¿Cuántas veces has dejado de hacer algo para complacer a alguien más y no salir de la caja en la que hay que estar?
Desde que nacemos somos parte de un entorno que nos forma, nos cuida, nos enseña. De personas y círculos sociales que nos da identidad, impulsan y vamos creciendo bajo ciertos estándares de este. Estándares de educación, vestimenta, modales, el famoso deber ser.
Durante el cierre de año fiestas, compromisos, recuentos de logros e intentos me he puesto mucho a pensar ¿para quién es todo esto? ¿cumplir para quién? Desde el con quién pasas las fiestas, qué sirves, cómo pones la mesa y las pláticas en cada mesa donde hemos normalizado el opinar el cómo, cuándo y dónde de todo.
Qué estándares son nuestros y cuáles son influenciados por los demás
¿Cuántas veces has dejado de hacer algo para complacer a alguien más y no salir de la caja en la que hay que estar? Yo muchas veces y en esta reflexión me doy cuenta de que justo en los momentos que he decidido saltar de esa caja es cuando más he crecido.
Todos estos estándares nos impulsan a retarnos, a explorar y también nos permiten cuestionarnos sobre qué es lo que queremos hacer, crear y transformar. Por otro lado, nos pueden también “encarcelar” a ser lo que “debemos de ser y hacer”.
Hoy de mi para mí, en esta reflexión me hubiera encantado escuchar la frase “no pasa nada” más veces en momentos de querer salir de ese estándar o expectativa y no frenar lo que mi imaginación soñaba crear o hacer. También, el escuchar esa voz que decía “tú puedes hacerlo diferente, inténtalo”.
Cada uno de nosotros somos valiosos por el hecho de estar en esta tierra, somos únicos, no hay manera de que existamos dos de nosotros, cada experiencia que vivimos nos impacta de manera distinta a unos y a otros, el cuerpo es distintos la conciencia, gustos, y así podemos seguir. Entonces por qué queremos cumplir con los mismos estándares y meternos a todos en la misma caja.
Desde mi punto, por facilidad. Es más fácil como mamá que todos mis hijos quieran la misma clase o que la misma escuela sea para todos. Claro que es práctico y al mismo tiempo no nos damos cuenta de las limitaciones y frustraciones que eso nos genera.
En esta reflexión me percate el cómo al quitar el estándar todo esta maravillosamente acomodado en donde tiene que estar. Me di cuenta que mi camino, así como el tuyo, es maravilloso. No todos nos tenemos que casar a la misma edad, tener las mismas calificaciones, generar dinero de la misma manera. El valor de cada uno de nosotros está en ser nosotros y permitir que nuestra luz crezca en cada espacio al que vamos.
Te invito a observarte y conectar con esa versión tuya de 2 años, qué te gustaba hacer, crear, cómo te gustaba vestirte. Analiza cómo con el tiempo has ido cambiando y si ha sido por ti o por otros, para encajar o porque de verdad te convence. ¿Hay algo que te gustaría hacer diferente para ser tu y brillar? Hoy es el día y la señal para animarte y mostrarte como el valor que realmente eres al mundo.
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