Prefiero volver a confiar en el amor que dejarlo ir

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No sabía cómo titular esta columna, quería que fuera algo claro y poderoso que definiera la decisión de amor más importante que he tomado en mi vida hasta ahora: dejar ir o continuar mi última relación de pareja.

Nunca antes me había enfrentado a esta situación porque cuando suelo terminar mis relaciones amorosas, no vuelvo atrás, así de tajante es mi personalidad, pero ahora todo fue distinto y estoy segura que esto les ha pasado a ustedes también. 

Antes de contarles la historia, debo darles contexto de lo que pasó y cómo lo enfrenté.

Si quieren saber cómo es que me enamoré del coprotagonista de esta historia -y de mi vida- con detalle y exageración, entonces les dejó acá la COLUMNA en la que hablo sobre ello y las que prefieran la versión corta, deben saber que luego de 7 años de soltería y de superar una separación por una infidelidad, es que conocí a ese hombre que me conquistó y se robó mi corazón. 

Él es todo lo que yo siempre deseé como pareja pero que no había encontrado porque me conformaba con muy poco, por ello todas mis anteriores relaciones amorosas me quedaban a deber o eso era lo que sentía. 

Tras el engaño de mi ex pareja realmente pensé que no volvería a sentir tanto por alguien, le había cerrado las puertas al amor por completo, por eso es que digo que mi galán actual me hizo renacer.

Foto: Cathal Mac an Bheatha / Unsplash

¿Y entonces por qué terminó? La verdad es que nuestro vínculo aunque es fuerte porque la magia y la química son innegables entre nosotros, nos encanta tener el poder a ambos y somos bien necios; sin embargo, entre varios truenes y reconciliaciones logramos una estabilidad y dejar de necear hasta que…

Un día una de mis amigas encontró a mi galán en una app de citas y mi miedo a la traición y el trauma de la infidelidad volvieron a aparecer. Él no negó tener ese perfil, pero me dijo que no lo usaba, que lo abrió antes de conocernos y simplemente no lo había eliminado, que eso era todo.

No estaba segura de nada, necesitaba tiempo para entender qué había pasado y tener claro si podía creer en él, además que también necesitaba que me demostrara con pruebas fehacientes que no me había traicionado.

Lo bloqueé pero luego se presentó un tema delicado por el que tuve que romper el contacto cero, aunque después de eso él decidió poner distancia. Los meses pasaron, casi tres, en serio yo lo había dejado ir, estaba cada día lidiando con el duelo de la ruptura. 

Como es normal, tenía días buenos en los que casi no pensaba en él y otros pésimos en los que lo extrañaba tanto que su voz y su risa retumbaban en mi cabeza. 

Foto: Alexas_Fotos / Pixabay

Además de esto, el algoritmo de Instagram no ayudaba pues aunque me tenía bloqueada, me aparecía su foto y su contacto en el apartado de sugerencias. Hice de todo para sacarlo de allí pero nunca se pudo, se trataba de un error técnico y justo me pasó con él. 

Hasta que un día, cuando literalmente no esperaba nada, comenzó a ver mis stories, es decir, me había desbloqueado. No negaré que sentí un bajón en la panza, aunque sabía que por mi parte seguiría el contacto cero.

Pasaron casi un par de semanas luego del desbloqueo hasta que un martes recibí un mensaje suyo por WhatsApp, allí estaba otra vez, del otro lado de la pantalla pero logrando que se despertara todo el amor que siento por él.

Luego de compartir algunos mensajes, acordamos vernos al día siguiente en un café, él propuso que fuera al día siguiente, yo prefería esperar unos días más porque en realidad me moría de nervios.

Fui a esa cita como la primera vez que salí con él, con la panza revuelta de nervios y con las manos frías de sudor y por si necesitaba señales claras del destino para confirmar que nuestra magia es auténtica e indestructible, pasaron cosas clave esa noche. 

Me escribió que estaba a 10 minutos de llegar, así que tomé mi abrigo para encontrarlo en el café donde quedamos de vernos. Al salir de casa casi pisé una carta de baraja que estaba tirada en la banqueta, era la de 2 de espadas, le tomé foto porque soy muy supersticiosa. 

Me detuve a buscar en “San Google” qué significaba: “Sugiere que el consultante se encuentra en una situación compleja en la que debe tomar una decisión difícil, y encontrar la mejor solución requiere sabiduría interior y equilibrio”.

Foto: top10-casinosites / Pixabay

Estaba buscando algo más concreto, menos ambiguo, como si quisiera encontrar algo que me dijera que volviera a confiar en mi galán, en el amor… Mientras eso pasaba, él me llamó para decirme que había tenido que dejar su auto calles atrás pero que ya iba caminando, yo comencé a caminar derecho y de repente lo vi al final de la calle, allí estaba. 

Le dije que lo estaba viendo, que estaba a unos pasos de él y volteó, nerviosamente los dos seguíamos al teléfono hablándonos mientras nos veíamos a unos metros uno del otro. 

¿Y qué pasó? Nos abrazamos muy fuerte, luego le di un besito para saludarlo, volvimos a abrazarnos y caminamos juntos al café. El volver a tenerlo frente a frente me hizo saber y sentir que no lo quería lejos de mí, porque cuando estamos juntos me siento infinita, es como si una versión mía sólo existiera cuando estoy con él.

En el café platicamos sobre los asuntos delicados que pasaron en nuestras vidas y después me acompañó caminando a mi casa y allí fue cuando le pregunté qué había pasado, quería y necesitaba respuestas. 

Él habló, me enseñó pruebas del perfil de la app, me confirmó que ahora sí había eliminado su perfil y repitió una vez más que no lo usó, que no pasó nada. 

Foto: Andrea Farao / Unsplash

Su error fue no haber eliminado ese perfil durante años, pero si no hay pruebas, no hay delito, así funciona para mí y fue el momento en el que tomé la decisión de darle, darme, darnos un chance más. 

Claro que hablamos sobre qué hemos hecho mal, qué nos ha llevado a pelear y a tener malos entendidos y confío en que ambos mejoraremos lo que nos corresponde para construir una relación sana basada en la confianza, el respeto y la comunicación. Es evidente que queremos estar juntos y que la conexión que tenemos es real. 

No será fácil volver a confiar en al amor, volver a ser vulnerable; sin embargo, con todo mi ser deseo hacerlo porque igual que él, yo tampoco imagino mi vida sin un nosotros. 

Así que toca construir un día a la vez y vivir las cosas que siempre me dije que no me permitiría jamás porque si algo me ha enseñado la vida -a cachetadas- es que no se pueden obtener mejores resultados cuando se repiten los mismos patrones y errores, por eso decido volver a confiar en él, en el amor y en el nosotros. 

Verdades incómodas al terminar una relación de pareja

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Cuando terminamos una relación de pareja suceden un montón de cosas alrededor, unas que se expresan sin problema y algunas otras que preferimos callarnos porque resultan incómodas o difíciles de aceptar. 

Al tronar con una pareja la vida cambia y, por lo tanto, habrá un tiempo de duelo en el que experimentamos un “licuado” de emociones agridulces.

Al vivir este periodo generalmente tenemos un círculo de apoyo compuesto por  mejores amigos o por integrantes de la familia, a quienes les platicamos una y otra vez lo que pasó para aliviar el alma. 

Pero hay otras cosas que también tenemos que enfrentar y que son verdades incómodas del desamor; algunas de ellas son: 

  • El amor no es suficiente: Les confieso que esta verdad incómoda me costó entenderla porque desde niña me metieron en la cabeza que el amor todo lo puede y todo lo vale y no, no es así. Hay problemas o diferencias entre dos personas tan graves que no pueden sostener el vínculo ni aunque exista todo el amor del mundo. Si viste “La La Land”, sabes de lo que hablo. 
  • La independencia se pierde: Aunque desde un inicio se establezca que no se perderá la individualidad, que cada quien puede hacer planes en independiente y tener tiempo para sí mism@, es inevitable alejarse de los demás por querer hacerlo todo con la persona amada; entonces cuando ya no está, el vacío que se siente es inmenso, se siente que no cabe en el pecho y se experimentan episodios de ansiedad.  
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  • El sexo no es lo mismo: Es completamente normal que con el paso del tiempo la intimidad y el deseo puedan disminuir, incluso hasta desaparecer o cambiar y este también es un motivo válido para terminar una relación de pareja. 
  • Se pierde la ilusión: El enamoramiento termina muy pronto para convertirse en amor romántico, así lo explica la psicología, y es verdad que la emoción se transforma, ya no hay tanta euforia como al inicio. Existen personas que no soportan que su relación se convierta en una rutina sin los “fuegos artificiales” y eso también es respetable. 
  • La soledad es temporal: Que levante la mano quién ha sentido que al terminar una relación de pareja se quedará sola por siempre, que no se volverá a enamorar y que no existe otra persona en el mundo más compatible que con la que se tronó. Ese miedo es normal, es incómodo pero se disipará con el paso del tiempo, cuando se comience a sanar. 
  • Sentir frustración por perder el tiempo: Aunque lo “bailado” con la pareja nadie nos lo quita, es cierto que es normal y frecuente que sintamos que perdimos el tiempo porque la relación se acabó sin vivir todos los planes que nos hacemos en la cabeza. 
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  • El amor también se acaba: Hay parejas que deciden terminar porque se dan cuenta que su amor se transformó en cariño, agradecimiento u odio y rechazo. El amor también tiene un inicio y un fin y las personas evolucionamos. 
  • No todas las historias terminan con un villano: No siempre hay que tener un malo y justificar así el término de una relación. Hay vínculos que se terminan bonito, sanamente y nadie termina odiando a nadie. 
  • El duelo se vive o se repite: Esta es la verdad más incómoda de todas, tanto que algunas personas prefieren evitarlo y saltan de una relación a otra para no sentir la soledad, pero eso sólo hará que el ciclo se repita. Es mejor vivir el truene con todo, dejar sentir el dolor y las demás emociones que éste conlleva y saber que también tiene un periodo, un día se terminará. 

Pedí un taxi y me llegó un ligue sexy 

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En 1, 2, 3 X NOSOTRAS hablamos sobre amor, desamor, sexo, autocuidado, empoderamiento, sororidad y demás temas que nos importan a las MUJERES, pero mis historias de ligue son sus favoritas, eso lo sé por la cantidad de lectorías que registran. 

Mi columna más leída es mi historia sobre la vez que salí con un eyaculador precoz, si no la han leído, se las dejó AQUÍ. Así que estoy segura que esta anécdota sobre la vez que conocí al conductor más sexy de la CDMX y lo hice mi ligue, les va a encantar.

Como no manejo, nunca tuve talento para hacerlo, suelo moverme en taxis. Desde hace varios años prefiero los privados para sentirme un poco más segura; aún así extremo precauciones cada que voy a bordo y les recomiendo hacer lo mismo, compartan su ubicación en tiempo real y vayan atentas siempre con las manos desocupadas. 

Un día regresaba a casa del trabajo y pedí el taxi privado, desde que me aceptó el conductor me enamoré (risas nerviosas). Era un hombre con rasgos muy mediterráneos y tengo una fascinación por el Medio Oriente. 

Cuando llegó por mí y me subí a su auto, me “derretí” pues si ya se veía guapo en fotos, en persona estaba demasiado sexy. Era un tipo como de 1.80 metros, complexión media pero con brazos y espalda fuertes, se le marcaban ligeramente los músculos, con muchas cejas y pestañas largas, ojos grandes, piel canela, barba cerrada, labios gruesos, pelo en pecho… 

Stop a la descripción, era un Dios marroquí, se los juro; muy parecido a Sheikh Hamdan bin Mohammed bin Rashid al Maktoum, mejor conocido como Fazza, príncipe de Dubái. A continuación adjunto foto para que se den una idea de sus rasgos físicos. 

Foto: Instagram @faz3

Afortunadamente era un conductor amable, de los que te ofrecen agua y te preguntan qué música quieres escuchar. Me comenzó a hacer plática sobre si trabajaba en el periódico, ya que allí me recogió. 

Le pregunté si era árabe y le dio risa porque me contó que no era la primera vez que le decían que parecía “talibán”; pero que no, que su familia era mexicana aunque su abuelo sí le contaba que tenían sangre turca de sus antepasados; sin embargo, él creía que le echaba puras mentiras. 

Me dijo que él vivía en la Gustavo A. Madero con su mamá y su tía e incluso me contó que dormía con un osito de peluche que le habían llevado los Reyes Magos. No sé cómo llegamos a ese detalle tan íntimo. 

El camino a mi casa es muy corto, así que solamente platicamos eso, pero antes de bajarme le propuse que fuera mi chofer de confianza, pues yo tomaba taxi a diario. 

Claramente a mí no me gusta perder el tiempo y en esta vida si no se toman las oportunidades, llegan otros y te las quitan y yo quería ese ligue para mí.

Sí me dio su WhatsApp y así empecé a escribirle cada día al regresar a casa para que pasara por mí. La verdad es que con el paso de los días me di cuenta que no teníamos nada en común y que me aburría con las pláticas.

Foto: Foundry / Pixabay

No tenía muchos temas que conversar, normalmente me hablaba de su mamá, su tía y su rutina diaria. Pero a mí me seguía pareciendo hermoso y era un placer verlo, además de que regresaba a casa segura. 

Un día, no recuerdo en qué número de viaje, me propuso ir a cenar, quería invitarme unos tacos que le gustaban mucho, le dije que sí aunque me cayeran pesado y no pudiera dormir. Esa noche fue la primera que no me quiso cobrar el viaje y desde entonces nunca más lo hizo. 

Regresando a casa, le propuse ir por una cerveza el fin de semana, me dijo que sí pero que no tomaba nada de alcohol pero podía pedir agua.

La cita del fin estuvo básica, cena y más plática aburrida, entre más pasaban los días más silencios incómodos había entre nosotros y yo estaba cansada de ser la única que hablaba hasta por los codos. 

Pero bueno, ya estábamos allí y pensé que podía mejorarse la noche si lo besaba. Así que cuando llegamos de regreso a mi casa, cuando se bajó a abrirme la puerta, lo besé. 

Foto: drakcode / Pixabay

Fue un beso prudente, no hay mejor manera de describirlo. Lo invité a pasar a mi depa de soltera, pero me dijo que era tarde y estaba cansado. 

El fin de semana no nos vimos y al siguiente lunes que pasó por mí me saludó con un beso en los labios. Durante el camino me iba besando la mano. 

Antes de bajarme de su auto me preguntó si ya éramos novios y yo me espanté, de inmediato le dije que no, que estábamos conociéndonos pero que fuéramos lento. 

Pasaron un par de semanas y no pasaba de besitos, hasta que le pregunté si no tenía ganas de que tuviéramos sexo. Me dijo que prefería que ocurriera cuando ya fuéramos novios. NO es broma esto. 

Era la primera vez en mi vida que un ligue me decía algo así y, por supuesto, como no me lo esperaba, comencé a pensar que tal vez no le gustaba lo suficiente o que había algo raro en él o en mí. 

Mis intenciones de ligue con el sexy conductor se desmoronaron, pero él seguía atento, siendo mi chofer all time. Para ese momento ya amaba llevarme a todos lados: al mercado, al dentista, al banco… 

Me di cuenta que estaba muy cómoda porque tenía a un hombre muy disponible para pasar por mí a la hora que le dijera, pero no había más que eso. 

Foto: Shubham Dhage / Unsplash

Mientras esto pasaba conocí a un vecino y entonces comencé a enfriarme con él. Un día me llamó para decirme que estaba afuera del periódico, que me llevaba a casa. Bajé y nos fuimos, pero le conté que estaba conociendo a otra persona. 

Me abrió la puerta del auto, me dio un abrazo, me dijo adiós y esa fue la última vez que lo vi. Dejé de ver su foto en WhatsApp, pensé que me había bloqueado, así que le llamé y había cambiado su número de teléfono. 

Nunca más me lo he vuelto a topar en la app de taxis privados, supongo que si le he salido, no toma el viaje. 

Y así acabó este ligue tibio con el que encontré un chofer privado all time and free en vez de una aventura inolvidable.

Cómo saber que una pareja no es tu talla

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Si no te queda no intentes forzarlo porque terminará lastimándote, esto aplica para una pareja, ropa o zapatos. Hay amores que no son nuestra talla y a veces nos demoramos en darnos cuenta de ello, pero en el fondo sabemos que nos estamos contando la mentira más grande al quedarnos.

El amor se aprende… Es un verbo, por lo tanto es una acción. Y creo fielmente que a lo largo de nuestras vidas nunca dejamos de aprender a amar y que las ex parejas nos ayudan a mejorar nuestros errores. 

El amor es una construcción diaria de una pareja, pero para que pueda forjarse sobre bases sólidas primero debe ser de la talla correcta de cada una de NOSOTRAS. ¿Cómo saber si es de mi talla? 

Proyecto de vida: Si tu pareja comparte los mismos planes a futuro que los tuyos, entonces sí te queda a la perfección. Preguntarse cómo se ven en unos años y cuáles son los objetivos a cumplir es básico desde el inicio de la relación. 

Valores: Si tu pareja y tú comparten el mismo concepto de respeto, lealtad, compromiso, responsabilidad, tolerancia, confianza y equidad, entonces esa persona también es tu talla. 

Foto: Pexels

Individualidad en la relación: Una pareja lo comparte todo, en eso se basa la confianza del amor, pero también debe existir espacio para la individualidad, para que cada persona tenga tiempo para sí misma. 

Autenticidad: Si sientes que tu pareja es única, que en ella encuentras lo que no ves en los demás, entonces estás con la persona correcta. Así debe sentirse el amor, como magia. 

Exclusividad: Si tu pareja te hace sentir única y especial, que eres suficiente y que no necesita a nadie más, entonces no dudes que estás en tu sitio seguro. 

Foto: Katerina Pavlyuchkova / Unsplash

Saber arreglar sus diferencias: No vas a encontrar a una persona idéntica a ti, así que existirán conflictos en la relación, pero si tu pareja te demuestra que sabe llegar a acuerdos y solucionar los problemas, entonces es la persona indicada para ti. 

Conexión: Es un vínculo fuerte que te hace sentir que ganaste la lotería al encontrar a esa persona especial. Si lo sientes, sólo disfruta y quédate tranquila en que tu pareja es justo tu talla, la persona que elegiste y que te elige cada día para construir una relación. 

Las relaciones de pareja no son sencillas, cada día hay que negociar un montón de cosas, pero cuando estás con la persona correcta todo se vuelve más sencillo.

Una pareja es un equipo, así que tú sabes si prefieres seleccionar una que no es tu talla, pues no podrás disfrutar la vida y el amor, o seleccionas a alguien con quien sientas que ya ganaste aunque no hayas ni empezado el juego.

Mi pareja me pidió hacer un trío sexual con su amiga

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Este tema lo tenía guardadito pero quería tocarlo porque escuchar que una pareja propone un trío sexual nos ha pasado a más de una, al menos a mí y a varias de mis amigas. Pero esta vez solamente te contaré la historia de una de ellas, pues esto fue motivo de que su relación se quebrara. 

Ella llevaba muchos años con su pareja, incluso ya vivían juntos, habían formado un hogar y una familia. Una noche, que parecía ser normal, mientras veían una película de chick-flick, él le dijo que quería cumplir su fantasía más grande, que era hacer un trío sexual con ella y con otra mujer. 

Mi amiga no esperaba que ese fuera su mayor deseo y al escuchar “otra mujer”, se le nubló hasta la vista. Lo primero que le preguntó fue con qué otra mujer y ¡sorpresa!, su pareja tenía la respuesta, se trataba de una compañera de trabajo. 

Ella trataba de no estar celosa, porque confiaba mucho en él, pero sabía que la compañera le decía de cariño “hielito” y que cada que tenía un mal día, corría a los brazos de su pareja a consolarse, cosa que no la hacía nada feliz. 

Foto: Manuel Torres Garcia / Unsplash

Sin embargo, no podía culparlo de algo más, no le había cachado coqueteo, pero que él le dijera que esa amiga era parte de su fantasía más grande, ya cambiaba todo el panorama para ella y cuando me contó, traté de ser abogada del diablo, pero la verdad a mí también me puso a volar la imaginación. 

En ese momento solamente le dijo que lo iba a pensar, pero ella sintió un dolor en el pecho al saber que su pareja fantaseaba con otra persona y que además trabajaba con él, estaban todo el tiempo juntos y le decía “hielito” de cariño, en ese momento ella prendió sus alarmas. 

Además se sintió insuficiente para su pareja, se preguntó por qué quería tener sexo con otra persona, hasta llegó a pensar que tal vez los años y la costumbre estaban mermando su relación. 

Él a partir de que lanzó la propuesta no dejaba de insistirle que cumplieran su fantasía, hasta que ella le dijo que no, que no quería hacer un trío sexual ni con la amiga ni con nadie. 

Foto: Michael Prewett / Unsplash

Y esto mismo respondimos yo y mis otras amigas cuando nos propusieron lo mismo nuestras respectivas parejas, claro que las nuestras no eran de años ni teníamos una historia tan sólida. 

Además de que mi amiga le dijo que no, le hizo saber cómo se había sentido con la propuesta y quiso saber si él ya no la encontraba atractiva, pero su pareja insistía que no era eso y de todas las maneras intentó convencerla para que lo complaciera. 

Mientras, según él la estaba persuadiendo de aceptar hacer el trío sexual, le comenzó a pedir otro tipo de “antojos” en la cama, que a ella tampoco le encantaban pero aceptaba porque al menos no involucraron a otra persona.

Fue un gran error ceder cuando sabía que lo que su pareja le pedía no era lo que quería ni lo que deseaba, pero lo hizo por complacerla. Desde ese momento la relación se fracturó, pues él no dejaba de reprocharle que no quisiera complacerlo. 

Foto: R-region / Pixabay

La relación duró casi un año más y terminaron, él fue quien lo hizo. Ella, creo que hasta el día de hoy, se sigue culpando y ha tenido que trabajar muchas cosas para soltar esa historia y todo lo que representó en su vida, para bien y para mal. 

Ella se sintió rota muchos años de su vida, incluso físicamente cambió muchísimo, con ella comprobé que el desamor si puede destruirte. 

Que tu pareja te pida experimentar algo en la cama no está mal, pero no puede obligarte a que accedas por medio de chantajes o amenazas. Lo que una pareja haga en su vida sexual debe ser un común acuerdo entre las dos personas involucradas y, en el caso que sea un trío sexual, de las tres personas o las que se unan.

Nadie, ni tu pareja puede pedirte que hagas algo que a ti no te gusta y que no deseas, eso grábatelo siempre y no tengas miedo a decir que NO. Y si por eso te termina, tú estarás ganando. 

Por otro lado, la fantasía del trío sexual es algo más común de lo que pensamos, tampoco es que si te lo piden es porque tú no seas valorada lo suficiente por tu pareja.

Foto: Berzin / Pixabay

Según una encuesta realizada por Gleeden, plataforma sexual, el 59% de los mexicanos desean tener un trío sexual y solamente el 10% de los encuestados dijo que no se atreverían a hacerlo. 

Pero aunque los datos digan que la mitad de los mexicanos tienen como fantasía hacer un trío sexual, si a ti te incomoda y no te parece excitante, entonces no.

Solamente dile sí a todo lo que te dé placer y paz y no te haga sentir que te transgredes, que ese sea siempre tu parámetro para saber si aceptas o no lo que te proponen en tus encuentros sexuales. 

Eso sí, no te olvides de siempre cuidarte, cuidar tu salud física y mental, no importa si estás con una pareja de años o con un date temporal. Nunca arriesgues tu vida y tu integridad, por nada ni por nadie. 

Por qué me gustan los hombres menores, esos que no son señores

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A mí me gustan menores, esos que NO son señores, esos que llaman “colágeno” y que te dan años de vida. No soy sugar mommy, simplemente prefiero entablar relaciones amorosas con hombres menores que yo, pero tampoco con adolescentes, no soy pedófila. 

Y si tú eres de las mías, de las que sienten mayor atracción por los hombres menores, entonces quédate a que te cuente cuál es el motivo, según mi terapeuta porque por supuesto que se lo pregunté. 

El hombre más joven con el que salí era 10 años menor, aunque aclaro que me engañó con su edad y yo pensaba que le llevaba solamente 4. Esta historia (intensa) la puedes leer acá

Además yo me veo de menor edad de la que realmente tengo y mi personalidad es fresca y jovial, seguro por eso atraigo a personas más jóvenes; y acá entre NOSOTRAS, confesaría que me aterra crecer y hacerme señora (que por la edad que tengo ya soy, pero me gusta pensar que no) y seguro por eso encuentro atracción en la generación menor a la mía. 

Pero más allá de autoanalizarme, en una de mis sesiones de terapia (tomo la cognitivo-conductual) le pregunté a mi psicóloga por qué siempre tengo el mismo patrón en mis relaciones de pareja: hombres más chicos que yo y con apegos tremendos a sus mamás o a sus familias. 

Foto: JUrban / Pixabay

Y resulta que me dio varias respuestas posibles, se las voy a resumir:

–  Huir del compromiso: Una de las razones de buscar hombres menores es porque se piensa que ellos no buscan compromisos grandes como casarse, formar un hogar o una familia como lo harían los de mayor edad. Así que al estar con este tipo de hombres se está en una zona cómoda para quienes le tienen pánico a las relaciones serias. 

– Vivir la aventura: Los hombres jóvenes son más espontáneos, divertidos y salir con ellos puede representar estar con la adrenalina arriba casi todo el tiempo. Por eso sientes que te “inyectan” vida.

– Deseo sexual a tope: Los hombres van perdiendo energía y vigor con el paso de los años, es algo completamente natural, la biología no perdona y los años no acarician. Por eso dicen que tienes la edad de la persona con la que te acuestas, si fuera así, ¿tú cuántos años tienes realmente?

Foto: Niekverlaan / Pixabay

– Control freak: Al saber que eres la persona mayor de la relación, quieres tener el control de todo porque asumes que eres la persona con más experiencia y conocimiento. Incluso algunas mujeres pueden maternar a sus parejas y asumir una relación tipo Edipo Rey; esto sí necesita psicoanálisis.  

– Tener el poder: Hay mujeres que prefieren ser las empoderadas de la relación y por ello buscan parejas que estén por debajo de ellas no sólo en el plano financiero, sino también en el laboral y es más probable que un hombre menor lo sea porque comienzan a construir su vida adulta. 

Después de escuchar todas estas posibles razones, no me sentí identificada tal cual me las mencionó mi terapeuta, pero sí siento que algo hay de eso en mi gusto por los hombres que NO son señores. 

Además de todo esto, el doctor Justin J. Lehmiller, investigador de la Universidad de Indiana, en Estados Unidos, afirmó que las mujeres que tienen una relación amorosa con un hombre más joven que ellas son más felices. 

Foto: ElisaRiva / Pixabay

Según estudios que realizó el investigador, las mujeres heterosexuales con 10 años de diferencia de edad en su relación de pareja estaban más satisfechas y comprometidas. 

Se los he dicho antes, no hay verdades absolutas en las relaciones de pareja, pero lo que sí es un hecho es que las mujeres que entablamos relaciones amorosas con hombres menores no tenemos tabúes ni nos importa el qué dirán. Vivimos amores libres y plenos y eso sí es ganancia. 

Lo importante es disfrutarlo sin lastimar a nadie ni abusar, unos añitos de diferencia no significan nada, son sólo números. Eso sí, nada de pedofilia. 

Mi romance con un hombre 10 años menor que yo

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A mí me gustan menores, esos que no son señores… bien pude haber cambiado la letra de la canción de Becky G porque debo confesarles, acá entre NOSOTRAS, que tengo un crush con los hombres menores que yo, aunque salir con uno al que le llevaba una década de vida, fue una aventura inolvidable. 

Pero deben saber que esta historia comenzó con una mentira, es decir, él fingió tener más años y yo le creí, porque no sé si al decirme que tenía 10 menos que yo estaría contándoles esta anécdota que es de las más especiales de mi vida romántica. 

Todo comenzó un día de vacaciones en el que decidí ir a la Biblioteca Central de Ciudad Universitaria para leer unas joyas literarias, además de visitar mi alma máter y recordar mis años de universitaria. En ese tiempo yo tenía 33 años, vivía sola y ya tenía reparado el corazón luego de mi separación con el que casi fue el futuro padre de mis hijos. 

Después de recorrer el lugar y sentarme a leer un rato, intenté ver cómo podía sacar un libro, así que me acerqué al mostrador y la bibliotecaria me informó que no había manera pues ya no era ni estudiante, ni tesista; en esas estábamos cuando apareció él, el clon de Carlos Vela (el futbolista mexicano más guapo según yo). 

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Foto: jarmoluk / Pixabay

Se ofreció a sacar el libro para mí con su credencial. Hizo el trámite y me lo dio. Salimos para ponernos de acuerdo sobre dónde vernos para regresarlo en la fecha que indicaba el sello bibliotecario. Sí noté que era joven, pero nunca imaginé que tendría una década menos que yo. 

Nos presentamos y nos sentamos un rato en los pastitos de Las Islas a platicar, me dijo que estaba haciendo su tesis, que tenía varios años que había acabado la carrera en diseño industrial, pero tuvo la oportunidad de entrar a trabajar en el posgrado de su facultad y por ello hasta ahora había comenzado su proceso de titulación. Añadió que tenía 29 años.

Era originario de Hidalgo y vivía en la colonia Anáhuac, a unos 10 minutos de mi casa. Su papá le rentaba a él y a su hermano menor un departamento porque ambos estaban en CU, su hermano estudiando arquitectura y él trabajando en el posgrado de diseño. 

Además dijo que algunos fines de semana trabajaba con su tío como chofer suplente de un tráiler que transportaba alimentos a Estados Unidos.

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Foto: IG @carlosv11_

Su estilo me mató, tenía barba cerrada, unas pestañas largas y rizadas y expansiones en las orejas. Vestía todo de negro, con los jeans rotos, playera de banda de metal y sudadera. 

Nos volvimos a ver cuando le entregué el libro en una de las sucursales de la churrería El Moro, la que está en Río Lerma, muy cerca de mi casa. Cada quien compró sus churros y nos sentamos a platicar y a reír de la vida, era muy ocurrente. Al final de ese “date”, me besó y yo quedé encantadísima. 

La siguiente cita fue en su departamento, es día su hermano se iba a quedar con su novia, así que estábamos solitos y pues sí, pasó lo que se imaginan. Tuvimos una noche deliciosa de puro placer y al terminar, me llevó a mi casa. 

A los tres días nos volvimos a ver, ahora en mi departamento, llegó con cervezas y qué creen, se quedó a dormir. Yo no invito a dormir a nadie a menos que ya sea una relación más seria, pero lo vi tan cómodo que no quise echarlo. 

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Foto: stokpic / Pixabay

Dormimos de cucharita y a la mañana siguiente despertamos con otra dosis de placer y preparamos el desayuno juntos, los peores chilaquiles de la historia porque ninguno de los dos sabía cocinar, pero nos divertimos. 

Así poco a poco comenzamos a vernos cada vez más seguido hasta que fue diario, generalmente en mi departamento porque yo vivía sola y era más cómodo. 

Él nunca me invitó ni un helado, cada quien sus “cubas”, lo cual me parecía raro, pues cuidaba cada peso y se supone que tenía dos trabajos y el papá le pagaba la renta. Pero yo estaba viviendo mi romance que me tenía complacida en todos los sentidos, pero sí, más en el sexual. 

Yo estaba radiante, llegaba a la redacción del periódico siempre sonriendo, sin creerme que tenía a mi propio Carlitos Vela en mi cama. Me daba vida y tal vez allí me hubiera quedado un buen rato, pero llegó el día en el que me confesó que me había mentido, que no tenía 29 años, que tenía 23 y estaba haciendo su servicio social en el posgrado de diseño. ¡Era universitario! No trabajaba y por eso cuidaba cada peso.

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Foto: geralt / Pixabay

 

Además de que tenía una novia en Hidalgo, que había conocido en la prepa y a la que veía cada dos meses, cuando iba de visita para allá. Y que tenía que dejar de verme porque ya no se me quería despegar pero él y yo no teníamos futuro, pues yo era muy mayor y su familia nunca iba a aceptarme. 

No sé qué de todo me dejó más fría, pero definitivamente escuchar que ya no íbamos a vernos me ponía triste. Me estaban obligando a bajarme del carrusel en el que me estaba divirtiendo como nunca y sin previo aviso. Allí entendí que los placeres son breves pero por eso se disfrutan tanto.

Cumplió su palabra, no lo volví a ver, no me volvió a escribir ni a buscar y tiempo después cambió su número de teléfono y su Instagram. Se acabó pero él siempre estará en mi top 5 de romances inolvidables. 

Más que colágeno para mí fue una aventura que no esperaba vivir, pero que necesitaba para reafirmar que “los para siempre” no existen, pero que “los mientras tanto” son mucho mejor. 

¿Vives un amor búmeran que no puedes soltar?

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El búmeran es un juguete que se lanza pero siempre regresa a su punto de origen, va y viene, va y viene; pues hay un tipo de relaciones románticas que funcionan igual y por eso los terapeutas las llaman amor búmeran o amor yo-yo. 

La característica principal de este tipo de relaciones es que los integrantes de la pareja se la pasan terminando y regresando constantemente, pero siempre aseguran que la última será la definitiva; aunque en realidad no es así porque no pueden soltarse. 

En estas relaciones es como estar sobre la montaña rusa todo el tiempo, en momentos disfrutando estar arriba y luego entristecer al bajar. Si tuviéramos que definir lo que viven las parejas con amor búmeran sería: amor-ansiedad-amor-ansiedad y así una y otra vez. 

Y aunque cueste trabajo entenderlo, este tipo de relaciones pueden satisfacer y causar placer a algunas parejas porque las reconciliaciones son intensas, pero igual lo son las rupturas. Como lo dije, esto funciona para las personas que encuentren gusto en la intensidad y/o que tengan temas emocionales por resolver como los siguientes: 

  • No estar disponible emocionalmente: Existen personas que no se atreven a aceptar que no están listas para construir una relación estable, pero aún así lo intentan. Entonces cuando las cosas se ponen formales, necesitan huir, pero después el deseo por su pareja las hace volver y allí es cuando ocurre el amor búmeran.

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  • Dependencia emocional: Todas las personas experimentamos un apego emocional en el momento que forjamos un vínculo con otra persona, esto no es lo mismo que una dependencia. Las terapeutas de Somos Estupendas aseguran que el apego hace que se generen vínculos, mientras que la dependencia genera sufrimiento en éstos. 

La dependencia emocional hace creer a las personas que su felicidad depende del vínculo con su pareja y por ello no pueden soltarla y entonces anteponen las necesidades del otro a las suyas. 

Las especialistas de Somos Estupendas recomiendan poner límites y mejorar la autoestima para poder acabar con esa dependencia.

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  • Miedo a la soledad: Es cuando la persona piensa que cualquier cosa es mejor que estar sola o que nunca más se enamorarán o encontrarán a alguien que les encante tanto como la pareja actual. 
  • Idealización del amor romántico: Las expectativas puestas en la pareja hacen que las personas esperen todo el tiempo conductas y acciones del otro que no sucederán. Y cada que retoman la relación piensan que es una nueva oportunidad para cumplir con todo lo que su mente idealiza. 

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  • Confianza quebrada: Hay personas que terminaron con la confianza destruida en sus relaciones anteriores y no han podido sanar, por lo que todo el tiempo están poniendo a prueba a sus parejas actuales para saber si realmente las quieren y las valoran. Esto hace que el otro se desgaste con tantas pruebas y decide irse.

Para que suceda un amor búmeran ambos involucrados en la relación deben tener alguna de las anteriores características y es por ello que no pueden terminar. Y aunque les pueda parecer increíble sí existen personas que disfrutan al máximo vivir siempre sobre una montaña rusa de emociones. 

Lo más importante al relacionarte es tener el corazón abierto y la mente clara, así podrás compartirle a los demás tu esencia, así como tus límites y tus deseos. Tú y sólo tú sabes qué aceptas y qué no, qué te da placer y qué te da paz y eso es lo único que importa. 

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Foto: Ylanite para Pixabay

Si algo he aprendido de las relaciones amorosas es que si no te dan vida, entonces no permitas que te quiten el tiempo y la salud.

La doctora Luz de Lourdes Eguiluz, licenciada en psicología por la FES Iztacala de la UNAM, maestra en terapia familiar y doctora en investigación psicológica, asegura que las relaciones sanas son muy importantes para la salud de una persona, tanto a nivel físico como emocional.

“Las personas que tienen una mala relación de pareja también se enferman más físicamente (principalmente del corazón)”, afirma la doctora Eguiluz.

Relaciones de trabajo y algo más, LinkedIn es el nuevo Tinder

LinkedIn

¿Alguna vez has usado LinkedIn? Sí dijiste que sí, ¿te han llegado mensajes con otra intención que no sean profesionales? Déjanos decirte que la red social de trabajo es el nuevo terreno digital para ligar (aunque no lo creas).

Varias usuarias han confesado que les han llegado mensajes declarándoseles y elogiándolas. En Nosotras te contamos más al respecto.

¿LinkedIn el nuevo Tinder?

La creación de LinkedIn fue en el año 2002, en donde el principal objetivo de la aplicación fue la búsqueda de ofertas laborales para generar relaciones profesionales y obtener un empleo adecuado, de acuerdo con la información de SModa.

LinkedIn
Foto:Pexels.Sales Navigator

En esta aplicación, tienes la oportunidad y la libertad de subir tu currículum vitae, que es una manera de dar a conocer tu experiencia profesional. Sin embargo, muchos usuarios de esta app no han entendido el objetivo principal y han confundido a LinkedIn, que es una plataforma para buscar empleos, por una para indagar en cuestiones amorosas.

Según el Daily O, los usuarios ahora han comenzado a publicar en LinkedIn exactamente como publican en otras páginas de redes sociales como Facebook e Instagram, para gran descontento de los demás. A veces, las personas dan un paso adelante y también piensan que esta plataforma es como el nuevo Tinder.

Jefes buscan compartir estrategias y lo que surja

LinkedIn arrancó en 2023 con 875 millones de usuarios a nivel global, según datos de la propia app, una cifra muy superior a lo de aplicaciones de citas como Tinder o Bumble, con 75 y 45 millones de usuarios activos al mes, respectivamente.

El verano pasado el hashtag #BeProfessional (sé profesional) se viralizó, disuadiendo a los usuarios de la plataforma de ligar en la red dedicada al trabajo.

Marta Isern, periodista española compartió a Smoda, su propia experiencia. “La primera vez que me pasó, me ocurrió con un espectador, alguien que me veía por televisión”.

La periodista contó cómo el usuario la agregó a su red de contactos y le escribió para felicitarle por su trabajo, pero rápidamente la conversación tomó otra dirección.

Cuando el usuario se lanzó y le confesó que le parecía interesante y que quería invitarla un café. Marta lo frenó y le indicó que LinkedIn no era lugar indicado para andar conquistando.

¿Es malo ligar por LinkedIn?

Amelia Morales, una asistente personal bilingüe, escribió su opinión al respecto de este tema en la página de LinkedIn.

“Esto lo dicen porque les molesta que “intentan ligar” por el chat de LK. Y yo creo que no hay nada de malo en ello. Una cosa es que alguien te escriba faltándote el respeto, te insulte, te escribe alguna frase fuera de tono, en fin, lo evidente. Pero que alguien, después de varias líneas de conversación educada y normal, quiera intentar saber más de ti o te diga que le pareces guapa o guapo, no entiendo por qué ofende tanto”, escribió Amelia.

LinkedIn
Foto:Pexels.Oleksandr Pidvalnyi

Amelia añadió: “Si no te gusta, no es lo que esperas, o simplemente crees que no es el foro ni es correcto, se le dice a esa persona con educación. Y listo. Si por su parte, él o ella, sigue insistiendo se le borra, bloquea y adiós muy buenas. Pero que de primeras se pretenda linchar a alguien, no lo comprendo. Cuando he expuesto este planteamiento se me ha acusado de no ser feminista, y de ser vergonzoso que una mujer pueda defender ese comportamiento”.

“No creo que esto tenga que ver con el feminismo que, por cierto, no veo otra opción que ser feminista a estas alturas, simplemente defiendo el comportamiento natural. Creo que antes de poner el grito en el cielo deberíamos todos ser más conscientes, más coherentes y más humanos. A lo mejor, y sólo a lo mejor, nos falta un poquito de naturalidad”, finalizó Amelia.

Ante esta columna que compartió la asistente en la aplicación, varios usuarios en especial hombres le dieron la razón que no tenía nada de malo y que era lo más común que pasaba en un “ámbito laboral”, aludiendo que en el trabajo existen otras experiencias y no a fuerza deben de ser profesionales.

¿Por qué te tiran la “onda” a través de LinkedIn?

La socióloga española, Cecilia Bizzotto, dijo que la causa reside en la falta de espacios para hacerlo. “Hemos virtualizado casi totalmente los lugares para conocer personas nuevas y es por ellos que florecen cada día apps para hacer amigas o para ligar. ¡Tienes hasta apps para ligar con veganos!”.

La socióloga se cuestionó ¿por qué se usa cualquier app, sea cual sea para ligar? Y ella misma respondió lo siguiente: “Quizá porque tampoco sabemos cómo comportarnos cara a cara”.

Finalmente, varias personas se han dividido en esta discusión, mientras algunas no lo ven mal ligar por esta plataforma, otras tantas quieren que esta aplicación se limite a lo que era: un lugar para buscar ofertas de trabajo y establecer relaciones profesionales y que no se convierta en un “linda” o un “te he visto en Facebook”.

Y tú, ¿qué opinas?

Le rompí el corazón a la persona más incondicional

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En esta historia de mi vida fui la villana, la mala persona que rompió un corazón bueno y sincero por culpa del egoísmo, las necesidades y la inmadurez, pero es una de las experiencias sentimentales que más enseñanzas me ha dejado y que me ha servido para madurar. 

Esto pasó en una etapa en la que me sentía muy vulnerable y no quería estar sola, así que me aferré al amigo incondicional enamorado de mí y que sabía iba a cubrir ese hueco que no quería sentir, mientras él era feliz con mis migajas de atención y cariño. Evidentemente él tampoco sabía amarse a sí mismo. 

La mayoría de mis noviazgos han comenzado por una amistad, soy cinta negra en flechar a mis mejores amigos, no les puedo revelar cómo sucede, pero eso me pasaba irremediablemente. Así que el protagonista de esta historia comenzó a acercarse a mí como un buen colega hasta que se convirtió en mi amigo inseparable. 

Yo nunca lo vi, no sé por qué, no sé si les ha pasado esto, que alguien las busca, es el más atento, siempre está, pero tú no eres capaz de verlo. Por eso es que no puedo ni decirles cómo es que para él me convertí en alguien tan especial. Me buscaba a diario, todo el tiempo chateábamos, según yo de experiencias laborales, pero él fue sintiendo que estábamos conociéndonos y creando una intimidad. 

Marah Bashir para Unsplash

Él es una persona muy reservada, algunos hasta lo consideran arrogante, pero por algún motivo él vio algo en mí que lo atrajo y por eso decidió acercarse y comenzar a construir confianza, un vínculo. 

Fue hasta que yo viví uno de los episodios más traumáticos de mi vida que me di cuenta que él existía, que él siempre había estado en todo y en todas conmigo. En esos momentos lo agradecí tanto, agradecí sentirme tan amada y acompañada y eso era suficiente. 

Durante todo este proceso le permití acercarse a mí todavía más y fue cuando me di cuenta de lo enamorado que estaba, de lo que era capaz de hacer por compartir su tiempo conmigo y aunque yo sabía que no le correspondía, me aferré a él porque lo necesitaba, fui una egoísta.

Michael Fenton para Unsplash

Pero no sólo eso sino que abusé de su incondicionalidad, saqué mi lado más infantil y berrinchudo y, por supuesto, él me aguantaba todo. Con una paciencia increíble me trataba y me cuidaba, porque claro, cuando uno se enamora desde una necesidad pone a la otra persona por encima de sí mismo. 

Tiempo después comencé a sanar mis heridas y me di cuenta que estaba haciendo lo mismo que yo tanto odiaba: lastimando un buen corazón por egoísta e inmadura. Él todo el tiempo fue honesto, sincero, transparente y me puso su corazón en las manos.

Así que decidí darme una oportunidad con él, darnos una oportunidad, pero nunca pude enamorarme de él. Tenía a la pareja más fiel, leal, paciente, presente y todo lo que había deseado, pero nunca sentí esa conexión, esa llama.  

Kelly Sikkema para Unplash

Lo peor de todo es que cuando me di cuenta, no volví a enfrentar la situación y seguí con eso hasta que me explotó en la cara. Comenzamos una relación en la que él se enamoraba cada día más y yo no sentía nada, estaba como en pausa. Lo intenté, lo deseé, lo forcé y ese fue mi peor error, hasta que un día él me dijo que me amaba y yo le respondí que lo sabía, que lo sentía, que aunque no me lo hubiera dicho, me lo demostraba todo el tiempo. 

Su amor era la certeza más grande que tenía en ese momento en el que yo estaba hecha pedazos. Esa noche lloré mucho, sentía culpa y arrepentimiento por estar dándole alas a una persona que sí quería pero no amaba y que me había entregado el corazón más leal que jamás tuve. 

Así que llegó el momento en el que dos adultos maduros tienen conversaciones incómodas para poder construir relaciones sanas. Le dije que había intentado con todo enamorarme de él y construir una relación de pareja, pero no sentía nada, que lo quería mucho pero para mí solamente era mi amigo. 

Thoa Ngo para Unplash

Sus ojos estaban incrédulos, no pudieron ocultar la decepción que le causé al confesarle que todo ese tiempo solamente había estado con él porque no quería estar sola, pero que justamente el cariño que le tenía me había hecho reflexionar y enderezar el camino para dejar de engañarlo y de engañarme a mí también. Fue una de las conversaciones más duras que he vivido.

En ese momento, ante sus ojos me había convertido en la mala del cuento que le estaba rompiendo su corazón incondicional. Por supuesto que primero hubo todo tipo de reproches y preguntas: ¿por qué?, ¿con quién sí?, ¿qué me falta?

Respondí cada uno de sus cuestionamientos de la forma más sincera que pude, era lo menos que se merecía. Hasta que me dijo que no quería ser mi amigo, que necesitaba alejarse de mí, que no podía continuar como si nada porque para él había sido como si todo. 

Me dolió saber que estaba perdiendo a mi amigo más leal, pero entendí y respeté la distancia que quería poner entre nosotros. Le agradecí todo lo que me dio, todo lo que fue y le repetí que sí lo había intentado pero no había funcionado para mí. 

Anthony Tran para Unsplash

Lo último que le dije es que la mujer que estuviera a su lado iba a ser la más afortunada porque iba a tener el corazón más bueno, leal e incondicional que existía en este fucking mundo y mientras se lo decía se me estaba rompiendo a mí también el corazón por haber llevado tan lejos todo esto. 

No nos dimos un último abrazo, no sé si algún día podamos volver a ser amigos, yo espero que sí porque es una persona valiosa y hermosa que definitivamente quiero en mi vida. Todos los errores que cometí me ayudaron a madurar, a tener responsabilidad afectiva y empatía emocional. Desde entonces no me he quedado en ningunos brazos solamente por miedo a estar sola, desde entonces no volví a mentirme. 

Y la lección aprendida es que cuando estamos sanas, estamos listas para compartir y para amar, pero cuando nos sentimos incompletas, solamente vamos restándole a los demás y me tocó romper un corazón para comprenderlo. A veces el precio que se paga es muy alto y eso pasa por no ser honestas con nosotras mismas.

No puedo prometer no cometer errores, pero sí puedo estar segura que no seré yo la responsable de romper un corazón nunca más porque he sanado y madurado. Estoy completa y satisfecha conmigo misma y desde esa honestidad soy capaz de relacionarme.  

¿Por qué siempre fracaso en el amor?

Si sientes que esta canción de Juan Gabriel define tu vida amorosa: “Yo no nací para amar, nadie nació para mí”, que no das una en el amor porque vas de fracaso en fracaso, te cuento que hay varias razones por las que te está pasando esto. 

Aquí somos sinceras y lo primero que debo decirte es que sí, el problema eres tú, tú eres el común denominador en las ecuaciones de tus relaciones amorosas que hace que termines con el corazón roto porque eliges parejas no disponibles emocionalmente. 

Es como si te aventaras en paracaídas sabiendo que no va a abrir porque no sirve; sin embargo, lo haces porque tu corazón tiene esperanza que esta vez sí funcione pero no será así, terminarás azotándote en el piso. Pero la solución está en ti y consiste en ir a terapia. 

Foto: Alejandro Piñero Amerio by Pixabay

Terapia para arreglar lo que tenemos desajustado. Normalicemos acudir al especialista que nos ayuda a sanar y mejorar nuestras emociones. No se ven, pero son más poderosas que lo que sí es visible, pues éstas desencadenan enfermedades, vicios y odios. 

¡En el amor soy una idiota que ha sufrido mil derrotas!

Las razones por las que te relacionas con personas que no están disponibles para construir una relación tienen que ver con tu historia y con tus necesidades. Estos son los patrones marcados por la psicología: 

– Influencias parentales: El amor que conocimos en casa nos fue dado por personas que no estaban emocionalmente disponibles para NOSOTRAS, por ello repetimos este patrón viejo conocido y somos incapaces de romper con él pues no conocemos otra forma de vincularnos.

– Codependencia: Se trata de una visión del amor centrada en el apego ya que la persona posee carencias como baja autoestima, fragilidad y manipulación, por lo que genera una necesidad obsesiva por la persona amada.

– Traumas: Estos son generados por miedos, por episodios que vivimos en el pasado causados por otras parejas y que nos hacen repetir patrones y llevar las nuevas relaciones a los mismos escenarios en los que no fuimos felices. 

Foto: Kelly Sikkema by unsplash.com

– Expectativas: Básicamente tener expectativas en el amor se define como la visión fantástica de cómo creo que deben ser las cosas, mi pareja y la relación. Es un constante condicionamiento a que todo sea como imaginamos y si no es así, terminamos reventando. 

Debes saber que no es normal que todas tus relaciones de pareja sean fallidas y terminen rompiéndote el corazón. Tampoco es normal que todas tus parejas sean abusivas contigo. Rompe con esos patrones y comienza a aprender a amar sanamente para que atraigas a personas disponibles emocionalmente.

Recuerda que no nacemos con nada aprendido, por eso estamos en este mundo, para conocer, para experimentar, para vivir y ser felices.

¿Cómo se construye una relación de pareja con amor sano?

Nilda Chiaraviglio, reconocida sexóloga y terapeuta clínica familiar y de pareja, tiene la respuesta para la pregunta del millón: ¿cómo se construye una relación de pareja? 

Su respuesta es: “pegando tabiques de amor todos los días. Si el otro pone sus tabiques y también los pega, entonces construimos una relación de pareja”.

Foto: Pixabay

La terapeuta agrega que esto se debe hacer con conducta, en donde yo me hago responsable de todas mis necesidades y el otro también; por lo tanto, ambos estamos llenos y cuando decidimos compartir la vida, sumaremos juntos. En cambio, cuando se juntan dos personas con vacíos se crea un vacío grandote que da como resultado una relación tóxica.

Elige una pareja no sólo basada en el físico y/o la química, toma en cuenta también su compatibilidad con tu visión de la vida, la empatía que tenga con tus sueños, la honestidad en su comunicación y la responsabilidad que tiene hacia ti. 

Cuáles son las características de una relación de pareja sana:

– Se conocen muy bien.

– Cada miembro de la pareja tiene sus propios sueños y metas.

– No dejan en manos del otro su felicidad y sus necesidades personales.

– Hay admiración hacia el otro miembro de la pareja por igual.

– La confianza, la comunicación y el respeto son prioridad.

– Se aman en libertad, no se condicionan.

Foto: Matia Rengel by unsplash.com

– Ponen límites en la relación en los que ambos están de acuerdo.

– Saben hablar y solucionar los problemas entre los dos.

– Disfrutan al máximo del sexo y cumplen sus deseos sin transgredir al otro.

– Saben estar juntos pero también separados, tienen sus propios espacios y momentos.

– Saben amarse para nutrirse y no para necesitarse.

Si buscas una relación que satisfaga tus necesidades, probablemente tendrás que suprimir o modificar alguna parte de ti”, ‘El placer de amar’ de Nilda Chiaraviglio.

Cómo manejar un romance en el trabajo

Cómo manejar un romance en el trabajo

Pasamos gran parte de nuestro tiempo en el trabajo, así que es normal que sientas atracción por un compañero de la oficina y que el afecto sea mutuo. También es normal empezar una relación con ese compañero. Sin embargo, hay algunas cuestiones que debes pensar antes de comenzar un romance en el trabajo como los riesgos, qué cosas no hacer y cómo manejarlo. Por eso hoy Nosotras te decimos cómo manejar un romance en el trabajo.

Riesgos de tener un romance en el trabajo

Las relaciones amorosas con los compañeros de trabajo son muy comunes. En algunos casos tienen finales felices en el que se casan, y en otros casos terminan tan mal que hasta afecta el desempeño en el trabajo. Así que lo primero que debes hacer es descubrir si en tu empresa hay alguna regla que impida los romances en el trabajo.

En algunas empresas aplican esta norma para evitar que el trabajo de los empleados se vea afectado por cuestiones personales. Si descubres que no están permitidas, entonces debes pensar si quieres arriesgarte a perder tu trabajo por una relación que no sabes si funcionará.

Otra cosa en la que tienes que pensar es que si la gente se entera, es muy probable que surjan chismes sobre un favoritismo, sobre todo si sales con algún superior. También debes prever que si la relación termina, tendrás que seguir viendo a tu expareja en el trabajo todos los días.

Consejos para manejar un romance en el trabajo

Si descubriste que en tu trabajo no hay nada en el reglamento que impida que salgas con algún compañero y decides intentar forjar una relación seria, te dejamos algunos consejos que te ayudarán a llevar mejor la relación.

No salgas con los jefes o con subordinados

El sitio web Havard Business Review recomienda que si se piensa comenzar una relación de pareja con un compañero del trabajo, no lo hagas con alguien que sea tu jefe directo o tú seas la jefa de esa persona.

Salir con un jefe puede ser complicado porque habrá cosas en las que él no podrá ayudarte o tendrá que regañarte por alguna razón, y ambos pueden llevarlo al ámbito de su relación. Tampoco es recomendable porque si los demás compañeros se enteran, es muy probable que acusen de favoritismo aunque no sea verdad.

En cuanto a salir con un subordinado, no se recomienda porque puedes dejar de ser objetiva al momento de tomar decisiones importantes. Si uno es el jefe del otro, una opción es que alguno pida el cambio de departamento.

Cómo manejar un romance en el trabajo
Traten de no hacer muestras de afecto durante sus horas laborales. Foto: Pexels. Karolina Grabowska

Sean discretos e informen cuando sea necesario

Cuando empiecen las citas traten de mantener la relación de manera discreta, es decir, no lo comenten con nadie; primero porque no saben si la relación será larga y después porque así evitan que los demás estén hablando de ustedes.

Si ven que la relación es muy seria, se recomienda informar primero a los jefes y expresar que no afectará a su trabajo. Así los jefes sabrán que ustedes confían en ellos y no les llegará la noticia por los chismes.

Establecer límites y ser profesional

Una de las primeras cosas que deben hablar tú y tu pareja es sobre ser profesionales en todo momento.

Sabemos que muchas estamos acostumbradas a tomar la mano, abrazar y besar a la pareja cuando estás con él o ella; pero como estarán en un ambiente laboral lo mejor es no mostrarse afectuosos durante las horas de trabajo. Principalmente para no incomodar a los compañeros de oficina, ya que muchos se sienten incómodos al ver muestras amorosas mientras trabajan.

También deben ser profesional en el sentido de que tienen que separar su vida profesional de la laboral, no pueden llevar sus peleas de pareja a la oficina y tampoco los problemas del trabajo a su relación.

Lo mejor es que desde un principio establezcan que en el trabajo solo se hablarán por razones de trabajo y su relación no se interpondrá en el mismo.

Cuáles son las ‘relaciones liana’ y por qué deberías evitarlas

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El dicho de “un clavo saca otro clavo” no aplica para todas las personas ni circunstancias. Superar el duelo por una ruptura amorosa implica un proceso que requiere de tiempo, trabajo emocional y, en ocasiones, hasta terapia. Derivado de la forma en que cada persona maneja estas vivencias, pueden presentarse comportamientos que van desde la negación a las “relaciones liana”.

Este término se refiere a un patrón en específico que suele presentarse precisamente tras una separación de pareja. Te contamos más sobre ellas y por qué deberías cuidarte de caer en una.

Qué son las “relaciones liana”

No existe un tiempo determinado para olvidar o superar a alguien de quien se estuvo enamorada, ya que depende de numerosos factores que hacen imposible establecer un límite para conseguirlo. Hay quienes atraviesan duelos breves y quienes viven un periodo prolongado.

También están las personas que deciden permanecer solteras después de un truene; y aquellas que de inmediato retoman su vida amorosa con una pareja nueva. Todos estos procesos son igual de válidos, siempre y cuando no representen una situación dañina o destructiva.

Esto deja de ser “normal” cuando comienzan a desarrollarse patrones que vulneran la estabilidad emocional o generan comportamientos cuyo propósito es evadir la realidad. Las “relaciones liana” hacen referencia a aquellos vínculos que surgen inmediatamente después de una ruptura amorosa. En pocas palabras, lo que conocemos como “pasar de una relación a otra”, lo que se convierte en un círculo vicioso que suele pasar desapercibido la mayoría de veces.

Las “relaciones liana” son un patrón que no deberías seguir. Foto: Pexels

Por qué deberías cuidarte de las “relaciones liana”

Nadie dice que al terminar una relación debas permanecer en soledad por una temporada exacta. Como te mencionamos arriba, esto depende de ti y la forma en que manejas tus procesos, además de características puntuales del vínculo que se rompió. No obstante, el hecho de que una persona establezca relaciones inmediatamente después de “cortar” con alguien, repitiéndolo cada vez, sí podría hablar acerca de aspectos que requieren de atención y trabajo a nivel psicológico.

La clínica SIQUIA define las “relaciones liana”como las parejas que se establecen apenas se deja una relación, sin dejar espacio para la etapa de duelo correspondiente. El problema principal de estos comportamientos radica en que es en realidad una forma de evasión que puede provenir del miedo al dolor o de carencias emocionales.

Este tipo de relaciones inevitablemente fracasan, debido a que generalmente no se da el tiempo necesario, tanto para conocer a la persona nueva, como para olvidar a la pareja anterior. En algunos casos, quienes mantienen este tipo de vínculos lo hacen buscando la sensación de alivio y frenesí ocasionadas por la dopamina y endorfinas que se liberan en el cerebro al experimentar atracción o enamoramiento por alguien nuevo.

Cada relación posterior a un truene no siempre se trata de una “liana”. Se habla de la posible existencia de éste patrón cuando se repite en todas las separaciones y las rupturas se dan por razones parecidas.

Entre los factores que aumentan las posibilidades de caer en “relaciones liana”, se encuentran los apegos evitativos y ansiosos, miedo a la soledad y sobreexigencias en el ámbito amoroso derivados de experiencias pasadas. Por ello, es importante analizar nuestros comportamientos y hacer un trabajo de introspección. Lo que nos permita saber qué necesitamos manejar antes de decidirnos a iniciar otra relación, así podremos evitar corazones rotos (propios y de terceros) y experimentar relaciones amorosas sanas y plenas.

Evita caer en las “relaciones liana”. Foto: Pexels

Sigue leyendo: Cómo superar a una persona que te gusta pero no puedes tener

Cómo saber que vives un amor vampiro

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¿Te sientes cansada de estar con tu pareja?, ¿sientes que tú eres la que da el 100 para que la relación funcione?, ¿te da miedo expresar cómo te sientes por miedo a que la relación termine? Lamento decirte que estás en una relación abusiva porque te enamoraste de un vampiro emocional

El amor vampiro fue bautizado así por la psicología ya que es un vínculo que drena, que chupa la energía y que deja lastimada a una de las personas que conforman la pareja.

Judith Orloff, reconocida psiquiatra de la clínica de la Facultad de Psiquiatría de la Universidad de California de Los Ángeles (UCLA), describe la conducta de los vampiros emocionales como “personas infelices que necesitan hacer un drenaje de la energía de su víctima”, que en este caso es su pareja. Agrega que ellos solamente piensan en su bienestar a costa de la felicidad del otro. 

Foto: Pixabay

Para identificarlos, la doctora en psiquiatría da una serie de conductas características… hablemos de algunas:

  • Son personas muy encantadoras al inicio, eso lo hacen para engancharte.  
  • Los vampiros emocionales son muy negativos, aunque no haya peros en una situación, son expertos en inventarlos. Sus conversaciones están llenas de quejas y si tú tratas de hacerles ver el lado positivo, se ofenderán y te culparán porque no los entiendes. 
  • Para ellos nunca nada es suficiente, aunque lo tuvieran todo, siempre sentirán que algo les falta, que el mundo no los comprende, que la vida no les sonríe. 
  • Son manipuladores y encontrarán la forma de hacerte sentir mal por todo lo que haces o no haces para conseguir que actúes como ellos desean. 
  • Tienen baja autoestima pero saben disfrazarlo. En realidad todo el tiempo se dicen amarse, se dicen ser buenas personas, y lo tienen que estar repitiendo para convencerse a ellos mismos y a los demás.

  • No tendrás diálogo ni conciliaciones con ellos porque no saben escuchar y su papel siempre será el de víctima. En cada discusión buscarán que tú les pidas perdón, aunque no hayas hecho nada. Son expertos en voltearte las cosas. ¡Qué peligro!
  • Con sus palabras te harán sentir culpable, al grado que te cuestionarás si realmente estás siendo poco comprensiva con ellos, por eso drenan tu energía.
  • Aprovechan cualquier oportunidad para remarcar tus errores, los actuales o los pasados. Pero ellos no pueden admitir los suyos porque en su mente,  siempre son los vulnerables. 

Lo peor de tener un amor vampiro es que las emociones se contagian, así que si te relacionas con gente negativa, vibrarás en esa sintonía. 

¿Cómo actuar ante un vampiro emocional?

Afortunadamente tú eres la estaca de plata, es decir, tú eres el antídoto para alejarlos. 

Habla con tu pareja, dile cómo te sientes y pon límites, si no te escucha o no hace nada por cambiar, sal corriendo, no pierdas más tu tiempo y ni tu energía. 

Si la persona no cambia su conducta y tú sientes que no puedes dejarla, lo mejor es que busques ayuda, ya que por algo estás aferrándote a esa relación tóxica que te está consumiendo emocionalmente y, puede ser, que hasta físicamente. 

Una pareja es para caminar de la mano, juntos al mismo paso, no para que la arrastres o la cargues. 

Foto: Fuu J by Unsplash

Si no eres tú quien vive un amor vampiro, pero es una amiga o amigo, lo mejor que puedes hacer para apoyarlo es escucharlo y ser paciente para explicarle por qué está sumergido en una relación abusiva.

Háblale sobre los panoramas llenos de paz que le esperan si deja atrás a su vampiro que le está comiendo la vida y la felicidad. Todo siempre con respeto y amor, sin juzgar ni presionar. 

Recuerda que no se puede tener una relación saludable con una persona que no se da cuenta que necesita lastimar para sentir que ama. Como en las películas de terror, lo mejor es salir corriendo de los vampiros.

La infidelidad es un plato que debe comerse frío

infidelidad

Se dice que el ser humano no es fiel, que una infidelidad sí puede perdonarse o que los hombres son más infieles que las mujeres, se dicen muchas cosas relativas, pero lo que sí es certero es que la fidelidad es un acuerdo entre una pareja monógama y que ser infiel es una decisión, no un reflejo, no un error, no un accidente. 

La reconocida antropóloga Helen Fisher asegura que en el ser humano existe, desde la prehistoria, “una necesidad de transmitir su ADN y reproducirse, por lo que su comportamiento sexual es igual al de los demás mamíferos”. Por lo que biológicamente los mamíferos no somos fieles

Sin embargo, los humanos creamos el concepto de fidelidad-monogamia, a diferencia de los demás mamíferos, como un acuerdo social, que parte de un compromiso con la pareja basado en la confianza. Esto se adoptó en varias culturas, principalmente las de Occidente, como la nuestra.

Nadie está obligado a vivir una relación monógama si no lo desea y mucho menos a ser fiel, pero eso debe acordarse desde el inicio. Siempre hay que dejar las cosas bien claras para que nadie salga lastimado, porque como diría JuanGa: “¡pero qué necesidad!”.

Sin embargo, cuando alguien decide ser infiel y romper ese acuerdo de confianza con su pareja debe saber que eso traerá consecuencias porque la fórmula newtoniana es simple: “para cada acción hay una reacción”. Y a veces la “paga” puede ser muy alta. 

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Así que sí estás dudando en ponerle los cuernos a tu pareja, debes saber que ese plato es mejor comerlo frío. ¿A qué me refiero con esto? A que romper el acuerdo de la fidelidad debe pensarse con la “cabeza fría”, no con la emoción de la calentura que siempre dirá: ¡sí, hazlo!”.

Porque no estamos hablando de dar tarjetazo cuando sabemos que no tenemos dinero o de romper los platos de la vajilla por accidente, sino de la confianza de la persona que elegimos como nuestra pareja, es eso lo que está de por medio. Y no hay que olvidar que lo más valioso que puede otorgarnos una persona es su confianza. 

La honestidad siempre será la mejor elección, así que piensa bien todo lo que podría provocar traicionar la confianza de tu pareja. Puede ser que a ti ya no te funcione tener una relación monógama. Hoy en día las opciones de relacionarse son tan diversas que se vale, pero no te “lleves entre las patas” el corazón de nadie. ¡Háblalo!

¿Y qué pasa si a mí fue a quien me pusieron el cuerno? Solamente tú decides si perdonar y volver a confiar o terminar esa relación. No dejes que nadie se meta, no le hagas caso a las personas que te juzgan, porque tú eres la única responsable de construir tu vida.

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Cada historia es única y lo que te funciona a ti no tiene que funcionarle a los demás y viceversa. Pero debes saber que, como toda decisión, hay pros y contras.

Los contras de perdonar una infidelidad son:

  • El proceso para recuperar la confianza en tu pareja será lento e, indudablemente, necesitarán tomar una terapia, es lo mejor que podrían hacer para no caer en círculos viciosos ni en escenarios enfermizos donde abunde la ira, el reproche o la venganza.
  • Vivirás el duelo de una ruptura aunque continúes con tu pareja, porque el corazón se rompe de igual forma al ser traicionado.
  • Vivirás un golpe bajo en tu autoestima y sentirás que fue tu culpa por no ser suficiente. 

¿Hay pros de perdonar una infidelidad? Puede ser que sí, hay personas que sí pueden hacerlo y eso funciona bien para ellas.

 

Foto: Pixabay

 

Al hablar de lo ocurrido, la pareja deberá establecer nuevos acuerdos y nuevos límites, por lo que podría ser una nueva oportunidad de relacionarse. Pero para que esto ocurra ambas partes deben estar convencidas de vivir una segunda temporada en su relación y de que tomar la decisión de continuar es lo que más desean, si no es así, esa historia no terminará bien. 

No hay verdades absolutas en las relaciones de pareja, así que quédate donde seas feliz, donde te sientas respetada, valorada, admirada, acompañada y respaldada. Fluye en relaciones que te permitan ser y crecer. 

Ser feliz y compartir esa felicidad con la persona que amas es, sin duda, el mayor placer de la vida, no te conformes con menos de eso.

 

 

Lo que me enseñó el hombre que me rompió el corazón

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Creo fielmente que estamos hechos de las historias que hemos vivido y las que más nos enseñan son las difíciles, esas que no quisiéramos pasar pero que son necesarias para madurar. Y hoy puedo decir que el resultado de mi historia de amor que terminó en un corazón roto fue construir mi mejor versión. 

Quiero contarte todo lo que me enseñó el hombre que me rompió el corazón… Claro que para ser consciente de dichas enseñanzas y agradecer por ellas, tuve que atravesar un proceso largo, por el duelo del desamor, ese que es puros tragos amargos. 

El hueco que me dejó la traición del hombre que amaba me hizo sentirme perdida, por ello busqué ayuda, un especialista que me ayudó a acompañar ese duro proceso, el cual, en tanatología, es comparado con la muerte de un ser querido. 

Tener el corazón roto no es una figura poética, sino una verdadera afección de salud, tanto física como mental. 

La UNAM explica que el “síndrome del corazón roto es el nombre que se le da a la miocardiopatía por estrés, y ocurre por tensión intensa e inesperada derivada de la pérdida de un familiar o una pena de amor”.

Por eso literalmente sientes que te duele el corazón, no es metafórico. El músculo de este órgano vital se inflama como si tuviera un daño orgánico (arterias tapadas, cardiopatías o afecciones musculares) y causa dolor de pecho, falta de aire, desmayos, taquicardia y sudoración, es decir, síntomas de un infarto.

El síndrome del corazón roto nos impacta principalmente a las mujeres, especialmente a las de edad avanzada, asegura la UNAM.

La buena noticia es que los corazones rotos sí se curan, pero siempre es importante acudir con los especialistas. Les juro que la terapia salva vidas, pero de eso hablamos en otra columna. 

Foto: Nick Fewings by Unsplash

Luego de superar una pérdida tan importante que me dejó esa separación, tuve que reconstruirme. Esto sí es metafórico: sentí que cuando terminé de vivir mi duelo, recogí todos los pedacitos que quedaban de mí para volver a armarme, pero en el camino encontré otros cachitos nuevos, por lo que obtuve una nueva yo y, sin duda, me gusta más la persona que soy ahora. ¿Por qué?

  • Aprendí que primero me amo y luego lo amo. No estoy hablando de egoísmo, solamente de prioridades y ahora sé que yo voy primero antes que mi pareja y eso no es negociable. No puedo darle al otro más que a mí porque no es sano descuidarme y quedarme a deber. Soy mi mejor decisión siempre. 

  • Conocí mis umbrales más grandes de dolor pero con ello supe lo valiente que soy. Tener una red de apoyo me ayudó mucho, pero saber que sola enfrenté momentos tan difíciles y pude, me hace sentir empoderada. 
Foto: Rustam Mussabekov by Unsplash

  • Nunca más tuve miedo de mostrarme frágil y decir: no puedo sola. Tuve un momento en el que me quebré y dejé de hacerme la fuerte y pedí ayuda. Es necesario sacar la basura emocional para que no se pudra dentro de uno mismo. No siempre podemos con todo. 
  • Mesa para uno. Antes de él no sabía estar sola, pasaba de una relación a otra, pero luego de él comencé a hacerlo todo sola y amé esa nueva faceta de mi vida en la que descubrí que soy mi mejor compañía.
  • Aprendí a honrar mis decisiones. Por mucho que lo hubiera amado, él me había lastimado por decisión, por lo que yo tomé la mía y fue irme y no volver. Ser firme me costó muchas lágrimas, pero tenía que darme mi valor y continuar sola. Qué razón tenía Cerati al decir que “poder decir adiós es crecer”.
Foto: Marek Studzinski by Unsplash

  • Aprendí que la soledad te da paz. Esa tranquilidad que encontré después de sanar y darme un tiempo fuera del amor de pareja me ayudó a poder cambiar mis malos paradigmas del amor y poner límites sanos. 
  • Pero principalmente, aprendí que en una vida sí se puede volver a nacer y, por lo tanto, volver a tener múltiples oportunidades.

Durante una entrevista que le hice a la psicóloga y experta en relaciones de pareja Silvia Olmedo sobre su “Botiquín para el corazón roto“, ella me dijo que lo mejor que podemos hacer durante esta etapa es tomar las cosas con calma y enfocar toda nuestra atención en recuperar la solidez emocional, ese es el único objetivo que perseguir. 

Si tú tienes el corazón roto y comenzarás a vivir este duelo, te recomiendo que no te abandones, no te castigues, sé amable contigo y te prometo que un día estarás agradeciendo el lugar en el que la vida te puso. Las cosas siempre pasan por algo y también por algo no pasan.

Patrones al elegir pareja. ¿Te ha pasado?

Patrones al elegir pareja

¿Te ha pasado que a la hora de escoger un novio o una novia buscas, de manera inconsciente, que tu nueva pareja se parezca a tu antigua relación? O tal vez no te has dado cuenta tú, sino, ¿te han dicho que tienes patrones al elegir pareja?

Pues muchas personas inconscientemente vuelven a repetir patrones de pareja. Si eso ha derivado en relaciones tóxicas, sin duda sería importante saberlo, ¿no?

En Nosotras investigamos un poquito del tema.

¿Qué interviene en la elección de pareja?

En entrevista David Carreón Robledo, psicoanalista, terapeuta de pareja y director de la clínica Centro K, nos platica acerca de los factores que se tiene a la hora de elegir una pareja.

“Son muchos los factores que juegan y no todos son factores conscientes, en general; desde un enfoque psicológico, sabemos que hay un factor consciente y un factor inconsciente para la elección de una pareja”, comenta.

David Carreón asegura que los factores conscientes pueden estar algunos en orden institucional o social, esto es: aquello que la familia nos ha trasmitido, qué es apreciado, qué es aceptado. Ciertos valores que se repiten y pueden ser de manera de naturaleza física, de naturaleza intelectual, profesional o de un estatus socioeconómico. Y estas son cosas que buscamos conscientemente.

Carreón dice que hay otros factores de índole inconsciente, puede tratarse de valores interiorizados desde la familia y otros que son de características personales.

Patrones al elegir pareja
Foto: Unsplash. Frank Mckenna

David Carreón apunta que entre los factores inconscientes, se va a buscar a personas que son similares a nosotros mismos o que son similares a nuestra familia o la relación que se tiene con alguien de la familia.

Es decir, personas que permiten entablar relaciones muy similares a las que hemos tenido con miembros de nuestra familia.

“Solemos repetir elecciones, buscar y repetir parejas similares, si bien no igualitas a la calca, pero similares”, menciona.

Repetir patrones de pareja
Pareja tóxica. Foto: Unsplash. Eric Ward

¿Cuándo pedir ayuda?

El psicoanalista apunta que si somos incapaces de identificar que es un patrón que se repita y en varias ocasiones derive en la elección de una pareja tóxica, debemos pedir ayuda.

“Requerimos de una terapia, que nos permita identificar qué es eso que estamos buscando”, puntualiza Carreón Robledo.

Finalmente, el terapeuta dijo que el mecanismo que él cree de solución, es a través de una psicoterapia.

Puedes contactar a David Carreón mediante el sitio web: https://centrok.mx/

No es algo raro

No te sientas sola en esto, si sigues patrones al elegir pareja. En 2019, un estudio de la Universidad de Toronto encontró que la gente a menudo busca el mismo tipo de persona en relaciones afectivas, una y otra vez.

“Es común que cuando una relación termina, la gente le atribuya el rompimiento a la personalidad de su expareja y decida que necesitan salir con un tipo diferente de persona”, dijo Yoobin Park, coautor del estudio, a Science Daily. “Nuestra investigación sugiere que hay una fuerte tendencia a seguir saliendo con una personalidad similar a la anterior”.

Se utilizó información de parejas y familias de diferentes grupos de edad: 332 personas, además de parejas actuales y pasadas.

Una ventaja, según Park, es que cuando tu nueva pareja se parece a la pasada en personalidad, es posible transferir las habilidades de comunicación que ya habías trabajado y comenzar bien la relación presente.

Sin embargo, también puede relacionarse con problemas persistentes de pareja.

Abuso emocional en relaciones de pareja. ¿Cómo identificarlo?

Cómo identificar el abuso emocional de pareja

Durante años, creímos erróneamente que la violencia eran solo golpes, gritos y empujones. Hoy sabemos que el abuso tiene diferentes manifestaciones, y que muchas de ellas incluso estaban tan presentes en el día a día que fueron normalizadas. Pero, ¿sabes cómo identificar el abuso emocional de pareja?

Para las víctimas, detectarlo suele ser complicado debido al estado de manipulación en el que se encuentran y, a medida que pasa el tiempo, los actos podrían desencadenar en violencia física o provocar efectos muy difíciles de superar.

Por ello, es importante que se hable de la violencia psicológica y emocional en todas sus formas. Te contamos cómo identificar el abuso emocional en relaciones de pareja.

Qué es el abuso emocional

La organización Day One, que trabaja en pro de la erradicación de la violencia de pareja, describe el abuso emocional como el ataque de una parte hacia el autoestima de la otra persona con el fin de hacerla sentir inferior mediante conductas como burlas, descalificaciones, control, chantaje, castigos o manipulación.

Estos comportamientos en una relación afectiva pueden manifestarse en cualquier punto del vínculo, y en ocasiones, confundirse con los estragos propios de éste, normalizando los abusos al grado de volverlos parte de su día a día.

La Entidad para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer de la Organización de las Naciones Unidas, conocida como ONU Mujeres, por su parte aclara que la violencia emocional consiste en deteriorar el autoestima a través de críticas, insultos y aislamiento.

El abuso emocional es una forma silenciosa de violencia. Foto: Unsplash. Sydney Sims

Cómo identificar el abuso emocional

La psicóloga Pamela Brz menciona que la violencia psicológica comienza desde que se deja a la otra persona sin herramientas para afrontar su vida con normalidad, haciendo parte de la cotidianeidad los comportamientos que le lastiman.

Entre las primeras señales de abuso emocional se encuentran las siguientes.

  • Control. Querer saber cada movimiento que das, con quién estás y a dónde vas. Invadir la privacidad exigiendo contraseñas y acceso a herramientas digitales.
  • Celos. Acusaciones sin fundamentos de que estás siendo infiel, insinuaciones de acercamiento a otras personas al grado de manifestarse violencia verbal.
  • Descalificaciones. Menospreciar tus habilidades, no tomar en cuenta tu opinión ni sentimientos. A medida de la intensidad, se le puede identificar con el término “gaslighting”.
  • Humillaciones. Comienzan con una intensidad menor, disfrazadas incluso de bromas o juegos entre la pareja. Quien sufre humillaciones por parte de su pareja normaliza los comentarios agresivos y llega a justificarlos.
  • Chantajes. También se disfrazan en la dinámica de pareja. Se pretende hacer sentir a la víctima responsable de actos fuera de su control para persuadirla a hacer o decir cosas. Un ejemplo muy claro es la famosa frase “si no lo haces es porque no me quieres”.
  • Castigos. Ante comportamientos que le parecen incorrectos recurre a castigarte “para que aprendas la lección”. Estos pueden ser ignorándote, rechazando tus llamadas y mensajes de forma intencional.

A dichas conductas se le derivan otro tipo de términos como el “ghosting” y el “breadcrumbing”, los cuales no siempre son violencia psicológica.

Sin embargo, es importante observar que estas dinámicas carentes de responsabilidad afectiva no se vuelvan un patrón, ya que en dichos casos, sí se estaría incurriendo en un abuso emocional, incluso si la otra parte no es consciente de ello.

El primer paso para salir es detectar el abuso. Foto: Unsplash. Sydney Sims

Soy víctima de abuso emocional, ¿qué puedo hacer?

El primer paso para romper un ciclo de violencia luego de detectarlo es buscar ayuda profesional pues, aunque no sean visibles, haber estado dentro de una relación donde existió abuso psicológico deja secuelas que pueden afectar a la víctima a corto o largo plazo.

La Oficina para la Salud de la Mujer del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos recomienda recurrir a una red de apoyo que te respalde en el proceso, como tus amigas y familiares, quienes te harán sentir cobijada mientras logras sanar y desapegarte de este tipo de conductas.

En casos donde la integridad de la víctima esté en riesgo, reitera la importancia de solicitar ayuda de los organismos correspondientes.

Qué secuelas deja el abuso emocional

Tras vivir violencia o abuso psicológico en una relación afectiva es normal experimentar estragos y secuelas derivadas de esta dinámica.

Algunos de los más reconocidos, de acuerdo con Pamela Brz, son baja autoestima, apatía, depresión, ansiedad y deterioro del estado anímico.

También las secuelas pueden presentarse de manera física como dolores de cabeza, pérdida de apetito, pérdida o aumento repentino de peso, problemas gastrointestinales, entre otros que podrían parecer irrelevantes ante los rastros que deja la violencia física pero que requieren la misma atención que ésta.

Womens Law, organización situada en Brooklyn NY que desde 2010 colabora con la Red Nacional para Eliminar Violencia Doméstica (NNEDV, por sus siglas en inglés), cuenta con un apartado de preguntas de interés para quienes creen estar sufriendo violencia emocional y brinda información para aquellos que desean ayudar a una víctima.

En dicho apartado reitera la importancia de poder identificar estas conductas en una etapa temprana.

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