Branna Weinstock y Natalia Schlesinger son dos amigas que, en medio del caos de la pandemia, crearon desde cero Let’s Surrender, una plataforma de wellness que proporciona herramientas para la comunicación asertiva y el bienestar emocional.
Platicamos con ellas y esto fue lo que nos contaron de Let’s Surrender.
Let’s Surrender, una plataforma que nace del caos
1. ¿Cómo surge Let’s Surrender?
Branna: La historia de Let’s Surrender comienza precisamente en abril de 2020. Estpabamos en pandemia, ni Natalia ni yo teníamos trabajo, no sabíamos cuál era el paso siguiente. Decidimos pasar unos días juntas y siempre surgía la duda de qué pasaría si grabáramos las conversaciones que teníamos. Como que era un deseo oculto de ambas.
Natalia: Yendo un poquito hacia atrás, Branna y yo tenemos una trayectoria de mucho trabajo personal por distintas razones y pensábamos en qué podíamos hacer para poner nuestro granito de arena, para ayudar un poco. En el sentido de que para nosotras ha sido de ayuda saber que alguien más siente cosas similares a las que nosotras sentimos.
Entonces de ahí surge esta parte de querer comunicarnos con los demás de forma proactiva, queríamos descrifrar cómo comunicar que estando en un lugar de vulnerabilidad se puede sentir mayor empatía y conexión. También se dio en un momento donde las redes sociales estaban llenas de información, de un millón de cosas que pasaban durante el inicio de la pandemia, así que el objetivo era crear un lugar donde se pudiera platicar de lo que significa ser humano, porque todos pasamos por diferentes cosas, parte de la naturaleza humana y, básicamente así empezamos.
2. ¿Qué siguió en el plan?
Natalia: Pensábamos mucho si debíamos subir posts, si había que crear un blog; en el camino nos dimos cuenta de que íbamos a tener que entrevistar a alguien. Y nosotras no somos entrevistadoras, no somos comunicadoras, yo soy financiera, Branna es arquitecta, nada que ver. De ahí partimos a que tenemos otra amiga que da pláticas sobre la depresión, le llamamos y la hicimos.
Branna: Es importante mencionar que para ese punto se difundía muchísmo ese mensaje de “hay que ser positivo, hay que ser agradecido”, pegándole un poco al positivismo tóxico, y nosotras buscábamos el decir “se vale que tengas miedo, eso nos hace humanos”.
Nuestra intención no era hacernos virales, no sabíamos que íbamos a querer dedicarnos de lleno a esto, sino simplemente pretendíamos poner un granito de arena, poder llegar a alguien que se sintiera igual de vulnerable. Empezamos con amigos, con personas cercanas, que de pronto nos comenzaron a decir que se sintieron identificados.
3. ¿De dónde viene el nombre de “Let’s Surrender”?
Branna: Hace unos años Natalia se fue a Australia para terminar su carrera y un diciembre me invitó a visitarla y fue un viaje muy especial para las dos. Ahí oímos ‘surrender’, que podría decirse que es “rendirse”, pero el concepto como tal no tiene traducción tal cual, lo fuimos introduciendo en nuestras conversaciones y se dio esta relación maravillosa con el concepto.
No tenemos un significado exacto, porque “rendirse” en español tiene una connotación negativa, y por eso preferimos quedarnos con la palabra en inglés, aunque nuestro contenido sea 99% en español. Luego en Instagram no estaba disponible solo ‘surrender’ para el nombre de usuario, y así llegamos a “let’s surrender”, una combinación que nos hizo todo el sentido del mundo.
4. ¿Recuerdan el momento exacto en el que se dieron cuenta de que el proyecto ya estaba despegando?
Branna: Fue algo rarísimo. Nosotras solo le avisamos a nuestras amigas que habíamos hecho el perfil para que lo siguieran y es todo. Nos aventuramos a hacer un live, teníamos 20 seguidores, no había publicaciones, videos, nada. Luego de esta entrevista llegaron los números, pasamos a 200, 500, 1000, todo en un segundo. La segunda entrevista fue un desastre, hasta la eliminamos, porque no jaló, nos dimos cuenta de que no era lo que estábamos buscando, por momentos no sabíamos que estábamos haciendo, todo se fue dando.
Tratamos que no fueran solo personas reconocidas quienes participaban en las dinámicas, más bien que hubiera cabida para todos, porque un testimonio no solo es valioso cuando se es alguien reconocido.
Luego la gente se empezaba a postular por su propia cuenta, se fue volviendo un espacio de y para todos, el que llegara alguien y dijera “yo también tengo una historia que contar”.
5. ¿Cuáles fueron sus primeros pensamientos ante el despegue de “Let’s Surrender”?
Branna: En mi caso, soy muy perfeccionista, entonces al ver que estaba generándose una respuesta más grande a la que en un principio imaginamos, me conmovió muchísimo, me emocionaba, fue como un motor para seguir dedicándole a esto.
Igual sentí que llegó a mí responsabilidad, sobre todo porque al final del día solo soy humana, alguien que ha hecho mucho trabajo personal, pero si me están oyendo tantas personas adquiero cierta responsabilidad sobre las preguntas que hago, las cosas que digo. Al final, el miedo me hizo tratar de ser mejor cada vez.
Natalia: Creo que para mí, más o menos alrededor de ese tiempo, había logrado, por primera vez, entender cómo se sentía un espacio seguro en cuanto a mi caminar personal y mis procesos de recuperación. El entender que ahora yo tenía esta capacidad de brindar seguridad fue profundamente emocionante, porque por años no pude darle a los demás ni a mí ese espacio seguro. Me dí cuenta de que, sí, a través de la empatía se puede estar seguras.
Y sí, da miedo decir que estamos creando un espacio donde alguien quiere hablar de temas que a lo mejor no se quieren escuchar, o que pueden ser controversiales. Tuvimos que aprender a cuidar esa parte de la responsabilidad, el decir “si yo estoy pretendiendo que esto sea un espacio seguro donde la gente pueda expresarse libremente, ¿cómo puedo yo, junto con Branna, modelar un método sin ofender ni lastimar a nadie?
6. Si pudieran describir a su proyecto con seis palabras, ¿cuáles serían?
Branna y Natalia: Vulnerabilidad, crudeza, empoderamiento, liberación, amor y empatía.
7. ¿Qué sigue para “Let’s Surrender” y su transformación?
Natalia: Las entrevistas ya no son lo único que hacemos. El año pasado pasamos una etapa de decir “pues si estamos hablando de mil maneras para sanar, necesitamos implementar esto” y empezamos a crear experiencias de un día, workshops, talleres. Ahí la gente puede conectar con cosas que les llamen, hemos tenido prácticas meditativas, de alimentación, de respiración; talleres educativos, buscando siempre crecer. No te puedo decir exactamente hacia donde vamos, porque Branna y yo somos mucho de “prueba y error”, así que ahorita estamos buscando explorar cómo conectar con otro tipo de público, para poder seguir con esta comunidad de personas que hemos logrado construir.
8. ¿De qué manera se puede participar en sus dinámicas?
Branna: Mandar un DM a @lets.surrender. Ahí te vamos a pedir tu teléfono para que podamos platicar un poco, cero formal, lo único que deben respondernos es cuál es el mensaje que quieren transmitir. No se necesita que tengan la historia más extravagante del planeta, todo importa, hasta aquello que pueda parecer mínimo, puede impactar al público.
Mientras sea desde un lugar auténtico, vulnerable, honesto y quieran compartirlo, el espacio está abierto.
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