Todas hemos sentido envidia en algún punto de nuestra vida. Es una emoción compleja que no podemos evitar sentir al menos una vez (si no, ni siquiera podríamos reconocerla), y que puede llegar de muchas maneras. Suele ser algo muy desagradable y por lo general se percibe como algo negativo. Pero, ¿la envidia puede ser algo positivo?
No toda la envidia es mala. De acuerdo con algunos estudios y especialistas, la envidia puede tener una repercusión positiva al final del día si la sabes gestionar, por lo que aprender cómo este sentimiento puede ser algo positivo es importante para nuestro desarrollo personal.
¿Qué es la envidia?
Ya sea porque en el trabajo alguien tiene mejor puesto cuando nosotras nos esforzamos también o porque en redes sociales nos comparamos con otras personas que tienen algo que no tenemos, todas la hemos experimentado.
La envidia es una emoción social compleja, explica Psychology Today. Comienza con la percepción de que alguien más tiene algo de valor que tú no tienes; esta percepción se acompaña de un sentimiento desagradable o doloroso. Desde una perspectiva evolutiva, la envidia nos da información sobre nuestra posición social y un impulso para mejorar.
Yochi Cohen-Charash, profesor de psicología en Baruch College, explica para el portal Vox que la envidia surge siempre de una comparación que hacemos con otras personas. Por lo que se puede presentar en cosas cotidianas que se relacionan con nuestra identidad, con los éxitos que queremos conseguir o con las relaciones a las que aspiramos tener.
Con el paso del tiempo algunos psicólogos, como menciona el sitio Psychology Today, han estudiado a fondo el sentimiento. Se ha llegado a la conclusión de que existen al menos dos tipos de envidia, uno positivo (envidia benigna) y uno negativo (envidia maliciosa).
¿La envidia puede ser algo positivo para ti?
Mientras la envidia maliciosa se enfoca en un resentimiento hacia otra persona que posee mejores condiciones que nosotras, en la envidia benigna reside una motivación a mejorar. Este último tipo de envidia se centra principalmente en objetos de deseo y en averiguar cómo la otra persona logró sus objetivos.
“Con la forma más benigna [de la envidia], la motivación es más bien tratar de mejorar y hacer las cosas mejor para lograr lo que la otra persona ya ha logrado”, menciona Gerrod Parrott, profesor de psicología de la Universidad de Georgetown, para Vox.
Quizá parezca que se confunden la envidia con la admiración, como reconoce el sitio The New Yorker, pero mientras la admiración deja un sentimiento agradable, la envidia no lo hace. Las personas a las que envidiamos benignamente, en realidad, pueden parecerse a nosotras y nos harán querer averiguar cómo han llegado a obtener ese éxito.
Reconocer la envidia y entender por qué la sentimos puede hacer la diferencia para crear las condiciones de desarrollo personal ideales. Por eso, muchas veces, la envidia podrá ayudar a hacer una evaluación de lo que deseamos o pensamos alcanzar. Los expertos como Gerrod Parrott mencionan que podemos usar a la envidia benigna como motor para mejorar.
“Entonces puedes imitar o emular los métodos, técnicas, ideas, movimientos y demás de esa otra persona para, de hecho, ser mejor tú mismo de alguna manera”, dice Parrott para Vox.
La envidia no dejará de provocarnos una sensación desagradable, pero aprender a usarla para motivarnos hará la diferencia. Compararnos con la persona que envidiamos y ver el panorama completo puede ser de utilidad si lo que buscamos es un crecimiento personal.
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