En los últimos años algunas celebridades han puesto de “moda” comerse su placenta, afirmando que la han ingerido mediante diferentes métodos y aseguran que es “benéfico”. Sin embargo, hay razones por las que NO deberías consumir tu placenta después del embarazo.
Deberías pensar dos veces antes de seguir esta tendencia, a continuación te platicamos por qué.
Por qué NO deberías comer tu placenta, como muchas celebridades
Aunque suene algo controversial, hay varias celebridades lo han externado, incluso dicho los métodos y los supuestos beneficios que existen cuando ingieren su placenta.
Algunas celebridades como Hilary Duff, Mandy Moore, Alicia Silverstone, además de las empresarias Kourtney y Kim Kardashian, han probado este órgano que se desarrolla durante un embarazo e incluso han dado testimonios de cómo ha sido y qué método han utilizado, como relata US Magazine.
En 2018, Hilary Duff cuando recibió a su hija Banks Violet Bair, decidió comer su placenta en forma de cubitos helados.
En el episodio de un poscast en 2021, la actriz Mandy Moore declaró que estaba ingiriendo su placenta en forma de cápsulas después de tener a su hijo, Gus.
En 2022, lo volvió a hacer después de haber tenido a su hijo Ozzie, incluso lo compartió por medio de Twitter; “Hecho por ti. Para ti”, sumado de una foto de un frasco de pastillas de placenta.
Los supuestos beneficios de ingerir la placenta
De acuerdo con el portal Grow by WebMD, a esta práctica se le brinda el nombre de placentofagia y es algo que no solo lo hacen gran parte de los mamíferos sino que se ha popularizado la práctica en humanos.
La placenta comienza a formarse desde la fecundación y se desarrolla hasta la semana 20 del embarazo. Se encarga de proveer nutrientes y eliminar productos de desecho de la sangre del bebé.
Como explica la Clínica Mayo, se adhiere a la pared del útero y de ella surge el cordón umbilical. Se trata del único órgano que tu cuerpo crea y luego desecha tras cumplir su propósito, dice el portal WebMD.
Quienes defienden la placentofagia (práctica de comerse la placenta), aseguran los beneficios siguientes.
- Evita la depresión posparto, regulando las hormonas.
- Disminuye el sangrado tras el parto.
- Mejora el éstado de ánimo.
- Regula el suministro de leche.
- Proporciona micronutrientes importantes.
- Subir niveles de energía.
Debemos enfatizar que estos supuestos beneficios son de testimonios de personas que lo han hecho; hasta el momento, NO hay estudios científicos rigurosos y concluyentes que lo comprueben, así como lo dice el portal del Departamento de Salud de Australia.
¿Por qué debes evitar consumir la placenta?
De acuerdo con información de la Clínica Mayo, practicar la placentofagia puede ser perjudicial tanto para ti como para el bebé que es amamantado. La placenta es un órgano intrincado que nutre al feto en crecimiento, ya que se encarga de compartirle nutrientes y oxígeno.
Aunque hay diferentes técnicas para convertir la placenta en cápsulas, vaporizar, deshidratar, hacer bebidas o incluso ingerirse cruda, ninguna preparación elimina por completo las bacterias y virus infecciosos que podría contener.
El portal gubernamental de Australia advierte que el riesgo podría ser más grande si se consumen productos como píldoras que provienen de placentas de otras personas. Este sitio web advierte que realmente no se sabe la dimensión del daño que puede haber por la placentofagia.
De acuerdo con información de Live Science, hace unos años investigadores realizaron una revisión que se publicó en el American Journal of Obstetrics & Gynecology, la cual arrojó que al practicar la placentofagia no se obtiene ningún beneficio para el cuerpo o nutrientes. “No hay beneficios, y así hay riesgos potenciales”, dijo el doctor Amos Grünebaum, del Weill Cornell Medical College.
Esa es la razón por la que NO deberías comer tu placenta.