Alguna vez hemos escuchado a un amigo o conocido hablar de los nuevos proyectos que tiene en mente y se le sale decir que está involucrado en un nuevo negocio, en donde prometen que le pagarán muy bien y tendrá rentabilidades estupendas, fuera de lo común. En cuestión de minutos ya te está invitando a entrarle también.
Pero, ¡aguas! Es muy normal que en ese tipo de negocios donde te prometen que recibirás una paga enorme, que tendrás coches de lujo y que casi no deberás esforzarte, formen parte de un gran fraude y dejarte con serios problemas financieros.
Entre los fraudes más comunes se encuentran los esquemas piramidales. Muy probablemente has escuchado el nombre, pero, ¿sabes qué es un esquema piramidal o estafa piramidal?
Hoy te platicaremos sobre estas estafas y sus riesgos, para que no caigas en una situación similar.
¿Qué es un esquema piramidal?
De acuerdo con la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF), el esquema piramidal es un mecanismo que promueve que cada persona participante invite a un grupo de al menos dos conocidos a invertir en un negocio determinado y cada uno de ellos a su vez involucre a otras dos personas, así sucesivamente.
Esto, por lo general pierde impulso y termina en un gran fraude en el que se prometen elevados rendimientos a los participantes y al final únicamente los promotores de arriba de la pirámide, es decir, los que inician el negocio, son quienes sí reciben dinero de las personas que participaron después.
En la actualidad es muy fácil caer en este tipo de fraudes, pues suelen promoverse a través de redes sociales, grupos de WhatsApp, publicidad en internet, presentaciones grupales, conferencias telefónicas, videos de YouTube y otros medios.
Estos fraudes financieros han sucedido en todo el mundo, prometiendo ganancias exageradas en dólares, criptomonedas o algún otro activo.
¿Cómo puedes caer en uno?
El sitio web de la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos menciona que los promotores de un esquema piramidal pueden tratar de reclutarte con argumentos en los que destacan las sumas de dinero que ganarás. Es posible que te digan que tu vida puede cambiar; por ejemplo, que podrás dejar tu trabajo e incluso hacerte rica vendiendo los productos de la compañía.
En muchos esquemas piramidales se alienta o exige la compra de determinados productos, de diversos ámbitos. Es posible que te exijan que compres una cierta cantidad de cosas a intervalos regulares, aunque ya tengas una mayor cantidad de las piezas que podrías usar o vender.
Es posible que hasta tengas que comprar productos antes de poder acceder a un pago o a ciertas bonificaciones. También es posible que tengas que pagar reiterados cargos por otros ítems, como sesiones de capacitación o costosos materiales de marketing.
Además, la compañía podría decirte que puedes ganar espléndidas recompensas, como premios, bonificaciones, vacaciones exóticas y autos de lujo.
Sin embargo, resulta que para poder acceder a las recompensas, a menudo tienes que cumplir ciertos requerimientos, capacitación o costosos materiales de marketing.
Con el paso del tiempo, la mayor parte de los distribuidores descubre que, aunque trabajen muy duro, no logran reclutar una cantidad suficiente de personas para ganar dinero. Tampoco pueden cumplir con el nivel de compras de inventario o los pagos necesarios para poder acceder a las recompensas y no pueden ganar suficiente dinero para cubrir sus gastos.
Al final, mucha gente se queda sin dinero, abandona el programa y pierde todo lo que invirtió.
¿Los esquemas piramidales siempre fallan?
Según explica el sitio web oficial de la Fiscal General de Nueva York, los esquemas piramidales están condenados al fracaso porque su éxito depende de la capacidad de captar cada vez más inversores. Dado que solo hay un número limitado de personas en una comunidad determinada, todos los esquemas piramidales finalmente colapsan.
Las únicas personas que ganan dinero son los pocos que están en la cima de la pirámide.
¿Por qué la gente invierte en ellos?
Hay tres categorías básicas de personas que invierten en esquemas piramidales: aquellos que participan por avaricia; aquellos que son engañados al pensar que se están uniendo a un “club de inversión” o un “programa de regalos” y aquellos que creen que los productos o servicios son legítimos, especifica la fiscalía antes citada.
Cuando decimos que hay personas que participan en esquemas piramidales por codicia nos referimos a que saben que son ilegales. Sin embargo, participan con la esperanza de que las estafas duren lo suficiente como para que obtengan ganancias.
Los promotores de las pirámides a menudo se dirigen a grupos muy unidos, como organizaciones religiosas o sociales, equipos deportivos y estudiantes universitarios, para aumentar la presión para que las personas participen.
Le dan a algunos esquemas piramidales nombres atractivos como “clubes de inversión” o “programa de regalos”. Estos clubes o programas suelen ser presentados a estos inversionistas con la seguridad de que son perfectamente legales.
¿Cómo identificar uno?
La Comisión Federal de Comercio estadounidense enlista las siguientes señales de alerta. Si una persona, conocida o no, se acerca a ti con una oportunidad de negocio que cumple con los siguientes puntos, debes sospechar.
- Los promotores hacen promesas extravagantes sobre tus posibles ganancias.
- Los promotores enfatizan que parte importante del mecanismo consiste en reclutar distribuidores nuevos.
- Los promotores juegan con tus emociones o usan tácticas de venta de alta presión. Quizás te digan que, si no actúas ya, te perderás una verdadera oportunidad.
- Te desalentarán para que te tomes el tiempo necesario para estudiar la organización en cuestión o el negocio en particular.
- Muchos esquemas piramidales pueden estar basados en la venta de productos pertenecientes a diferentes ámbitos (podría relacionarse con belleza, alimentación, productos milagro o moda, por ejemplo). Si lo que menos importa al final es el producto en cuestión sino el sistema bajo el cual se comercializa, es una mala señal.
- Los distribuidores compran más productos de los que desean usar o pueden revender, solo para mantenerse activos en la compañía o para cumplir los requisitos para obtener bonificaciones u otras recompensas.
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