Saskia Niño de Rivera: ‘las veces que me han amenazado fueron autoridades’

Todos los días, Saskia Niño de Rivera se adentra en los aspectos más oscuros del sistema de justicia de nuestro país. Su trabajo involucra visitar constantemente las cárceles, realizar entrevistas con personas privadas de la libertad que hielan la sangre por su crudeza y alzar la voz por las infancias que se enfrentan a la violencia en México, en todos los sentidos.
El activismo que realiza exige un temple de acero, por eso no nos sorprende del todo el tono neutral y calmado con que se conduce. Cuando nos reunimos con ella en CDMX, encontramos a una persona amable y atenta, pero todo el tiempo enfocada, firme en cada una de sus decisiones y precisa en cada cosa que desea transmitir.
Pero, una vez platicando con ella, Saskia revela a alguien que no teme expresar sus emociones en su espacio seguro, cálida con sus allegados y que habla con gran pasión sobre la labor social que forma parte intrínseca de su vida.
Entrevista con Saskia Niño de Rivera

‘Nunca vi los obstáculos ahí’
A menudo Saskia Niño de Rivera se ha encontrado en el ojo público por las impactantes entrevistas que hace para “Penitencia”, un podcast que explora el origen de la violencia. Víctimas convertidas en victimarios, personas que defienden su inocencia y personas que relatan sus crímenes con una frialdad difícil de asimilar, cuentan su testimonio en esta producción. Aquí se han tocado casos tan mediáticos como Diego Santoy, el llamado “asesino de Cumbres”.
Sin embargo, “Penitencia” es solo uno de los numerosos proyectos que Saskia lidera o en los que colabora. Ella es cofundadora de Reinserta, una organización sin fines de lucro que apoya y protege a infancias y jóvenes víctimas de la violencia en México. A través de esta fundación, un equipo de 70 personas busca mejores condiciones de vida para niños que nacieron privados de la libertad, apoya a infancias sobrevivientes de violencia grave y ayuda a personas privadas de la libertad a seguir las metas que tenían antes de que su vida quedara interrumpida.
El impacto y prestigio de estos proyectos son resultado de una trayectoria profesional que comenzó hace 17 años. Saskia no cree que haya llegado a este ámbito por una semilla que despertara su interés de la nada, sino siempre quiso dedicarse a temas relacionados con la reconstrucción del tejido social.
“Lo que sí es que la primera vez que entré a una cárcel, que fue con una organización que se llama Construyendo, y tuve la oportunidad de conocer la realidad de nuestro sistema penitenciario, entendí que ahí estaba mi pasión. No solo por escuchar a las personas que están cumpliendo condenas sino también por ver cómo funciona el sistema”, explica.
Al principio no sabía de qué manera aportar en este ámbito, fueron sus experiencias con la Policía Federal y en una empresa especializada en la negociación de secuestros, lo que la llevó a su área de trabajo. “Me fui metiendo para conocer más la problemática, conociendo a la gente que trabaja en el sistema, entendiendo bien la problemática, me hizo enamorarme más y entender dónde podíamos sumar”.
La activista reconoce que ser mujer implicó retos y obstáculos adicionales en esta labor, pues el sistema penitenciario y de seguridad en México es un ámbito “de hombres”, en el cual las mujeres han tenido que ganar terreno. Sin embargo, “como que yo nunca vi los obstáculos ahí, de frente, siempre los veía en retrospectiva. Sí puedo reconocer que hay momentos en que se dudó de mí, se pensó diferente de mí o se generaron prejuicios por el hecho de ser mujer”, explica. “Yo tuve la suerte de que el amor y la pasión que encontré en lo que hago, como que me ayudó a no ver esas cosas como obstáculos a vencer sino como retos del pasado”.

Cada caso es un aprendizaje
Para Saskia, sin importar el tiempo que haya pasado y los innumerables casos que ha atestiguado, cada historia con la que se encuentra sigue teniendo el mismo impacto. Reconoce que todos esos casos y realidades que ha tenido que afrontar junto a su equipo es un aprendizaje constante, mayor del que tuvo la escuela. Eso se manifiesta, por ejemplo, en las iniciativas y logros de Reinserta para mejorar las condiciones de las madres en privación de la libertad.
“Entramos y vimos a todos los niños en la cárcel, nos sentamos a escuchar las historias de las mamás en prisión y vimos las condiciones en que estaban los niños, a raíz de ahí. No es algo que aprendí en la escuela o la teoría de la maternidad en prisión. Con nuestros adolescentes reclutados por el narco, cuando empezamos a alzar la voz fue porque lo veíamos en los centros de entrenamiento, escuchábamos estas historias y nos parecía inaudito que existieran esas realidades. Eso es lo que hemos tratado de hacer, llevar a lo legislativo, a la práctica”.
De esta manera, las experiencias que el equipo de trabajo va teniendo que replantear constantemente los objetivos. Se trata de “nunca partir solo desde lo académico, nunca partir desde nada más lo teórico, sino qué está pasando allá afuera. La única manera en que lo podemos saber es a través de las historias de quienes lo viven”.
La activista cuenta que cuando empezó en el sistema penitenciario, el 80% de las mujeres en privación de la libertad vivían en condiciones que describe como deplorables, en penales mixtos y condiciones “terribles” para sus hijos. “Hoy por hoy, 13 años después, el 60% de las mujeres vive en penales exclusivos para mujeres, se garantizan los derechos de las infancias dentro de prisión, se han promovido muchas leyes, muchas políticas públicas. No estoy diciendo que es por el trabajo que hemos hecho en Reinserta, pero seguro que ha abonado”.

Algo que también emociona a Saskia es cómo su trabajo resulta valioso para los estudiantes, brindándoles un acercamiento directo con realidades que no podrían atestiguar solo académicamente. No solo mediante las prácticas profesionales u oportunidades de servicio social con Reinserta, sino en el contenido que se comparte con Penitencia. Este último, ha servido como referencia incluso en dependencias gubernamentales.
“Nunca se me va a olvidar la primera vez que me llegó un mensaje de ‘mira, lo que se usó de referencia’. Fue en la policía de la Ciudad de México, que estaban usando una entrevista mía para entender ciertos factores de riesgo en personas con conductas antisociales”, cuenta con visible emoción.
Lo mismo le ocurre con los mensajes de la gente que conoce su trabajo. “Las reflexiones de quienes me escriben, de ‘por ti replanteé lo que es la justicia porque yo era de las que pensaba que la venganza era justicia’, o ‘por ti he tenido debates en mi familia que tienen que ver con qué es la justicia’. Ese tipo de cosas creo que son lo que me da mucho gusto, que se estén llevando esas conversaciones al final del día”.

‘El gobernador de Puebla me amenazó’
Al preguntarle si alguna vez se ha sentido en riesgo por su labor como activista y comunicadora, Saskia afirma de inmediato y es contundente. “La realidad es que las veces que se me ha amenazado siempre viene de autoridades, nunca he recibido una amenaza de una persona en la cárcel”.
La excepción de la que tiene registro fue vía jurídica, “cuando ‘El Bart’, el sicario de Ciro Gómez Leyva, me demandó por la entrevista que le hice. Sin fundamento, no procedió obviamente la denuncia, pero todas las demás han sido por autoridades”. Su entrevista con Héctor ‘N’ ocurrió en 2024, alcanzando un gran interés mediático y generando controversia en redes sociales.
“La vez que más miedo sí he sentido, sin duda alguna, fue cuando todo el tema del niño Tadeo y el gobernador de Puebla me amenazó”, relata. Este caso, en el cual el cuerpo de un menor de 11 meses fue hallado en una cárcel de Puebla, ocurrió en enero de 2022 y fue dado a conocer inicialmente a través de Reinserta. El entonces gobernador del estado era Miguel Barbosa, quien falleció a finales del mismo año.
“Ya que un gobernador pudiera desde la comodidad de su casa, en una red social, amenazar así cuando él estaba en la falla, cuando él estaba diciendo mentiras, cuando él estaba queriendo silenciar un caso terrible que es de lo peor que ha visto el sistema penitenciario, que nadie hiciera nada… Bueno, con excepción de en ese momento Claudia Sheinbaum y Omar García Harfuch, quienes tengo que reconocer que cuando pasó eso me buscaron y me apoyaron”, explica la activista. “Fue como mucha impotencia plantear qué estábamos haciendo, y si tenía sentido seguir exponiéndome y luchando por la justicia de la manera en que lo estábamos haciendo”.
Saskia reafirma que las amenazas que ha recibido provienen de autoridades. “Hasta te puedo decir que las personas privadas de la libertad son las que me han salvado. Una vez, hace años, empezamos a investigar una red de prostitución que tenían en un penal de mujeres de donde las cruzaban a un penal de hombres para prostituirlas, y eso lo tenían las custodias y los custodios. Entonces la custodia le pidió a una interna que me diera un ‘estate quieto’, y una interna acusada de secuestro fue la que me dijo ‘aguas, que esto está pasando’”.
‘Mi personalidad está definida por lo que hago’
Una de las primeras cosas que pueden llegar a tu mente cuando conoces el trabajo que hace Saskia Niño de Rivera, es cómo le hace para separar toda esa carga emocional a la que se enfrenta, de su vida personal. Desafortunadamente, ella misma reconoce que “no hay manera humana” de separar completamente las cosas cuando te dedicas al sistema de justicia o de olvidar los casos a los que estás expuesta.
En sus palabras, lo que sí resulta posible es hacer las paces entre ambas cosas. Al principio, cuando le preguntaban cómo separaba el trabajo de su vida personal, “decía ‘qué estoy haciendo mal, porque no lo separo’. Pero ahora ya aprendí a vivir con ello, trato de concientizar mucho el trabajo que hago, y acomodar las emociones de lo que me genera para que tampoco influya, pero a veces lo canalizo de otra manera”.
Ese desborde de emociones almacenadas se puede ver de muchas formas. “Por ejemplo, mi hija se burla mucho de mí porque en cualquier película lloro, y yo sé que eso tiene mucho que ver con lo que hago, me dan mucho sentimiento muchas cosas”.
Nos cuenta un ejemplo, de un vuelo reciente que hizo en compañía con sus hijos y esposa. Al abordar, llegó un adulto mayor con una niña de 11 meses a sentarse junto a ellas.
“Lo primero fue que lo vi y me brincó, mi cabeza se va a Júpiter. Le pregunté si necesitaba ayuda, la verdad es que lo hice porque hubo un prejuicio en mi cabeza, y dije ‘voy a ver de qué se trata esto’. Me empezó a contar que su hija y su yerno eran migrantes indocumentados, que necesitaban trabajar y ya no podían cuidar de la niña; entonces él se la iba a llevar a México 6 meses para que ellos pudieran hacer algo de dinero. Bueno, todo el viaje no paré de llorar al pensar en esa niña lejos de su familia. Mi hija y mi esposa me veían como de, ‘o sea sí es triste, pero relájate’”.
La también escritora reflexiona que su personalidad ha sido moldeada a partir de su labor, pues definitivamente no ha mantenido los rasgos que tenía hace dos décadas. También admite que se ha vuelto “más fría” con la experiencia, ha logrado llegar a un punto en que tener un mal día en el trabajo o escuchar un caso muy fuerte no marque su bienestar el resto del día. “Creo que a veces, desafortunadamente, tiene que ver con normalización de lo que hago”.

‘Soy una mamá muy disruptiva’
Hace unos meses Saskia y su esposa, Mariel Duayhe, dieron la bienvenida a su segundo hijo, Piero. Su familia también se conforma por Pía, de siete años. En este momento de su vida, tanto su pareja como ella están convencidas de que la confianza y la comunicación absoluta son claves para su sistema de crianza. En su casa se manejan bajo la consigna de “prohibido prohibir”.
“Creo que soy una mamá muy disruptiva. Sin duda quiero hacer las cosas diferente, tengo una gran relación con mi mamá y amo cómo nos educó mi mamá, pero sí veo un abismo en cómo nos educaron a nosotros y cómo hay que educar a nuestros hijos. También es un mundo y un México muy distinto, ¿no? Yo, por ejemplo, a mi hija le explico absolutamente todo lo que me pregunta, y aunque intento protegerla de información que no necesita, también estoy muy consciente de toda la información de la cual ya tiene acceso, entonces trato desde una edad temprana acompañarla”.
Al cuestionarle sobre sus grandes pasiones, Saskia menciona que le encanta viajar y estar con su esposa. Sobre la relación con Mariel nos contó una plática que tuvieron hace tiempo. “Le dije, ‘tú eres lo más importante en mi vida’, y ella me dice ‘no, esa es tu hija’. Yo le respondí: ‘no, eres tú, porque mis hijos eventualmente se van a ir y van a hacer su vida, pero tú y yo vamos a estar siempre”.
Cuando la vemos convivir con su familia, sin duda cobran sentido sus palabras sobre hacer las paces con su trabajo. En esos momentos su alegría es innegable.
FOTO: Angie Pineda. ASISTENTE DE FOTO: Miguel Ángel Hernández Urzua.
STYLING: Tino Portillo.
MAQUILLAJE Y PEINADO: Alberto Pérez.
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