La noche del 31 de octubre de 1992, a través de la BBC, en Reino Unido se transmitió el programa Ghostwatch, un especial de televisión. Se trataba de una emisión para Halloween con una broma oculta; sin embargo, sus creadores no esperaban el impacto que tendría y que aterrorizaría a millones de televidentes.
¿Por qué hablar sobre la historia del programa Ghostwatch, que se transmitió tan lejos de México? Bueno, en primer lugar, porque nos encantan los cuentos de fantasmas.
En segundo lugar, esta historia es interesante porque nos hace pensar en una época muy distinta, aunque no muy lejana, en la que un programa de televisión podía impactar a un país entero y hasta engañarlo, cuando todavía no había internet en las casas como para desmentirlo y mucho menos había algo parecido a las redes sociales para comentarlo.
En una década donde parecía que la gente ya no se sorprendía como los radioescuchas víctimas de Orson Welles y “La guerra de los mundos”, resultó que todavía se podían llevar un buen susto.
¿Será posible que esto pasara hoy en día? Checa la historia y danos tu opinión.
Historia del programa Ghostwatch
El programa consistió en un supuesto reportaje en vivo desde una casa aterrorizada por un poltergeist (fenómeno paranormal caracterizado por cosas sin explicación como objetos que se mueven solos y ruidos inexplicables).
Michael Parkinson y Mike Smith, famosos presentadores de la época, presentaron la investigación desde su estudio mientras sus compañeros, Sarah Greene y Craig Charles, transmitían desde la “casa embrujada”.
La casa pertenecía a una mujer llamada Pamela Early y sus dos hijas, las cuales habían sido asustadas por un fantasma al que llamaron “Pipes” (tuberías), nombrado así por el constante sonido que se producía al golpearse las tuberías de agua.
Al principio de la transmisión los cuatro presentadores se mostraron escépticos sobre los hechos que contó la familia. Greene y Charles bromearon mucho y se notaba su incredulidad; mientras en el estudio Parkinson y Smith entrevistaron a varios expertos de lo paranormal quienes daban su opinión profesional.
Michael Parkinson invitaba al público televidente a que llamara en caso de que se presentaran actividades paranormales en sus casas.
Poco a poco subió la intensidad del programa, entre opiniones de expertos y llamadas del público que experimentaba fenómenos paranormales en su hogar. Se llegó a un punto en que la policía y paramédicos tuvieron que llegar a la casa embrujada y se observó como Sarah Greene desaparecía en la oscuridad.
En el estudio, Parkinson parecía ser poseído por el fantasma “Pipes”, mientras se anunciaba que la transmisión había creado involuntariamente una sesión espiritista y los televidentes también habían abierto su casa al poltergeist.
Cómo se hizo el engaño
Este programa fue creado por el guionista Stephen Volk, quien en un principio había hecho un drama espeluznante de seis partes. Sin embargo, la productora Ruth Baumgarten le pidió que lo redujera a una historia de fantasmas de 90 minutos.
Volk decidió desarrollar un falso documental sobre una investigación de fantasmas. Se decidió que los presentadores fueran personajes de la televisión que las personas veían a diario y en los que confiaban para darle más veracidad a la broma.
Michael Parkinson fue el primero en aceptar, después Sarah Greene y su esposo, Mike Smith, que al ver el guión decidió participar.
Los expertos de lo paranormal fueron actores, las llamadas que presentó Parkinson eran falsas y las sombras que se veían en la casa las hizo un actor que fingía ser el fantasma.
El número que dio Parkinson para que los espectadores llamaran daba un mensaje que aseguraba la falsedad del programa.
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La broma tuvo consecuencias serias
Fueron alrededor de 11 millones de televidentes los que presenciaron el programa “Ghostwatch” y muchos creyeron que todo lo que veían por el televisor era real.
La televisora recibió aproximadamente 20 mil llamadas durante y después del programa, casi todas eran de personas asustadas o enojadas; tantas llamadas bloquearon las líneas de teléfono y por eso no escucharon el mensaje de que era falso todo.
Martin Denham fue uno de los jóvenes que en compañía de sus padres y hermano vio el programa la noche de Halloween; él creyó que el fantasma había entrado a su casa y cinco días después de la transmisión se suicidó.
Una revisión judicial por la que lucharon los Denham condujo a una investigación por parte de la Comisión de Normas de Radiodifusión, la cual concluyó que la corporación tenía “el deber de hacer más que simplemente insinuar el engaño que estaba practicando en la audiencia”. La cadena emitió una disculpa por el hecho.
Varios niños quedaron realmente asustados por ver el programa. Algunos le contaron a Volk, tiempo después, que desde esa noche pasaron mucho tiempo durmiendo con la luz encendida o con pesadillas.
Al final la BBC prohibió el programa y no se volvió a pasar en televisión abierta. Fue hasta el 2002 que se sacó un DVD y las personas pudieron volver a apreciar este especial.
El falso documental fue innovador para la época, y fue una especie de pionero de un subgénero de terror muy conocido y apreciado actualmente. Todavía faltaban años para que surgieran películas como “El proyecto de la bruja de Blair” y la franquicia de “Actividad Paranormal”.
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