Cuando hace unos meses Taylor Swift estrenó su álbum “The Tortured Poets Department”, algo nos sorprendió: parece en gran parte dedicado a su breve vínculo con Matty Healy (que muchas califican como un “casi algo”), y no hacia el noviazgo de 6 años con Joe Alwyn. Rápidamente surgieron swifties identificadas con esta situación y, como en muchas ocasiones, nos hicimos esta pregunta: ¿por qué los ‘casi algo’ duelen más que una relación?
Al principio suena ilógico, pero en realidad tiene mucho más sentido del que piensas. Esos vínculos que aparentemente no significaron “nada” pueden terminar en un duelo mayor que el de una relación larga y estable.
Entrevistamos a la psicóloga Ivana de la Paz, quien también es sexóloga y terapeuta de parejas, para conocer qué son exactamente los “casi algo” y de qué manera pueden repercutir en nosotras.
Qué son los ‘casi algo’
Los “casi algo” son esos vínculos de pareja donde no existe un compromiso formal ni se utilizan títulos como “novio” o “novia”.
Para entenderlo digamos que hay dos tipos de relación. “La primera es este amor pasional que dura muy poco tiempo, en donde la relación no llega a ser de largo plazo; son los ‘casi algo’”, explica la psicóloga Ivana de la Paz. Es lo que pudo haber sido pero no llegó a un término final.
Los “casi algo” suelen ser relaciones muy intensas y pasionales, donde se idealiza y hay muchas expectativas sobre la otra persona, describe la especialista. “Y muchas veces cuando no hay una claridad hacia dónde se va a dirigir la relación, es cuando se empiezan a involucrar más sentimientos, emociones, un vínculo afectivo mucho más fuerte. Es ahí cuando se generan estas discrepancias”.
Por el contrario, “una relación que realmente funciona a largo plazo es cuando logramos pasar del enamoramiento y lo volvemos un amor consumado”. Aquí ya hay más compromiso.
Muchas veces, en un “casi algo” una persona está afectivamente disponible y la otra no. Estos vínculos únicamente pueden funcionar para quienes saben poner ciertas barreras emocionales.
Por qué los ‘casi algo’ duelen más que una relación
“Precisamente porque la calidad del tiempo que estás con esa persona es muy fuerte, y se quedan muchas expectativas y planes a largo plazo o futuro”, explica Ivana de la Paz. “Tenemos esta idealización de lo que puede llegar a ser, sentimos tanta conexión emocional y sexual con esa persona, que realmente empezamos a confundirlo con un amor a largo plazo”.
Es importante tener claro que el enamoramiento y el amor son cosas completamente distintas. Como la psicóloga aclara, el amor es una construcción que se hace todos los días de forma consciente. Mientras tanto, el enamoramiento es una etapa inicial que ocurre a través de la idealización; sin embargo, se siente tan intenso que puede confundirnos y llega a doler muchísimo cuando una relación no se da.
“Como uno en el ‘casi algo’ se queda solo en la atracción inicial y en el enamoramiento, es a lo que se aferra y por eso se siente como si doliera más”, indica.
Es posible que en un “casi algo”, quien salga más lastimada es la persona que estuvo entregando toda su energía y atención.
No obstante, existe cierto estigma con el dolor que provoca una relación fugaz que “no significó nada”. Al respecto, la terapeuta asegura que “todos los dolores son válidos. Yo pude haber tenido una relación con un casi algo de una semana o de un mes pero mi cuerpo lo sintió como algo muy fuerte, algo inevitable, como una conexión muy profunda, y eso es importante para mí. Hay personas con las que estás 5 años y no te hacen sentir lo mismo que con quien estuviste 4 meses”.
Señales de que estás en un ‘casi algo’
Ivana considera que puedes o no darte cuenta de que te encuentras en un vínculo así, pero es importante darte cuenta hacia dónde está dirigido.
Estas son algunas señales o red flags.
- Falta de compromiso. Es decir, una persona que está contigo de manera intermitente.
- Si te da largas cuando le planteas definir la relación o avanzar, ya sea conociendo a sus familiares o conviviendo con sus amigos. Escuchar frases como “ahorita la estamos pasando muy bien” o “ahorita estamos pasando el rato”.
- Una persona cuyas supuestas intenciones no concuerdan con sus acciones.
Qué puedes hacer
La mejor manera de abordarlo es con comunicación asertiva, porque tú puedes estar interpretando algo y la otra persona tiene un pensamiento completamente distinto. Lo que la psicóloga recomienda es directamente preguntarle. “Enfrentar a la persona, confrontarla y decirle ‘oye, he notado que tus intenciones son distintas a las mías. Yo lo que sí busco es algo a largo plazo y me gustaría saber si estás en el mismo canal o tienes las mismas intenciones que yo’”.
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