¿Qué son los pensamientos improductivos y por qué debes combatirlos?

Todas hemos sido víctimas del estrés y de querer mantener todo bajo control a como dé lugar, pero al mismo tiempo teniendo pensamientos improductivos en nuestra mente.
NOSOTRAS te guiamos para que conozcas más sobre este tipo de ideas que dan vueltas en nuestra cabeza y que puedas combatirlas con la práctica.

¿Qué son los pensamientos improductivos?

De acuerdo con el portal oficial de Laura Noel, coach certificada por la International Coaching Federation los pensamientos improductivos básicamente son una forma habitual de pensar que no produce ningún tipo de beneficio, resultado negativo o positivo; sin embargo, desvían tu mentalidad del alcance de objetivos y empoderamiento. De esta manera se afecta tu productividad, sentimientos de logro, autoestima y, a largo plazo, puede haber repercusiones en tu salud mental.

Existen pensamientos improductivos que nos generan un ciclo y desarrollamos patrones de comportamiento (sin ser conscientes de ello), influenciando mucho en cómo nos sentimos.

Es posible que el curso de pensamientos improductivos también lo conozcas como sobrepensar. A veces imaginar escenarios catastróficos o seguir analizando la misma idea una y otra vez, son ejemplos de pensamientos improductivos.

¿Cómo saber si estás teniendo pensamientos improductivos?

Laura Noel expone tres hábitos clave para identificar si has tenido ese tipo de pensamiento, nosotras te los presentamos.

1. Pereza mental

La inactividad mental es un hábito que nos crea este tipo de pensamientos; es decir, no se encuentran soluciones, simplemente se dejan las cosas pasar en “modo automático”.

Una posible solución es replantear tu día desde la mañana, pregúntate: “¿cómo voy a afrontar los obstáculos y qué actitud tendré a lo largo de mi día?”.

2. ‘No puedo’

¿Has pensado que “no puedes” hacer algo y eso te limita de intentarlo? Si la respuesta es sí, estás quitando la productividad y la oportunidad de que algo bueno pueda pasar. Podrías eliminar esa palabra de tu vocabulario y pensar en que todo lo puedes lograr, verás cómo las cosas comienzan a verse con claridad, y optarás por posibles soluciones.

3. Objetivos básicos

Los horarios fijos, las prioridades, y los objetivos son herramientas básicas para un plan, pero cuando no los tenemos nuestro cerebro divaga en respuestas, dando entrada a pensamientos improductivos.

Puedes llevar una bitácora diaria, planifica tu día con cosas básicas (horarios de comida, llegar temprano a tu escuela o trabajo, responder correos pendientes, etc.). No olvides celebrar tus pequeños logros.

Foto: Unsplash. No Revisions

La autora Melody Wilding, para la plataforma Well+Good, ofrece otros ejemplos de pensamientos improductivos.

  • “Todo o nada”. Es cuando te bloqueas y ves una situación en absolutos. Por ejemplo, tener un error y pensar que “fracasas en todo lo que haces”.
  • Descalificar lo positivo. Esto lo viven, por ejemplo, las personas que tienen problemas para recibir cumplidos porque siempre encuentran una justificación para minimizar sus logros.
  • Razonamiento emocional. Consiste en sentir algo y pensar que eso es una respuesta absoluta. Por ejemplo, pensar que si en algún momento te sientes incómoda dentro de un grupo, inmediatamente todos te perciben así.
  • “Debería”. De acuerdo con la autora, son pensamientos improductivos aquellos que se concentran en lo que “deberías ya haber logrado” o “deberías hacer” pero son expectativas irreales.

¿Qué pasa si no eres capaz de cambiar un pensamiento improductivo?

Las respuestas correctas e incorrectas no existen, las acciones que tenemos influyen en el contexto que se nos presente. No pasa nada si en un principio un pensamiento no puedes cambiarlo: aprender de los errores y tener pensamientos flexibles es una gran forma de aprender.

Foto: Freepik

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