Tomarse un vinito con una buena comida en la cena no suena mal sino todo lo contrario, puede ser una gran mezcla. Pero hay algo con lo que no debe combinarse ese vinito: los antibióticos.
De hecho, mezclar alcohol con antibióticos puede ser una combinación peligrosa.
Nosotras te contamos más al respecto.
¿Por qué es malo mezclar alcohol con antibióticos?
De acuerdo con un artículo de Mayo Clinic, el alcohol y los antibióticos por separado pueden causar efectos secundarios similares, como malestar estomacal, mareos y somnolencia. Mezclar alcohol con antibióticos puede aumentar estos efectos secundarios.
Algunos antibióticos, como el metronidazol, el tinidazol, el sulfametoxazol y la trimetoprima, no deben mezclarse con el alcohol porque pueden provocar una reacción más grave.
El consumo de cualquier cantidad de alcohol con estos medicamentos puede provocar efectos secundarios como dolor de cabeza, náuseas y vómitos, y una rápida frecuencia cardíaca.
Además, hay otro antibiótico, la linezolida, que interactúa con ciertas bebidas alcohólicas, incluido el vino tinto y la cerveza de barril. Consumir estas bebidas con este medicamento puede causar un peligroso aumento de la presión arterial.
Cuándo hay mayor riesgo
Aunque los antibióticos generalmente son seguros cuando se usan según lo prescrito por un profesional de la salud, algunas sustancias dentro de ciertas clases de medicamentos pueden causar daño hepático, de acuerdo con el portal US News; de ahí la importancia de no autodiagnosticarse y consultar siempre con un médico.
Este riesgo aumenta significativamente cuando se mezcla alcohol con antibióticos.
También es posible que la mezcla reduzca la eficacia de ciertos antibióticos.“El alcohol puede cambiar tanto la absorción como la descomposición de los antibióticos por parte del hígado, lo que los hace menos disponibles en el cuerpo para tratar la infección subyacente para la que se usan”, dijo a US News el doctor Scott Friedman, jefe de la división de enfermedades hepáticas en la Escuela de Medicina Icahn del Hospital Mount Sinai en la ciudad de Nueva York.
Beber alcohol mientras tomas antibióticos puede empeorar los síntomas y, en casos raros, puede tener consecuencias graves en adultos mayores.
Debido a que la capacidad natural de nuestros cuerpos para metabolizar el alcohol se ralentiza a medida que envejecemos, las personas mayores corren un mayor riesgo de interacciones dañinas ya que es posible que usen más medicamentos.
Para las mujeres también existe un mayor riesgo de mezclar alcohol con medicamentos, porque las mujeres de manera general tienen menos agua en el cuerpo que los hombres, aunque pesen lo mismo. Como resultado, una mayor concentración de alcohol permanece circulando en la sangre, de acuerdo con US News.