El labial es un producto esencial en cualquier rutina de maquillaje. Ya sea en rojo intenso o en un tono nude mucho más discreto, da al rostro una vista totalmente diferente. Sin mencionar la capacidad de resaltar las facciones para hacer más armónico el rostro y emitir diversos mensajes dependiendo del tono que se elija, aspectos que en ocasiones ignoramos, lo que nos lleva a cometer errores con el lipstick que reducen su potencia.
¿Cometes alguno? Descúbrelo a continuación.
Cómo saber que estás aplicando mal tu labial
¿Te ha pasado que “de pronto” tus labiales han dejado de funcionar? La mayoría del tiempo esto se debe a que existen errores con el lipstick que suceden antes, durante y después de su aplicación, los cuales podrían ser la causa de que ya no te sean tan útiles.
El más común es la molesta sensación de que tu boca “se cae a pedazos” conforme pasa el día, o en otras palabras, que comienza a descarapelarse, desprendiendo pellejitos y provocando una imagen poco atractiva.
Otro se da cuando de la noche a la mañana el labial que llevamos años usando pierde su eficacia y, como terminarse una barra de lipstick es una tarea lenta, nunca lo relacionamos con la posibilidad de que haya caducado y por eso haya cambiado su consistencia.
La más común se da cuando compramos un labial que en el catálogo se veía de impacto y, al aplicarlo sobre nuestros labios, no luce tan perfecto. Esto también tiene una explicación que conforma la lista de errores que quizá has estado comentiendo con tu bilé y no lo sabías.
Errores con el lipstick que tal vez ignoras
1. No hidratar tus labios correctamente
Así como no olvidas aplicarte crema humectante en el cuerpo, es indispensable que tu boca tenga la misma atención. No olvides usar varias veces al día bálsamo labial, que te ayudará a mantener tus labios suaves y sin desprendimiento de piel. Si consigues una versión que incluya protector solar, mucho mejor.
2. No exfoliar tus labios periódicamente
No basta con cuidar su hidratación si el problema viene de antes. Aquí la única solución posible es exfoliarlos y eliminar así todo rastro de células muertas. Busca la receta (casera o comercial) que más se acople a tu tipo de piel y prueba hacerlo al menos una vez por semana.
3. Usar fórmulas no adecuadas para ti
Los catálogos están pensados para que cada uno de los productos se vean fabulosos y provoquen en las compradoras deseos de tenerlos. Así que no puedes fiarte del todo de las imágenes y reseñas que veas en plataformas de venta, pues nada garantiza que en ti tengan el mismo éxito.
Con base a las características de tus labios, elige fórmulas que se acoplen a ellas. Por ejemplo, si tienes tendencia a que la boca se te reseque o los famosos “labios partidos”, no elijas aquellas presentaciones mate indeleble. Esto debido a que al estar pensadas para durar todo el día, es probable que en tu boca no tengan buen recibimiento.
4. Ignorar la caducidad
Si tienes decenas de labiales apilados en tu cosmetiquera, quizá es momento de que revises con detenimiento su caducidad. De encontrar alguno que ya haya superado por un lapso considerable la fecha, deséchalo. Ya que esa podría ser la razón de que ya no funcione bien en ti.
5. Poco cuidado con su conservación
Al ser un producto que aplicas directamente en tu rostro, es indispensable que tengas los cuidados necesarios en su manejo y conservación.
Estas medidas consideran no dejarlo descubierto después de usarlo, no exponerlo a temperaturas extremas, no prestarlo o utilizar labiales de otras personas y no guardarlo en zonas poco salubres.
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