Prefiero volver a confiar en el amor que dejarlo ir

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No sabía cómo titular esta columna, quería que fuera algo claro y poderoso que definiera la decisión de amor más importante que he tomado -hasta ahora- en mi vida: dejar ir o continuar mi última relación de pareja.

Nunca antes me había enfrentado a esta situación porque cuando suelo terminar mis relaciones amorosas, no vuelvo atrás, así de tajante es mi personalidad, pero ahora todo fue distinto y estoy segura que esto les ha pasado a ustedes también. 

Él es todo lo que yo siempre deseé como pareja pero que no había encontrado porque me conformaba con muy poco, por ello todas mis relaciones amorosas anteriores me quedaban a deber o eso era lo que sentía. 

Tras el engaño de mi ex pareja realmente pensé que no volvería a sentir tanto por alguien, le había cerrado las puertas al amor por completo, por eso es que digo que mi galán actual me hizo renacer.

¿Y entonces por qué terminó? La verdad es que nuestro vínculo aunque es fuerte porque la magia es innegable y la química existe entre nosotros, nos encanta tener el poder a ambos y somos bien necios; sin embargo, entre varios truenes y reconciliaciones logramos una estabilidad y dejar de necear hasta que…

Un día una de mis amigas encontró a mi galán en una app de citas y mi miedo a la traición y al trauma de la infidelidad volvieron a florecer. Él no negó tener ese perfil, pero me dijo que no lo usaba, que lo abrió antes de conocernos y simplemente no lo había eliminado, que eso era todo.

No estaba segura de nada, necesitaba tiempo para entender qué había pasado y si podía creer en él, además que también necesitaba que me demostrara con pruebas fehacientes que no me había engañado.

Foto: Pixabay

Lo bloqueé pero luego se presentó un tema delicado por el que tuve que romper el contacto cero, aunque después de eso él decidió poner distancia. Los meses pasaron, casi tres, en serio yo lo había dejado ir, estaba cada día lidiando con el duelo de la ruptura. 

Como es normal, tenía días buenos en los que casi no pensaba en él y otros pésimos en los que lo extrañaba tanto que su voz y su risa retumbaban en mi cabeza. 

Además de esto, el algoritmo de Instagram no ayudaba pues aunque me tenía bloqueada, me aparecía su foto y su contacto en el apartado de sugerencias, hice de todo para sacarlo de allí pero nunca se pudo, se trataba de un error técnico y justo me pasó con él. 

Hasta que un día, cuando literalmente ya no esperaba nada, comenzó a ver mis stories, es decir, me había desbloqueado. No negaré que sentí un bajón en la panza, aunque sabía que por mi parte seguiría el contacto cero.

Pasaron casi un par de semanas luego del desbloqueo hasta que un martes recibí un mensaje suyo por WhatsApp, allí estaba otra vez, del otro lado de la pantalla pero logrando que se despertara todo lo que siento por él.

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Luego de compartir algunos mensajes, acordamos vernos al día siguiente en un café, él propuso que fuera al día siguiente, yo prefería esperar unos días más porque en realidad me moría de nervios.

Fui a esa cita como la primera vez que salí con él, con la panza revuelta de nervios y con las manos frías de sudor y por si necesitaba señales claras del destino para confirmar que nuestra magia es auténtica e indestructible, pasaron cosas clave esa noche. 

Me escribió que estaba a 10 minutos de llegar, así que tomé mi abrigo y salí caminando al café donde quedamos de vernos y de repente me llamó la atención una carta de baraja tirada en la calle, era la de 2 de espadas, y le tomé foto porque soy muy supersticiosa. 

Me detuve a buscar en San Google qué significaba esa carta y decía algo como: “Sugiere que el consultante se encuentra en una situación compleja en la que debe tomar una decisión difícil, y encontrar la mejor solución requiere sabiduría interior y equilibrio”.

Estaba buscando algo más concreto, menos ambiguo, como si quisiera encontrar algo que me dijera que volviera a confiar en mi galán, en el amor… Mientras eso pasaba, él me llamó para decirme que había tenido que dejar el auto calles atrás pero que ya iba caminando, yo comencé a caminar derecho y de repente lo vi al final de la calle, allí estaba. 

Le dije que lo estaba viendo, que estaba a unos pasos de él y volteó, nerviosamente los dos seguíamos al teléfono hablándonos mientras nos veíamos a unos metros uno del otro. 

¿Y qué pasó? Nos abrazamos muy fuerte, luego le di un besito para saludarlo, volvimos a abrazarnos y caminamos juntos al café. El volver a verlo frente a frente para nada fue como lo imaginé y tomé todas esas coincidencias como una señal positiva. 

En el café platicamos sobre los asuntos delicados que pasaron en nuestras vidas y después me acompañó caminando a mi casa y allí fue cuando le pregunté qué había pasado, quería y necesitaba respuestas. 

Él habló, me enseñó pruebas del perfil de la app, me confirmó que ahora sí había eliminado su perfil y repitió una vez más que no lo usó, que no pasó nada. 

Su error fue no haber eliminado ese perfil durante años, pero si no hay pruebas, no hay delito, así funciona para mí y fue el momento en el que tomé la decisión de darle, darme, darnos un chance más. 

Claro que hablamos sobre qué hemos hecho mal, qué nos ha llevado a pelear y a tener malos entendidos y confío en que ambos mejoraremos lo que nos corresponde para construir una relación sana basada en la confianza, el respeto y la comunicación. Es evidente que queremos estar juntos y que el amor y la conexión que tenemos es real. 

No será fácil volver a confiar, volver a ser vulnerable; sin embargo, con todo mi ser deseo hacerlo porque igual que él, yo tampoco quiero una vida sin un NOSOTROS. 

Así que toca construir un día a la vez y vivir las cosas que siempre me dije que no me permitiría jamás porque si algo me ha enseñado la vida -a cachetadas- es que no se pueden obtener mejores resultados cuando se repiten los mismos patrones y errores, por eso decido volver a confiar en él, en el amor y en nuestra magia. 

Verdades incómodas al terminar una relación de pareja

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Cuando terminamos una relación de pareja suceden un montón de cosas alrededor, unas que se expresan sin problema y algunas otras que preferimos callarnos porque resultan incómodas o difíciles de aceptar. 

Al tronar con una pareja la vida cambia y, por lo tanto, habrá un tiempo de duelo en el que experimentamos un “licuado” de emociones agridulces.

Al vivir este periodo generalmente tenemos un círculo de apoyo compuesto por  mejores amigos o por integrantes de la familia, a quienes les platicamos una y otra vez lo que pasó para aliviar el alma. 

Pero hay otras cosas que también tenemos que enfrentar y que son verdades incómodas del desamor; algunas de ellas son: 

  • El amor no es suficiente: Les confieso que esta verdad incómoda me costó entenderla porque desde niña me metieron en la cabeza que el amor todo lo puede y todo lo vale y no, no es así. Hay problemas o diferencias entre dos personas tan graves que no pueden sostener el vínculo ni aunque exista todo el amor del mundo. Si viste “La La Land”, sabes de lo que hablo. 
  • La independencia se pierde: Aunque desde un inicio se establezca que no se perderá la individualidad, que cada quien puede hacer planes en independiente y tener tiempo para sí mism@, es inevitable alejarse de los demás por querer hacerlo todo con la persona amada; entonces cuando ya no está, el vacío que se siente es inmenso, se siente que no cabe en el pecho y se experimentan episodios de ansiedad.  
Foto: geralt / Pixabay

  • El sexo no es lo mismo: Es completamente normal que con el paso del tiempo la intimidad y el deseo puedan disminuir, incluso hasta desaparecer o cambiar y este también es un motivo válido para terminar una relación de pareja. 
  • Se pierde la ilusión: El enamoramiento termina muy pronto para convertirse en amor romántico, así lo explica la psicología, y es verdad que la emoción se transforma, ya no hay tanta euforia como al inicio. Existen personas que no soportan que su relación se convierta en una rutina sin los “fuegos artificiales” y eso también es respetable. 
  • La soledad es temporal: Que levante la mano quién ha sentido que al terminar una relación de pareja se quedará sola por siempre, que no se volverá a enamorar y que no existe otra persona en el mundo más compatible que con la que se tronó. Ese miedo es normal, es incómodo pero se disipará con el paso del tiempo, cuando se comience a sanar. 
  • Sentir frustración por perder el tiempo: Aunque lo “bailado” con la pareja nadie nos lo quita, es cierto que es normal y frecuente que sintamos que perdimos el tiempo porque la relación se acabó sin vivir todos los planes que nos hacemos en la cabeza. 
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  • El amor también se acaba: Hay parejas que deciden terminar porque se dan cuenta que su amor se transformó en cariño, agradecimiento u odio y rechazo. El amor también tiene un inicio y un fin y las personas evolucionamos. 
  • No todas las historias terminan con un villano: No siempre hay que tener un malo y justificar así el término de una relación. Hay vínculos que se terminan bonito, sanamente y nadie termina odiando a nadie. 
  • El duelo se vive o se repite: Esta es la verdad más incómoda de todas, tanto que algunas personas prefieren evitarlo y saltan de una relación a otra para no sentir la soledad, pero eso sólo hará que el ciclo se repita. Es mejor vivir el truene con todo, dejar sentir el dolor y las demás emociones que éste conlleva y saber que también tiene un periodo, un día se terminará. 

Mujer, sáltate estas etapas con tu pareja

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A estas alturas de la vida ya sabemos que una relación de pareja se va construyendo día a día y que no hay una fórmula para que sea exitosa. 

Cada día uno elige a la persona con la que desea compartirlo todo, sin importar los años que se tengan o que se lleven en la relación. 

Pero sí hay etapas que como mujer te recomiendo saltarte en una relación de pareja, pues son red flags de un amor tóxico que te prometo, no necesitas en tu vida.

Y con saltarte no me refiero a ignorarlas, sino a darles el cortón y salir de esos noviazgos que solamente terminan “secándote el corazón” y causándote traumas. 

Foto: Susan Wilkinson

Qué NO debes permitir en una relación de pareja

  • La etapa de enseñarle cómo tratarte bien: Si no cumple esto, entonces no tiene ni lo básico que se necesita para tener una relación sana. Los malos tratos, los gritos, las groserías, las humillaciones, los descuidos y las peleas constantes no valen tu energía, tu amor ni tu tiempo. 

  • La etapa de querer salvar o rescatar a tu pareja: Las mujeres solemos maternar a nuestras parejas y queremos resolverles la vida, pero eso ni nos corresponde y además es auto terrorismo a nuestra salud emocional. Tú no eres una ONG. 

  • La etapa en que te conformas a no recibir detalles: Todas las personas merecemos sentirnos amadas y los detalles son importantes (no siempre tienen que ser costosos o materiales). Si bien hay personas que no son tan “empalagosas”, alguien enamorado hace sentir a su pareja valorada. No te acostumbres a no recibir muestras de cariño. 

Foto: Sydney Sims / Unsplash
  • La etapa de dejar de ser tú para agradarle a tu pareja: Al inicio de un noviazgo es común que seas más paciente, amorosa, detallista, complaciente y prudente porque estás en modo conquista, esto es normal y está bien. Pero dejar de hacer cosas que disfrutas o callarte por temor a que no le gustes a tu pareja es lo peor que puedes hacerte a ti misma. Quien te quiere no te condiciona, nadie merece que te elimines con tal de agradarle. 

  • La etapa en la que le dices qué te lastima y no hace nada para cambiarlo: Durante la relación habrá cosas que no te gustarán de tu pareja y debes decirle cuáles son para que no se repitan. Pero si hace cosas que te lastiman y las repite sin importarle tu sentir, es la razón más poderosa para saltarte a esa persona porque con ella no serás feliz. 

Algún día una de mis mejores amigas me dijo que una pareja debe tratarte como si fueras su premio ganado en esta vida. Así que la etapa que recomiendo NO saltarte en una relación es la de sentirte amada, valorada, escuchada y correspondida por tu amorcito. 

Conversaciones que debes tener al inicio de una relación de pareja

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En uno de los capítulos del podcast “Se regalan dudas” de Lety y Ash escuché decir que para tener una relación de pareja sana había que tener conversaciones incómodas. No podría estar más de acuerdo con eso, pues creo que si desde el inicio ambas personas se presentan tal cual son, se evitan corazones rotos más adelante. 

¿A qué se refiere eso de tener conversaciones incómodas? Algo tan sencillo como preguntarle al otro “de qué va” para saber si están en la misma sintonía y si quieren estarlo. Algunos temas que dos personas deberían hablar antes de iniciar una relación de pareja son: 

  • ¿Te sientes disponible emocionalmente?
  • ¿Quiéres comenzar una relación de pareja en este momento?
  • ¿Cuáles son tus metas a futuro?
  • ¿Qué cosas te han lastimado de tus anteriores relaciones?
  • ¿Cuáles son tus NO NEGOCIABLES en una relación de pareja?
Foto: Qimono / Pixabay

  • ¿Qué es lo que te gusta de una relación?
  • ¿Cómo te gusta expresar el amor?
  • ¿Qué opinas de la fidelidad y la monogamia? 
  • ¿Qué importancia tiene el sexo en tu vida? 
  • ¿Cuáles son tus NO NEGOCIABLES en el sexo?
  • ¿Qué importancia tiene el dinero para ti en una relación de pareja?

Todos estos temas que deberían ser normalizados se han estigmatizado e incluso algunos siguen siendo tabúes y nos va peor a las mujeres si los cuestionamos, pues se nos juzga de ser locas o intensas y hasta urgidas. 

Estas preguntas son un gran inicio para seguir conociendo a la persona con la que empezaste a salir en plan romántico y a la que le ves potencial para que se convierta en tu próxima pareja. 

Foto: NoName_13 / Pixabay

Te sugiero que busques un lugar privado y tranquilo para tener esta conversación, aunque te aviso, te anuncio, como dice Shakira, que la incomodidad estará, pero la diferencia la harán las ganas de ambos, de querer abrirse y sincerarse para que nadie salga raspado después. 

Si logran tener esta primera conversación incómoda será el mejor comienzo de su relación pues las que vengan serán con mayor confianza porque ya habrán “roto el turrón”.

¿Cuándo es el momento ideal para tener esta conversación? Definitivamente no será en la primera cita. Este tipo de preguntas te ayudan a comenzar una relación de pareja, entonces sucederá si comienzas a ver a alguien frecuentemente, las cosas van fluyendo bien y sientes que estás encariñándote. 

Foto: StockSnap / Pixabay

No puedo darte un tiempo porque no lo hay, pero tú sabrás cuándo sientas que estás dispuesta a comenzar una relación con esa persona con la que estás saliendo.

Esta primera conversación incómoda puede terminar de dos formas: 

  1. Que tu ligue te diga que no quiere una relación de pareja, que no es el momento o simplemente que te des cuenta que sus planes de vida y sus usos y costumbres del amor a ti no te laten ni te checan. 
  1. Que ambos se den cuenta que están parados en el mismo lugar, que quieren construir las mismas cosas y que están dispuestos a seguir fluyendo y construyendo el amor. 

Spoiler! En cualquiera de ambos escenarios tú ganas. Si te toca vivir el escenario 1 será tu decisión seguir bajo las condiciones que se hablen y establezcan pero sabiendo que no vas a tener una relación de pareja con la persona, lo que eventualmente te terminarán rompiendo el corazón. ¡Sobre advertencia no hay engaño!

Y si te toca vivir el escenario 2, entonces lograrán tener todo muy clarito para seguir dejándose fluir a construir un vínculo sano en el que la comunicación sea fundamental y puedan hablarlo todo. 

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