¿Por qué la duración del embarazo varía tanto entre los humanos y otros animales? y ¿por qué el embarazo dura 9 meses en los humanos? A veces, cuando nos ponemos curiosos y no hay mucho qué hacer, surgen preguntas como éstas, ¿no?
En el reino animal existen muchos ejemplos de crías que, aun recién nacidas, pueden caminar, nadar o permanecer sin supervisión directa por un buen rato.
Los bebés humanos, en cambio, nacen sin poder sostenerse por sí solos. ¿Por qué los bebés de nuestra especie no crecen o se desarrollan más en el útero? ¿Por qué no se desarrollan más rápido? O, ¿qué tal si los embarazos durarán más tiempo para cumplir esos propósitos?
Por si alguna vez te has preguntado por qué el embarazo dura 9 meses en los humanos o por qué es tan distinto que con otros animales, aquí te explicamos brevemente algunas razones, de acuerdo con un artículo del sitio web Science ABC.
¿Por qué el embarazo dura 9 meses en los humanos?
Esto ocurre durante un embarazo
Cuanto más grande es el animal, más larga es su gestación, eso es algo que debes saber para empezar. Las ardillas y los ratones están preñados por menos de un mes, mientras que las jirafas y los cachalotes tienen un rango de entre 400 y 500 días.
En los elefantes, los embarazos duran más de 600 días, ¡cerca de año y medio!
La gestación de los seres humanos y la mayoría de los primates, tienen un promedio de aproximadamente 200 días.
También existe una variación considerable en la duración de la gestación dentro de una especie. Los seres humanos varían hasta en cinco semanas, excluyendo los nacimientos prematuros y tardíos.
Esos 200 días son cruciales y el desarrollo en el útero es increíblemente rápido. Una sola célula absorbe los nutrientes del fluido dentro del útero, agregando componentes lentamente: se desarrolla el corazón, los pulmones, la piel, el cabello y metros de intestinos, por ejemplo.
El desarrollo fetal se divide aproximadamente en tres fases: germinal, embrionaria y fetal.
La fase germinal es la más corta, su duración es de solo dos semanas. El grupo de células que conforman el óvulo fertilizado viaja hacia el útero y se implanta en el revestimiento, lo que desencadena una serie de cambios químicos en la progenitora. Las células comienzan a diferenciarse: algunas se volverán parte del corazón, de los huesos o serán neuronas.
La etapa embrionaria comienza en la tercera semana y dura hasta la octava. El sistema nervioso forma la médula espinal durante este tiempo.
La etapa fetal es cuando la mayoría de los órganos y extremidades adquieren su forma final.
¿Es culpa de la pelvis?
La mayoría de los antropólogos y biólogos creen que los bebés no se desarrollan como seres completamente independientes física y mentalmente debido al ancho de la pelvis. Esto parece no tener relación, pero ahora lo explicaremos.
Durante el nacimiento el bebé debe girar hacia abajo, de modo que la cabeza mire hacia el canal de parto. Se trata de un viaje muy ajustado, con la cabeza apenas capaz de atravesarlo.
Lo que nos lleva a preguntarnos, ¿qué tan grande puede ser la cabeza y el cerebro antes de que sea demasiado grande para pasar por la pelvis y el canal del parto?
La cabeza de un bebé, en el momento del nacimiento, mide unos 20 centímetros cúbicos o el 33% del tamaño del cerebro de un adulto. En comparación, un chimpancé recién nacido tiene aproximadamente un 40% del tamaño del cerebro de un chimpancé adulto. Ese 7% puede parecer insignificante, pero puede conducir a una profunda diferencia en las capacidades al nacer.
Para que los bebés humanos nazcan con capacidades similares a las de los chimpancés, la gestación debería durar entre 18 y 21 meses, más del doble de la duración típica de nueve meses.
El tamaño de un recién nacido también tendría que aumentar del promedio actual de nueve centímetros a unos 11 o 12. El ancho de la pelvis tendría que ser unos tres centímetros de variación en el tamaño de la cadera.
Ciertas personas tienen caderas más estrechas y otras las tienen más grandes, pero esta variación tiene muy poco efecto sobre el tamaño del feto.
Sin embargo, varios investigadores piensan que este pequeño tamaño con el que nacemos es un beneficio. Al nacer, el cerebro crece a un ritmo increíble de 1% por día. A medida que el cerebro crece, se puede almacenar más y más información.
El aprendizaje requiere una expansión del tamaño del cerebro a medida que se agregan más neuronas y materia gris. Cuanto más pequeño es el cerebro al nacer, más rápido los bebés humanos pueden aprender y hacer crecer sus cerebros en respuesta a nueva información.
Otra escuela de pensamiento más reciente sugiere que la pelvis tiene muy poco que ver con el grado de desarrollo, el tamaño del cerebro o la cabeza y en última instancia, con la duración del embarazo.
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Capacidad metabólica
Investigaciones recientes sugieren que la duración del embarazo está relacionada con las demandas de energía del feto y la capacidad metabólica de la madre.
De nuevo, aquí la naturaleza hace una compensación: ¿que el feto se mantenga en el útero, dándole mayor oportunidad de sobrevivir por sí mismo pero drenando recursos de la madre, o que salga antes y sea más vulnerable pero se conserva la salud de la madre?
Los humanos no son la única especie con este dilema. Los mamíferos dan a luz cuando los padres son casi metabólicamente incapaces de tolerar al feto y cuando el feto es apenas capaz de sobrevivir. Los humanos llegan a esta intersección a las 40 semanas.
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