Si en una consulta médica tu doctor ha hablado sobre tus síntomas como si fueran “cualquier cosa” y todo lo que le manifiestas se reduce a una respuesta súper simple a pesar de que las molestias continúan, es probable que hayas experimentado el ‘gaslighting’ médico. ¿Habías escuchado sobre esto? Hoy te platicaremos sobre qué es el ‘gaslighting’ médico.
El famoso ‘gaslighting’
Entendamos el primer concepto, para empezar. ‘Gaslighting’, según el diccionario de Cambridge, es la acción de engañar o controlar a alguien haciéndole creer que su percepción o acciones son incorrectas. Esto ocurre, por ejemplo, cuando le dices a una persona que sus preocupaciones son una exageración, que imagina cosas o que está viendo un problema donde no lo hay.
Comúnmente se utiliza en relaciones de pareja, pero recientemente el término también se ha popularizado en espacios médicos. Entonces, ¿cómo puede trasladarse ese concepto y qué es el ‘gaslighting médico’? Tal vez hasta lo has vivido sin reconocerlo como tal.
Lo que es el ‘gaslighting’ médico
El ‘gaslighting’ médico es cuando un experto en la salud descalifica los síntomas de pacientes, haciéndolos sentir mal e incluso creando culpa acerca de nuestra condición. Comentarios cómo “tu dolor no es nada comparado al de otros”, “solo es por estrés”, “exageras, no es para tanto”, “estás inventando la enfermedad” son indicios de que tu médico está haciendo ‘gaslighting’.
Un ejemplo en mujeres podría ser cuando un médico reduce todos los síntomas al periodo menstrual; si bien sí existen dolores o síntomas que vienen con el inicio o fin de nuestro ciclo, no significa que todo sea provocado por él.
Recolectamos información de artículos del Colegio de Médicos de Familia de Canadá y Northwell Health, los cuales profundizan más acerca del tema.
En Northwell Health se menciona que incluso la desacreditación de síntomas médicos en mujeres viene desde la antigua Grecia, con el origen de la palabra “histeria”, que etimológicamente tiene raíz en la palabra útero, relacionando que todo dolor en mujer tiene que ver con su estado hormonal.
Psicológicamente, los doctores de Northwell señalan que una de las razones de por qué sigue pasando esto es porque muchas mujeres tenemos la costumbre aceptar cualquier diagnóstico que nuestro médico nos dé. El estigma de que las mujeres debemos ser un buen paciente y acatar sin opinar.
Un caso
La situación no es ajena a personas con sobrepeso. El sitio web Today entrevistó a María García, quién sufrió de ‘gaslighting’ cuando visitó a su médico por fuertes dolores en espalda y estómago, pero él de inmediato le comentó que bajando de peso se le pasaría el dolor. El dolor continuó por cuatro años y aumentó síntomas como pérdida de cabello.
María le pidió a su doctor que le hiciera análisis para estar seguros de que no era algo más, pero la respuesta de su médico no cambió. “Tiene que aprender a vivir con el dolor”.
María comenzó a creer que estaba exagerando un simple dolor de espalda, pero poco después terminó en Urgencias y los doctores detectaron que el dolor era causado por un tumor de casi 12 kilos en el ovario. Afortunadamente, los médicos lograron eliminar el tumor sin complicaciones.
Un mal diagnóstico puede costarle la vida a alguien. Muchas enfermedades suelen compartir síntomas.
La importancia de la diversidad
Otra de las razones de los diagnósticos erróneos es la poca investigación médica en diversos grupos de la población, muchas enfermedades se desarrollan distinto dependiendo el lugar de origen, talla, sexo e historial familiar. Todos los cuerpos son distintos, y la diferencia de síntomas entre mujeres y hombres existe.
La buena noticia es que en los últimos años se está tomando conciencia respecto al tema, iniciando investigaciones en todo tipo de cuerpos. Esto evitará que en un futuro cercano se sigan dando diagnósticos incorrectos. Otra solución al problema es que los pacientes persistan en tener un segundo diagnóstico. Si el dolor persiste no es solo exageración del paciente.
Los médicos por su parte deben hacer un historial médico del paciente, con antecedentes familiares y estudios generales en el paciente, incluso valoración psicológica.