¡Eleva tus espacios con un toque de art déco! También conocido como estilo moderno, se originó en la década de los 20 y, desde entonces, su estética se ha convertido en una opción elegante para la decoración de los hogares.
Se caracteriza por formas y figuras geométricas, patrones abstractos y audaces, con una paleta de colores muy variada y colorida. Si bien la corriente data de un siglo atrás, y a lo mejor pueda sonar un poco complicado de recrear, aquí te decimos todo lo que hay que saber sobre él y cómo incorporarlo poco a poco dentro de tu espacio.
Qué es la decoración art decó y cómo adoptarla poco a poco
La Enciclopedia Británica informa que el art déco (abreviatura de ‘Arts Décoratifs’) fue desarrollado en París a principios del siglo XX como un movimiento artístico. Más tarde, durante 1920 y 1930, fue cultivado en Estados Unidos como un estilo importante y característico de la época.
Su nombre se deriva de la Exposición Internacional de Artes Decorativas e Industrias Modernas, celebrada en París en 1925, donde se exhibió por primera vez el estilo. Su finalidad era transmitir opulencia y sofisticación a través de líneas fuertes, rectas y estilizadas, formas geométricas atrevidas, colores vibrantes y superficies metálicas que reflejaban la modernidad y la industria.
El estilo influyó notablemente en todas las bellas artes, específicamente en la pintura y la arquitectura en un periodo entre las dos guerras mundiales. Además de que guió la estética de nuevas corrientes artísticas y revolucionarias.
En la actualidad, además de estar presente en el arte y arquitectura de su época, todavía se emplea por muchas personas en el interiorismo.
Cómo adoptarlo poco a poco
Si deseas incorporar este estilo en la decoración de tu hogar, aquí te presentamos algunas de sus características, según el portal Homes and Gardens.
1. Geometría
Los diseños lineales y geométricos con patrones repetitivos son un factor clave en el estilo. Elige figuras con trapecios, triángulos, zigzags y en forma de chevrón, diseñadas con precisión. Puedes colocar cuadros en tu pared con figuras geométricas u optar por papel tapiz que transmita dinamismo y un toque distintivo.
Si no buscas algo tan notorio, grande o costoso, puedes incorporar patrones geométricos en las cortinas, accesorios de mesa, sillas o espejos.
2. Simetría
En contraste con el art nouveau, que buscaba la libertad creativa sin patrones ni reglas, el art déco defiende la perfecta simetría como concepto esencial. La simetría aporta sofisticación y elegancia a tu hogar. Búscala en tus paredes, muebles y cuadros. Recuerda no sobrecargar tus espacios.
3. Colores fuertes
Escoge tonos intensos, como el azul cobalto, esmeralda, púrpura o rojo intenso. Si no te gustan, puedes elegir tonos grises y negros (recomendados en el suelo) para crear un ambiente elegante. Utiliza colores en paredes, muebles y accesorios. Asegúrate de equilibrar tonos llamativos con los neutros.
4. Materiales y texturas
Incorpora texturas y tejidos a tus muebles como el cuero o terciopelo. Añade, si es posible, accesorios en tus paredes con acabados como el mármol, cristal o metales dorados (no es necesario usar materiales costosos, puedes elegir unos que se le parezcan y que sean más baratos).
A pesar de que las primeras obras del art déco eran muy costosas y elegantes, tu espacio no tiene que ser sumamente costoso para lucir sofisticado.
A su vez, el tono dorado es excelente complemento para la paleta de tonos del art déco, por eso impleméntalo en lámparas de techo, espejos y esculturas.
5. Accesorios
Considera añadir elementos que destaquen como esculturas, pinturas, jarrones, relojes antiguos, etc.
Finalmente, un art déco mal combinado puede resultar abrumador y perder su elegancia. Trata de ver cuál característica te gusta más e incorpórala de poco a poco; lo más importante es hallar un equilibrio y armonía.
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