Todos ya tenemos muy claro que educar personitas, ser Mamás y Papás es una chamba ENORME, pero la más gratificante, sin duda.
Todo el mundo habla del gran reto que es educar en tiempos de pantallas y redes sociales. Sin duda, esto es nuevo para todos. En mi época, por ejemplo, existía Hi5 cuando me fui a estudiar un año a Canadá y mis Papás no sabían que yo estaba abriendo mi primera cuenta en redes sociales; fue divertido subir mi primera foto de perfil, agregar a mis amigas y amigos, poner mi edad, el colegio donde estudiaba y algunas fotos de mi vida.
Ni por un segundo, mis Papás tuvieron ese miedo o angustia de que fuera a hablar con desconocidos por Hi5. Apenas tenía tiempo de meterme a mi inbox, pues estábamos llenas de clases, planes y diferentes actividades. Amábamos convivir entre mexicanas y conocer a los guapos de “prepa” en el recreo, chismear en las tardes, desvelarnos a escondidas de nuestra cuidadora y escaparnos a un cuarto para estar todas juntas. Era mucho más interesante la vida real que buscar contacto con gente que estaba en México y mucho menos buscar desconocidos.
Me gusta mucho acordarme de esa etapa de mi vida para escoger el caminito correcto con mis hijos. Obviamente de vuelta en México tenía muchísimo más tiempo libre: me la pasaba pegada a mi celular en las noches, chateando por Messenger, tenía hasta computadora en mi cuarto (que la usaba un 90% para perder tiempo y 10% para las tareas). Pero, por otro lado, no había Snapchat ni Instagram, mientras que Facebook era igual de aburrido que Hi5. Subía mis fotos cuando me acordaba, a destiempo; no estabas pendiente de la vida de nadie ni sabías qué habían desayunado. Y eso, sin duda, ha cambiado.
Educar en tiempos de redes
Hoy, dedicándome a ser creadora de contenido, es parte de mi trabajo compartir mi día a día, lo que voy viviendo en cada etapa y, aunque me encanta hacerlo y amo mi trabajo, esto podría jugarme en contra en el minuto que les diga a mis hijos que “no suban eso”. ¿Verdad? Lo tengo muy claro, pero creo que he aprendido a ser muy cuidadosa, profesional y compartir ÚNICAMENTE LO QUE ME DA PAZ.
Regresando al punto de educar en tiempos de pantallas y redes sociales, al menos en la etapa en la que todavía podemos tener el control sobre lo que hacen, lo que tienen, a dónde van y con quién, creo ciegamente en que debemos inculcarles una vida de saber estar PRESENTES. Una vida con muchísimo deporte, actividades donde tengan contacto con la naturaleza, la bici, el cochecito rápido, las resbaladillas en el parque, sacar a pasear al perro, jugar con otros niños, “ABURRIRSE” como dicen ellos e ingeniárselas entre hermanos. Se vuelven muy creativos y de ESO SE TRATA, de impulsar ese estilo de vida que los hará agarrarle amor y gusto a hacer cosas mucho más interesantes que vivir a través de una pantalla.
Siento que es un mayor reto para mí, dedicándome a lo que me dedico. Por eso, creo que podré dar grandes consejos del tema viviéndolo tan a fondo y tan de cerca. Recuerden que mis hijos apenas tienen 4 y 6 años; desde que nacieron, leí sobre la importancia que tiene la etapa de los 0 a los 7 años de edad para muchos temas de su futuro, desarrollo, cerebro, hábitos y más.
En mi casa hasta ahora no hay Nintendo, PlayStation, iPads ni nada de eso. Lo decidí de esa forma por todo lo que he leído e investigado sobre el tema. Desde chiquitos ven alguna película a la hora de cenar, en fin de semana y vacaciones la pueden ver completa, y entre semana lo hacen durante 20 o 40 minutos. A veces ni tiempo les da porque tenemos partidos de “fut”, fiestas infantiles, clase de tenis, comidas familiares, con amigos, play dates y más. Entonces, no es que yo viva en una burbuja y quiera esconderlos del mundo real, PARA NADA.
Mi trabajo es cuidarlos
Todo eso va a llegar, sin duda alguna, pero lo que SÍ ESTÁ EN MÍ es retrasarlo lo más que pueda, argumentando que soy su Mamá, mi trabajo es cuidarlos y hacer lo mejor para ellos. Aplica también en lo que comen, lo que llevan de lunch y las películas que pueden ver, entre muchas otras cosas.
Nadie me cree cuando les cuento que todos en casa despertamos con un shot de caldo de hueso en ayunas, ni que toman jugo verde, ni que les gusta el pescado, el kéfir o los probióticos en gelatina. Pero no soy Mamá que prohíbe y obliga, les explico las cosas.
Pueden comer tres dulces en las fiestas, tres, sin berrinches. Desde que aprendieron a hablar lo saben. Ahora se sientan, los escogen, analizan bien cuál les conviene más, me regresan la bolsita con el resto de los dulces de la piñata. Tenemos una caja en la despensa de todos esos dulces acumulados para cuando hay play date en la casa.
Mi súper tip de las fiestas infantiles es: nos comemos el pastel en la camioneta, así es fácil que acepten irnos a la hora correcta para que lleguen a bañarse y a hacer la tarea. Todo mucho más tranquilo que con un rush de azúcar de haberse comido 10 dulces, más todo el estímulo de las fiestas. Y, en lugar de que se queden dormidos en el coche embarrados de paleta, chocolate, pastel y gomitas, van felices comiéndose su rebanada de pastel, platicando de la fiesta y de sus amigos. Nos ha funcionado padrísimo.
OBVIAMENTE, si es el cumpleaños de su mejor amigo, se quieren quedar hasta el final y se duermen en la camioneta, ESTÁ BIEN, los limpias con toallitas húmedas y no es el fin del mundo. Que brinquen, que se ensucien, que disfruten. De igual manera, si un día estás sola en casa o te sientes mal, no hay nadie que te ayude o todos están colapsando (porque hay muchos de esos días también), ponerles una película es tu mejor opción para poner orden en casa. Pero no es la rutina ni lo común en esta casa, porque los conozco y sé lo que es mejor para ellos. Aman llegar, bañarse y cenar. Su rutina tan marcada les da mucha seguridad de lo que sigue, no traen esa ansiedad infinita que veo muchas veces en niños, y se podrían autorregular mucho más fácil con una simple estructura.
Cada Mamá es un mundo
Van a casas donde hay pantallas, videojuegos y los juegan con supervisión, y les encanta, obviamente, pero también disfrutan muchísimo los planes en casa. Creo que no debemos olvidar que son niños y la prisa por sentirse grandes nace con nosotros, todos queríamos ser grandes. Pero ya la vida pasa muy rápido como para adelantarles etapas tan importantes y que NO REGRESARÁN. Así que eduquemos con pantallas de acuerdo a la edad que tengan, pueden ser nuestras aliadas, cuidando tanto lo que ven como lo que comen, lo que escuchan como a lo que juegan. De esta forma, sentiremos todas mucha paz.
Cada Mamá es un mundo, cada hijo y cada familia también, todas lo estamos haciendo increíble y lo mejor que podemos. Mientras tanto, seguiré compartiendo mi experiencia y mis tips que verdaderamente agradezco haber seguido durante estos años y que me vuelven mejor Mamá. Lo veo en ellos, son esponjitas, no olvidemos eso y cuidémoslos como se merecen.
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