Todavía no cumple una década escribiendo libros de manera profesional, pero Alice Kellen ya tiene más de 15 novelas publicadas en diversos países, y una legión de fans ávidos por leer sus historias. Muy poca gente sabe el verdadero nombre de esta autora española, pero en realidad eso no es necesario para encontrarte entre los personajes de sus libros, perderte en sus páginas ni sentir que, a veces, te escribe directamente a ti.
Ella se dedica al género conocido popularmente como ‘young adult’, aunque sus personajes no se limitan a una sola edad y las emociones que transmite podrían identificarse como “universales”.
Entrevista con Alice Kellen
Tuvimos la oportunidad de platicar con Alice Kellen durante su visita a la Ciudad de México para promocionar el libro “La teoría de los archipiélagos”.
De una manera conmovedora y profundamente nostálgica, este libro cuenta la historia de dos personajes cuyo amor se quedó encapsulado en un momento específico de sus vidas, varias décadas atrás. De manera simultánea te presenta dos líneas del tiempo distintas, por medio de las cuales reflexiona sobre temas como la madurez, las segundas oportunidades y cómo, pase lo que pase, habrá rasgos en nosotras que nunca cambiarán.
Esto es lo que nos dijo sobre su obra, su profesión y su visita a México.
A veces los artistas usan pseudónimos para crear un personaje, con cualidades que no necesariamente son las mismas que ellos tienes. ¿Es tu caso o quién es realmente Alice Kellen?
Yo creo que empezó así, ahora ya no sé si es exactamente así. Es verdad que en el momento en que decidí subir la novela a Amazon no quería que me leyera la gente que me conocía, me daba mucha inseguridad. Quería separar un poco mi vida de esa faceta de escribir y en cierto modo fue una manera de protegerme, es un poco como que te desdoblas, eres lo mismo pero como que marcas un poco la distancia.
En ese momento yo la pasaba fatal con el tema de firmas, me costó muchísimo, era como muy introvertida, así que el pseudónimo fue un poco como esa coraza.
Pero claro, con el paso de los años todo creció mucho, y al final pues como que te van sacando de tu zona de confort. Ahora se ha quedado y tampoco lo cambiaría.
¿Es tu primera vez en México? ¿Qué te ha parecido? Sé que es una visita exprés
Sí es una visita exprés pero, aunque normalmente cuando voy a algún sitio nunca veo nada porque nunca nos da tiempo, esta vez llegamos muy temprano, a las 4 de la mañana, y dijimos ‘si nos quedamos en la habitación vamos a morir, tenemos que aguantar despiertas’; nos fuimos a ver Teotihuacán y luego dimos una vuelta, salimos a cenar y probamos la comida, yo tenía ahí muchísima intriga.
Este ha sido probablemente el viaje en el que más he intentado buscar huecos para ver, porque al final es toda la experiencia, conocer a todas las lectoras de aquí, las firmas, sentir que has visto algo y tener ese recuerdo. Se te queda más grabado, hay veces que estás en una ciudad tan exprés que no sabes ni en qué sitio estás.
¿Cuánto tiempo tomó el proceso de creación para “La teoría de los archipiélagos”? Estamos hablando de un libro con un alto nivel de profundidad.
Antes de este libro estaba bloqueada y sí que llevaba meses que estaba como con un proyecto y no avanzaba. Con este libro me dejé llevar, o sea, fue como un pequeño regalo, es como muy cortito y lo hice un poco para mí, no sabía si se iba a publicar ni cuándo. Lo tuve en un cajón y salió como un año y medio después, cuando encontramos el hueco dónde encajarlo.
Simplemente me imaginé, pues siempre pienso que cuando ves a las personas mayores, te imaginas que han tenido toda una vida con sus amores, con sus desamores, con sus pérdidas, sus alegrías, ¿no? Y un poco pues es eso. El imaginarme el punto de partida era una persona mayor; ir hacia atrás y descubrir cómo había llegado hasta ahí, qué había sido de su vida, y me dejé llevar muchísimo.
Lo escribí también muy rápido, el primer boceto lo estuve corrigiendo bastante tiempo, pero fue de estos procesos para disfrutar, para ti misma.
¿Qué tanto la creación de tus personajes tiene que ver con gente que realmente conozcas?
No, pero creo que, por ejemplo, yo le pregunté a mi abuela mientras estaba con esta novela ‘¿si pudieses volver atrás, cambiarías algo de tu vida? ¿Has tenido una vida feliz?’. Y bueno, estuvimos hablando un poco de eso. Creo que no es tanto que tú a lo mejor vivas exactamente lo mismo que los personajes o que tengas alguien a tu alrededor, sino que creo que todos tenemos sentimientos e inquietudes comunes, escoger una y profundizar.
Creo que todos nos preguntamos qué hubiese pasado si o esas vidas alternativas, esas elecciones, esas personas que a lo mejor dejamos en el camino porque no era el momento; se me hace difícil pensar que alguien nunca se haya planteado algo así.
En la teoría de los archipiélagos tenemos temas como el amor prohibido, la desigualdad de condiciones, la soledad y el envejecimiento. Pero algo que llama mucho la atención es cómo perdemos el miedo cuando envejecemos. ¿Qué opinas acerca de esto, de que tal vez sea una valentía tardía, pero que es necesaria y finalmente llega?
Qué curioso, nunca habían hecho esta pregunta, pero es verdad. Yo creo que es conforme vamos creciendo, hay una etapa, que pienso que es en la adolescencia, tenemos mucha contención, quieres encajar, mucho miedo, mucho amoldarte. Luego vas creciendo y te llega también una etapa más madura en la que hay cosas que te empiezan a dar igual, en la que uno empieza a decir ‘esto hoy me da igual’, ‘lo que opine la gente no me importa’ y empiezas a desprenderte un poco de a veces como esas sogas que todos llevamos y que nos atan, esas sogas sociales. Del qué dirán, de qué es lo correcto o no es lo correcto. Bueno, esto es muy relativo, ¿no?
Y yo creo que ya cuando llegas a la vejez, ¿qué tienes que perder? O sea, claro, si ahí ya no eres tú mismo entonces ya.
Desde 2013 básicamente no has parado. ¿Tienes historias que estén de alguna manera archivadas, esperando por salir?
Tengo una en el cajón, sí. Bueno, ahora sí que voy más lenta escribiendo porque ya la vida se complica y yo creo que sí vamos a pausar un poco el ritmo de publicación; a lo mejor no puede ser una novela cada año, a lo mejor tiene que ser cada año y medio, porque mi vida ya no es solo escribir como antes, que yo escribía todo el día y no tenía nada más qué hacer a nivel prensa, promo, muchas cosas.
Entonces en esa época escribí mucho y cuando entré en (la editorial) Planeta tenía varias novelas en el cajón, y tengo una todavía que no hemos encontrado, hay que ver cuándo y cómo encajarla; está ambientada en la Segunda Guerra Mundial, son como dos historias, una un poco más contemporánea y la otra ambientada en una historia de amor en esa época.
A mí me gusta, yo le tengo mucho cariño a esa historia, pero bueno, es más adulta; hay veces, que un poco como pasó con ésta, que es un poquito más adulta entonces no es tanto el no poder sacarla sino en sacarla a lo mejor entre dos novelas. Tú vas creciendo como autora y quieres que tus lectores te acompañen, pero entiendo que hay que ir dándoles un poco como escalones, no todo de pronto.
Algo muy presente en tus novelas, es ese esfuerzo por darle una voz propia, una voz real a los personajes femeninos. ¿Qué opinas acerca de los arquetipos que a veces están en la literatura contemporánea, si a veces son necesarios, o si de plano deberíamos romper con ellos?
Yo creo que es interesante y para mí es importante que los personajes femeninos sean reales. No significa que ahora todas las protagonistas femeninas tengan que ser invencibles, significa que tienen que ser reales y que no pasa nada. Yo hay veces que necesito del cariño de mi familia, mi pareja o de mis hijos, o hay veces que estoy triste, hay veces que me siento insegura o que me siento débil; y no pasa nada, eso es real, ¿sabes? Hay otros momentos que me siento que estoy súper arriba.
Yo creo que lo que tiene que ser es que no tengamos esa presión de perfección, de exigencia, y hay que profundizar un poco en todas las maneras en las que una persona se puede sentir. También me gusta profundizar con, imagínate, una protagonista femenina que tiene muchas dudas siempre y muchas inseguridades, pues porque existe.
En un mundo donde el amor romántico ha cambiado tanto, ¿cuál es tu motivación para que el romance sea tan una parte tan importante de tus historias?
Porque ha cambiado, pero todos seguimos enamorándonos y desenamorándonos y eso seguirá siendo así.
El ‘cómo’ es lo que ha cambiado, y yo creo que hay que adaptarse.
Yo creo que está esta idea, de ese amor invencible, para siempre, y que te ponían estos epílogos de los protagonistas 20 años después. Bueno, pues a lo mejor no es necesario, a lo mejor a mí me basta con dos personas que se enamoran, no sé qué será de ellas en el futuro, quizá se quedaron juntas o quizá no, lo que sea. Es como una pequeña ventana a un momento de las vidas de esas dos personas.
¿Qué piensas acerca de la comunidad en internet? ¿Cómo es tu relación con los creadores de contenido de libros?
Yo creo que ha sido muy natural y paulatina, porque al principio tenía menos lectores. De hecho hay algunas, un par, que se convirtieron en amigas lectoras que compartían mis libros y empecé a hablar con ellas.
Obviamente fue creciendo más y ahora es verdad que hay muchísima gente, también ha crecido la comunidad, antes había menos gente que compartía sus lecturas. Yo creo que es como una bola de nieve, porque ves a una persona y dices pues a mí también me apetece compartir mi opinión, los libros que leo, y que te gusta en cierto modo crear como una red con gente a la que le gusta lo mismo que a ti y puedes hablar de esos temas.
A mí me pasaba que de joven a nadie de mi alrededor, a mis amigas por ejemplo, no les gustaba leer; entonces era como algo solo mío, un mundo aparte, y pienso ahora habría sido muy chulo poder compartir esto de la manera que ahora veo que lo comparten muchas chicas.
A mí me gusta mucho, sigo a muchas porque yo también me apunto recomendaciones de libros que ves y te llaman la atención, y me parece que es curioso cómo van cambiando los medios de comunicación, cómo nos llega la información. Se me hace muy llamativo pero muy bonito. También me parece un ambiente, en lo que yo he conocido, muy sano muy de compartir algo que te gusta y crear vínculos a través de eso.
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