De entre las muchas técnicas de maquillaje que vemos nacer a diario, el ‘baking makeup‘ se ha mantenido en los trends más populares por años. Ha pasado ya tiempo desde que vimos unas de sus primeras apariciones, logrando posicionarse como una herramienta ideal para presumir de una piel perfecta.
Te contamos qué es el ‘baking makeup‘ y cómo hacer tuyo este trend.
En qué consiste el ‘baking makeup’
Como su nombre lo dice, el ‘baking makeup‘ se traduce en “maquillaje horneado”, haciendo referencia a la apariencia de los bordes, haciendo referencia a que queda con una textura semiperfecta.
Básicamente consiste en aplicar varias capas de producto, esencialmente polvos traslúcidos, con la finalidad de que el rostro y cualquier imperfección que pueda tener, quede perfectamente oculto. Algunas creadoras de contenido lo describen como la textura brillante que hay en piezas de cerámica cuando recién salen del horno, que es precisamente lo que busca lograr el ‘baking makeup‘.
De la mano del contour, el “maquillaje horneado” se concentra en resaltar y disimular zonas específicas. Lo que logra con ayuda de productos de tonos diferentes al de la dermis para poder manipularlos y tener el resultado deseado.
Una de las principales promotoras de ambas técnicas es Kim Kardashian, quien llevó a otro nivel el trend del contorno y lo fusionó con el ‘baking makeup‘. Así, su cara no solo se veía perfectamente delineada, sino que la piel relucía por parecer perfecta.
Pasos para lograr un “maquillaje horneado”
La clave en todo buen ‘baking makeup‘ es que la piel del rostro se vea perfecta sin llegar a parecer acartonada o demasiado falsa. Para esto funcionan los polvos traslúcidos, que generalmente se encuentran en presentaciones sin color o con apenas un poco de él.
Lo primordial es saber qué zonas queremos perfeccionar, para luego encontrar el producto adecuado. Es decir, si lo que buscas es disimular puntos negros, poros abiertos y demás imperfecciones, lo ideal es cubrirlas primero con un poco de base o corrector.
Una vez aplicados y difuminados, es el turno del polvo. No te espantes por su tono blaquecino, ya que si están correctamente distribuidos, apenas serán perceptibles. Incluso, dependiendo de tu tipo de piel, podría ser necesario aplicar más de una capa.
Ahora que si elegiste un polvo con color, procura que sea más claro al de tu tono natural. De ser posible, distinto al del polvo compacto que usas día con día, lo que dará oportunidad a cada producto de hacer lo suyo.
También, basándote en las características propias de tu piel, crea la rutina previa que te haga más fácil la misión de tener una piel como recién salida del horno. Este es uno de los pocos trends de maquilllaje en el que no importan las cantidades ni los excesos, así que todo se tratará de qué tan radiante quieres verte.
Un tip es que todos los productos que utilices para esta rutina deben ser compatibles entre sí, para que no se cree un efecto adverso. Sobre todo el corrector y los polvos, puesto que al estar ubicados en la zona de párpados, existe el riesgo de que si no se difumina bien, al colocar los polvos se cree una capa que opaque y reste armonía al resto de tu maquillaje.
No olvides realizar correctamente tu rutina, primordialmente hidratante si piensas llevar el ‘baking makeup‘ en todo su esplendor o por varias horas.
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