Hablemos de las perforaciones porque, salvo algunas excepciones, estamos seguras que durante la adolescencia fuiste de esas pequeñas que deseaban dar ese paso de rebeldía y añadirle estilo a su apariencia mediante un piercing. ¡Mientras más visible mejor! El hecho de tener uno ya era sinónimo de “ser cool” o por lo menos eso era lo que creíamos.
Hoy en día tener una perforación también es sinónimo de estar a la moda, pues el sinfín de piezas que podemos utilizar nos motiva a querer más de uno. La diferencia es que ahora somos más conscientes de lo que un piercing significa, pues como tal el procedimiento a la hora de perforar no es muy doloroso, pero el proceso de cicatrización puede que sí lo sea, además de tardado según el lugar en donde se hizo. Saber cómo cuidar un piercing adecuadamente es muy importante.
Para adentrarnos más en el tema el doctor Diego Perez Rojas, dermatólogo certificado por el Consejo Mexicano de Dermatología y miembro del Colegio Iberolatinoamericano de Dermatología, nos habla sobre algunos factores importantes que debemos considerar al adquirir nuestra primera perforación.
Cómo cuidar un piercing
1. Limpieza antes que nada
Mantener tu perforación limpia posiblemente sea el factor más importante que debes considerar, esto evitará que se infecte y el proceso de sanación será más rápido. En este sentido, debes lavar tu perforación dos veces al día con agua y jabón neutro.
Para este proceso, debes lavar tus manos antes de hacer la limpieza de tu perforación y procura no tocarla directamente con ellas, sino con un cotonete al que le puedas untar el jabón.
¡Ojo! El jabón que utilices para limpiar tu perforación debe ser exclusivo para este procedimiento, con el fin de evitar que éste contraiga bacterias de otros lados e infecte el piercing.
2. Usa antiséptico
Algo que debes tener en cuenta es el tiempo de cicatrización de un piercing, ya que va a depender del área en el que lo hiciste. Hay ciertas áreas del cuerpo que tardan menos en sanar.
Por ejemplo, el lóbulo de la oreja tiene un proceso de cicatrización de cuatro a ocho semanas aproximadamente, pero también hay partes del cuerpo donde el proceso es más tardado como es el caso del ombligo, que tarda de seis a nueve meses, o los pezones, con un aproximado de cinco a ocho meses.
3. Monitorea su estado
Asegúrate de mover la pieza de tu piercing cada vez que la laves, puedes girarla o moverla hacia delante y atrás apoyándote del cotonete que utilizas para limpiarla, de manera que evites tocarla con las manos. Estos movimientos permiten que la perforación se mantenga abierta. Recuerda que debes ser cuidadosa al momento de mover el pendiente para evitar lastimarte.
Adicionalmente, tendrás que esperar al menos ocho semanas para poder retirar la pieza. De lo contrario, si la quitas cuando aún no cicatriza por completo lo más seguro es que el orificio cierre.
Como pudiste darte cuenta, tener una perforación no es algo que debes tomar a la ligera, ya que si no le damos la atención que requiere y no sabemos cómo cuidar un piercing, las consecuencias podrían ser muy serias; no lo decimos nosotras, sino un dermatólogo profesional.
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