¿Te imaginas tener un horario establecido en el que únicamente te dediques a preocuparte “a gusto”? Sí, pensarlo en un principio es raro o hasta suena absurdo pero, así como destinas tiempo para descansar, practicar un deporte o tener un hobby, también podrías programar el tiempo para preocuparte y encontrar posibles soluciones a eso que te aflige.
Si tiendes a preocuparte constantemente en tu día, es normal que te cueste trabajo liberarte de aquello que te roba la paz, incluso si te has esforzado en no hacerlo más. Al final, terminas el día estresada y ni siquiera cuando vas a la cama puedes dejar de pensar en ciertas cosas. Es por eso que te contamos si es posible programar el tiempo para preocuparte por cosas.
¿Se puede programar el tiempo para preocuparte por cosas?
Existe una técnica que ayudará a reducir la cantidad del tiempo que te dedicas a preocuparte por las cosas que están fuera de tu alcance (o, al menos, en las cuales no quieres pensar todo el día). Esta técnica consiste en elegir un horario en específico y dedicarte únicamente a esto, a preocuparte. No está prohibido, pero lo ideal sería que terminado ese lapso te olvides o dejes de lado tus preocupaciones. El objetivo es que, con el tiempo, se convierta en una herramienta útil para lidiar con el estrés y ser más eficiente en la resolución de problemas.
La idea de establecer un horario exclusivo para tus preocupaciones, es que liberes el resto de tu día y puedas aprovecharlo al máximo. Sabemos bien que las preocupaciones a veces pueden frenar la concentración y no desempeñar a full nuestras actividades diarias.
De acuerdo con Psychology Today, hay varias estrategias cognitivo-conductuales que pueden ayudarte a reducir considerablemente la preocupación. Una de las más efectivas, según explican, es el programar tiempo para preocuparte.
La doctora Sabrina Romannoff, psicóloga clínica y profesora de la Universidad Yeshiva, enlistó para la plataforma Verywell Mind algunos pasos que sirven de ayuda para comenzar a preocuparte en tiempos específicos.
1. Establece el tiempo con cronómetro
Puedes dedicarle, por ejemplo, de 15 a 30 minutos a tus preocupaciones. Marca el horario y, si es posible, establece una alarma o usa un cronómetro para medir el tiempo y puedas salir de la inmersión en la que te encontrabas.
2. Preocúpate en un lugar incómodo
Elegir un lugar que te parezca incómodo (es decir, evita acurrucarte en tu sillón favorito) te puede ayudar a concentrarte en lo que realmente importa, que es encontrar las posibles soluciones a las preocupaciones.
La idea no es que la pases mal, sino que no tengas tentación de quedarte más tiempo del necesario. Además, ¿por qué querrías asociar tu lugar favorito con el estrés?
3. Evita que sea muy tarde
Esto realmente depende de cómo adaptes tus tiempos pero, en general, se recomienda que no sea tan noche; esto, porque conforme pase el tiempo puede que te surjan más preocupaciones y tengas la tentación de abordarlas en el momento, rompiendo con el horario e interrumpiendo la técnica.
Si eliges, por ejemplo, un tiempo como las 6:00 pm, tienes oportunidad de relajarte y distraerte después y antes de dormir.
4. Guarda tus preocupaciones
Es importante que respetes el horario ya establecido que tienes para preocuparte. Si durante el día te surge una duda, problema o algo relacionado, escribe notas y guárdalas para cuando llegue el momento de examinarlas a profundidad.
5. Cómo abordar tus preocupaciones
A medida que abordes cada una hazlo por clasificación, pregúntate si hay algo que puedes hacer o simplemente es algo que está fuera de tu control. Después, prioriza las cosas que urgen. Si puedes cambiarlo, busca todas las aristas de la preocupación y resuélvela. Si está fuera de tu control haz un esfuerzo por aceptarlo y continúa.
¿Realmente funciona esta técnica?
Un estudio realizado por investigadores de la universidad de Penn State separó a personas en dos grupos, de los cuales a uno se le dijo que programara tiempo para preocuparse y, al otro, que actuaran como de costumbre.
El grupo de personas que programó tiempo específicamente para preocuparse experimentó una disminución de ansiedad y una mejor conciliación del sueño, a comparación del grupo que no programó tiempo.
Esto demuestra que limitar nuestro tiempo para preocuparnos, puede ayudarnos a que el tiempo en el que no estemos preocupadas, sea mucho más productivo. Además, ponerlo en práctica puede ayudar a que no se vea drenada tu fuerza mental a lo largo del día.
Y tú, ¿a qué hora del día de te preocupas?
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