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¿Tienes muchos sueños pero no sabes por dónde empezar a cumplir cada uno? El método 90/90/1 puede ser tu mejor aliado para este dilema. Proponernos metas es muy sencillo, lo verdaderamente complicado llega cuando buscamos una forma de concretarlas.
La única forma de cumplir nuestros sueños es realizando actividades que se enfoquen en esto mismo. Este método es perfecto para ti si estás buscando como trazar un nuevo camino hacia tus objetivos, te explicamos más sobre él.
¿Qué es el método 90/90/1?
Es una técnica creada por Robin Sharma, orador motivacional y experto en liderazgo, escritor de los bestsellers “The monk who sold his Ferrari” y “The 5 am club”. Este método es un ritual que nos permite conseguir nuestras metas y que puedes adaptar a tus sueños grandes o pequeños.
El método 90/90/1 consiste en dedicar tus primeros 90 minutos del día a la obtención de un objetivo en específico, esto se debe llevar durante 90 días consecutivos. Sharma asegura que si practicamos esta técnica crearemos una “productividad exponencial”, la cual nos ayudará a perseguir nuestros sueños diariamente.
¿Cómo funciona?
El portal The Every Girl explica que 90 días es un lapso de tiempo perfecto para construir nuevos hábitos, así como para ver avances concretos en nuestras metas. Por otro lado, una hora y media es un margen de tiempo en el que podemos concentrarnos efectivamente sin abrumarnos ni distraernos.
La razón de comenzar tus mañanas con este método se fundamenta en que en este momento alcanzamos un pico de rendimiento. Pasado este periodo, nuestra concentración y productividad disminuyen hasta llegar al punto de energía más bajo en el ritmo ultradiano (ciclo biológico menor a 20 horas en el que presentamos alta y baja frecuencia en la actividad cerebral).
Robin Sharma considera el lapso entre las 5 y 9 de la mañana como las “horas platino” u “horas de alto valor”, pues en ellas se presenta la cúspide del ritmo ultradiano y nos permite conseguir mayor autocontrol. A lo largo del día, esta frecuencia de actividad cerebral disminuye y nos resulta más complicado dedicar energía a diferentes tareas.
Consejos para implementar el método 90/90/1
Foto: Pexels. Ahmed
Antes de comenzar, recuerda que puedes adaptar este método a tu ritmo de vida, necesidades y lo que te resulte realista de completar. Una vez que lo establezcas, hay que tener disciplina.
1. Planifica tu meta
Probablemente tengas más de una meta, así que tendrás que descartar varias para llevar a cabo la que tenga más relevancia en tu vida y tus necesidades actuales. Después de definir tu meta, piensa qué hará en esos 90 minutos matutinos para evitar improvisar un plan.
2. Enfócate en tus emociones
Las metas son un gran incentivo, sin embargo, para algunas pueden resultar muy estresantes, así que puedes enfocarte en un sentimiento. The Every Girl sugiere como ejemplo pensar que el objetivo sea ser más feliz, en este caso, empezarás tus mañanas haciendo algo que te apasiona como escuchar música o leer.
3. Recurre a la manifestación
Esta es otra técnica complementaria con el método 90/90/1, puedes practicarla durante la hora y media de tus mañanas, haciendo un vision board o incluso escribiendo en un diario cómo imaginas tu meta y tu proceso para alcanzarla.
En la actualidad, las mujeres estamos llegando a diferentes espacios en los que antes no se nos permitía estar, esto es gracias también a quienes han luchado y marcado un precedente para que otras mujeres ocupen lugares importantes en el mundo y desafíen los roles de género tradicionales.
El mundo del emprendimiento, es precisamente uno de esos lugares que carece de representación suficiente de la mujer, razón por la cual la empresaria mexicana Ana Victoria García quiso poner su granito de arena y fundó la primera organización aceleradora de emprendimientos de mujeres en pro de la igualdad: Victoria147.
Este proyecto y su larga trayectoria han convertido a Ana Victoria en una líder del empoderamiento económico de las mujeres; una tarea que, pese a las dificultades, sigue inspirando y apoyando los emprendimientos femeninos mexicanos.
En entrevista con Nosotras, Ana Victoria nos compartió un poco de su trayectoría.
Ana Victoria y su camino a la victoria
Foto: Judith Díaz
Nacida en Ciudad de México, Ana Victoria García Álvarez es una destacada empresaria que se ha desarrollado en diversos ámbitos: ha sido conferencista, productora e inversionista, además de autora del libro “Ellas”, en donde relata cómo es emprender para las mujeres.
También es reconocida por su participación en las primeras temporadas del programa Shark Tank México, en donde fungió como una “tiburona” interesada en invertir y apoyar emprendimientos de los participantes.
El éxito de Ana Victoria fue reconocido por la revista Forbes cuando la eligió como una de las 100 mujeres más poderosas de México.
Dibujos y creatividad: el primer negocio de Ana Victoria
En entrevista con Nosotras, la empresaria compartió cómo fue su primer acercamiento al mundo del emprendimiento: empezando por vender dibujos a sus compañeros, la pequeña Ana Victoria se dio cuenta del talento que tenía en su manos. “Yo desde chiquita era emprendedora, yo vendía lo que se me pusiera enfrente para quitarme el ‘no’ que mi mamá me decía”, cuenta.
Impulsada por sus habilidades en el mundo financiero, Ana Victoria estudió Mercadotecnia en la Universidad Anáhuac, escuela en donde también estudió una maestría en Administración y Negocios.
Para 2006, Ana Victoria ingresó a Endeavor, una comunidad de emprendimiento, en la cual encontró la razón para crear uno de sus proyectos más importantes: Victoria147.
Victoria147: la primera plataforma aceleradora de emprendimientos femeninos
“Me di cuenta que no había representación de las mujeres, de un portafolio de 100 emprendedores que teníamos a nivel nacional, solo 3 de ellas eran mujeres. Entonces dije, ‘México se está perdiendo de talento’”. La poca representación femenina en el ámbito financiero impulsó a Ana Victoria a crear su plataforma Victoria147, la primera aceleradora de negocios para emprendimientos femeninos en México.
Victoria147 ofrece cursos y materiales de estudio gratuitos para las mujeres que quieran emprender o que ya hayan iniciado su camino con un proyecto propio. También tiene cursos virtuales en vivo con duración de tres a seis meses, con la intención de hacer despegar y consolidar una empresa.
En efecto, las mujeres seguimos teniendo muy poca participación en este ámbito. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, las mujeres tienen menos probabilidades de ser empresarias y se enfrentan a más obstáculos durante este camino.
Ana Victoria hace hincapié en que las mujeres formamos una mayor parte de la población en Mexico, por lo que es necesaria su participación en el aspecto financiero.
‘Quería levantarme todos los días sabiendo que estaba haciendo algo importante’
Los principales aspectos que Ana Victoria quiso incluir en Victoria147 fueron tres ejes que, asegura, están en todo lo que hace. “Primero la libertad, soy una sagitario con unas alas enormes y me gusta que la idea que yo piense la pueda materializar con libertad. Dos: quería estar rodeada de gente interesante para siempre aprender. Tres: quería levantarme todos los días sabiendo que estaba haciendo algo importante, que estaba impactando, que cambiaba vidas”.
Estas convicciones también hicieron que Victoria147, se convirtiera en uno de los eventos más importantes para el emprendimiento femenino: El VictoriaFest, un día del año dedicado a la guía y preparación de las mujeres para impulsar su negocio. En dicho evento se reúnen personalidades destacadas del ámbito financiero que aconsejan a quienes quieren involucrarse en él.
Asimismo, Ana Victoria nos compartió que le gustaría que este festival funcione como un portal, en donde las mujeres puedan sentirse seguras y puedan conectar con su vulnerabilidad. “Que lleguen a este espacio y que se encuentren con una forma distinta de hacer negocios, en donde puedan conectar con su vulnerabilidad, de conectar con otras mujeres. Eso es el VictoriaFest”.
Los retos de una líder
“No trato de comprarme el personaje tan ya hecho, porque estamos en contrucción todo el tiempo”. La “tiburona” compartió con Nosotras que su camino a empoderar a otras mujeres no ha sido fácil y que, aun con su larga trayectoria, se ha enfrentado a tres retos en particular: no perder el suelo, estar en constante transformación y encontrar a las mejores personas en su equipo.
“Creo que uno de los retos es no creérsela de más, eso también te vuelve muy inflexible a equivocarte, a probarte, a cambiar de rumbo”, explica.
Los proyectos de Ana Victoria, como los de todos, se han enfrentado a adversidades como la pandemia o la aplicación de nuevas tecnologías que han evolucionado el mundo de los negocios. Para Ana Victoria, estos retos le han enseñado que lo más importante es no perder el objetivo y llevar a su empresa a una nueva transformación.
“No perder la ola, o sea, tener la claridad de la visión de decir hasta dónde va esto y cómo esto lo integro, justamente para que no me revuelque la ola fuera de tiempo”.
De igual manera, para la líder de Victoria147 resulta fundamental saber elegir a las personas que le acompañan en sus proyectos; este aspecto, asegura, es fundamental para un buen funcionamiento. “Saber que el mejor equipo me rodea en la mejor posición y que tienen las mejores herramientas, para seguir creciendo, de quien te rodees, al final del día eso se multiplica”.
Más mujeres en los negocios
Finalmente, la empresaria mexicana destacó la importancia de las mujeres en los negocios, señalando la importancia de características que ella considera innatas en nosotras.
Ella visualiza “un lugar en donde podamos hacer negocios con visión inclusiva, que sean flexibles, que sean más integrales, necesitamos esta visión distinta de integralidad que llevamos muy innata las mujeres, entonces, hay que alzar esa voz y hay que darle más espacio”.
Decir que no a un plan o poner límites cuando algo no nos gusta, puede parecer todo un reto para muchas de nosotras. A veces tomamos en cuenta miles de cosas, antes de nuestra propia decisión o nuestras necesidades, llevándonos hacer cosas que en realidad no queremos. Hoy te daremos algunos tips para comenzar a aprender a decir “no”.
Si te preguntas qué estás haciendo mal para que las personas respeten tus límites, es probable que te falte decir “no” más a menudo. Decir estas dos letras no siempre significa algo malo, pues la negación también tiene una función muy importante en nuestro día a día.
Puede ayudarte a expresar tus verdaderos deseos, cuidar de tus prioridades y poner límites necesarios en todas las relaciones de tu vida. Esto no quiere decir que tengas que ser grosera o descortés, pero tampoco decir que sí a todo para complacer a los demás.
Puedes empezar por decir que no en decisiones pequeñas y que no tienen tanta relevancia. Por ejemplo, puedes decir que no cuando alguien te ofrece algo que no deseas; hazlo sin dar explicaciones de más ni disculparte.
De esta forma puedes comenzar a expresar que no estás a gusto con algo, lo cual puede servirte para decisiones más complejas.
2. Di que no con gratitud
“No, gracias” es una de las frases más amables de expresar una negación. De esta forma, puedes expresar que aunque te halaga que te hayan considerado para algo, por ahora no puedes acceder a un plan o ejecutar una tarea. Así también puedes dejar abierta la solicitud para otro momento.
En algunos contextos puedes usar frases como: “me halaga que me lo hayas pedido, pero ahora mismo no puedo” o “lamento no poder ir, pero gracias por pensar en mí”.
3. Sé clara y sin rodeos
No necesitas dar una extensa explicación con detalles para lo que quieres decir. El portal Better up recomienda que, en lugar de ello, busques una explicación breve, simple y directa para decir que no. Esto no significa que no debas comunicarte de manera asertiva y respetuosa, pero sí debes tener una estrategia clara para que los demás entiendan tus razones.
La idea es simplemente decir “no” y añadir la razón. Sin disculpas de más o explicaciones muy grandes.
Harvard Business Review, explica que no es necesario brindar detalles de más, sino más bien transmitir con honestidad nuestra razón. Puedes usar frases como: “esto no es algo con lo que me sienta cómoda”, “esta no es la opción más adecuada para mí”.
4. Muéstrate decidida
Aunque resulte incómodo, hay personas que no se conforman con un solo “no”. Por ello, debes mostrar seguridad e insistencia en tu negación, tal como quien te pide que aceptes. Esta actitud puede hacerte ver más seria y ayudarte a que los demás respeten tu decisión, aunque al principio parezca muy incómodo.
5. Di no al plan, no a la persona
Decirle “no” a la invitación de una fiesta o participar en un proyecto extra del trabajo no significa que tienes algo en contra de la persona que te invita o hace la petición. Toma en cuenta eso para darte seguridad a la hora de responder y para mostrar tu agradecimiento.
El liderazgo no es una cualidad encontrada exclusivamente en los hombres, pues las mujeres también presentan grandes aptitudes que pueden aplicar en el ámbito laboral, de acuerdo con Harvard Business Review. Esta publicación cuestiona el rol de los hombres en puestos altos, comparando las aptitudes que solemos ver comúnmente en mujeres y que a menudo se dan por sentado.
La falta de representación femenina en cargos elevados no se debe a una indisposición por parte de las mujeres a ser buenas líderes. Harvard sugiere que esto se debe a otros factores que benefician y alientan a los hombres a ocupar posiciones más altas.
Por qué las mujeres somos buenas líderes, según Harvard
Harvard Business Review (HBR) replantea la condición que se nos ha impuesto por décadas sobre la supuesta naturaleza masculina por ocupar cargos de liderazgo. Convencionalmente, hemos aprendido a imitar o seguir los pasos de los hombres para ganarnos el respeto de los demás y llegar a puestos importantes.
El psicólogo organizacional Tomas Chamorro-Premuzic y la consultora de publicidad inglesa Cindy Gallop afirman que los hombres líderes no llegan a ocupar cargos importantes por un talento masculino nato, sino que se enfrentan a menos desafíos que las mujeres. Es por esto que continuamente vemos a personas narcisistas, poco éticas y con exceso de confianza en los puestos más altos.
El sitio comparte que varios estudios han demostrado que la diferencia de género en cuanto al talento por liderar en realidad no existe y que, en todo caso, las mujeres suelen presentar más aptitudes adecuadas para fungir como líderes.
Cualidades notables en las mujeres que son buenas líderes
Estas cualidades que resalta Harvard Business Review se refieren a habilidades que las mujeres comúnmente desarrollamos con base en los desafíos que enfrentamos en la sociedad y las experiencias que tenemos.
Foto: Unsplash. Mimi Thian
1. Motivar
Las mujeres tienden a guiar a otras personas para inspirarse y transformarse, orientándolas a un camino con un significado y propósito claro. Esta habilidad de motivar está asociada con una buena líder, ya que permite la mejora de conexión, rendimiento y productividad de una comunidad o equipo. Es decir, las mujeres suelen tomar el rol de mentoras para ayudar a los demás a mejorar.
2. Mostrar empatía
Una comunidad con buen desempeño necesita de una guía que les muestre interés y que aprecie a los demás como seres humanos. El liderazgo no es inherentemente cruel, al contrario, se vale de la empatía para crear un ambiente más amigable.
3. Asumir responsabilidad
Aceptar los errores propios es una actitud que todo buen líder debe llevar a la práctica, en lugar de intentar humillar a los demás o pisotearlos. Es cierto que no todas las mujeres son humildes, pero es una característica vinculada con las buenas líderes. Tener la humildad para aceptar las fallas, permite crear nuevos aprendizajes para desarrollar nuevos procedimientos y soluciones ante los conflictos.
4. Conocer sus limitantes
La confianza permite reafirma la autoestima propia, pero también es necesario saber los puntos débiles. Según HBR, las mujeres no son excesivamente confiadas, a diferencia de los hombres, esto les ayuda a comprender a las personas, ser autocríticas y asertivas.
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¿Sientes que tus obligaciones te están consumiendo la vida? Ese cansancio que no se va, las ganas de mandar todo a volar… Puede que estés enfrentando el temido burnout. Sí, ese término que suena complicado, pero que muchas estamos viviendo sin darnos cuenta. Por eso hoy te diremos cómo saber si estás sufriendo de ‘burnout’ en tu trabajo.
¿Qué es el burnout?
Básicamente, es como cuando tu cuerpo y mente dicen “¡ya basta!” después de tanto estrés. Te sientes agotada, desmotivada y como si todo fuera demasiado. Y no estás sola: en México, el 75% de las personas trabajadoras sufre de estrés laboral, según datos del IMSS. Y ojo, las mujeres jóvenes estamos entre las más afectadas.
Seamos realistas: muchas llevamos una doble (o triple) carga. Trabajo, responsabilidades en casa y, si tienes hijos o cuidas de alguien más, la lista sigue creciendo. Según el INEGI, dedicamos casi 38 horas semanales al trabajo remunerado, ¡sin contar todo lo demás que hacemos en casa! No es raro que todo esto termine pasándonos factura.
Además, vivimos en una época en la que parece que siempre tenemos que demostrar algo. Ser buenas en lo que hacemos, mantenernos sonrientes, cuidar de todos… ¡Es agotador!
Cómo saber si estás sufriendo de ‘burnout’ en tu trabajo
Los síntomas son claros, aunque a veces los ignoramos:
Cansancio extremo. Ese que no se quita ni con 10 horas de sueño.
Te sientes desconectada. Como si estuvieras en piloto automático.
Nada te motiva. Lo que antes te emocionaba ahora te da igual.
Esto es lo que piensan los expertos del burnout
Platicando con María López, psicóloga laboral, comentó algo que nos dejó pensando: “cada vez llegan más mujeres jóvenes que sienten que ya no pueden más. Es clave aprender a poner límites y priorizarnos”. Y tiene razón.
Entonces, ¿qué puedes hacer? Si sientes que el burnout ya está tocando tu puerta, aquí te dejamos unos tips que pueden ayudarte:
Dile sí a los límites. Aprende a decir “no” y respeta tu horario de trabajo.
Busca apoyo. Hablar con un terapeuta puede ser un salvavidas.
Relájate. Prueba meditar, hacer yoga o simplemente desconectarte un rato.
Rodéate de tu gente. Platicar con amigas o familia siempre ayuda a liberar un poco de carga emocional.
Es muy importante que no minimices cómo te sientes. Si notas que algo no anda bien, haz una pausa y piensa en ti. ¡Mereces estar bien!
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El ritmo de la vida actual, el trabajo y las exigencias o estándares impuestos por la sociedad, entre otras cosas, nos empujan inevitablemente a hablar sobre estrés y burnout. Ambos términos a menudo se usan como intercambiables, pero no son lo mismo. ¿Cuál es la diferencia?
Aspectos como el trabajo, además de causar estrés, desencadenan el ya conocido burnout. Aunque hay similitudes entre el estrés y el burnout, también hay factores clave que los vuelven diferentes. Conocer estas diferencias puede ayudarte a implementar cambios que te permitan combatirlos o buscar ayuda profesional.
Cuál es la diferencia entre estrés y burnout
Sentir estrés o agotamiento en el trabajo pueden experimentarse de manera distinta. Incluso el estrés constante en el trabajo, podría ser el causante del burnout. No obstante, los dos pueden afectar tu salud a corto y largo plazo.
Para la empresa especializada en psicología British Association for Counselling and Psychotherapy, la especialista Susan Carr comparte que el estrés es una respuesta inmediata de nuestro cuerpo ante una situación compleja. El cuerpo presenta un estado de alerta ante diversos estímulos, como la entrega de una tarea muy importante o el desafío de llegar temprano a una entrevista de trabajo. Todas las personas sentimos estrés en algún momento, pues es algo natural en nuestro cuerpo.
Es importante saber que el estrés se presenta de maneras diferentes en cada persona; cuando se gestiona de manera adecuada puede ayudar a conseguir una plena concentración en una actividad o lograr un objetivo. Pero, para muchísimas personas, vivir bajo estrés constante puede afectar la salud física y mental.
Tener estrés de forma excesiva puede volverse un problema cuando se comienzan a tener síntomas físicos como dolor de cabeza, agotamiento, cambios de humor, trastornos del sueño, sentirse constantemente abrumada, etc.
Qué es el burnout
La Organización Mundial de la Salud lo define como un síndrome de desgaste ocupacional. Entre otras razones, es una consecuencia del estrés excesivo en el trabajo. El burnout se presenta con síntomas como la falta de energía, negatividad, poca motivación y una reducción de eficacia en el trabajo. Ocurre cuando dejas de sentirte conectada con tu trabajo, explica la plataforma Calm.
Susan Carr explica: “todos tenemos días en los que nos sentimos estresados y sobrecargados, pero cuando te sientes así la mayor parte del tiempo es posible que tengas burnout”.
A largo plazo, sentirse agotada y desmotivada en el trabajo, puede afectar tu desarrollo personal y salud mental. También puede provocar fatiga, tensión muscular, ansiedad, reducción de productividad, problemas para poder dormir y dolores de cabeza.
Al contrario de lo que ocurre con el estrés, no todas las personas experimentan burnout. El estrés es una respuesta natural del cuerpo, y el burnout puede presentarse como consecuencia del estrés crónico.
En ambos casos, cuando sientes que tu estrés es crónico o crees que podrías estar padeciendo burnout, lo mejor es buscar ayuda profesional y recurrir a tu red de apoyo.
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El trabajo y otras responsabilidades consumen gran parte de nuestros días, así que llegar a casa es un alivio para el cansancio y estrés acumulado en el transcurso de cada jornada. El desvelo por venganza surge como una práctica que nos permite realizar actividades que durante el día se nos dificulta concretar, pero en realidad afecta más de lo que ayuda.
Aunque quedarte despierta más tiempo viendo esa serie que te tiene pegada al asiento puede sonarte atractivo, no es ideal para conservar tu salud física y mental. Si tiendes a desvelarte noche tras noche, puede que se trate de una forma de recuperar control en tu vida. Te contamos más sobre el desvelo por venganza y sus consecuencias en la salud.
Qué es el desvelo por venganza
El concepto fue acuñado en 2014 y existe en varios idiomas; por ejemplo, en inglés se dice ‘revenge bedtime procrastination’. No obstante, hablar de este hábito como “venganza” provino de China para describir la situación en la que gran parte de la población de este país trabaja muchas horas diarias y decide desvelarse para “retomar algo de control sobre su tiempo”, de acuerdo con la plataforma Verywell Mind.
Como seguramente estarás de acuerdo, el concepto es fácil de adaptar a otros países donde las jornadas laborales también pueden ser larguísimas, o el tiempo en el transporte público puede ser altamente estresante.
Se le llama “desvelo por venganza” a la decisión de sacrificar horas de sueño con tal de hacer cosas que nos aportan placer o alegría, y resulta como una respuesta a la falta de tiempo libre en nuestra rutina diaria. El desvelo por venganza nos da una noción de control sobre días ajetreados en los que solo atendemos actividades que demandan nuestra completa atención y nos brindan poca diversión.
Se diferencia del desvelo común, ya que su principal incentivo es la búsqueda de entretenimiento y goce para “recuperar” tiempo. Es decir, no ocurre porque necesitemos terminar alguna tarea o por factores externos a nosotras mismas. Para muchas personas, la noche es un buen momento para no abandonar hobbies como la lectura, practicar un instrumento, escuchar música, ver redes sociales o una buena serie, entre otros.
Las personas que practican el desvelo por venganza usualmente tienen trabajos estresantes. Además, los “patrones modernos de trabajo dificultan a las personas establecer límites entre el trabajo y el hogar”, lo cual las orilla a encontrar alternativas poco sanas para encontrar un poco de recreación”, esto asegura Ciara Kelly, profesora de psicología del trabajo en Sheffield University’s Management School.
¿Cómo afecta nuestra salud?
El desvelo por venganza tiene motivos más que “justificados” de ser, pero esto no evita que impacte nuestra estabilidad mental y física. Dormir es necesario para descansar y recobrar vitalidad, su ausencia puede generar:
Ansiedad.
Depresión.
Dificultad de concentración.
Alta presión arterial.
Incrementar el riesgo de problemas cardíacos.
Deterioro de la memoria.
Como alternativa, opta por crear listas en las que escojas tus prioridades a lo largo del día, también puedes establecer un momento específico para realizar actividades que amas. Al agendar correctamente tus tiempos, evitarás perder horas de sueño y tu energía no se verá afectada durante el día.
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Descansar del trabajoen vacaciones o en un home office puede sumarte bastante tranquilidad. Por un pequeño lapso desaparecen o disminuyen las preocupaciones por llegar temprano a la oficina y cumplir con todos los pendientes. Lamentablemente, este privilegio tiene un tiempo definido.
Si tan solo pensar en regresar a trabajar te genera ansiedad, nosotras te decimos cómo combatir este sentimiento.
Cómo afrontar el regreso al trabajo sin sufrir ansiedad
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Según expertos, no tratar la ansiedad puede tener efectos a largo plazo. En este caso, en el trabajo podrías presentar una menor productividad, disminución en tu confianza y reducción de satisfacción laboral, entre otros. Para que la ansiedad no arruine tu regreso al trabajo, te damos algunos tips.
1. Reconoce lo que te preocupa
En ocasiones, es difícil identificar lo que estamos sintiendo. Dedicar un tiempo a escucharte a ti misma y encontrar la razón que te hace sentir ansiedad, puede ayudarte a buscar alguna solución. En este punto, resulta importante validar todas tus emociones y pensamientos, pues puedes llegar a normalizar algunas cuestiones que en realidad merecen ser tratadas con atención.
2. Delimita tus metas
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Puede que volver al trabajo te sea estresante por uno o muchos pendientes que tienes que terminar. Para que tengas un mejor orden en cuanto a tus metas y proyectos puedes escribir cada una de ellas y designar una fecha de entrega. Puedes aprovechar parte de tu tiempo libre para hacer una lluvia de ideas para aquellos proyectos que no sabes cómo empezar.
3. Establece límites
Poner límites para todo siempre es útil, y el trabajo no es una excepción. Si regresar a la rutina representa un desorden en tus tiempos, poner límites te ayudará a solucionarlo. Para el portal de internet Healthline, la psicoterapeuta Alexandra Finkel compartió estos tips para poner límites en el trabajo: a) Fijar una hora concreta para empezar y terminar la jornada laboral. b) Identificar y aceptar únicamente tus tareas a realizar. Comunica estos límites con tus compañeros de trabajo o clientes.
4. Practicar técnicas de relajación
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Antes de regresar ala oficina puedes añadir a tu rutina del día diversas técnicas de relajación. La meditación, la respiración profunda, leer o escuchar música antes de tu llegada al trabajo pueden ayudarte a comenzar con mejor actitud la jornada.
5. Incluye actividades recreativas después del trabajo
Realizar una actividad después de ir a trabajar puede motivarte a empezar y terminar tu jornada laboral. Especialistas recomiendan optar por actividades que te aporten felicidad,alegría y paz. Disfruta tu tiempo fuera del trabajo y desestrésate.
Tomar la decisión de renunciar no es fácil, pero si tu estabilidad mental y física se encuentran en riesgo, es necesario que consideres otras opciones. Sentimientos como la frustración y el aburrimientos pueden ser motivos suficientes para dejar tu trabajo, antes de hacerlo debes considerar otros factores.
Sabemos que no todos los trabajos cuentan con condiciones laborales satisfactorias o sanas, aunque puedes sentirte confundida sobre cuál es la decisión correcta. Por ello te dejamos preguntas que necesitas plantearte antes de renunciar.
Las 5 preguntas que debes hacerte antes de renunciar
1. ¿Por qué quiero irme de mi trabajo?
Hay condiciones que probablemente también encuentres en otros lados, como la carga de trabajo o los horarios. Cualquier puesto de trabajo requiere de compromiso y responsabilidad, así que considera otras razones que te desmotiven en tu actual puesto.
Un ejemplo es el trayecto que realizas de casa a tu lugar de trabajo, si pasas dos horas en la carretera todas las mañanas, es completamente entendible que quieras buscar otras alternativas.
Foto: Unsplash. Helena Lopes
La revista Forbes afirma que si tu respuesta a esta pregunta es “porque odio mi trabajo”, no es un motivo suficiente para tomar esta gran decisión. Es necesario que identifiques razones exactas que te hacen sentir inconforme en el trabajo.
2. ¿Cuánto tiempo me he sentido de esa manera?
La psicóloga Lee Chambers explica para The Guardian que esta pregunta ayudará a identificar el tiempo en que nos hemos sentidos poco satisfechas. Si se trata de varios años, la experta sugiere tomar acciones correspondientes, quizá sientas que si ya has aguantado años, ¿qué más da unos meses más? Sin embargo, Chambers considera que si el sentimiento se ha prolongado es por una buena razón que no debemos ignorar.
En cambio, si las dificultades son recientes, es probable que sea una mala racha que pasará en unos cuantos días. Considera los problemas que enfrentas afuera del trabajo, ya que estos podrían estar afectando tu percepción en el campo laboral.
3. ¿Sé qué estoy buscando?
Esta es otra de las preguntas que debes hacerte antes de renunciar si quieres cambiar de trabajo. En este caso debes plantearte qué tan realistas son tus expectativas, no tiene nada de malo que quieras mejorar tu calidad de vida, pero no siempre podrás conseguir todo lo que deseas en otras empresas.
No basta con mirar todo lo que está mal en tu trabajo, también necesitas comparar la situación en otros lugares, así como lo que buscas.
La psicóloga Lee Chambers considera que “la pregunta más fuerte con la que puedes trabajar es cómo quieres vivir y cómo quieres ser”, ya que no siempre consideramos nuestros valores personales, mismos que nos hacen dudar sobre nuestras decisiones profesionales.
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4. ¿Cuál es mi plan?
La meta siempre suena extremadamente atractiva, pero antes tenemos que buscar cómo conseguirla. Antes de renunciar elabora un plan para llegar a ese trabajo soñado o al estilo de vida que siempre has añorado. Al realizar un plan descubrirás que tan realista es la vida que imaginas.
5. ¿Puedo costear la renuncia antes de conseguir otro trabajo?
No siempre podemos contar con un respaldo económico, e incluso es posible que no encuentres un trabajo al poco tiempo de presentar tu renuncia. Aunque suene duro, para renunciar también debes considerar tu situación económica para determinar cuánto tiempo podrás vivir sin un sueldo fijo.
La respuesta a esta interrogante puede ayudarte a saber si es necesario renunciar, y si lo es, ¿cuánto tiempo debes seguir trabajando para sobrevivir en lo que encuentras otro puesto?
Recuerda que no necesitas apresurarte para decidir qué hacer, mientras más los pienses podrás sentirte más segura de emprender un nuevo camino en tu vida. Pero eso sí, si deseas cambiar de trabajo, no dejes de hacerte estas preguntas antes de renunciar.
La impuntualidad es un mal hábito que muchas personas tienen y que suele relacionarse con excusas. Es cierto que hay muchos motivos por los que una persona no llega a tiempo a sus citas, sin embargo, que esto se vuelva frecuente genera incomodidad. Pero, ¿qué dice la ciencia de la impuntualidad? ¿Hay algo más, además del mal hábito?
El hecho de que una persona sea crónicamente impuntual es un gran problema para las personas que conviven con ella, esto ya es objeto de estudio de la ciencia. Te contamos algunos factores que promueven la impuntualidad en las personas.
La ciencia de la impuntualidad
El hipocampo es una región del cerebro que procesa el tiempo, las neuronas en esta área funcionan como “células de tiempo” que integran nuestra percepción y memoria, de acuerdo con Live Science.
Diversos elementos alteran la forma en que percibimos el tiempo, de manera que podrían influir en la impuntualidad. Muchas personas tienden a ser más optimistas pensando que lograrán llegar a tiempo a sus citas, sin importar qué tan tarde salgan de casa.
Por otro lado, Metro UK explica que las expectativas internas y externas tienen valores distintos dependiendo de la persona. Se cree que quienes se dejan llevar por el “qué dirán” suelen llegar temprano o hacen más esfuerzo por conseguirlo, porque consideran las posibles consecuencias de quedar mal con las personas que esperan. Para ellos, ser puntual es un compromiso con las expectativas externas.
La impuntualidad también nos remite a la infancia: si presenciaste a alguno de tus padres corriendo cada que tenían alguna cita o que simplemente trabajaban mucho y siempre apresuraba a todo mundo por sus hábitos, probablemente corras el riesgo de replicar esto.
Neurodivergencias y condiciones como el déficit de atención dificultan el procesamiento del tiempo, sobre todo cuando no hay una hora límite que permita establecer un margen o guía de tiempo al cual adaptarse. Además, el ‘multitasking’ impide que nos concentremos y prioricemos nuestros tiempos. Digamos que estamos en todo y nada a la vez, lo cual logra que lleguemos tarde a todos lados por descuidar el tiempo que requiere cada cosa.
Consejos para mejorar tus tiempos
Estas son algunas medidas que puedes tomar para combatir, poco a poco, la impuntualidad.
Programa alarmas y recordatorios en tu celular de la hora en que debes salir o en que deberías terminar algo.
Prioriza las actividades pendientes.
Establece un límite de tiempo para realizar tareas.
No satures tus días con muchas actividades, intenta ser realista en este sentido.
Tener amigas hace que la vida sea más bonita y, como un lugar seguro, pueden brindarte la seguridad de que no estás sola. Y qué mejor que tener esta sensación de acompañamiento en donde laboras. Por eso hoy queremos contarte lo importante que es tener amigas en el trabajo.
Una amistad o un apoyo en el trabajo puede hacer de éste algo más fácil. Aunque podemos llegar a pensar que las amistades solo se hacen en la escuela, tener amigas en el lugar en el que pasas la mayor parte de tu tiempo puede volverse divertido. En cualquier escenario llega a ser fundamental tener alguien en quien confiar.
¿Tener amigas en el trabajo mejora la salud mental?
Científicamente está comprobado que tener amistades en el trabajo ayuda a mejorar el rendimiento, tener una buena salud mental e incluso a prevenir cualquier escenario que resulte ser incómodo. Para Kim Samuel, autor de“On belonging: Finding connection in a age of isolation”, tener amistades puede brindar la sensación de estar en el lugar seguro. Así mismo se ha comprobado a través de estudios, que las personas tienden a ser más felices al interactuar con otras.
Esto no presupone que dichas amistades deban ser para siempre o que incluso funcionan mejor fuera del trabajo. Se trata más de una compañía con la que puedes llevar a cabo tus labores, ya que en ocasiones buscar un objetivo en conjunto suele ser más llevadero.
A diferencia de un trabajo en casa, las actividades que se desarrollan en una labor presencial están mayormente relacionadas con los resultados de otras compañeras; la confianza y el apoyo que se generan en una amistad pueden ser el aliado ideal para que el trabajo sea menos pesado, para que las metas se alcancen en menor tiempo, o incluso para llevarse una felicitación.
Tener amigas en el trabajo puede ser bueno para el bienestar en general, dice la psicóloga Constance Hadley para Time. Se relaciona con un menor riesgo de padecer burnout y un impulso para la productividad.
Por el contrario, la soledad se relaciona con efectos negativos para la salud en general. Desde el riesgo de ansiedad y depresión, hasta problemas cardiovasculares a largo plazo.
De acuerdo con Harvard Business Review, investigadores de instituciones como la Universidad de Pensilvania y la Universidad de Minnesota han encontrado que las amistades cercanas en el trabajo aumentan la productividad.
Un lugar seguro
Tener amistades en el trabajo es algo similar a tener un círculo de apoyo. Si bien no todos los trabajos representan un riesgo de tipo físico, tener confianza con alguien del trabajo puede ayudarte a buscar soluciones ante diversas situaciones como el acoso laboral.
También existe la posibilidad de compartir el camino a casa, lo cual puede hacerte sentir más segura y alegrar la ruta de regreso.
Para algunas personas, su empleo frecuentemente puede representar estrés o aburrimiento. Ante esto puedes hacer que las risas y los buenos momentos también estén presentes en tu lugar de trabajo. Mejorar el entorno laboral puede traer beneficios para tu rendimiento en general.
“Al rato lo hago”, “mañana sin falta”, “ahorita no puedo”… Estas son algunas de las frases que empleamos para hacer las cosas para después, y que desafortunadamente afectan nuestra productividad. Si dejas para el último momento tus proyectos del trabajo, te compartimos algunos tips para dejar de procrastinar.
La procrastinación es un tipo de hábito que consiste en postergar nuestras actividades pendientes; específicamente, postergar una y otra vez las actividades que consideramos “difíciles”. Realizar algo que podemos hacer en el momento se vuelve casi un desafío, en su lugar, realizamos otras tareas que no tienen tanta urgencia o importancia como las prioritarias. Es por ello que optar por limpiar tu cuarto te genera más satisfacción que realizar aquel proyecto que has postergado.
Según la investigación “La procrastinación: una exploración teórica” (Colombia), quienes tienen este hábito pueden llegar a presentar altos niveles de estrés, ansiedad, falta de motivación y consecuencias negativas en la productividad en el trabajo o en la escuela.
Expertos en el tema señalan que la procrastinación puede ser consecuencia de una falta de regulación cognitiva, conductual e incluso afectiva. Es usual que la decisión de realizar algo esté relacionado con la falta de motivación y el miedo a que los resultados no sean los deseados.
7 tips para dejar de procrastinar en el trabajo
Foto: Unsplash. Catálogo de pensamiento.
1. Ten claros los objetivos
En un principio, identificar cuáles son nuestros objetivos o metas a cumplir con una tarea, puede ayudarte a tener claridad en los pasos a seguir. Incluso, puedes comenzar visualizar tus tareas a realizar un día antes, para que al despertar ya tengas un día planeado.
Si reconoces cuál es la contribución de tu tarea o proyecto, entonces tendrás un objetivo más claro.
2. Clasifica por prioridad
Si los pendientes son muchos, puedes comenzar a clasificar cuáles de ellos tienen mayor prioridad. Con ayuda de un calendario o un planeador puedes asignar fechas u horas para así atender cada asunto con anticipación, apegándote a un tiempo límite.
3. Combate el miedo
Cuando nuestro proyecto o tarea será expuesto a la aprobación o la visualización de más personas, a menudo pensamos en que los resultados deben ser los mejores. El miedo de no alcanzar la perfección nos hace pensar en las peores consecuencias. Para evitar que esto te pase, es recomendable concentrarse en terminar por completo la tarea y después hacer los ajustes pertinentes.
4. Primero lo primero
Dentro de tu listado de pendientes seguramente hay algo que requiere más importancia. ¡Arriésgate! Realizar esto primero te puede ayudar a ganar confianza, de manera que el resto de tareas se sientan más fáciles de hacer.
5. Identifica el problema
Tomarnos un momento para reconocer por qué postergamos algo puede ayudarnos a buscar una solución. Cuando la procrastinación es un problema que persiste en tu trabajo o estudios, buscar ayuda profesional puede generar un cambio a largo plazo.
6. Define tiempos de concentración.
Si te es difícil concentrarte en algo por mucho tiempo, puedes establecer un tiempo límite. Con ayuda de un cronómetro puedes elegir trabajar por 25 minutos, y al terminar despejar tu mente por el tiempo que consideres viable (puedes comenzar por cinco minutos, por ejemplo). Es recomendable que el tiempo de trabajo sea mayor al del descanso.
7. Fuera distracciones
Identifica cuales son los principales distractores que no te permiten concentrar. Si puedes alejarlos de tu zona de trabajo y utilizarlos en un tiempo determinado, podrás avanzar más en tus tareas y dejar de procrastinar.
El “terror” de afrontar el primer día de la semana comienza el domingo. Desde antes, el cerebro se dispone a que el lunes (por ser el comienzo de todo) sea un día lleno de productividad. Ante esta sensación, un “lunes de hacer lo mínimo” podría ayudarte.
También conocido en inglés como ‘bare minimum monday’, es una estrategia que consiste en solo realizar las tareas prioritarias. Este concepto fue acuñado por la tiktoker Marissa Jo, quien optó por disminuir la presión de la semana de una forma peculiar.
¿Deberías probar un ‘lunes de hacer lo mínimo’?
Según la especialista en medicina conductual del sueño Alaina Tiani para Cleveland Clinic, un lunes de hacer lo mínimo puede evitar o disminuir la sensación de agobio, fatiga, procrastinación y agotamiento que a muchas de nosotras acompaña este día. De esta manera es posible tener otra expectativa del día y un inicio de semana un poco más tranquilo.
Tiani admite que es obvio que no todas las profesiones y trabajos se prestan para esta práctica, sin embargo, hace hincapié en que no se trata de un día de descanso o de cero productividad, sino de un día de menos estrés.
De manera que, para que el ‘bare minimum monday’ resulte efectivo, lo recomendable es realizar pendientes que sean de más importancia, ya sea proyectos con una fecha de entrega próxima o actividades que relacionen a terceras personas. Estas tareas representan lo mínimo indispensable, así que los pendientes de otros días puedes atenderlos en otro momento.
Tips para el lunes de hacer lo mínimo
Expertos dan estas recomendaciones para comenzar tu semana.
1. Planificar las tareas
Desde el viernes, ya sabemos cuáles son los pendientes a realizar. Organizar todos ellos en un calendario hará que delimites cuáles actividades tienen más importancia.
2. Primero lo más ligero
Para tu lunes puedes optar por esas tareas que te exijan menos esfuerzo mental, (siempre y cuando éstas se encuentren dentro de los deberes prioritarios).
3. Date un break
Una de las causas del cansancio excesivo, es el trabajo sin descanso. Durante el día, puedes elegir un espacio para que tu mente pueda despejarse. Puedes elegir una actividad recreativa que no requiera mucho tiempo como una caminata breve, estiramientos suaves para relajar el cuerpo o tener una conversación agradable.
Cumplir con todas las tareas del día suele ser complicado, y muchas veces terminamos frustradas por no palomear cada una de las cosas que habíamos puesto en la lista. Pero, ¿ya probaste la regla de dividir tu día en cuatro partes?
Existen miles de factores que pueden intervenir en tus planes evitando que puedas terminar todos ellos. Y, aunque encontrar la perfección resulta casi imposible, existen métodos como éste para ayudarte a mejorar tu productividad.
Según la coach de vida Julie Leonard en su portal oficial, esta tendencia que nace de TikTok podría garantizar no solo mayor productividad sino también la motivación, de manera que traería consecuencias positivas para tu salud mental.
Expertos en el tema han dado a conocer que la regla de regla de dividir tu día en cuatro partes (es decir, cuatro cuartos) le dará a nuestro cerebro la sensación de empezar de nuevo durante cuatro veces. Si las actividades del primer cuarto no salieron bien, ¡no te preocupes! El próximo cuarto del día puede ser mejor.
Según la autora Gretchen Rubin para Lifehacker, esta técnica es similar a la división de tiempo en los deportes, como en los partidos de futbol. Por ejemplo, cuando el tiempo de un partido se divide en dos o más partes, puede que un equipo vaya perdiendo en el primer tiempo, pero en el segundo siempre habrá posibilidad de remontar.
Otra opción es intentar “pensar en cada día como un conjunto de cuatro partes: mañana, mediodía, tarde y noche. Si desperdicias una, volverás a la normalidad para la siguiente. Fracasa en cosas pequeñas, no en cosas grandes”, explica Rubin.
¿Cómo se divide?
Una manera de dividir el día puede ser de la siguiente manera. El primer cuarto del día comienza desde las 5:00 hasta las 10:00 horas. Luego, de 10:00 a 14:00, de 14:00 a 19:00 y finalmente de 19:00 horas a lo que resta de la noche.
De esta forma los errores del primer cuarto del día no definirán los resultados finales, obteniendo así, una sensación de mayor productividad, Incluso, podrías añadir un lapso de descanso en estos segmentos del día.
¿Una nueva oportunidad?
Julie Leonard argumenta que la eficacia del poder de los cuatro cuartos se debe principalmente a la sensación de “empezar de nuevo”; dividir el día en de esta forma podría darte el control de tu día, replanteando todo lo que has hecho y no calificar al día como un desastre.
Aplicar para un puesto de trabajo puede resultar estresante, y tener un buen CV es una parte muy importante durante este proceso. Muchas veces olvidamos habilidades que atraen mucho a los reclutadores, te compartimos algunas ‘soft skills’ que sí o sí tienes que considerar al redactar tu CV.
Como explica la plataforma Indeed, las ‘soft skills’ son rasgos o habilidades interpersonales y de comportamiento que no se enfocan específicamente en un tipo de trabajo, pero sí te ayudarán a desenvolverte en cualquier ambiente en el que te encuentres.
7 soft skills que debes considerar en tu CV
A continuación, enlistamos algunas ‘soft skills’ que podrían hacer una diferencia positiva en tu currículum. Si alguna de ellas no es tu fuerte, ahí tienes una importante área de oportunidad en la cual puedes trabajar.
1. Resolución de problemas
No tienes que haber tenido tu primer empleo para saber que en este mundo hay personas que complican situaciones que tienen solución. De esta forma suelen originarse los conflictos en el trabajo, por lo que es necesario que seas capaz de resolver los problemas que se te presenten.
La capacidad de buscar soluciones o pensar en formas alternativas de resolver algo, hace la diferencia en un trabajo. Esta ‘soft skill’ se encuentra en la base de la productividad laboral y los retos cotidianos, indica la Universidad Real Instituto de Tecnología de Melbourne.
2. Creatividad
En ocasiones consideramos que esta ‘soft skill’ es algo propio de trabajos más artísticos. Sin embargo, la creatividad es la forma en que incorporamos diferentes habilidades, situaciones, etc., que nos permiten salirnos de la norma o de lo ordinario para generar nuevas técnicas, ideas y soluciones.
3. Comunicación
Sí, la comunicación es fundamental en un trabajo, no solo en nuestros vínculos de carácter social. En el ambiente laboral también construimos vínculos que ayudan a mejorar nuestro rendimiento. A través de la comunicación efectiva podemos entender las necesidades, así como externar las propias, permitiendo un buen ‘feedback’. Esta ‘soft skill’ es muy necesaria, sobre todo cuando se trabaja en equipo (es decir, casi en cualquier tipo de empleo).
4. Pensamiento crítico
Permite a los individuos abordar problemas y retos estratégicamente, sin quedarte con la información más superficial o con lo básico. Analizar las situaciones nos permite tomar buenas decisiones, considerando las posibles consecuencias de ellas. El pensamiento crítico permite identificar las fallas y aciertos en nuestro razonamiento o actitudes.
5. Liderazgo
Una buena líder es capaz de inspirarse a sí misma y a otros para alcanzar al éxito. Liderar no es sinónimo de prepotencia, al contrario, se necesita humildad y respeto para tomar el control de las diferentes situaciones. Esta capacidad necesita de responsabilidad para aceptar los errores y aciertos propios o ajenos para alcanzar metas.
6. Adaptibilidad
El cambio siempre ocurre; si te opones a ser flexible y adaptarte a él, seguramente te estanques y no desarrolles tu rendimiento. Un empleado adaptable puede aprender nuevas habilidades y buscar constantemente mejorar su desempeño.
7. Buen manejo de tiempo
Actualmente el tiempo es oro, muchas veces tendrás que trabajar bajo presión y el resultado tendrá que ser igual de bueno. Requiere disciplina y concentración para evitar distraernos y perder de vista nuestras prioridades. Un buen manejo de tiempo disminuye la ansiedad y estrés, quien tenga esa habilidad será tomado en cuenta como una persona responsable y eficiente.
En un mundo de pantallas que nos sobreestimulan con rapidez, tener la sensación de estar crónicamente aburrida no es de extrañarse. Seguro te ha pasado que miras redes sociales y, antes de siquiera procesar el contenido en pantalla, ya estás deslizando tu dedo para quitarlo automáticamente. Si te ha pasado, debes conocer más sobre el ‘boreout’.
El ‘burnout’ es un concepto bastante conocido en los últimos años, pero, ¿qué pasa con el aburrimiento crónico y con la falta de satisfacción que vivimos diariamente? Aunque es duro de afrontar, no todo en la vida está construido con base en la diversión y esto puede ser un gran problema para muchas.
¿Qué es el ‘boreout’?
De acuerdo con Lotta Harju la profesora asistente de comportamiento organizacional en Lyon Business School para la BBC, el término de ‘boreout’ es definido en español como “aburrimiento crónico”.
Existen diversos factores que originan este fenómeno, entre ellos está trabajar en un ambiente físicamente desmoralizante (como sucede en las oficinas de cubículos) o tener un sentimiento de poco desafío (en cuanto a capacidades intelectuales) durante largos periodos. Es decir, es la conjetura de que el trabajo no tiene sentido y, por lo tanto, imposibilita encontrar motivación en la vida.
A diferencia del ‘boreout’, que se relaciona con el aburrimiento al punto de pensar que el trabajo no tiene sentido, el ‘burnout’ se origina por un exceso de trabajo crónico y la glamorización del “trabajo duro”, explica el blog de la plataforma de organización Forecast.
Algunas señales de que puedas tener un ‘boreout’ son: ansiedad, depresión, procastinación e incluso dolores de cabeza.
Consejos para combatir el ‘boreout’
La BBC comparte los siguientes consejos para combatir el ‘boreout’:
Hablar con tu superior más inmediato en el trabajo para implementar nuevas estrategias y proyectos.
Buscar un propósito en tu trabajo, de esta forma será más fácil encontrar cierta satisfacción en lo que haces.
Buscar ayuda psicológica. Como mencionamos anteriormente, tu salud mental es la principal víctima de este fenómeno y de no atenderte podrías poner en riesgo hasta tu condición física.
Empiezas una tarea y terminas haciendo otra cosa, entras a un cuarto buscando algo y se te olvida qué era eso que necesitabas o lo que ibas a hacer porque ya estás pensando en otras cosas. ¿Te ha pasado? No eres la única. Distraerse es muy fácil para muchas, pero puede ser una señal de alerta. Incluso ya existe un término llamado “cerebro de palomitas de maíz” o ‘popcorn brain’.
Vivimos pegadas a pantallas y rara vez volteamos a ver el mundo real con asombro, los dispositivos electrónicos nos entretienen mientras hacemos otras actividades simultáneamente; sin una estimulación o entretenimiento perdemos el interés fácilmente. No poder conectar con el mundo no debería ser normal, experimentar la necesidad de checar el celular cada minuto imposibilita la concentración y es una señal de que probablemente tengas “cerebro de palomita de maíz”. A continuación te explicamos por qué.
El concepto, originalmente en inglés ‘popcorn brain’, fue mencionado por el doctor David M. Levy, científico computacional de la Universidad de Washington. Este fenómeno se está volviendo tendencia entre la generación Z y hace referencia al efecto que tiene el uso excesivo de redes sociales y dispositivos electrónicos en nuestro estado mental.
El “cerebro de palomita” hace referencia a un estado mental en el que el tiempo de atención o concentración es fragmentada, también hay pensamientos dispersos que cambian constantemente en un lapso de tiempo muy corto. Se hace una comparación con lo que sucede al preparar palomitas de maíz, pues éstas revientan rápidamente una tras otra así como te “saltan” pensamientos diferentes sin parar.
Lo anterior sucede ya que al cerebro se le dificulta retener la información que obtiene en cuestión de segundos, creando así un caos mental.
La doctora Jessica McCarthy, fundadora y directora clínica de ‘Elements Psychological Services’ comparte a través del sitio web PopSugar que el cerebro toma la estimulación de pantallas e internet como una recompensa, por lo que se producen químicos que nos hacen sentir bien como la dopamina y las endorfinas. No es de extrañar que tengamos adicción a nuestros celulares, además de ansiedad, dificultades para socializar, intolerancia a la incomodidad o disgusto y facilidad de distracción.
Pero tampoco debes asustarte porque no se trata de una enfermedad o trastorno, simplemente es una condición que se puede desarrollar dependiendo los hábitos que formes respecto a tus pantallas y que, de la misma forma que se crea, puede desaparecer. Es decir, minimizando el tiempo durante el cual usas redes sociales o pantallas para evitar la sobrestimulación que genera el uso desmedido del internet y dispositivos.
¿Cómo corregir el ‘popcorn brain’?
El periódico Hindustan Times proporciona consejos para ayudarte a eliminar el “cerebro de palomita de maíz”.
Establecer límites de tiempo para redes sociales.
Practicar la concentración con actividades como la meditación.
Crear rutinas para organizar mejor tus tiempos.
Priorizar tus tareas, así evitarás sentirte abrumada y podrás concentrarte más.
Tomar descansos regulares para no “atrofiar” tu mente.
Recuerda que, más allá del uso de términos como el ‘popcorn brain’, si sientes que el uso excesivo de pantallas o redes sociales está interfiriendo en tu vida, lo mejor es acudir por ayuda profesional.
Ninguna de nosotras quiere sentirse como un “fraude” en el trabajo, pero la realidad es que el síndrome de la impostora es un fenómeno psicológico muy común, especialmente entre las mujeres. Un estudio encargado por Access Commercial Finance en el Reino Unido reveló que dos tercios de las mujeres han experimentado este “síndrome” en algún momento de sus vidas.
Si alguna vez te has sentido fuera de lugar o crees que no mereces tu trabajo, debes saber que no estás sola.
NOSOTRAS te compartimos algunas estrategias, de acuerdo con información especializada, que puedes aplicar si el síndrome de la impostora está afectando tus actividades laborales.
¿Cómo afecta el síndrome de la impostora en el trabajo?
El síndrome de la impostora en el ámbito laboral se define como una sensación de inseguridad relacionada con los logros en el trabajo. Aquellas que lo experimentan, a pesar de tener éxitos y reconocimientos evidentes, suelen dudar de su competencia y sienten que no merecen sus logros. De acuerdo con información de HubSpot, este fenómeno puede atribuirse a diversos factores, como la autoexigencia desmedida, el perfeccionismo y la constante comparación con las demás.
Las mujeres que sufren este síndrome tienden a subestimar sus habilidades y atribuir sus éxitos a la suerte o factores externos, lo que perpetúa un ciclo de autodesprecio y ansiedad. Como resultado, quienes lo padecen pueden sentirse incapaces de asumir nuevos desafíos y experimentar un estancamiento en su carrera.
Las autoras Élisabeth Cadoche y Anne de Montarlot explican que el contexto social es uno de los motivos fundamentales por los que este síndrome es más prevalente entre mujeres de éxito. Algunos de los aspectos clave que contribuyen al aumento del síndrome de la impostora incluyen los siguientes.
Presión elevada y constante sobre el rendimiento y la imagen. Esta presión incrementa la falta de confianza y genera dudas constantes sobre las capacidades.
Menor representación de mujeres en puestos directivos. La escasa presencia de mujeres en altos cargos puede hacer que aquellas que ocupan estos puestos se sientan solas y expuestas.
Estereotipos sociales. Los estereotipos que todavía persisten en la sociedad alimentan la inseguridad en las mujeres.
5 estrategias para combatir el síndrome de la impostora en el ambiente laboral
A continuación, te compartimos 5 estrategias que puedes aplicar cuando el síndrome de la impostora te ataca en el trabajo, de acuerdo con la Escuela de Negocios de la Universidad de Queensland, Australia y la compañía estadounidense especializada en gestión del trabajo, Asana.
Recuerda que siempre está la posibilidad de buscar ayuda profesional. No tienes por qué atravesar esto sola.
1. Reformula la forma en que analizas la situación
En lugar de concentrarte en lo que piensas que no puedes hacer, enfócate en tus capacidades y en cómo puedes crecer. La descarga de energía traducida en estrés que acompaña al síndrome de la impostora, hasta cierto punto puede convertirse en un impulso para desempeñarte de la mejor manera posible.
Revisa el trabajo que has realizado para ver si tus sentimientos se basan en los hechos. Es posible que encuentres algo concreto en lo que puedes trabajar y mejorar. Si no es así, usa los hechos a tu favor cada vez que esa voz interior te diga que no eres lo suficientemente buena.
2. Busca una mentora
Tener una mentora, una guía o un ejemplo de mayor experiencia que te desafíe y te ayude a salir de tu zona de confort puede ser invaluable. Compartir tus miedos y experiencias con alguien que ha pasado por situaciones similares puede ofrecerte una perspectiva objetiva y apoyo emocional.
Una buena mentora también puede proporcionarte estrategias concretas para lidiar con el síndrome de la impostora en el contexto de tu trabajo actual. Hablar de las dificultades que han atravesado y los errores que han cometido en sus carreras, podrían llevarte a descubrir que tienen algunas historias o consejos útiles sobre cómo lidiar con lo que estás sintiendo.
3. Aborda el síndrome de la impostora de forma grupal
Es fundamental que las líderes y compañeras de trabajo reconozcan y validen las experiencias derivadas del síndrome de la impostora. Fomentar un ambiente donde se pueda hablar abiertamente sobre esta situación ayuda a normalizar estos sentimientos y permite que como compañeras se sientan más cómodas al compartir sus luchas. La validación externa de habilidades por parte de instituciones, colegas o superiores es crucial, ya que puede proporcionar el respaldo necesario para quienes enfrentan este desafío.
4. Di ‘sí’ a las nuevas oportunidades
Es común que quienes padecen el síndrome de la impostora rechacen oportunidades laborales por miedo a no cumplir con las expectativas. Sin embargo, aceptar nuevos desafíos es esencial para el crecimiento. Diferencia entre la voz de tu “impostora” interior y la voz de la razón; la primera te dirá que no puedes hacerlo, mientras que la segunda te recordará que fue por una razón que se te ofreció esa oportunidad.
Aceptar un nuevo trabajo puede ser desafiante, pero intentarlo puede abrirte muchas puertas. No dejes que tu “impostora” interior rechace oportunidades que podrían ayudarte a aprender, crecer y avanzar en tu carrera. Si bien puede resultar intimidante asumir un rol en el que no te sientes segura, también puedes enfocarte en lo que sabes hacer y recordar que no hay nada de malo en “ser principiante” y hacer preguntas a lo largo del camino.
5. Compárate para aprender, no para desanimarte
Compararte con tus compañeras puede ser un hábito común, pero esta práctica puede ser destructiva. En lugar de enfocarte en desanimarte, observa qué puedes aprender de ellas. Reconocer que otras tienen habilidades en las que destacan no disminuye tu valor, sino que te brinda la oportunidad de crecer y colaborar. Recuerda que, al mismo tiempo, tú tienes ciertos talentos y habilidades que puedes compartir con tus compañeras para ayudarlas a tener éxito en sus funciones.
Todas hemos sido víctimas del estrés y de querer mantener todo bajo control a como dé lugar, pero al mismo tiempo teniendo pensamientos improductivos en nuestra mente. NOSOTRAS te guiamos para que conozcas más sobre este tipo de ideas que dan vueltas en nuestra cabeza y que puedas combatirlas con la práctica.
¿Qué son los pensamientos improductivos?
De acuerdo con el portal oficial de Laura Noel, coach certificada por la International Coaching Federation los pensamientos improductivos básicamente son una forma habitual de pensar que no produce ningún tipo de beneficio, resultado negativo o positivo; sin embargo, desvían tu mentalidad del alcance de objetivos y empoderamiento. De esta manera se afecta tu productividad, sentimientos de logro, autoestima y, a largo plazo, puede haber repercusiones en tu salud mental.
Existen pensamientos improductivos que nos generan un ciclo y desarrollamos patrones de comportamiento (sin ser conscientes de ello), influenciando mucho en cómo nos sentimos.
Es posible que el curso de pensamientos improductivos también lo conozcas como sobrepensar. A veces imaginar escenarios catastróficos o seguir analizando la misma idea una y otra vez, son ejemplos de pensamientos improductivos.
¿Cómo saber si estás teniendo pensamientos improductivos?
Laura Noel expone tres hábitos clave para identificar si has tenido ese tipo de pensamiento, nosotras te los presentamos.
1. Pereza mental
La inactividad mental es un hábito que nos crea este tipo de pensamientos; es decir, no se encuentran soluciones, simplemente se dejan las cosas pasar en “modo automático”.
Una posible solución es replantear tu día desde la mañana, pregúntate: “¿cómo voy a afrontar los obstáculos y qué actitud tendré a lo largo de mi día?”.
2. ‘No puedo’
¿Has pensado que “no puedes” hacer algo y eso te limita de intentarlo? Si la respuesta es sí, estás quitando la productividad y la oportunidad de que algo bueno pueda pasar. Podrías eliminar esa palabra de tu vocabulario y pensar en que todo lo puedes lograr, verás cómo las cosas comienzan a verse con claridad, y optarás por posibles soluciones.
3. Objetivos básicos
Los horarios fijos, las prioridades, y los objetivos son herramientas básicas para un plan, pero cuando no los tenemos nuestro cerebro divaga en respuestas, dando entrada a pensamientos improductivos.
Puedes llevar una bitácora diaria, planifica tu día con cosas básicas (horarios de comida, llegar temprano a tu escuela o trabajo, responder correos pendientes, etc.). No olvides celebrar tus pequeños logros.
Foto: Unsplash. No Revisions
La autora Melody Wilding, para la plataforma Well+Good, ofrece otros ejemplos de pensamientos improductivos.
“Todo o nada”. Es cuando te bloqueas y ves una situación en absolutos. Por ejemplo, tener un error y pensar que “fracasas en todo lo que haces”.
Descalificar lo positivo. Esto lo viven, por ejemplo, las personas que tienen problemas para recibir cumplidos porque siempre encuentran una justificación para minimizar sus logros.
Razonamiento emocional. Consiste en sentir algo y pensar que eso es una respuesta absoluta. Por ejemplo, pensar que si en algún momento te sientes incómoda dentro de un grupo, inmediatamente todos te perciben así.
“Debería”. De acuerdo con la autora, son pensamientos improductivos aquellos que se concentran en lo que “deberías ya haber logrado” o “deberías hacer” pero son expectativas irreales.
¿Qué pasa si no eres capaz de cambiar un pensamiento improductivo?
Las respuestas correctas e incorrectas no existen, las acciones que tenemos influyen en el contexto que se nos presente. No pasa nada si en un principio un pensamiento no puedes cambiarlo: aprender de los errores y tener pensamientos flexibles es una gran forma de aprender.