Los sueños que tenemos normalmente nos dejan reflexionando el porqué de ellos y el verdadero significado que esconden. Cuando se trata específicamente de pesadillas, hablamos sobre situaciones en las que experimentamos ansiedad, miedo o simplemente generan una respuesta emocional desagradable, y solo estas sensaciones logran despertarnos del sueño profundo.
Las pesadillas no son exclusivamente cosa de niños, los adultos también las tenemos. Pero, ¿qué pasa cuando son frecuentes? Si no te permiten dormir plenamente, es importante que busques su fuente para poder reducirlas y que tu sueño no sea perturbado, aquí te compartimos más información al respecto.
¿Qué son las pesadillas?
Tal como lo explica la Escuela de Medicina de Harvard, se trata de sueños muy realistas que consiguen despertarnos de la fase más profunda del sueño, también conocida como REM (‘rapid eye movement’). Lo anterior sucede cuando el corazón se acelera como consecuencia del miedo y suele ocurrir en las primeras horas de la mañana, es decir, en la etapa en que estamos a punto de despertar, por lo que recordamos aquellas imágenes que más nos consternaron.
Los terrores nocturnos no son iguales a las pesadillas, pues éstos son más “dramáticos” a pesar de que técnicamente no son sueños, en cambio, son reacciones repentinas que se producen durante la transición de una fase de sueño a otra. Los niños son las principales víctimas de estos terrores y, a diferencia de las pesadillas, es difícil recordarlos porque no suceden durante la fase REM.
Qué significa tener pesadillas muy seguido
En realidad depende de cada persona, algunos motivos pueden ser el estrés y la ansiedad con la que vivimos, pero también puede relacionarse con medicamentos o condiciones específicas de salud mental. Otras irregularidades que pueden ocasionar pesadillas son la apnea del sueño (pausa de respiración durante unos segundos) y el síndrome de piernas inquietas (alta necesidad de mover las piernas), tan solo por mencionar ejemplos.
El trastorno de estrés postraumático (PTSD) ha sido estudiado por su fuerte conexión con las pesadillas, quienes padecen este trastorno suelen tener pesadillas que incluyen elementos asociados con el trauma que vivieron, incluso pueden revivir la experiencia traumática en su totalidad o como ‘flashbacks’.
Por otro lado, en el mundo adulto lidiar con situaciones de estrés es muy común, seguramente te has ido a dormir pensando en responsabilidades como trabajo, hacer la despensa y realizar pagos; estas preocupaciones se reflejan en las pesadillas, aunque no siempre de forma literal.
El cerebro utiliza las pesadillas como una forma de liberar tensión y, de acuerdo con Sleep Foundation, alrededor del 2% a 8% de adultos sufren de pesadillas. Las mujeres tienden a experimentarlas con mayor frecuencia, especialmente durante la adolescencia hasta la adultez joven.
Qué puedes hacer
Si las pesadillas están interfiriendo en tu sueño regular, es importante que busques ayuda profesional. Puedes acudir con un especialista en psicología o con tu médico para identificar si hay otros síntomas.
Las pesadillas pueden ser tratadas desde la raíz, por ejemplo, mejorando el manejo de estrés a través de terapia psicológica.
Por otro lado, algunos consejos que da la plataforma WebMD para mejorar tu sueño son:
- Hacer ejercicio de manera regular.
- Seguir una rutina de sueño lo más estricta posible.
- Crear un ambiente tranquilo en tu habitación.
- Evitar ingerir bebidas con cafeína o comidas pesadas antes de acostarte.
- Detener el uso de pantallas al menos una hora antes de acostarte.
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