usarse, favorece la producción de dopamina. La cual es conocida como un “neurotransmisor de la felicidad” y, de acuerdo con la Revista Biomédica de México, se genera en el sistema nervioso central.
Información del Hospital San Fernando, explica que la dopamina es responsable de enviar sensaciones de placer, que se traducen como felicidad y relajación. Es en el cerebro donde se origina toda su producción y se aloja en distintas zonas del cerebro como respuesta a ciertos estímulos.
Pese a que toda esta definición pueda parecer demasiado “científica” y poco relacionada con la ropa, la realidad es que la moda sí parece tener cierta influencia en este proceso. Lo anterior se explica por el hecho de que existan artículos que dan a quien los usa un sentimiento de alegría instantáneo, por lo que cada que se utiliza, se revive el sentimiento de bienestar que se sintió previamente.
Otra teoría apunta que el ‘dopamine dressing‘ consiste en vestir con colores y complementos vibrantes, pues como se ha demostrado, las tonalidades influyen en la percepción de una persona y su estado de ánimo.
Sin embargo, es importante mencionar que cada organismo responde distinto, por lo que no es una regla general que deban lucirse atuendos vibrantes y llamativos para experimentar la “dopamina de la ropa”.
Cómo tu ropa favorita te puede hacer más feliz
En un estudio realizado por la Revista de Marketing y Gestión de la Moda, se retomó el argumento de que la ropa, las emociones y el estado de ánimo están directamente ligados en términos de psicología. Asimismo, se exploró la dinámica en que mediante la vestimenta, una persona es capaz de expresar su sentir del momento.
Entre los argumentos que se abordan, es cómo la imagen y autopercepción influye en el estado anímico de una persona. Los parámetros son variados debido a que existen numerosas respuestas y estímulos, por lo que no es posible que funcione de la misma manera con todas.
Para poner a prueba el ‘dopamine dressing‘ no es necesario que realices compras nuevas, ni que busques un artículo obligatorio. Puedes encontrar la respuesta analizando cuáles son las sensaciones que te transmiten algunas de tus prendas favoritas, o si has notado que al usar cierto look tu estado de ánimo cambia.
Añade incentivos con fusiones de aquellos elementos identificados como generadores de felicidad para ti; si notas que al usar falda, por ejemplo, te percibes distinto, repítelas con mayor frecuencia. Elige tus colores preferidos, aunque no pertenezcan a los tonos que por excelencia son reconocidos como sinónimo de felicidad.
No hay una forma correcta o incorrecta paa ejecutar la “dopamina de la ropa”, ya que básicamente trata de usar aquello con lo que además de sentirte cómoda, contribuyas a generar emociones agradables.
¿Has escuchado del Síndrome de Peter Pan? Si tu respuesta fue no, déjanos decirte que este término se refiere a aquellas personas que parecen nunca crecer o madurar desde la infancia (de ahí la relación con el personaje del cuento de Peter Pan), por lo cual suelen generarse problemas con sus vínculos afectivos y relaciones.
¿Has conocido a una persona así, o tenido una pareja con este problema? Nosotras te contamos más al respecto.
¿Qué es el Síndrome de Peter Pan?
De acuerdo con un artículo de Choosing Therapy, el síndrome de Peter Pan, también conocido como “complejo de Peter Pan”, es una condición en la que los adultos continúan aferrándose a ciertas tendencias de la infancia. En lugar de sucumbir a los aspectos socializados de la edad adulta, estas personas esencialmente permanecen tienen problemas para aceptar la responsabilidad y aventurarse por su cuenta.
Aunque no es una condición clínicamente diagnosticable en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5), existe evidencia continua que respalda la idea de que es una condición real con la que muchas y muchos luchan.
Aunque a menudo se relaciona con hombres, no es exclusivo de ellos. Si no se aborda esta afección a tiempo, es posible que se exacerbe. No es raro que las personas que exhiben el Síndrome de Peter Pan vivan en casa de sus padres hasta bien entrados los 30, 40 e incluso 50 años.
¿Qué causa este síndrome?
Según Medical News Today, hay poca investigación sobre el síndrome de Peter Pan, por lo que los psicólogos no saben exactamente qué causa sus comportamientos ni existe un concenso. Algunos expertos postulan que tener padres sobreprotectores puede hacer que una persona sea más propensa a desarrollarlo.
La lógica detrás de esto explica que cuando los niños están sobreprotegidos, no siempre desarrollan las habilidades que necesitan para enfrentar los desafíos de la vida real. Cuando lleguen a la edad adulta, pueden esperar el mismo entorno seguro y privilegiado de la infancia.
El doctor Dan Kiley, quien acuñó el término en su libro de 1983, “El síndrome de Peter Pan: hombres que nunca han crecido”, dice que las semillas del Síndrome de Peter Pan se siembran en la infancia. Los síntomas pueden comenzar a aparecer alrededor de los 11 o 12 años de edad y, a medida que el niño avanza hacia la adolescencia, se vuelven más frecuentes, según recopila Medical News Today.
¿Cómo saber si tu pareja tiene el Síndrome de Peter Pan?
Es difícil saber si alguien que conoces tiene el Síndrome de Peter Pan, ya que no hay ningún síntoma oficial. Pero hay algunas formas comunes y, quizás, familiares que aparecen en la vida de ciertas personas. Lo siguiente puede ayudarte como señales de que alguien tiene este síndrome, pero debes recordar que esto no es un diagnóstico y todas las personas somos distintas.
1. Problemas con los planes a largo plazo
De acuerdo con la información de MindBodyGreen, alguien con el Síndrome de Peter Pan puede tener dificultades para estar en una relación a largo plazo, romántica o platónica. Su estilo de apego es cualquier cosa menos seguro, y es posible que no puedan comprometerse emocionalmente con otra persona.
Esto no significa que todos los que no quieran una relación a largo plazo tengan este síndrome. Pero si el miedo de asumir la responsabilidad de una relación sana o no querer crecer es el motivo de una ruptura, entonces tal vez.
2. Es dependiente
Puede ser una segunda naturaleza para alguien con el Síndrome de Peter Pan depender de sus padres o familiares. “Son incapaces de hacer algo que los ayudaría a sí mismos de una manera significativa o para realmente separarse de sus familias de origen”, le dijo a MindBodyGreen, el psiquiatra de niños y adultos Gauri Khurana.
3. Sin interés por el crecimiento personal
Hay un entendimiento general de que, a medida que envejeces, creces como persona. El crecimiento puede ser mínimo, pero es crecimiento. Pero cuando tienes el Síndrome de Peter Pan, no hay razón para crecer: disfrutas vivir la vida como siempre lo has hecho y no ves nada malo en ello.
4. Le resulta muy difícil tomar decisiones
La persona promedio toma un estimado de más de 35 mil decisiones cada día. Se podría decir que es una parte importante de ser adulto. Alguien con el Síndrome de Peter Pan puede evitar esto haciendo que otra persona tome la iniciativa.
5. Relación difícil con el dinero
No todo el mundo es inteligente con su dinero. Es posible que solo pienses en tus finanzas cuando gastas dinero o revisas tus cuentas, pero todavía estás pensando en ello. Sin embargo, para alguien con el Síndrome de Peter Pan, el seguimiento de las finanzas personales no es una prioridad. Incluso puede ser algo que eviten por completo, hasta que haya un saldo negativo en su cuenta.
6. Evita el conflicto y la confrontación
Alguien con el Síndrome de Peter Pan aún puede tener la madurez emocional de un niño. Entonces, cuando se trata de conflictos y confrontaciones, lo evitan lo mejor que pueden, a veces escapando de sus propias realidades y otras veces saliendo furiosos y encerrándose en el dormitorio, según MindBodyGreen.
¿Cómo ayudar a alguien con el síndrome de Peter Pan?
Como con cualquier otra condición de salud mental, ayudar a alguien con el Síndrome de Peter Pan comienza con la conciencia. Comienza por familiarizarte con los síntomas del síndrome y cómo los exhibe tu ser querido.
Luego, intenta iniciar un diálogo, ofrece tu apoyo, establece límites y recuerda que existe la posibilidad de buscar ayuda profesional.
Con las relaciones románticas, se aplican recomendaciones similares; sin embargo, según el tipo de conexión (es decir, citas casuales, compromiso, matrimonio, etc.), puede haber más en juego.
El primer paso siempre es discutir el tema directamente y establecer límites firmes. Aunque es probable que tu pareja requiera asesoramiento individual, la terapia de pareja puede servir como un excelente lugar para comenzar, según Choosing Therapy.
Has pasado un grandioso fin de semana con familia, amigos o pareja y por fin te encuentras relajada, ya sea porque fuiste al cine, disfrutaste un concierto, tuviste una fiesta o simplemente aprovechaste el tiempo en casa. Pero, ¡oh, sorpresa! Es lunes.
La pereza y malos pensamientos te invaden y dejas que el primer día de la semana se convierta en un ‘blue monday‘. ¿Cómo desaparecer toda esa pesadez y comenzar con actitud la semana, sin odiar los lunes tanto?
Tips para dejar de odiar los lunes
El Foro Económico Mundial explica que nuestro cerebro se encuentra acostumbrado a la previsibilidad, por lo que la falta de una rutina a veces se relaciona con disminución de bienestar y angustia psicológica. Y, aun así, al “ser libres” en fin de semana nuestro cerebro se relaja y hace difícil volver acostumbrarse a la rutina de la semana.
El portal Greatist explica que es más probable que las personas se sientan tristes los lunes y martes, que incluso si es muy fuerte tu emoción negativa de los lunes puede desencadenar problemas cardiovasculares.
Pero no te preocupes. Te damos 7 tips para poder combatir la apatía y aflicción de los lunes.
1. No quieras llegar rápidamente al fin de semana
Greatist informa que algunos estudios dicen que las personas que más se estresan en su trabajo son más felices los fines de semana.
Pero no caigas en el estrés, no vivas solamente para contar a que se terminen los días laborales y esperar a que llegue el sábado y domingo. Todos los días son maravillosos, porque todos son importantes, y deberías comenzar a tratarlos como tal.
Regálate pequeñas alegrías cada día de la semana, incluyendo el lunes. ¿Qué tal preparar tu platillo favorito, hacerte un tratamiento de skincare por la noche o ver cierto programa que te encanta?
2. Destinar el domingo para descansar
Es seguro que queramos destinar los fines de semana para hacer todas las actividades que no podemos hacer durante los días laborales; sin embargo, también es sano que te dediques un tiempo para ti, y qué mejor que los domingos.
Este día puede ser ideal para que tomes un masaje y comas lo que quieras mientras ves una película en tu cama o sofá. Es bueno salir de fiesta, pero no le dediques todos los fines de semana, si no quieres que tu lunes apeste a resaca.
3. Dormir bien
El mismo portal nos dice que es bueno aprovechar los fines de semana para descansar, pero no te extralimites durmiendo hasta las tres de la tarde porque en lunes, obviamente, va a ser difícil que madrugues para ir al trabajo o la escuela.
No te sugerimos que te levantes a las cinco de la mañana, pero sí a una hora razonable, como ocho o nueve de la mañana; así será más fácil que tu cuerpo se acostumbre y no sea tan difícil levantarte en un lunes.
Además, se recomienda que el domingo por la noche optes por dormir más temprano de lo que acostumbras, así podrás levantarte con toda la actitud y poder tener un gran inicio de semana.
4. Elige la ropa que te haga sentir bien
Para tener toda la actitud el lunes, puede optar por elegir tu outfit un día antes, así te proyectarás para, además de verte espectacular, sentirte muy bien.
También esto se relaciona con la actitud que tomes, porque debes sentirte segura.
Tómate un ratito el domingo para preparar tu outfit, ya sea uno que se caracterice por su comodidad o uno que simplemente deslumbre.
5. ‘Good vibes’
Greatist también recomienda que tú sola vibres bien, a nadie le gusta que una persona sea insoportable en cualquier día de la semana. Por eso, se trata de ser amable y dar lo mejor de ti, aunque eso un lunes por la mañana signifique hablar lo menos posible.
Cuando te estés preparando por un lunes por la mañana o el domingo en la noche, opta por escuchar la música que te pone de buenas, ya que un estudio que cita el portal, dice que sube el estado de ánimo escuchar lo que nos gusta. También puedes ayudarte con una buena película de comedia.
6. Hackea tus hormonas
Basado en lo que dice el Foro Económico Mundial, el cortisol es una hormona multifuncional muy importante, ya que ayuda a nuestro cuerpo a controlar nuestro metabolismo, regular nuestro ciclo del sueño y cómo actuamos antes el estrés.
Usualmente se libera una hora antes de que nos despertemos, posteriormente sus niveles bajan hasta la mañana siguiente, a menos que estemos bajo estrés; porque el cuerpo comenzará a generar no solo cortisol, sino también adrenalina, lo que te puede hacer sentir enojada.
El cortisol tiende a ser más constante los lunes y martes, debido a que los domingos te sientes relajada; para combatir esto, lo que debes hacer es engañar un poquito a tu sistema para que solo reconozca las amenazas reales.
Para esto, es ideal que cuando te levantes en la mañana los lunes, lo primero que hagas sea meditar, estirarte y respirar profundamente; esto servirá para que tu cuerpo y músculos se relajen, para así poder comenzar un grandioso inicio de semana.
7. Establecer rutinas
El mismo sitio web informa que una de las mejoras formas para adaptarse al cambio repentino del fin de semana, es introducir rutinas y horarios. Esto puede incluir ir al gimnasio, llevar a tu mascota a pasear o ver algún programa de televisión que te agrade, por ejemplo. La idea es incluir cosas que te hagan feliz y se conviertan en una promesa para el lunes, o para cualquier día de la semana.
El tipo de rutina que establecerás es lo que harás en los días determinados, ayudando a que nuestro sentido de la coherencia, sea un proceso que nos permita dar sentido a los acontecimientos de nuestra vida.
Ahora que ya sabes cómo combatir los lunes, no tienes porque catalogarlo como “el peor día de la semana”, al contrario, es el primer día de una gran semana.
Entre las etapas que pasamos tras una ruptura amorosa, a veces lo que queremos es alguien que nos escuche y abrace. Si nos toca estar del otro lado para ser esa persona que dé apoyo a quien pasa por un rompimiento, puede sentirse como una gran responsabilidad y ser difícil de manejar. A veces decimos cosas con buena inteción, pero al final no ayudan o hasta lastiman a nuestra amiga en duelo.
Hoy Nosotras enlistamos algunas cosas que no debes decirle a quien pasa por un rompimiento.
Lo que conlleva una ruptura amorosa
Un estudio publicado en el Journal Family Psychology encontró que experimentar una ruptura puede estar asociado con una disminución en la satisfacción con la vida y un aumento de angustia psicológica, mientras que otra investigación encontró que incluso puede aumentar el riesgo de desarrollar un episodio depresivo.
El papel de las amigas durante una ruptura amorosa es fundamental, ya que son una red de apoyo en la cual te brindan seguridad y confianza. La psicoterapeuta Sola Togun-Butler le dijo a MindBodyGreen, lo siguiente. “Ser una fuente de apoyo y crear un sistema de apoyo para una amiga que ha pasado una ruptura es vital”.
Lo que no debes decirle a quien pasa por un rompimiento
1. No dejar que se desahogue
Según un artículo del portal LifeHacker, a veces lo mejor que puedes hacer es no decir nada en absoluto. En las primeras etapas después de una ruptura, haz lo que puedas para dejar espacio para que tu amiga hable todo el tiempo.
Sé una buena oyente cuando alguien necesita desahogarse. Una clave para ser una oyente activa es repetir y reformular las cosas que dice tu amiga, demostrando que la entiendes y la escuchas en un nivel más profundo.
Cuando intervengas, prioriza la validación de los sentimientos actuales de tu amiga en lugar de tratar de ofrecer cualquier tipo de solución o análisis de inmediato.
2. Frases cliché
No importa cómo se abra tu amiga contigo, responder con un cliché es, en el mejor de los casos, impersonal y, en el peor, inexacto. Si dices algo como “vas a superar esto”, es mejor que traigas detalles para respaldar tu afirmación. Recuérdale a tu amiga qué es lo que realmente la hace especial y por qué sabes que lo superará.
Algunos ofensores clásicos que solo minimizarán los sentimientos de tu amiga son los siguientes.
“Todo sucede por una razón”.
“Hay muchos peces en el mar”.
“Puedes hacerlo mejor / encontrar alguien mejor”.
Cualquier cosa relacionada con encontrar a la persona indicada/única/su media naranja/alma gemela, está prohibida. Este no es el momento.
3. Criticar a la expareja
Si tu amiga estaba en una mala relación o tuvo una mala ruptura, es posible que te sientas obligada a hablarle mal de inmediato una vez que todo haya terminado.
Pero hablar mal de la expareja no es útil a largo plazo. Como dice el dicho, “donde va tu mente, fluye tu energía”. Mantener los pensamientos y las palabras en un estado energético bajo de criticar a la expareja de tu amiga mantendrá los pensamientos de ambas en un patrón circular de negatividad, según MindBodyGreen.
Si ella quiere desahogarse volvamos al punto uno: simplemente escúchala, no le des soluciones.
4. Presionar para que haga las cosas a tu manera
Todas sanamos de maneras diferentes y la educadora sobre sexo y amor Jayda Shuavarnnasri le mencionó a MindBodyGreen, que es importante tratar de no juzgar cómo una persona elige curarse.
“Si tu amiga se involucra en comportamientos que son destructivos, sé la amiga compasiva que puede apoyarla amorosamente para que se comporte de una manera que esté alineada con sus valores”, comentó Jayda.
Shuavarnnasri dijo que practicar habilidades de comunicación no violenta puede ayudar en estas situaciones.
“La comunicación no violenta es cuando usamos la empatía y la compasión dentro de nuestro lenguaje”, explicó.
Esto puede sonar como: “Sé que todo esto es realmente difícil y sé que estás haciendo tu mejor esfuerzo. También estoy notado algunos comportamientos que podrían estar obstaculizando tu proceso de curación. ¿Estás abierta a escuchar mis sugerencias?”.
Este ejemplo demuestra cómo centrar a tu amiga, sus valores y sus sentimientos es clave para avanzar en el proceso de una ruptura.
¿Qué otras cosas que no debes decirle a quien pasa por un rompimiento recuerdas?
Todas hemos escuchado alguna vez mitos sobre el autismo que seguramente nos dejaron con una sensación de miedo o incomodidad. También existen preconcepciones que incluso forman parte de la cultura popular en forma de comedia.
Sin embargo, es importante aclarar que muchas de estas declaraciones se hacen desde el prejuicio y la ignorancia, por lo que resulta vital eliminarlos para estar mejor informadas y respetar a las personas con autismo.
Mitos que generan discriminación y estigma sobre las personas con autismo
Los trastornos del espectro autista (TEA) son un grupo de afecciones diversas, explica la Organización Mundial de la Salud; se caracterizan por algún grado de dificultad en la interacción social y la comunicación, además de patrones atípicos de comportamiento.
El autismo o espectro autista, según la revista Nature, se manifiesta como un desarrollo conductual distinto y se comienza a presentar desde los 2 ó 3 años de edad, aunque comúnmente es diagnosticado mucho después. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, uno de cada 100 infantes nace con uno de estos trastornos y a lo largo de su vida puede presentar algunas otras afecciones como pueden ser epilepsia, depresión, ansiedad, hiperactividad, insomnio y autolesiones.
Las personas con autismo viven y perciben el mundo de manera diferente a nosotras, pero solo necesitan que este sea adaptable a ellas y que no se les excluya de él.
1. Las personas con autismo son violentas
La percepción de la realidad de las personas con autismo es diferente, tienen dificultad para comprender algunos aspectos o emociones y para expresarse. Cuando llegan a ser agresivas se debe principalmente a que están frente a una situación que no comprenden, por lo que la recomendación de UNICEF es observarlas y tratar de conocerlas mejor.
2. El espectro autista te vuelve inteligente
Todas las personas tenemos un desarrollo distinto según nuestras características individuales y nuestra historia. La inteligencia de una persona con autismo, al igual que cualquiera de nosotras, será proporcional a su educación y contexto.
Todas las personas, independientemente de que tengamos un trastorno del espectro autista o no, somos diferentes y poseemos tanto fortalezas como debilidades.
3. Cuando eres una persona con autismo no te puedes enamorar ni te interesa el sexo
Ser una persona con autismo no te separa de el deseo sexual humano; si bien puedes identificarte como personas de la comunidad LGBT como las demás o ser asexual, tener autismo no es sinónimo de ser asexual.
Al contrario, Autism Parenting Magazine señala que las personas con autismo desde su adolescencia tienen curiosidad, deseo sexual y romántico. Por supuesto tienen diferentes formas de experimentarlo y expresarlo debido a su sensibilidad sensorial potenciada o debilitada según la persona.
4. La independencia es imposible cuando tienes autismo
En Autism Speak admiten que es cierto que cuando tienes autismo necesitas de cierto tipo de apoyos en tu vida; sin embargo son cada vez más las personas con autismo que alcanzan su independencia y ésta puede desarrollarse de mejor manera si desde que son pequeñas sus madres y padres les impulsan a construirla, desarrollarla y aumentarla por medio de comunicación, enseñanza de autocuidado, límites, tareas del hogar, habilidades de seguridad pública, habilidades de ocio y competencias profesionales.
5. Las personas con autismo son antisociales
Contrario a lo que se cree, de acuerdo con Indiana University Bloomington, las personas con autismo tienen un genuino interés por involucrarse e interactuar pero no cuentan con las habilidades típicas para hacerlo. Algunas de sus sugerencias para convivir de mejor forma con estas personas son: propiciar un ambiente físico y social adecuado, además de expresar las emociones de manera explícita.
Las personas con autismo merecen y tienen el derecho a ser incluidas en la sociedad, y como cualquier persona neurodivergente o con discapacidad necesitan una transformación del contexto para poder desarrollarse. Fomentemos el cambio.
La positividad es una cualidad que normalmente vislumbramos enaltecida en diferentes ámbitos de nuestra vida, desde las películas románticas que concluyen en un “y vivieron felices para siempre” hasta los libros de autoayuda que te conducen al optimismo prácticamente invencible para lograr el éxito.
Es cierto que en situaciones de crecimiento personal o de ascenso profesional, por ejemplo, ser positiva podrá llevarte por un camino que se ajuste mejor a tus necesidades pues te mantendrá motivada por tus pasiones y objetivos. En sí, no tiene nada de malo ser una persona positiva o buscar un aprendizaje en las diversas situaciones que atraviesas. Sin embargo, existe un peligro al predicar la positividad absoluta y eterna sobre todas las cosas, a la vez que negamos o invalidamos las emociones y experiencias negativas.
Existen situaciones en la vida que provocan en nosotras emociones dolorosas: peleas con la familia, problemas financieros, enfermedades o simplemente un mal rato en el transporte. Y, como seres humanas, solemos expresarlas de una u otra forma, ya sea por medio de expresiones físicas o platicando.
Imagina que estás pasando una ruptura amorosa: sientes decepción, desmotivación y tristeza a flor de piel, así que decides contárselo a tu mejor amiga y ella sin más te responde con el famoso “échale ganas”.
El impulso que las personas tienen o tenemos para aconsejar positividad absoluta se realiza con una buena intención, sin embargo hay que revisar de manera más profunda de dónde viene.
¿Qué es ‘brightsiding’?
Si conoces el término ‘gaslighting’, de manera sencilla el ‘brightsiding’ es como uno de sus hijitos. Y justamente hace referencia a hacer a un lado las emociones o situaciones que una persona está confiándote, tratando de consolar, solucionar o eliminar lo que se percibe como un inconveniente.
Pero, ¿cuál es el problema de decirle a una persona “sé feliz” cuando está pasando por una situación complicada? Simple y sencillamente que esto no le ayudará en nada e incluso puede hacerla sentir peor o, en caso extremos, dañarla más que ayudar.
Por ejemplo si una mujer está pasando por una situación de violencia con su pareja y decide tomar el consejo de solo ser positiva probablemente la represión de emociones como el miedo, el enojo o la tristeza no le permitirá ver que está en peligro.
A manera de otro ejemplo, la depresión es una enfermedad, merece importancia y trato con un especialista.
Seamos honestas, al aconsejar “ver el lado positivo de la vida”, ¿de verdad queremos que la otra persona esté bien o solo que no esté mal para que no nos incomode con su dolor? Jane Ruffino en su ensayo sobre “Brightsiding” (2022) de la revista She Knows nos dice que “no podemos exigir que alguien mire la luz si nos negamos a ver el agujero”. Esto quiere decir que alentar con el propósito de que el dolor de la otra persona desaparezca, sin escuchar y empatizar realmente, no es un verdadero apoyo. Si la persona que estás aconsejando percibe que no se puede expresar de manera sincera y auténtica probablemente no se volverá a sentir con la confianza de compartir contigo.
¿Cómo hacer para brindar un apoyo más comprensivo?
Cuando se trata de las personas a las que queremos, deseamos su bienestar y muchas veces nos causa impotencia no poder hacer nada por ellas. Por eso nosotras te dejamos algunos consejos que pueden resultarte útiles, definitivamente no es una manual, más bien es una guía de apoyo para iniciar.
A) Escucha y observa atentamente
Si alguien te está otorgando su confianza y se está mostrando vulnerable ante ti procura poner atención en cada detalle para poder comprender la situación, evita cometer juicios sobre la persona y mantente en silencio mientras ella habla.
B) Empatiza
Sabemos que en ocasiones hay situaciones que nos son tan ajenas que incluso pueden llegar a parecernos irrelevantes o exageradas, solo piensa en que quizá sus condiciones de vida han sido diferentes a las tuyas y por eso le afectan de otra forma, mirar con compasión ayudará a comprender mejor la situación.
C) Pregunta
No es extraño que al escuchar el cúmulo de problemas que te están contando quieras escupir todas tus opiniones y soluciones pero, ¡pisa el freno!. No sabes con qué objetivo esta persona te está contando su historia así que primero que nada infórmate y pregúntale, puede que solo quería que la escucharas o simplemente necesitaba un abrazo.
D) Si te piden un consejo…
Si la persona ha solicitado tus recomendaciones no acudas a lo que debería de haber hecho o cómo debería sentirse, en su lugar invítala a no pelear con su emoción, vivirla, y poco a poco salir adelante, reafirmando tu apoyo y presencia si así lo quieres. De este modo la persona no se sentirá juzgada y sabrá que está acompañada, que es validada y comprendida.
No queremos que te sientas culpable por haber aconsejado positividad a alguien, pero creemos que visualizar de dónde viene y a dónde van este querer deshacer lo “negativo” puede ayudarnos a construir mejores formas de vivir y convivir.
¿Quién no ha escuchado hablar de autoestima? Sin duda se trata de un término que ha ganado popularidad en los últimos años; sin embargo, no siempre se entiende el impacto que tiene en la calidad de vida y por ello no se le pone la atención necesaria.
Para muchos “tener una autoestima sana es mirarse al espejo y verse bien, y realmente va mucho más allá”, afirma la psicóloga española Ana Belén Medialdea, quien presenta su más reciente libro, “Las 5 estaciones de la autoestima”.
“La autoestima es el concepto, la valoración, el sentimiento y respeto que tienes sobre tu propia persona. Es la relación que tenemos con nosotros mismos y que, a su vez, influye en cada acto y situación de nuestra vida, así como en la relación que tenemos con los demás y con nuestro mundo”, define Medialdea en la introducción de esta guía que rompe el molde de los textos sobre autoestima, con un enfoque propio, más humano y práctico.
La escritora y especialista en terapia breve relata que “todos los libros que había leído hasta el momento de autoestima se basaban sobre todo en buscar las causas y el origen de la baja autoestima. Es como que te lleva mucho reflexionar sobre tu pasado, sobre tu familia, entonces yo quería hacer un libro que se base en el presente (…), que las personas que lo hayan pasado mal sepan que merecen un presente y un futuro mejor y que pueden dárselo si se empiezan a hacer cargo de sí mismas y empiezan a tratarse como siempre lo han merecido”.
Transitando los caminos de la autoestima
Medialdea señala que muchos problemas relacionados con el estrés, la ansiedad, la dependencia emocional o la autoexigencia son, en el fondo, consecuencia de una baja autoestima.
Sin embargo, la buena noticia que quiere dejar a través de este libro es que la autoestima no es algo que se hereda o que está fijado de forma permanente, sino que es más bien una construcción diaria, que depende de nuestros pensamientos, palabras y acciones.
“Las 5 estaciones de la autoestima” consta de consejos, casos, narraciones cortas y ejercicios, estructurados en un viaje de cinco paradas para completar este recorrido de transformación personal. Su autora explica cada una.
Primera estación
No podemos cambiar algo de lo que no somos conscientes, por lo que la primera estación va dirigida a tomar consciencia de cuáles son las etiquetas, los autoengaños y las creencias que están rigiendo nuestra vida; es decir, aquello que nos han impuesto o a veces nos hemos autoimpuesto y que se ha convertido en ese manual de instrucciones que nos guía a la vida.
Segunda estación
Es una invitación para empezar a hacerse cargo de sí mismos, es decir, a que se pueda realmente empezar a tomar conciencia de cuáles son tus prioridades en la vida, de qué es lo que quieres, qué es lo que necesitas, de empezar a escucharse y, sobre todo, aprender a pedir ayuda. También aprender a preguntar en vez de suponer y aprender a tener en cuenta que no somos responsables de las heridas que nos han podido hacer otras personas, pero sí que somos responsables de curarlas y de cuidarlas para sanarlas.
Tercera estación
Se centra en la protección y los límites. Que la persona pueda empezar a protegerse, a hablar con asertividad para que pueda decir que “no” sin sentirse culpable, para que sepa cómo responder ante ciertos comentarios que a veces la gente hace y que duelen.
Cuarta estación
Es la del valor personal, una invitación a reflexionar sobre el poder y motor de superación que llevamos todas las personas dentro. También que aprendamos a valorarnos por lo que somos y no por lo que tenemos y no por lo que otras personas nos dicen.
Quinta estación
Trata del autocuidado, partiendo de la base de que no hay ningún amor que se base en el descuido. Por eso es muy importante que las personas aprendan cómo cuidarse emocionalmente, qué es lo que les ayuda a poder hacerse cargo de sus emociones y de sí mismas, porque cuidar de nosotros mismos no es un lujo, ni un privilegio, debe ser nuestra responsabilidad. Somos lo más importante que tenemos en nuestra vida.
El libro
Se trata de una lectura es apta para personas jóvenes y adultas, con o sin experiencia en terapia psicológica. Sus herramientas también se pueden revisitar tantas veces como sea necesario.
“Las 5 estaciones de la autoestima” se encuentra disponible en librerías a nivel nacional y plataformas digitales tanto en formato físico como ebook.
Cuando algún familiar o una amistad cercana sufre de un ataque de pánico puede ser complicado saber cómo ayudar. Pues se tiene que tener empatía y comprensión a la situación que nuestra persona querida está pasando, a la vez que lidiar con nuestro propio desconcierto.
Nosotras te decimos qué hacer cuando alguien tiene un ataque de pánico.
¿Qué hacer cuando alguien tiene un ataque de pánico?
1. No presiones a la persona
De acuerdo con un artículo de la organización Mind de Reino Unido, es importante no presionar a tu amigo o familiar que está pasando por un ataque de pánico. También es esencial ser paciente, escuchar sus deseos y tomar las cosas a un ritmo que se sienta bien para la persona.
Es comprensible querer ayudarla a enfrentar sus miedos o encontrar soluciones prácticas, pero puede ser estresante para alguien que se siente forzado en enfrentar sus situaciones de un momento a otro. Esto podría incluso empeorar su ansiedad.
Trata de recordar que ser incapaz de controlar las preocupaciones es parte de tener ansiedad y que la persona no está eligiendo sentirse así.
2. Mantén la calma
Una de las mejoras maneras de ayudar a alguien es mantener la calma, incluso si te sientes un poco inquieta por lo que está sucediendo.
3. Dale espacio
El estado de hiperexcitación del pánico es cuando el sistema límbico del cerebro está en “alerta máxima”, significa que los elementos habituales en el entorno se sienten sobreestimulantes, como el tacto, la música, las luces brillantes u otros sonidos.
Es importante que le recuerdes a tu ser querido que está pasando por esto, que puede manejar sus síntomas, dale espacio hasta que pase el ataque de pánico.
Es posible que te pidan que te quedes. Si la persona lo hace, refuerza su capacidad de experimentar sus síntomas de forma independiente pronunciando la declaración de afrontamiento una o dos veces y permitiéndole soportar sus síntomas hasta que pasen.
Si tu amiga o familiar y tú tenían planes, puede ser útil sugerir seguir adelante con ellos una vez que el ataque de pánico haya terminado para ayudar a tu amiga a ver qué puede pasar en el día, dejando a lado que haya tenido un ataque de pánico.
4. Ofrece una declaración de afrontamiento
Mientras alguien está teniendo un ataque de pánico, queremos ser empáticas, pero no queremos reforzar la idea de que el miedo es peligroso, dañino o que necesita ser reducido, minimizando o escapado.
Por lo tanto, en lugar de darle mucha seguridad a tu ser querido y mimarlo, puede ser útil recordarle que puede hacer frente a lo que está sucediendo por su cuenta. Esto les devuelve su poder para hacer frente a la situación.
Puedes hacer esto ofreciendo declaraciones de apoyo como:
“Puedes manejar estos síntomas”.
“Esto pasará”.
“Los sentimientos no son cómodos, pero puedes aceptarlos”.
“Esto pasará sobre ti como una ola”.
Recuérdale a la persona que, aunque los ataques de pánico pueden parecer interminables, por lo general alcanzan su punto máximo en unos 10 minutos. No es posible que el cuerpo permanezca acelerado por mucho más tiempo que eso.
Ayuda a largo plazo
Si alguien que conoces está recibiendo tratamiento, puedes ofrecerle ayuda continua a medida que la persona toma medidas para recuperarse. Aquí hay algunas cosas que puedes hacer, según HealthlinkBC.
Permite que la persona avance en la terapia a su propio ritmo.
Debes ser paciente.
Elogia todos los esfuerzos hacia la recuperación, incluso si la persona no está logrando todas las metas.
Mantén la calma, no te asustes cuando la persona entre en pánico.
Acepta la situación actual, recuerda que no durará para siempre esta sensación.
Cuando una persona tiene ataques de pánico, toda la familia se ve afectada. Si alguien en tu familia tiene ataques de pánico, es posible que se sienta frustrada, con exceso de trabajo o socialmente aislado. Estos sentimientos son comunes. La terapia familiar, un tipo de asesoramiento que involucra a toda la familia puede ser de gran ayuda.
“Eso nunca pasó, acuérdate bien”. “No es así, te lo estás imaginando”. “Es que eres demasiado sensible”. ¿Dudas de lo que dices o haces porque tu pareja te dice frases como las anteriores? Si es así, podrías estar siendo objeto de ‘gaslighting‘.
Este término se define como un tipo de manipulación psicológica que consiste en hacer que alguien cuestione su propia realidad, así como su percepción de ciertas experiencias, acontecimientos o momentos, como informa el portal MindBodyGreen Relationships.
Cómo saber si tu pareja te hace gaslighting
Hacer ‘gaslighting’ a una persona es el acto de irrumpir en su realidad al negar los hechos, entorno y sentimientos, con el fin de hacerla dudar y manipularla. Es hacerle creer que “exagera”, que “manipula las cosas” o que “malinterpreta”, además de minimizar sus pensamientos y percepciones.
La BBC informa que la palabra tiene origen en la película “Gaslight” de 1994, la cual retrata un esposo abusivo que manipula el entorno, lo que pasa, lo que le gusta, con el fin de que su esposa acceda ante él y esté en constante cuestionamiento acerca de su realidad.
Este fenómeno se desarrolla en relaciones interpersonales, basándose en una dinámica de poder existente; puede ocurrir en cualquier tipo de relaciones, como amistades, familiares y parentales, aunque suele predominar en las parejas.
¿Cómo identificar el ‘gaslighting’?
Aquí te contamos algunas señales de que tal vez estás viviendo ‘gaslighting’, según MindBodyGreen Relationships. Se trata de puntos generales que suelen ser comunes y en conjunto podrían indicar este tipo de manipulación.
1. Dudas
Cuando no te encuentras segura de algo porque tu pareja te ha dicho que “no es así” o dudas sobre tu propia percepción de las cosas, puede que ese sea el punto de quiebre para que te des cuenta que te encuentras siendo víctima de ‘gaslighting‘.
La terapeuta Aki Rosenberg dice para el portal que “lo más destructivo del gaslighting” es cuando te hace dudar, además de ser difícil de detectar porque lo puedes “normalizar” cuando es una conducta pasivoagresiva.
2. Bye, sentimientos
Si tu pareja menosprecia tus sentimientos o los desvalora. Por ejemplo: llegas contenta porque recibiste un ascenso en tu trabajo, le cuentas y te cuestiona indiferente si “solo era eso” o muestra completa apatía.
También puede ser un ejemplo cuando te sientes triste o enojada y te responde que “no es para tanto” o “exageras demasiado”, como lo informa la terapeuta clínica Alexis Sutton.
3. No puedes intervenir en un conflicto
El portal MindBodyGreen informa que cuando te encuentras en medio de una discusión nunca puedes opinar porque no te dejan, porque te interrumpen constantemente o arremeten con frases como “mejor no digas nada”, “ni te defiendas, porque no puedes”, al punto en que te cuesta mucho trabajo decidir por cosas pequeñas.
4. Te culpa
Una señal de ‘gaslighting’ es cuando tu pareja te culpa por lo que le ha sucedido, ha hecho o la mala decisión que ha tomado y todo recae en ti, como lo explica la doctora Sutton. Por ejemplo: cuando niega un comportamiento que a ti te molesta o incomoda y dice que tú “estás saboteando la relación”.
También es posible que desvíe el tema para recordarte tu culpa sobre otra cosa.
Además que aquí puede utilizar cierto tono de voz que connota culpa o una posición encorvada para que te sientas culpable del cómo habla y se ve, así podrás doblegarte y hacer lo que dice.
5. Sientes que no trabajas lo suficiente en tu relación
La doctora Aki Rosenberg opina que las personas cuando son víctimas del gaslighting más avanzado comienzan a autoculparse y creer que no están haciendo o no son lo suficiente para la persona con la que se encuentran en la relación.
Como lo informa el portal Vox, en estos casos es común que te preguntes si eres demasiado sensible en repetidas veces del día, que siempre te encuentres disculpándote por la más mínima cosa y hasta te preguntes si eres “lo suficientemente buena”.
6. Adiós, socialización
Newport Institute nos dice que usualmente la persona que ejerce ‘gaslighting’ comienza a separarte de tu círculo de amigos y familia, comienza a impedir que te relaciones con más personas para evitar que reconozcan que estás siendo víctima y te saquen de ese lugar tóxico.
Para una pareja que emplea el ‘gaslighting’ como manipulación, cualquiera que te quiera abrir los ojos es el “enemigo”.
7. Rumores
Obviamente, hablar mal de una persona que quieres a sus espaldas está mal; sin embargo el ‘gaslighter’ lo hace. Como menciona Newport Institute, puede difundir rumores y chismes en tu círculo de amigos, escuela o lugar laboral, con el fin de que las personas se alejen de ti.
8. Suavizar las cosas
Después de ser un instigador, comienza a hablarte con “amor”, aunque básicamente esas palabras no concuerdan con sus acciones. Si sigues permitiendo eso, persistirá esa actitud y se convertirá en un círculo vicioso, como lo dice Newport Institute.
Cómo comenzar a lidiar
Si has leído hasta aquí y te has dado cuenta que te encuentras siendo víctima del ‘gaslighting’, el portal PsychCentral brinda algunas recomendaciones que puedes hacer.
Posiblemente puedes sentir miedo de confrontarlo por lo que ha estado ejerciendo durante un tiempo prolongado, pero no temas, porque hay algunas respuestas que puedes implementar.
“Tu punto de vista es diferente al mío, pero estoy segura de lo que estoy diciendo”.
“Tus sentimientos son valiosos, al igual que los míos”.
“Me resulta difícil hablar contigo en este momento. Tomemos un descanso y lo retomamos mañana, ¿te parece?”.
“Llamarme ‘mi amor’ no va a hacer que esté de acuerdo contigo, la comunicación honesta va a hacer que sea más asertiva contigo”.
Psych Central nos brinda tres recomendaciones que puedes evitar al momento de hablar con la persona.
Evitar el uso de lenguaje agresivo. Debe ser de manera verbal y no verbal. Ya que la postura cuenta demasiado, los gestos, volumen de voz, lenguaje corporal en general. Debes mantener en control la situación, porque uno de los dos debe ser la persona más razonable.
Mantente enfocada. Debes mantenerte centrada, ya que la persona podría comenzar a inferir en tus sentimientos o acciones y podría comenzar a culparte de ciertas cosas que no del todo son ciertas.
No te alteres. Posiblemente es algo complicado pero, si te alteras, puede que la persona con la que te confrontas se sienta validada y duplique sus esfuerzos para hacerte enojar más; evita eso y procura que sea una charla para resolver y no para incrementar el problema.