Si lees el título de esta columna seguramente pensarás que vamos a hablar de la película. Pero no me refiero a eso, sino a lo que vimos la pasada edición de la semana de ‘haute couture’. Dicen que de la alta costura se desprenden todas las tendencias del ‘ready to wear’ y que son la antesala de lo que se verá incluso en las marcas de fast fashion.
Dicho lo anterior, prepárense para el circo que verán –literalmente– en meses venideros. Hoy me cuestiono fervientemente qué estamos viviendo para absorber la parafernalia que rodea no solo a los desfiles de moda, sino el subtexto de las colecciones.
Por ejemplo, yo amo a Schiaparelli y admiro profundamente su trayectoria, pero en esta ocasión tengo sentimientos encontrados por su colección que, de cierta manera, me parece que refleja a la perfección la situación por la que atravesamos en la industria, en donde un creativo, una marca y/o un personaje no solo debe entregar una colección de calidad y relevancia, sino que también debe ser mediática y viral para obtener trascendencia.
Esto último me parece que está fuera de contexto restándole mérito a lo que debería ser una excelente colección. A ver, no es que las cabezas de animales replicados de manera magistral y sin lastimar las especies no sean una obras de arte por sí mismas.
No obstante, me parece que la marca estiró un tanto la liga, tomando un tema y metiéndolo en un contexto que sabía que se volvería viral. Si estamos migrando a la sustentabilidad en la industria, esta interpretación se presta fácilmente a la polémica, al desarrollo de un doble discurso, y a dejar en el aire un mensaje para cada observador.
De ahí que muchos opinarán que se apoyaba a la preservación de las especies en peligro de extinción, pero también hizo que otros consideraran a estos animales de taxidermia como una provocación a la caza indiscriminada. La línea de su simbolismo es muy delgada.
Sería ingenuo pensar que no se hizo con miras a volverse viral y si a eso le sumas que The Blondes expuso que un diseño similar había sido creado por dicha marca hace casi una década nos surgen otros pensamientos sobre la propiedad intelectual y la originalidad en la industria por debajo de los nombres de las firmas, y ojo, The Blondes no es una marca cualquiera.
Incluso hoy en la web encontramos miles de memes que llegaron hacia lo mas básico de la comunicación. ¿Dicha virilidad se traduce en ventas?, ¿en fidelidad?, ¿en conquista de nuevos mercados? Genuinamente no sabemos lo que sí sabemos.
¿Entonces moda, circo o todo en todas partes?
Con cariño,
Gina
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