¿Alguna vez te has descubierto hablándole a un bebé usando un tono de voz más agudo o elevado, o con una voz cantarina y sonidos “tontos”? A veces damos por hecho que esta es una característica de nuestro idioma o país, pero debes saber que no es nada raro ni especial la manera en que hablamos a los bebés.
Un estudio reciente, el cual consideró 21 culturas distintas, reveló que existen funciones comunes en patrones del habla para el desarrollo infantil y el vínculo entre padres e hijos. Es decir, somos muchos los que hablamos a los bebés con voz aguda y cantarina.
Nosotras te contamos más sobre este tema.
¿Por qué hablamos a los bebés con una voz aguda y musical?
De acuerdo con un artículo de Fatherly, hablarle a un bebé con una voz aguda y medio molesta para algunos no es un síntoma de que se nos esté derritiendo lentamente el cerebro. Es una forma normal y respaldada científicamente de comunicarse con los bebés que se utiliza en culturas e idiomas de todo el mundo.
El habla dirigida a los bebés, también conocida como habla del cuidador, no es simplemente una tontería cantarina. De hecho, ayuda a los niños a desarrollar las habilidades lingüísticas.
Kathryn Hirsh-Pasek, psicóloga y profesora de la Universidad de Temple, quien ha estudiado el tema, le dijo a Fatherly que este tipo de comunicación con los bebés podría simplemente estar en la naturaleza de las personas, según se cree.
Los bebés aceptan todo tipo de estímulos, pero el habla dirigida hacia el bebé indica que este lenguaje es para ellos y que deben escuchar. El hecho de que le hablamos a los bebés de cierta manera muy específica simplifica las declaraciones para que los bebés puedan comenzar a reconocer dónde comienzan y terminan las oraciones.
El habla más lenta y enunciada, ayuda a los niños a aprender la estructura de las vocales, explica Hirsh-Pasek. Hay estudios que hacen eco de sus afirmaciones. Aun así, tampoco es exactamente dañino desafiar este tono, señaló la psicóloga.
El estudio reciente
1. Así se hizo
De acuerdo con The Harvard Gazette, se realizó un estudio sobre 21 culturas con diversas localizaciones geográficas, desde San Diego (Estados Unidos) hasta el este de África, en donde se encontró sorprendentes similitudes en el habla y en el canto hacia los bebés. Sin importar lo lejos que estaba una cultura de otra, había un cambio en la manera que las personas le hablaban a los bebés con respecto a otros adultos.
El estudio abarcó seis continentes. Durante un periodo de tres años, los investigadores coordinaron la recopilación de mil 615 grabaciones de 21 culturas con diversos grados de conexión con el resto del mundo. Ningún estudio anterior ha comparado las vocalizaciones dirigidas a bebés en una gama tan amplia de culturas.
El grupo desarrolló un modelo de aprendizaje automático para usar funciones como el tono y el volumen para adivinar si una grabación estaba dirigida hacia un bebé o por un adulto. El modelo fue en gran medida preciso en su determinación en las 21 sociedades y fortaleció el caso de las consistencias globales, según Courtney Hilton, becaria postdoctoral en el Departamento de Psicología y coautora del artículo.
Esta investigación se basa en estudios anteriores que muestran que las canciones de cuna y los patrones de habla alterados pueden tener un efecto calmante en los bebés, así como descubrimientos sobre la función clara de las vocalizaciones en animales, como hacer sonar la alarma de un depredador que se acerca o indicar amabilidad y accesibilidad.
Una parte secundaria del estudio involucró a miembros del público que intentaban identificar si una vocalización estaba dirigida hacia un bebé o un adulto. Más de 50 mil angloparlantes con fluidez en 199 idiomas provenientes de 187 países participaron en esa parte del estudio.
2. Algunos resultados
Las consistencias globales en el habla dirigida hacia bebés incluyeron un tono más alto y un mayor rango de tono. Otras características que aparecieron muchas veces en las grabaciones fueron las vocales contrastantes (como enfatizar una “e” larga y una “e” corta en la misma palabra) y la claridad del pulso (usando una voz musical). Cuando los investigadores analizaron el canto, notaron cambios constantes en el tempo y el timbre.
Los investigadores afiliados al Laboratorio de Música de Harvard encontraron sorprendentes consistencias en la forma en que los adultos les hablaban y cantaban a los bebés. Los hallazgos, publicados en Nature Human Behavior, apuntan a posibles funciones comunes de ciertos tipos de patrones de habla y canto para el desarrollo infantil y el vínculo entre padres e hijos.
En la parte secundaria del estudio, la mayoría fueron precisos en sus evaluaciones, independientemente de su idioma o cultura nativos. Este aspecto de la investigación confirmó que las personas pueden captar los marcadores acústicos del habla y el canto dirigidos hacia bebés, incluso si no entienden las palabras o las referencias culturales.
Los hallazgos muestran sorprendentes paralelismos entre culturas en lo que respecta a hablar y cantar a los bebés.
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