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Si has notado que la preocupación, los nervios, el estrés y miedo llegan a tu mente y cuerpo antes de dormir en mayor medida de lo que sucede durante el día, debes saber que hay varias razones por las que esto sucede. Hoy te contamos por qué a veces te da más ansiedad por las noches y cómo puedes disminuir los pensamientos intrusivos para dormir mejor.
La ansiedad, de acuerdo con la Asociación Estadounidense de Psicología, es una emoción caracterizada por sentimientos de tensión, pensamientos de preocupación y cambios físicos como aumento de la presión arterial. No es lo mismo que el miedo, pues por lo general se relaciona más con una noción a futuro que con ser una respuesta inmediata a lo que se percibe como peligro.
Todas las personas sentimos ansiedad al menos una vez en la vida, pero también existen trastornos que pueden generar esta emoción más veces y con mayor intensidad. No es necesario tener un trastorno de ansiedad para experimentar cómo a veces las preocupaciones parecen invadirnos más por las noches.
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Por qué a veces te da más ansiedad por las noches
La psicóloga clínica Charissa Chamorro reveló para Live Science que muchas personas canalizan la ansiedad en proyectos creativos durante su día. Pero, al llegar la noche y terminar con las actividades cotidianas, los pacientes tienen menos distracciones, lo que lleva a un aumento de la sensación de ansiedad.
“Durante el día, la gente está ocupada con el trabajo, las obligaciones sociales y familiares. Muchas personas con ansiedad se vuelven expertas en canalizar el exceso de energía hacia proyectos productivos”, explica la especialista.
Pero, cuando estás acostada en la cama sin nada que te distraiga, la preocupación puede volverse pronunciada.
Otra posible razón de que la ansiedad empeore por la noche es que la fatiga vuelve más difícil lidiar con nuestras preocupaciones, explica la plataforma PsychCentral. Es como si tu cerebro no tuviera la energía necesaria para encontrar otra perspectiva. Luego puede surgir un ciclo dañino en el que la ansiedad altera tu ciclo del sueño y terminas arrastrando el cansancio.
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Por otro lado, un estudio realizado por la Revista Internacional de Psicofisiología descubrió que un grupo personas que no padecían trastornos de ansiedad, sentían más miedo durante las noches al estar expuestas a los mismos estímulos que recibían durante el día. Para llegar a esta conclusión, midieron sus frecuencias cardíacas y actividad de conductancia de la piel, además de elaborar informes subjetivos de miedo.
De acuerdo con Sleep Foundation, la ansiedad puede afectar al cuerpo después de que una persona se queda dormida y cambiar la forma en que avanzan sus etapas del sueño.
Qué puedes hacer
Existen algunas medidas que puedes tomar paulatinamente, como las siguientes.
Tener una rutina de relajación antes de dormir. Por ejemplo, dejar las pantallas desde una hora antes y practicar meditación o conversar con alguien.
Escribe tus pensamientos antes de dormir para evitar aferrarte a ellos. Otra opción es llevar un diario de agradecimiento.
Evita la cafeína poco antes de dormir.
Es necesario que, si la ansiedad se presenta de manera más frecuente en tu vida, acudas con un médico que pueda orientarte y ayudar a que la ansiedad disminuya. Recuerda que tener una buena salud mental es esencial para tu desarrollo como persona. Cuídate y pide ayuda si es necesario.
Desde hace varios años, Dinamarca es reconocido como uno de los países más felices del mundo según rankings como el World Happiness Report. Muchas quisiéramos agarrar las maletas inmediatamente para ir a comprobarlo, aunque eso no siempre es viable. Sin embargo, existen pequeñas lecciones que podemos retomar de países como éste y que podemos implementar para mejorar nuestro día a día. Una de esas lecciones es el ‘hygge’.
Este concepto se ha utilizado desde hace algunos años como inspiración para algunos libros y programas de televisión daneses, impulsando la popularidad e interés en el país nórdico. Nosotras te explicamos qué es el ‘hygge’ y de qué forma puedes aplicarlo para llevar una vida con menos estrés y más felicidad.
¿Qué es el ‘hygge’?
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De acuerdo con el portal web del Ministerio de Asuntos Exteriores de Dinamarca, este término se puede definir como la acción de tomarse un tiempo lejos de los deberes de todos los días para realizar actividades de disfrute y relajación junto a personas que queramos, o también en soledad.
Aunque la palabra ‘hygge’ data de 1800, la historia de este concepto viene desde la Edad Media, donde existía una palabra nórdica que significaba algo como “protegido del mundo exterior”. Esta idea implica pasar tiempo informal con amigos, familia o sola, en un entorno tranquilo donde tengas la oportunidad de olvidarte de la rutina diaria y tener tiempo de relajación.
No tiene que ser un retiro o un viaje para que se pueda cumplir esta función, puede ser realizar un picnic o salir a comer. No existen reglas precisas, simplemente es disfrutar de las alegrías de la vida y de las personas que nos rodean para poder tener un momento de pura felicidad. Pues el objetivo es hacer los momentos ordinarios especiales y significativos.
Por qué el ‘hygge’ es tan importante para los daneses
Al ser un país con un invierno largo durante el cual las horas de luz disminuyen, las personas suelen pasar mucho tiempo en sus hogares. Sobre todo en el invierno se pone en práctica este concepto.
Pero más allá del enfoque del disfrute, también se busca que por medio de este concepto se vean reflejados los valores que tienen los daneses como sociedad, en donde se pone en prioridad la igualdad y el bienestar de los habitantes de aquel país. Por lo cual, al implementar y priorizar estas experiencias se crea una atmósfera positiva y con menos conflictos. Esto también lleva a que las personas sean más felices y hasta productivas en su vida diaria.
Existen múltiples beneficios de implementar el ‘hygge’ en tu vida, primordialmente te ayuda con el cuidado y bienestar personal, también ayuda a tener mejor estabilidad emocional (aunque no es lo único). Everyday Health indica algunas razones para hacer que el concepto danés forme parte de nuestra vida diaria.
Reduce el estrés y mejora el bienestar emocional.
Enriquece las conexiones sociales.
Relaja el cerebro, lo que provoca sentimientos de comodidad.
Ayuda a tener una mejor resolución de problemas.
Reduce la ansiedad y aumenta los pensamientos positivos.
El impacto del ‘hygge’ en las industrias culturales
Las grandes empresas de entretenimiento incluso han tomado el concepto del ‘hygge’ para llevarlo a libros y artículos que te explican cómo puedes llegar a ese punto de la felicidad aplicando este término; también se comercializan velas y mantas suaves como complementos para tus actividades, entre otras cosas.
Un ejemplo claro de cómo se ha hecho alusión a este pensamiento en la industria audiovisual es con la serie danesa “The killing”, donde la actriz Sofie Gråbøl ocupó un jersey sumamente cálido y suave para hacer un contraste con los temas de violencia que toca el programa.
Recuerda que, si bien vale la pena consentirte de vez en cuando u ocupar elementos que mejoren la atmósfera de los espacios que habitas, no es necesario gastar mucho ni comprar cosas caras para acostumbrarte al ‘hygge’.
Todo esto ha logrado que las personas desarrollen un interés genuino por la cultura de este país y tengan la intención de visitarlo para poder vivir la experiencia del ‘hygge’ en todo su apogeo. ¿Te gustaría viajar a Dinamarca alguna vez?
Probablemente todas hayamos conocido a una o varias personas tóxicas o narcisistas a lo largo de nuestra vida, y sabemos perfectamente que lidiar con este tipo de comportamientos puede ser sumamente difícil y agotador. Saber actuar de manera deliberada sin engancharse ni permitir abusos, puede alejar las emociones negativas y el drama. Pero, ¿cómo?
Existe un método de balanceo en el que actuar con indiferencia y sin mostrar emociones puede alejar esos comportamientos indeseables. Se trata del método de la piedra gris; aquí te contamos cómo es que funciona y en qué casos.
Qué es el método de la piedra gris para evadir comportamientos tóxicos
Cuando piensas en una piedra, ¿qué es lo primero que se te viene a la mente? Quizá es gris, aburrida o hasta quizá lo suficientemente dura como para poder usarla en contra de alguien (solo metafóricamente, por supuesto). De acuerdo con un artículo publicado por la revista irlandesa Humanistic and Integrative Psychotherapy, el método de la piedra gris es una estrategia asociada con la gestión y negociación en relaciones tóxicas con personas de comportamientos narcisistas que recurren a la manipulación y el abuso.
La idea de esta estrategia es muy simple: que únicamente adoptemos la “personalidad” gris y dura de una piedra, lo que nos llevará a mantenernos firmes, neutras y calmadas a la hora de interactuar con una persona tóxica, cuyos comportamientos dependen y se alimentan de tu estado emocional. Al cruzarse con una actitud de piedra gris, comenzarán a alejarse o al menos a disminuir ese tipo de comportamientos.
Pláticas monótonas, respuestas impasibles y falta de expresiones faciales serán la clave para que la persona tóxica se aburra y aleje, así podrás darte un respiro de estos comportamientos que drenan tu energía emocional en el trabajo o situaciones sociales.
Se trata de elegir rodearte únicamente de personas con buenas vibras, amor y buen humor, que te impulsen a mejorar tu autoestima y bienestar. Claro que las relaciones son muy complejas y todas necesitan sus propios límites pero, según esta técnica, también puedes aplicar algunos filtros para alejar a la gente que no te hace bien.
¿Cómo aplicar el método de la piedra gris?
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Entonces, ¿cómo comenzar a ser una piedra gris? Según Better up, estos son algunos consejos que puedes seguir.
1. Mantente neutral y firme
Una de las claves será no mostrar ninguna emoción significativa cuando interactúes con una persona tóxica. Hablar con un tono neutral y minimizar el lenguaje corporal en general jugará un papel importante en la comunicación con estas personas. Al evitar emitir cualquier tipo de reacción, anulas la validación que están buscando.
2. No le prestes atención
La atención, validación y elogios son motivos para alimentar el ego de las personas con comportamientos narcisistas, que lo evites hará que pierdan interés en seguir interactuando contigo. Al entablar comunicación, habla sobre los temas necesarios y evita hacer preguntas que incentiven ese comportamiento problemático.
3. Únicamente interactúa lo necesario, sé breve y amable
En un lugar de trabajo, si es posible sólo responde de la manera más breve en medida de lo posible, no expliques más de lo necesario. Combinar el método de la piedra gris con la amabilidad podrá resultar en una indiferencia educada.
4. Nunca hables de lo personal
Evita hablar de tu vida personal o dar opiniones personales sobre temas cuando tengas que interactuar socialmente con personas que, según identifiques, tienen comportamientos tóxicos.
¿De verdad funciona el método de la piedra gris?
Como explica Verywell Mind, el método de la piedra gris es simplemente una técnica y no existe evidencia absoluta de que pueda ayudarte en todos los casos.
Todas las personas somos distintas y, por lo tanto, no todos quienes tienen comportamientos tóxicos reaccionan igual.
Existe la posibilidad de que la convivencia parezca volverse peor o que la persona adopte otra estrategia para obtener lo que quiere de ti: por ejemplo, crear una crisis para buscar tu apoyo o cambiar completamente su actitud para que bajes la guardia.
Es importante tener una red de apoyo entre tus personas de confianza (como amigas o familiares) y, de ser necesario, pide ayuda.
Existen varias maneras de lidiar con los comportamientos tóxicos.
Establece límites. Esto puede ser un reto para muchas personas e incluso es algo que se trabaja con ayuda profesional, pero a veces es necesario comunicar directamente tus límites y exigir respeto. No se trata de ponerte a pelear, sino comunicar clara y precisamente las cosas que no vas a admitir.
Recurre a un apoyo extra. Si las interacciones son en el lugar de trabajo, puedes acudir a un superior o al departamento de Recursos Humanos.
Acude a terapia. Asistir con un profesional de la salud mental siempre será buena opción. Reforzar el apoyo emocional te ayudará a establecer límites y mantenerte firme ante situaciones difíciles.
En teoría, recibir un halago debería ser algo agradable cuando viene de una persona que percibes sincera; en el mejor de los casos, hasta podría recordarte algo que te gusta sobre tu look o tu persona pero no habías pensado desde hace tiempo. Pero, para muchas de nosotras, parece muy difícil recibir cumplidos debido a la incomodidad, “vergüenza”, no saber cómo reaccionar o hasta porque nuestra autopercepción es distinta.
Si alguna vez te has preguntado por qué te es tan difícil recibir cumplidos, a continuación te platicamos al respecto.
¿Por qué es tan difícil recibir cumplidos?
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Un estudio citado por Harvard Bussines Review tomó muestra de 400 personas y casi el 70% asoció la vergüenza y la incomodidad con el reconocimiento o la percepción de un cumplido.
Aunque pudiera asociarse la baja autoestima con la dificultad para recibir cumplidos, la realidad no es así necesariamente. Y aunque no existe una respuesta sencilla, muchas veces nos incomoda porque no lo esperamos, es algo que nos toma por sorpresa.
Los cumplidos pueden tomarte por sorpresa
De acuerdo con el libro “Sorpresa: Abraza lo impredecible y diseña lo inesperado”, cualquiera que sea la situación, lo inesperado desencadena en las personas cuatro etapas.
Te quedas pasmada.
Intentas encontrar una explicación.
Cambias tu perspectiva.
Finalmente compartes la experiencia con el otro (por ejemplo, devuelves el cumplido).
Si bien las sorpresas son algo que pretenden causar alegría y entusiasmo, en la primera etapa las emociones intensas también pueden dejarte sin palabras. La experiencia de la intensidad emocional que te causa recibir un cumplido puede ser incómoda porque te “desestabiliza” no saber qué deberías responder. Inconscientemente te pones en una situación de vulnerabilidad emocional. Así lo explica Harvard Business Review.
En la segunda etapa, lo que tratas es entender o encontrar por qué alguien dijo lo que dijo. Buscas información que reafirme lo que piensas e ignorar lo que los demás puedan opinar. Puede causar discordancia porque la visión que tienes de ti misma, no es igual a la que tienen los demás sobre ti.
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La autopercepción nos hace más difícil procesar las cosas buenas que escuchamos sobre nosotras mismas. Denise Marigold, profesora asociada de desarrollo social en la Universidad de Waterloo, dice que desviar los cumplidos o comentarios positivos es una forma que usan las personas para protegerse ante futuros fracasos o rechazos.
En la tercera etapa intentas juntar lo que otros nos han dicho de manera positiva y lo que ya existe en la mente de cómo te autopercibes. Una vez hecho esto, puedes empezar a procesar los cumplidos de manera saludable y expresar cómo te hizo sentir eso.
La última etapa se trata de eso, de salir de tu cabeza y sentirte bien por el cumplido que te hicieron. La gratitud te puede permitir ser más amables contigo misma y con los demás.
¿Cómo empezar a aceptar los cumplidos?
Para empezar a recibir los cumplidos, de manera que no sientas incomodidad, de acuerdo con Psychology Today se pueden definir tres pasos a seguir: aceptar, amplificar y avanzar.
Aceptar el cumplido de manera genuina en lugar de evadirlo (ya sea que lo invalides de cualquier forma) amplificará tu forma de autopercepción y comenzarás a asimilar o disfrutar los cumplidos. Avanzar será cuando hagas preguntas como forma de aprovechar la oportunidad para conectar más con las personas a un nivel significativo.
Harvard Business Review también brinda algunos consejos para comenzar a reaccionar mejor a los halagos. Por ejemplo, tomar en cuenta que un halago se trata más sobre una experiencia de la otra persona (por ejemplo, que hiciste un buen trabajo y le gustó mucho el resultado) que la tuya (tal vez no te gustó tanto ese trabajo en particular). Entonces, simplemente puedes agradecer que a esa persona le gustó algo que hiciste, en lugar de cuestionar esa experiencia o minimizarla.
También es importante preguntarte cómo aprendiste tu tipo de respuesta a los halagos. Por ejemplo, quizá tus padres preferían devolver el cumplido inmediatamente, ignorarlo o minimizar sus logros; por otro lado, es posible que hayas conocido a una persona que percibiste como engreída, y no quieres sentirte así al aceptar los halagos.
A partir de reflexionar por qué respondes a los cumplidos como lo haces, puedes comenzar a trabajar en cambiarlo.
Cambiar tu respuesta normalizada a los cumplidos no será de la noche a la mañana, el tiempo y la práctica comenzarán a trasformar tu relación con los cumplidos.
Desde hace varios años se dice que el tercer lunes de enero es “el día más triste del año”. Según una combinación de factores, que incluye las presiones económicas y el final “oficial” de la temporada de fiestas, las personas tenemos mayor probabilidad de sentirnos decaídas en este día.
¿Sabes cómo lidiar con la tristeza del Blue Monday? Hoy te damos algunas recomendaciones que te podrían funcionar.
¿Es real el Blue Monday?
La idea del Blue Monday existe desde 2005, y se trata de un concepto que empezó a usar un coach de vida llamado Cliff Arnall, quien fue contratado por la compañía de viajes como parte de su campaña de marketing. Le pidieron trabajar en una fórmula para saber en qué fecha la gente querría salir de vacaciones a un lugar soleado para sentirse mejor.
La psicóloga Donna Ferguson dijo para un artículo del Centre for Addiction and Mental Health (Canadá) que si bien es cierto que la creación de este día se puede deber a una campaña de marketing, eventualmente se estableció como una regla y se difundió como una verdad.
Sin embargo, lo que sí puede afirmar es que durante el invierno hay mayor susceptibilidad a los sentimientos de tristeza. E, incluso, asegura que únicamente por ser denominado Blue Monday las personas pueden predisponerse a sentir tristeza el tercer lunes de enero.
Cómo lidiar con la tristeza del Blue Monday
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Si te preocupa la idea de que toda la información en torno a este día te afecte, hay acciones que puedes llevar a cabo para darle un pequeño giro a tu rutina y evitar caer en la trampa del Blue Monday.
Más allá de la publicidad alrededor de este día, considera que si esta época del año suele resultarte difícil, es importante acudir a tu red de apoyo o buscar ayuda profesional. Lo más importante es tu salud, y eso incluye tu mente.
1. Evita las actividades pasivas
Seguro es el momento del año en el que menos deseas moverte, pues las fiestas de fin de año te dejaron exhausta; tal vez por la tarde solo se te ocurra reposar en tu cama o sofá mientras ves alguna serie. ¿Tentador verdad? Si no se te antoja tanto ver tele el día de hoy, tienes el pretexto perfecto para buscar un plan divertido.
Busca que sean actividades que disfrutes y que no tengan relación viendo la pantalla, pueden ser cortas de 15 o 30 minutos. Las actividades productivas pueden darte una sensación de logro, dice la Asociación Estadounidense de Ansiedad y Depresión.
No se trata tampoco de forzarte a hacer cosas. Simplemente, enfócate en las cosas que te hacen feliz día a día.
2. Haz un poco de ejercicio
Está comprobado que el ejercicio es un antidepresivo y antiestresante natural. No solo ayuda a que tu físico se tonifique sino que mejora tu estado mental. Es probable que durante el invierno hayas decidido no renovar tu servicio en el gimnasio o que decidieras no salir a correr por las mañanas debido al frío. Pero, aunque dé flojera al principio, el ejercicio tiene la capacidad de hacerte sentir mucho mejor.
Hay opciones que puedes realizar desde casa, por ejemplo, poner tu música favorita para bailar o seguir una rutina en YouTube de tu ejercicio favorito.
3. Agrega la meditación a tu agenda
Aunque parezca contradictorio a la primera recomendación, ésta va dirigida a despejar tu mente de pensamientos que te lleven a un lugar oscuro y cambiarlos por los que te puedan llevar al amor propio.
Puedes, por ejemplo, hacer lo siguiente por unos minutos. Siéntate en una posición cómoda y respira varias veces con exhalaciones lentas y produndas; pon atención únicamente al movimiento de tu cuerpo cuando respiras y comienza a repetir frases de autoafirmación, que resulten significativas para ti.
4. Descansa y come bien
Parece ser lo más básico para cualquier malestar o para prevenir cualquier enfermedad, sin embargo, tu vida cobra un balance adecuado cuando tienes un sueño reparador o mantienes una dieta saludable. Esto lo agradecerá tu cuerpo y te hará sentir bien.
Hoy es un día perfecto para dormir tus horas completas y concentrarte en llevar una dieta balanceada, con alimentos que te llenen de energía.
5. Dale importancia a tus momentos felices
Cuando te sientes triste, seguramente lo que más alimenta tu mente son los recuerdos difíciles y los pensamientos negativos. Esto también se debe a que el cerebro tiende a recordar con más facilidad momentos no gratos.
Para ello, la Asociación Estadounidense de Ansiedad y Depresión propone llevar tu concentración a los sentimientos de gratitud y aprecio que tienes contigo misma o con los demás. Lo puedes llevar a la acción en forma de palabras, fotografías o entradas en tu diario.
En el marco del Día Mundial de la Lucha contra la Depresión, te presentamos información sobre esta enfermedad mental y 7 mitos sobre la depresión que tienen que erradicarse de una vez por todas. Es importante hablar sobre estos mitos y evitar invalidar los sentimientos de las personas. Si conoces a alguien que podría tener depresión, ofrece tu ayuda y acompañamiento cuando te sea posible.
El Instituto Mexicano del Seguro Social explica que la depresión es una enfermedad que puede afectar a cualquier persona y se manifiesta por cambios en el estado de ánimo, en el comportamiento, en los sentimientos y en la forma de pensar. Refieren que estos cambios son continuos y duran más de dos semanas.
Síntomas de la depresión
Algunos de los síntomas más frecuentes, de acuerdo con la red de hospitales UnityPoint Health son los siguientes. Sin embargo, es importante recordar que la experiencia no es igual para todas las personas y que solamente un especialista puede diagnosticar.
Bajos niveles de motivación e interés por cosas que normalmente la persona disfruta.
Incapacidad para concentrarse.
Insomnio o dormir en exceso.
Tener pensamientos suicidas.
Pérdida de apetito o comer excesivamente.
Sentimientos de tristeza, culpa, desesperación o de vacío.
Aislamiento, ausencia en la escuela o trabajo.
Falta de energía.
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La depresión afecta a 3.6 millones de mexicanos
Gerson Daniel Andueza López, doctor en Salud Mental y Desarrollo Humano adscrito a Grupo Punto de Partida Monterrey, explica que en México 3.6 millones de adultos padecen depresión. De esta cantidad, la mayoría son mujeres, pero cabe recordar que esta enfermedad afecta a personas sin importar género o edad.
“La depresión no es solamente estar triste momentáneamente y no es una cuestión de voluntad, sino que es una enfermedad mental incapacitante, con posibles consecuencias graves y que merma el desarrollo de una vida personal, familiar, laboral y social”, explica Andueza López.
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A continuación te presentamos 7 mitos sobre la depresión que tienen que erradicarse.
Mitos sobre la depresión que tienen que erradicarse
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1. La depresión es igual que estar triste
La tristeza es un estado del ánimo completamente normal. Hay diversos motivos por los que una persona podría estar triste, pero no significa que tiene depresión.
Como ya explicamos, la depresión presenta más síntomas, presenta un cuadro clínico a lo largo del tiempo y puede durar hasta años enteros. Además, la depresión trae consigo más emociones y pensamientos que la tristeza por sí misma.
2. La depresión no existe, solo es flojera
Este mito es de los más comunes, algunas personas piensan que la depresión solo es estar en cama a causa de flojera o “ganas de llamar la atención”, pero la realidad no podría ser más opuesta. Los pacientes con depresión tienden a dormir mucho, levantarse de su cama puede representar un esfuerzo enorme y muchas veces no pueden realizar sus actividades normales.
Levantarse hasta tarde, descuidar la imagen personal y olvidar tareas importantes, también son síntomas de la depresión. No es solo “flojera”.
Por otro lado, nadie “decide” tener depresión ni tampoco es una señal de debilidad.
3. La depresión no es una enfermedad
Muchas personas piensan que las enfermedades mentales no tienen la misma gravedad que una física. En el caso de la depresión, además de afectar la mente de la paciente, también puede tener repercusiones físicas y, a su vez, generar más enfermedades; así lo explica el Centro de Protección a la Salud del gobierno de Hong Kong.
Al igual que una gripe, fiebre o tos, la depresión muchas veces requiere medicación recetada por un especialista. Esta enfermedad puede hasta generar la muerte en pacientes, por lo que sí, es una enfermedad real.
4. La depresión se cura haciendo actividades recreativas
Muchos piensan que la depresión se cura y desaparece mágicamente yendo por una taza de café, haciendo ejercicio o “echándole ganas” por tus seres queridos. Pero lo cierto es que muchos pacientes continúan haciendo sus actividades normales y aun así tienen depresión.
Hay causas diversas de la depresión y, entre ellas, algunas pueden ubicarse en procesos muy complejos en el cerebro de las personas; también pueden intervenir factores genéticos. Por lo tanto, la depresión no es algo que soluciones al salir más con tus amigas.
Los sentimientos de vacío, pensamientos suicidas o la falta de concentración no se tratan yendo al parque o a restaurantes. Si bien estas actividades pueden ayudar a mejorar el estado de ánimo, la depresión se trata con ayuda profesional.
5. La depresión es contagiosa
Rodearte de personas con depresión no te hará padecerla. No es un virus, es una enfermedad mental y depende de factores genéticos y externos para que una persona sea diagnosticada. Ayudar a personas con depresión no te hará estar triste ni generará pensamientos suicidas en ti, más bien, aprenderás a reconocer los síntomas de una manera más clara.
6. Las infancias no padecen depresión
Como ya se dijo, la depresión puede llegar a cualquier edad, explica el sitio oficial de salud de la provincia de Alberta (Canadá). Y muchas veces es más difícil de identificar, una niña de 8 años puede tener depresión, así como un preadolescente de 14.
De acuerdo con una guía clínica del hospital psiquiátrico infantil Dr. Juan N. Navarro, la depresión en niños y adolescentes aumentó drásticamente en los últimos 60 años.
7. Todas las pacientes sufren los mismos síntomas
Existen varios síntomas y cada persona los presenta con distintas intensidades. Mientras que algunas pueden continuar con sus rutinas diarias, otras no pueden levantarse de la cama. La irritabilidad, el insomnio o las autolesiones no son frecuentes en todas las personas, por lo que es necesario que un médico diagnostique la depresión. Nunca le digas a alguien que “no se ve deprimida”.
Que la depresión se vea de cierta manera para una persona, no significa que pasará así con otra, explica UnityPoint Health.
¡Oh no, de nuevo llegaste tarde a esa cita que era importante! Perdiste la oportunidad que tenías y ahora te sientes mal porque deseas cambiar esa costumbre de llegar a todas partes tarde. Pero no sabes cómo hacerlo pues, ¿a quién acudes cuando tú estás siguiendo un mal hábito? La respuesta puede estar en el empeño y como efectúas los cambios que realizas.
Si quisieras cambiarlo, ¿cuánto tiempo te toma deshacerte de un mal hábito?
Los hábitos están hechos para darle forma a la rutina. Sin ellos, tal vez estaríamos nadando en un mar de incertidumbre. Sin embargo, cuando llegan para traerte problemas, debes comenzar a hacer una estrategia para deshacerte de ellos lo más rápido posible.
¿Cómo se crea un mal hábito?
Cuando desarrollas un mal hábito, tu cerebro no sabe ponerle un juicio o distinguirlo, lo hace porque es una respuesta ante un escenario que se presenta constantemente. Después de pasado algún tiempo tu cerebro comienza a hacerlo inconscientemente cada vez que se presenta la misma escena o una parecida, explicó Kiana Shelton, parte del Mindpath Health, para Real Simple.
Finalmente, tu cerebro solo intenta ayudar haciendo las cosas más sencillas para ti, sin saber que en realidad te está afectando. Por ejemplo, cuando sientes estrés y la primera respuesta de tu cerebro es comiendo algo dulce, esto fue satisfactorio para ti; entonces la siguiente vez que pases por lo mismo irás corriendo por una porción de comida dulce. Para tu cerebro esto está bien porque logró resolver el problema, pero tal vez estás elevando tu consumo de azúcar y aumentando un riesgo de salud.
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¿Cuánto tiempo te toma deshacerte de un mal hábito?
El tiempo que tardas en cambiar un hábito variará con respecto a la complejidad del hábito y el compromiso que tienes en el cambio. Resulta muy difícil ponerle un número porque cada persona y sus circunstancias son distintas, además de que el camino hacia dejar un mal hábito no es precisamente lineal.
En general este tiempo oscila entre los 18 y los 254 días, de acuerdo con Real Simple, que citó un estudio de 2009. Aunque el margen parece amplio, en la vida real puede serlo mucho más.
Medical News Today indica que, según encontró otro estudio más reciente, el tiempo aproximado podría ser de 66 días. De nuevo, se trata de una generalización.
Cómo añadirle velocidad al cambio
Estos son algunos consejos que puedes aplicar para olvidarte de un mal hábito, de acuerdo con la plataforma Calm. Sin embargo, es importante recordar que siempre está la opción de pedir ayuda profesional cuando un mal hábito está afectando tu vida o sientes que no puedes dejarlo tú sola.
1. Construye metas claras
No olvides que debes ser clara contigo misma. Sé específica y realista, pero prioriza las metas y agrega plazos de tiempo.
2. Identifica cuándo aparece el hábito
Seguramente sabes cual es el hábito que quieres desaparecer de tu vida, pero no sabes qué es lo que lo desencadena. Detente un momento a analizar la situación en la que estás cuando el hábito viene a ti.
Por ejemplo, tal vez te acuestas muy tarde porque te relajas “scrolleando” en redes sociales por la noche y se te hace fácil quedarte un rato más, luego ese mal hábito presenta consecuencias al siguiente día.
3. Cambia lo que te provoca el hábito
Después de identificar el escenario por el que se desencadena el mal hábito, lo que sigue es quitar aquello que lo provoca. Si no puedes hacerlo entonces cambia la manera en la que te relacionas con ello.
Uno de los errores más comunes cuando intentas terminar con un mal hábito suele ser la extrema perfección que deseas en tu proceso de cambio. No te presiones a aumentar tus logros, sé comprensiva contigo misma y acepta que hay días mejores que otros. Lo más significativo es que cada día tengas el esfuerzo de cambiar.
El mundo de las redes sociales se ha vuelto complicado para todos los usuarios, por diferentes razones. No solo está la desinformación (como lo vivimos en la pandemia de Covid-19) y el exceso de estímulos, sino también los discursos de odio y la violencia. El hecho de que personas detrás de una pantalla puedan vulnerar a otras simplemente por diversión y sin enfrentar consecuencias.
Existen sectores de la sociedad que reciben odio en mayor medida o que están más expuestos a la violencia digital. Es un tema que, sin duda, debe ponerse sobre la mesa para que comiencen a surgir estrategias y leyes que ayuden a combatir la problemática.
Nosotras te explicamos por qué las mujeres están expuestas a mayor odio en redes sociales.
Los mensajes de odio y la violencia digital
De acuerdo con la Secretaría de Mujeres, se puede definir la violencia digital como cualquier acción realizada a través de medios digitales e informáticos que tenga la finalidad de agredir, vulnerar o violentar a otra persona, derivando problemas emocionales o psicológicos de la víctima.
Un informe mediante el mecanismo MESECVI dio a conocer las principales formas de violencia digital hacia las mujeres en América Latina.
Ciberhostigamiento sexual en contra de mujeres jóvenes y la difusión no consensuada de imágenes íntimas.
Las redes sociales son el principal espacio digital donde se generan los actos de violencia, principalmente en Facebook y Twitter.
Cuando dan su punto de vista a favor de la equidad de género, los derechos de las mujeres o de las minorías suelen recibir mayor comentarios de odio por su postura.
Las herramientas digitales han facilitado que se genere el ciberacoso en contra de las mujeres, perpetuando discursos de odio por lo que hacen o dicen dentro de las redes sociales o portales de internet.
Basta con acceder a las redes sociales de algún medio informativo, la publicación de una celebridad o una cuenta dedicada al entretenimiento, para ver cómo se perpetúan pensamientos misóginos, la violencia de género y, básicamente, los discursos de odio hacia todo lo que implique inclusión, equidad o una vida libre de violencia.
Por qué las mujeres están expuestas a mayor odio en redes sociales
Un informe reciente de la Agencia de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea dice que las mujeres son el principal blanco de odio en internet, sin importar el país del que hablemos. Los discursos de odio incluyen lenguaje ofensivo, acoso e incitación a la violencia sexual.
ONU Mujeres coincide en que las mujeres, niñas y personas transgénero tienen mayor riesgo de experimentar discursos de odio mediante redes sociales y consecuencias a largo plazo por el ciberacoso.
En México, 9.8 millones de mujeres mayores de 12 años ha sufrido algún tipo de ciberacoso, según un informe del año pasado del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) donde se analizó la violencia digital en México. Los resultados de la investigación arrojaron que 29.3% de las mujeres en un rango de 20 a 29 años de edad fueron víctimas, mientras que 23.7% de los hombres recibió comentarios de odio.
La misoginia es parte fundamental del por qué las mujeres están expuestas a mayor odio en redes sociales a comparación de los hombres.
La existencia de los discursos de odio en redes validan las conductas de machismo que siguen presentes en la sociedad, favoreciendo su normalización en vez de la erradicación de esta cultura.
Las niñas, las jóvenes, las personas que tienen una discapacidad, las mujeres indígenas y las personas que pertenecen a la comunidad LGBTQ+ se encuentran en el grupo que recibe mayores discursos de odio. Lo que puede llevarles a desarrollar problemas de índole psicológico.
Su impacto psicológico
Este fenómeno también impacta de forma psicológica a las víctimas. La maestra Evelyn Serrano, psicóloga clínica y de la salud, mediante una entrevista que concedió a Nosotras mencionó algunas de las consecuencias de la violencia y los discursos de odio en redes sociales. “Estos discursos generan en las mujeres un impacto emocional muy fuerte; al grado de impactar en sus actividades cotidianas, ataques de ansiedad, distorsión de la propia imagen, depresión y en algunos casos hasta el suicidio”.
Igualmente, tocó el tema de cómo las personas suelen justificar este acoso con la excusa de que como individuos tenemos “libre expresión”; no se debe confundir este concepto con el discurso de odio hacia la mujer. “La violencia cibernética provoca daño a la integridad de la persona, este tipo de mensajes los vemos frecuentemente en internet, principalmente en las plataformas más importantes como Facebook, Instagram y TikTok”, agregó Evelyn Serrano.
La psicóloga compartió algunos métodos que las mujeres pueden poner en práctica para el autocuidado de su salud.
Es importante conocer los riesgos que existen en internet, no minimizar la información.
Informarte sobre cómo y cuándo denunciar si recibes ciberacoso. En México existen leyes que nos amparan.
Crear una red de apoyo, no estás sola.
Estrategias para prevenir la violencia
Plantear el problema y crear estrategías que ayuden a parar la violencia digital y los discursos de odio que viven las mujeres es fundamental para frenar el impacto negativo que se ha facilitado por la rapidez de los mensajes en redes sociales, lo que ha traído como consecuencia que se generalicen y tengan un alto alcance entre los usuarios.
Pero, ¿qué podemos hacer para cambiar esto? Evelyn Serrano considera que es importante crear espacios dentro del mundo digital donde se pueda hablar sobre la violencia digital de género y por qué es necesario tomar acciones inmediatas, debido a que este tema está tan normalizado que casi no se le da el foco de interés que merece. “Creemos que las agresiones solo es física o verbal, pero realmente es todo aquello que trasgreda nuestra integridad”, agregó Evelyn.
Otra forma en la que se puede lograr un cambio es con la creación de campañas que ayuden a las mujeres en contra la violencia digital de forma presente y futura, para que el público reflexione sobre cómo afectan los discursos de odio; a pesar de encontrarse en una pantalla no son inofensivos. “El silencio no será un arma más en contra de nosotras”, dijo al finalizar la psicóloga Evelyn Serrano.
Se busca que las jóvenes se involucren en este tipo de temas para que sepan qué hacer si llegan a sufrir algún tipo de agresión por medio de redes sociales.
Ley Olimpia, un precedente importante en cuestión de violencia digital
La Ley Olimpia es, en realidad, un conjunto de reformas legislativas en contra de la violencia digital; específicamente, se refieren a la difusión de material íntimo.
El nombre viene de la activista Olimpia Corral Melo, que después de haber sido víctima de una agresión sexual en la que se difundieron videos íntimos sin su consentimiento, se dedicó a promover proyectos para que las personas hagan conciencia sobre este tema.
Esta ley abarca desde subir un video o foto de índole sexual sin consentimiento de la otra persona a redes, y el acoso digital. Las penalizaciones van desde tres a seis años de prisión o multas de 500 a 1000 unidades de medida y actualización (UMA), dependiendo el delito.
¿Te imaginas tener un horario establecido en el que únicamente te dediques a preocuparte “a gusto”? Sí, pensarlo en un principio es raro o hasta suena absurdo pero, así como destinas tiempo para descansar, practicar un deporte o tener un hobby, también podrías programar el tiempo para preocuparte y encontrar posibles soluciones a eso que te aflige.
Si tiendes a preocuparte constantemente en tu día, es normal que te cueste trabajo liberarte de aquello que te roba la paz, incluso si te has esforzado en no hacerlo más. Al final, terminas el día estresada y ni siquiera cuando vas a la cama puedes dejar de pensar en ciertas cosas. Es por eso que te contamos si es posible programar el tiempo para preocuparte por cosas.
¿Se puede programar el tiempo para preocuparte por cosas?
Existe una técnica que ayudará a reducir la cantidad del tiempo que te dedicas a preocuparte por las cosas que están fuera de tu alcance (o, al menos, en las cuales no quieres pensar todo el día). Esta técnica consiste en elegir un horario en específico y dedicarte únicamente a esto, a preocuparte. No está prohibido, pero lo ideal sería que terminado ese lapso te olvides o dejes de lado tus preocupaciones. El objetivo es que, con el tiempo, se convierta en una herramienta útil para lidiar con el estrés y ser más eficiente en la resolución de problemas.
La idea de establecer un horario exclusivo para tus preocupaciones, es que liberes el resto de tu día y puedas aprovecharlo al máximo. Sabemos bien que las preocupaciones a veces pueden frenar la concentración y no desempeñar a full nuestras actividades diarias.
De acuerdo con Psychology Today, hay varias estrategias cognitivo-conductuales que pueden ayudarte a reducir considerablemente la preocupación. Una de las más efectivas, según explican, es el programar tiempo para preocuparte.
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La doctora Sabrina Romannoff, psicóloga clínica y profesora de la Universidad Yeshiva, enlistó para la plataforma Verywell Mind algunos pasos que sirven de ayuda para comenzar a preocuparte en tiempos específicos.
1. Establece el tiempo con cronómetro
Puedes dedicarle, por ejemplo, de 15 a 30 minutos a tus preocupaciones. Marca el horario y, si es posible, establece una alarma o usa un cronómetro para medir el tiempo y puedas salir de la inmersión en la que te encontrabas.
2. Preocúpate en un lugar incómodo
Elegir un lugar que te parezca incómodo (es decir, evita acurrucarte en tu sillón favorito) te puede ayudar a concentrarte en lo que realmente importa, que es encontrar las posibles soluciones a las preocupaciones.
La idea no es que la pases mal, sino que no tengas tentación de quedarte más tiempo del necesario. Además, ¿por qué querrías asociar tu lugar favorito con el estrés?
3. Evita que sea muy tarde
Esto realmente depende de cómo adaptes tus tiempos pero, en general, se recomienda que no sea tan noche; esto, porque conforme pase el tiempo puede que te surjan más preocupaciones y tengas la tentación de abordarlas en el momento, rompiendo con el horario e interrumpiendo la técnica.
Si eliges, por ejemplo, un tiempo como las 6:00 pm, tienes oportunidad de relajarte y distraerte después y antes de dormir.
4. Guarda tus preocupaciones
Es importante que respetes el horario ya establecido que tienes para preocuparte. Si durante el día te surge una duda, problema o algo relacionado, escribe notas y guárdalas para cuando llegue el momento de examinarlas a profundidad.
5. Cómo abordar tus preocupaciones
A medida que abordes cada una hazlo por clasificación, pregúntate si hay algo que puedes hacer o simplemente es algo que está fuera de tu control. Después, prioriza las cosas que urgen. Si puedes cambiarlo, busca todas las aristas de la preocupación y resuélvela. Si está fuera de tu control haz un esfuerzo por aceptarlo y continúa.
¿Realmente funciona esta técnica?
Un estudio realizado por investigadores de la universidad de Penn State separó a personas en dos grupos, de los cuales a uno se le dijo que programara tiempo para preocuparse y, al otro, que actuaran como de costumbre.
El grupo de personas que programó tiempo específicamente para preocuparse experimentó una disminución de ansiedad y una mejor conciliación del sueño, a comparación del grupo que no programó tiempo.
Esto demuestra que limitar nuestro tiempo para preocuparnos, puede ayudarnos a que el tiempo en el que no estemos preocupadas, sea mucho más productivo. Además, ponerlo en práctica puede ayudar a que no se vea drenada tu fuerza mental a lo largo del día.
Si te ha pasado que tienes que levantarte a cierta hora pero aun así decides posponer tu alarma, o si terminas levantándote una hora más tarde porque apretaste el botón de “posponer” muchas veces, debes saber que estás dañando tu ciclo de sueño. Aunque esto puede parecer una inocente acción, lo cierto es que no es para nada recomendable y podría ser la razón por la que te sientes cansada durante el día. Por eso te decimos qué hacer cuando no puedes dejar de “posponer” tu alarma.
Sabemos que a veces es bastante tentador dormir cinco o 10 minutos más, pero si regularmente inicias de esta manera tu día, debes tomar cartas en el asunto. Despertar para apagar o “posponer” tus alarmas, dormir cinco minutos y que vuelva a sonar tu despertador no es nada bueno para tu cerebro.
De acuerdo con expertos, estas interrupciones de sueño pueden afectar tu rendimiento durante el día y hacerte sentir somnolienta a pesar de haber dormido ocho horas. A continuación te decimos qué hacer cuando no puedes dejar este hábito.
Qué hacer cuando no puedes dejar de ‘posponer’ tu alarma
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1. Crea un horario habitual de sueño
Este problema hay que cortarlo de raíz, por lo que establecer un horario fijo de sueño te ayudará a acostumbrar a tu cuerpo a ciertas horas de descanso. Por ejemplo, si decides dormir a las 11:00 pm y despertarte todos los días a las 7:00 am, tu cuerpo debe saber que con ocho horas es suficiente y se levantará al escuchar la primera alarma.
Al principio puede parecer difícil, pero una vez que lo hagas, se creará un hábito que te beneficiará en muchos aspectos. Para lograr esto, evita usar tu celular una hora antes de dormir, no tomes café o alimentos con azúcar en la noche y no tomes siestas durante el día.
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2. No te pongas horarios que no cumplirás
Tener un horario que sabes que sí puedes cumplir es fundamental. Por ejemplo, si te cuesta despertar evita poner alarmas a las 4:00 a.m., “para hacer ejercicio, meditar y leer un libro antes de iniciar tu día”. Si sueles levantarte a las 8:00 a.m., es muy poco probable que de un día para otro tu cuerpo quiera despertar cuatro horas antes.
Si tu objetivo es levantarte más temprano, hazlo de forma gradual. Por un mes configura tu alarma una hora antes; al siguiente mes, dos horas. No lo hagas de golpe porque lo único que provocarás es que pospongas tu alarma muchas veces. En pocas palabras: ni dormirás bien ni lograrás tu meta.
3. Pon tu alarma lejos de ti
Esto suena cruel, pero es efectivo. Poner tu despertador o celular a unos metros de tu cama es una gran manera de obligarte a levantarte para apagar la alarma. Normalmente, las personas colocan su despertador cerca de ellos (en una mesita o debajo de su almohada), pero esto es contraproducente si sueles posponerla.
Al levantarte y caminar para detener el sonido, evitarás posponer tu alarma desde la comodidad de tu cama. Eso sí, si tienes el sueño muy pesado, procura subir el volumen para que puedas escucharla.
4. Evita usar tu celular al despertar
Si ya venciste la tentación de posponer tu alarma, debes saber que hay otro factor que puede hacerte sentir cansada. Y ese es el uso del celular inmediatamente después de despertar.
En cambio, opta por hacer tu rutina de otra manera, ya sea que desayunes o te bañes primero. Evitar distracciones como las redes sociales mejorará tu concentración en las mañanas y el tiempo te rendirá más.
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5. Las pequeñas acciones harán la diferencia
Una vez despierta, siéntate por unos minutos y comienza tu día ordenando tu cama. Después toma un vaso con agua y empieza con tus actividades normales. Cepillarte los dientes, desayunar, bañarte, hacer ejercicio, sea cual sea tu rutina, es fundamental que el primer paso que des sea vencer al sueño y activarte.
También puedes optar por prender la luz, abrir las ventanas una vez despiertas o escuchar tu música favorita. Esto hará que el sueño se vaya y puedas empezar tu día con el pie derecho.
Bien. ¿Bien? La respuesta viene en automático. Es natural que no le demos demasiadas explicaciones al que nos pregunta cómo estamos por simple cortesía, pero tener un poco más de honestidad con nosotras mismas y atrevernos a sentir con conciencia cada una de las sensaciones de nuestro cuerpo o nuestras emociones es una forma de practicar mindfulness.
Se trata de una herramienta para buscar estar absolutamente presentes en este momento, de volvernos conscientes de lo que podemos sentir, sin emitir juicios ni tratar de interpretarlo o incluso entenderlo.
Está comprobado que practicar mindfulness a través de diversas herramientas nos ayuda a disminuir significativamente nuestros niveles de estrés. Un estudio realizado por la American Psychological Association estudió los niveles de estrés de pacientes que fueron expuestos a técnicas de mindfulness durante 8 días. Los resultados indicaron que, al final del ejercicio, la mayoría de los pacientes mostraron una gran disminución en los niveles de cortisol, y dijeron sentir menos estrés y ansiedad.
Para el mismo estudio se tomaron resonancias de la actividad cerebral de las personas mientras veían una película antes y después del ejercicio de mindfulness. Las imágenes mostraron que, luego de la meditación, los sujetos mostraban menos reactividad natural a la misma película. Esto podría ser un indicador de que esta práctica de meditación nos ayuda a regular la manera en la que reaccionamos y gestionamos nuestras emociones.
El mindfulness es una herramienta que nos ayuda a procesar la información que recibimos de cientos de estímulos diarios desde un estado mental y emocional más sereno. A consecuencia, nos resulta más fácil empatizar con una situación ajena o sobrellevar mejor aquello que nos podría resultar amenazador.
Cómo practicar mindfulness
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1. La respiración
Realizar ‘Pranayama’ o ejercicios de respiración nos ayuda a calmar la mente y conectar con nuestras sensaciones. ¿Qué sientes cuando aguantas la respiración? Quizás simplemente concentrarnos en que cada inhalación dure lo mismo que cada exhalación es suficiente para calmar la mente.
Trata de conectar con tu respiración durante al menos cinco minutos al día, visualiza cómo el aire que entra purifica lo que hay dentro de ti y cómo en cada exhalación eres capaz de liberar todo aquello que te resulta agotador.
2. Terapia de sonido
Permítete sumergirte por completo en el sonido. Buscar estar completamente presente durante una terapia de ‘sound healing’ es una forma de mindfulness; concéntrate en lo que escuchas y en cómo eso vibra en distintas partes de tu cuerpo físico y emocional.
¿Qué te hace sentir el sonido? ¿En qué parte del cuerpo sientes su eco? El sonido es una frecuencia sanadora con la que podemos conectar casi de manera instintiva. Relájate y siente tu cuerpo, observa tus pensamientos sin juicio y date cuenta de cómo, poco a poco, tu respiración se comienza a fusionar con el sonido.
3. Vuélvete observadora en la cotidianidad
En la rutina diaria es muy fácil que caigamos en actuar casi de manera inmediata. Practicar el mindfulness en acciones pequeñas nos brinda la oportunidad de cambiar de perspectiva.
Vuélvete absolutamente consciente de las sensaciones al comer tu fruta favorita, de los colores, aromas y sensaciones que quizás ignoras si comes frente a la televisión. Toma un baño y permítete concentrarte solo en lo que estás haciendo en ese momento.
Atrévete a volverte consciente del momento presente, de cómo te relacionas con él y observa tus maneras de reaccionar. La conciencia de nuestro entorno es un primer paso para observar cómo es que nos relacionamos con él.
Seguramente te has quedado más de una vez comparando tus logros y éxitos con los de otras personas en las redes sociales. En esos momentos tal vez no pares de pensar que no has logrado nada o te pongas a cuestionar las cosas que has obtenido con tu esfuerzo, pensando que “no son suficiente” o que “no mereces tu éxito”. Y no eres la única que lo siente, se ha comprobado mediante estudios que existe una relación entre las redes sociales y el síndrome del impostor.
Así es la relación entre las redes sociales y el síndrome del impostor
Cuando una persona deja de sentirse segura por sus logros y conocimientos en su área de trabajo, se puede decir que tiene el famoso síndrome del impostor. Está afección también se caracteriza por sentir que se le está mintiendo a todas las personas a su alrededor sobre sus habilidades. No solo significa sentirse insuficiente sino tener miedo de que descubran el “engaño”.
El síndrome del impostor no es como tal una enfermedad o trastorno, sino una experiencia que muchas personas tienen en común y cuyo término se acuñó por dos mujeres en la década de los 70.
Todo esto únicamente es un sentimiento, son miedos e inseguridades que se manifiestan de esa forma. Lo que quiere decir que eres capaz en el área en la que te desempeñas, solo que tú misma estás perdiendo la confianza en ti misma.
La plataforma de salud mental Choosing Therapy explica que el síndrome del impostor es peligroso porque puede provocar problemas para dormir, depresión, ansiedad e insatisfacción en el trabajo, tan solo por mencionar algunas consecuencias.
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Las redes enfocadas en trabajo y el síndrome del impostor
Se cree que las redes sociales enfocadas en el trabajo (búsqueda de empleo, networking e intercambio de opiniones), de las cuales LinkedIn es el mayor ejemplo, podrían influir en que una persona comience a experimentar síndrome del impostor. Debido a que al observar tantos perfiles que parecen ser más exitosos, más calificados o más habilidosos, se pierde la confianza en sí misma y es más fácil pensar que una no es suficiente.
Un estudio de la University of Edinburgh Business School explica que redes como LinkedIn podrían ser capaces de inducir el síndrome del impostor. Se encontró que cuando las personas usaban la red y publicaban sobre sus logros laborales (es decir, enfocándose en éxitos y logros), experimentaban más sentimientos relacionados con la ansiedad y depresión. No solo eso, sino que muchas personas a partir de eso deciden emprender acciones para erradicar el síndrome del impostor, como inscribirse a cursos en línea.
Este ciclo puede desencadenar una serie de pensamientos sobre el desarrollo profesional. No hay peor estrategia que compararse con las demás personas; muy probablemente saldrás perdiendo (como nos pasa a todas, al menos en nuestra mente) y esto abonará a tu sentimiento de impostor.
En anteriores estudios, citados en el trabajo de Ben Marder, ya se había comprobado la relación que tiene la ansiedad y depresión con el uso de redes sociales como Facebook. Sin embargo, se ha podido observar también que el mismo fenómeno sucede en redes como LinkedIn y es aun más marcado debido a que en esas plataformas se busca destacar de manera profesional.
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¿Qué puedes hacer?
La organización Choosing Therapy comparte algunas recomendaciones con las que podrías desvanecer los sentimientos del síndrome del impostor.
1. Acéptate a ti misma
Hay habilidades que no tienes, pero no debes concentrarte en ello, mejor reconoce lo que sí eres. Disminuye las autocríticas y ten compasión por ti misma. Reconoce tus virtudes, calificaciones y habilidades, esto puede ayudarte a sentir confianza de nuevo.
2. Revisa tu archivo de logros
Date una vuelta por los objetivos que lograste, recuerda cuánto te esforzaste para obtenerlos, así como los aprendizajes que tuviste. Ahí encontrarás la valía de tu trabajo, mirando hacia atrás y observando todo lo que has logrado. Reemplaza el hábito de compararte con las demás personas por el de revisar tu archivo, esto te devolverá la confianza que perdiste.
3. Tómate un descanso de las redes sociales
Cuando un alimento le hace mal a tu cuerpo, lo primero que haces es dejar de consumirlo; si te gusta mucho, tal vez lo regreses a tu dieta con mucha menos frecuencia. Esto lo puedes hacer también con las redes sociales.
También es importante recordar que en las redes sociales se muestran los momentos más destacados de las personas y muchos de ellos no son completamente reales. Permítete descansar de ello por unos días, puedes empezar por reducir el tiempo hasta que puedas dejar de ingresar a las redes por intervalos extensos.
Finalmente, si el problema continúa y no encuentras la manera de volver a creer en ti, considera la posibilidad de llevar un acompañamiento psicológico.
Recuerda que las redes sociales como LinkedIn pueden ser una fuente muy valiosa de contactos, experiencias laborales y empleo, pero es importante mantener el enfoque en tu salud mental y bienestar.
En el entorno laboral hay diferentes personas con las que tienes que convivir. Entre la variedad de colegas que puedes tener, existen personas con las que evitas hablar o pasar el rato porque después de ello te sientes sin una gota de energía, parece inexplicable, pero terminas exhausta después de colaborar con ese compañero. Tal vez esto signifique que tienes un vampiro en el trabajo.
¿Asustada o emocionada por tener un personaje sobrenatural como compañero de trabajo? Esto no es tan literal como suena, debido a que un vampiro de este tipo solo se lleva tu energía y, a diferencia de otros, no brilla debajo de los rayos del sol.
¿Cómo puedes identificar a un vampiro en el trabajo?
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Como su nombre sugiere, un “vampiro” energético es una persona que te deja agotada, molesta, con estrés y abrumada por diferentes razones.
Existen de diferentes tipos, que te quitan tu energía de maneras diversas aunque la persona en cuestión sea carismática y casi ni te des cuenta de lo que sucede. Te dejamos algunos de los más representativos.
1. El protagonista de las historias dramáticas
Los “vampiros” que se caracterizan por siempre tener una historia atroz de la cual son protagonistas y víctimas. Siempre llegará con una nueva anécdota de algo que salió mal, parecerá que una nube de desgracia le persigue. También, está más interesado en los comentarios de compasión que en las posibles soluciones.
¿Cómo lidiar con él?
Cuando empiece a hablar sobre sus desventuras, lo primero que debes hacer es dejar de ponerle el tipo de atención que busca. No hagas preguntas sobre detalles de lo que le pasó o aportaciones sobre lo que podría hacer. Si es una labor o proyecto que te involucra a ti, es momento de saltarse la parte de la tragedia y pregúntale cómo pueden solucionar o qué pueden hacer.
2. Compañero desleal
Tal vez te hayas encontrado con alguien que, a pesar de estar en un equipo de trabajo, no hace sus tareas como deberían hacerse y cuando algo sale mal culpa a alguien más por sus faltas. Esta persona no dejará que se manche su honor así que hablará con el jefe o jefa para decir quien, de acuerdo con su opinión, es quien hizo mal su trabajo.
Esto se vuelve desgastante porque un proyecto se convierte en un juego de culpas y al final, lo que se debe resolver, es el drama que esta persona generó.
¿Cómo lidiar con él?
La empresa Gleeson Recruitment Group recomienda la nula confrontación con este tipo de personas. Porque su modo de actuar es culpar a las demás por lo que hacen y podría hacer un drama alrededor de ti.
Si es tu compañero de equipo, deberías deslindarte lo más posible de sus decisiones. Si esta persona está bajo tu cargo, debes hacer uso de la asertividad para buscar que la persona se haga responsable de sus acciones y no dar espacio al drama.
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3. El autor de los ‘halagos no halagos’
Este vampiro se caracteriza porque no deja de hacer comentarios pasivo-agresivos sobre tu trabajo, lo que podría bajar tu seguridad y arrebatarte la energía. Tambíen puede ver cómo tu trabajo está dando frutos y acercarse a ti para que no disfrutes de tu éxito.
¿Cómo lidiar con él?
Lo mejor que puedes hacer con estos vampiros energéticos es hacer una coraza gruesa en donde no puedan entrar o en donde no puedan salir tus sentimientos. Judith Orloff, autora bestseller, indica en su sitio web oficial que esta armadura puedes imaginarla como un coco en la que la parte más suave eres tú, mientras que lo externo es grueso.
4. El comediante perdido
Este vampiro suele ser el que dice comentarios hirientes justificándose como chistes. Puede ser también quien habla sin importarle tus sentimientos o lo que necesitas. Esta persona no dejará de decir comentarios tanto incómodos como ofensivos sobre ti de manera discreta.
¿Cómo lidiar con él?
Judith Orloff recomienda para este tipo de “vampiro” que aproveches cualquier momento para interrumpirle y pedirle que te respete. Este tipo de personas no entienden de otra forma más discreta, así que debes ser lo más explícita posible.
Ahora que sabes que tienes un “vampiro” en el trabajo ¿ya elegiste una forma de lidiar con él?
Tal vez conozcas algunas prácticas de relajación como lo son la meditación o el yoga, que funcionan entre otras cosas para liberarte del estrés. Pero, ¿habías escuchado hablar sobre el ejercicio somático? Esta práctica es otra manera de poder relajarte sin demasiado esfuerzo, solo requieres de concentración y voluntad.
Si estás interesada en conocer esta práctica, te contamos lo que necesitas saber sobre el ejercicio somático y cómo es que puede ayudarte.
¿Qué es el ejercicio somático?
Rachelle Tsachor, profesora asociada de movimiento teatral en la Universidad de Illinois en Chicago, describió para la plataforma Everyday Health el ejercicio somático como consciencia o la práctica de concentrarte en estar presente durante el movimiento, además de estar profundamente conectada con tu cuerpo.
Originalmente el término fue acuñado por Thomas Louis Hanna en su libro “Bodies in revolt: A primer on somatic thinking”, el cual explica que los ejercicios somáticos requieren de concentración sobre lo que sientes al realizar distintos movimientos con tu cuerpo de la manera más suave y delicada posible.
Las prácticas de este tipo se definieron en un artículo publicado por Frontiers in Psychology como enfoques que se basan en el movimiento para la conciencia del cuerpo interno, lo externo y el movimiento en el espacio. Es decir, el ejercicio somático es toda una experiencia interna que guía los movimientos, en lugar de obligarlos.
La práctica somática a diferencia del estiramiento
Si bien estirarse puede ser un movimiento que podemos realizar de manera involuntaria, cuando se pone en práctica de manera totalmente consciente, según la somática, podrías mover varias partes del cuerpo aumentando la flexibilidad y el rango de movimiento. Lo que busca el ejercicio somático es liberarte de la tensión acumulada en tu cuerpo, pero moviendo los músculos con consciencia de cómo se sienten al intentarlo en diversas posiciones; todo con movimientos naturales, no forzados.
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Una profesora de yoga, Sadie Nardini (fundadora de Core Strenght Vinyasa Yoga), refirió para la plataforma Everyday Health que no solo son simples estiramientos, en realidad la conciencia somática busca ayudar a liberarte de la tensión a la que tu cuerpo está sometido día y noche.
No es lo mismo estirarte de manera involuntaria, a que lo hagas bajo consciencia de manera suave y lenta. Cuando lo haces así, los movimientos se alargan más al grado de resultar cómodo para tus músculos, así lo describió un artículo publicado por la revista especializada Annals Of Indian Academy of Neurology.
Beneficios del ejercicio somático
Según el portal Healthline, los ejercicios somáticos pueden ayudarte a disminuir los efectos de problemas como la ansiedad u otros malestares como lo son la tensión muscular, problemas digestivos, dificultad para dormir y problemas respiratorios. Todo, por supuesto, como complemento de tratamiento con un especialista.
El objetivo de los ejercicios somáticos es ayudarte a notar respuestas físicas a través de la liberación de la tensión acumulada en tus músculos.
Ejercicios que emplean prácticas somáticas
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Los ejercicios somáticos requieren de concentración para que la experiencia interna sea mayor a medida que te mueves. Hay disciplinas que se relacionan íntimamente con el ejercicio somático, como la Técnica Alexander y el Método Feldenkreis.
Algunas prácticas que ya conoces y que se pueden considerar somáticas son el baile, yoga y los pilates. Si se realizan bajo la consciencia requerida pueden ayudarte a aprender formas más eficientes de mover tu cuerpo y remplazar patrones de movimiento antiguos que son los causantes de tu tensión muscular.
Para comenzar a experimentar este tipo de ejercicios es posible encontrar tutoriales y rutinas en línea, aunque lo más recomendable es acudir a clases con una persona que tenga certificaciones y pueda tomar en cuenta condiciones de salud específicas.
Actualmente las redes sociales facilitan muchísimo la forma en la que nos comunicamos, al ser bastante dinámicas y darnos inmediatez, se convierte en una gran herramienta que usamos en nuestro día a día. Pero, como todo, tiene su lado malo (o bastantes lados malos); así como es de fácil usarlas, es posible notar diversos efectos negativos en nuestra vida a consecuencia del uso excesivo de ellas. Desde problemas de productividad hasta daños en nuestra salud mental.
Si te sientes identificada con dedicarle mucho tiempo a las redes, debes saber que no eres la única que casi siempre está inmersa en el celular. Si te gustaría reducir el tiempo que pasas en redes sociales, te contamos algunos tips que podrán ayudarte a limitar su uso.
Distracción en redes sociales
Un reciente estudio realizado por Ginux Market Data reveló que, en promedio, las personas tocan su celular alrededor de 2,617 veces al día, y el 10% toca su celular más de 5,400 veces al día. Esto demuestra que fácilmente la mayoría de nosotras es propensa a desarrollar una especie de adicción por las redes. Éstas tienden a disminuir nuestra productividad por lo fácil que es distraernos, además de impactar en nuestra forma de relacionarnos y puede tener efectos en la salud mental.
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Los datos brindados por el estudio demuestran que las redes sociales reducen la productividad en 1 de cada 4 personas. El estudio también describe que un factor que hace atractivas a las redes sociales es su “atractivo hedonista”, es decir, el placer que sentimos al usarlas porque nos distraen de la realidad por momentos, minimizando y evitando que realicemos nuestras tareas o trabajos. Como usuarias de las redes sociales tendemos a aprovechar de manera activa las plataformas para satisfacer una necesidad que encontramos gratificante de alguna u otra forma, como el sentir pertenencia, conexión o simplemente como un alivio al estrés al que nos sometemos a diario, aunque solo sea por simple distracción.
Las redes pueden servirnos como liberación o un pequeño escape inmediato, sin embargo, el tener autocontrol nos ayudará a usarlas de mejor manera y no solo generar una relación tóxica con ellas.
Tips para poner límites en tu uso de redes sociales
Si te preguntas cómo es que podrías aprender a limitar tus tiempos en las redes sociales para enfocarte más en tus actividades y en la gente que te rodea, a continuación te contamos algunos tips que te podrán ser de ayuda.
Si estás experimentando problemas en tu vida diaria a raíz del uso excesivo de las redes o comienzas a notar efectos negativos en tu salud, es importante considerar la ayuda profesional.
1. Establece un tiempo para trabajar sin el celular a la mano
Puedes adaptar un espacio exclusivo donde puedas trabajar de manera concentrada, de manera que puedas alejar el teléfono de tu lugar de trabajo; también puedes simplemente apagarlo en un tiempo determinado.
Las redes son divertidas y puede suponer un desafío mantenerse alejada de ellas, pero si lo intentas durante al menos dos o tres horas, podrás descubrir cuánto puedes avanzar en cuanto a tus actividades y evaluar la gran diferencia que supone el estar desconectada por un momento.
2. Establece un horario para navegar en redes sociales
Elige un horario en el que estés libre de tareas para poder usarlas, pero estableciendo un límite. Es decir, tú decides si dedicarles treinta minutos o una hora, pero delimita el tiempo y asegúrate de cumplirlo.
3. Desactiva las notificaciones
Este pequeño cambio limitará tu tentación de entrar a redes sociales y ver una nueva publicación, así ganarás mayor tiempo de productividad.
4. Descarga un bloqueador de redes sociales
Como indica el sitio web Essence, descargar una de estas apps puede ayudarte a terminar con la tentación de entrar a redes sociales, si al principio te cuesta trabajo hacerlo cuenta propia. Con uno de estos bloqueadores no tendrás acceso a las redes sociales durante un periodo determinado, que van desde los 15 minutos o incluso horas.
Estas son algunas opciones gratuitas.
AppDetox. Esta aplicación te permite desintoxicarte (como su nombre lo indica) de cualquier aplicación que suponga una distracción. En ella podrás establecer tus propios límites y reglas, ya sea que decidas ser permisiva o un poco más estricta en cuanto al uso de las redes sociales. Además de controlar tu tiempo frente a la pantalla, esta aplicación también te permitirá tomar descansos. Está disponible en Google Play.
SPACE: Break Phone Addiction. Esta aplicación ofrece un programa personalizado, lo adaptas a tus hábitos y a tu rutina del uso del celular. Podrás consultar estadísticas sobre las aplicaciones que más usas, bloquear notificaciones, entre otras funciones más que te ayudarán a limitar el uso de navegación por internet. Disponible para Android y iOS.
AppBlock. Bloqueará páginas no deseadas y aplicaciones de manera temporal en tu dispositivo, así podrás controlar tu uso del celular durante el trabajo o la escuela. La aplicación de bloqueo puede estar activa por horas y hasta fechas precisas, y una vez terminado el tiempo de restricción establecido, podrás volver a usar tus aplicaciones. Disponible para Android y iOS.
La preocupación es una emoción que experimentamos a menudo por diferentes situaciones cotidianas, algunas de las cuales que sí podemos controlar y otras simplemente tendremos que soltarlas porque es algo que no está dentro de nuestro alcance. Hablando de “soltar”, ¿has escuchado sobre la teoría ‘Let them’?
Puede ser que a veces te sientas preocupada por pagar las cuentas o por algún pendiente a resolver en el trabajo, lo cual es normal y a casi todas nos pasa. También puedes sentir preocupación por comportamientos o acciones de otras personas; aunque también es muy común, esto último aplica como algo que tú no puedes controlar.
‘Let them’ es una teoría donde priorizas esa paz propia que también forma parte del cuidado personal, fundamental para que puedas convivir de manera sana con los demás. Es por eso que te contamos de qué va esta teoría.
¿Qué es la teoría ‘Let them’?
‘Let them’ es una teoría que se viralizó gracias a la escritora, investigadora, oradora y presentadora Mel Robbins, quien habló de ella en su podcast personal y homónimo. En uno de sus episodios ella habla sobre este hack mental, el cual alienta a las personas a vivir de manera auténtica, expresarse libremente y establecer límites firmes.
Mel Robbins es famosa por sus conocimientos prácticos sobre comportamiento humano, de manera que algunos de sus seguidores aseguran comprender mucho mejor su forma de crecimiento personal gracias a ella. Pero, independientemente de que quieras seguirla o no, se ha vuelto muy popular en redes sociales por lo fácil que resulta de seguir la teoría que mostró y los beneficios que ofrece.
La teoría que ella explica, ‘Let them’, es un concepto con la capacidad de empoderarte y que puedes aplicar para dejar de preocuparte ante comportamientos, reacciones y juicios de los demás, donde no necesariamente tendrás que disculparte por algo que no está bajo tu control.
Más allá de la teoría, puede adaptarse a una filosofía de vida donde dejes que las personas reaccionen mientras tú te concentras en lo que puedes controlar: tus propias acciones y respuestas, para que puedas experimentar mayor confianza en ti misma y bienestar mental general.
Como la coach Mel Robbins explica en su cuenta de Instagram, aplicar la teoría ‘Let them’ puede reducirse a acciones muy pequeñas, como dejar de intentar convencer a las personas de hacer cosas o de pensar distinto. “Si tus amigos no te invitaron a su brunch este fin de semana, déjalos. Si la persona que te atrae no quiere un compromiso, déjala”.
Según Robbins, cuando alguien en tu círculo cercano o en el trabajo no muestra compromiso ni cumple tus expectativas, simplemente se está revelando tal cual es ante ti. Lo que no debes hacer es intentar cambiar a esa persona.
Foto: Pexels. Maksim Goncharenok.
Básicamente, se trata de mantenerte firme en tu posición y reforzar tus convicciones. Esta técnica refuerza la idea de una reinvención radical de cómo interactuamos con el entorno que nos rodea. El principio es solo un recordatorio de que solo podemos controlar nuestras propias acciones y reacciones, no las de los demás.
Parece algo intuitivo o hasta obvio, pero que también solemos olvidar muy fácilmente. Implementarlo de manera consciente puede suponer un reto porque la sociedad nos presiona para amoldarnos a los demás, porque muchas personas tenemos problemas para poner límites o porque a veces sentimos que necesitamos complacer a los demás.
La autora de dicha teoría recalca que no debemos permitir que el miedo al juicio o al rechazo influyan en nuestras decisiones o reprima la confianza en nosotras mismas. No se trata de ser indiferentes o insensibles, más bien, ella subraya el hecho de saber distinguir entre las críticas constructivas que son las que nos ayudan al crecimiento personal, de las que no lo son y que incluso pueden ser emocionalmente perjudiciales.
Como la escritora Shikha Bhat afirma en la red social LinkedIn, este sensillo enfoque puede ayudarte a lidiar mejor en algo tan sencillo como que tienes una opinión poco popular cuando estás platicando con un grupo de personas, y hasta situaciones complejas como identificar los rasgos tóxicos de una relación.
La teoría ‘Let them’ puede ser un punto de partida
Para poder aplicarlo en relaciones de pareja o amistades, es necesario establecer y respetar los límites personales. Poner límites se trata de afirmar lo que necesitas para prosperar emocional, mental y físicamente; conocer las cosas que no quieres en tu vida y comunicarlas. La asertividad será fundamental al decidir lo que sí puedes tolerar y lo que no, de tal manera que puedas recuperar tu poder y espacio personal, lo que te llevará a relaciones mucho más sanas y equilibradas.
De esta manera, la teoría ‘Let them’ puede ser para ti un simple punto de partida para saber qué cosas buscas mejorar y trabajarlas de manera individual o en terapia. Poner límites y ser una persona asertiva no es algo que se trabaja en un día, pero enfocarte en ello significa un paso adelante.
Aprender a separar tu autoestima de las opiniones y juicios de los demás te puede ayudar a manejar el miedo a cómo te perciben las personas más cercanas. Al separar nuestra autoestima de los juicios externos, estaremos encontrando esa paz interior que te permitirá vivir una vida según lo que tus valores, pasiones y aspiraciones dicten.
‘Let them’ fomentará poco a poco esa resiliencia y seguridad en nosotras mismas que nos librará de los juicios y acciones de los demás.
¿Qué hay en los viajes que los hace tan especiales? Salir de casa y encontrar nuevos destinos que te aporten un recuerdo preciado es una actividad que te ha dado beneficios que podrías no estar identificando. Si viajar más no era uno de tus propósitos ni pensaste precisamente en ello durante Año Nuevo, aquí te damos 5 razones por las que deberías cambiar de opinión.
Aparte de las fotos que puedes compartir en tus redes sociales, cambiar de escenario varias veces al año te aporta beneficios tanto físicos como psicológicos. Un buen bronceado o los recuerdos de un recorrido en el bosque pueden ser aquello que te faltaba para mejorar tu salud y no lo sabías.
5 razones por las que viajar más debería ser uno de tus propósitos
Foto: Pixabay.
La doctora Jennifer Mindell del University College London indica que viajar debe ser una actividad que todas las personas puedan realizar, debido a su relevancia. Tal vez te estés preguntando por qué, a continuación te damos 5 razones por las que viajar más debería ser uno de tus propósitos de 2024.
1. Mejora tu sistema inmunológico
En un artículo publicado por The Yale Tribune, se exploran las propiedades que puede traer al cuerpo humano mantener una rutina de viaje activa. Explican que el sistema inmunológico se fortalece cuando se expone a nuevos microorganismos, que están presentes en los nuevos lugares que visitas.
Actualmente los objetivos son vivir en lugares sumamente limpios, aun más después de la emergencia sanitaria que pasamos en los últimos años. Joel Weinstock, jefe de Gastroenterology and Hepatology at Tufts Medical Center, agregó en ese trabajo que esto no significa que intentes vivir con menos limpieza, sino que vayas a diferentes lugares y te expongas a diversos ambientes.
2. Te provee de esperanza
¿Eres de las personas que han perdido la capacidad de asombro? No te preocupes, es normal que pase esto y más si tu rutina te está matando. Viajar sirve para volver a ser la persona que ve maravillas en los pequeños regalos de la vida.
En 2020, el estudio “Big smile, small self: Awe walks promote prosocial positive emotions in older adults” reveló que las personas que se mantienen expectantes durante cualquier caminata tienen mayor sentido de la esperanza. Viajar te acerca a lugares que nunca has visto, que sin lugar a duda te arrebatarán la atención y te aportarán la esperanza que necesitas en tu vida.
Foto: Pexels. Dominika Roseclay.
3. Se lleva tu estrés
Si tu trabajo te ha proveído de un par de canas verdes y ya no sabes qué hacer con la pila de tareas que debes realizar, tal vez estés pasando por un momento de estrés que puedes resarcir con un viaje. De acuerdo con el estudio “Health and wellness benefits of travel experiences: a literature review”, viajar reduce los niveles de estrés, ‘burnout’, agotamiento y complicaciones para concentrarte en el horario laboral.
Así que alista tu maleta y haz tus planes de viaje porque el ‘burnout’ no se va a ir solo.
4. Aumenta tu creatividad
Interactuar con nuevas culturas (por más pequeña que sea la diferencia) y con entornos que despiertan tus sentidos, te retan a buscar nuevas formas de relacionarte y te enseña a ser más creativa. El Consejo Mundial de Viajes y Turismo explica que empaparte con nuevas culturas aumenta tu capacidad de tener nuevas ideas y pensar con profundidad.
Sin embargo, para poder tener esa creatividad que tanto añoras, debes tener un viaje inmersivo, explica The Yale Tribune. Tienes que salir, caminar por calles nuevas, hablar con personas nuevas, interesarte por la cultura de ese lugar, visitar museos y comercios de comida local.
Foto: Pexels. Nappy.
5. Mejora tu salud mental
Estudios realizados por la Universidad de Yale reflejan que las personas se sienten más felices después de un viaje. Esto se debe a que dejan todas sus preocupaciones atrás para centrarse en su destino. Puedes hacer lo mismo y olvidarte de los pendientes en el trabajo y el hogar para zarpar las aguas cristalinas de una nueva aventura.
Cuéntanos, ¿ya decidiste cuándo y dónde será tu siguiente viaje?
Hay personas a las cuales no les gusta ser el centro de atención, causar molestias ni crear conflictos para no parecer egoístas ante los demás; pero, ¿qué pasa cuando este sentimiento viene acompañado de reprimir nuestras necesidades por la aprobación de la gente? A esta actitud y pensamiento se le denomina ecoísmo. Nosotras te contamos más acerca de lo que significa ser ecoísta.
En la superficie, estar siempre de acuerdo o suprimir tus necesidades te puede hacer parecer una muy buena persona. En la realidad, afecta tu salud mental, bienestar y relaciones.
¿Qué significa ser ecoísta?
De acuerdo con Newport Institute, se le puede denominar como un rasgo de personalidad que tiene un individuo que reprime sus necesidades y sentimientos con la finalidad de tener el amor y la aprobación de la gente que le rodea.
Se podría decir que es lo opuesto al término narcisista, lo cual se identifica con la obsesión de ser el centro de atención o priorizarse de manera absoluta y llevada al extremo; de manera opuesta, los ecoísta lo que menos desean es ser notados.
No es una enfermedad mental ni algo que se diagnostica como tal, pero sí puede ser un rasgo de personalidad que puedes trabajar en terapia.
El desarrollo de esta característica se puede desarrollar desde la infancia, pues muchos niños lo usan como mecanismo de defensa ante distintas situaciones como tener un padre o madre narcisista.
Foto: Pexels. Yan Krukau
Cómo identificar el ecoísmo
Cepsim Madrid señala los rasgos más típicos de las personas ecoístas. Ojo: no sustituyen la atención profesional.
1. Tener dificultad para saber acerca de las necesidades o motivaciones
Son personas a quienes les cuesta saber sus necesidades como seres humanos, pues siempre ponen a los demás en primer lugar. Esto las lleva a desconocerse y a generar una dificultad para darse cuenta de las actividades que las hacen felices y disfrutan.
A raíz de esto, también tienen problemas para establecer límites en sus relaciones.
2. No se sienten especiales
Otra característica es que desarrollan un miedo a sentirse especiales pues creen que atraer miradas o ser el centro de atención no está bien visto y es de personas narcisistas. Muchas veces no toleran recibir cumplidos acerca de su persona pues no logran comprender por qué las personas lo harían.
3. Baja autoestima
Al ser personas demasiados críticas consigo mismas y no aceptar elogios de otros, es normal que desarrollen una baja autoestima, pues no confían en que pueden ser capaces de algo o de tener sueños y motivaciones.
4. Atraen personas narcisistas
Hay un dicho acerca de que los polos opuestos se atraen y esto puede suceder con las personas ecoístas. Ellos no quieren ser el centro de atención pero las personas narcisistas sí, es un conjunto que podría ser favorecedor para las personas que son ecoístas.
5. Tienden a ser muy empáticas
Tienen mucha empatía con las personas que están en su circulo cercano, por lo cual ponen como prioridad las necesidades de estos individuos, dejando de lado sus problemas o callándolos porque parecen no ser tan importantes.
¿De qué forma el ecoísmo afecta la salud mental?
A las personas que desarrollan ecoísmo les cuesta aceptar palabras positivas o elogios hacia su persona lo cual puede llevar a tener problemas interpersonales y, eventualmente, desarrollar problemas de salud mental como la depresión, como indica Newport Institute.
Ahora bien, no poner en prioridad lo que nosotros necesitamos antes de cualquier cosa puede provocar agotamiento mental y a su vez baja autoestima, pues siempre estamos pendientes de los demás. Esto también puede desarrollar estrés y ansiedad.
Cómo actuar contra el ecoísmo
Si te identificas con los rasgos que enlistamos de manera general, lo más importante es buscar ayuda profesional y una red de apoyo.
A continuación te damos algunas maneras que pueden ayudar a las personas que tienen rasgos de ecoísmo, pero que no sustituyen la ayuda profesional.
Lista de fortalezas y logros.En un papel anota todo los logros que has tenido a lo largo de tu vida, así como en todas las actividades en que eres buena. Esto ayudará a que comiences a tener una mejor perspectiva sobre ti. Si no te sientes capaz de hacerlo tú, también le puedes pedir a una persona de confianza y cercana a ti que te ayude.
Comunica tus sentimientos. Este punto es muy importante para que las demás personas entiendan lo que está sucediendo. Trata de comenzar a expresar de qué forma te sientes con diferentes situaciones, esto te servirá para liberar tus sentimientos. Recuerda que no está mal decir lo que queremos o deseamos, pues nuestras necesidades también son importantes.
Trata de priorizarte. Poner a las demás personas sobre ti puede llegar a ser agotador, por esta razón trata de construir relaciones donde existan límites que los ayuden a tener vínculos sanos. Aprender a decir que no también entra en la parte de priorizarse a una misma.
Cuando pensamos en agresión, automáticamente pueden venir a nuestra cabeza amenazas mentales y físicas directas. De cualquier tipo, la agresión supone un daño en nuestra salud. Existe un tipo de agresión que puede ser difícil de identificar porque viene acompañada de comportamientos pasivo-agresivos que tienen toda la intención de herirte, pero de manera “menos obvia”. Es algo que te hiere y, además, te hace dudar de lo que sucedió.
El comportamiento pasivo-agresivo sigue siendo eso: agresión. Si se pasa por alto puede llegar al grado de perjudicar tu vida personal o profesional, según sea el caso. Existen algunas técnicas que puedes tratar a profundidad con expertos en salud mental y te invitamos a buscar ayuda cada vez que sea necesario. De manera general, aquí damos algunos tips para poder lidiar con una persona de conducta pasivo-agresiva.
¿Qué son los comportamientos pasivo-agresivos?
De acuerdo con la Clínica Mayo, la conducta pasivo-agresiva “es un patrón que consiste en expresar sentimientos negativos de forma indirecta, en lugar de abordarlos abiertamente. Hay una desconexión entre lo que la persona que presenta la conducta pasivo-agresiva dice y lo que hace”.
Por ejemplo, una persona acepta una idea ante el grupo de trabajo, pero en realidad se opone. En vez de expresar que no está de acuerdo, acepta la propuesta, pero después manifiesta su descontento con acciones negativas, como no hacer la tarea asignada, para perjudicar el proyecto de forma poco evidente.
Estamos ante alguien que no sabe confrontar o expresar emociones como el enojo de forma abierta, franca y directa.
Algunas veces podemos ser partícipes de este tipo de agresión sin ser del todo conscientes, pero algunas personas pueden hacerlo de manera totalmente intencionada con el fin de causar daño. Estos comportamientos se pueden experimentar cuando alguien es emocionalmente manipulador o controlador, y puede suceder de formas sutiles que incluso pueden venir de personas que amas.
Los comportamientos pasivo-agresivos pueden expresar emociones negativas. Si te sientes personalmente atacada dentro de una conversación sin asertividad o una situación que consideras hostil (aunque no lo parezca), podrías estar enfrentando un comportamiento de este tipo. Las personas que son pasivo-agresivas pueden enviar señales contradictorias entre lo que dicen y lo que hacen, te confunden y hacen que te sientas herida.
Healthline detalla algunas señales del comportamiento pasivo-agresivo.
Criticar o protestar frecuentemente.
Estar enojada o irritable constantemente.
Aplazar o retrasar actividades, o ser olvidadiza.
Realizar tareas de manera ineficiente o cometer errores con intención.
Actuar con cinismo o pesimismo.
Culpar a otras personas.
Quejarse por ser menospreciada o engañada, con actitud de víctima.
Mostrar resentimiento por las exigencias de otros.
Tips para lidiar con una persona de conducta pasivo-agresiva
Foto: Unsplash. Joice Kelly.
1. No caigas, reconoce que no hiciste nada malo
Sabrina Romanoff, psicóloga clínica que ejerce en una clínica en Nueva York, comentó para la plataforma Verywell Mind que no es raro que la persona que sea víctima de este tipo de agresión sienta que merece un mal trato, por ende, sigue permitiendo la agresión.
Lo primero que tienes que hacer es reconocer que no mereces un mal trato y que estás siendo parte de un juego en el que no hay comunicación real y que la persona carece de tacto.
2. Utiliza la comunicación asertiva, clara y directa
Trata de ser lo más objetiva y directa posible ante este tipo de interacción, te ayudará a establecer límites donde le reconocerás a la otra persona lo que está haciendo y le dejarás claro que no permitirás, de ninguna manera, ese tipo de comportamientos.
3. Expresa cómo te sientes
Puede ser difícil, pero decirle a la otra persona cómo te hizo sentir su comportamiento pasivo-agresivo te dará la oportunidad de poder encontrar una solución para enfrentar tal situación.
4. Sé empática
Aunque es difícil ser empática con alguien que te está agrediendo, puede resultar eficaz porque podrás entender de dónde viene su actitud y de esta manera afrontar sus comportamientos.
5. Ofrece una resolución
Al establecer una comunicación más directa y honesta, e invitar a hacerlo a la persona con ese tipo de comportamiento pasivo-agresivo, estás inspirando un cambio en la relación-interacción que tiene el potencial de avanzar hacia un trato más saludable.
6. Acepta que no puedes cambiar a la persona
No te empeñes en cambiar a personas con este comportamiento, puede ser desgastante porque nada te asegura que estén dispuestas a ser más abiertas con sus emociones, ya sea que estén enojadas o no. Concéntrate en lo que puedes hacer tú para mejorar la situación, como implementar la comunicación honesta y no caer en un juego de culpas.
7. Retírate
Cuando hayas intentado todo y la persona siga con ese patrón, lo mejor que puedes hacer es limitar la convivencia con esa persona o, de ser necesario, cortar ese lazo. La persona que sigue con comportamientos pasivo-agresivos, a pesar de que hubo comunicación y límites de por medio, solo demuestra que no está lista y dispuesta a cambiar.
Tu salud mental es primero. Tu postura firme, directa y honesta ante comportamientos pasivo-agresivos te ayudará a detener ese ciclo de agresión.