La detección temprana es el tratamiento más eficaz para atender de manera oportuna el cáncer de mama. Para un diagnóstico adecuado existen cuatro tipos de pruebas: mastografía, ultrasonido, tomosíntesis y resonancia magnética. Ojo: estos últimos deben llevarse a cabo bajo solicitud del especialista.
El National Cancer Institute señala que las pruebas de detección buscan signos de la enfermedad antes de que la persona tenga síntomas y, si una prueba detecta un cáncer muy pequeño o de crecimiento muy lento, es poco probable que pueda causar la muerte o se desarrolle la enfermedad.
Jerónimo Rodríguez Cid, especialista en oncología, señala que el cáncer de mama es
el de más incidencia y, si bien, el número de casos diagnosticados y muertes ocasionadas por este padecimiento no son de un porcentaje tan alto, debido a su gran incidencia sí sigue siendo uno de los tumores de mayor mortalidad en el país y en el mundo.
“No es el tumor más letal. Hoy curamos entre el 50% y 60% de los pacientes aproximadamente. Sin embargo, es tal la incidencia que lamentablemente ocupa los primeros lugares en mortalidad en México y en el mundo”, explica el médico oncólogo, quien añade que el diagnóstico oportuno, tratamientos más efectivos y médicos mejor preparados pueden ayudar a los pacientes en la recuperación de la enfermedad.
Métodos de detección temprana del cáncer de mama
1. Mastografía
Respecto a los métodos de detección, Rodríguez Cid explica que la metodología de
prevención número uno es la mastografía, la cual deben realizarse todas las mujeres a partir de los 40 años, de manera bianual, y, a partir 50 años, anualmente.
“La mastografía se basa en un método de imágenes radiológicas. Lo que se hace es buscar lesiones que pudieran ser malignas. Ahora bien, a veces la mastografía no es el único estudio que nos puede servir para ayudar a tener el diagnóstico adecuado, muchas veces tiene que ir acompañado de algo que se llama ultrasonido mamario”, explica.
2. Ultrasonido
La razón del ultrasonido, especialmente en mujeres menores de 50 años, es porque a esa edad difícilmente han llegado a la posmenopausia, por lo que las mamas tienen mucho tejido, lo cual puede dificultar el diagnóstico de la mastografía.
3. Tomosíntesis
Esta es otra de las técnicas que pueden potenciar y aumentar la probabilidad de que una lesión sospechosa en una mastografía o en un ultrasonido puedan determinar, sin necesidad de realizar una biopsia, si la paciente tiene o no cáncer de mama.
La tomosíntesis hace posible obtener imágenes tipo 3D de la mama, lo que permite una mejor detección de las lesiones mamarias, en caso de haberlas.
4. Resonancia magnética
El último método de detección es la resonancia magnética. Es más costoso que los estudios anteriores, pero aumenta la sensibilidad y especificidad. Sin embargo, este estudio debe reservarse a pacientes que tienen ya una posible lesión sospechosa detectada por algún otro método de tamizaje, específicamente por la mastografía o el ultrasonido.
“Estos dos últimos métodos de diagnóstico deben ser indicados por un médico especialista. Los dos primeros deben realizarse, independientemente de que sean indicados por un médico especialista, a partir de los 40 años”, recomienda.
Por último, el oncólogo señala que la autoexploración de las mamas debe de seguir
llevándose a cabo de manera constante y aún es considerada como una buena manera de detectar a tiempo alguna tumoración o lesión sospechosa.