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Hace algunos años, la industria del entretenimiento y las redes sociales vivieron el auge de dos movimientos feministas que prometían traer cambios significativos respecto al tratamiento de la violencia de género y el acoso. Pero, ¿qué pasó con los movimientos MeToo y Time’s Up?
El #MeToo es un movimiento que se desarrolló en el 2017 principalmente a través de la red social Twitter (ahora X) y que tenía como principal objetivo hacer una red de apoyo entre las mujeres víctimas de violencia de género. Principalmente el movimiento iniciado por el hashtag se vio reflejado en la construcción de la organización Time’s Up, que brindaba acompañamiento legal a las víctimas que alzaron la voz en el #MeToo.
El hashtag #MeToo fue creado por la activista afroamericana Tarana Burke en 2006. Su intención era formar un apoyo para las víctimas de violencia de género mediante la contestación ‘Me too’ (“yo también”); en diferentes maneras, todas las mujeres hemos vivido o atestiguado la violencia por razón de género. La creadora del #MeToo no se esperaba la potencia que tomaron las palabras en 2017 cuando actrices comenzaron a denunciar los abusos sexuales que vivieron en Hollywood.
¿Cómo surgió el MeToo y el Time’s Up?
Una de las primeras figuras públicas en participar fue la actriz Alyssa Milano, quien comenzó contando su historia de abuso en Twitter. Posteriormente les pidió a sus seguidoras que contestaran #MeToo si también habían sido víctimas de acoso o agresión sexual. Agregó que ésta sería una manera de mostrar la magnitud de la problemática.
El par de palabras rápidamente se transformó en un hashtag que llegó a usarse 12 millones de veces, Milano tuvo razón cuando explicó que se podría observar mejor el impacto de la problemática si las mujeres respondían a su denuncia.
Entre las acusaciones, un hecho sacudió a Hollywood: se hizo evidente la sistemática conducta de acoso que ejercía Harvey Weinstein sobre las actrices que trabajaban para él, así como de otros trabajadores de la industria.
El movimiento en Twitter pronto brincó fuera de las redes sociales y tuvo repercusiones legales para personas que trabajaban en la industria audiovisual. Sin embargo, también se caracterizó por no tener una incidencia prolongada en la política o en las legislaciones.
En este marco se fundó el Time’s Up, una iniciativa apoyada por celebridades de Hollywood para correlacionar las denuncias en Twitter con una finalidad legal. También buscaban cambiar las oportunidades de las mujeres en Hollywood y mejorar sus condiciones laborales. El equipo estaba formado por alrededor de 200 abogadas voluntarias.
¿Qué pasó con el MeToo y el Time’s Up?
Actualmente Tarana Burker continúa viajando alrededor del mundo para visitar localidades en las cuales continúa haciendo promoción del #MeToo, de acuerdo con Global Fund For Women en su texto “‘Me Too’. Global Movement”. Esto lo hace para expandir el uso del hashtag fuera de Estados Unidos e incentivar a las mujeres jóvenes a contar sus experiencias de violencia. Para evitar que se queden calladas.
El #MeToo fue el parteaguas en Hollywood para que el público y las personas que trabajan ahí volteen a ver el problema que se lleva desarrollando desde que la industria cinematográfica nació.
Por otro lado, Time’s Up no ha podido alcanzar las metas que pensaba lograr. Incluso su presidenta, Tina Tchen, renunció a su cargo después de verse envuelta en el encubrimiento de abusos sexuales, así como haber brindado apoyo legal a Andrew Cuomo, exgobernador de Nueva York, por las acusaciones de abuso en su contra.
El Time’s Up enfrentó diferentes críticas en cuanto a su organización y fue disuelto. Sin embargo, en su momento se trató de un importante antecedente en la lucha contra la violencia de género.
La cultura y sociedad actual permanece fuertemente influida por el patriarcado, ideología que oprime sistemáticamente a las mujeres, genera violencia y crea sistemas desiguales con base en el sexo biológico. Ésta tiene estrategias para continuar funcionando, una de ellas es el pacto patriarcal, que se encarga de reproducir conductas degradantes hacia las mujeres. Entonces, ¿qué es el pacto patriarcal?
“En la sociedad patriarcal la mujer es lo otro”, explica Olga del Carmen Maldonado Gómez en “Sociedad patriarcal perspectivas feministas”. Esto quiere decir que para los hombres las mujeres son el intruso y por lo tanto la sociedad es únicamente masculina.
Actualmente se intenta cambiar la incidencia de la ideología machista en todos los aspectos, por ello se han instaurado, por ejemplo, algunas leyes de paridad de género. Para obligar a quienes tienen el control a abrir espacios para mujeres y así ser parte de la política, la educación y las empresas.
¿Qué es el pacto patriarcal?
De acuerdo con el Instituto para el Desarrollo de Masculinidades Anti Hegemónicas (IDMAH), el pacto patriarcal es “la identificación masculina con otros hombres por el simple hecho de ser hombres”, explican en su Glosario de Conceptos Básicos. Esta identificación Maldonado Gómez la explica como una relación recíproca que solo puede darse entre semejantes. Por lo tanto en una sociedad patriarcal, que solo le da valor a los hombres, las mujeres nunca serán las semejantes.
Las características de la sociedad patriarcal conllevan al desarrollo actual del pacto patriarcal. En donde los hombres se apoyan unos a otros (vistos como iguales) para justificar las violencias que ejercen hacia las mujeres. De esta forma se transforman en cómplices de acciones de odio hacia las mujeres.
“Esta idea de identificación masculina refuerza un sistema de dominación basado en el estereotipo de lo que se supone que significa “ser hombre”, perpetúa la complicidad entre hombres y permite las desigualdades”, explica el IDMAH.
¿Cómo se relaciona con la cosificación de las mujeres?
Para el sistema patriarcal las mujeres pasan a ser ciudadanas de segunda categoría, cuyos labores y valor se ven minimizados. Esto favorece que se les vea con desigualdad frente a sus pares masculinos. Además, crea una división clara de género en donde quien tiene valor es el hombre y quien lo pierde es la mujer.
Las mujeres pasan a ser identificadas como el otro que no es esencial y que eventualmente pasa a ser un objeto. Debido a que no es observada como sujeto, tampoco será tratada como tal.
Esto pasa a un segundo rubro que es la cosificación de las mujeres y su estado de propiedad. Mientras que el hombre se posee a sí mismo, la mujer es la pertenencia de otro hombre. Sus acreedores normalmente son: el marido, compañero, padre o hermano.
El pacto patriarcal puede ocurrir porque las mujeres son percibidas como objetos. Además las violencias que se ejerzan sobre ellas están justificadas porque, para esta ideología, no tienen valor.
¿Cómo se expresa el pacto patriarcal?
Los hombres pueden tener diferentes formas de expresar complicidad entre sus pares ante violencias de género. Entre ellos, la organización IDMAH reconoce los siguientes.
1. Negar acusaciones
Cuando una mujer decide denunciar a un hombre que ejerció violencia sobre ella ocurre que algún otro hombre toma personal la acusación y coloca en tela de juicio la denuncia. Usualmente cuestionan de manera violenta el relato de la víctima, con la finalidad de que niegue lo dicho.
Encubrir actos de violencia también es una manifestación del pacto patriarcal.
2. Revictimización
Esto usualmente sucede cuando la historia de una mujer que fue víctima de violencia de género es compartida o mediatizada. Muchos hombres de inmediato realizan las siguientes preguntas para respaldar o justificar los actos de violencia que se llevaron a cabo: ¿dónde estabas? ¿Por qué estabas sola? ¿Cómo ibas vestida?
3. Violencia digital
El uso de las tecnologías llevó la violencia de género a la virtualidad. Esto provocó nuevas formas de vulnerar los derechos de las mujeres y los “grupos de packs” son una de ellas. En ellos, un conjunto de hombres ingresan para compartir fotos íntimas de mujeres que conocen. Y ninguno de los participantes toma alguna medida para desintegrar el grupo o para sancionar a los integrantes.
4. Justificaciones
La justificación de las violencias de género es una acción recurrente en la sociedad y mantiene o alienta a que sigan sucediendo. En ocasiones se justifican las violencias de género con frases como “así son los hombres”, que hace alusión a que estos son comportamientos naturales. Esta lógica sugiere que las mujeres son quienes provocaron las violencias de género.
Quitarse el preservativo sin el consentimiento de la pareja es una forma de violencia; no hay justificación para hacerlo, sin importar cuál sea tu relación con la persona que cometa este acto. El significado de esta acción que parece simple, es profundo y se origina en la cultura machista, del no respeto hacia el cuerpo de las mujeres. Pero, ¿por qué quitarse el condón sin consentimiento es violencia?
Las cifras de esta violencia tienen una tasa de entre 7.9% a 43% para mujeres y de entre 5% a 19% para hombres, de acuerdo con datos analizados por Kelly Cue Davis en su artículo “A scoping review of nonconsensual condom removal (‘stealthing’) research”. Los datos revelan la realidad en la que viven las mujeres y las posibles violencias que pueden vivir con su pareja sexual.
¿Por qué quitarse el condón sin consentimiento es violencia?
El National Domestic Violence Hotline explica que quitarse el preservativo antes o durante el acto sexual usualmente es desvalorizado porque puede parecer un acto menor, en comparación con otros actos de violencia. Sin embargo, es igual de relevante que cualquier otra bandera roja en la relación.
El acto de quitarse el condón sin consentimiento es una forma de coerción y definitivamente es un acto de violencia en contra de la pareja sexual, describe el National Domestic Violence Hotline. Debido a que el acto sexual necesariamente debe ser consentido, ninguna de las dos partes puede realizar acciones sin un acuerdo mutuo.
Recuerda que el consentimiento es una decisión informada que puede revocarse en cualquier momento, sin importar el tiempo que lleves de relación con alguien. NUNCA te pueden obligar a aceptar algo que no quieres.
Un acto con diferentes significados
De acuerdo con el National Domestic Violence Hotline, esta violencia también se interpreta como un acto de control de quien se quita el condón hacia la persona que desconoce esta acción. Durante este acto, el cuerpo de la mujer queda vulnerado por la decisión de un individuo ajeno a ella y que busca imponer su voluntad.
Esta violencia vulnera el derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo, a la maternidad por decisión propia y en general a todos sus derechos de salud reproductiva. Asimismo, el hombre pone en peligro a su pareja ante el posible contagio de una enfermedad de transmisión sexual (ETS).
Quitarse el preservativo sin consentimiento, un acto con precedentes
El uso del condón como forma de control prenatal se ha visto desde la perspectiva de los hombres como algo que puede evitarse. Por ende es que la coerción de mantener relaciones sexuales sin condón existe, explica Verywell Health.
Los actos de violencia pueden iniciar incluso antes de que se dé al acto de quitarse el condón sin consentimiento. Por ejemplo, con comentarios relacionados a coaccionar a la pareja para tener relaciones sin preservativo alegando sentirse mejor sin él.
El impacto que tiene este acto en la salud mental de las mujeres aún se desconoce: es un tema que recientemente se ha investigado. Sin embargo, se reconoce que puede tener repercusiones parecidas a las que existen en una violación, explica Kelly Cue Divis, abogada de Yale y autora de “Rape-Adjacent: Imagining legal responses to nonconsensual condom removal”.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) presentó recientemente los resultados de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del cuarto trimestre de 2023. En este documento, revelaron cuáles fueron las alcaldías de CDMX con más situaciones de acoso y violencia sexual. A continuación te decimos los datos más relevantes.
El pasado 18 de enero se dieron a conocer distintas estadísticas en materia de inseguridad a nivel nacional, en donde se incluyen distintas situaciones de acoso y la violencia sexual (en lugares públicos) hacia las mujeres.
Antes de empezar, vale la pena recordar la definición deacoso sexual. De acuerdo con el Protocolo para la Prevención, Atención y Sanción del Hostigamiento Sexual y Acoso Sexual, es una forma de violencia con connotación lasciva en la que, si bien no existe la subordinación, hay un ejercicio abusivo de poder que conlleva a un estado de indefensión y de riesgo para la víctima, independientemente de que se realice en uno o varios eventos.
Por otro lado la violencia sexual, según la Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, es cualquier acto que degrada o daña el cuerpo y/o sexualidad de la víctima y que por tanto atente contra su libertad, dignidad e integridad física.
Cabe destacar que esta encuesta tiene como objetivo hacer estimaciones y medir la percepción de los habitantes en materia de seguridad. El tamaño de muestra a nivel nacional fue de 27,970 viviendas con una cobertura geográfica de 75 ciudades de las 32 entidades federativas, incluyendo las 16 alcaldías de la Ciudad de México.
Las alcaldías de CDMX con más situaciones de acoso y violencia sexual
Aunque la ENSU abarca cifras de distintas regiones del país, nos enfocaremos en aquellas que corresponden a la Ciudad de México. Conoce cuáles de las 16 alcaldías presentaron más situaciones de acoso y violencia sexual durante el cuarto trimestre de 2023.
La alcaldía Venustiano Carranza encabeza esta lista y ocupa el tercer lugar a nivel nacional. El 31.4% de las mujeres mayores de 18 años encuestadas en esta alcaldía enfrentaron alguna situación de acoso o violencia sexual. Mientras que en la alcaldía Magdalena Contreras el 28.7% de las encuestadas refirió haber vivido alguna situación de esta índole.
Milpa Alta se encuentra en tercer lugar con un 28.3%, seguida de Gustavo A. Madero con un 28.1%. Iztapalapa se posicionó en el quinto lugar con un 27.8% y Xochimilco se ubicó en el sexto puesto al referir que 27.4% de las encuestadas han sufrido alguna situación de acoso y violencia sexual. Coyoacán es la séptima alcaldía de la CDMX con más situaciones de violencia hacia la mujer, ya que el 27.1% de las encuestadas refirió haber vivido una de las situaciones descritas a continuación.
Situaciones de acoso y violencia que enfrentan las mujeres
Las situaciones de acoso y violencia sexual que más enfrentaron las mujeres, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana, fueron las siguientes.
Reciben piropos groseros u ofensivos de tipo sexual o sobre su cuerpo que molestan y ofenden a las mujeres.
Alguien intentó obligarlas o forzarlas usando la fuerza física, engaños, o chantajes a tener relaciones sexuales sin su consentimiento, o en contra de su voluntad.
Les ofrecieron dinero, regalos u otro tipo de bienes a cambio de algún intercambio de tipo sexual y les pareció ofensivo o humillante.
Les enviaron mensajes o publicaron comentarios con insinuaciones sexuales, insultos u ofensas sexuales, a través del celular, correo electrónico o redes sociales (como Facebook, Twitter, WhatsApp, etc.).
Alguna persona las obligó a tener relaciones sexuales en contra de su voluntad.
Alguna persona les mostró sus partes íntimas o se tocó sus partes íntimas enfrente de ellas, y se sintieron molestas, ofendidas, o atemorizadas.
La manosearon, tocaron o besaron, se recargaron o encimaron con fines sexuales sin su consentimiento.
Les enviaron mensajes, fotos, videos o publicaciones con insinuaciones, insultos u ofensas sexuales que fueron ofensivos o amenazantes, a través del celular o redes sociales.
Las obligaron a mirar escenas o actos sexuales mediante fotos, revistas, videos o películas.
Es importante señalar que cada encuestada pudo haber declarado más de una situación de violencia, por lo que los delitos por sí mismos podrían representar un número mayor.
El ‘stalkerware’ es una forma más de abuso perpetrado en contra de las mujeres. Esta forma de espionaje irrumpe en nuestra privacidad y pone nuestra integridad en riesgo. Lo peor es que se trata de una invasión que puede ejecutarse en un celular sin que la persona se dé cuenta.
Te contamos lo que tienes que saber acerca del stalkerware, una forma de violación a la intimidad.
¿Qué es el ‘stalkerware’?
De acuerdo con Alianza Nacional de Ciberseguridad, una organización estadounidense, el ‘stalkerware’ es un tipo de aplicación que se instala en un dispositivo con el fin de espiar al propietario. Tales softwares no requieren de grandes conocimientos sobre herramientas informáticas, son aplicaciones a las que relativamente cualquiera puede tener acceso a un dispositivo móvil, aunque también puede ser en tabletas electrónicas.
Sí, el ‘stalkerware’ es una forma de violentar la intimidad. Estas aplicaciones espían la actividad de tu celular en todo momento, incluso pueden rastrear tu ubicación en tiempo real. Generalmente quienes utilizan esta herramienta son acosadores u hostigadores que intentan extorsionar e intimidar a sus víctimas.
Este tipo de software es altamente peligroso, pues brinda acceso a redes sociales, apps de mensajería, archivos o localización.
‘Stalkerware’: una forma de violación a la intimidad
Grabar, monitorear y controlar las acciones de una persona a través de estos softwares es una forma de violencia, ya que estas aplicaciones se instalan sin el conocimiento de la persona. El abuso de género y violencia generada por estas aplicaciones desafortunadamente va en aumento a nivel mundial; tan solo en 2020 la empresa de seguridad Kaspersky registró 54,000 mil víctimas de stalkerware.
De acuerdo con un informe que la empresa Avast hizo en 2023, el riesgo de encontrar ‘stalkerware’ en un dispositivo móvil aumentó un 278% en México en un periodo de tres años.
Desafortunadamente, este tipo de software opera en diferentes países mediante vacíos legales porque aún no existen muchas legislaciones precisas en su contra. Incluso hay aplicaciones que se disfrazan de controles parentales para familias que en realidad son ‘stalkerware’.
¿Cómo identificar un dispositivo intervenido por un ‘stalkerware’?
Estos son algunos indicadores en tu dispositivo de que posiblemente estás siendo víctima de un acosador.
Hay aplicaciones que no reconoces o no recuerdas haber descargado.
Identificas notificaciones extrañas o pestañas emergentes inexplicables.
La batería de tu dispositivo se agota demasiado rápido.
Lento rendimiento y uso excesivo de datos móviles.
Alguien de tu entorno cercano, como una pareja o familiar, parece contar con información que tú no brindaste, como dónde has estado o qué has hecho.
Tu configuración cambió sin que tú hicieras modificaciones conscientemente.
Recibes muchas ventanas emergentes o mensajes de error en apps que antes funcionaban bien.
Existen múltiples aplicaciones o antivirus que pueden ayudar a detectar y eliminar los stalkerware. La opción de restablecimiento de fábrica ayudará a que el dispositivo regrese a su configuración original, pero nuevamente asegúrate de tener un respaldo.
La forma más efectiva, si es que se tiene la posibilidad, es comprando otro equipo móvil. Antes puedes hacer un respaldo de todos archivos importantes.
Reduce los riesgos de la violación a tu intimidad
La forma más simple para evitar que seas víctima de un espionaje, es que protejas tu celular con una contraseña altamente segura y no la compartas o dejes al alcance de otros.
Protege tu equipo con seguridad que sea capaz de detectar posibles ataques ‘stalkerware’. Busca aplicaciones verificadas que garanticen la protección y privacidad de tus datos e información.
No habilites la instalación de softwares a terceros.
Vigila las aplicaciones que soliciten acceso a la función de “Accesibilidad”.
Diversas empresas de seguridad especializadas en temas como antivirus han lanzado productos para que seas capaz de identificar y protegerte de este tipo de ataques.
Por otro lado, puedes pedir asistencia y apoyo mediante colectivas y organizaciones que se enfoquen en la violencia de género. Antes de eliminar apps sospechosas de tu teléfono asegúrate de encontrarte en un lugar seguro, pues el acosador puede recibir una notificación de la acción; en situaciones de violencia doméstica, por ejemplo, esto puede poner en riesgo a la víctima.
Los ataques con ácidos y químicos son una realidad presente en nuestro país y a nivel internacional. Se trata de un tipo de violencia de género que, como otras, nace a partir de las creencias misóginas que perduran en la sociedad. Por esta razón es necesario dar a conocer qué es la violencia ácida y cuáles son las consecuencias que tiene en las víctimas.
Para entender qué es la violencia ácida retomamos la definición publicada por la Fundación Carmen Sánchez. Describe a estos ataques como un tipo específico de violencia feminicida, el cual se caracteriza por el acto de arrojar ácido u otras sustancias corrosivas en el rostro y cuerpo de una mujer con la finalidad de atentar contra su vida, su integridad y su libertad humana. Además de mantener y profundizar el estado de desigualdad y opresión en el que se encontraban, explica la fundación.
Datos a considerar sobre la violencia ácida
De acuerdo con la Fundación Internacional de Supervivientes del Ácido (ASTI, por sus siglas en inglés) los ataques con ácido u otras sustancias corrosivas han aumentado más de dos veces y media respecto a cinco años atrás. En Reino Unido, por ejemplo, durante 2012 se registraron 228 delitos, mientras que en 2016 fueron 601. También informan que cada año hay 1,500 ataques de ácido en todo el mundo, de los cuales el 80% son hacia mujeres.
En varios países estos ataques son una práctica común, como el caso de India, Colombia, Pakistán, Nepal y Uganda, según información de ASTI. En México, este tipo de violencia ha crecido y no hay datos oficiales concretos sobre el número de víctimas.
En nuestro país existe la Fundación Carmen Sánchez, la cual tiene como objetivo prevenir, atender, erradicar, investigar y buscar la sanción de los ataques con ácido u otras sustancias corrosivas a mujeres mexicanas por situaciones relacionadas con la violencia machista. Esta asociación civil fue creada por Carmen Sánchez, activista y sobreviviente de un ataque ácido, y por Ximena Canseco, historiadora, activista e investigadora.
El portal oficial de esta fundación reporta que los estados en donde se han documentado más crímenes con ácido son la Ciudad de México, Puebla y el Estado de México. Ellas se han encargado de registrar y ayudar a víctimas de esta violencia, cosa que muy pocas instancias gubernamentales han hecho.
Después de conocer el panorama, es importante hablar sobre qué es la violencia ácida y cuáles son las consecuencias que tiene en las víctimas de estos ataques. Además de su contexto actual en México y las acciones que se emplean para auxiliar a las víctimas.
Entrevistamos a María Elena Esparza Guevara, presidenta de la Ola Violeta A.C. (organización que se dedica a la prevención de la violencia de género) y consejera de género del Consejo Ciudadano de la Ciudad de México.
¿Qué es la violencia ácida?
María Elena Guevara explica que la violencia ácida es uno de los tipos de violencia más atroces, pues “marca el cuerpo de la víctima para hacer que esas cicatrices sean un recordatorio permanente de la relación en la que se presentó el ataque”.
Al tener la cifra presentada por ASTI, la cual establece que el 80% de víctimas son mujeres, la consejera reiteró quela violencia ácida es un delito de género, que está atravesado por toda la violencia estructural machista.
¿Cuál es el contexto actual de la violencia ácida en México?
Lo primero que llama la atención, de acuerdo con Guevara, es queno hay datos actualizados. No es un tipo de violencia que se desagregada en los reportes mensuales que hace el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. “Los datos caen a cuentagotas y muchas veces no son muy precisos”, menciona la presidenta de Ola Violeta.
Ella aclara que entre la información que hay, “no está desagregada entre los que son tentativas y los que se consumaron como feminicidio”. Sin esa información, es difícil hacer un diagnóstico preciso, porque no sabemos en realidad cómo pasó cada ataque.
La Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (CONAVIM) desde 2016 reporta 908 casos de mujeres agredidas o amenzadas con causarles daño con ácido o algún químico. Pero, no diferencian cuáles sí fueron ataques y cuáles se quedaron como amenaza. La última actualización que tienen fue del 13 de julio de 2023, donde se reportaron 109 casos, pero no sabemos cuántos si se consumaron, señaló la consejera.
Hay casos que se han vuelto más mediáticos son el de la saxofonista María Elena Ríos y el de Carmen Sanchez, quien gracias a su lucha logró una sentencia histórica; fue la primera vez que se juzgó a un agresor con una pena de 46 años y ocho meses por tentativa de feminicidio.
“El tema de la violencia ácida es poco visible y poco documentado, por lo que la labor de Carmen Sánchez es digna de admirar, su lucha representa muchísimo para las víctimas”, indica la consejera de género.
Muchas veces ocurre que en estos casos judicializados, es que la defensa de los agresores (donde el 90% son hombres), piden que sean juzgados por el delito de lesiones, que obviamente tienen penas mucho menores que el de feminicidio por grado de tentativa, menciona en entrevista María Elena.
¿Cuáles son las consecuencias psicológicas que tienen los ataques en las víctimas?
En algunas ocasiones, las víctimas de violencia ácida rechazan su propia imagen, por otro lado, su autoestima y autoconcepto se ven afectadas. Entran en un terreno de estrés postraumático muy complejo que implica el rechazo de su imagen y de despersonalización, como explica la activista. Rechazan los espejos, buscan cubrir su rostro o la zona dañada.
Se requiere un proceso terapéutico profundo que pasa por resignificar la propia imagen y reconciliarse con un nuevo aspecto. Por otro lado, el rechazo social es fuerte, debido al mandato de la belleza y los estereotipos de género; por ejemplo, muchas de las víctimas, después de sobrevivir al ataque, son despedidas de sus trabajos.
Son rechazadas socialmente por las marcas en su piel y existe rechazo hasta en el entorno más cercano que es la familia. El daño físico es el más evidente, pero el daño más profundo ocurre en el nivel psicológico y emocional, en el autoestima y el autoconcepto, dice la consejera.
¿Existe un perfil del agresor o potencial feminicida?
De acuerdo con la CONAVIM, en 9 de cada 10 casos el agresor es la pareja, expareja o un conocido de la víctima. En los casos más mediáticos de ataques ácidos en México, la pareja ha sido el agresor, menciona la presidenta de Ola Violeta.
El objetivo del agresor es marcar a la víctima de por vida y confrontarla con el recuerdo de lo que significó el vínculo personal. La violencia de género empieza con señales sutiles que la sociedad tiene muy normalizadas. Son conductas que se pueden disfrazar de protección y cuidado pero, si se permite (colectivamente), el avance puede llegar a otros tipos de violencia, agrega Elena.
¿La ley tipifica a la violencia ácida como feminicidio en grado de tentativa?
Como indica María Elena Guevara, hasta el día de hoy la violencia ácida no está tipificada en 22 estados del país. Esto es importante y se debe alertar porque, ¿cuál es la protección que tiene una mujer agredida? Si los ataques con sustancias corrosivas ni siquiera están tipificados como un delito en 22 entidades federativas.
El 11 de diciembre del año pasado, el Congreso de la Ciudad de México aprobó un dictamen para tipificar el delito de violencia ácida, pero todavía no hay una reforma al Código Penal ni a la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.
“Vamos avanzando poquito pero, mientras no haya una reforma a nivel federal que homologue los códigos en todas las entidades del país, las mujeres están a la deriva en varios estados y dependen del criterio del juez al que le toque el caso. Y esto si es llega a judicializarse, porque abrir una carpeta de investigación es complejo”, reitera María Elena Guevara.
¿Cómo actúan las instituciones de salud al recibir víctimas de violencia ácida?
“Las víctimas se enfrentan al obstáculo de que las instituciones de salud piensan que, debido a que las cirugías las lleva a cabo un cirujano plástico, entonces son cirugías estéticas”, indica la activista. “Y esto no es así, las víctimas se deben someter no a una, sino a muchas cirugías; el proceso es largo y costoso y nadie se hace responsable”.
Las mujeres agredidas muchas veces no tienen los recursos para cubrir estos tratamientos. Elena asegura que es importante integrar en la reforma las garantías de las cirugías y la definición de lo que cubriría el derecho de ser atendidas, no por razones estéticas, sino del tratamiento del estrés postraumático y de la posibilidad de reinsertarse en su vida.
“Es indispensable garantizar que, paralelo a la atención médica, ocurra la psicológica, para que desde las primeras etapas se procese la necesidad de apoyo emocional y se garantice la salud mental”.
¿Cómo se lleva a cabo la reinserción social en las víctimas de violencia ácida?
Muchas veces, a pesar de que las víctimas de violencia de género hayan superado la parte jurídica, enfrentan muchos problemas para reintegrarse a su vida y reinsertarse a las dinámicas sociales que tenían antes del ataque. Desde las dinámicas escolares, laborales, familiares, de pareja y frente a sí mismas. “Esto se logra con el tratamiento médico completo, adecuado y de calidad”, dice María Elena Guevara.
¿Cómo apoyar a una víctima después del ataque?
“Si, lamentablemente ya se consumó el ataque ácido, lo que sigue es una labor de apoyo que implica mucha paciencia, acompañamiento y de hacer realidad la frase ‘no estás sola'”, indica la especialista. “Si tenemos cerca a una víctima de violencia ácida, debemos hacerle saber que sí la vamos a acompañar. También debemos fluir con su proceso, ya que a nivel interior puede ser complicado avanzar y, aunque registre un avance, puede que una situación, un sonido, olor o escuchar el nombre del agresor, genere un retroceso”.
También debemos acercar los servicios de salud mental, María Elena reitera que no se debe dejar para después la parte psicológica. “Porque el trauma que ha dejado la huella en el cuerpo podría evolucionar a ideas suicidas, debido a que las mujeres ya no se reconocen. Por eso se debe tener en cuenta y priorizar la salud mental a la par de la física”, finaliza la consejera de género del Consejo Ciudadano de la Ciudad de México.
Una vez más, Taylor Swift se vio directamente afectada por la violencia digital luego de que se difundieran imágenes suyas elaboradas con IA que la sexualizan y retratan en situaciones íntimas. Esta no es la primera vez que circula material apócrifo de la cantante realizado con herramientas tecnológicas, pues semanas atrás se crearon diversos retratos suyos realizados por sus fans; sin embargo, en esta ocasión se trata de fotos que atentan contra su integridad y vulneran su privacidad.
Las imágenes sexualizadas, denigrantes o malintencionadas de Taylor Swift hechas con IA (o cualquier otra persona) son violencia. Te decimos por qué es importante dimensionar la gravedad de estas acciones y reconocer que no se trata de bromas.
La violencia ‘oculta’ que vivió Taylor Swift previo a la circulación de imágenes hechas con IA
El nombre de Taylor Swift es conocido a nivel mundial puesto que se trata de una de las mujeres con mayor influencia en la industria musical. Y aunque esa debería ser la única cuestión relevante sobre la cantante, lo cierto es que por años se ha enfrentado a numerosos ataques y cuestionamientos, tanto por su forma de ser como por su vida privada, inclinados específicamente a sus parejas sentimentales.
En septiembre de 2023 se dio a conocer que Taylor había iniciado un romance con Travis Kelce, jugador de los Chiefs de Kansas City; a partir de ese momento, se volvió común verla asistiendo a los partidos del equipo de futbol americano para apoyarlo. Lo que viniendo de cualquier otra persona se hubiera tomado como algo normal, para Swift se volvió el motivo perfecto para que cientos de internautas volcaran en ella ofensas, insultos y agresiones, ya que aparentemente de pronto toda la atención se centró en ella y no en el juego, lo “verdaderamente importante”.
Al principio, todo quedó en mensajes enviados por redes sociales y críticas vacías, hasta llegar a otras plataformas, siempre disfrazado de “bromas”. Tal como ocurrió en la reciente entrega de los Golden Globes, cuando el presentador de la ceremonia hizo un comentario respecto a que en los partidos de los Chiefs todo se trataba de Taylor Swift, poniéndola en una situación de incomodidad evidente y haciendo que las personas a su alrededor no supieran cómo reaccionar.
Difunden imágenes de Taylor Swift fabricadas con IA
Lo siguiente fueron múltiples comentarios en redes que la señalaban por no participar en la broma, insinuando que debería estar acostumbrada a este tipo de situaciones por su fama. Después, como ocurre la mayoría de veces con la violencia, fue subiendo de nivel y escalando, sobre todo en los partidos del equipo en el que juega su pareja.
En los últimos encuentros, varios de los aficionados acudieron al estadio con figuras de la cantante sobre las que colocaban otros accesorios, mensajes o rayones, acciones que aún eran percibidas por muchos como inocentes. Estas expresiones que de alguna manera atentaban contra su integridad finalmente se convirtieron en agresiones directas, luego de que se difundieran imágenes de Taylor Swift hechas con IA.
Este material fabricado con herramientas tecnológicas, muestra a Taylor en situaciones íntimas y posiciones sugerentes, todas ellas sexualizándola y vulnerándola sin su consentimiento. Las imágenes de Taylor Swift hechas con IA tienen en común el escenario, pues todas la ubican en los vestidores, canchas o gradas de estadios, también la posicionan con hombres y jugadores del equipo de Travis Kelce, todas haciendo referencia a su relación con la estrella de la NFL.
Las fotos rápidamente comenzaron a circular en redes sociales por diversas cuentas, dificultando así dar con la identidad del creador original, que hasta el momento se desconoce. Tampoco se sabe cuántas imágenes de Taylor Swift con IA existen, sin embargo, se han contabilizado al menos 65 piezas que tienen en común la sexualización de la intérprete.
Por qué son violencia las fotos de Taylor Swift hechas con inteligencia artificial
El material audiovisual y las imágenes de Taylor Swift hechas con IA que se difundieron hace unos días, son también una expresión de violencia digital de género, la cual ha afectado en mayor medida a las mujeres los últimos años derivado del surgimiento de diferentes herramientas que tienen la capacidad de crear fotografías falsas con solo un click.
Las imágenes de Taylor Swift hechas con IA también tienen orígenes en la violencia sexual, definida por el Instituto Nacional de las Mujeres como cualquier acto que degrade o dañe el cuerpo y/o sexualidad de la víctima, y que por ende atente contra su libertad, integridad e identidad física. Al mismo tiempo, implica la “supremacía” masculina alimentada por la misoginia, al concebir a la mujer como objeto.
Un artículo del Fondo de Población de las Naciones Unidas explica que la violencia de género facilitada por la tecnología es perpetuada y amplificada por el uso de información, comunicaciones, tecnologías y espacios digitales contra una persona por razones de género. Asimismo, es facilitada por la constante evolución que permanece en este ámbito, aunado de que en el caso de las imágenes hechas con IA, es una suplantación de identidad, muchas veces con la intención de dar apertura a discursos de odio.
Por esta razón, diversos organismos en pro de los derechos e integridad de las mujeres se han pronunciado respecto a la necesidad de considerar los nuevos tipos de violencia sexual y acoso en cuestión digital que se han originado a la par del avance de la tecnología. Sobre esta cuestión Sarah Hendricks, directora ejecutiva adjunta de ONU Mujeres, afirmó que se requiere regular el uso de inteligencia artificial para prevenir actos de violencia de género.
De acuerdo con información de EFE, Hendricks argumentó que si bien la IA facilita diversas tareas y es útil, también se han reportado casos de que se utiliza para elaborar y distribuir pornografía no autorizada, rastrear y acosar mujeres, por lo que se necesita de protocoles que controlen estos comportamientos.
La violencia de pareja constituye una problemática que requiere de atención urgente, pues durante los últimos años se ha mostrado un incremento alarmante en las cifras de mujeres que son agredidas físicas, verbal y emocionalmente por parte de las personas con las que mantienen una relación sexoafectiva. No hay una sola causa que explique estos datos, ya que la violencia de pareja tiene múltiples motivaciones detrás; aunque están igualmente arraigadas en la misoginia y violencia, corresponden a propósitos específicos del victimario.
Una de ellas es la intención de “terminar con la belleza” de su víctima, influenciado por la idea de mantener el poder sobre ellas. Ataques con ácido, golpizas que culminan en desfiguración, mutilaciones, son tan solo algunas de las huellas que estas agresiones físicas dejan y todas ellas cumplen, a distintos niveles, con la intención de arrebatarles el denominado atractivo físico.
Qué es y en qué consiste la violencia de pareja
El Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz define a la violencia de pareja como un patrón de abusos caracterizado por una serie de conductas coercitivas que consideran maltrato psicológico, abuso sexual, violencia física, económica y matrimonial.
Este tipo de violencia puede presentarse en relaciones de todo tipo, desde el noviazgo, matrimonio, concubinato, de tipo extramarital, entre otras dinámicas, y mayormente es ejercida por parte de hombres hacia mujeres.
De acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud, una de cada tres mujeres ha experimentado violencia de pareja al menos una vez en su vida, mientras que a nivel mundial, el 38% de los asesinatos de mujeres son cometidos por sus parejas sentimentales. Estos datos reflejan parte de la violencia feminicida que azota a diversas partes del mundo.
El feminicidio es el último eslabón en la escala de niveles de agresiones, no obstante, es importante mencionar que no todos los agresores tienen como fin primario terminar con la vida de su víctima. Existen también motivaciones de la violencia de pareja cuyo propósito es perpetuar el poder ejercido en ellas a través de actos que “terminen con la belleza” o atractivo físico que poseen, bajo la creencia de que así pierden valor ante la mirada de terceros.
Arrebatar la belleza de su víctima, entre las motivaciones de la violencia física de pareja
La violencia de pareja por razones de género está motivada por numerosos factores, la gran mayoría de ellos derivan de la misoginia y machismo incrustado en la sociedad históricamente. Muchas de las razones detrás de ataques físicos hacia las mujeres por parte de su pareja son influenciadas bajo el deseo de querer atentar directamente contra la apariencia física de la persona, con golpes, ataques con sustancias o herramientas que causen cicatrices permanentes o mutilaciones, de modo que se le arrebata una parte primordial de quienes son.
Un ejemplo son los aspectos que consideran las reformas a la ley ácida, que según un boletín emitido por el Congreso de la Ciudad de México, conllevan gravedad simbólica, física y emocional. Estas lesiones causan daño interno y externo, pudiendo ser temporales o permanentes dependiendo de la intensidad.
Por su parte, un artículo de la Universidad de los Andes de Colombia explica que reconocer estas intenciones detrás de los ataques es también concientizar sobre los daños ocasionados a las diferentes esferas de la vida de las mujeres que sufren estos ataques, además de validar la manera en que interfiere en la salud individual de la víctima, en el sentido físico y psíquico.
Las agresiones físicas de pareja son un problema estructural que requiere de pronta atención, para facilitar a las víctimas planes de acción y reparación del daño, además de establecer protocolos de prevención al nombrar las lesiones estéticas como otro de los síntomas de la violencia de género y feminicida que sufren miles de mujeres a diario.
Poco se habla tradicionalmente sobre que existen muchos otros tipos de violencia más allá de las agresiones físicas. De hecho, hay varios que son “invisibles” ante la sociedad, pero que afectan a millones de mujeres día con día. Un ejemplo de ello son las burlas y la invalidación de sus cuerpos y rostros, con la presión de cumplir un estándar que no debería existir. Por eso, es necesario que conozcas qué es la violencia estética y cómo identificarla día con día.
La violencia estética se ha manifestado desde hace décadas: desde los estereotipos de belleza que mostraban en el cine y la televisión donde se descalifica a quienes no los cumplen, hasta los memes y las críticas en redes sociales hacia el físico de las celebridades femeninas. De acuerdo con UNAM Global, la violencia estética es una imposición de estándares de belleza arbitrarios que afecta a las mujeres de diversas maneras.
Qué es la violencia estética y cómo identificarla
Este tipo de violencia puede llegar a afectar a las mujeres al grado de vivir problemas de salud como la dismorfia corporal y los trastornos de conducta alimentaria (que incluyen la bulimia y la anorexia. La violencia estética es particularmente peligrosa porque implica la violencia psicológica y emocional, muchas veces mediante microagresiones, “bromas”, bullying y ciberbullying. Todos estos elementos provocan inseguridades y complejos en las mujeres, muchas veces desde temprana edad.
La violencia estética se basa en varios discursos de odio, siendo la gordofobia, discriminación y la gerontofobia (rechazo a las personas mayores), algunos de los más perpetuados. Hay distintas maneras de identificar esta violencia, pero las más conocidas son las burlas, cuestionamientos y hasta agresiones físicas al cuerpo de una mujer.
¿Has sido víctima de la violencia estética?
Estos son algunos ejemplos de cómo se puede vivir la violencia estética, pero no son sus únicas manifestaciones. ¿Te ha pasado alguno?
Cuando una persona se burla de tu físico porque no cumple con los estándares que la sociedad ve como idóneos. Ya sea por el peso, medidas, color de piel, etc.
Te cuestionan con frecuencia sobre tus hábitos alimenticios y deportivos porque tu peso no cumple con lo “normativo” o “no es saludable” (aunque la persona no es médico ni está al tanto de tu salud).
Cuando recibes críticas por no depilarte o maquillarte de cierta manera.
Cuando a una mujer le hacen saber que su nariz, barbilla o rostro no son “bonitos”, no son “finos” o “no parecen de mujer”.
Si las personas a tu alrededor se burlan o te ponen apodos despectivos porque tus senos o glúteos no son grandes. Por el contrario, cuando alguien tiene senos o glúteos grandes la sexualizan.
Criticar o juzgar signos de la edad perfectamente normales, como tener arrugas, manchas o canas. Lo mismo sucede con aspectos que ocurren en todas las pieles, como el acné, estrías o celulitis.
Cuando comparan a una persona con otra que sí cumple con estándares de belleza idealizados.
Cuando se justifica una infidelidad en una pareja porque alguien “no era lo suficiente bonita”, “se descuidó”, etc.
No escuches estas “opiniones”
Todas estas situaciones están normalizadas por la sociedad, por lo que es necesario visibilizar que la violencia no está bien en ninguno de sus tipos. Recuerda que tu pareja, amigas o familiares nunca deben burlarse de ti ni compararte con otras mujeres. Cada persona es única y los estándares que por años nos han vendido son innecesarios, injustos y muchas veces imposibles de alcanzar.
Asimismo, nunca ejerzas violencia en contra de otras mujeres, ya que el patriarcado suele compararnos y crear rivalidades. Recuerda que no debemos hablar de cuerpos ajenos si no nos han pedido nuestra opinión.
La violencia sexual es parte de la violencia de género por la que lamentablemente gran cantidad de mujeres pasan hoy en día, muchas veces en completa impunidad. Existe una diversidad de mitos que siguen promoviendo en la sociedad comportamientos y conductas que violentan a las mujeres; se trata de creencias dañinas que normalizan la violencia y nos alejan de una sociedad justa.
Aquí te contamos sobre algunos mitos de la violencia sexual.
¿Qué es la violencia sexual?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) la define como todo acto sexual, la tentativa de consumarlo, los comentarios o insinuaciones sexuales no deseados, o utilizar de cualquier otro modo la sexualidad de una persona mediante la coerción, independientemente de la relación o ámbito familiar o laboral de la víctima.
Existen muchos mitos que se propagan porque, en una sociedad profundamente sexista, es más fácil para las personas creer que la víctima hizo algo para merecer el abuso. Las víctimas no tienen culpa alguna del comportamiento del agresor. La violencia sexual es un delito que debe de ser señalado y castigado.
Mitos sobre la violencia sexual
1. Las víctimas son las culpables de la agresión al vestirse o actuar de manera provocativa
Esa es una excusa muy común a la que los agresores acuden para justificar su agresión. La violencia sexual surge de la determinación de una persona para someter a otra, indica la Oficina del Departamento de Justicia de Estados Unidos sobre la Violencia contra las Mujeres. La vestimenta no es ninguna invitación a mantener una relación sexual no deseada.
La manera en la que vistas o te comportes NO es una invitación a que te violenten.
2. Si la persona sale de fiesta asume el riesgo de abuso sexual
Hablar sobre este “riesgo” coloca de manera errónea la responsabilidad de las acciones del agresor en la víctima. Cualquier tipo de acto sexual sin consentimiento es violencia, y no importan las circunstancias.
Como explica la Oficina del Departamento de Justicia de Estados Unidos sobre la Violencia contra las Mujeres, incluso si la víctima anteriormente tuvo algún tipo de contacto sexual con el agresor, en el momento que deje de haber consentimiento existe una agresión.
3. No es violación si ocurrió después de consumir alguna sustancia
Estar bajo la influencia de cualquier sustancia no justifica una agresión y no es posible consentir un acto si la persona se encuentra en ese estado. De la misma manera, usar alcohol para “convencer” a alguien de tener relaciones sexuales, es violencia.
4. La mayoría de las agresiones sexuales son cometidas por extraños
La mayoría de las agresiones son perpetradas por alguien conocido o cercano a la víctima, como lo puede ser su pareja, “amigos” o incluso familiares.
5. Las víctimas de abuso lo denunciarán inmediatamente, si no lo hacen, entonces significa que no sucedió
Hay muchas razones por las que una víctima de agresión sexual puede no denunciar la agresión a la policía de manera inmediata. No es fácil hablar de haber sido agredida sexualmente. La experiencia de volver a contar lo sucedido puede hacer que la persona reviva el trauma. Otras razones para no denunciar inmediatamente la agresión o no denunciarla incluyen el miedo a represalias por parte del agresor, el miedo a que no le crean o el miedo a ser revictimizada si el caso pasa por la justicia penal.
6. Si no hay lesiones físicas obvias, probablemente no fue agredida sexualmente
Un delincuente puede utilizar amenazas, armas u otras acciones coercitivas que no dejen marcas físicas. La falta de lesión física evidente no significa que una persona no haya sido agredida sexualmente.
Tampoco necesariamente la persona va a “lucir deprimida”. Todas las personas lidian de manera distinta con una agresión y es válido. El comportamiento de la víctima no refleja su experiencia, como explica el gobierno de la provincia de Ontario, Canadá.
7. Las mujeres mienten e inventan historias sobre haber sido agredidas sexualmente
La agresión sexual conlleva tal estigma que muchas mujeres prefieren no denunciarla.
8. Los maridos no pueden agredir sexualmente a sus esposas
El hecho de estar en matrimonio no le da derecho a tu pareja de ejercer control sobre tu cuerpo o tu persona. La violación puede ocurrir dentro del matrimonio, recuerda que para que ocurran las relaciones sexuales debe haber consentimiento mutuo y que el consentimiento puede quitarse en cualquier momento.
9. La violación se da por el impulso incontrolable del agresor
Una violación es un acto de poder y control; además, los agresores son perfectamente capaces de controlar sus impulsos, indica la Universidad Washington en San Luis.
Separar el mito de la realidad, es fundamental para poder prevenir, así como detener la violencia sexual ejercida mayoritariamente en contra de las mujeres y menores.
Cuando se habla de violencia, muchas personas piensan que solo existe aquella en donde se involucran agresiones físicas o sexuales. Lo cierto es que hay distintos de violencia que no se mencionan tanto, como la violencia digital, obstétrica o económica. Hay una en particular donde no se violenta a una persona, sino a objetos o cosas materiales, y se debe tomar como señal de que se aproximan otros tipos de violencia. Por eso te explicamos qué es la violenciapatrimonial y cómo identificarla.
También es conocida como violencia material y muchas mujeres alrededor del mundo la han vivido. Antes no se tenía un término específico, por lo que a veces se minimizaban estos comportamientos y no se les daba importancia a tal punto de que las personas llegaban a normalizarlos. Por lo que nombrar esta violencia es necesario y aprender a identificarla lo es aun más.
Qué es la violencia patrimonial
El artículo 6, fracción III, de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una vida Libre de Violencia (LGAMVLV, 2007), define qué es la violencia patrimonial de la siguiente manera.
“Es un tipo de violencia referente a un acto u omisión que afecta la supervivencia de la víctima. Se manifiesta en la transformación, sustracción, destrucción o retención de objetos, documentos personales, bienes y valores, derechos patrimoniales o recursos económicos destinados a satisfacer sus necesidades y puede abarcar daños a los bienes comunes o propios de la víctima”.
Es importante mencionar que no solo una pareja sentimental o cónyuge puede ejercer esta violencia hacia una mujer, en realidad puede ser cualquier persona cercana a ella como padres, hermanos, tíos o amigos. Y, aunque la mayoría de veces se refiere a patrimonios grandes como un auto o una casa, lo cierto es que esta violencia empieza dañando objetos de uso personal, como un celular o ropa.
Cómo identificar la violencia patrimonial
El ejemplo más claro es cuando tu pareja tiene un arranque y avienta tu celular, rompiéndolo. Pero también puede mencionarse cuando esconde tu ropa, tus medicinas o productos de higiene personal, por diferentes motivos (ninguno tiene justificación).
Para que puedas identificar este tipo de violencia, la Unidad de Igualdad de Género enlistó en un documento publicado en 2017 algunas maneras en las que se puede manifestar la violencia patrimonial.
Los agresores dañan los bienes o pertenencias de las mujeres, como ropa u objetos personales de valor, con el objetivo de humillarlas o hacerlas sentir mal.
Cuando se les oculta documentos personales como actas de nacimiento, identificación oficial, etc., que son necesarios para realizar trámites de algún tipo. Cuando se les quita documentos que comprueban que son dueñas de alguna propiedad.
La pareja o familiares disponen de sus bienes sin su consentimiento.
Cuando se les obliga a escriturar o poner a nombre de otra persona, cosas o propiedades que compraron o heredaron.
La pareja controla todos los gastos del hogar y se apropia de todo el patrimonio familiar.
El documento refiere que puede llegar a ser difícil salir de este tipo de violencia porque a veces las mujeres no cuentan con los recursos económicos para dejar atrás un lugar violento. Si estás siendo víctima de cualquier tipo de violencia, busca una red de apoyo y denuncia a tu agresor o agresores. Recuerda que aunque sean tus familiares, no es normal que te violenten de esta manera.
En el marco del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer (25 de noviembre), se llevó a cabo la marcha anual en el centro de la Ciudad de México. En ella, diversos contingentes y colectivas feministas organizaron a cientos de mujeres que salieron a las calles para exigir justicia ante la violencia e injusticia que vivimos en México. Entérate cómo fue el 25N: así se vivió la marcha para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer 2023.
Uno de los puntos de reunión fue la Glorieta de las Mujeres que Luchan, desde el mediodía de este sábado 25 de noviembre. Mujeres, niñas y adolescentes llegaron al monumento y caminaron por Paseo de la Reforma para compartir historias de violencia de las que han sido víctimas. La mayoría llevaban vestimenta morada, violeta y blanca, colores distintivos del movimiento feminista; además, portaban pañuelos y otros accesorios alusivos a la lucha.
25N: Así se vivió la marcha para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer 2023
Poco a poco se reunieron más mujeres para emprender camino hacia la avenida Juárez y después avanzar hasta el Zócalo capitalino. Si bien cada colectiva convocó a las asistentes a diferente hora, todas recorrieron este camino gritando consignas y pidiendo justicia ante la violencia machista que viven día con día.
Cada contingente que pasaba gritaba las conocidas expresiones del movimiento, como: ¡vivas se las llevaron, vivas las queremos!; ¡ni una más, ni una más, ni una asesinada más!; ¡mujer, escucha, esta es tu lucha!; ¡la policía no me cuida, me cuidan mis amigas!; y ¡mujer consciente se une al contingente!
Asimismo, llevaban carteles con frases para concientizar sobre la eliminación de la violencia a mujeres, adolescentes y niñas. Las madres, padres y familiares de mujeres desaparecidas también se unieron para exigir que las autoridades realicen las búsquedas pertinentes y eviten entorpecer las investigaciones, práctica común en los casos de violencia.
Al llegar al Zócalo, se encontraba una valla en la cual se podía leer: “México feminicida, ni perdón ni olvido. Castigo a los agresores. Esto por los 12 feminicidios al día que se presentan en el país”.
En el piso se encontraban decenas de siluetas de mujeres y niñas, como las que colocó la Red de Enlaces Nacionales; algunas estaban apoyadas en el piso con nombres y las edades de mujeres y niñas que fueron víctimas de feminicidio. Esto se hizo para recordarlas y exigir justicia frente al Palacio Nacional.
Ahí, se realizaron varios pases de lista de mujeres desaparecidas y aquellas que fueron encontradas sin vida. También entonaron “Canción sin miedo” de Vivir Quintana y continuaron con las consignas establecidas durante el recorrido.
Testimonios de mujeres presentes en la marcha
Al preguntarle a una mujer por qué estaba marchando, contestó que deseaba un mundo mejor para su hija. Contó que a los 16 años empezó una relación sentimental, en donde poco a poco sufrió violencia verbal hasta llegar a la física, por lo que no quería que su hija pequeña viviera nunca más en un entorno violento ni con un padre abusador.
Una madre buscadora externó que viajó desde Tabasco para exigir justicia por su hija, quien fue encontrada sin vida hace dos años; hasta ahora, las autoridades no dan respuesta ni se muestran interesadas en investigar qué pasó.
María (a quien le cambiamos el nombre para mantener su privacidad), contó cómo fue abusada sexualmente por un vecino. Por lo que tuvo que cambiar de domicilio para poder sanar, ya que hasta el día de hoy, su denuncia no le ha dado la justicia que merece.
Una mujer contó cómo fue violentada por su padre y su esposo, por lo que tuvo que salir de su ciudad y empezar una nueva vida. Marchaba por todas las mujeres que no tienen oportunidad de huir de sus agresores.
La marcha del 25 de noviembre es fundamental para visibilizar casos de violencia que hay en todo el país. Por lo que las colectivas feministas invitan a más mujeres a marchar por sus hijas, hermanas, madres y amigas, que han sido violentadas de forma física, verbal, sexual, económica y psicológica.
Seguir perpetuando actitudes de competencia entre nosotras, hacer chistes abiertamente sexistas o criticar a una mujer por desear o no formar una familia, son algunos comportamientos ‘inofensivos’ que perpetúan la violencia contra las mujeres. Es fácil descartarlos o decir que exageramos al señalarlos, pero el daño continúa y se hace más grande.
En el día Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, Nosotras queremos recordar que hay muchas formas en las que se puede ejercer poder y control sobre las mujeres, no solo se cuentan las agresiones físicas.
Pensamientos y comportamientos ‘inofensivos’ que perpetúan la violencia contra las mujeres
El término de violencia contra la mujer comprende muchas acciones, que, como comenta OXFAM International, también se basan en creencias y expectativas compartidas sobre el cómo deberían comportarse las mujeres en sociedad.
Nosotras platicamos con Elvia Yessenia Trejo Sanjuan, activista feminista creadora del podcast “Feminis-tía”. Ella nos contó su experiencia con los pensamientos/comportamientos “inofensivos”, que perpetúan la violencia contra las mujeres así como su opinión sobre cómo podremos erradicar este gran problema.
Ella es originaria de Tasquillo, Hidalgo. En su experiencia, comenta que el machismo en las periferias o en los pueblos está muy arraigado; es algo tan normalizado que difícilmente te puedes dar cuenta de que vives en una sociedad machista.
Para ella, los pensamientos o comportamientos que perpetúan la violencia los aprendemos en casa y los refuerza la sociedad. Destaca que debemos entender que el patriarcado es una forma de organización política y social que ha permitido que el hombre tenga mayores ventajas y se vuelva la medida de todas las cosas, dejando a las mujeres de lado y permitiendo que estos comportamientos se repliquen de generación en generación.
Lo problemático de estos pensamientos es que escalan. Y, por ende, la violencia escala cuando se normalizan esos pensamientos y comportamientos machistas. Tanto en campo como en la ciudad, la violencia contra la mujer se invisibiliza porque las personas no son conscientes de que los pensamientos y comportamientos machistas no son correctos.
Gracias a esto, grandes conocimientos y aportes al mundo se han perdido por no dejar que las mujeres seamos incluidas en puestos importantes ni hablar en tomas de decisiones, comenta
Ejemplos de estos comportamientos
Como lo comenta el artículo “Escala de normas y creencias sociales sobre la violencia de género” de BioMed Central, las normas sociales dañinas que sustentan la violencia de género incluyen la “pureza sexual” de las mujeres, la protección del honor familiar por encima de la seguridad de las mujeres y/o la autoridad de los hombres para disciplinar a las mujeres y a los niños.
Algunos de estos pensamientos o comportamientos pueden ser los siguientes.
Las mujeres no pueden negar el sexo a su pareja masculina.
Las mujeres sufren violencia porque visten “provocativamente”.
Todas las mujeres deberían ser madres.
Las mujeres son valoradas como esposas, no como individuos.
Las mujeres divorciadas o que eligieron no casarse son menospreciadas.
Referirnos con conceptos que han sido revictimizantes o insultantes como “prostituta”.
Críticas a los cuerpos de las mujeres.
Creer que la mujer depende del hombre o necesita un hombre.
Pensar que las mujeres debemos “darnos a respetar”.
Vernos como competencia. Pensar que “el peor enemigo de una mujer es otra mujer”.
Centrarse solo en el físico de las mujeres, lejos de su valor personal.
Este tipo de violencias pueden ser catalogadas como violencia emocional o psicológica. Donde, según ONU Mujeres, minan el autoestima de una persona a través de críticas, infravaloraciones, insultos y más. Como lo menciona un artículo del portal del Gobierno de México, no es casualidad que existan frases busquen ejercer la presión usando la figura femenina como sinónimo de debilidad o de ofensa.
Cómo resolverlo
Para erradicarlo, Elvia Yessenia Trejo cree que si se empieza a crear pensamiento crítico en la infancia o si en las escuelas hay una apertura para hablar y reflexionar sobre estos temas, será en un futuro mucho más sencillo erradicar la violencia. Al mismo tiempo, considera que es complicado, pues se requiere de colaboración de todas y todos como sociedad.
“Cuando hablo de estos temas se me tacha de problemática, intensa, incómoda, de que me tomo las cosas muy en serio; he recibido burlas, rechazo y exclusión”, cuenta.
El camino para deshacerse de estos pensamientos y comportamientos, para “Feminis-tía”, ha sido la reflexión constante, estudiar más sobre el tema y cuestionar lo aprendido durante toda su vida. Siendo esto un desaprender y volver a aprender desde una mirada feminista y más consciente de la realidad de las mujeres.
Ella recomienda que es necesario educarnos con perspectiva feminista, que seamos reflexivas y críticas. Y que nos alejemos del individualismo porque el cambio y el progreso es colectivo.
Cuando pensamos en violencia, a menudo la asociamos principalmente con actos físicos evidentes, que sin duda son un asunto de gravedad que muchas mujeres alrededor del mundo experimentan. Sin embargo, hay diversos tipos de violencia y hay manifestaciones son más complejas y más comunes de lo que creemos; algunas de sus formas, mucho más sutiles o invisibles, se filtran en la vida diaria, dejando huellas muy profundas en la salud mental y emocional de quien las vive.
El Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, celebrado cada 25 de noviembre, es momento propicio para seguir generando conciencia en torno a este tema que sigue siendo tan común, al punto que en México 70.1% de las mujeres de 15 años y más han experimentado al menos un incidente de violencia en algún momento de sus vidas, según cifras oficiales.
Entendiendo la violencia y su alcance
Se entiende por violencia “cualquier acción u omisión que en razón de género tenga como fin o como resultado el daño o sufrimiento, ya sea psicológico, físico, patrimonial, económico, sexual, político o hasta la muerte, tanto en el ámbito privado como público”, tal como explica Verónica Terrazas, psicoterapeuta clínica y activista de los derechos humanos de las mujeres, acorde a la definición contemplada en la legislación.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en nuestro país la violencia psicológica lidera con un 51.6%, seguida de la violencia sexual (49.7%), la violencia física (34.7%), y la violencia económica, patrimonial y/o discriminación (27.4%).
La especialista y activista social señala que “también es importante identificar que la violencia se da tanto en lo privado como en lo público. Al principio básicamente hablábamos de lo que era violencia familiar, que creo que es la violencia más extendida, pero no es la única, pues se traslada a todos los ámbitos de la vida de las mujeres, tanto en la calle, en la comunidad, en lo escolar, en lo laboral, en lo político”, ya que se trata de un tema estructural.
¿Cuáles son los tipos de violencia?
Si bien la violencia es amplia, la ONU Mujeres establece alguno de los tipos de violencia más comunes que afectan a niñas y mujeres en el ámbito privado.
Psicólógica. La intimidación y el miedo son las herramientas de la violencia psicológica, incluyendo amenazas y manipulación. Por lo general llevan al aislamiento social y creando un entorno de constante temor.
Emocional. Caracterizada por ataques a la autoestima mediante críticas constantes, infravaloración de capacidades, insultos y abusos verbales, además de interferencia en relaciones y restricción de contacto con otros.
Violencia económica. Busca establecer o mantener la dependencia financiera de una persona mediante el control absoluto de sus recursos financieros, limitando en muchas ocasiones el acceso al trabajo y la educación para lograr la pérdida de autonomía.
Violencia sexual. Este tipo de violencia invade la integridad personal y la autonomía sexual de la víctima, creando un ambiente de coerción y violación de los límites de la intimidad, anulando el consentimiento.
Violencia física. Basada en actos directos de daño corporal, como golpes, patadas, quemaduras, pellizcos, empujones, bofetadas, negación de atención médica y uso de cualquier forma de fuerza física, incluso contra propiedad.
¿Has experimentado violencia?
“Es importante identificar que la mayoría de las personas, poquito o mucho, hemos vivido violencia familiar”, indica Terrazas.
Como muchas veces resulta un tema bastante confuso, especialmente cuando la persona se encuentra inmersa en la situación, existe una herremienta que podría ser de utilidad para visibilizar hasta qué punto hemos estado expuestas a situaciones que nos vulneran.
Se trata de un violentómetro, diseñado por el Instituto Politécnico Nacional, el cual se divide en tres escalas o niveles de diferentes colores y, a cada uno, una situación de alerta.
Las manifestaciones de violencia que se muestran en el material no son necesariamente consecutivas, sino que pueden ser experimentadas de manera intercalada; sin duda, permiten ver con claridad cómo estamos en este aspecto e incluso detectar de manera temprana algunas manifestaciones violentas que suelen invisibilizarse.
Desafortunadamente, existen muchos mitos y estereotipos que giran alrededor de la violencia de género, creando sociedades donde las mujeres constantemente sufren discriminación o peligro. Este es un problema que se vive a diario no solamente en México, por lo que es de suma importancia concientizar acerca de él.
Derrumbar los mitos sobre la violencia de género es clave para ser una sociedad más informada. Por eso, hoy Nosotras te decimos algunos ejemplos de nociones que no deberían replicarse.
Violencia de género en México
De acuerdo con el portal del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el 70.01% de las mujeres a nivel nacional han sufrido algún tipo de violencia desde a lo largo de su vida. Dentro de las más comunes se encuentran la psicológica en primer lugar, seguida de la sexual, económica, patrimonial y física.
En México existen diferentes leyes que tienen el objetivo de ayudar a las mujeres que sufren de algún tipo de agresión. Por ejemplo, la Ley General de Acceso de las mujeres a una Vida Libre de Violencia (LGAMVLV) busca garantizar la prevención , sanción y erradicación de todos los tipos de abuso contra las mujeres.
Mitos sobre la violencia de género que debemos derrumbar
1. La violencia de género solo se centra en la parte física o sexual
Este es uno de los mitos más comunes acerca de la violencia contra las mujeres, pero esto no es cierto: el abuso también puede venir en forma verbal, económica, emocional y psicológica, tan solo por mencionar algunos ejemplos. “El abuso físico es solo una de muchas formas de violencia”, dice ONU Mujeres.
2. La violencia puede ser ‘provocada’ por la víctima
¿Alguna vez has escuchado las frases “ella lo provocó”, “para qué se viste de esa forma” o “eso la pasa por salir sola y tan tarde”? Este tipo de dichos que aún son muy comunes en la sociedad solo replican la falta de empatía y no solamente son mitos, sino se llama revictimización. La violencia NUNCA tendrá justificación.
A menudo también se culpa a las víctimas de permanecer en una relación violenta pero, como indica la Universidad de Pretoria, nadie merece ser víctima de abuso y los agresores suelen utilizar tácticas de manipulación para dificultar que la víctima salga de ese ciclo.
3. Un esposo no puede violar a su pareja
Por mucho tiempo se tuvo la creencia de que si tu esposo te tocaba sin tu consentimiento no se le podía poner la etiqueta de “violación” debido a que tenías que “satisfacer sus necesidades” por ser su esposa. Incluso esto llegó a replicarse para las parejas de novios.
¡Este mito es completamente falso! Debe existir mutuo consentimiento al momento de tener relaciones sexuales, y el consentimiento se puede quitar.
4. Los hombres no pueden controlar su deseo sexual o su ira
Dentro de las excusas que tiene la sociedad para justificar a un agresor es decir que los hombres no pueden controlar su deseo sexual o también que es su instinto natural. Esto es totalmente falso, este tipo de pensamientos son consecuencia de un contexto social y cultural donde aún existe una discriminación estructural hacia las mujeres.
De acuerdo con ONU Mujeres, sentir enojo no te convierte inmediatamente en una persona violenta. Los hombres que cometen violencia, lo hacen como una manera de ejercer poder y control.
5. La violencia entre hombres y mujeres está al mismo nivel
La mayoría de personas víctimas de la violencia de género son mujeres, afirma la Universidad de Pretoria; especialmente cuando se trata de relaciones afectivas. Mientras cualquier persona puede ser víctima de violencia, las niñas y mujeres están especialmente en riesgo simplemente por su sexo o género, indica la ONU.
6. ¿Por qué las víctimas no denuncian al momento?
Cuando se trata de violencia física o sexual se habla sobre hacer las denuncias correspondientes lo más pronto posible para que se pueda procesar al agresor. Las personas suelen creer que esto es fácil pero la realidad es completamente diferente.
Pasar por una agresión es un evento traumático y no todas las víctimas reaccionan de la misma forma. Cada una debe pasar por un proceso hasta que se sienta lista para llevar el caso de manera legal, y hay personas que dejan pasar tiempo por razones muy diferentes, pero igualmente válidas.
Puede existir el miedo a no ser escuchadas por las personas cercanas a ellas, que se minimice la situación, que la persona agresora tenga poder porque las comunidades suelen desestimar estos casos o que existan repercusiones en ámbitos como la carrera profesional de la víctima, tan solo por mencionar ejemplos.
7. Si la agresión viene desde casa ahí se debe quedar
Muchas hemos crecido creyendo que si la violencia es dentro de casa es un asunto privado y familiar. Se debe comenzar a visibilizar que muchas de las agresiones se viven dentro del hogar día a día y que callarlas porque “es lo que hace una buena esposa/hija” no es la manera de proceder. No porque el agresor sea parte de tu familia significa que no puedes alzar la voz para salir de un ambiente peligroso.
8. La violencia doméstica solo se vive en hogares de bajos recursos
Muchas veces hemos escuchado que las agresiones que se viven en casa vienen de familias que no tienen una solvencia económica tan alta debido a su “poca educación”, lo cual los lleva a ser una familia disfuncional.
Esto es erróneo ya que las agresiones intrafamiliares ocurren en cualquier tipo de familias, no importa si tienen un nivel socioeconómico alto o bajo, explica un folleto gubernamental de la provincia canadiense de Terranova y Labrador.
9. Todas las personas que abusan de otras tienen problemas de salud mental
Este mito acerca de que todos los agresores tienen problemas de salud mental es falso. Según la organización Interagency Gender Working Group, mientras las personas con problemas de salud mental sí pueden cometer violencia, esto no significa que sean actos relacionados exclusivamente con esos problemas de salud mental.
Los porcentajes de agresores con problemas de salud mental suelen ser extremadamente bajos, indica el gobierno de Terranova y Labrador.
El 25 de noviembre se conmemora un día de lucha para las mujeres de todo el mundo, desde que la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró esta fecha para concientizar a la sociedad sobre los daños que provocan en las mujeres y niñas, la violencia física, sexual, verbal, psicológica, entre otras.
Con esta coyuntura, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) publicó algunas estadísticas sobre violencia contra mujeres menores de edad en México. Demuestran por qué es necesaria la eliminación de la violencia contra las mujeres, en nuestro país y todo el mundo.
En el artículo 1° de la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, se define el término como “todo acto de violencia que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer. Así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada”.
A continuación te presentamos algunos datos que demuestran que todas las actividades, marchas, consignas y protestas son necesarias para crear conciencia y eliminar la violencia contra las mujeres. Cabe mencionar que estos datos solo toman en cuenta aquellos casos de violencia en donde se presentó una denuncia, por lo que estas cifras pueden ser mucho mayores.
Inegi revela datos preocupantes sobre violencia contra las mujeres en México
1. Casi 60,000 niñas y adolescentes fueron víctimas de violencia en 2022
Durante el año pasado, se registró un total de 59,141 de delitos con víctimas que eran niñas y adolescentes mujeres. Es decir, por cada 100 mil niñas y adolescentes que hay en México, 305 fueron violentadas de algún modo.
Los delitos más comunes fueron: feminicidios, lesiones, abuso, acoso y hostigamiento sexual. También se encontraron violencia familiar, trata de personas, violación simple, violación equiparada, violación equiparada en contra de menores e incapaces y otros delitos que atentan contra la libertad y seguridad de las menores.
2. El año pasado 139 menores fueron víctimas de feminicidio
El Inegi también informó que durante 2022, 139 menores de edad fueron víctimas de feminicidio, mientras que 644 perdieron la vida ante un homicida (es decir, por diferentes razones no se tipificaron como un feminicidio). Estos delitos fueron considerados como atentados contra la vida y la integridad corporal de las niñas y adolescentes mujeres de 0 a 17 años.
Además, se registraron investigaciones por 7,342 lesiones.
3. Más de 8,000 menores de edad fueron víctimas de violación
De acuerdo con el Inegi, un total de 4,197 niñas de entre 10 a 14 años fueron violadas el año pasado. A la par, 2,819 adolescentes de 15 a 17 años fueron víctimas de este delito. La cifra total de violaciones registradas a niñas y adolescentes (de 0 a 17 años) fue de 8,487.
4. Un total de 41.8% de adolescentes ha sufrido violencia de niñas
El documento también presenta datos recabados por la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh) durante el 2021. Dicha encuesta se creó para captar experiencias de violencia que vivieron adolescentes de 15 años y más durante su infancia. Del total de encuestadas, el 41.8 % manifestó haber vivido alguna situación de violencia en su infancia (antes de tener 15 años), 54.7 % no experimentó violencia y 3.4 % dijo no recordar. Inegi resumió que, durante la infancia, alrededor de 12.4 millones de adolescentes de 15 años y más (12.6 %) experimentaron violencia sexual.
5. Los agresores son gente cercana a las víctimas
Otro dato que se debe destacar fue que del total de adolescentes que sufrieron violencia en su niñez, el 20.8% de las encuestadas respondió que fueron agredidas por un tío, el 17.4% contestó que por un primo y el 15.8% dijo que sus agresores fueron no familiares, como algún vecino o conocido. Solo el 9.7% refirió que no conocían a la persona agresora.
6. La violencia sexual es la más ejercida en adolescentes
La Endireh informó que, de octubre de 2020 a octubre de 2021, 54.6 % de las adolescentes de 15 a 17 años vivió violencia. La sexual fue la más ejercida, ya que 38 de cada 100 mujeres la padecieron; le sigue la violencia psicológica, con 37 de cada 100; en tercer lugar se encontró la física ya que 16 de cada 100 mujeres la sufrieron; y, por último, 10 de cada 100 contestó que vivieron violencia económica, patrimonial y/o discriminación laboral.
7. La violencia también existe en medios digitales
Como último dato, mencionaremos algunas cifras de violencia digital (porque sí, el ciberacoso y el bullying también son violencia) que han sufrido menores de edad. El Módulo de Ciberacoso refirió que 40 de cada 100 menores de 12 a 17 años recibieron mensajes ofensivos con insultos o burlas. Mientras que 34 de cada 100 niñas y adolescentes refirieron que les enviaron fotos o videos de contenido sexual que las molestaron. Y 32 de cada 100 experimentaron insinuaciones o propuestas de tipo sexual que las molestaron.
Estos son algunos de los datos sobre la violencia que viven las niñas y adolescentes en México. Es importante que se haga el suficiente ruido para que se protejan mejor a las infancias y estas cifras disminuyan hasta desaparecer.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), las mujeres representamos un poco más de la mitad de toda la población que reside en México (52%). A pesar de ello, seguimos siendo minoría en muchos puestos de los campos sociales. Esto es debido a los tipos de violencia que existen.
La violencia contra las mujeres es una ofensa a la dignidad humana y es una de las formas más dramáticas de la desigualdad entre hombres y mujeres, informa el Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES), y está presente en muchos ámbitos de nuestra vida. Por ello, es importante saber identifcar sus tipos.
Ante ello, hoy te vamos a platicar sobre la violencia económica, una de las formas más comunes de violencia.
En qué consiste la violencia económica contra una mujer
De acuerdo con la Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, la violencia económica es toda acción u omisión de la persona agresora que afecta la supervivencia económica de la víctima. Puede presentarse a través de un control total sobre sus recursos económicos, impidiéndole acceder a ellos y prohibiéndole trabajar. Además, esta clase de violencia también se manifiesta en la percepción de un salario menor por el mismo trabajo.
Es el cuarto tipo de violencia con más prevalencia en el país. El 27% de las mujeres la padecen, según el INEGI. Las condiciones de pobreza, discapacidad y pertenencia a otros grupos marginados hacen más difícil para las mujeres lograr la independencia económica.
Entonces, cualquier comportamiento contra la independencia económica de la mujer, se considera violencia económica. En México, para 2021, dos de cada 10 mujeres habían sido controladas o chantajeadas económicamente, despojadas, coaccionadas u objeto de incumplimiento de alguna responsabilidad económica, según datos del INMUJERES.
Tipos de violencia económica
De acuerdo con el Instituto Europeo para la Igualdad de Género (EIGE, por sus siglas en inglés), existen 3 tipos de violencia económica.
Control económico. Se trata de limitar y controlar las finanzas de la víctima y las relaciones en torno a ellas. Por ejemplo, la restricción y control del acceso al dinero, necesidades, activos financieros e información. Es decir, impedir que la víctima pueda obtener independencia financiera.
Explotación económica. Consiste en utilizar los recursos económicos de la víctima en beneficio del abusador. Por ejemplo, abrir, aceptar o contratar créditos y pensiones a nombre de la víctima sin su consentimiento y hacer un mal uso de ellos. Asimismo, robar, dañar o esconder el uso de los bienes o recursos de la víctima sin su permiso se considera violencia económica.
Sabotaje económico. Impedir que la víctima persiga, obtenga o mantenga un empleo y/o educación para poder ser económicamente independiente. O bien, sabotear las oportunidades para ello a interferir con el trabajo o educación. Un claro ejemplo de lo anterior es negarse a adquirir su responsabilidad en el cuidado del hogar y la crianza.
Consecuencias de la violencia económica
Este tipo de violencia tiene como finalidad lograr o conseguir la dependencia financiera de otra persona. Por lo tanto, el EIGE advierte que la violencia económica a menudo se produce en un ámbito de relaciones íntimas.
La principal consecuencia del control sobre los recursos económicos de las mujeres es la dependencia, una de las principales razones que limitan las posibilidades de las mujeres de salir de relaciones abusivas. A su vez, la violencia afecta la autonomía de una mujer y su desarrollo físico y emocional.
La angustia por falta de recursos en las mujeres puede llevarlas al endeudamiento, desempleo, depresión, ansiedad, aislamiento y enfermedades, mismas que no podrán ser atendidas debido a que se limita la capacidad de víctimas a buscar y pagar servicios de salud.
Asimismo, puede llevarlas a realizar actividades delictivas o que comprometan su integridad por la necesidad de dinero inmediato.
La brecha salarial entre hombres y mujeres sigue siendo un reto, lo cual puede llevar a frustación y depresión.
La alegría de la selección española por el triunfo del mundial femenil se vio opacada por el acoso del que fue víctima Jenni Hermoso, delantera del equipo, por parte de Luis Rubiales, presidente de la Real Federación Española de Futbol. El acto se consumó cuando, al momento de celebrar la victoria, el hombre abrazó efusivamente a la jugadora, para después proceder a besarla en la boca. Ambas acciones, sin consentimiento de Hermoso.
Esta interacción ha evidenciado la urgencia de dimensionar que todas las “muestras de afecto”, tocamientos o acercamientos no pedidos, también forman parte de la violencia sexual a la que miles de mujeres deben enfrentarse a diario.
Jenni Hermoso y la necesidad de entender que las muestras de afecto no pedidas son violencia
El beso no consensuado que Rubiales dio a Jenni Hermoso fue transmitido internacionalmente y pasó como una consecuencia de la “euforia” por haber ganado. Paulatinamente surgieron reacciones diversas que resaltaron lo incorrecto de esa supuesta muestra de afecto, enfatizando en lo normalizados que están este tipo de actos en la cotidianeidad de las mujeres especialmente.
Tras una presunta declaración donde Hermoso dijo que se había tratado de un gesto espontáneo (misma que fue desmentida), la jugadora sentenció el actuar de su jefe. Luego manifestó que la Asociación de Futbolistas Profesionales (FUTPRO) y su agencia de representación están fungiendo como interlocutores del asunto.
Hace apenas unas horas, la FUTPRO emitió un nuevo boletín firmado por las actuales campeonas del mundo y otras 50 jugadoras de distintos equipos. En el documento condenaron los intentos por cubrir los actos de Rubiales y expresaron todo su apoyo hacia Jenni Hermoso.
“Quiero aclarar que tal y como se vio en las imágenes, en ningún momento consentí el beso que se me propinó. Y, por supuesto, en ningún momento busqué alzar al presidente, (refiriéndose a las presuntas justificaciones que se le adjudicaron). No tolero que se ponga en duda mi palabra. Mucho menos que se inventen cosas que no he dicho”, aseveró Jenni Hermoso en el comunicado.
Horas más tarde, Hermoso lanzó otro escrito firmado personalmente por ella. “Ante tal muestra de falta de respeto e incapacidad de reconocer los errores propios y asumir las consecuencias, he tomado la decisión de no volver a jugar para la Selección mientras continúen los actuales dirigentes”, sentenció.
Pese a que la estrella de México y España se ha mantenido hermética respecto al tema en redes sociales ha recibido numerosas muestras de apoyo. Asimismo, ha sido objeto de múltiples cuestionamientos que ponen en duda su reacción ante esos acercamientos no permitidos. Dejando ver nuevamente que hay quienes minimizan el hecho de que uno de sus superiores la tocara sin su consentimiento.
Por qué cualquier acercamiento no consentido representan un tipo de violencia sexual
La Ministra de Igualdad de España, Irene Montero, fue una de las primeras en reaccionar ante el beso no consensuado que Luis Rubiales dio a Jenni Hermoso. Nombrándolo directamente como un tipo de violencia sexual.
“No demos por hecho que dar un beso sin consentimiento es algo ‘que pasa’. Es una forma de violencia sexual que sufrimos las mujeres de forma cotidiana y, hasta ahora, invisible que no podemos normalizar. Es tarea de toda la sociedad. El consentimiento en el centro. Solo sí es sí”, escribió en su cuenta de X (antes Twitter).
La ONU Mujeres define la violencia sexual como cualquier acto de naturaleza sexual cometido contra la voluntad de otra persona. Ya sea que ésta no haya dado su consentimiento o que no lo pueda otorgar por razones de edad, discapacidad o intoxicación por sustancias.
Entre los tipos de estas agresiones que son reconocidas, la ONU cataloga a las muestras de afecto no pedidas como acoso sexual. Este abarca todo el contacto físico de índole sexual no consensuado. También se le denomina acoso sexual a las agresiones no físicas, como comentarios o insinuaciones, miradas lascivas, exhibición o acecho.
Asimismo, se hace referencia a que la normalización de estos actos de violencia sexual corresponden a un efecto de la cultura de la violación. Esta se describe como el entorno social que permite y justifica las agresiones sexuales que se cometen en contra de las mujeres, alimentándose de las desigualdades y sesgos persistentes en la sexualidad por cuestiones de género.
Otras expresiones que ejemplifican los actos de violencia sexual normalizados
El caso de Jenni Hermoso no es único, sino que es una muestra de los alcances que la cultura de la violación tiene y lo permisiva que puede llegar a ser, aún teniendo todas las pruebas de que se trató de un acto sin consentimiento.
Tan solo en México, el 49.7% de la población femenina a partir de 15 años ha experimentado violencia sexual al menos una vez en la vida, revelaron cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía recabadas en agosto de 2022.
Estas muestras de afecto no solicitadas son apenas una muestra de lo invisibilizadas que están este tipo de agresiones, siendo blanco mujeres de todas las edades y estatus social. En 2018, ocurrió algo similar con Ariana Grande, cuando durante el funeral de Aretha Franklin un obispo la tocó de manera inapropiada en repetidas ocasiones.
El día a día no es tan distinto. Besos sugerentes, tocamientos innecesarios o insinuaciones disfrazadas de comentarios, son una parte de las manifestaciones de acoso y violencia sexual en forma de “muestras de afecto” que en ningún momento se solicitaron o permitieron.
Las mujeres normalizamos por años la violencia de género y es por ello que se tuvo que hacer un violentómetro, es decir, una “regla” que mide el nivel de maltrato que podemos vivir y que durante años permitimos.
Antes el concepto de violencia era solamente para definir los golpes o los gritos; sin embargo, los niveles de abuso también pueden ser ciertas acciones que desembocan en un maltrato psicológico.
A veces pensamos que la salud física es lo único que importa y olvidamos que es igual de importante la mental, que aunque las marcas del dolor no se ven, sí se sienten y desembocan en traumas, complejos, frustraciones, depresiones y otras enfermedades.
El violentómetro fue realizado en 2021 por la Unidad Politécnica de Gestión con Perspectiva de Género (UPGPG) del Instituto Politécnico Nacional (IPN) bajo el hashtag #CeroToleranciaALaViolencia y se divide en tres niveles que se representan por los colores del semáforo, justamente a manera de prevención. Aunque posteriormente el Gobierno de la CDMX modificó los colores a amarillo, rojo y morado.
De abajo hacia arriba, el violentómetro mide este tipo de maltratos:
1. Bromas hirientes
2. Chantajear
3. Mentir / engañar
4. Ignorar / ley del hielo
5. Celar
En esta etapa comienzan las luces para que te des cuenta que si sigues permitiendo lo anterior, la violencia aumentará, ¡ten cuidado!
En este punto la violencia es alta, pero todavía puedes reaccionar para evitar que te destruyan. ¡Reacciona y acude por ayuda profesional!
El último bloque del violentómetro es el que puede terminar en un feminicidio.
22. Sextorsión
23. Amenazar con objetos o armas
24. Difundir contenido íntimo sin consentimiento por medios digitales
25. Amenazar de muerte
26. Forzar a una relación sexual
27. Abuso sexual
28. Violar
29. Mutilar
30. Asesinar (homicidio / feminicidio)
Para prevenir la violencia de género primero debemos informarnos y educarnos y saber identificar lo que es maltrato, lo que no debemos permitir y estas herramientas como la regla del violentómetro pueden comenzar a concientizar a las estudiantes, a las adolescentes para que desde temprana edad no se permita el abuso.
Sin embargo, no importa la etapa de la vida en la que te encuentres, la violencia es actualmente un problema de salud pública a nivel mundial. Si estás viviendo algún tipo de maltrato marcado en el violentómetro, estás a tiempo de salir de allí. ¡No estás sola!
Las instituciones que apoyan a las víctimas de violencia de género son:
Províctima
Orientación legal
Atención psicológica
Trabajo social
Terapia grupal
Atención médica a primer nivel
Acompañamiento psicoemocional
Intervención en crisis
Grupos de autoayuda
Tel: 555 681 8125 / Gratuito: 800 715 2000
Instituto Nacional de las Mujeres
Orientación psicológica y legal
Atención en crisis
Canalización a instituciones de ayuda
Tel: 55 5322 6030 (horario de lunes a viernes de 9:00 a 17:00 horas)