El cuerpo y la mente de una mujer cruzan por cambios durante y después del embarazo. La depresión posparto es un trastorno del estado de ánimo que puede afectar diversos ámbitos de tu vida diaria y puede llegar a ser grave, dice el Instituto Nacional de la Salud Mental de Estados Unidos.
No sentirte conectada con tu bebé, como si no fueras la madre o no amarlo o preocuparte por él, es uno de los síntomas de la depresión posparto. A pesar de que los síntomas pueden presentarse de manera leve, pueden irse agravando.
Estos son algunos datos de la depresión posparto que probablemente no sabías, de acuerdo con información de la Oficina para la Salud de la Mujer (OASH) y de la Clínica Mayo.
Datos de la depresión posparto
1. Mayor riesgo
Las mujeres que tienen más riesgo de sufrir depresión posparto son las que presentan antecedentes personales o familiares con depresión o trastorno bipolar.
Sin embargo, la genética no es el único factor que interviene.
2. Causas
Es importante tener presente que quienes padecen depresión posparto no tienen la culpa de eso, el trastorno se da por diversos factores genéticos y ambientales: desde el estrés de la vida diaria y las exigencias puestas por la sociedad, hasta los cambios hormonales contribuyen.
3. ¿Cuándo no es normal?
La mayoría de las mujeres pasan por momentos de tristeza durante los días siguientes al parto, los cuales desaparecen en 3 a 5 días. Si la tristeza sigue presente por más de dos semanas es posible que se esté padeciendo de depresión posparto.
4. Efectos para el bebé
Los investigadores creen que la depresión posparto en una madre puede afectar a su hijo durante la infancia, causando retrasos en el desarrollo del lenguaje y problemas de aprendizaje, además de problemas para lidiar con el estrés y adaptarse a la escuela y las situaciones sociales, entre otras dificultades en salud y nutrición. Es importante buscar ayuda por la salud de ambos.
5. Cambios hormonales
A pesar de que la depresión posparto no se atribuye completamente a los cambios hormonales, algunas mujeres son más afectadas por los altos niveles de progesterona y estrógeno producidos en el embarazo y que caen después del parto, lo cual las hace más vulnerables a desencadenar malestares de posparto, según explica el sitio web Self.
6. Debe tratarse
La depresión posparto no tratada puede durar meses o más, y en ocasiones convertirse en un trastorno depresivo crónico.
7. Tipos
Susan Benjamin Feingold, psicóloga clínica, le dijo a Self hay cuatro subtipos de depresión posparto: depresión, ansiedad con o sin depresión, ataques de pánico y TOC.
Determinar estos subtipos ayuda a las mujeres, que no se identifican completamente con la depresión posparto, pero padecen algunos síntomas a conocer lo que sucede con su mente y cuerpo.
8. También los padres
Se cree que la depresión posparto solo afecta a las mujeres, sin embargo, algunos estudios demuestran que hasta 1 de cada 10 nuevos padres se deprimen después de tener un bebé, de acuerdo con el Servicio Nacional de Salud de Reino Unido.
9. Durante el parto
Las investigaciones muestran que algunas mujeres empiezan a tener depresión cuando aún están embarazadas; por eso se usa el término “depresión perinatal”.
Síntomas de la depresión posparto
Sumado a pedir ayuda médica inmediatamente, si sufres depresión posparto puedes optar por descansar más, no ocuparte de todo sola, hablar sobre tus sentimientos con tu pareja, familiares y amigos que te apoyen.
Si tienes antecedentes de depresión, especialmente la depresión posparto, consulta con el médico si estás planeando quedar embarazada o tan pronto como descubras que estás embarazada.
Ya te dimos algunos datos de la depresión posparto, pero debes saber también que los siguientes son algunos de los síntomas. Si crees tener este padecimiento debes buscar ayuda, recuerda que solo un especialista puede diagnosticarte.
- Estado de ánimo triste o sensación de “vacío” persistente.
- Irritabilidad.
- Apatía y falta de interés.
- Fatiga o disminución anormal de energía.
- Dificultad para concentrarse o tomar decisiones.
- Dificultad para dormir o dormir demasiado.
- Apetito anormal.
- Dolores corporales persistentes.
- Dificultad para establecer un vínculo emocional con el bebé.
- Pensamientos sobre muerte, suicidio, hacerse daño a sí misma o al bebé.