El índice de masa corporal (IMC) se ha utilizado durante muchos años como una medida estándar para evaluar la salud, y seguramente has escuchado sobre él muchas veces. Pero, ¿el índice de masa corporal es confiable en las mujeres como indicativo de salud?
A pesar de ser una medida médica diseñada para evaluar el estado de salud, el índice de masa corporal no siempre ofrece resultados precisos, especialmente en NOSOTRAS, las mujeres.
¿Cómo se mide el índice de masa corporal?
El IMC se calcula utilizando una fórmula simple en la que se divide el peso entre la altura al cuadrado. Aunque puede parecer complicado, las matemáticas son bastante básicas. Además, hay numerosos sitios web que facilitan este cálculo; solo necesitas buscar “calculadoras de IMC”.
Una vez obtenido tu resultado, debes compararlo con la tabla de IMC, que generalmente se divide en cuatro categorías: bajo peso, normal, sobrepeso y obesidad.
Sin embargo, muchas personas creen que el índice de masa corporal no debería ser una medida estándar para evaluar la salud.
“El problema no es el IMC en sí, sino la tendencia a utilizarlo como el único enfoque”, dice Wajahat Mehal, director del Programa de Pérdida de Peso y Salud Metabólica de Yale, en una entrevista con Yale Medicine. “El IMC es solo un dato, junto con muchos otros, que debe considerarse para evaluar la salud de una persona”.
El IMC no toma en cuenta aspectos como la masa muscular, la composición del cuerpo, las diferencias raciales o de sexo biológico, dijeron investigadores de la Universidad de Pensilvania en 2022, de acuerdo con Medical News Today.
El centro de investigación de la Universidad de Rochester indica que el IMC se creó en el siglo XIX por un astrónomo belga que intentaba diseñar un censo de población para Países Bajos. Su muestra se componía principalmente por hombres blancos de altos recursos.
¿El índice de masa corporal es confiable en las mujeres?
En el caso de las mujeres, el IMC no siempre es exacto, explica el portal Cleveland Clinic. Muchas veces obtenemos resultados incorrectos que nos hacen pensar que nuestra salud no es buena, cuando en realidad estamos dentro de los parámetros de lo “normal”.
Esto no se debe a que el método sea obsoleto o inservible; la respuesta va más allá. Como mencionamos antes, el IMC se calcula utilizando la estatura y el peso de manera general. Sin embargo, las mujeres tienen, de forma natural y fisiológica, más grasa corporal que los hombres. Entonces, sin ajustes, el resultado tiene un margen de error.
El fisiólogo Chris Dempers menciona para Cleveland Clinic que “existen diferencias clave entre géneros que podrían afectar su confiabilidad como indicador de salud. Por ejemplo, las mujeres suelen tener más grasa corporal que los hombres. Pero no existe una tabla de IMC separada para las mujeres y las personas a las que se les asigna el sexo femenino al nacer”.
Esta limitación en el IMC no solo afecta a las mujeres; los atletas, las personas mayores y aquellas de diversas etnias también pueden tener dificultades para obtener un resultado fiable de su IMC.
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