Sin lugar a dudas, ser mamá puede representar una experiencia hermosa y única en la vida; sin embargo, la maternidad no fue, es, ni será fácil. Pese a ello, desgraciadamente en nuestra sociedad, esta etapa se tiende a idealizar de manera exagerada. Así es como surge el término de romantización de la maternidad.
La experiencia alrededor del embarazo, lactancia y maternidad, está asociada con emociones de amor, alegría y satisfacción que no da cabida a otras emociones negativas. Y es que es válido aceptar que durante la maternidad te sentirás feliz y emocionada de la misma forma en que experimentarás tristeza, molestia o frustración. Lo anterior no quiere decir que seas mala madre, simplemente te recuerda que eres una persona.
Ser mamá conlleva exigencias y responsabilidades, y no se debe de tomar a la ligera como algo “perfecto o fácil”. Aquí te contamos por qué.
Qué es la romantización de la maternidad y por qué es importante
La palabra “romantizar” no existe como tal en la Real Academia Española (RAE), no obstante, se relaciona con lo “romántico” o con la “idealización”. El carácter romántico, según la RAE, se caracteriza por ser “sentimental, generoso y soñador”, mientras que idealizar constituye “elevar las cosas sobre la realidad sensible por medio de la inteligencia o la fantasía”.
En ese sentido, romantizar la maternidad significa idealizarla al mostrar solo su lado amable, hermoso y perfecto, donde no se visualizan los problemas y dificultades que muchas mamás enfrentan día con día. Es decir, se trata de invisibilizar aquellos desafíos que tienen las mujeres durante la maternidad para hacerla parecer mejor de lo que realmente es.
La importancia de hablar sobre la romantización de la maternidad, se debe a que muchas madres se compararan con otras que viven esta etapa “felizmente”. Como resultado, se crean expectativas poco realistas, mismas que al no cumplirse, desencadenan reacciones desagradables entre las que destaca la sensación de ser “mala madre” por el simple hecho de no actuar como la sociedad espera.
Al respecto, muchas personas piensan que la maternidad es una característica innata de las mujeres, y que es lo que determina su identidad. Esto no es así. Ser mamá no quiere decir que hagas “sacrificios constantes” por tus hijos o que invalides tus emociones y sentimientos. Romantizar la maternidad tiene como consecuencia la constante presión social sobre las mujeres ante su decisión de tener hijos o no.
Cómo evitar romantizar la maternidad
Por más preparada que estés la maternidad, además de ser fascinante, puede ser agotadora y complicada. El verdadero reto no es solo cuidar a tu bebé de la mejor manera posible, sino hacerlo sin olvidarte de ti y de tus necesidades como mujer. Tu tiempo a solas, con amigas y tu carrera profesional no es menos importante, porque la maternidad no te define como mujer.
Sé honesta y compasiva contigo misma. Rodéate de apoyo, pide ayuda, comunica cómo te sientes y no te guardes nada. Acepta que las cosas a veces no salen como una quiere, y que hay factores que no podemos controlar. Por su parte, celebra y aplaude tus aciertos, y recuerda que lo estás haciendo lo mejor que puedes; las inseguridades, miedos, angustias y el enojo no te hacen ni mejor ni peor madre. Aun así, no olvides cuidar tu salud física y mental.
Si necesitas un momento para ti, no te sientas culpable. Disfruta y valida tus sentimientos y emociones de manera genuina, sin penas, angustias o culpas. Cuando tengas un día difícil, ten presente que las buenas mamás también se cansan, enojan o se ponen tristes.
En los últimos años, mediante redes sociales o literatura, han surgido testimonios realistas acerca de las partes más complicadas de la maternidad. Una manera de evitar la romantización de la maternidad, es informándonos cada vez más sobre este tipo de testimonios.
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