Falta apenas un par de meses para los Juegos Olímpicos de París 2024, por lo que la clavadista Gaby Agúndez está entrenando al máximo y con precisión absoluta. Será la segunda vez que ella participe en el evento deportivo más importante del mundo.
El camino ha estado lleno de retos, que incluso van más allá de lo deportivo. Ella es una de las atletas mexicanas que ha lidiado con la falta de apoyo por parte de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade); apenas hace un mes, mediante un amparo, recuperó la beca deportiva que otorga esta dependencia.
Junto con su compañera Alejandra Orozco, Gaby Agúndez fue medallista olímpica en Tokio 2020, en la plataforma de 10 metros sincronizados femenil; obtuvo el cuarto lugar olímpico individual. Fue doble medallista de oro en los Juegos Panamericanos de Santiago 2023 y en México se le considera la reina de la plataforma de 10 metros en individual.
“Voy a dejarlo todo en esa competencia, en esa plataforma”, dijo Gaby Agúndez durante una entrevista con NOSOTRAS. Ella confía en los triunfos que los atletas mexicanos obtendrán y que demostrarán que “como los mexicanos nos caracterizamos a nivel internacional, que se vea que somos aguerridos, que no nos dejamos y que lo damos todo”.
Entrevista con Gaby Agúndez, clavadista olímpica
¿Cuántos años llevas como clavadista y cómo supiste que querías dedicarte profesionalmente a esto?
Empecé muy pequeña en el deporte, desde muy chica siempre practiqué alguna actividad. A los 4 años entrenaba gimnasia, luego a los 7 años fue cuando ya decidí practicar este deporte de los clavados.
Luego, después de ver los Juegos Olímpicos del 2008 fue cuando nació más que nada este sueño de querer llegar a unos Juegos Olímpicos. Es donde pienso yo que realmente inició bien esta trayectoria. Porque estaba muy pequeña pero yo ya sabía que quería estar en unos Juegos Olímpicos y empecé a trabajar a conciencia para poder lograr mi objetivo.
Pasé por todas las competencias: olimpiadas nacionales, panamericanos juveniles, mundiales juveniles, participé en los Juegos Olímpicos de la Juventud de 2018, en Buenos Aires. Creo que esa competencia fue muy importante porque de alguna manera te prepara para lo que son unos Juegos Olímpicos de mayores.
He estado en mundiales, hoy en día soy medallista mundial, soy campeona panamericana en plataforma de 10 metros individual y en sincronizados con Ale Orozco, prueba en la que logré ser medallista olímpica en Tokio 2020.
La verdad es que ha sido un camino bastante largo lleno de competencias, de aprendizajes, de experiencias buenas y a veces no tan buenas, pero creo que todo me ha dejado algo que me ha funcionado para las siguientes ocasiones. De todo he sacado algún aprendizaje y hoy en día estoy clasificada para mis segundos Juegos Olímpicos.
Me siento muy contenta, muy feliz de saber que voy a estar participando en París 2024, pero si me pongo a recordar un poco de cómo ha sido toda mi trayectoria deportiva pues más o menos ese sería el resumen.
¿Cuál fue tu reacción tras haber clasificado a París 2024, y la de tus seres queridos? ¿Cómo cambió con respecto a la primera vez?
Mi reacción al ver mi nombre ya en la lista para París 2024 fue una sonrisa, mi cara llena de alegría, emoción. Me sentí muy orgullosa porque tal vez es fácil decir ‘ah, clasifiqué a mis segundos Juegos Olímpicos’, pero en sí ha habido mucho de por medio, he logrado superar varias situaciones que se han presentado en el camino desde que fueron mis primeros Juegos.
Pasé por cirugía de rodilla, una cirugía del tobillo también, situaciones externas también con esto de que se nos presentó la falta de apoyo en este ciclo olímpico. Y aun así logré ir a cada una de mis competencias, logré competir como si no hubiera problemas alrededor, me enfoqué en mis entrenamientos, me enfoqué en lo que estaba en mis manos por hacer y logré clasificar a mis segundos Juegos Olímpicos.
Entonces es por ello que me sentí muy orgullosa, estoy muy feliz y todos a mi alrededor, todas las personas que me apoyan, mi familia, entrenador, todo el equipo multidisciplinario y todas las personas que siempre están apoyándome y deseándome lo mejor, también creo que comparten este sentir conmigo.
En los Juegos anteriores fue la pandemia. Aparte de la fecha, cambió todo…
Sí, para Tokio se cruzó la pandemia, fueron unos Juegos Olímpicos atípicos, sin público, sin esta emoción. Era puro villa-alberca-villa y las gradas en todo momento vacías.
Ahora voy a ir a París pero creo que los voy a vivir totalmente diferentes, van a ser una experiencia totalmente diferente porque ya me va a tocar la inauguración con público, las competencias también con público. Mis papás también van a ir a verme competir, entonces eso es una motivación extra para mí.
Falta muy poquito aunque no lo parezca. ¿Cómo lo vives actualmente? ¿Cómo es un día para ti?
Ahorita la preparación está a tope, estamos entrenando todo el día. Mi entrenador, Iván Bautista, tiene perfectamente planificada la preparación de aquí al día que voy a competir.
Mi día a día es levantarme temprano, desayuno, a las 8:30 am me voy de mi departamento a mi lugar de entrenamiento porque entreno de 9:00 am a 1:00 o 1:30 pm. Como, paso a terapia, a fortalecimiento, descanso un ratito y vuelvo a entrenar a las 4:00 pm, es entrenamiento de 4:00 a 7:30 u 8:00 pm, dependiendo del día y el tipo de entrenamiento. Luego regresar, cenar, alistar algunas cosas e irme a descansar.
Ahora sí que, previo a Juegos Olímpicos, ya estando a tan poquitos días, literalmente es estar todo el día en la alberca y, cuando no estoy en la alberca, o estoy comiendo o estoy descansando.
Se dice que solamente es previo a Juegos Olímpicos pero creo que en general mi preparación y todo mi ciclo olímpico es más o menos así, no solamente me preparo dos meses sino todo el ciclo olímpico. Esos años de preparación se basan en que el día a día sea de esa manera para poder sacar el mejor rendimiento.
¿Cómo te preparas mentalmente para las competencias? ¿Qué te dices en los días antes de competir?
En mi preparación mental para llegar a una competencia trabajo con un psicólogo, ya es una técnica que vengo manejando desde un tiempo para acá, es algo que me ha ayudado y con lo que me siento bien.
Días previos de mi competencia me digo a mí misma que he hecho bien el proceso, que me he preparado de la mejor manera, que mi entrenador, mi equipo multidisciplinario, mi compañera y yo hemos hecho un buen trabajo y que estamos bien preparados para competir. Es algo que me ayuda a estar tranquila y a confiar en lo que ya trabajé.
Se habla mucho actualmente del llamado síndrome del impostor. Como atletas, ¿llegan a vivirlo? ¿Llegan a tener ese problema de preguntarse ‘de verdad lo estoy haciendo bien?’, ‘de verdad me merezco esto’?
Sí, claro, yo pienso que esa pregunta siempre llega, en algún momento. Tal vez tres meses antes de la competencia o un mes antes de la competencia, uno se cuestiona a sí mismo y creo que cualquier aspecto en nuestra vida, si tenemos un objetivo y estamos trabajando para cumplirlo, siempre llega ese tipo de preguntas a nuestra mente.
Creo que cuando sucede eso yo lo que hago es voltear a ver las cosas que estoy haciendo bien para que no exista esa duda de si estoy haciendo las cosas bien o no. Creo que eso es lo que a mí me ayuda es decir ‘sí he hecho una buena preparación, en mis manos no ha quedado nada, lo he dejado todo’. Así es como lo sobrellevo.
Atletas o no, todas tenemos altibajos en lo que nos dedicamos. En tu caso, cómo has lidiado con aquellos momentos en que las cosas no salieron como tú esperabas?
Creo que principalmente apoyándome en esas personas con quienes yo tengo confianza y pensando qué le puedo sacar de provecho a esa situación que no salió como yo esperaba, pensando qué me va a dejar de enseñanza esto para la siguiente, poder tomarlo en cuenta y que no se vuelva a repetir.
En el ámbito en el que te desenvuelves, ¿has encontrado sororidad? ¿Cómo ha sido la relación con otras mujeres?
Bastante bien, creo que es apoyarnos las unas a las otras y ver que si ella pudo hacerlo yo también puedo hacerlo. Darnos cuenta de que si yo puedo hacerlo, espero que algún día tú, niña o joven que me estás viendo y que tienes un sueño, puedas motivarte o poder pasarte unos consejos y experiencias de lo que uno vive para que tal vez eso te pueda funcionar.
Creo que así es como se ha estado manejando y es algo muy bonito que las mujeres mexicanas, deportistas, estamos sacando la casta y estamos dando buenos resultados para nuestro país. Creo que es algo increíble.
¿Cómo es el ámbito del clavadismo para las mujeres en México? ¿Consideras que hay una brecha de género?
No, creo que así como hay buenos resultados en la rama varonil, ha habido buenos resultados en la rama femenil. Más bien es un trabajo en equipo. Yo siempre he dicho que a mí me ha tocado estar en un buen equipo.
Hoy en día yo entreno en Guadalajara con Iván Bautista. Se me abrieron las puertas de la mejor manera, mi entrenador me recibió de la mejor manera también, siempre apoyando, creyendo en el potencial que hay en las mujeres de clavados en México.
Si tú pudieras cambiar algo para las generaciones futuras en el deporte en México, ¿qué sería?
Este ciclo olímpico a mí me tocó vivir una situación bastante complicada con la parte de apoyos y es algo que a mí no me gustaría ver que se repita. Porque afortunadamente hubo quienes nos voltearon a ver, se nos apoyó como se pudo, la verdad yo agradezco mucho a todas esas personas que sumaron a mi sueño, que confiaron en mí, que creyeron en mí y que me acompañaron en todo este camino y que hoy en día se logró.
Pero sí hubo un tema con la falta de apoyos, de alguna manera pues es no reconocer el trabajo que uno hace, los logros que uno obtiene.
Entonces yo espero en verdad que futuras generaciones no tengan que pasar por esto, que se cuente con el apoyo suficiente para que puedan viajar a sus competencias, que tengan su beca con respecto a resultados, que tengan la beca que les corresponde. Creo que es algo fundamental para que uno se pueda enfocar al 100% en sus entrenamientos y en su preparación para las competencias.
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