El sonido ha sido una herramienta milenaria utilizada por diferentes disciplinas para mejorar la salud física, mental y espiritual. En los últimos años, su uso ha ganado popularidad en el mundo occidental como una alternativa de sanación y relajación, bajo el nombre de ‘sound healing’ o terapia de sonido.
Se trata de una práctica que utiliza instrumentos sonoros que crean frecuencias específicas con la finalidad de producir bienestar a diferentes niveles. Paulina Landa, experta en ‘sound healing’, nos cuenta todo sobre el tema y comparte su camino de bienestar personal.
El viaje de Paulina Landa hacia el ‘sound healing’
Politóloga de profesión, Landa inició su viaje a través de las herramientas terapéuticas hace 15 años, cuando empezó a practicar yoga. Pronto se acercó a la meditación y se encontró con el reiki, que la acompañó durante su proceso de querer convertirse en mamá. En esa época tuvo su primera sesión con una terapeuta de sonido a través de una videollamada. “Por primera vez, encontré ese momento de calma y de fluir”, recuerda.
Posteriormente se certificó en terapia de sonido en la Sacred Science of Sound en Los Ángeles, así como en terapia de barras y en tapping. Comenzó a dar terapia a su entorno cercano y, tras tener a su hija y recuperarse de una depresión postparto, decidió convertirse en terapeuta a tiempo completo.
Así abrió un espacio, En Calma Studio, en el que imparte sesiones individuales y grupales tanto presenciales como en línea; pueden durar desde 20 minutos hasta una hora.
“El sonido nos ayuda a sentirnos bien y a conectarnos con nosotros mismos”, afirma. En cada sesión alterna instrumentos, como cuencos de cristal y gongs, para crear una experiencia poderosa. “Somos energía y también somos principalmente agua, que es el mejor conductor de la energía. Si ponemos un vaso de agua al lado de una bocina y le vas subiendo el volumen, toda esa agua se mueve. Eso pasa en nuestro cuerpo cuando hacemos una sesión. Todo mi cuerpo lo escucha”, señala.
Y, ¿cuáles son los beneficios de la terapia de sonido?
Landa explica que ayuda a bajar el ritmo cardíaco, lo cual hace que el sistema nervioso autónomo también se relaje y salga de este estado de alerta en el que nos encontramos constantemente, principalmente por el estrés. También relaja el cuerpo, baja el nivel de estrés y aumenta la felicidad. Reduce dolores físicos, mejora la calidad del sueño, entre otros.
En cuanto a la frecuencia recomendada, Landa recomienda hacerlo al menos una vez a la semana aunque se puede hacer incluso a diario. Incluso desarrolló un álbum, disponible en Spotify, bajo el nombre de “En calma”, con baños de sonido para agradecimiento, abundancia, liberar estrés, amor propio, entre otros.
Para escucharlos, aconseja: “Ponerse audífonos, sentarse en una postura cómoda. Comienzas a inhalar y exhalar por tu nariz con tu audio. Y siempre que llega un pensamiento, regresas a tu respiración, sin juicio”.
Al final, “lo único que tenemos que hacer es escuchar, es escucharnos a nosotros mismos, escuchar a nuestro cuerpo. Y cuando escuchamos somos mucho más conscientes. Todos estamos en un proceso diferente y que hay que probar para encontrar cuál es esa herramienta que nos funciona a cada quien como para sentirnos bien y (…) poder sacar tu mejor la mejor versión de ti mismo”, finaliza.