Mantener la cordura durante Navidad y Año Nuevo no es tarea fácil, sobre todo si pasas estas fechas en compañía de toda tu familia y es imposible huir de las preguntas incómodas o hasta pasivo-agresivas. Si escoges una respuesta impulsiva para las preguntas incómodas en Navidad, probablemente la que salga más lastimada seas tú.
Estas situaciones suelen despertar nuestro lado agresivo, lo cierto es que no eres la única que tiene que preguntarse si vale la pena ser agresiva y crear un momento incómodo durante la cena. Por esta razón, te contamos cómo puedes afrontar estas conversaciones tan molestas.
Tips para reaccionar a las preguntas incómodas en Navidad y Año Nuevo
Hay un sinfín de preguntas y temas que pueden surgir en estas reuniones, así que no hay una guía universal para reaccionar a cada una de ellas. Sin embargo, sí te podemos dar tips para prepararte mentalmente.
1. Nada es personal
Quisiéramos poder afirmar que nadie te hará preguntas con malas intenciones, sin embargo, sabemos que siempre hay esas personas empeñadas en hacernos pasar un mal momento. Así que cuando decimos que “nada es personal”, en realidad queremos decir que es mejor responder asumiendo que no quieren lastimarte. De lo contrario, tu respuesta será violenta y esto siempre acaba mal. A veces es mejor responder con “guante blanco”; para lograrlo intenta pensar que los demás hablan desde sus heridas, miedos e inseguridades.
Por otro lado, estos convivios sirven para ponernos al tanto de nuestra familia, es imposible que no hagan preguntas sobre nuestras vidas, aunque a veces estas interrogantes se prestan a malas interpretaciones.
El portal The Every Girl aconseja tomar estas conversaciones como una oportunidad para educar a los demás. Un ejemplo es que te pregunten sobre tu trabajo y suene como si no valoraran tu esfuerzo; en vez de responder con objeciones, intenta explicar qué función desempeñas e incluso menciona tus logros.
2. Cambia el tema de conversación
La plática suele volverse tensa con temas como política y religión, así que intenta encaminar la conversación hacia otros tópicos sutilmente. Puedes responder con algo como “entiendo que te interese saber mi opinión sobre __ tema, pero hoy prefiero hablar sobre ___”. De esta forma no sonarás grosera, e incluso das otra opción para mantener la conversación fluyendo.
3. Establece límites
No tienes que compartir información con la que no te sientas cómoda, puedes convivir sin sentirte obligada a explicar cada aspecto de tu vida. Las preguntas incómodas suelen ser muy intrusivas, si lo que quieres es evitar muchos detalles de situaciones que te incomodan, da respuestas muy ambiguas.
Un ejemplo es la clásica pregunta sobre algún ex, a lo que puedes responder diciendo algo como “las cosas no funcionaron, pero es lo mejor”. Pero, aun si se trata sobre obtener tu título universitario, siempre puedes contestar “son carreras, no carreritas” con un toque cómico para aliviar la incomodidad.
En ocasiones las personas son muy demandantes, así que no dudes en establecer límites de forma más concreta. En situaciones más drásticas puedes comunicar alguna consecuencia, por ejemplo: “si me vuelves a preguntar sobre ___, me tendré que retirar”. Sí, suena espeluznante, pero es mejor dar avisos sobre las actitudes que no tolerarás, así puedes cuidar tu estabilidad mental y evitar que las cosas escalen.
4. Pide ayuda
Usualmente contamos con esa prima o amiga que es tu confidente dentro de estos convivios, lo cual puede jugar a tu favor. No dudes pedir su apoyo emocional en esos momentos cuando presientes que un tema delicado surgirá durante la charla, pide que estén presentes para ayudarte. En el mejor de los casos, si te sientes en confianza, puedes pedirle a tus padres que te ayuden a mantener cierto tema en secreto.
No es fácil optar por la respuesta madura en situaciones en las que te sientes acorralada, pero puedes tomar estos consejos para hacer estos convivios mucho más amenos y sanos.
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