“El amor romántico lo inunda todo. Está en las películas, los libros, las canciones y los programas de televisión. Y además aparece siempre en singular: El amor”, señala Roy Galán, un influyente escritor, articulista y activista LGTBI+ español con más de 500 mil seguidores en Instagram.
Para este autor el amor romántico no deja espacio para nada más, “como si fuera el único y el más importante, el que hay que conseguir para convertirte en una persona entera, para sentirte completo y ser, como si no hubiera más, como si los plurales no fueran posibles”.
“Pero ¿qué pasa si hablamos de los amores: de todos esos secundarios, figurantes, dobles de luces y sucedáneos del amor-amor?”, se pregunta Galán.
La respuesta a este interrogante está en su último libro “Los amores”, en el que autor gallego explora 8 tipos de amor. Habla sobre “esos otros amores que configuran nuestra vida construyéndonos tanto (o más) que el amor de pareja”, dice, y a los que propone “dar igual importancia que el amor romántico, en pro de las relaciones humanas”.
“El amor romántico es demasiado ensimismado como para que pueda salir bien. Por eso tiene que ir precedido de otros amores. Amores más desinteresados, como el de la amistad o el de la admiración. Porque si estos amores no están presentes, lo único que existirá será una relación de poder”, destaca.
Roy Galán enumera los 8 tipos de amor en nuestra vida, incluido el romántico, y plantea una serie de reflexiones sobre cada uno de los diferentes amores que podemos vivir y que nos construyen como personas.
8 tipos de amor
1. Amores rotos
En ellos la relación se acaba, pero los sentimientos no. “Cuando una relación acaba, no deberían hacerlo también los sentimientos de respeto, confianza y amor”, según Galán.
“El amor después del amor existe. Hay que entender que, a veces, el amor no es suficiente, pero que si hubo amor, aunque se rompa, el amor se queda en ti, en tus gestos, en tu forma de decir que sí, en tus arrugas y en la libertad, se queda en todo, en el otro. Ya siempre estará”, reflexiona.
2. Amores amigos
Es una relación importante, única y compleja. Señala que “la amistad no es un amor secundario, sino un protagonista de nuestras vidas al mismo nivel que el amor de pareja o el amor de familia. Dejemos de despreciar la amistad como si fuera algo sencillo, algo que se mantiene solo o que no es importante. Sin amores amigos la vida es menos vida”.
3. Amores diversos
Aquí se refiere a las diversas orientaciones sexuales. “Presuponer una única orientación sexual para todo el mundo es, cuando menos, algo bastante ridículo y sin sentido”, según Galán
“Decir a la gente que hay una única forma de amar es crear sufrimiento, porque hay tantas maneras de amar como corazones hay en el mundo. Por eso, dar por hecho cómo hemos de vivir, sentir o hacer explícitas nuestras emociones, lo único que hace es restar libertad a todas las personas que no encajan con ese relato único impuesto como única forma de amor posible”, señala.
4. Amores propios
Para quererte necesitas a los demás, dice el escritor. “¿Qué pasaría si consiguiéramos dejar de odiarnos tanto, si nos tratáramos con más benevolencia a nosotros mismos”, se pregunta Galán.
Sostiene que, sin embargo, “la autoestima no es algo que puedas conseguir en soledad. No puedes irte a una esquina a ‘curarte’ de todo lo malo que te hicieron. Para querernos necesitamos de los demás, necesitamos de la interdependencia y de lo común”.
5. Amores placenteros
Esto significaría hablar de sexo con naturalidad. Para Galán “es llamativo que nadie nos hable de sexo. Se corre un tupido velo y cada uno lo vive en su intimidad, como un tabú que no se comparte, pero el deseo no puede quedar relegado al apartado de los sentimientos sucios”, según este autor.
Sostiene que hay deseos “que no van acompañados de amores y no soy partidario de que los camuflemos con un halo romántico para que puedan ser aceptados por los demás”. Opina que el placer “nunca debe estar asociado a sentimientos de culpa”.
6. Amor a la vida
El escritor gallego advierte que “construimos nuestros mundos desde la más absoluta inmortalidad, sin ser conscientes de lo frágiles que son nuestras existencias”.
“Solemos dar por sentado que siempre estaremos aquí. Pensamos que tenemos la vida en propiedad, pero es solo un alquiler temporal”, señala el autor, quien recomienda “valorar la existencia por lo que es, con lo hermoso y lo terrible, sin olvidar nunca que todo se termina y que, mientras tanto, seguimos aquí para hacer que la vida merezca la pena”.
7. Amores románticos
“El amor romántico es ese amor que se ve como el que hay que buscar, tener, conseguir para ser feliz, sin ser capaces de aceptar que, quizás, hay muchas ‘vidas’ dentro de la vida y muchas personas en el planeta que podrían ser amores”, según Galán.
8. Amores familiares
Explica que “siempre buscamos la aceptación de la familia, porque no hay nada que nos dé más pánico que nos rechacen aquellas personas que se supone que nos tienen que querer incondicionalmente”.
Para este autor la familia “es un lugar complicado de obligaciones y decepciones, en el que a veces es imposible ser tú mismo porque esta institución es una foto fija en la que se espera todo el rato que seas alguien que puede que no seas”.
“Sin embargo, en una familia no hay mayor muestra de amor que dejar ser al otro tal y como es, aunque no sea lo que tú hubieras querido que fuera”, concluye.
EFE Reportajes
Rocío Gaia