La manipulación en relaciones de pareja representa un tipo de violencia emocional que vulnera la integridad de una persona y lleva a quien la vive a adentrarse en un vínculo donde su individualidad pasa a segundo término, muchas ocasiones para priorizar las necesidades del otro. Recientemente comenzó a hablarse del ‘spider webbing’, una táctica que consiste en “enredar” a alguien para ejercer control en sus decisiones, todo mediante comportamientos disfrazados con otras intenciones.
Esto es todo lo que debes saber sobre el ‘spider webbing’ en relaciones.
Qué es el ‘spider webbing’ en las relaciones
De acuerdo con la definición de Psychology Today, el ‘spider webbing’ (que en español se traduce como “telaraña”) hace referencia a un conjunto de técnicas de manipulación y chantaje emocional en una relación de pareja. El nombre surge de la necesidad de ejemplificar cómo se va “enredando” a la víctima en una red de comportamientos tóxicos y nocivos, con el fin de ejercer cierto poder, crear dependencia emocional o conseguir que la pareja ceda a todo lo que se le pida.
El ‘spider webbing’ combina varios de los comportamientos identificados en vínculos desiguales, como el ‘breadcrumbing’, que es cuando una persona te muestra interés intermitentemente; el ‘ghosting’, término que hace referencia a alguien que desaparece de tu vida de un día a otro; y el ‘love bombing’, dinámica donde una de las partes demuestra interés excesivo los primeros días o después de alguna discusión.
En conjunto, todas estas prácticas envuelven al objetivo en una especie de telaraña de la que se vuelve más complicado salir conforme pasa el tiempo. Entre las afectaciones que genera experimentar episodios de ‘spider webbing’, está el surgimiento de sentimientos de insuficiencia, temor al abandono o miedo a no complacer a la pareja lo necesario.
Señales de que vives una ‘telaraña’ con tu pareja
No necesariamente el ‘spider webbing’ tiene rasgos de todos los comportamientos antes mencionados, ni ejecutarlas al mismo tiempo, sino que depende de quien crea las “telarañas” la intensidad con la que irá “envolviendo” a su víctima. Usualmente se presenta desde las primeras citas, y es un factor que influye considerablemente en el tipo de relación que se formará.
La problemática de estas dinámicas, es que llegan a ser tan sutiles que la otra persona no se percata de que está siendo manipulada, hasta que ocurre algo de mayor gravedad o después de que ya ha pasado un periodo considerable.
Las primeras señales del ‘spider webbing’ son las siguientes.
1. Es demasiado bueno para ser real
Si algo hemos aprendido con el paso del tiempo, es que los cuentos de hadas no existen, mucho menos tratándose de relaciones. Este punto va con la mano del ‘love bombing’, donde en un principio todo parece perfecto, para después ir perdiendo los detalles que te hicieron engancharte.
Así que si piensas que tu prospecto es demasiado bueno para ser cierto, quizá haya algo que no sepas. Esto no quiere decir que debas dudar de cualquiera con buenas intenciones, solo es un recordatorio de que debes estar alerta cuando algo no parece genuino.
2. Dudas constantemente de todo
El Centro de Tratamiento Avanzado Psicológico explica que en el llamado ‘gaslighting’, la parte manipuladora niega o distorsiona los hechos, generalmente a su favor, para atribuirle responsabilidad en actos que no le corresponden o librarse de sus propias actitudes.
Al igual que en el ‘gaslighting’, en el ‘spider webbing’ se trata de un modo de chantaje que hace a la víctima cuestionarse todo, incluyendo cosas que solo ella vio o experimentó, nuevamente, para “envolverla”.
3. Cambia su personalidad
Como cualquier ser humano, es normal que alguien tenga cambios de humor por cuestiones de su ambiente, o modifique ligeramente su personalidad dependiendo del lugar en el que esté. No obstante, esto no las convierte en personas irreconocibles o que parecieran tener múltiples personalidades para cada día de la semana.
Es común que quien practique el ‘spider webbing’ cambie su manera de actuar de un momento a otro, con la intención de proyectar una imagen que complazca en el momento. Conforme pasa el tiempo, van mostrando su personalidad real, dejando expuestos rasgos que no son agradables, lo que siembra en la víctima la duda de si habrá hecho algo para que se diera este cambio, o con la esperanza de que volverá a ser la persona que conoció en primera instancia.
4. Invalida tus experiencias
Cuando estamos conociendo a alguien, es normal intercambiar experiencias y cosas de nuestro pasado que de alguna manera nos hayan marcado. Esto se comparte con la confianza de que la otra persona no usará la información en nuestra contra, algo que sí ocurre en el ‘spider webbing’.
Puede comenzar con comentarios simples en referencia a lo que se dijo en complicidad, para después evolucionar a culpar a la otra persona de que los problemas en el vínculo son resultado de “traumas” o “miedos”, cuando en realidad es otra forma de excusarse.
Aunque la comunicación es clave en cualquier relación, hay ocasiones en las que hablar las cosas no garantiza una solución, especialmente cuando la parte que ejerce ‘spider webbing’ es consciente de lo que hace y no tiene intención de modificarlo. Si consideras que vale la pena salvar el vínculo, trata de tener una plática donde puedas expresar libremente tu sentir y poner sobre la mesa todo aquello que te disgusta.
Ante una negativa a escuchar lo que se está haciendo mal, lo más recomendable es establecer límites y valorar si realmente este vínculo afectivo debe (y puede) sostenerse.
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