Previo a la coronación de Carlos III, el príncipe Harry y su esposa, Meghan Markle, estaban en una encrucijada de rumores entre confirmar su asistencia, cancelar o incluso ser desinvitados al evento histórico.
El resultado final fue que Harry decidió asistir a la coronación de su padre, el rey Carlos III, sin la compañía de su esposa ni sus hijos.
En las distintas imágenes que se captaron y con testimonios de los asistentes, podemos percatarnos de que el príncipe lucía sonriente.
Harry viajó desde Los Ángeles hasta su país para presenciar la ceremonia del monarca; al llegar se le vió conviviendo con sus primas y sus esposos, con los cuales intercambió un par de bromas y risas.
El hijo menor del rey, a diferencia del resto de la familia más cercana, tomó asiento en la tercera fila de la Abadía de Westminster.
Saludó al clero con amabilidad pero no se reunió con el resto de su familia para siquiera intercambiar palabra. Contrario a eso, decidió retirarse rápidamente una vez acabada la ceremonia y viajó de nuevo a Estados Unidos, pues el mismo 6 de mayo fue el cumpleaños de su hijo Archie.
Una fuente anónima declaró para Vanity Fair que algunos miembros de la familia real no entendía “para qué se molestó en venir”; esto derivado de que Harry no permaneció más de 48 horas en el país y ni siquiera los acompañó a la celebración completa.
Incluso añadió que el rey se encontraba triste de que su hijo no hubiera permanecido allí para compartir ese momento tan importante.
La ausencia de la duquesa de Sussex
Meghan Markle, duquesa de Sussex, decidió no asistir a la coronación y lo avisó con un par de semanas de anticipación.
La duquesa, al igual que el príncipe, arrojó declaraciones que exponían a la familia real, de las cuales se habla dentro del libro “Spare”. Esto le ha costado una mala reputación y rechazo dentro de la monarquía y con sus súbditos.
Además la fecha de la coronación coincidía con la fiesta de cumpleaños número 4 de su hijo Archie.
A lo anterior, también se le atribuye la rápida huída del príncipe Harry de la ceremonia, pues se piensa que este se apresuró por llegar al aeropuerto para volar hacia su casa con su familia y celebrar a su pequeño.
Si bien es cierto que la relación de Harry con su familia está pasando por un periodo de inestabilidad y tensión, el príncipe decidió hacer presencia y aunque se tuvo que retirar pronto, acompañó con buena cara a su padre en su importante coronación.
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