El cáncer de mama es una enfermedad en la cual las células de la mama se multiplican sin control, explican los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos. En México, esta enfermedad representa una de las principales causas de muerte en mujeres; en 2019, por cada 100 mil mujeres de 20 años o más, se reportaron 35.24 casos nuevos de cáncer de mama.
A nivel nacional, la tasa de mortalidad por cáncer de mama es de 17.19 defunciones por cada 100 mil mujeres, según la página oficial del Gobierno de México.
¿Qué factores influyen para desarrollarlo?
Existen varios factores relacionados por la ciencia, pero la investigación continúa evolucionando. Según un artículo del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, algunos de los factores de riesgo para que se desarrolle el cáncer de mama son los siguientes.
- Antecedentes personales de cáncer de mama o enfermedad mamaria benigna (no cancerosa).
- Riesgo hereditario de cáncer de mama.
- Tejido mamario denso.
- Antecedentes reproductivos que resultan en una mayor exposición a los estrógenos.
- Tomar terapia hormonal para los síntomas de la menopausia.
- Radioterapia en el seno o el tórax.
- Obesidad.
- Consumo de alcohol.
La Organización Panamericana de la Salud explica que el cáncer de mama es probablemente causado por una combinación de factores hormonales (fisiológicos y terapéuticos), genéticos y fisiológicos no hormonales (como la edad), además de factores del estilo de vida y el medio ambiente.
¿Se puede reducir el riesgo de cáncer de mama?
Un artículo de la Clínica Mayo dice que, si bien hay factores de riesgo que no puedes cambiar, como la genética, existen investigaciones que muestran que los cambios en el estilo de vida pueden disminuir el riesgo de cáncer mamario.
Estas son algunas cosas que pueden reducir el riesgo de tener cáncer de mama en un futuro, de acuerdo con la Clínica Mayo, la Organización Panamericana de la Salud y el Servicio Nacional de Salud de Reino Unido.
1. Limitar consumo de alcohol
Cuánto más alcohol se consume, mayor puede ser el riesgo de desarrollar cáncer mamario. La recomendación general, según investigaciones sobre el efecto del alcohol en el riesgo de cáncer mamario, es limitarse a no más de una bebida al día, ya que incluso las cantidades pequeñas aumentan el riesgo.
2. Mantener un peso saludable
Reducir la cantidad de calorías que se consumen a diario y aumentar lentamente la cantidad de actividad física. Pregúntale a tu médico acerca de las estrategias saludables para lograrlo, no es recomendable iniciar una dieta por ti misma sin asesoría de un profesional.
El Servicio Nacional de Salud de Reino Unido revela que el ejercicio regular y una dieta sana y equilibrada, puede ayudar a prevenir muchas afecciones de salud, incluidas las enfermedades cardíacas, la diabetes y muchas formas de cáncer.
Los estudios han analizado el vínculo entre el cáncer de mama y la dieta que cada persona sigue; aunque no hay conclusiones definitivas, existen beneficios para las mujeres que mantienen un peso saludable, hacen ejercicio regularmente, tienen un bajo consumo de grasas saturadas y no consumen alcohol.
Si estás pasando por la menopausia, es muy importante mantenerte en tu peso. Esto se debe a que el sobrepeso hace que tu cuerpo produzca más estrógeno, lo que puede aumentar el riesgo en algunos tipos de cáncer de mama.
3. Hacer ejercicio
Se ha sugerido que el ejercicio regular puede reducir el riesgo de desarrollar cáncer de mama en casi un tercio.
La mayoría de los adultos debería apuntar a lograr unos 150 minutos a la semana de actividad aeróbica moderada o 75 minutos semanales de actividad más vigorosa, además de entrenamiento relacionado con la fuerza al menos dos veces por semana.
4. Amamantar
Todavía no se sabe de manera definitiva por qué, dice el Servicio Nacional de Salud de Reino Unido, pero podría deberse a que las mujeres no ovulan con tanta regularidad mientras amamantan y los niveles de estrógeno se mantienen estables.
¿Qué más puedo hacer para prevenir?
Una vez al mes realiza una autoexploración y, si notas algo fuera de lo normal, no dudes en reservar una consulta con tu médico. Asimismo, pregúntale al médico cuándo deberías comenzar a hacerte mastografías y otros exámenes de detección según tus antecedentes personales.