Demasiadas canciones, películas y obras de arte han sido creadas en nombre del amor, y todas nos devoramos esas historias. A lo mejor es tratando de encontrar explicaciones o es posible que tratemos de no sentirnos solas en momentos de locura y ensoñación. Pero, ¿has pensado qué le pasa a tu cerebro cuando te enamoras?
Un crush te puede orillar a hacer cosas de las que nunca te creíste capaz de hacer, te sientes en un frenesí constante y no entiendes por qué actúas de esa forma. Lo que pasa en nuestros cerebros cuando se trata de un enamoramiento es complejo.
La ciencia detrás del amor: ¿qué le pasa a tu cerebro cuando te enamoras?
Definitivamente el amor no nace en el corazón, aunque suena bien en baladas, lo cierto es que el enamoramiento se produce en el cerebro. Este sentimiento se construye a través de varios factores, tales como la atracción física, romance y afección.
Entre las regiones que se involucran durante este proceso se encuentra el hipotálamo, el cual está conectado a las necesidades básicas y deseos como el hambre y sed, controla procesos como la temperatura corporal, presión sanguínea, el ciclo del sueño y el deseo sexual, lo último lo realiza a través de hormonas. Los momentos de mayor pasión e intensidad duran unos cuantos meses, mientras el hipotálamo es estimulado, de acuerdo con información de la Escuela de Medicina de Harvard.
Si hablamos específicamente sobre la atracción y el romance, el área tegmental ventral (ATV) y el núcleo accumbens son fundamentales por su función en la recompensa y motivación. La famosa dopamina (neurotransmisor asociado con la felicidad) se produce gracias a las áreas mencionadas, por esto es que en la etapa temprana del enamoramiento te puedes sentir volando por las nubes e incluso te puede generar una adicción, por ejemplo, no dejar de pensar en esa persona especial y desear estar con ella el mayor tiempo posible.
Cuando sientas ansiedad por no recibir ese mensaje o cuando por las noches no concilies el sueño pensando en esa persona tan especial, puedes culpar a la serotonina (neurotransmisor), pues la ansiedad y obsesión se relacionan con la baja producción de ella.
Enamorarse se siente como una caída libre, con emociones muy fuertes que hacen que los momentos felices se conviertan en euforia y los momentos más tristes produzcan crisis. De igual forma, tus prioridades suelen cambiar principalmente en la etapa temprana de la relación.
Los cambios que sufre nuestro cerebro no se manifiestan únicamente cuando el amor romántico está presente, los efectos pueden durar por más tiempo, así lo expresa la plataforma Verywell Mind. Dicho sentimiento promueve la formación de vínculos más fuertes, preparándonos para futuras relaciones con otras personas. El funcionamiento cognitivo mejora, el amor ha sido asociado con la mejora de ciertas capacidades como la memoria, además de permitir regular el estrés eficientemente gracias a la resiliencia aprendida durante las relaciones románticas.
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