¿Necesitas un nuevo sofá? Señales de que ya llegó el momento

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La importancia que tiene un sofá para la comodidad en tu vida diaria es enorme, ya que es la base que le da “vida” a tu sala; es el lugar para que descanses tras un día cansado de trabajo o el punto de reunión para que tus amigos y familiares disfruten de un tiempo de calidad. Desafortunadamente, nada dura para siempre.

Se dice que un buen sofá debe durar entre siete y 15 años, pero ¿cómo sé que ya se acabó el tiempo? Nosotras te decimos algunas señales que necesitas de un nuevo sofá.

Señales que necesitas un nuevo sofá

Living Spaces, sitio especializado en muebles, indica que en promedio, un sofá de tela de calidad puede durar de siete a quince años; los sofás de cuero de calidad pueden durar hasta tres veces más que los sofás de tela.

1. Tu sofá ya no funciona para tus necesidades

De acuerdo con un artículo de la página web The Spruce, debes pensar en actualizar tu sala una vez que los muebles ya no se adaptan a tus necesidades. ¿Creció tu familia? ¿Ahora tienes mascotas? O, tal vez, ¿sientes que te falta espacio con los muebles que has añadido?

Piensa en los asientos modulares, como si jugaras con piezas de Lego: puedes construir la forma que mejor se adapte a tus necesidades.

2. Ya no es cómodo

El objetivo principal de un sofá es proporcionar un lugar cómodo para sentarte, levantar los pies y disfrutar de una noche de cine en familia. Si te duele la espalda después de que te recostaste en el sillón, es el momento de que vayas a la tienda de muebles a comprar un nuevo sofá.

Andrea Rathborne, directora creativa de diseño de producto del sitio web Article, sugiere para The Spruce hacerse la siguiente pregunta: “¿Tu sofá hace que te quieras quedar más horas o días, o hay bultos en los cojines del asiento? ¿Hay patas rotas o el asiento está desnivelado?”

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Foto: Pexels. Andrea Piacquadio

A nadie le gusta los cojines lleno de bultos y con hoyos, eso es muy obvio. Pero considera si el marco funciona también para ti. Si los brazos son muy anchos, el asiento demasiado profundo (o no lo suficientemente profundo) o el respaldo demasiado erguido, todo eso influirá en una experiencia incómoda.

3. ¿Escuchas crujidos?

“Los sonidos de crujidos son una señal de que el marco de madera de tu sofá o los resortes o las correas en la cubierta del asiento están comprometidos”, compartió Jenon Bailie, director de comercialización y diseño de Room & Board.

Esto no solo puede afectar la capacidad para sentarte y relajarte (los resortes pequeños y las superficies irregulares no van de la mano con la comodidad), sino que también puede ser potencialmente inseguro. ¡Llegó la hora de actualizar!

4. La tapicería ya está más allá de la reparación

Los sofás resisten de todo, ya sea daño solar, manchas de vino tinto, rasgaduras de tu mascota, lo que sea. Si bien es de esperar un poco de desgaste, a veces un sillón simplemente no puede recuperarse, especialmente si las rasgaduras y los agujeros tienen espuma, relleno o pluma expuestos.

Si ya llegó un punto en el que te gastarías más dinero en reparar la tapicería que en comprar un sillón nuevo, ¿por qué insistir?

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Foto: Pexels. Lisa Fotios

“Una buena limpieza profesional puede hacer maravillas en un sofá, pero si la tela está rota o descolorida, no hay mucho que hacer. Es mejor empezar de nuevo en ese escenario”, comentó Bailie.

Si vas a comprar un sofá nuevo, es importante elegir una tela que resista el paso del tiempo, incluidas manchas pegajosas de los dedos de mantequilla de maní, rasguños de mascotas, etcétera.

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