La llegada de un bebé es motivo de alegría, pero también implica cambios físicos y psicológicos que impactan cada aspecto de la vida, incluyendo la sexualidad de la pareja.
Un estudio de la Universidad de Melbourne a más de 1500 mujeres, el cual hizo seguimiento a los tres, seis y 12 meses después de dar a luz, reveló que el 89% tuvo inconvenientes para retomar la vida sexual después tener un bebé en los primeros tres meses, y el 51% seguía teniendo dificultades luego de un año.
Cambios tras el embarazo
Aunque no hay un periodo de espera obligatorio para retomar la vida sexual después de tener un bebé, muchos especialistas recomiendan de cuatro a seis semanas después del parto, según la Clínica Mayo.
Dentro de los cambios registrados en esta etapa se encuentran fatiga, sequedad vaginal, dolor y sensibilidad. Las hormonas sufren alteraciones en este periodo, tal como explica la psicóloga y sexóloga Kathia Díaz. “Cuando se está lactando se libera más prolactina, que disminuye el deseo sexual y que puede hacer que la vagina se reseque. También los estrógenos bajan y hay menos libido”, además de la fatiga resultante de cuidar un bebé, así como la posibilidad de desarrollar depresión posparto.
Retomar la vida sexual después de tener un bebé
Cuando es momento de tener relaciones íntimas de nuevo, surgen algunas preocupaciones, entre las principales destacan, por ejemplo: la pérdida de deseo sexual, el dolor y falta de lubricación. Aquí brindamos algunas recomendaciones que pueden ayudar a reiniciar el sexo de una manera placentera y saludable.
1. Redescubrirse
Cuando la mujer se sienta lista, hay que trabajar en pareja para derribar creencias. La sexóloga Kathia Díaz sugiere que se enfoquen en el contacto entre cuerpos, desde caricias hasta la masturbación.
2. Comunicación
El coito es de dos y debe hablarse. No todo es penetración, “incluir mis cinco sentidos en este momento de intimidad, de sentir el cuerpo. Así disminuye ese miedo a retomar el sexo”, explica García. “Desgraciadamente muchas veces no hablamos porque lo vemos como un tabú”.
3. Tomar conciencia del cuerpo
Es importante empezar a ver qué partes del cuerpo se encuentran más sensibles y darnos estos momentos de experimentar cosas nuevas; también se pueden tomar medidas ante las nuevas circunstancias. Si hay resequedad, usar lubricante y buscar que el acto sexual suceda después de haber lactado para evitar que los pechos estén llenos.
4. Control de la sexualidad
Es necesario sentirnos con el poder de hablar y decir “quiero esto, no quiero esto. Me gusta esto, no me gusta esto otro”, comenta la sexóloga.
“Los papás deben aprender también que las mamás podemos decir que tenemos ganas, porque luego también puede pasar que empiezan a ver a las mamás como esta mujer santa que ya no puede tener este tipo de deseos”, afirma la especialista.
5. Cambios físicos
Para muchas es un factor ver cómo el cuerpo cambió. Sin embargo, la clave está en trabajar la atención. “Tenemos casi tres metros de piel y está llena de terminaciones sensoriales, entonces podemos empezar a darnos cuenta en esos momentos en lugar de estar pensando si se me marca el gordito en esa posición o se me está saliendo la panza. Mejor es empezar a sentir dónde está su mano, dónde está tu mano, dónde está su boca”…
6. Buscar el tiempo
Es importante darse momentos para generar acercamientos y una rutina no solo para la relación sexual, sino para “decir que me gustas y, a lo mejor hoy no podemos tener contacto sexual por los niños, por el trabajo, por el cansancio, pero te deseo siempre”.
Si la pareja trabaja en conjunto no hay por qué sacrificar el erotismo en la relación.
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