Siglos atrás, las uniones estratégicas y por conveniencia eran una constante en los matrimonios de la realeza. Gracias a estas bodas arregladas, las monarquías perseguían un engrandecimiento en favor de sí mismos y sus dinastías.
Muchas veces, las bodas que involucraban lazos de parentesco ayudaban a impedir las guerras y ayudar al propósito descrito anteriormente. Es decir, bodas dentro de una misma familia.
Pero, ante dichas uniones con lazos de parentesco entre miembros de la realeza, se sabe de casos de problemas genéticos y malformaciones faciales. Tal vez el caso más famoso sea el de la llamada “mandíbula de los Habsburgo“.
Aquí te contamos más sobre esta familia real, cuyos miembros tenían un defecto facial.
La mandíbula de los Habsburgo
La dinastía española de los Habsburgo, que gobernó en toda Europa desde el siglo XVI hasta principios del XVIII, tenía una deformidad facial distintiva, explica un artículo del sitio web Live Science,
Tenían una mandíbula alargada que luego se conoció como la “mandíbula de los Habsburgo”.
Un estudio reciente sugiere que esta característica facial probablemente fue el resultado de siglos de endogamia (reproducción dentro de una misma familia o grupo). Es decir, la evidencia científica señala que el incesto pudo haber sido el causante de esa deformación.
Quiénes eran los Habsburgo
Los investigadores, dirigidos por el genetista Román Vilas de la Universidad de Santiago de Compostela de España, se centraron en varios miembros de los llamados Habsburgo españoles.
Mientras que la familia Habsburgo ascendió al poder en Europa central como los gobernantes de Austria, Alemania y finalmente el Sacro Imperio Romano Germánico, la influencia de la familia se extendió hacia el oeste a España después de que Felipe I, hijo del segundo emperador Habsburgo del Sacro Imperio Romano Germánico, se casara con Juana de Castilla en 1496.
El reinado de los Habsburgo españoles duró dos siglos hasta que Carlos II, de 38 años, murió. Carlos II fue un rey con múltiples problemas de salud y que también fue estéril, consecuencia que los eruditos atribuyeron a la endogamia severa. Falleció en 1700 sin ningún heredero inmediato.
La madre y padre de Carlos II eran sobrina y tío, cabe mencionar. Pocos años después de su muerte fue descrito como alguien que comía todo entero porque su mandíbula inferior era tan alargada que sus dos filas de dientes no podían encontrarse.
El estudio
Vilas y sus colegas utilizaron un extenso árbol genealógico, que abarca más de 20 generaciones; los científicos determinaron que el coeficiente de consanguinidad promedio de los Habsburgo que analizaron fue de 0.0093.
Esto significa que aproximadamente el 9% de los genes correspondientes de una realeza dada (uno materno y otro paterno) eran idénticos porque provenían del mismo ancestro.
Para averiguar si la mandíbula distintiva era el resultado de la consanguinidad, Vilas y su equipo recurrieron a 10 cirujanos maxilofaciales y les pidieron que analizaran 66 retratos de 15 miembros de la dinastía de los Habsburgo.
Los cirujanos buscaron 11 características que definieron el “prognatismo mandibular” o protrusión de la mandíbula.
También buscaron siete características que definen la “deficiencia maxilar”, una afección en la que los huesos maxilares o los huesos que forman la mandíbula superior no se desarrollan por completo.
Los autores plantearon la hipótesis y luego confirmaron que ambas condiciones estaban relacionadas, tenían la misma base genética y formaban la mandíbula de los Habsburgo.
Se pidió a los cirujanos que calificaran el grado de ambas deformidades faciales de cada miembro de la dinastía de los Habsburgo. Descubrieron que María de Borgoña, quien se casó con un miembro de la familia en 1477, tenía el menor prognatismo mandibular, mientras que Felipe IV, que gobernó España y Portugal desde 1621 hasta 1640, tenía la mayor.
Los cinco miembros de la dinastía real que tuvieron la mayor deficiencia maxilar fueron Maximiliano I, quién comenzó su gobierno como emperador del Sacro Imperio Romano Germánico en 1493; la hija de Maximiliano; su sobrino; el bisnieto de su sobrino y Carlos II, que fue el último de la línea de los Habsburgo.
¿Qué causó la mandíbula de los Habsburgo?
De acuerdo con un artículo de Smithsonian Magazine, el equipo de Vilas sugirió que la mandíbula de los Habsburgo fue causada por un gen recesivo, como consecuencia de la endogamia.
Aun así, los científicos reconocen que no pueden descartar por completo una hipótesis alternativa: que la acumulación aleatoria de cambios genéticos, no la consanguinidad, resultó la frecuencia creciente de la mandíbula de los Habsburgo, aunque ven la posibilidad como “poco probable”.
El fin de la dinastía
Los genetistas de la Universidad de Santiago de Compostela descubrieron previamente que la endogamia disminuía las posibilidades de supervivencia de la descendencia de los Habsburgo hasta un 18%.
Atribuyeron a la “extinción de la dinastía” a dos trastornos raros, recesivos, probablemente como consecuencia de la consanguinidad, que Carlos II pudo haber tenido.
A esta familia probablemente le ayudó muy bien casarse con parientes para subir al poder. Pero el árbol genealógico, finalmente condujo a la extinción de la dinastía.